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Cátedra del Divino Maestro. Miércoles, Diciembre 24 Noche Buena de 1947 [Sintetizada en el LVV- E. 202] Tema: ¡Nochebuena de los pobres!.
¡Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de Buena Voluntad!… Gloria a Dios en las Alturas y pasa Mi Espíritu Divino de la Escala de Perfección a la de Jacob, para desde ahí enviar Mi Rayo Divino entre Mi nuevo Pueblo de Israel, en esta Alba de Gracia, 24 de Diciembre del año 1947, noche del día escogido por Mí, en que os encontráis reunidos en Representación de los Siete Sellos, de las Siete Iglesias que Elías, por conducto del Hijo del hombre, vino a implantar por Mi Voluntad a esta Nación de la Tierra. Yo os Recibo y Bendigo -en Unión de vosotros- al Mundo y al Universo entero, en Mi Nombre que Soy el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. …
1. ¡He aquí la Estrella Guiadora, Conduciendo a las almas al Paraíso Eterno!… ¡He aquí, la Dulce Melodía impregnada de Amor, Arrullando a las almas que en el peregrinaje de su vida, angustiadas se encuentran!…
2. ¡He aquí al Salvador de las almas, en este Día de Gracia, recibiendo a sus pequeños Amados en el Nombre de Aquel que Me Envía, para darles la Enseñanza que tanto Necesitan!…
3. Bienamados, que os acercáis: Si por dolor llegáis a Mi; Mi Amor os recibe. … ¡Confiad siempre en Mí!…
4. En esta hora, y en la Solemnidad de esta Cátedra, quiero estar con vosotros, ¡tan cerca de vos!… que pueda atraer la Esencia de vuestro ser, hacia Mi Ser…
5. Quiero estar con vos, Mi Pueblo, tan cerca como os sea posible estar Conmigo, para que Realicéis esta Armonía; para que seamos Uno, vos y Yo; y para que Me Sintáis vuestro Compañero Luminoso que Alumbrándoos el Sendero va, siempre adelante de vosotros.
6. Quiero que Sepáis, que Soy en vuestra Vida la Luz Primera, la Fuerza, que hay en vosotros mismos. Yo Soy la Promesa de vuestra alma, ya que Soy el Maestro que Trabaja Interna y Externamente, tratando de hacer de vos, el nuevo Modelo, del Hombre Perfecto del mañana. …
7. ¡Quiero estar con vos, de tal manera, aunque sea por una hora, que os sea imposible separaros de Mí!… Quiero llenar vuestro corazón, de la Ternura Exquisita que brotará por vuestros Pensamientos, por vuestras Palabras, por vuestras Miradas y por vuestras Obras.
8. Quiero que os Armonicéis con el Amor, que es la Potencia Armónica que Mueve los mundos, en el Gran Concierto Universal.
9. Quiero, Amados Míos, Despertaros en esta Nochebuena; Noche Memorable en que por la Voluntad del Padre, en el Segundo Tiempo vine al mundo, para Enseñaros con Mi Vida y Ejemplos, el Camino de los Cielos, en la Verdadera Renunciación del hombre.
10. ¡Venid!… ¡Acercaos a Mí, pequeños Míos, para que recibáis la Fragancia de Mi Ser en esta hora Solemne, plena de Cantos Sublimes en los Cielos y en la Tierra.
11. Yo con vos, Mi Pueblo, y vos Conmigo; en esta Noche, Enternecidos, sentiréis la inmensidad de Mi Amor; y así, Alentaréis al triste y Enjugaréis las lágrimas al que llora.
12. ¿Acaso no os será posible, Amados Míos, hacer Tierno y Dulce vuestro corazón en esta Noche?… ¿No os será posible, Manifestar el Amor del Padre, que está en vos mismo, para Dulcificar vuestro ser?… ¿No os será posible, que olvidéis vuestras tristezas y profanas alegrías, para que os Entreguéis a Mí?…y así, pueda decir al Padre: ¡Padre, ellos y Yo, somos Uno!… y en estos momentos, recibáis de Mi Luz y de Mi Amor.
13. Permitidme, Amados Míos, que visite vuestra alma en su soledad; quiero dejarle como un Recuerdo de esta Noche inolvidable, la Fragancia y la Esencia de Mi Ser.
14. Dejadme, Amados Míos, que recoja del sendero de vuestra alma, las flores marchitas del dolor, las esperanzas fracasadas, las tristezas que brotan cual lágrimas de vuestros ojos.
15. Yo, ocuparé en vuestra alma, el sitio que Me habéis designado; y ahí estaré para Consolaros. Yo lo quiero… y si vos Me dejáis, vuestras heridas cicatrizarán; mas, quedará en vuestra alma, la huella de los sufrimientos y de la Experiencia pasada; porque vuestra alma, necesita de esos sufrimientos y de esa Experiencia, para Engrandecer su ser y así pueda Gozar Conmigo de la Gloría del Padre, en la Unidad.
16. ¿Queréis, Amados Míos, que cambie vuestras flores tristes, por las Rosas Fragantes del Huerto de Bethlehem?… Sabed que vos, sois Mi Bethlehem; y que de vos, surgirán las Fragantes Rosas que prometí al Padre, de vuestra Santa Transformación, cuando sigáis Mis Pasos, Escuchéis Mis Palabras y hagáis de cada Frase un Precepto, una Acción en la forma; y encontraréis en Mi Vida, toda la Grandeza.
17. Mas, he aquí, aunque Me Manifiesto en vuestro mundo y en vos mismo como Hálito Santo, no Me habéis Sentido ni habéis Sabido interpretar toda la Grandeza de Mi Espíritu, todavía no me entendéis. . Todavía no Entendéis: Quien Soy, ni el por qué Vine a la Tierra… y por qué os He Manifestado este Amor Inmenso, Tierno y Profundo que ha sido siempre Mi más Grande Enseñanza.
18. Recordad, que sois aquel de Jerusalem, que vivió en otro cuerpo; mas ahora en este lloráis, aparentemente con otros ojos, mas vuestro espíritu es el mismo y el Me Reconoce. Me contempla escrutadoramente; y Yo, le pregunto: ¿qué queréis interrogar de Mí, ¡oh! ser Bendito, si no habéis sabido Atenderme ni Entenderme?…
19. Vos mismo sois, ¡oh! ser humano, una interrogación en el infinito. Interrogaos a vos mismo. ¡Hombre!, interrogación del mundo, Verdad del Cielo. ¡Analizaos, Conoceos, Alimentaos con el Fuego de vuestro propio ser!… Porque Dios, pasa por vos, con el Fuego Santo de su Espíritu.
20. Vagamente Comprenderéis estas Frases, porque no podéis tener más Luz que la que os Corresponde conforme a vuestra Evolución. Ahora, sabéis lo poco que habéis Entendido de Mi Enseñanza; y, ¡cuán poco habéis entendido! …
21. Recordáis de Mi Calvario, de Mi Cruz; y no recordáis, que vos mismo, formáis parte del Calvario y de la Cruz de Cristo.
21. Con vuestras desobediencias a la Ley del Padre, con vuestra rebeldía e ingratitud, Me habéis herido, clavándome poco a poco las espinas de Mi Corona y los clavos en Mi Cruz, por qué sois rebeldes pequeños Míos, a los Mandamientos Sublimes de Dios; y siendo rebeldes, ¿cómo queréis Estudiarme y Conocerme?…
22 Me Conocéis, en pequeña parte; podéis aún, Conocer más de Mí, pero por mucho que lleguéis a Conocerme, vuestros sentidos limitados, no os permitirán Percibir toda Mi Grandeza.
23. La inmensidad, no puede ser Juzgada por la limitación; y he aquí, que no podréis Comprender a Plenitud, la Grandeza que Hay en el Padre y en Mí. Por mucho que os hablara del Padre, no alcanzaríais a imaginar, de sus infinitos Arcanos ni de la inmensidad que abarca todo su Ser.
24. Así, Comprended: Que solo el Creador Increado, se Conoce a Sí Mismo. … En la contemplación de su Ser y en el Infinito Universo, Sólo Dios Conoce a Dios y Conoce al Cristo; y Yo, Cristo, Me Conozco a Mí Mismo. …
25. Siglos ha, que os contemplo Mis Bienamados: Rebeldes a los Dictados Sublimes de la Ley del Padre… Dictados, que desconocéis y si poco Conocéis de Ellos, no los Comprendéis; y de ahí, surge vuestra desobediencia y rebeldía. 25. Mas, Yo, vuestro Maestro, Expreso la Sabia Ley del Padre, y os la Enseño. Que os sirva Mi Vida de Ejemplo en la Grandeza de su Manifestación, para que no sufráis, para que no lloréis; para que vuestro corazón, no se sienta herido con las espinas de este mundo.
26. ¡Escuchad la Voz del Maestro, que se Eleva a las Alturas!… y dice: ¡Padre, Padre de todos los seres. En esta Nochebuena, Consuela a Tus pequeños porque están tristes; llena de Luz su interno, para que estas almas se Alegren. Concédeme, ¡oh! Padre, que sus corazones palpiten llenos de Amor hacia Ti; y al Unísono con Mi Ser, puedan decirte: ¡Padre, Padre nuestro, Ser Infinito, Te Amamos por Tu Grandeza Incomparable, como Ser Absoluto que Eres, de todo cuanto existe!…
27. Después de pronunciar, la Santa Palabra: ¡Padre!… sigue un Silencio profundo, con que el Universo, Reverencia a su Creador. Todo entra en Sublime Sumisión, en Apacible contemplación. Con esta Santa Palabra, en el Segundo Tiempo, Curaba a los enfermos, musitando con el alma la Sublime Oración, en el Santo Nombre del Padre. Sólo al Mencionar esta Palabra, su Poder, pone en movimiento las Fuerzas de Vida que son: Amor, Sabiduría y Luz. …
28. Aprended a Orar con esta Santa Palabra, Amados Míos, musitadla con el alma; y Dios, os contestará internamente con su Dulce Vibración Consoladora, sin voz, sin frases sonoras; así, el alma, recibe de su Creador, los grandiosos Privilegios que Emanan de su Ser. … ¡Cuán Dulce será el momento, en que Sintáis su Caricia Divina, como contestación!…
29. En esta Nochebuena, de Fiesta Espiritual, si pudierais ver, ¡oh! hijos de Mi Amor, lo que los Planos Astrales, revelan en Vibraciones de imágenes Sutiles; veríais los campos, Brillantemente Iluminados por las Luces de los Cielos; claros Paisajes se presentarían ante vuestra Vista Espiritual, que Arrobada contemplaría los hermosos Valles, perfumados con Simbólicas flores que Armonizan en bello colorido, con ríos y fuentes, con montañas y mares; Iluminando todo, con matices maravillosos, de los Planos de lo Sutil. …
30. Mas, vuestro mundo, Amados Míos, en esta Santa Noche, animado está con las Vibraciones de Amor que el Padre, le envía; y no sólo eso, Mensajes de Paz con Ternura infinita, llegan a los corazones de los pobres y los ricos, de los enfermos y los sanos, de los tristes y los contentos; son corazones que laten Emocionados al Dulce Recuerdo de su Maestro y de su Guía, que un día, ha de volverles al Padre; Origen, de donde surgieron.
31. ¡Alegraos!, ¡oh! almas, que el Pastor de las almas, con vos está. Alegraos, ¡oh! seres Benditos, siquiera por esta Noche, en que las Claridades de los Cielos, llegan a vos. Impregnaos, ¡oh! almas, del Mensaje que os traigo, que Tocando está vuestra mente y llega a vuestro corazón.
32. Oh! moradores de este Planeta Tierra: ¡Escuchad la Voz del Pastor!… que Confiados, le habéis sido por el Padre; y no quiere, que ninguno de vosotros, se extravíe. Él, os señala el Sendero, donde vuestra planta, no se lastime con los abrojos de este mundo.
33. ¡Venid, Mis Amados!… ¡Mirad, como al Llamado Amoroso del Pastor, las Ovejas se congregan en Mi Aprisco de Amor!… Muchas, aún dispersas han quedado; mas algunas, por el sendero del dolor llegarán al Redil, donde el Amor Divino les espera, para Redimirlas una a una; y después, Resplandecientes de Luz, presentarlas al Padre, para que estén por siempre, en Eterna Unión. …
34. Nochebuena llamáis a esta noche, los que recordáis Mi Nacimiento en el mundo en cuanto a Hombre, en el Segundo Tiempo.
35. ¡Noche Buena!… ¡Noche Perfumada!… ¡Noche llena de Luces Brillantes, de Notas Vibrantes de Amor, en que en vuestro ambiente, viven los recuerdos del ayer!…
36. ¡Noche de Melodías Sublimes que Ascienden y Descienden, de los Cielos a la Tierra!… Nochebuena: ¡Haz que los corazones de los hombres, Sientan Tu Dulce Paz; que cambien sus notas tristes, por la Sublime Esperanza de una Aurora mejor; Promesa Santa que su Maestro y su Pastor, su Redentor y su Guía, les traen en esta Noche Santa!…
37. Haz, ¡oh! Nochebuena, que olviden sus penas, Endulcen sus palabras y la Pureza Brille en sus sentimientos; que llenos de Ternura, Asocien a sus penas Mi Recuerdo, para que sientan Mi Consuelo; que al Despertar al nuevo Día, la sonrisa brille en sus labios cual Símbolo de Paz, de Amistad, de Perdón y Complacencia; para que así Hagan todos, las albas y todas las noches de su existencia, Buenas. …
38. Anhelo, Amados Míos, que los latidos de vuestro corazón, -en su ritmo Acompasado, Dulce y Amoroso- Vibren al Unísono con los corazones hermanos; que en Santa Unión, sientan la Fuerza Interna que les hace Perdonar, aún lo imperdonable; porque los errores que con vos, han cometido, Comprended que son errores, que deben ser Perdonados y olvidados por el Santo Amor que hay en vos mismo.
39. Si vuestros hermanos, por su ignorancia, no os Comprenden, es por su inferior estado de Evolución. ¿Y cómo no se ha de Perdonar, a quien no Sabe lo que hace?… y no Sabe, porque ignora que el mal que os hace, se lo hace a sí mismo.
40. Pensad, Mis Amados, que vuestro prójimo y vos, hijos de un Mismo Padre sois; y por tanto, cuerpos Vitales, Vivificados por Un Mismo Espíritu Santo. Así debéis ser, ¡oh! Doctrinarios Míos.
41. Preguntaos, humano: Si sois vanidoso… y si lo sois, ¿por qué no os Corregís?… y para Corregiros, ¿qué debéis hacer?… Primero: ¡Reconoceros a vos mismo!… después: ¡Tratar de despojaros de esa vanidad!… que es un defecto que afea y mancha el alma. …
42. Ahora por Mi Palabra sabéis, que la vanidad, se desvanece: Con la Sumisión, la Modestia, la Humildad y la Tolerancia. …
43. El Vanidoso, se considera Merecedor de las dádivas, de los honores y atenciones de los demás, y no Corresponde a ellos. ¡Corregíos de esa enfermedad, que trastorna vuestra mente y os desvía de la Verdad!… Mas, si no os Corregís, vuestra alma que sufre, verá con tristeza que la retenéis, mientras otros Progresan. Sabed, ¡oh! humano que la vanidad entorpece vuestra Evolución, os perjudica y necesario es que la desechéis. …
44. ¡Venid a Mí, pecador!… Yo os Prefiero con vuestras lacras, que si llegáis a Mí, con aire de grandeza y vanidad. Os prefiero menesteroso, tratando de Lavar vuestras manchas, que vanidoso y lleno de prejuicios.
45. Ahora, Pueblo Amado, os invito; ¡vamos a la Nochebuena de los pobres, a darles el Calor y la Ternura que tanto necesitan!… ¡Venid Conmigo, en Pensamiento y espíritu!… y veréis, que no resistís en vuestra dureza.
46. Antes de visitar a los ricos, a los influyentes, a los que llenos de comodidades se encuentran; vamos a la Nochebuena de los pobres: A los suburbios, a las moradas de los menesterosos… serán éstos, los primeros lugares que visitemos, Yo os Guío; y vos, Me seguís, Espiritualmente. …
47. ¡Mirad!… esa anciana, hijos tenía que eran su Esperanza, su Consuelo, su sostén; mas, el toque del clarín, les arrancó de su hogar. Ved las lágrimas que ruedan por sus mejillas, al recuerdo de sus Amados hijos; en esta Nochebuena, esa anciana, se alimenta de recuerdos; aunando a sus recuerdos, el de la pobreza, -como en la que Yo Nací- ella, se siente Confortada en su desolación. No ha tomado aún agua que mitigue su sed, no ha tomado aún alimento; su faz –demacrada- lo indica y que tambaleante va por el agua, que aunque turbia, llevará a sus labios para engañar así al hambre que roe sus entrañas.
48. ¡Vamos, Amados, hagámosle compañía!… que es madre y no tiene hijos, que es hija y no tiene padre material, que es esposa y no tiene esposo, que está sola y desamparada. Sólo se alumbra, con la Luz de Mi Recuerdo; porque ella, en esta Noche Bendita, Me Recuerda y Me Ama.
49. ¡Oh! Ancianidad Bendita, pobre y enferma, triste y necesitada os encontráis; lloráis vuestra desolación, mas no estéis triste, que Cristo, con vos está siempre, Consolándoos, Acariciándoos. Sabiendo que Cristo, es de los tristes, de los desamparados, vuestra alma ansiosamente espera el momento en que cerraréis vuestros ojos al mundo para Volar muy Alto, donde tiene su Morada por una Eternidad. …
50. ¡Vamos, Amados Míos, a la Nochebuena de los pobres, en quien tengo Yo Mis Complacencias!… Vamos a hacerle Compañía, a esa triste mujer que desolada y enferma se encuentra; tan enferma, tan triste se siente, que constantemente se pregunta: -¿cuántos días, habré de vivir?… ¿acaso mis hijos, habrán muerto?… ¿acaso estarán más necesitados que yo?… y así, permanece: Recordando a sus hijos, enviándoles recuerdos Amorosos a cada uno de ellos… sin acordarse siquiera, que ha días no prueba alimento, porque desde hace tiempo, no ve de cerca una mano Piadosa que le Ayude.
51. Mas, el Hálito de Cristo, con vos está, no os abandona nunca; con vos, Soy en vuestros dolores; con vos, en vuestras tristezas; con vos, en vuestro abandono. ¡Aquí Me tenéis, Amada Mía!… Acariciándoos, Curándoos. Vuestros ojos, no Me ven; mas vuestra alma, Me Siente muy cerca; tan cerca, que no podrá separarse jamás de Mí. …
52. Alma Mía, muy Amada: No temáis, aquí Me quedaré con vos, porque siempre os he Amado; Mías, son vuestras penas, Mías vuestras alegrías, Míos son vuestros dolores. Sufrís, sí, porque vuestros semejantes os han hecho sufrir. Mas, no temáis, Cristo, en cambio, os Ama con un Amor ¡tan inmenso!… que daría otra vez la Vida por vos.
53. ¡Alegraos, ya no sufráis!… porque Feliz seréis Allá, donde nunca se sufre, donde nunca se llora; donde Cristo, también estará para Gozar con vos, en la Gloria de Dios.
54. Ahora, Amados Míos, os llevaré a otro lugar. Quiero que conozcáis de los sufrimientos de vuestros semejantes, para que Aprendáis a Consolar y seáis Útil a los demás. …
55. ¿Veis aquel tumulto de gente, que animada se encuentra?… Son soldados, que esperan, la señal del combate; mas, ha habido una tregua… en Honor, al Recuerdo de esta Nochebuena. Ficticia es su animación, comen y beben, para apaciguar sus penas. Ahí, ¡hay gran dolor!…, dolor verdadero, que es el dolor interno. Sufren, Pueblo Amado, sufren la nostalgia de sus hogares, de sus seres queridos: Padres ancianos, madres enfermas, esposas desamparadas, hijos abandonados… todos sus seres queridos, pasan por su imaginación. Hay aún quienes les atormenta, el saber, que están cortando vidas, devastando ciudades, destruyendo cuanto hay a su alcance. … 56. ¡Oh, humanidad, no tenéis Piedad ni de vos misma!… ¡Vais al caos; y no os detenéis, porque los hombres quieren más!… y obedientes, toman las armas y por la fuerza, obtienen lo que desean.
57. ¡Mirad, cómo la sangre inocente, corre por doquier!… ¡Escuchad los ayes de dolor que llegan a los Cielos, clamando Justicia!… Sabed, que Cuentas entregaréis; y, ¡ay! ¡Ay de vos, humanidad!… Si pudieseis ver, lo que Plasmado está en los Éteres Sutiles, os detendríais; guerra, hambre, peste, muerte y desolación vendrán sobre vos, que desafiando estáis los elementos que os arrasarán: ¡Agua, aire, tierra y fuego!… mas, no podréis contra ellos. …
58. Es Cristo, el Mesías, el que os hace el Llamado en esta Nochebuena, en que los Cielos os envían su Mensaje de Paz, de Amor y Fraternidad. … Debéis Escuchar, en lugar del trueno de la metralla; el Eco Dulce de las Alturas, que os dice: -¡Paz a los Hombres, de Buena Voluntad!… Unido al Sublime Mandamiento, de: ¡Amaos los unos a los otros!…
59. ¡Contemplad el Nuevo Día que se acerca, lleno de Serenidad!… ¡Esperad la Promesa Santa, de un Tiempo Mejor!… Vendrán a vos, humanidad, los Felices días, en que los corazones Unidos, latirán cual Himno de Amor; en que la Espiritualidad, se Esparcirá por vuestro mundo, con sus Luces de Conocimiento, porque ciega estáis, humanidad Amada. Volverán los tiempos en que la Naturaleza, en sus múltiples manifestaciones, os brindará la Caricia, el Perfume; y volveréis a escuchar el canto de las aves y los prados reverdecerán… y todo, cantará a Dios, en un: ¡Gloria a Dios en las Alturas!… porque Paz, habrá en vuestros corazones. …
60. Sí, pequeños Míos, dolor hay en vuestro mundo. Enternecidos os encontráis. ¡Ayudadme, sí, Ayudadme a Salvar a Mis Amados, vuestros hermanos!… Desde el lugar en que os encontráis, Ayudadme a Redimir al Pecador para que ya no sufra, para que ya no se enferme, para que su alma, sea Feliz. …
55. Ahora, vamos a los niños, a esos capullitos tiernos del jardín de Mi Amor. ¡Vamos, Pueblo Amado, vamos hacia ellos!… Vuestro corazón, Me dice que ya no puede más; vuestros ojos, han derramado lágrimas, que Yo Bendigo; pero, ¡vamos con los pequeñitos pobres, a llevarles la Alegría que no tienen, a darles el Cariño que les hace falta!… ¡Vamos, Mis Bien amados, que ellos, también nos esperan!…
56. He aquí, un lugar sombrío, una covacha triste, silenciosa, con luz tan opaca que casi no alumbra; no hay lecho blando ni mesa dispuesta; en el suelo, duermen Mis pequeños. ¿Veis cómo sonríen?… Confiados, descansan; el pan, aún no ha llegado a su mesa; el mañana, es incierto; mas, Confiados, se encuentran; aunque sus ropitas, están ya muy rotas; aunque el invierno, sus carnes marchite; aunque a sus cuerpos, les falte calor. …
57. En Verdad, os digo: ¡Los niños pobres, cual Ángeles son de la Tierra; sonrisas tienen, que reflejan los Cielos!… ¡Oh, inocencia sutil!… ¡Cubridles con vuestro fino manto de Ternura y Amor!… porque de ellos, es el Reino de los Cielos. …
58. ¡Nochebuena de los pobres, Nochebuena de los tristes!… Nochebuena, de los que al Cielo imploran auxilio y Protección. La Ternura y el Amor, a raudales cae en vosotros; lluvia de Bendiciones, os cubre Amados Míos.
59. ¡Cuadros reales, he presentado a vuestra Vista en esta noche, que han Conmovido vuestro corazón!… mas Yo, Cristo, Soy de Ellos, son Míos; y de Cierto, les abriré el Reino de los Cielos. …
60. Pensad, en la ancianidad, Amados Míos, que en la juventud de la existencia ha tenido Salud; que ha podido trabajar y no ha carecido de lo Necesario para vivir.
61. Ahora, Sabed que debéis Amar el trabajo, no tanto por sus frutos; sino cuanto más, por el deseo de Servir a los demás; si así lo hacéis, de Cierto y en Verdad, nunca careceréis de lo indispensable para vivir Tranquilo.
62. Mas, llega la ancianidad… en que comienza a faltar la Salud; en que el trabajo, se va haciendo pesado porque los miembros se vuelven torpes; y ya, no se es solicitado para su desempeño. Así, los ancianos, se ven necesitados de lo indispensable y se ven excluidos de la corriente de vida humana; y así: Enfermos, pobres, tristes y solitarios… Necesitan de vuestra Ayuda, de vuestro Consuelo.
63. Por eso, Mi Pueblo, os digo: ¡Os encargo a Mis ancianos, a Mis enfermos, a Mis niños lisiados, a Mis huerfanitos!… sed un pequeño maestro para ellos; y Amadles, como Yo les Amo, y tendréis Derecho, a sentaros a la Gran Mesa del Banquete Espiritual que Espléndidamente Servido está, porque habéis Derramado vuestra Caridad en la Acción Cristiana de vuestra vida, porque habéis ido al Cumplimiento de la Ley de Amor para con vuestros semejantes, que las sociedades humanas hacen a un lado relegándoles al olvido. ¡Sí, Mi Pueblo, ahí estaréis: con vuestra Dulzura… dando Amor; con vuestra Paciencia, dando Saber; y así, Dando siempre, sin reclamar algo en pago!…
64. Este Mi Mensaje de este Día de Gracia, Pueblo Amado; Analizadlo, Comprendedlo, pensad en que: En esta Nochebuena, es para los pobres un Vía Crucis… que vosotros, podéis Suavizar.
65. Sentid, de vuestros semejantes: Sus necesidades, sus penas, sus dolores, sus amarguras, su soledad… y así, Comprenderéis sus Necesidades, ya sean materiales o Espirituales; así, empezaréis a Desarrollar en vos mismo: la Caridad, la Comprensión, la Paciencia, la Humildad… y Fortalecido por el Amor, vuestros Actos Brillarán y seréis a Mi Semejanza. …
66. En el Bien que Hagáis, sed Prodigo; porque Soy Yo: El Hálito que os Anima; el Espíritu Santo que os Alienta; la Verdad, que os Guía. …
67. Mas, sois vos, Amado del Cristo, el que Sabiendo de las múltiples Necesidades de los menesterosos, no Me facilitáis la manera de que por medio de vuestras manos, Auxilie a Mis pobres. Cuando Yo he querido mover vuestras manos para el Bien, tomando de lo vuestro, -porque lo he sentido Mío- no Me habéis Dispuesto vuestro corazón ni vuestras manos; ¡y aun así, decís que vuestro corazón es Mío!…
68. ¡Dejad que Yo Maneje vuestros bienes!… por el tiempo que queráis. Si Compasivo fuerais, de Cierto y en Verdad os digo, que: a través de vuestra forma humana, Me Manifestaría, en Bien para los demás. … Si vuestro corazón, Sensible fuera, a través de vuestra Conciencia hablaría y Actuaría. ¡Comenzad desde hoy, a ser a Mi Semejanza! …
69. Si a vuestra puerta se presentara, pidiendo Protección: Un anciano, un niño pobre, una mujer abandonada o un hombre necesitado… ¿se la negaríais?…
70. Pensad que los pobres, Representan el llamado de Cristo, porque Yo Vivo en sus corazones; Soy con ellos, en su dolor. En los pobres y en los que sufren, Me Encontraréis.
71. ¿Acaso no se Conmueve vuestro corazón, cuando encontráis sufrimiento; cuando pasan junto a vos, menesterosos que caminan por las calles, sin hogar y sin tener donde reclinar su cabeza, cuando llega la noche?…
72. ¿No se Conmueve vuestro corazón, cuando Mis pequeñitos, mirando al Cielo, con el pensamiento preguntan: Dónde estarán mis padres?…
73. ¿No os hablan vuestros Íntimos Sentimientos, cuando encontráis seres vagando por las calles, ya desiertas, con el frío en el alma y en el cuerpo, Anhelando el calor de un hogar; mientras vos, dormís Tranquilo, bajo un techo seguro?…
74. Cuántas veces al amanecer, se encuentra el cadáver de esos pequeños Amados Míos, junto a alguna puerta o en un rincón; desnutrido su cuerpo, contrahecho o desfigurado por posturas lastimeras. ¡Tragedias patentes son éstas, de vuestro desamor, de vuestro egoísmo, de vuestra: Ninguna Caridad!…
75. A vos, que os decís Cristiano, os pregunto: ¿no os dice algo, vuestro corazón?… ¿no os habla, vuestra Conciencia?… Yo os he sorprendido contemplando vuestros bienes: Vuestras obras de arte, los muebles de vuestro hogar, vuestras grandes propiedades… con miradas cariñosas… y, ¿es posible, que tengáis más cariño a las cosas inanimadas, que a los seres hijos de Dios, faltos de Ternura en lo material, que deambulan por las calles, desalentados, sin rumbo fijo?… Os he visto contemplar con ojos Compasivos, a los viciosos que se os acercan, y aparentemente Conmovidos, les dais monedas para fomentar sus vicios. ¿A dónde está vuestra Razón?… ¿dónde vuestro Discernimiento?… ¡oh! Amados de Cristo.
76. Amados Míos, Me habéis Acompañado en esta Nochebuena, a las chozas de los pobres: Con los hambrientos, con los menesterosos, con los enfermos, con los agonizantes, con los desamparados… porque los ricos, creen que poco Me Necesitan, fácilmente se olvidan de Mí; no Me llaman, porque piensan que tiene todo en abundancia y están contentos, sus corazones abrigan nuevas ambiciones; y halagados se sienten, porque labios carentes de Verdad, les adulan y los ensalzan. Viven engañados, deslumbrados por la falsa grandeza; pero Yo, les miro con Piedad… y también, les brindo de Mi Misericordia. …
77. Después de escuchar Mis Frases, veo en el fondo de vuestro corazón, un voto de Sinceridad con vos mismo; os habéis Prometido: Pensar más en vuestro prójimo y hermano… y si así lo Hacéis, recibiréis constantemente la Bendición de Dios. Es Mi Bendición Amorosa, que aumentará la Ternura y el Amor de vuestro ser, Despertando en vosotros, la Verdadera Piedad.
78. En Mi Nombre y por Mi Amor, ¡Dad al hambriento, del Pan de la Mesa de vuestra Bondad; y al sediento, del Agua de vuestro pequeño Manantial de Amor. … ¡Demostrad con Hechos de Amor, que sois Cristianos!… Así lo deseo Pueblo Amado.
79. Si entre vuestros hermanos, hubiese una alma Noble, Exaltada, que Velase por los Necesitados; de Cierto, os digo, que esa alma llena de Ternura, sería a Semejanza de vuestro Maestro; y las Luces de los Cielos, Iluminarían su existencia.
80. Pueblo Amado: ¡Haced que Mi Vida, sea vuestra propia vida a Plenitud de Conciencia!… He venido a Enseñaros el Camino Recto, que es la Escala Interna del corazón; por la que podéis Ascender a la Espiritualidad, para ser Colaborador de Cristo.
81. Esta Nochebuena, es el Mejor Perfume, que dejo a vuestra alma como Recuerdo. Sed Pacientes y Abnegados; y Dispuestos estaréis, a Colaborar en el Plan Bendito del Padre, por la Acción Cristiana para el Servicio del prójimo; y Será a la vez, vuestra propia Redención.
82. Pueblo, en Comunión, sin confesión, habéis estado Conmigo. Ya que podéis Confesaros con Dios, que Está en vos mismo; penetrad a vuestro Interno, donde el Padre Mora, y pedidle el Perdón de vuestros pecados.
83. Ha visitado vuestro corazón, Mi Hálito Amoroso; y ha Acariciado vuestra alma, en esta Nochebuena. Vosotros: Orad al Padre, para que seáis Bueno, Dulce, Servicial. Orad al Padre, intercediendo por todos. …
84. Mas, por aquellos que en Mí no piensan, que no Me piden, aquellos que han perdido la Fe y la Esperanza, aquellos que tienen la mente oscurecida por los prejuicios, aquellos que usando de sus poderes humanos, lastiman a su prójimo; también por ellos, Orad Pueblo, para que Transformen su vida, su modo de pensar, de hablar y de obrar; para que algún día, podáis hacérselos presente al Padre, que os los ha Confiado.
85. Claridad y Comprensión, dejo a vuestra mente; Hálito de Amor, dejo a vuestro corazón; Vibraciones de Mi Ser a través de Mis Pensamientos, dejo a vuestra forma física, para Restablecer vuestra Salud corporal y Espiritual; para que así: Fortalecido… podáis Rectificar vuestra vida; para que mañana, seáis Grande, Brillante y Feliz.
86. ¡Adiós, Pueblo Amado de Israel!… La Paz, dejo en vos. He depositado en vuestra alma, el Mensaje que el Padre, a través de Cristo, vuestro Maestro, os envía con su Bendición. …
¡Mi Paz, sea con vosotros!…