INTRODUCCIÓN 01-003-029 Comprended y analizad el momento en que vivís. Yo os anuncié en el Segundo Tiempo que volvería y os dije cuáles serían las señales de mi venida. Quiero que la humanidad reconozca que estas señales han aparecido ya. 01-003-030 Si os dije que volvería, es que tenía algo más que deciros y que en aquel tiempo aún no os lo podía revelar porque no lo hubieseis comprendido. 01-004-091 Vine a sorprenderos precisamente en el tiempo anunciado por Jesús y los profetas de mi nueva venida; ahora al cumplirse mi promesa, miráis el pecado en su mayor altura de perversidad, las ambiciones y los odios humanos manifestándose en guerras, como resultado de las tinieblas que envuelven al espíritu de la humanidad en este tiempo. 01-013-040 Yo os revelé que mi retorno sería en una nube. Hoy que ya me encuentro entre vosotros y que por lo tanto, he cumplido aquella palabra, de cierto os digo, que la nube es la representación de mi presencia en espíritu, En la misma forma en que me vieron ascender mis discípulos, una vez que dejé concluida mi obra en el Segundo Tiempo, así he descendido en este tiempo entre la humanidad. 01-013-043 Ahora que vengo en la nube, estoy posándome en vuestro espíritu, por lo tanto mis manifestaciones en éste Tercer Tiempo son invisibles a los ojos mortales. Sólo el espíritu con sus sentidos elevados, es el que puede mirar, sentir y comprender mis revelaciones. 01-013-045 Hay quienes se preguntan al escuchar esta palabra: ¿Acaso el Señor ha descendido en este tiempo para hacerse sentir solamente en los que hemos escuchado su enseñanza por el conducto humano, o lo ha hecho entre toda la humanidad? En verdad os digo: La nube espiritual da su sombra protectora a todo el mundo, lo mismo que en el Primer Tiempo en el que cubrió a todo su pueblo que se encontraba delante del Monte Sinaí. 01-013-052 Para que os diese estas nuevas revelaciones, fue necesario que en el tiempo que transcurrió entre mi manifestación a la humanidad en cuanto hombre mi llegada en espíritu en este tiempo, hubieseis pasado por muchas reencarnaciones en la Tierra, para que cuando Yo viniese a pediros la lección pasada, vuestro espíritu supiese contestar y cuando le hiciese nuevas revelaciones, las supiera comprender. 01-018-001 Tal como fue anunciada mi nueva manifestación hoy la habéis visto realizada: He venido en espíritu y rodeado de ángeles o espíritus de luz. 01-020-075 Esta fue mi promesa a través de Jesús y os la he venido a cumplir. Dije en el Segundo Tiempo a mis apóstoles: “Si no me fuese, no vendría a vosotros el Espíritu Consolador”. Quise decir: si Yo Jesús, en cuerpo, no me fuese, no podría venir a manifestarme a vosotros en espíritu. Pues el Espíritu Consolador, el Espíritu Santo que os prometí, soy Yo, es mi palabra, es mi mensaje de amor. 01-021-036 El Espíritu de Verdad, es la sabiduría divina que viene a aclarar los misterios y ha llegado a los hombres, en cumplimiento de mi promesa hecha a la humanidad. Estáis viviendo la Era en que habían de realizarse estas manifestaciones, por encontraros preparados espiritualmente para recibirlas. 02-030-009 En el Segundo Tiempo, cuando entre mis discípulos o entre las turbas que me seguían, alguien preguntaba si acaso Yo volvería entre vosotros, no tuve motivo alguno para ocultárselo y les declaré que mi retorno sería en un tiempo de grandes pruebas para la humanidad, el cual sería precedido de grandes acontecimientos y trastornos en los distintos órdenes de vuestra vida. 02-030-010 Aquella promesa que os hiciera, la he cumplido, porque no ha faltado ninguna de las señales precursoras, así como tampoco ninguno de los acontecimientos anunciados; sin embargo, la humanidad entregada a su letargo espiritual, ha dejado pasar inadvertidas las señales de mi presencia entre los hombres. 03-061-050 Este es el ocaso de una era y el amanecer de un nuevo tiempo; ya está apareciendo la luz de la aurora, cuando aún no se disipan las sombras de la noche; el milagro está delante de vuestros ojos y aún no lo presentís por vuestra dureza de corazón. ¿Cómo vais a penetrar en meditación si aún no os habéis arrepentido de vuestras faltas? 03-061-051 Os habéis familiarizado con la maldad y el vicio que os rodea, miráis con naturalidad el homicidio, la deshonra, el adulterio, combatís la virtud y en cambio al vicio lo disfrazáis, para mostraros en apariencia limpios ante los ojos de vuestros hermanos. 03-061-052 De cierto os digo que de estas tinieblas la humanidad saldrá a la luz, mas ese paso será lento. ¿Qué sería de los hombres si en un instante comprendiesen todo el mal que han ocasionado? Unos perderían la razón, otros se arrancarían la vida. 03-062-029 Y en verdad que las señales de mi manifestación en esta era han sido grandes; la misma sangre de los hombres derramada a torrentes, empapando la tierra, ha marcado el tiempo de mi presencia entre vosotros como Espíritu Santo. 03-063-079 A mis apóstoles en el Segundo Tiempo les anuncié mi nueva manifestación y cuando ellos me preguntaron qué señales anunciarían ese tiempo, Yo se las anuncié una a una, así como las pruebas que les daría. Las señales han aparecido hasta la última; ellas anunciaron que este es el tiempo profetizado por Jesús y Yo os pregunto: Si esta manifestación que os estoy dando no fuera verdad, ¿Por qué Cristo no se ha presentado, a pesar de las señales? ¿O creéis que también el tentador tiene potestad sobre toda la creación y sobre los elementos para engañaros? 03-065-013 Este es el tiempo que vio y anunció Joel, en el que los hijos de la humanidad tendrían visiones y sueños proféticos en que sus bocas hablarían movidas por mi fuerza divina, porque mi Espíritu estaría derramado sobre toda carne y sobre todo espíritu. 03-069-058 Desde la antigüedad sabéis por Juan, mi profeta, que había de llegar un tiempo en que todo ojo me vería; ese tiempo lo tenéis a la vista. En esta era el espíritu de la humanidad abrirá sus ojos a la luz de la verdad y me contemplará, comprenderá mi palabra y sentirá mi presencia. De las piedras brotará no sólo agua también flores. 03-070-032 Esta es la tercera revelación anunciada por Mí y por los profetas; este es el tiempo en el cual la luz del sexto candelero está iluminando a la humanidad. Es el tiempo anunciado en que vendría radiante de luz a dar cumplimiento a mi palabra. He venido a daros a conocer la misma Ley espiritual y divina de todos los tiempos. 03-071-002 La luz de mi Espíritu Santo iluminará sendas y desiertos para que la humanidad pueda encontrar el verdadero camino, el de su evolución espiritual. Vengo cuando la perversidad y la corrupción se hallan en su mayor altura; mi Doctrina aparece ante vosotros como arca salvadora. El mundo es un océano de dolor; al ver esa arca ¿No deseará la humanidad encontrar en ella la salvación? 03-073-002 Este es el tiempo en que os ofrecí volver entre vosotros. Ha sido necesario que vuestro dolor sea muy grande para que vengáis a Mí, mas todo estaba preparado desde el principio de los siglos y todo había sido profetizado. No velabais ni orabais y por eso os perdisteis del sendero; mas de cierto os digo que a pesar de tantos abrojos y pedruscos que cubren hoy la Tierra, a pesar de tantas encrucijadas, cuestas y abismos que en ella existen, el camino del Señor siempre es perceptible para el que se decide a ir por él. Vine para apartar la cizaña y los obstáculos de vuestro camino, para que contempléis el esplendor de la Tierra Prometida. Mañana llamarán los hombres a esta Era “El tiempo de la luz”. 03-073-003 Grande será la transformación que sufra la humanidad en breve plazo: instituciones, principios, creencias, doctrinas, costumbres, leyes y todos los órdenes de la vida humana serán conmovidos desde sus cimientos. 03-073-004 Sí, este es el tiempo de la luz; Yo os digo que la luz es fuerza, es pureza y es verdad; por lo tanto esa pureza y esa verdad tendrán que brillar en todos los caminos y obras de los hombres. Muchos dirán entonces: Señor, ¡Por cuánto tiempo te ocultaste a nuestras miradas!; mas Yo les diré: No es que Yo me hubiese ocultado, es que vosotros tendisteis un denso velo para no verme. 03-073-005 La humanidad es mi campiña, Yo soy su labriego; pero veo que sobre sus senderos han caído innumerables plagas y eso ha hecho demasiado laboriosa vuestra salvación. El materialismo, la guerra, el pecado, han sido las plagas que han azotado sin cesar las tierras del Señor; mas el poder para exterminarla está en Mí y pronto llegará el instante en que sean exterminadas para siempre. Entonces florecerán los campos, habrá paz en los corazones y pan en abundancia en todos los hogares. La vida humana será como un culto que se eleve hasta Mí al cumplir con el precepto que os dice “Amaos los unos a los otros”. LIBRO DE LA VIDA VERDADERA TOMO 1 ENSEÑANZA N° 1 1. En el principio de los tiempos, Yo, como Padre, inspiré al hombre la práctica del bien. Mas los hombres se apartaban de los mandatos divinos cayendo en idolatría y en actos abominables ante Mí. Vencían los fuertes, caían los débiles y el varón tomaba a la mujer como esclava. Fue necesario entregar a Moisés en el Monte Sinaí, los diez mandamientos de la Ley. En esa Ley estaban los mandatos que deberían regir al pueblo de Israel. Y en ellos se les decía: “El que diere muerte, lleve sobre sí la misma sentencia. El que hurtare, restituya a su hermano. El que hiciere mal, ojo por ojo y diente por diente pagará”. 2. Llegó el Segundo Tiempo y vine en Jesús a morar con vosotros y en mi palabra os dije: “Aquél a quien hirieren en la mejilla derecha, muestre la izquierda. Perdonad a vuestros enemigos”. Y en el Tercer Tiempo, en el que os encontráis, he venido a deciros: Si el asesino de vuestro padre perseguido por la justicia humana, llamare a vuestra puerta implorando ayuda ¿Qué haríais? Protegerle. Si así lo hiciereis, demostraréis haber alcanzado la evolución espiritual, que os permite cumplir con la Ley Divina de vuestro Padre Celestial que os manda: “Amaos los unos a los otros”; “resucitad a los espíritus que han muerto a la vida de la gracia, porque todo espíritu será salvo”. 3. Hoy vengo a hablar a vuestro espíritu y a revelaros el contenido de los Siete Sellos, el Libro de vuestra historia, de la Profecía, de la Revelación y la Justicia. 4. Soy Yo quien ha venido a deciros que hoy vivís en el tiempo perteneciente al Sexto Sello. 5. 1866 Marca el principio de este tiempo de luz. Yo envié a Elías para que descorriese el velo del misterio e iniciase el tiempo de mi comunicación como Espíritu Santo entre la humanidad. Elías iluminó a un varón destinado por Mí para que fuese el precursor. Aquel escogido llamado Roque Rojas, fue quien escuchó de espíritu a Espíritu la voz del Profeta que le ordenaba en mi nombre, llamar y reunir a sus hermanos, porque una revelación divina estaba a punto de iluminar los destinos de la humanidad. Roque Rojas, manso y humilde como un cordero, obedeció la voz espiritual, respondiendo: “Hágase en mí la voluntad de mi Señor”. 6. Roque Rojas reunió a un grupo de hombres y mujeres de fe y buena voluntad, y allí, en el seno de sus primeras reuniones, Elías se manifestó a través del entendimiento del Enviado, diciendo: “Yo soy Elías el Profeta, el de la transfiguración en el Monte Tabor”. Y dio las primeras instrucciones a los primeros discípulos, al mismo tiempo que les anunciaba la Era de la Espiritualidad y les profetizaba que pronto llegaría el Rayo del Divino Maestro a comunicarse con su pueblo. 7. Un día en que el humilde recinto de Roque Rojas se encontraba pletórico de adeptos que confiaban en la palabra de aquel varón, descendió Elías a iluminar la mente de su portavoz, e inspirado por Mí, ungió a siete de aquellos creyentes a quienes les dio la representación o el simbolismo de los Siete Sellos. 8. Más tarde, cuando llegó el instante prometido de mi comunicación, encontré que de aquellos siete escogidos, sólo uno velaba en espera de la llegada del Casto Esposo y ese corazón era el de Damiana Oviedo, la doncella cuyo entendimiento fue el primero en recibir la luz del Rayo Divino como premio a su perseverancia y a su preparación. 9. Damiana Oviedo representaba el Sexto Sello. Fue una prueba más, de que la luz del Sexto Sello es la que ilumina esta Era. 10. En el Segundo Tiempo encontré regazo de mujer, regazo materno, y en este tiempo también, descansé en el corazón limpio y puro de Damiana Oviedo. Su regazo de doncella fue maternal para el pueblo de Israel y por su conducto preparé a los guías, a los portavoces y a los labriegos. La dejé llegar a los umbrales de la ancianidad y le dije: “Vos que os habéis levantado como fuente de amor y habéis dejado encendida en los corazones una antorcha de fe, descansad”. Ella me pidió venir en espíritu a trabajar, porque fue celosa de mi Ley y no quiso que ésta fuese mancillada, y Yo se lo concedí. 11. Una misión más le entregué en ese instante diciéndole: “Damiana, no es mi voluntad que las aguas turbias se mezclen con las aguas cristalinas. Sé a la diestra de los guías, para que la antorcha de fe sea mayor cada día en ellos. Regocíjate, y desde el lugar en que te encuentras, recréate con este pueblo. Mira las multitudes que te aman y me han reconocido. Van pisando la huella que tú les dejaste. Mira que la antorcha aún se encuentra encendida. El Maestro ha dicho: El que siembra amor, recoge amor; el que siembra luz, recoge luz. Tú has luchado preparando el entendimiento de los portavoces y limpiando los caminos de mis escogidos, he ahí tu simiente”. 12. En verdad os digo, pueblo: Es Damiana la casta doncella que en representación de María, ha venido en el Tercer Tiempo a entregaros ternura y caricia. Bienaventuradas las doncellas que caminen por esta huella, porque en ellas derramaré mi gracia. Y en todos vosotros que sois mis hijos, mi anhelo divino es convertiros en discípulos, porque el momento de mi partida se acerca y quiero dejaros como maestros entre la humanidad. 13. Caminad con paso lento para que lleguéis al final del sendero y seáis los fuertes de la Tierra, por medio de la humildad y la caridad. 14. Los hombres materializados en este tiempo, también me han llamado. En ellos mi Voz ha resonado espiritualmente y el Maestro ha entregado la paz a raudales, mas estando con ellos, no me han querido tener y distinta simiente han querido sembrar. 15. En este instante os recibo y entrego mi esencia y mi luz que tanto habéis esperado. No juzguéis a vuestros hermanos que se encuentran fuera del camino de la verdad; porque no sabéis si mañana también vosotros os confundáis en otros senderos. Pedid, por lo tanto, por los perdidos, por aquéllos que han caído. Aparto de vosotros la confusión y os entrego leche y miel. 16. Hoy vengo a repetiros mi palabra recordándoos las enseñanzas de los tiempos pasados. Más no vengo a recordaros la comunión en la forma en que Jesús la simbolizó en el Segundo Tiempo con el pan y el vino de la tierra. El tiempo en que os ofrecían el pan material en representación de mi palabra, ha pasado. Hoy el pan es mi palabra y el vino sagrado es la esencia divina que os entrego espiritualmente a cada momento. 17. Alimentaos, alimentaos, esa es mi voluntad. Entregad la verdad al que se alimenta de impostura. Acercad al increyente ante Mí y haced que las discordias y desuniones desaparezcan, para que llegue a todos mis hijos el pan de la vida eterna porque si habéis estado a punto de caer, mi amor ha venido a salvaros. Como un ancla salvadora, mi Espíritu lleno de misericordia, os salva en las tempestades. 18. Cuando os habéis creído solos en la hora de la prueba, os he hecho sentir mi presencia para alentar vuestra fe. 19. Entonces han callado vuestros labios que ya empezaban a blasfemar, diciéndome: Señor, si decís que soy vuestro escogido ¿Por qué permitís que mis propios hermanos me hieran? 20. ¡Ah, pequeños, que aún no os resolvéis a ser mis discípulos, cuando Yo he dicho: “Bienaventurado el que sea tocado y sepa ser fuerte en la prueba, y en ella perdone a su hermano y bendiga mi nombre, porque de su ser brotará luz, la que convertirá a mi Doctrina a aquél que le ha desconocido” 21. Toda buena acción, tendrá su recompensa; la que no será recibida en la Tierra, sino en el Más Allá. Mas cuántos quisierais gozar de esa gloria aquí en el mundo, sin saber que el que nada labra para su vida espiritual, al penetrar en ella se encontrará sin méritos y grande será su arrepentimiento. 22. Poco a poco mi Doctrina irá haciendo comprender a los hombres la esencia o finalidad de la vida y entonces este breve paso por la Tierra será aprovechado en bien del espíritu, más para ello es necesario que os perdonéis los unos a los otros para que brote luz y paz entre la humanidad. 23. Más si vosotros que sois mis discípulos en este tiempo, no dais un ejemplo de estas virtudes; ¿De quién podrá esperar la humanidad? 24. Comprended que esto os lo dice quien en aquel tiempo os dio su sangre y su vida, amando y perdonando a una multitud que le juzgó, le sentenció y le dio muerte. 25. Mas la verdad que es la vida, que es el amor, es inmortal y hela aquí de nuevo entre vosotros, al comunicarse mi Espíritu a través del entendimiento humano. Mi palabra de este tiempo viene a repetiros aquella lección de “Amaos los unos a los otros, así como el Maestro ama a sus discípulos”. Vengo también a explicarla, para que todo misterio quede esclarecido y aquel libro que os legué y después los hombres ocultaron o cerraron, sea de nuevo abierto delante de vosotros. 26. Muchos velos quedarán rotos. Mi palabra es espada de luz que destruye las tinieblas. 27. Lecciones ocultas saldrán a la luz y enseñanzas desconocidas os serán reveladas. Muchos misterios se disiparán. Mas estas revelaciones no las hallaréis en los libros del mundo sino en esta palabra. 28. Todo aquel que quiera ser en verdad hijo de la luz, penetre respetuosamente al fondo de mi palabra y ahí verá a su Maestro esperándole para enseñarle. 29. En verdad, en verdad, no serán las doctrinas de los hombres las que hagan la paz en el mundo y salven de su abismo a esta humanidad. 30. He ahí a las religiones desconociéndose las unas a las otras, diciendo estar enseñando mi Doctrina. 31. Por eso todos los que en este tiempo estén destinados a ser mis emisarios, mis nuevos discípulos, están siendo desmanchados y purificados, para que puedan ser dignos de llevar esta buena nueva a sus hermanos. 32. En el Segundo Tiempo fueron doce los discípulos que esparcieron mi Doctrina por el mundo. En el Tercero doce mil de cada tribu serán los que hagan conocer mi enseñanza de verdad y de amor a toda la humanidad. 33. ¿En dónde están esos ciento cuarenta y cuatro mil? Elías los está reuniendo sin que sea obstáculo que unos se encuentren en espíritu y otros encarnados. Todos estarán unidos espiritualmente en esta Obra Divina. 34. Grandes acontecimientos contemplaréis, muchos de ellos os sorprenderán, mas Yo os daré la luz con mis lecciones, para que nunca os confundáis. Estudiad mi palabra, que ella os inspira amor a vuestro Padre y a vuestros hermanos. No es necesario formar parte de los ciento cuarenta y cuatro mil, para poder servir al Padre o nombrarse discípulos del Maestro. Los que forman parte de ese número, sólo son los que tienen que abrir el camino y ser como guardianes de mi Obra. 35. Hoy vengo en Espíritu. En el Segundo Tiempo fui visible a los ojos de los hombres, porque me hice hombre. 36. Muchos al verme se preguntaron ¿Quién es éste que habla en nombre de Dios? Y otros les decían: es el hijo de María y de José el carpintero, es el Galileo. Entonces se burlaban de Jesús. 37. Mas el hijo del carpintero, hacía que los ciegos de nacimiento contemplaran la luz y en medio de ella, la faz de Jesús, quien les había sanado. Estos, al sentir el milagro de la caricia del Maestro, caían a sus pies gritando a voz en cuello, que lo reconocían como el Salvador prometido. 38. Asombrados los incrédulos se preguntaban: ¿Cómo era posible que aquel hombre humilde a quien conocían como uno de tantos, hiciera tales maravillas? 39. Hoy vengo en espíritu y no podrá la humanidad llamarme el hijo del carpintero, más en verdad os digo, que ni en aquel tiempo hubo justicia para llamarme así. Escrito estaba que una virgen concebiría y en su seno tomaría carne el Verbo. José el patriarca, fue en la senda de la virgen y del niño, sólo un ángel guardián visible a los ojos de los hombres; en cambio María, fue la encarnación del amor maternal divino y Madre de Jesús, que es la parte humana de Cristo. 40. Con sencillas lecciones os iré haciendo comprender revelaciones que llamáis misterios y que no lo son. Os enseñaré a orar, para que elevéis el pensamiento hacia vuestro Padre en las horas de prueba. 41. En todos los tiempos se os ha enseñado la oración. 42. Moisés os hizo orar la última noche que pasasteis en Egipto y a lo largo de vuestro paso por el desierto. 43. En el Segundo Tiempo, Yo os enseñé la oración del Padre Nuestro, para que inspirados en ella, recurrieseis a vuestro Padre en vuestras necesidades y tuvieseis siempre presente la promesa de la venida de su Reino; para que a Él acudieseis en demanda de perdón, consultando con vuestra conciencia si antes ya habíais perdonado en la misma forma a vuestros deudores. 44. Ahora os enseño la oración espiritual, la que no brota de los labios, sino de lo más profundo de vuestros espíritus y que con humildad y confianza me dicen “Señor, hágase en nosotros vuestra voluntad”. 45. Os enseñé a curar. Jesús era el bálsamo, Él era salud, su palabra sanaba al que la escuchaba, su manto entregaba la salud al que tocaba, su mirada impartía consuelo infinito al que la recibía; aún su túnica, cuando era tocada por la fe de los que a Él llegaban cargados de amarguras y dolencias, les devolvía la paz, y hasta su sangre, cayendo sobre el rostro del centurión le devolvió a sus ojos la luz perdida. 46. Esos milagros sólo el amor y la caridad, que es hija de ese amor, los pueden realizar. Con ellos podréis curar. 47. Sentidme muy cerca de vosotros, pruebas de ello os doy en los instantes difíciles de vuestra vida. He querido que hagáis de vuestro corazón mi morada, para que en ella sintáis mi presencia. 48. ¿Cómo es que estando Yo en vosotros, no sabéis sentirme? Unos me buscan en la naturaleza, otros sólo me sienten más allá de todo lo material, más de cierto os digo, que en todo y en todas partes estoy. ¿Por qué habéis de buscarme siempre fuera de vosotros, cuando también en vuestro ser me encuentro? 49. Diciéndoos quién soy, no habéis oído ni entendido la voz que os habla, y cuando me habéis visto no sabéis a quién habéis contemplado. Esto ha sido prueba de vuestra falta de sensibilidad espiritual. 50. Mas vais llegando ante Mí para que os enseñe y no señale sólo vuestras imperfecciones, venís trayendo en vuestro espíritu vuestro pasado, como fardo de restitución. 51. Yo aparto entonces vuestra carga y os hago descansar, alejo vuestra tristeza, os ofrezco un manjar encendiendo en vuestro corazón la luz de la esperanza. 52. Cuántos corazones endurecidos por las pruebas de la vida, se han sentido dominados por la dulzura de mi palabra. Han sentido que se confortan, que sanan, que resucitan. Así es como aquellos que han de seguirme, atribuyen a mi poder y a mi amor cuanto recibieron y sus espíritus ya no pueden apartarse de Mí, porque su corazón está lleno de gratitud y amor y no cambiaran la blancura de su vestidura espiritual por la regia vestidura del mas opulento monarca. 53. Mas hay quienes se quedan conmigo y a pesar de recibir mi palabra como torrente de aguas cristalinas, insisten en sus malas inclinaciones. Entre éstos están los que imitan al envidioso Caín, al ver que su ofrenda es menos grata ante el Señor que la del humilde que imita al Justo Abel, encienden de ira y de envidia su corazón desenvainando la espada de dos filos que llevan en su lengua para sembrar el dolor en sus hermanos. Y después de dejarlos sollozando o de haberles dado muerte, llegan ante mi santuario, elevan a Mí su pensamiento e hipócritamente me dicen que me aman. 54. Pero no arrojo de Mí a estos párvulos duros de entendimiento y corazón, les someto a grandes pruebas y les hago sentir profundamente mi palabra. Si se doblegan, han triunfado, si se rebelan, tendrán que errar de nuevo y esperar otro tiempo. 55. De todo esto os hablo, para que os convirtáis en mis buenos discípulos y lleguéis a poseer la Verdadera sabiduría. 56. Nunca hagáis alarde del saber, porque he ahí que el Arcano del Padre sólo se abre para el que llama a su puerta con humildad. 57. Si los hombres de ciencia que mueven y transforman vuestro mundo, estuviesen inspirados en el amor y en el bien, ya habían descubierto cuánto tengo reservado de luz a la ciencia para este tiempo y no esa mínima parte con la que tanto se han envanecido. 58. Salomón fue llamado sabio, porque sus juicios, consejos y sentencias estaban revestidos de sabiduría, y su fama cruzó las fronteras de su reino llegando a otros países. 59. Mas ese varón siendo rey, se postraba humilde ante su Señor pidiendo sabiduría, poder y protección, reconociendo que sólo era mi siervo y ante Mí depositaba su cetro y su corona. Si así hiciesen todos los sabios, todos los científicos ¡cuán grande seria su sabiduría, cuántas enseñanzas aún desconocidas, les revelaría mi Arcano! 60. Vosotros, humildes en lo material, habéis recibido muchas lecciones que no os han revelado los sabios, ni los científicos. 61. El misterio de la resurrección de la carne, lo ha esclarecido la revelación de la reencarnación del espíritu. Hoy sabéis que la finalidad de esta ley de amor y de justicia, es la de que el espíritu se perfeccione, de que no se pierda jamás, porque siempre encontrará una puerta abierta como oportunidad que le da el Padre para su salvación. 62. Mi juicio en cada espíritu, por medio de esta ley, es perfecto e inexorable. 63. Sólo Yo sé juzgaros, porque cada destino es incomprensible para los hombres. Así nadie es descubierto ni delatado ante los demás. 64. Y después de perderse en los pecados, de tantas luchas y vicisitudes y de tanto caminar, llegarán los espíritus ante Mi llenos de sabiduría por la experiencia, purificados por el dolor, elevados por los méritos, fatigados por su largo peregrinaje, pero sencillos y gozosos como niños. 65. Pueblo, mirad el tiempo que tenéis delante y escuchad mi palabra, porque ella es el camino. Comprended y cumplid vuestra misión y llevad con paciencia vuestras penas, que no hay un sendero que se encuentre limpio de abrojos para alcanzar la cumbre de la perfección. 66. La luz de mi palabra unirá a los hombres en este Tercer Tiempo. Mi verdad brillará en todo entendimiento haciendo desaparecer diferencias de credos y de cultos. 67. Hoy, mientras unos me aman en Jehová y desconocen a Cristo, otros me aman en Cristo, ignorando a Jehová; mientras unos reconocen mi existencia como Espíritu Santo, otros por mi Trinidad, discuten y se dividen. 68. Ahora bien, Yo pregunto a esta humanidad y a quienes la conducen espiritualmente: ¿Por qué distanciaros los unos de los otros, cuando todos estáis reconociendo al Dios verdadero? Si me amáis en Jehová, estáis en la verdad. Si me amáis a través de Cristo, Él es el camino, la verdad y la vida. Si me amáis como Espíritu Santo, os acercáis a la Luz. Un solo Dios tenéis, un solo Padre. No son tres personas divinas las que existen en Dios, sino un solo Espíritu Divino, el cual se ha manifestado en tres fases distintas a la humanidad y ésta, en su pequeñez, al penetrar en lo profundo, creyó mirar tres personas donde sólo existe un solo Espíritu. Por lo tanto, cuando escuchéis el nombre de Jehová, pensad en Dios como Padre y como Juez. Cuando penséis en Cristo, mirad en Él a Dios como Maestro, como Amor y cuando tratéis de comprender de dónde procede el Espíritu Santo, sabed que no es otro que Dios manifestando su infinita sabiduría a los discípulos que más han adelantado. 69. Si a la humanidad de los primeros tiempos, la hubiese encontrado evolucionada espiritualmente, como ésta ahora, Yo me habría manifestado delante de ella como Padre, como Maestro y como Espíritu Santo, entonces los hombres no habrían visto tres dioses donde sólo existe uno. Pero no se encontraban capacitados para interpretar mis lecciones y se hubiesen confundido y apartado de mi senda, para seguir creando dioses accesibles y pequeños, según su imaginación. 70. Cuando los hombres entiendan y acepten esta verdad, les pesará haber vivido desconociéndose por causa de un error que con un poco de amo hubiesen evitado. 71. Conoced la Ley, amad el bien, practicad el amor y la caridad, conceded a vuestro espíritu la santa libertad de elevarse hacia su morada y me estaréis amando. ¿Queréis un modelo perfecto de cuanto deberéis hacer y de lo que debéis ser para llegar a Mí? Imitad a Cristo, amadme en El, buscadme a través de Él, venid a Mi por su divina huella, mas no me améis en su forma corpórea o en su imagen, ni cambiéis por ritos o formas la práctica de su enseñanzas, porque os eternizaréis en vuestras diferencias, en vuestra enemistad y en vuestro fanatismo. 72. Amadme en Cristo, pero en su espíritu, en su doctrina y estaréis cumpliendo con la Ley eterna, porque en Cristo está resumida la justicia, el amor y la sabiduría con que he manifestado a la humanidad la existencia la omnipotencia de mi Espíritu. 73. Si Cristo es el Amor ¿Podéis creer que Él sea independiente de Jehová si Yo soy el Amor? 74. Si el Espíritu Santo es la Sabiduría, ¿Creéis que ese Espíritu sea independiente a Cristo si Yo soy la sabiduría? ¿Pensáis que el Verbo y el Espíritu Santo sean distintos entre sí? 75. Basta conocer algo de la palabra que Jesús enseñó a la humanidad, para que comprendáis que un solo Dios ha existido y será uno solo por siempre. Por eso os dije a través de Él: “Quien conoce al Hijo conoce al Padre porque Él está en Mí y Yo estoy en El”. Luego, anunciando que en otro tiempo volvería entre los hombres, no sólo dijo: “Volveré”, sino que prometió enviar al Espíritu Santo, al Espíritu de Consolación, al Espíritu de Verdad. 76. ¿Por qué había de venir Cristo separadamente del Espíritu Santo? ¿Por ventura Él no podría traer en su Espíritu la verdad, la luz y la consolación? 77. ¡Cuán poco han penetrado los hombres en mi verdad! y en ese poco qué han penetrado ¡Cuánto se han confundido! Creen haber llegado al fondo de la verdad, pero mientras vivan empleando la verdad para mentir, para matar para destruir la paz y para desconocerse los unos a los otros, que es lo contrario de lo que mi palabra enseña; no podrán decir los hombres qué andan por el camino de la verdad: 78. A todos os envío mi mensaje en este tiempo, mensaje prometido a la humanidad por labios de Jesús cuando estuvo entre los hombres. 79. Sé que al principio será menospreciada esta enseñanza por haber sido entregada a través de criaturas humildes y pecadoras como los son mis portavoces más la verdad que esta revelación contiene se impondrá y la enseñanza será escuchada, porque en su esencia está presente el Espíritu Santo, el Consolador y la Verdad prometida. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 2 1. Heme aquí, entre vosotros, en esta hora en la que vuestros espíritus me escuchan y me dan gracias. 2. Cada vez que se presenta un nuevo año, la humanidad se llena de esperanza, aunque también hay quienes sienten temor. ¿Por qué teméis a la vida y a los tiempos? Ellos son siempre los mismos, vosotros sois los que pasáis. Hoy sois niños y mañana hombres; hoy estáis en la tierra, mañana ya no; hoy nacéis y mañana morís. 3 Estáis en la consumación de los tiempos. Ya vuestro espíritu no está Sujeto a la vida material; él ha penetrado en la eternidad. Vosotros sois átomos de mi Divinidad. Yo soy eterno. Yo siempre he sido. El Espíritu Divino no envejece jamás. Soy inmutable e imperecedero. El principio y el fin, el Alfa y el Omega. De Mi brotasteis y por lo tanto, a Mi volveréis. 4. Ciertamente, cada año que llega es un misterio para los hombres, más de cierto os digo que es un nuevo paso que habréis de dar en el camino de vuestra evolución. 5 No temáis al futuro por no conocerlo, no lo veáis envuelto en tiniebla pensad que Yo soy el tiempo y la eternidad: pensad que Yo estoy en el futuro. 6. Vos, pueblo, conocéis algo del porvenir, porque Yo os lo descubro y entre vosotros tenéis profetas que penetran en el futuro por mi voluntad, y de ello os dan testimonio. 7. Vosotros no tenéis derecho a la duda, no sois los ciegos que temen tropezar en el camino. 8. A todos los hombres les he preparado caminos para que encuentren la paz, les he señalado sendas para que me encuentren en toda mi verdad. 9. ¡Ah humanidad, que me tenéis tan cerca y no me sentís! 10. Os he dado el secreto de la paz que es el amor de los unos a los otros. 11. Llegará la hora en que la paz sea tan grandemente deseada por los hombres que la buscarán por todos los medios: en las religiones, en la ciencia y en las doctrinas. Los creyentes y los que se dicen ateos y libres pensadores, todos irán a un mismo punto en busca de esa paz, y cuando 1a encuentren, se hallarán frente a Mi. 12. Ved que en este momento estáis escuchando esta palabra, pero que pronto dejareis de oírla. No será en este año cuando termine esta manifestación, sino hasta el año señalado por mi voluntad: 1950 13. Recuerden los que me oyeron tiempo ha, que os dije: “mi palabra descenderá desde la cumbre del nuevo monte y vosotros estaréis en la falda del mismo para recibirla”. 14. Desde el primer entendimiento del cual me serví para esta manifestación, os dije que está comunicación divina iniciada en 1866, tendría su término en 1950; y que después de ese año no quedaríais huérfanos, porque mi presencia sería sentida más próxima, si os sabíais preparar. 15. Estáis en el primer día del año de 1941, por lo tanto, diez años aún escucharéis mi palabra, tiempo suficiente para que muchos de vuestros hermanos conozcan esta doctrina, para que muchos que no han creído, crean; y muchos que no han sido obedientes, se levanten cumpliendo mis mandatos. 16. Mi palabra humilde y mansa, tendrá dulzura para el que sufre y será como rocío y perfume, para todo espíritu. Esta palabra que tantos han negado y tantos se han complacido en profanar, será para todos como una caricia. 17. No creáis que vuestro país será el único en recibir mis bendiciones espirituales, no, Yo desde el principio tengo preparada la heredad para cada una de las naciones de este mundo. 18. Volverá mi Verdad a penetrar en todas las moradas, como en aquel tiempo Jesús penetraba en los templos dedicados al culto de Dios, y sorprendió con su palabra a los sacerdotes, a los ancianos y a los doctores de la Ley. 19. ¿Quiénes me imitarán en este tiempo? ¿Quiénes serán los que no teman a la humanidad? Los que testifiquen la verdad por medio de sus obras. De cierto os digo, que quien se encuentre diciendo la verdad, no temerá ni a la muerte, como su Maestro. 20. Ya era tiempo de que esta palabra hubiese resonado en el interior de templos e iglesias, y de que su eco hubiera llegado a los hombres de poder. Pero es necesario que quienes la lleven, se purifiquen y enmienden para ser dignos mensajeros de ella, y he ahí que los tiempos han pasado sin que vosotros hayáis tenido esa preparación. 21. No os estoy exigiendo sacrificio alguno, sólo quiero que vuestras obras sean espontáneas y vuestro amor verdadero. Sin embargo, no olvidéis el ejemplo de obediencia y sumisión de Abraham, cuando el Padre le pidió la vida de Isaac, el hijo amado. ¿Quién de los hombres de este tiempo, de los que me aman, me daría esa prueba de obediencia, de amor y de fe? 22. Mis apóstoles predicaron mi Verdad, y cuando los hombres les juzgaron, no huyeron de la muerte. 23. Quien vive en la verdad, a nada puede temer. 24. Vuestro camino, pueblo, está sembrado de bellos ejemplos. 25. La luz del Sexto Candelero alumbra a los hombres de este tiempo, más los cinco sellos que han pasado, también dejaron su luz en los espíritus. 26. Cuando habéis llegado ante esta luz radiante, unos en espíritu y otros en materia, habéis preguntado para qué fuisteis llamados. Entonces habéis oído aquella voz que os dice: “Yo soy el cordero inmolado por amor a vosotros y he venido a iluminar vuestro espíritu para que os améis los unos a los otros y lleguéis a Mi”. 27. Vengo en Espíritu en este tiempo. Mi luz desciende como lenguas de fuego a los hombres para que puedan hablar de mi Ley en todos los idiomas 28. Ciento cuarenta y cuatro mil espíritus encarnados y desencarnados abrirán en este tiempo el camino. Ellos serán precursores, profetas mensajeros. Son los marcados por Mí para ir delante de los ejércitos. 29. A estos señalados, les ha sido revelado el nombre de la tribu a la que pertenecieron en el Primer Tiempo, para que conozcan que entonces pactaron con su Dios y tiempo ha vienen por el camino del Señor; mas en este tiempo todo nombre de tribu ha desaparecido porque no es el Señor quien traza fronteras para dividir a los hombres. 30. Cuando en 1950 por última vez descienda mi rayo a través del portavoz, todo quedará preparado para los tiempos venideros; pero mientras este tiempo sea llegado, seguiré dándoos mi lección, mas antes, depositad vuestras penas en Mí, descansad, v cuando hayáis mitigado vuestro dolor cuando se haya secado vuestro llanto, elevad vuestro espíritu para que en él sea mi enseñanza. 31. No quiero hambre o sed en ninguno de mis discípulos, quiero veros satisfechos de haber comido y bebido el pan y el vino de mi amor Solamente así podréis hacer obras dignas de Mí entre la humanidad. No olvidéis que en cada día que pasa, se aproxima el momento de mí partida y el que no aproveche este tiempo de enseñanza, después se sentirá huérfano. 32. No ha sido el acaso quien os ha traído ante esta manifestación. Mi voz os llamó por los caminos y os condujo hasta aquí. Ahora sabéis que habéis venido para conocer la misión que tendréis que cumplir en la Tierra. En mi palabra habéis sabido cual es vuestro principio y cual vuestro final. Habéis tenido la revelación de que sois parte de un pueblo que en tres tiempos ha recibido el maná del espíritu. 33. Si todo cuanto aconteció en el pueblo de Israel en los dos primeros tiempos, lo estudiáis espiritualmente, veréis que lo mismo ha acontecido en vosotros en el tiempo presente. 34. La vida de aquel pueblo, su historia, es una lección, una parábola para toda la humanidad; es un libro de enseñanza, cuya ley os revele en el monte Sinaí 35. Hoy se abre este libro ante vuestro espíritu y veis brotar de él nuevas enseñanzas; porque lo que no comprendisteis en aquellos tiempos, hoy 1o estáis comprendiendo. 36. Vuestro espíritu puede llamar a las puertas del más allá en demanda de sabiduría, vuestra capacidad espiritual os permite acercaros más al Maestro para que Él os entregue las nuevas enseñanzas contenidas en su Arcano. 37. Pueblo: al veros ir por los caminos del mundo, arrastrando cadenas de penalidades e imperfecciones, os envío mi amor para ayudaros en vuestra senda de evolución. 38. En un desierto venís caminando y en medio de él he hecho nacer palmeras para que os sombreéis y tengáis descanso 39. He hecho brotar de la roca estéril de vuestro corazón, un manantial inagotable para que bebáis y no volváis a tener sed. 40. Hoy no os daré tierras en el mundo para que las cultivéis; vuestras tierras las hallaréis en los corazones. Unos han venido a empezar a cultivar, otros a terminar su siembra. 41. No pretexten los padres que por cumplir con los deberes de familia, no pueden pensar en hacer el bien a los demás. 42. No me digan los varones que se sienten incapaces para enseñar mi Ley. A todos os digo que en vuestro camino sobran ocasiones para que sembréis mi semilla sin perder vuestro tiempo y sin desatender vuestros deberes. 43. Servidme y Yo os serviré. 44. No sufráis decepción si al sembrar amor en vuestros hijos o en vuestros hermanos recogéis ingratitud. Bien sabéis lo que Jesús sembró en el mundo y lo que recogió, mas Él os dijo que no está en el mundo la cosecha, sino en el cielo, cuando el tiempo sea llegado. También vosotros, discípulos, imitad en paciencia al Maestro. No busquéis galardones ni compensaciones en la Tierra, más si esperad la hora de vuestro gozo en el Más Allá. 45. Pensad que he descendido a juzgar vuestras obras y a descubrir vuestros méritos y flaquezas. Derramo mi gracia en todo espíritu, os someto a prueba y os pregunto: Si poseéis mi Ley desde el principio de los tiempos y os he mandado velar por los pueblos para convertiros a mi enseñanza ¿Por qué no me habéis presentado vuestra cosecha, hoy que habéis vuelto a la Tierra en la consumación de los tiempos? 46. He venido en esta era en espíritu, y os pido el cumplimiento de los preceptos que os dejé en el Segundo Tiempo, cuando habité entre vosotros. Busco en vuestro espíritu el eco de mis palabras y en vuestro camino la huella de mis pasos, y no los encuentro. ¿Habéis practicado y enseñado el amor? A pesar de todo, podéis reparar vuestras faltas y recuperar el tiempo perdido, porque os doy una nueva oportunidad. Y no sólo por vosotros debéis trabajar, sino también por vuestros hermanos que han de venir a comunicarse conmigo en forma más perfecta en los días de paz que se aproximan. 47. Tenéis en Mí a un Maestro incansable y a un Padre perfecto que os ama y os corrige. ¿Qué haríais si sólo os concediera beneficios a cambio de un estricto cumplimiento de mi Ley? 48. Al hablaros así, lloráis interiormente vuestras faltas y buscáis una ofrenda agradable: Me presentáis a la niñez bendita, y me pedís que por su inocencia perdone vuestros pecados, y os respondo: si sabéis cultivar su corazón y conservarlo en la virtud, recibiré vuestra ofrenda. 49. No quiero juzgaros con rigor, antes os preparo en un tiempo propicio a la elevación de vuestro espíritu, para que trabajéis y os alimentéis con mí palabra. En él vais a ser testigos de grandes pruebas, los elementos han sido desatados y muchos pueblos serán azotados por grandes torbellinos y sólo serán perdonados por la intercesión del amor maternal divino representado por María. 50. Veréis venir a las multitudes a esta nación en busca de señales y pruebas divinas y Yo les recibiré, borraré de su mente toda mala interpretación de mi palabra y les mostraré la verdad. Y ellos se doblegarán ante mi amor. 51. Ahí tenéis a María, vuestra tierna Madre, esperando vuestra obediencia. Ella sabe que mi Espíritu está triste por las imperfecciones humanas y se acerca a vosotros para inspiraros el bien y lucha por llevaros a alcanzar la paz perfecta. 52. En este Tiempo, mientras la humanidad se purifica y llora, vosotros seréis preparados por mi palabra para llevar consuelo y paz a los corazones. El dolor será como un crisol en el cual se perfeccionará el espíritu para hacerse digno de llegar a Mí. Todos han recibido mi fortaleza y en las más grandes pruebas saldrán avante. 53. Recibo vuestro cumplimiento de un año, como he recibido el de todas mis criaturas. Bendigo vuestros buenos propósitos, y toda semilla que no ha sido bien cultivada, la dejo en vosotros para que la sigáis fecundando hasta perfeccionarla. Vosotros, sabed distinguir lo que me es agradable para que siempre viváis cumpliendo con mi Ley. 54. No prevariquéis, no pronunciéis mi nombre si no estáis preparados. Dignificaos para que seáis reconocidos y vuestro ejemplo invite a vuestros hermanos a seguirme, y Yo pueda decirles: Discípulos, bienvenidos seáis vosotros, que llegáis humildemente a estos recintos, como ovejas que llegan al aprisco conducidas por la voz de su pastor. 55. El que camina por esta senda, revestido de buena voluntad, no siente cansancio jamás. 56. Si en el sendero hay acechanzas, os he dado armas para defenderos, no el arma homicida para herir a vuestro hermano, sino la oración, por la cual sois fuertes e invencibles. 57. Yo soy vuestro destino y por lo tanto, si cumplís con mi Ley todos volveréis a Mí, mas es necesario que pongáis los medios para que avancéis en el camino de vuestra evolución. 58. Haced vuestra mi palabra, ella es vuestra heredad, reconoced la potestad que ella encierra. Quien la posea, será capaz de salvar a una comarca en medio de una prueba. 59. “La tierra tendrá que estremecerse de un cabo al otro”, escrito está, es necesario que haya en esos días de tiniebla, hombres llenos de fe para que sean como antorchas que alumbren el camino de los demás. 60. No quiero que este pueblo, a quien he venido a despertar en este tiempo vuelva a sumirse en su sueño, porque el ¡Ay! doloroso de la humanidad le despertará y cuando se levante aturdido a llevar el consuelo a sus semejantes, encontrará que éstos ya no están en la Tierra, sino que se encuentran en el más allá. 61. ¿Quiénes de vosotros, al escuchar las voces de confusión, de angustia y de dolor de los hombres, pretenderá volverles la espalda y huir, desconfiando del poder que os de la práctica de mi enseñanza para hacer algo por ellos? ¿No creéis en mi palabra, cuando os he dicho que en la hora de prueba seré Yo quien hable por vuestros labios y manifieste mi poder en vuestras obras? 62. El que dudare, quedará desnudo de virtudes y necesitado, como aquél que nada tiene que dar a quien le pide. 63. Este es el Tercer Tiempo, en el cual vuestro espíritu tiene el presentimiento de que tendrá que recibir del Padre los dones y potestades indispensables para levantarse sobre el materialismo y la perversidad reinantes, más de cierto os digo que los dones son en vuestro espíritu desde el principio. 64. Unos han llegado hasta Mí, cansados por las enfermedades, y otros a pedirme pruebas para creer en mi presencia. Los primeros han reconocido que para llegar limpios a Mí, fue necesaria la purificación. Estos me van siguiendo. 65. Los segundos, cuando han recibido lo que buscaban, se han alejado sin darle importancia a mi palabra, sin presentir siquiera en dónde y ante Quién estuvieron. 66. Y otros que venían seguros de encontrar sólo bienes materiales en este camino, al encontrarse ante este banquete con manjares espirituales, se sintieron defraudados y también se alejaron en busca de mejores senderos. Estos tardarán en saber que “el reino del espíritu no es de este mundo” . 67. Más a todos recibo. No ha habido uno que llamare a mis puertas, que no le hayan sido abiertas. Os digo esto, porque a vuestras puertas también habrá quien llame y ese seré Yo, que humildemente tocaré como lo hace el necesitado. 68. Me decís: Maestro ¿Cómo es posible que os manifestéis como el necesitado, ante nuestra puerta? y Yo os digo: No os sorprendáis ni lo creáis imposible, llegaré oculto en el corazón de los pobres, de los enfermos, de los vencidos y los tristes, llamando a la puerta de vuestra caridad, y os diré: Aquietad vuestra mente y vuestro espíritu, para que aprovechéis la enseñanza que os he traído. 69. Este es el tiempo en que aprenderéis a practicar, a explicar y a vivir mi doctrina que hoy venís a recibir en estos recintos y que mañana os levantaréis a extender entre la humanidad. 70. En mi palabra hablo a todos mis hijos, lo mismo presentes que ausentes de esta manifestación, lo mismo a los que ya fueron en la Tierra que a los que han de venir. Cada quien tome de ella lo que le corresponda. 71. En este tiempo, esta doctrina será la luz que conduzca a la humanidad por el sendero de la verdad, porque los hombres han cerrado sus ojos a esta luz y en verdad os digo: los ciegos no podrán guiar a los ciegos, sin tropezar o caer en los abismos. 72. El Espiritu de Verdad está en cada una de mis cátedras. Aprovechad este tiempo de mi comunicación, guardad celosamente mi palabra y no os desheredaré nunca. 73. Mi amor vencerá la dureza de vuestro corazón. Como en aquel Segundo Tiempo, la puerta de salvación se halla abierta; venid y por ella penetrad al camino que conducirá a vuestro espíritu a la tierra prometida. 74. La hoja del árbol no se mueve sin mi voluntad. Si Yo he venido comunicarme con vosotros, es que ésta ha sido mi voluntad, y en el fondo de ella existen muy altos designios para cada uno de vosotros y para el Universo. 75. Los hombres se lavan en este tiempo con gran dolor y de esa humanidad hoy pecadora, surgirán mañana las generaciones que se comunicarán de espíritu a Espíritu con mi Divinidad. 76. Los que alcancen ese tiempo, se maravillarán con la grandeza de mi Obra y el cumplimiento de mi palabra. Entonces verán a los niños enseñando, doctrinando y dando testimonio de Mí con verdadera espiritualidad, a los jóvenes y hombres dejando tras de sí los goces y placeres del mundo para dedicarse a la práctica de mis enseñanzas declarando que el tiempo en que viven, es aquél anunciado por los profetas 77. Y los que hoy escuchándome, han sido perezosos o incrédulos, ante aquellos ejemplos se sentirán avergonzados. 78. Ellos no escucharán mi palabra a través del portavoz humano, pecador e imperfecto, mas escucharán en su conciencia la voz de su Señor. 79. A vosotros que me oís, os tocó escucharme a través de esta comunicación que siendo muy elevada, no es la más perfecta. Diez años os quedan todavía y para que mañana no vayáis a llorar el tiempo perdido aprovechadlo, porque después empezará para este pueblo un tiempo de mayor elevación. 80. Si no guardáis ahora mi palabra, después, cuando no exista está manifestación, llegaréis a estas casas de oración con el dolor en vuestro corazón a pedir a vuestro Padre que os hable, que vuelva a comunicarse por el entendimiento humano, mas no lo volveréis a escuchar. Contemplaréis, los que fueron mis portavoces que para esa manifestación habrán enmudecido y sólo os dirán que os elevéis espiritualmente. 81. Es mi voluntad que no profanéis mi mandato. No quiero que al llega ante Mí, tenga que deciros: “Apartaos de Mí, que no os conozco” y entonces sea en vuestro espíritu una dura restitución. 82. Os hablo de lecciones espirituales que están a vuestro alcance y aún hay quien duda de mi palabra, ¿Qué sería si os hablase de manifestaciones divinas y os describiese la eternidad? Entonces me diríais: ¿De qué nos habláis Padre, nada os entendemos? 83. Os confío a mis nuevos profetas, los que pueden mirar algo del más allá. Ellos os darán testimonio de estas enseñanzas espirituales y os anunciarán acontecimientos que están por venir. 84. He aquí mi lección, discípulos, no la prolongo para que no os canséis y tenga que repetirla en nueva ocasión. Mas si queréis aprovechar mis enseñanzas, regeneraos y poned un término a toda maldad o vicio. 85. Veréis entonces cómo insensiblemente irán cayendo de vuestro corazón el egoísmo, la hipocresía, la vanidad, el materialismo y en cambio, comenzaréis a practicar la verdadera caridad, aquélla que no espera recompensa alguna. 86. Seréis ofendidos y os asombraréis de no haber devuelto el bofetón como hacíais en tiempos pasados. Entonces os elevaréis llenos de gratitud hacia vuestro Maestro, diciéndome: “Señor, sólo vos nos enseñáis estas lecciones y nos fortalecéis en estas pruebas”. 87. Yo soy la Vid y vosotros los Sarmientos, por lo tanto, dad el mismo fruto que Yo os he dado. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 3 1. He aquí el pan de la vida eterna, ha mucho tiempo que no le comíais. 2. Mucho tiempo me esperasteis y cuando menos lo pensabais, brilló una luz en el firmamento; cuando preguntasteis de donde venía y qué significaba, os dijeron: es Elías, que viene a preparar a la humanidad, para hacerla digna de la comunicación con el Maestro. 3. Como el pastor que reúne y cuenta a sus ovejas y presuroso busca a la descarriada para presentarle el número completo a su Señor, así Elías os ha amado, os ha conducido y os ha hecho sentir el calor del aprisco. 4. Cuando os he visto así preparados, os he ofrecido mi pan con el cual os estáis alimentando para siempre. 5. Quien ha comido en verdad de este pan, ha gozado y ha saboreado mi paz. 6. Y este alimento que es mi divina palabra, brota de los labios de un ser humano, como una manifestación más de que en verdad Dios habita en la conciencia del hombre. 7. ¿Por qué habla de quitaros el gozo de que me sintierais en vosotros mismos? 8. Me siente en sí, el que lleva paz y pureza en su corazón, aunque Yo estoy en todos los espíritus por mucho que hayan pecado. El que ha sido, no morirá jamás y quien existe, me lleva en sí, porque Yo soy la Vida. 9. Entre Dios y sus criaturas, existen lazos que nunca podrán romperse, pero si los hombres se sienten distanciados de su Padre celestial, es por su falta de espiritualidad o por su falta de fe. 10. Ni la muerte, ni la falta de amor podrán destruir el lazo que os une a Mí. 11. Nadie puede huir de mi presencia, no existe morada o sitio alguno donde podáis ocultaros de Mí, porque doquiera que vayáis, estoy con vosotros y doquiera que os encontráis, estáis en Mi. 12. No os conforméis con saber esto, es necesario que me sintáis para que me dejéis manifestar en vuestras obras. 13. Meditad: si Yo estoy en vosotros ¿Adónde me habéis llevado cuando pecáis? 14. Os hablo así, porque he de remover la ceniza que hay en vuestro corazón hasta encontrar en él una chispa de luz. 15. Os doy fortaleza para que resistáis las pruebas. 16. Yo contemplo cómo los vuestros os desgarran y os someten a pruebas; para unos han sido sus padres y para otros sus hijos sus mayores obstáculos para seguirme. 17. Muchos han llegado llorando ante esta manifestación, sabiendo que para oírme, han tenido que dejar en guerra su hogar y sin embargo, han insistido en escucharme. 18. ¡Cuántas lágrimas, cuántas oraciones, cuánta paciencia en espera de que aquéllos reconozcan esta Verdad! 19. Hay quienes han tenido que apartarse de su hogar en busca de libertad para escuchar mi palabra; hay quienes han tenido que abandonar su comarca para no ser señalados por parientes y amistades; quienes han perdido su trabajo, y son burlados y llamados hechiceros y algunos a los que se les ha negado el pan. 20. ¡Cómo no he de recibiros con ternura, cómo no he de desbordar mi bálsamo en vuestras heridas cuando así vais sufriendo por seguirme! Mas no os quejéis de nadie, no acuséis a ninguno de vuestros hermanos; dejadme vuestra causa, que en verdad os digo: Aquellos que más os hayan herido serán los que más arrepentidos y humildes lleguen ante Mí en solicitud de bálsamo y de perdón. Ellos entonces me dirán: Señor, perdóname, ¡Cuánto lastimé el corazón de mi hijo! Otra dirá: Maestro, yo desconocí a mi esposo porque te seguía y lo castigué apartándome de su lecho para habitar distinta alcoba porque le juzgaba lleno de tinieblas. Ellos me pedirán perdón, confesarán sus faltas y reconocerán que muchas veces recibieron beneficios por conducto de aquellos a quienes habían desconocido. Entonces les diré: Mientras vosotros pensabais la forma de hacer más dolorosa la vida a esos mis labriegos, ellos, en el silencio y en la soledad velaban por vosotros. Más en verdad os digo discípulos, que de Mí estáis perdonados ¿Y vosotros también les perdonáis de corazón? 21. Cristo, desde aquel tiempo os enseñó el perdón perfecto que nace del amor, hoy vengo en espíritu, mas mi enseñanza es la misma. 22. Gozad teniendo por Maestro al modelo perfecto. En verdad os digo, que ni antes, ni después de Cristo, habéis tenido un ejemplo como el que Él os dio. 23. ¿Seria perfecto el Maestro, si el discípulo le superase en sabiduría? No. 24. Muy grandes llegarán a ser vuestros espíritus, pero nunca mayores que el de vuestro Señor; mientras mayor sea vuestro elevación, más alto y grande contemplaréis a vuestro Dios. 25. El soberbio siempre al final caerá abatido por sus obras, porque creyendo luchar para él, en realidad luchó contra si mismo. 26. La soberbia es el origen de muchos males y sufrimientos entre las criaturas de Dios. 27. Desde que se levantó el primer desobediente delante de mi Ley, ¡Cuánta miseria y cuántas tinieblas dejó a su paso! desde entonces existe el mal como una fuerza invisible. Yo permití que existiera esa fuerza sólo para someteros a prueba y por vosotros mismos quiero exterminarla. 28. Mas no por ello culpéis de vuestras faltas y caídas a determinado ser que personifique esa fuerza; pensad que para cada tentación existe una virtud en vuestro espíritu para combatir el mal. 29. Comprended y analizad el momento en que vivís. Yo os anuncié en el Segundo Tiempo que volvería y os dije cuáles serían las señales de mi venida. Quiero que la humanidad reconozca que estas señales han aparecido ya. 30. Si os dije que volvería, es que tenía algo más que deciros y que en aquel tiempo aún no os lo podía revelar porque no lo hubieseis comprendido. 31. Ahora vengo en espíritu y en verdad os digo: Hay quienes piensan que en los primeros tiempos estuve más cerca de vosotros que hoy: juzgan erróneamente, porque en cada una de mis venidas me he ido acercando más a vosotros. Recordad que en el Primer Tiempo descendí sobre un monte y desde ahí os envié mi ley grabada en una piedra; en el Segundo Tiempo, dejé lo alto del monte para descender a vuestros valles, haciéndome hombre para habitar entre vosotros; y en este tiempo para llegar más cerca, he hecho de vuestro corazón mi morada para manifestarme ahí y hablar desde su interior a la humanidad. 32. Hay quienes dudan a pesar de oír estas enseñanzas y de estos que dudan, unos llegarán a creer y otros seguirán en su incredulidad. Mas llegará el año de 1950 y ¡Cuánto frío sentirán en su espíritu, cómo se verán envueltos por aires huracanados, porque entonces habrá un principio de grandes dolores y pruebas entre la humanidad. 33. Después de mi partida en 1950, la tierra se estremecerá y el clamor de los hombres llegará al cielo y todo ello será a semejanza de la oscuridad y del huracán que ensombrecieron a Jerusalén el día en que expiro el Hijo de Dios. 34. Para muchos ese tiempo será de resurrección. Los espíritus caídos en tinieblas se levantarán a una vida de luz. 35. Profetizada estaba esta Era. Escrito estaba que Yo volvería. Mas he aquí al escuchar mi enseñanza a través de un hombre, muchos tuvieron duda y me negaron, otros no dieron la menor importancia a mi manifestación. 36. Viendo la insensibilidad y la dureza de los hombres ante mi palabra, he tenido que hacer aquellas obras que llamáis milagros para despertar a unos a la fe y atraer la atención de otros. 37. Hoy uno y mañana otro, se han ido quedando en torno a mi palabra, a ellos les he señalado simbólicamente en su frente. Es la marca divina que traen en su espíritu, y luego les he nombrado labriegos de mis tierras. 38. A éstos no les serán necesarios los libros de ciencia, filosofías o doctrinas para enseñáis; la luz de mi Espíritu Santo estará en sus entendimientos y su único libro será mi palabra. 39. Bienaventurados los que sintieron fe y se quedaron conmigo, porque ellos han tenido grande recreo con el concierto divino de mis enseñanzas. 40. Ser hijos de Dios, es lo que os hace dignos de esta gracia, porque vuestros méritos aún son escasos, no he contemplado vuestras manchas, Porque ha habido un manto que les ha ocultado, más ¿A quién pertenece ese manto piadoso? A María, vuestra Madre amorosa, quien vela incansablemente por cada uno de sus hijos. 41. Os fue concedido habitar en el mundo en esta Tercera Era, que será la de la perfección, la cual abrió Elías manifestando su espíritu por medio del entendimiento humano, y os anunció mi comunicación bajo la misma forma. 42. Más la etapa de preparación por medio de facultades humanas, toca a su fin. Pronto mi palabra dejará de escucharse en estos recintos y los que no supieron guardarla en su corazón, se sentirán como huérfanos, y habrá quienes creyendo lejano a su Señor, vayan después en pos de religiones donde encontrarme. 43. En cambio, los que hayan aprendido mis máximas divinas, serán los fuertes del tercer Tiempo, porque el camino se les mostrará claro. 44. He llamado a esta Era el tiempo de la luz y ved, mis hijos, a las naciones empeñadas en cruentas guerras fraticidas. 45. Vosotros que habéis sido llamados por Mi los hijos de la luz, orad por vuestros hermanos, velad por los pueblos para que esa luz llegue a sus espíritus y mañana penetren por el camino de mi Ley. 46. ¿Cuándo serán los hombres verdaderos discípulos de Cristo? Yo, a través de Jesús, siempre os enseñé la obediencia, la humildad y la caridad: He ahí el camino. 47. Os he anunciado la llegada de grandes multitudes procedentes de otros países de la Tierra. Motivos materiales en apariencia les traerán a vuestra nación, más en el fondo será para que reciban la “buena nueva" de la palabra que os traje en este tiempo. 48. Pero meditad seriamente en esta misión, ¿Qué vais a entregar, a enseñar o a testificar, si no os preparáis, ni preparáis a vuestros hijos? 49. Meditad en vuestra responsabilidad, para que aumentéis vuestro ahínco por penetrar en mi doctrina y llegada la hora en que a vuestras puertas llamen, estéis preparados para ofrecer el manjar divino, por medio de vuestros pensamientos, palabras y obras. 50. Tened fe entregándoos a Mí y entonces Yo hablaré por vuestra boca. 51. También sé deciros que de los padres de familia que sepan elevarse y espiritualizar su vida, haré brotar hijos que traigan la salud y la fuerza en su cuerpo y un mensaje de sabiduría en su espíritu. 52. En esta casa de oración donde os congregáis para escucharme, encontraréis el consuelo a vuestras penas y el valor para afrontar las pruebas que habrán de venir; pero también vuestro espíritu al elevarse me muestra la simiente que va recogiendo con su trabajo. 53. En verdad os digo que el espíritu nunca sentirá fatiga trabajando en mis tierras, por lo tanto el reposo del sepulcro no será para él, aún después de la muerte de su materia, seguirá trabajando por su elevación y perfeccionamiento. 54. Si mi palabra ha venido a iluminar el sendero de vuestra lucha espiritual en la Tierra, mayor luz encontraréis en el más allá al continuar vuestra jornada hacia el Creador. 55. Mi luz divina brilla en todo el Universo. 56. Obedeced mi Ley, pero que vuestra obediencia nazca de la comprensión hacia el amor infinito del Padre por vosotros. Oídme y orad, pero no os levantéis por los caminos antes de sentiros fuertes, porque no podréis resistir los huracanes ni los torbellinos. 57. Os estoy mostrando el camino y preparando para que nunca lo abandonéis; en verdad os digo: aquél que en mi nombre siembre el bien, que es caridad, amor y paz, ese va por mi camino y encontrará la salvación. 58. La única penitencia que os pido, es que dominéis el egoísmo, para qué sirváis con pureza y buena voluntad a vuestros semejantes. 59. Estudiad con atención esta palabra que os doy a través de muchos portavoces, porque cada uno de ellos tiene su propio don. No despreciéis al que os parezca torpe, porque cuando haya terminado esta manifestación al finalizar 1950, cuántos desearán volver a escucharme aun cuando fuese través de aquél que no les satisfacía. 60. Mas os concederé la gracia de que mi palabra quede escrita por quienes he destinado y preparado para esta misión, para que mañana no os sintáis como el huérfano que perdió su heredad; y cuando ante vosotros lleguen lar multitudes y los postreros, les mostraréis el libro de mis enseñanzas como el más fiel y verdadero de los testimonios de lo que os dije, para que vosotros seáis con vuestra vida y vuestra palabra como un libro de verdad y ejemplos, os falta mucho aún. 61. Ese libro despertará a muchos espíritus dormidos y sus dones ocultos se desarrollarán, su lectura inspirará y preparará a las nuevas generaciones llevándolas paso a paso a la comunicación espiritual con mi Divinidad. 62. Labriegos, recreaos pensando que os escogí pecadores para convertiros en mis instrumentos y salvar a otros perdidos. ¿Podréis alguna vez cansaros o hastiaros de llevar la paz, el alivio o la alegría a los que sufren por falta de estas virtudes? Nunca busquéis el desierto o la soledad de la alcoba para impedir que las lamentaciones lleguen hasta vosotros; reconoced que este es un tiempo decisivo para todo espíritu y que tenéis que enfrentaros al dolor. Pronto plantaréis árboles por mi voluntad en distintas comarcas, así he llamado en mi palabra a los recintos y casas de oración; para ello preparaos y dejad que el mundo espiritual se manifieste en forma amplia entró vosotros, para que tengáis la explicación justa de mis enseñanzas. 63. Corto es el tiempo que os resta de escuchar a esos mensajeros de mi Divinidad. Cercano está el año de 1950 y ¿Qué adelanto en mi Obra vais a presentarme? Ved que del profundo letargo espiritual os he despertado para que no vayáis a imitar a las vírgenes de la parábola que dejaron apagar su lámpara; si dormís cuando escuchéis la última palabra de vuestro Señor despertaréis sorprendidos. 64. Mirad entre vosotros a los que vienen cansados de caminar. Unos vienen tranquilos ante su conciencia; otros en cambio, llegan con remordimientos. 65. Todos venís atraídos por el rumor de que me encuentro hablando a la humanidad, y cuando escucháis esta palabra, oís que os dice el Padre: “Aquí estoy entre los hombres para hacerles oír mi enseñanza y cumplirles una promesa”. 66. Aquí tenéis la nueva oportunidad de escuchar al Maestro y recibir sus lecciones, A cada uno estoy recordándole sus dones y señalándole su misión; quien sea constante y fuerte en el camino, pronto conocerá mi Reino. 67. Nadie podrá arrebatar la luz de aquel que celosamente sepa guardarla y con su virtud sepa hacerla brillar. 68. Sois pasajeros en esta vida terrestre y como discípulos de esta enseñanza espiritual, así lo debéis comprender. A todos os recibo con amor perfecto y con ese amor os juzgo. ¡Cuán diferente es el juicio de vuestro Señor, al juicio de los hombres! 69. De los ciento cuarenta y cuatro mil señalados por Mí, para el desempeño de una misión espiritual, una parte escuchará mi palabra a través de estos portavoces, otra recibirá espiritualmente mis mandatos ayudada por el don de intuición y otra, habitando en el más allá cumplirá su misión sobre la humanidad en forma espiritual. 70. Mi luz ha de resplandecer en todos los sitios de la Tierra. 71. Algunos preguntan al Maestro cuándo serán estos acontecimientos, y de cierto os digo que mucho depende también de vuestra voluntad y perseverancia. 72. Los que no despierten estando en materia serán levantados de la Tierra para que su espíritu se despoje de cuanto le ata, o le impide reconocer 73. Muchas veces os he dicho: no esperéis mejores tiempos para trabajar, porque no sabéis si los que vienen sean más difíciles. 74. Cumplid para que no tenga que reclamaros más tarde muchos errores que la humanidad cometa. 75. Hay quienes me dicen: “Padre, esperadme un tiempo más” y he aquí que os digo: Yo puedo esperar más y más el retorno del hijo, porque Yo soy la eternidad, pero pensad que os he enviado a conquistarla. 76. Otros me dicen: “Señor, levantadme mejor de este mundo, porque no puedo más”. 77. ¿Cuándo viviréis conformes con vuestro destino? ¿Cuándo comprenderéis que muchas de vuestras penas, son la expiación por medio de la cual os estáis descargando de un pesado fardo de imperfecciones? Sólo la comprensión y la conformidad os pueden dar la paz. 78. Con cuánta lentitud habéis caminado por la senda de los conocimientos del espíritu. 79. Muchos siglos de revelaciones y experiencias habéis vivido y aún os encuentro como frágiles párvulos cuando veo que no sabéis contestar a una pregunta, o cuando no sabéis salir avante en las pruebas que encontráis a vuestro paso. 80. Quiero que todos lleguéis a ser mis discípulos, que todos logréis despojaros de aquello que os haya impedido mirar de frente a la verdad. 81. Concebid tan sólo en espíritu, para que no tropecéis con dificultades para comprender mi Palabra. No olvidad que fuisteis los que no podíais imaginar que Dios no fuese una forma, que al pensar en Mí, al instante forjabais en vuestra mente la figura de un ser humano de proporciones gigantescas, un ser que aunque con forma, no se dejaba ver y estaba oculto siempre tras un espeso velo de misterio. 82. Si Yo me hice hombre en Jesús, no fue para daros a entender que Dios tiene forma humana, sino para hacerme ver y oír de quienes estaban ciegos y sordos para todo lo que es divino. Si el cuerpo de Cristo, hubiese sido la forma de Jehová, en verdad os digo, que ni hubiese sangrado ni hubiese muerto, fue un cuerpo perfecto pero humanizado y sensible para que la humanidad lo viese y a través de él oyese la voz de su Padre celestial. 83. Siempre que vuestro concepto sobre lo divino ha estado alejado de la realidad, he venido en vuestra ayuda para destruir fantasías e irrealidades y haceros penetrar en la verdadera senda. 84. Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Mi doctrina no habla de muerte. Si os hablo frecuentemente de la existencia del reino espiritual, es que allí está la vida y la dicha eterna como una promesa para vuestro espíritu, mas no lo hago para que deseéis la muerte y aborrezcáis esta vida. 85. Mi Palabra en este tiempo os habla sobre la vida espiritual, y es porque ya habéis llegado en vuestra evolución a aquel capítulo del Libro de la Vida, que muestra al espíritu los misterios no revelados. 86. Si el hombre posee espíritu, natural es que éste le revele algunos indicios de su naturaleza; pero ya os he dicho que mientras la influencia de la materia no se someta al dominio y dictados del espíritu, muy poco podrá el hombre penetrar en sí mismo para mirar su luz interior y oír su voz espiritual. 87. Cuando llegáis a tener un instante de recogimiento y de meditación, sin daros cuenta penetráis en comunión con lo espiritual y tenéis la sensación de lo eterno y de que algo de aquella eternidad vive y palpita en vuestro ser. Así fue como en los primeros tiempos la humanidad descubrió que en si llevaba un ser, una naturaleza que no era de este mundo, sino que pertenecía a otra morada; y eso no la atemorizó, por el contrario, la llenó de esperanza, porque vio que su vida no se limitaba a la breve existencia en esta Tierra; presintió que su espíritu, al desprenderse del cuerpo, se elevarla hacia una mansión en la que hallarla un goce que en este mundo no había encontrado, una satisfacción justa para su ideal elevado. 88. Yo vine al mundo a robustecer con mi doctrina todas aquellas inspiraciones y a esos soñadores de mundos de sabiduría, de amor y de justicia, donde no hay lágrimas, miserias ni discordias, les dediqué mi Sermón de la Montaña, para que perseverasen en su esperanza. 89. Con cuánta dulzura y amor enseñaron a la humanidad los primeros maestros del Cristianismo. La fuerza de su palabra estuvo en la verdad de sus obras, con las cuales convertían e invitaban a la espiritualidad. 90. Los llamo maestros, porque enseñaron según mi ejemplo. Si alguien después ha querido ensenar obligando a creer sin comprender el sentido de mis enseñanzas, ése no ha sido maestro. Si ha hecho uso de la fuerza privando a sus hermanos de la libertad de pensar, de creer y razonar, ése no me ha imitado y sí ha privado a los espíritus del anhelo de penetrar al fondo de mis revelaciones. 91. Cuando mi nombre y mi doctrina se han tomado para subyugar pueblos o para infundir temor y por ese temor se ha obligado a los hombres a creer, Yo os digo que el fin que se ha perseguido no ha sido espiritual, sino que se ha ido tras del poder terrenal. Cuán distinto era el propósito del Maestro cuando os dio sus palabras y ejemplos, que podríais condensar en aquella frase “Mi reino no es de este mundo”. 92. Penetrad en mi barca, que ella nunca zozobrará; mas no dudéis como Pedro, al creer que el Maestro dormía, porque ya no sería mi voz, sino el dolor el que os dijera: “Ah hombres de poca fe”. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 4 1. Cada vez que venía a escuchar mi palabra, sentís que dejáis en Mí vuestro dolor, mas ¿Por qué cuando retorno a vosotros, volvéis a presentarme vuestro corazón colmado de amargura? 2. Ya es tiempo de que aprendáis a retener mi paz. 3. Esta Era es de preparación y por doquier surgen árboles en pueblos, ciudades y comarcas para brindar su sombra espiritual a los caminantes. 4. Esos caminantes son las multitudes que van llegando ante esta manifestación, y al escuchar mi palabra que les dice que ya en otros tiempos se han sombreado bajo el follaje del Árbol de la Vida, reconocen íntimamente que no han sabido aprovechar los tiempos para acercarse a la tierra prometida. 5. ¿Quién de vosotros sintiendo que se halla ante una nueva oportunidad de redimirse, volverá a negarme como lo hizo en los tiempos pasados? ¿Quién rehuirá a su misión y desoirá la voz de su conciencia? ¿Quién permanecerá durmiendo el sueño de su materialismo, después de haber sido despertado por esta voz? 6. Se ha estremecido vuestro espíritu cuando, a pesar de vuestra iniquidad, habéis escuchado al Padre deciros que os ama, que os perdona y os ayuda a regeneraros para que lleguéis hasta Él. 7. Os habéis doblegado ante el amor divino y llenos de alegría os levantáis buscando a los enfermos para que se apresuren a llegar a la presencia del Maestro y en El sanen sus males. 8. He aquí el árbol, ofreciendo a los hombres sus frutos espirituales. 9. Yo soy el Árbol de la Vida Eterna. Recordad a Cristo en la cruz, fue semejante a un árbol, cuyos brazos como ramas se extendieron amorosamente para dar sombra a la humanidad; sus palabras vertidas lentamente en aquella multitud y su sangre cayendo gota a gota, fueron como frutos desprendidos del árbol Divino. 10. Próximo se encuentra el año de 1950, en el que dejaréis de escuchar esta palabra que es fruto celestial para vosotros; y entonces el árbol, el fruto y la sombra, estarán en vuestro espíritu. 11. Los que para aquel tiempo se encuentren materializados y fanatizados con mi palabra, intentarán retenerme y me pedirán que les hable un tiempo más bajo esta forma; mas eso no podrá ser porque Yo os he dado a conocer mi voluntad y ella escrita está. 12. Los ruiseñores que han entregado mi palabra enmudecerán para esta manifestación y Yo premiaré su obediencia con el don de la palabra y de la inspiración. 13. Aún no conocéis lo que en mis altos juicios tenga dispuesto para aquellos tiempos. Desde hoy os digo, que en aquella hora bendita quiero que todos cumpláis mi voluntad, porque los obedientes serán por su mansedumbre como ovejas; y los desobedientes por su necedad serán como macho de cabrío. 14. Mas no es mi voluntad que os juzguéis los unos a los otros; será mi justicia perfecta la que juzgue a cada uno de mis hijos. 15. Oídme, pueblo: no me dejéis hablando solo en el desierto; aún tenéis tiempo para meditar y aprender. 16. Nadie pretenda hacer su voluntad, aunque el hombre podrá hacer la suya pasajeramente, porque viene a él la justicia del Señor y entonces sólo se cumple lo que está decretado por Él. 17. Preparaos, profetas del Tercer Tiempo, para que pongáis alerta a las multitudes y ellas no sean sorprendidas por los falsos cristos y las falsas comunicaciones. 18. No dudéis de estas palabras sólo porque os las estoy entregando por medio de un portavoz torpe y humilde. 19. Levantaos y anunciad a todos estas enseñanzas, porque el tiempo ya es muy corto. 20. Una sola palabra de luz bastará para mantener despiertos a vuestros hermanos. 21. Cambiar los defectos por cualidades, será la noble aspiración de los espiritualistas venideros, aquéllos que sobre las ruinas de la vida humana, levanten un reino superior. 22. Serán las generaciones del futuro las que construyan ese mundo moral, de ciencia y espiritualidad elevadas; mas vosotros los presentes, podéis hacer mucho. Con un poco de buena voluntad apartaréis las ruinas, los escombros de un pasado de errores y profanaciones, dejando de ello sólo la luz de una experiencia larga y dolorosa. Si os esforzáis por conduciros en el camino de los buenos sentimientos, para que vuestra mente se ocupe en las virtudes y vuestros labios sean el fiel instrumento de la verdad e inspiración que germine en vuestro espíritu. Yo os bendeciré y os haré vislumbrar la luz de aquel reino de paz que entre todos construiréis. 23. Aunque vuestros pies estén tocando la tierra, no dejéis que en ella se detengan vuestros anhelos. Elevad más y más vuestras aspiraciones, sin olvidaros de dar a Dios lo que es de Dios y al mundo lo que a él corresponde. 24. Mi palabra es para todos, pero no todos la reciben en la misma forma. Muchos la escuchan con indiferencia, pero hay quienes ya no podrían vivir sin el deleite de escucharme. Entre éstos, he contemplado al que viene sin haber probado alimento material y al oír mi palabra se ha olvidado de sus necesidades y privaciones, y cuando ha salido del recinto, se ha sentido tan lleno de fortaleza y de esperanza, de paz y de consuelo, que ha llegado a musitar: Ciertamente “no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios”. 25. Sólo Yo contemplo lo que guarda cada corazón, sin que nadie lo conozca; encuentro ovejitas tristes, sedientas, enfermas o fatigadas; criaturas sin amor Y sin hogar que sin embargo al escucharme dicen: “Soy feliz escuchando al divino Maestro, porque todos mis pesares se disipan y el corazón se me inunda de luz y de alegría”. 26. Otros, en cambio, se aletargan y no dejan enternecer su corazón como en los primeros días en que oyeron la voz de su Señor, mas ¿Cómo continuar la lección, mientras unos escuchan y otros no, mientras unos me sienten y otros permanecen insensibles? 27. Discípulos: volved en vosotros, escuchadme y sentidme como antes. Acordaos cuando confesasteis que esta palabra era vuestra vida y la luz de vuestro destino. No olvidéis que hoy os digo que lo que necesitáis se os dará llegada la hora. 28. Volved a poner aceite a vuestra lámpara para que vuelva a brillar la flama de la fe y del saber. 29. No durmáis, velad y orad, que el Maestro puede sorprenderos penetrando en vuestra estancia como antes, como en aquellos días de entusiasmo espiritual, en que a cada paso sentíais mi presencia. Veréis como vuestra vida de nuevo se verá iluminada con aquella luz que sin daros cuenta dejó de alumbraros y ella os devolverá la confianza en un futuro pleno de abundancia y de sabiduría. 30. Dadme unos y otros vuestros pensamientos; ofrecedme vuestro corazón, cada amargura y sufrimiento serán como flores que Yo reciba; flores de dolor, de amargura, de desengaño, pero flores al fin, porque ellas hablan de purificación, de aroma que se eleva hacia Mi. 31. Penetrad en silencio, oh espíritus que recibís mi luz mientras vuestro corazón me expresa sus penas, dejad en Mí vuestras lágrimas y en cambio llevad mi bálsamo. 32. El Padre, el Ser Supremo os está contemplando. No os mostréis vencidos ni impotentes ante El, porque al formaros os dio su fuerza. 33. Si son intensos vuestros pesares más grande es su misericordia. Haced méritos de fe, de amor y no dudéis que Él os llevará para siempre al Reino de su bondad y de su sabiduría. 34. Humanidad: confiad en Mí y cuando os sintáis desfallecer, dadme el peso de vuestra cruz mientras recobráis las fuerzas. 35. Sabed que este mundo es una fuente purificadora y que al salir de él para retornar a vuestra verdadera morada, vuestro espíritu brillará como luz en los espacios. Recordad que os dije: Quien me busca me encuentra, quien busca, halla. Vosotros me habéis buscado y os encontráis delante de Mí. 36. Mas también hay quienes buscándome no me encuentran, porque lo hacen en donde Yo no puedo estar. Estos llegan a dudar hasta de mi existencia sin saber que me tienen muy cerca, que me llevan en ellos mismos. 37. No me encuentran en su propio corazón, porque son como templos cerrados. La paz y la luz que en ellos existe, quedó oculta. Más ahí está el verdadero santuario donde habito esperando que a él penetréis para hablaros de profundas revelaciones y explicaros el porqué de muchos misterios. Cuando habéis penetrado sabéis de dónde venís y a dónde os conduce el destino, y os asombráis de haberme hallado donde antes nada contemplasteis. Mas quien no conoce ese santuario, edifica en lo material su templo, levanta en él un altar y sobre de él coloca un dios hecho por sus manos. Hasta que los tiempos pasan y se convence de lo imperfecto de su culto, despierta y se levanta en busca del Dios espiritual, del Dios de verdad, del único Dios, porque aquél que forjó, nada tuvo que darle, porque carecía de vida. 38. Es Dios quien ha dado vida al hombre, el que lo ha creado y no el hombre quien puede crear dioses y darles vida. 39. A medida que vais escuchando esta palabra, os acercáis a la comprensión. Cuando esta iluminación sea de lleno en vuestro espíritu, me diréis: “Señor, hecho está el milagro”. 40. Así comprenderéis cuáles son las obras que en espíritu vengo haciendo en este tiempo. 41. Vuestra espiritualidad no exigirá los prodigios y pruebas del Primero y Segundo Tiempo, para creer en Mí. 42. Hoy veréis espiritualmente descender el maná celestial; veréis manar agua de arrepentimiento de las rocas que son los corazones de los grandes pecadores. Veréis muertos a la fe y a la virtud resucitar a la vida; enfermos de lacras morales que se limpian y ciegos a la verdad que abren sus ojos para contemplar mi esplendor. 43. Si en el Segundo Tiempo, mi nacimiento en cuanto hombre fue un milagro y mi ascensión espiritual después de mi muerte corpórea fue otro prodigio, de cierto os digo que mi comunicación en este tiempo, a través del entendimiento humano, es un prodigio espiritual. 44. Hasta la última de mis profecías se cumplirá en este tiempo. Os dejo mis tres testamentos formando uno solo. 45. Quien no haya conocido antes al Padre como amor, sacrificio y perdón, conózcalo plenamente en este tiempo, para que en vez de temer su justicia, le ame y le venere. 46. Si en el Primer Tiempo os apegasteis a la Ley, fue por temor a que la justicia divina os castigara, más por eso os envié a mi Verbo para que conocierais que Dios es Amor. 47. Hoy mi luz viene a vosotros para que no os perdáis y podáis llegar hasta el final del camino siendo fieles a mi Ley. 48. Mucho habéis servido al mundo y él os ha pagado mal, más ¿Cuándo se os dijo que el hombre habría de ser siervo del mundo? ¿No sabéis o no recordáis que se os dijo que os enseñoreaseis en la Tierra? ¡Cuántas veces habéis tenido que llegar ante mi presencia como el hijo pródigo! 49. Es mi deseo que lleguéis a Mí llenos de méritos, de virtud y de humildad. 50. Os encontré cubiertos por la lepra espiritual y con sólo quererlo os sané. De la misma manera quiero que vosotros sanéis a vuestros hermanos, sin sentir repulsión por sus pecados. Serán entonces vuestras obras las que testifiquen que me amáis y no vuestros labios los que lo pregonen sin que el corazón lo sienta. 51. No imitaréis a los fariseos que en la sinagoga hacían alarde de ser dignos de Dios y públicamente por las calles hacían ostentación de la 52. Guardad de mis lecciones para que las estudiéis detenidamente, porque se acerca el día en que dejaréis de escuchar esta palabra a través del entendimiento del portavoz y entonces, los que aprendieron y comprendieron, serán fuertes como soldados invencibles. 53. Ya preparados, hablaréis inspirados por Mí, y en esta forma sencilla doctrinaréis a la humanidad. Mientras algunos de mis nuevos discípulos tendrán que ir en busca de los hombres, otros tendrán que esperar a que lleguen sus hermanos buscando en ellos mi enseñanza. 54. Pueblo: explicad mi palabra y mi lección a la niñez; mirad que mi Doctrina no se detiene ante edades ni sexos; ella es para el espíritu. 55. Dad mi enseñanza a los niños, simplificándola y poniéndola al alcance de su mente, pero nunca olvidéis que la mejor forma de explicar mis lecciones, será a través de la virtud de vuestra vida en la que ellos verán vuestras obras de caridad, de paciencia, vuestra humildad y espiritualidad. Esa será la mejor forma de doctrinar. 56. Habladles de Jesús, habladles de María y de todos aquellos hombres y mujeres que han traído al mundo un mensaje de luz: Así les trazaréis el camino hacia Mí. 57. Decidles que en el día de descanso vuestro espíritu penetra en mi santuario para glorificarme. Porque seis días dedicáis a vuestros deberes y afectos humanos, para luego descansar uno y de él consagráis unos instantes a la meditación y culto a vuestro Señor. 58. Ahí me encontraréis esperándoos. Siempre esperando vuestra oración que es el lenguaje con el que me habláis de vuestras cuitas, de vuestro amor o me dais gracias. 59. Habéis penetrado en mi santuario formado de multitudes ansiosas de oír mi divina palabra, y en verdad os digo, que he desbordado en vosotros un torrente de enseñanzas. Esta palabra será semilla fecunda en vuestro espíritu para que os convirtáis en mis labriegos. 60. Venís con gratitud en vuestro corazón, porque antes de deciros que fueseis a extender la caridad, os concedí un prodigio, ya dándoos salud, ya la paz o algún otro bien perdido. 61. Hoy en vuestra gratitud me decís: Maestro, ¿Qué podré hacer para compensar tanto amor? Entonces os muestro las extensas tierras para que las limpiéis de ortiga, de pedruscos y sembréis la semilla de amor, de paz y caridad. 62. Antes de enviaros, os lleno de fortaleza y de fe para que no flaqueéis, ni os acobardéis en la lucha. Muchas veces veréis vuestro trigo nacer y crecer entre cardos y espinas y ahí lo cuidaréis hasta que llegue el tiempo de segar, para que apartéis el trigo de la cizaña. 63. Cuando más sufrimientos os cueste cultivar las tierras, mayor será vuestro cariño por ellas y vuestra satisfacción al verlas florecer. 64. De cierto os digo que este trigo espiritual que cultivéis bajo mi enseñanza, será pan de vida eterna para vuestros descendientes, más allá de la séptima generación. 65. Oídme incansablemente, ¡Oh discípulos que de plácemes os encontráis! Le hablo a vuestro espíritu a través de estos labios impuros de los hombres por los cuales me comunico. Más en verdad os digo que mi palabra no se contamina de esa impureza, ella llega limpia a vuestro espíritu. 66. Estudiad mi enseñanza, a fin de que comprendáis cuál es la tierra, cuál es la semilla, el agua y la herramienta, y sepáis cuál es la forma perfecta de preparar, sembrar, dar riego y cultivar la tierra. 67. El labriego que en esta forma trabaje, sabrá distinguir el buen fruto del malo. 68. Mirad cuántos se han levantado creyendo que ya saben sembrar y en vez de este trigo han sembrado extrañas simientes, las cuales al fructificar, les han dado espinas. 69. Quiero que surja el labriego del Tercer Tiempo, por eso hago el llamado de las grandes multitudes para que dé entre ellas se levanten los que en este tiempo me han de seguir. 70. Así, mientras os doy una lección tras otra, va acercándose el tiempo en que de lleno tomáis vuestra misión. 71. A vuestro paso encontraréis tierras sembradas en otros tiempos y que solo esperan riego y cultivo; ellas son los espíritus en los cuales se encuentra la semilla de la fe recibida desde el tiempo de los profetas y de mis apóstoles. 72. Unos llevan la semilla del Primer Tiempo, otros la del Primero y Segundo y en ellos depositaréis vosotros la que os he dado en este Tercero, ya que poseéis la simiente de los Tres Tiempos, por lo cual os llamo Trinitarios. 73. Esta es la vida y la obra que os espera. ¿Por qué teméis a la lucha, si todo os lo estoy dando? ¿Por qué veo lágrimas en los ojos de algunos labriegos cuando lo más fuerte de la lucha aún no ha comenzado? Quiero que creáis que me encuentro cerca de vosotros; que vuestros dones son una realidad, que todo cuanto me pidáis para vuestro perfeccionamiento espiritual, en los instantes de prueba, en los trances difíciles, os lo concederé. No quiero ver más flaqueza en vosotros. 74. Los más, olvidando al espíritu, venís a pedir para el cuerpo, pan, bálsamo, trabajo y en todos obro un prodigio, porque esos también serán testimonios que mañana enciendan fe y esperanza en el corazón de vuestros hermanos. Mas no me pidáis tan poco, eso que os parece- mucho, pronto termina; mejor pedidme beneficios eternos, bienes espirituales. Yo, por añadidura, os daré lo del mundo. 75. Más tengo que daros que vosotros que pedirme, por lo tanto no os conforméis con tan poco. 76. Yo puedo convertir los corazones en fuentes de caridad inagotable; puedo llenar de inspiración las mentes y de verbo los labios; puedo daros el don de curación y la potestad para disipar las tinieblas y vencer el mal. 77. El que tenga estas aspiraciones, verá surgir de si mismo las virtudes que estaban ignoradas en su espíritu. ¿Quién cerrará sus puertas al que llame, poseyendo tales dones? ¿Qué caminos podrán parecerle escabrosos y largos, a quien goce de mi fortaleza? ¿Qué tiempos podrán parecerle inclementes, si sobre los mismos elementos puede tener potestad? 78. ¡Oh discípulos, vuestra más alta misión será la de la caridad! Muchas veces la entregaréis secretamente, sin ostentación, no dejando que la mano izquierda sepa lo que ha dado la derecha, pero habrá ocasiones en que vuestra caridad tenga que ser vista por vuestros hermanos para que aprendan a impartirla. 79. Descuidad el pago, Yo soy el Padre que premia con justicia las obras de sus hijos, sin olvidar una sola. 80. Os he dicho que si un vaso de agua diereis con verdadera caridad, ese no quedará sin galardón. 81. Bienaventurados los que al llegar a Mí me digan: “señor, nada espero en pago de mis obras, me basta existir y saber que soy vuestro hijo para que mi espíritu se llene de felicidad”. Y Yo os digo: venís llorando, porque habéis perdido el camino, la salud y las llaves del trabajo, y es entonces cuando os acordáis de vuestro Padre celestial. 82. Pues heme aquí ante vosotros; estáis delante del Maestro y no importa el motivo que os haya traído. 83. Venid a oír mis lecciones, unas son para los discípulos, mas también hay otras dedicadas a los párvulos. 84. No os avergoncéis de encontraros entre hermanos adelantados en mis enseñanzas, ante los cuales tratéis de ocultar vuestra ignorancia. Ellos también llegaron como vosotros. 85. Aprended la divina lección vosotros que vais llegando para que tengáis que ofrecer a los que vendrán después de vosotros. 86. A nadie extrañe que haya venido a buscar entre la escoria a mis nuevos discípulos, regenerándolos con mi palabra para enviarles después a la humanidad con un mensaje de regeneración, de vida y de luz para sus hermanos. 87. Entre pecados, imperfecciones y profanaciones de este pueblo, se ha manifestado la luz de mi Espíritu en este tiempo. Así he venido luchando por vencer esas tinieblas, hasta hacer brillar la luz. 88. Bienaventurados todos los que, cerrando sus ojos a tanta imperfección humana y elevándose sobre tanta miseria, han sabido encontrar mi presencia en mi nueva manifestación. 89. Este pueblo rudo y pecador, irá siendo pulimentado y purificado, porque de generación en generación tendrá que dejar manifestar mi Obra espiritual con mayor perfección. 90. Dejad de ser los que fuisteis ayer; dejad los cultos retrasados, las malas costumbres y buscad vuestro mejoramiento espiritual. 91. Vine a sorprenderos precisamente en el tiempo anunciado por Jesús y los profetas de mi nueva venida; ahora al cumplirse mi promesa, miráis el pecado en su mayor altura de perversidad, las ambiciones y los odios humanos manifestándose en guerras, como resultado de las tinieblas que envuelven al espíritu de la humanidad en este tiempo. 92. Y cuando eran más espesas las tinieblas, he aquí que un rayo divino descendió a rasgarlas haciéndose palabra humana para decir a los hombres Amaos los unos a los otros. 93. Velad y orad y no os juzguéis los unos a los otros, para que no tenga que repetiros: “El que se encuentre libre de pecado, que arroje la primera piedra”. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 5 1. Este es un instante de gozo para el Espíritu Divino, porque ante el arca de la Nueva Alianza se ha congregado el Pueblo de Israel. 2. He venido nuevamente a trazaros mi huella y la habéis seguido: os he sustentado y os he engalanado con mi gracia. 3. Este es un día que Elías ha preparado y esperado mucho, y ha llegado el instante en que su espíritu se regocije. Elías presenta limpias a sus ovejas, porque antes hizo que se lavaran en la fuente de la gracia que es el arrepentimiento, la regeneración y la elevación. El número de las que hoy me presenta el Pastor es corto, es apenas el principio de la formación de mi pueblo, más quiero que los primeros se encuentren unificados, para que den ejemplo a los postreros. 4. No quiero que lleguéis ante Mi cabizbajos y avergonzados como el hijo pródigo; quiero que miréis la casa de vuestro Padre como vuestro propio hogar. 5. La campana se encuentra llamando, la hora ha llegado, las multitudes se acercan. Las ovejas que duermen despertarán, porque Elías se acerca preparando al espíritu de niños, jóvenes y ancianos, para que reciban la luz de mi palabra y les disponga para la comunicación con mi Espíritu. 6. Las multitudes han atendido a mi llamado y vienen en busca de mi palabra que es para ellos como alcanzar la Tierra de Promisión. Vienen ansiosos de oír mi voz que es paz y consuelo, porque las vicisitudes, angustia y dolores les hacen sufrir en su camino. Son los que en vez de ofrenda traen peticiones; unos me presentan enfermedades, otros falta de trabajo y otros pobreza y lágrimas. A todos les entregaré por añadidura y les haré comprender que el espíritu está antes que el cuerpo; hoy son mis párvulos, más por medio de estos beneficios, me seguirán hasta que al fin se conviertan en mis discípulos. 7. Os doy mi fortaleza, para que no seáis vencidos por las tentaciones que mucho os acecharán en esta jornada. Quiero que entre vosotros exista amor, caridad, unión. Es mi voluntad que en este tiempo del Sexto Sello, la humanidad me busque a través del espíritu. 8. Quiero elevaros hacia Mí; si para ello vine en el Segundo Tiempo a hacerme hombre y a entregaros mi vida, ahora que me comunico a través del entendimiento humano os daré mi esencia divina, y no os dejaré dormir en vuestro cumplimiento, mientras Yo llevo la cruz a cuestas. Os enseñaré a llevar sobre vuestros hombros, la parte que a cada quien corresponda. El camino será reconocido por vosotros, él está trazado con huella de sangre y de sacrificio. Si queréis un camino florido y lleno de placeres, ése no os conducirá a la cumbre del monte donde debe culminar vuestra jornada. 9. Os he nombrado el “Pueblo Mariano”, porque sabéis amar y reconocer a la Madre Divina y llegáis a ella como el niño que necesita ternura o como el pecador que busca intercesión. 10. La presencia de María en el mundo, es una prueba de mi amor por los hombres; su pureza es un milagro celestial revelado a vosotros. De Mi descendió a la Tierra para hacerse mujer y en su seno germinase la semilla divina, el cuerpo de Jesús, donde hablaría el Verbo. Ella viene a manifestarse nuevamente en este tiempo. 11. Como un arca celestial será el amor de María para vosotros; con Ella os reuniréis, como se reúnen los hijos en torno de la madre. Oíd su dulce palabra y que Ella no encuentre endurecidos vuestros corazones, conmoveos y arrepentíos, para que penetren en vosotros su luz y sintáis su ternura. Una vez así preparados, prometed ante vuestro Dios, ante María y delante de Elías, que formaréis un solo cuerpo y una sola voluntad; prometed ante el Arca de la Nueva Alianza, que lucharéis incansablemente por arrancar de vuestro corazón el egoísmo, el odio y el fanatismo; y si cumplís vuestra promesa, en verdad os digo: la purificación que por medio del dolor estáis sintiendo, pasará. 12. Pueblo, si hasta las rocas sienten la justicia de mi palabra ¿Cómo no la habéis de sentir vosotros? Si la tierra se estremece a mi sola voz, si las aguas se agitan ¿Cómo no ha de conmoverse vuestro espíritu si es la criatura más elevada de la Creación? 13. El Maestro vendrá incansablemente a doctrinar y a entregaros su dulzura con las más hermosas lecciones. 14. Tratad de conocer el sentido que encierra el Arca de la Nueva Alianza, porque el tiempo de la lucha se acerca. Si Jesús desde la cruz dijo: Padre, perdónales porque no saben lo que hacen, fuisteis perdonados, hoy quiero que contempléis mi luz, para que no infrinjáis más la Ley. 15. Está cercano el tiempo en que aquellos que llamáis extranjeros vengan en busca de mi palabra y en que las nuevas generaciones surjan con mayor espiritualidad. Pronto veréis entre vosotros, hombres de diferentes colores y lenguas; que me escucharán con amor y se convertirán en mis discípulos; porque mi palabra habrá de repercutir hasta los confines de la Tierra. Cuando ellos hayan sido doctrinados, retornarán a sus países llevando este mensaje. 16. Discípulos, que extasiados escucháis mi palabra, porque vuestro espíritu ha sabido elevarse; ahí donde habéis penetrado espiritualmente, está el santuario, el templo del Espíritu Santo. Os habéis preparado con humildad, os reconocéis como hermanos, os amáis en mi Divinidad y habéis alcanzado esta gracia. 17. Sed apóstoles de esta causa, para que trabajéis por la reconstrucción de todo lo que Yo instituí y que vosotros habéis profanado. No seáis débiles, porque todo el que ostenta la señal divina, será invencible. Si queréis conservar por siempre esta gracia, no os perdáis por los caminos de fango; no os internéis más por las oscuras selvas, porque el Pastor divino os encontrará llorando como ovejas perdidas. 18. Trabajad todos en la construcción de este santuario, que ningún mérito quedará ignorado por Mí. Mi palabra os enseñará, vuestra conciencia os guiará y vuestra intuición os dirá en qué instante y en qué lugar debéis expresar mi palabra y practicar la caridad. 19. Buscad las tierras para sembrar y preparadlas apartando los pedruscos; las tierras estériles tornadlas en fecundas, porque de vuestro trabajo espero grandes frutos; así habrá alegría tanto en el que da como en el que recibe. Yo os nombro mis soldados y os bendigo. 20. La trompeta que tiene el ángel del Sexto Sello, se ha dejado oír y vuestra promesa que espiritualmente habéis hecho ante Mí, queda escrita en el Libro de la Vida. 21. Trabajad, que el galardón os espera, cuando hayáis concluido vuestra obra. 22. Vosotros sois los labriegos que en los tres tiempos habéis recibido mi semilla; mas también sois aquellos que cuando habéis visto vuestros campos dorarse por el trigo, os habéis aletargado y dejáis que el gusano carcoma la raíz de las plantas haciendo que sus frutos sean vanos. 23. Recordad vuestra división en los primeros tiempos, vuestras infidelidades, vuestras caídas. He ahí, por qué os encuentro en este tiempo dispersos y debilitados. Recordad que os anuncié que volverla de nuevo a congregaros y heme aquí, como Maestro, no he venido a contemplar vuestras manchas, ni vuestras ofensas; he venido a perdonaros, a ungiros y a daros nuevamente mi sabiduría. 24. Este es el nuevo pacto que hacéis con mi Divinidad. Esta revelación es el Arca de la Nueva Alianza. Si queréis caminar sin desviaros jamás, id y consolad al triste, ungid al enfermo, salvad al perdido, guiad al ciego y alimentad al que tenga hambre de justicia, de comprensión y de paz. Abrid paso a los enfermos del cuerpo o del espíritu, dejadlos llegar ante Mí, que Yo les daré el bálsamo, mas no les diré que su iniquidad es la causa de su dolor. 25. Si he llegado a la choza del humilde, también llegaré a la mansión del poderoso. De cierto os digo que en unos y en otros he encontrado la guerra fraticida, y en esas tierras sembraré la semilla de la paz. 26. Os dejo esta lección que encierra ley y justicia, para que imitando a vuestro Maestro, lleváis la paz donde esté la guerra, la caridad donde exista el egoísmo. Sed en la vida de vuestros hermanos, como estrellas que alumbren su camino. 27. Jamás adulteréis mis enseñanzas, mostrad mi Obra como un libro que sólo encierra pureza y cuando hayáis terminado de andar el camino, os recibiré. No contemplaré manchas en vuestro espíritu y os daré mi ósculo divino, que será el mejor galardón cuando lleguéis a la Tierra Prometida. Porque a vosotros he dado en este tiempo un puñado de simiente para que aprendieseis a sembrar en tierras fértiles y ahí la hicieseis multiplicar. 28. Os he enseñado que no debéis cortar el fruto antes de tiempo, sino que lo dejéis en la planta hasta que madure. 29. No sabéis cuantos siglos han pasado para que volvieseis a ser llamados por Mí y convertiros en labriegos de mis tierras. Errantes recorríais los caminos del mundo hasta que mi amor os entresacó de las multitudes. 30. Hoy os he engalanado y os he hecho reconocer vuestra heredad. 31. Nadie quiera volver a ser como el hijo pródigo, porque cada retorno será más doloroso. 32. No permitáis que el egoísmo penetre de nuevo en vuestro corazón y guardéis sólo para vosotros vuestra heredad. 33. No viváis divididos espiritualmente y sólo unidos en apariencia, porque si al hombre engañáis, a Mi no me podréis mentir. 34. Si sabéis orar no os perderéis, porque además de Elías, el Pastor Espiritual que os cuida y os conduce, están vuestros hermanos, aquéllos que en la Tierra he puesto delante de vosotros, para que os aconsejen y os corrijan. 35. Buscad la unificación de todas las congregaciones y que ella sea el estandarte de paz, unión y buena voluntad; que nunca haya en vuestras manos armas fratricidas, las armas que os he dado son de amor. 36. Estáis aprendiendo a ungir al enfermo y a resucitar al que ha muerto a la vida de la gracia; vais aprendiendo a luchar y a esparcir mi Doctrina, más hay quienes aún dentro de este camino buscan riquezas, galas y honores, y es que no saben con cuánto dolor se purifican esas manchas. 37. ¡Cuán grande es el don que al portavoz le ha sido confiado! ¡Qué torrente de sabiduría, de amor y consuelo pasa por su entendimiento y por sus labios! Es el medio entre Dios y los hombres para que me escuchen. En ellos no deben anidar la vanidad o el orgullo, porque si esto hicieren, caerán en tentación. Su ejemplo deberá ser de mansedumbre, de sencillez y caridad para que gocen de lleno de la inspiración divina. Mas entre ellos habrá quienes sintiéndose reyes, busquen a sus siervos y se rodeen de aduladores. Más ¿Podrá la humanidad creerles? ¿Podrán resucitar muertos a la vida de la gracia y consolar corazones afligidos? No, éstos sólo provocarán la burla, la que no será para ellos sino para mi Doctrina. 38. Vuestra misión es enseñar, más si no aprendéis de Mi ¿Qué podréis enseñar? 39. A todos os amo por igual, lo mismo al que me ama y es celoso de mi Ley, como al que adultera o prevarica, a estos últimos los probaré, les corregiré y al final serán mis buenos labriegos. 40. Os ayudaré a cumplir aquella promesa que ante el Arca de la Nueva Alianza hicisteis y será entonces cuando hayáis terminado la misión que al mundo habéis traído. 41. Siempre me estoy haciendo sentir en vosotros para que viváis alerta y vuestra mente y corazón sean siempre sensibles a las lecciones espirituales. 42. Las multitudes se acercan conforme pasan los tiempos y la mirada de los postreros irá siendo más penetrante para juzgar la esencia de mi palabra y vuestra preparación. 43. Purificaos. Sin regeneración no podréis dar buenos frutos. La luz de mi Espíritu Santo es en vuestra conciencia, para que vuestras obras sean el testimonio de mi verdad. 44. Aprovechad los años, los siglos, las eras, para que os acerquéis a Mí. 45. Os digo esto, porque os contemplo indiferentes a mi enseñanza, en cambio, cuando sentís que la muerte se acerca, lloráis porque queréis cumplir y recuperar el tiempo perdido. 46. No temáis encumbrar la montaña, ya sabéis que en lo alto de ella os espero. 47. Yo en Jesús escalé el Calvario, sabiendo que en su cima me esperaba la cruz y fui fuerte; no olvidéis mi lección. 48. Me estoy sirviendo de vosotros para manifestarme a la humanidad; estoy hablando por vuestros labios mi palabra celestial, más si los hombres al oírla dudasen de ella, no será de su esencia, sino de vuestras imperfecciones. 49. Os estoy enseñando a transportaros en espíritu por medio de la oración y del pensamiento a cualquier lugar donde queráis enviar la caridad. También tendréis que trasladaros materialmente para llevar mi Doctrina a las comarcas. 50. He de servirme de todo vuestro ser. 51. Para formar este pueblo, tuve que doblegar los corazones de roca, tras los que ocultabais vuestro espíritu y fue mi palabra de amor la que os convenció. Luego os di armas, que son mis enseñanzas, para que en vuestra lucha vencieseis los obstáculos y os hice comprender que para llamaros hijos de Israel, es necesario practicar con pureza mi Doctrina y enseñar mi ley sin alterarla. 52. Lo que me preguntáis y lo que me contestáis, lo hacéis en silencio, en lo íntimo de vuestro corazón. Están distantes los años en que permití que cada uno de mis discípulos se levantase materialmente ante sus hermanos para analizar mi palabra y contestar a mis preguntas. 53. ¡Cómo dejáis que el tiempo borre los recuerdos y se lleve de vuestra memoria mi palabra! 54. Mi enseñanza como fino cincel os pulimenta, mientras la vida, con sus vicisitudes y pruebas os prepara. 55. Confortaos en vuestros trances amargos y difíciles, pensando que mi Ley sabia y perfecta lo juzga todo. 56. He estado en vuestro dolor para que por medio de él me busquéis. Os he tocado con la pobreza para que aprendáis a pedir, a ser humildes y a comprender a los demás. 57. He llegado a reteneros el pan de cada día, para mostraros que quien tiene fe, es como las aves que no se preocupan por el mañana; ellas ven aparecer la aurora como un símbolo de mi presencia y al despertar, lo primero que hacen es elevar sus trinos como una acción de gracias y como una prueba de fe. 58. Me he hecho sentir a través de los seres más queridos de vosotros, para probaros que el espíritu es fuerte y que con esa fuerza puede sostener a su materia en las grandes pruebas de esta vida. 59. Grande es la reaciedad de la humanidad y cada hombre lleva en su corazón una roca, más a todos llegaré con la caricia espiritual de mi palabra. 60. Entre las inmensas turbas abundan aquellos a quienes no les estremecería ver a Jesús clavado de nuevo en el madero, desangrándose; menos van a conmoverles los ayes de dolor y los ríos de sangre que brotan de sus semejantes en estas horas de pruebas para la humanidad. 61. Ya nada conmueve a los hombres; todo lo miran superficialmente y en nada meditan. 62. Es necesario que llegue a los espíritus la luz de mi palabra, para que despierten a la verdad, al amor, a la caridad. Entonces comprenderán el porqué de tantas penas. 63. Es necesario que todos comprendáis que tengo preparado un sitio en la eternidad a cada uno de vosotros, y que ese sitio no está en este mundo. 64. Un mandato del Padre venís a cumplir en el camino de la vida, aquél que dice: “Creced y multiplicaos”, mas ya es hora de que vuestro espíritu vaya preparando su retorno a Mi. 65. Muchas lecciones os daré y dejaré escritas en este tiempo, porque pronto dejaréis de oírme en esta forma. Después os prepararéis y mi luz llegará directamente a vuestro espíritu; será el tiempo en que deberéis levantaros como los verdaderos discípulos del Espíritu Santo. 66. Creíais que el don de la profecía, de la palabra y de la inspiración, había sido privilegio de justos y de santos, y en este tiempo os saqué de ese error al decir los parias: vosotros también podéis ser mis profetas, mis emisarios y mis discípulos. 67. Si la humanidad os desprecia por vuestra humildad material, Yo os acerco a mi mesa para que os sintáis amados por Mí. ¿Con qué vais a compensar el amor que os tengo, pueblo? ¿Con vuestra fidelidad o acaso con la ingratitud? 68. No os conforméis con lo primero, aspirad siempre a más, porque estoy en espera de los preparados para enviarlos a las comarcas con esta buena nueva. 69. ¿Acaso teméis dejar padre, esposa o hijos? ¿Os preocupa dejar lo que os pertenece en la tierra? El que quiera ser mi discípulo, tendrá que recordar a mis apóstoles del Segundo Tiempo, para después imitarles. 70. Bienaventurado aquél a quien la muerte corpórea sorprenda enseñando mí Doctrina, porque la luz en su espíritu será muy grande. 71. Estad siempre preparados, porque esa hora no la saben ni los ángeles. 72. Este libro divino que es mi palabra, viene a perfeccionar a los espíritus. Ante él, no habrá anciano, ni adulto, ni niño, sino discípulos. 73. En este libro leed y entended, porque grandes enseñanzas os dará. Vosotros sois los que no os habéis hastiado de escuchar mi palabra que os he dado por medio de éstos, a quienes he llamado ruiseñores, 74. ¡Cuántas veces os habéis sentido débiles en vuestro camino y con sólo recordar algunas de mis palabras, habéis recobrado la fortaleza! 75. Hoy, cuando os encontráis ante una prueba, buscáis la comunicación directa con mi Divinidad por medio de la oración espiritual y lucháis en vuestro interior por despojar vuestra mente para recibir la gracia que solicitáis del Padre. 76. Lo que me confesáis, sólo Yo lo sé. Mas este confidente que tenéis en Mi nunca publicará vuestras faltas, ni mucho menos os delatará. Os estoy enseñando nuevamente a perdonar. 77. Tomad las pruebas cual lecciones y aprovechad mis enseñanzas. El tiempo pasa velozmente; los que llegaron siendo niños, ya son jóvenes; los que en su juventud iniciaron esta jornada, han llegado a la madurez y los que en la edad media principiaron, se han convertido en ancianos. 78. El que ha sabido concentrarse en sí mismo para escuchar mi palabra, ése la ha almacenado, más el que escuchando ha dejado escapar su pensamiento hacia lo que es ajeno a mi Obra, ése ha salido con el espíritu desnudo de enseñanzas y el corazón vacío. 79. Reconoced que si os he llamado a vosotros, no ha sido solamente para agraciaros, sino para que de esta manera contrajeseis con vuestro Maestro y con vuestros hermanos, el deber de dar algo de lo mucho que habéis recibido. 80. No os dejaré manifestar mi Obra encontrándoos manchados. ¿Qué podríais entregar a vuestros hermanos? 81. Preparaos, porque entre todos tendréis que cuidar lo que os he confiado. ¿No os sentís agradecidos ante vuestro Padre, que siendo el Juez Supremo, os dé ocasión de lavar vuestras manchas por medio de la práctica del amor, en vez de hacerlo por el dolor? 82. Si a esto llamáis penitencia, Yo os digo que es la única penitencia que os recibo. Llegará el día para vosotros en que rechazar lo superfluo y lo malo para practicar lo bueno y lo licito, sea en lugar de un sacrificio un verdadero goce, no solamente espiritual sino también humano. 83. Estoy preparando los caminos para que por ellos lleguen mis emisarios a las comarcas y a las naciones. 84. Mi palabra de este tiempo en los últimos años ha fructificado, porque los recintos se han multiplicado y las multitudes han crecido. 85. Os sentís torpes para levantaros a desempeñar tan delicada misión, más en verdad os digo que mis innumerables lecciones e inspiraciones, pondrán en vuestros labios el don de la palabra, más para que obtengáis el cumplimiento de esta promesa, es necesario que tengáis fe en Mí y en vosotros mismos. Y quien posea esta fe y cumpla con mi Ley, no haga alarde de sus dones porque entonces su palabra carecerá de esencia. 86. ¿Por qué mi palabra ha conmovido a los hombres de toda condición? Por su humildad, pureza y sencillez. 87. Pueblo: Enseñad a la niñez a orar por la humanidad, su oración inocente y pura como el perfume de las flores, se elevará hasta Mí y llegará también a los corazones que sufren. 88. Preparad a los niños, mostradles el camino para vencer las acechanzas y mañana darán un paso más adelante del que vosotros habéis dado. Porque si supieseis comprender mi palabra, si ya conocierais el fondo de cada uno de los pensamientos que toman forma a través de los distintos portavoces por los cuales me manifiesto, y si supieseis lo que vale una sola de mis enseñanzas, no seriáis tan tímidos para hablar de esta Obra. Os sentiríais capaces de llegar hasta un campo de batalla para que aquellos hombres oyeran la lectura de una lección mía, y en verdad os digo, que les veríais llorar de arrepentimiento a unos y de esperanza a otros. 89. ¿Por qué vosotros a veces no alcanzáis a conmoveros? ¡Oh corazones duros, acostumbrados a la caricia de mi palabra! Estáis adormecidos, satisfechos de haber alcanzado paz y consuelo, sin acordaros que hay muchos que no tienen ni una migaja de este pan que vosotros desperdiciáis. 90. No habéis querido gozar contemplando el efecto que causarla en muchos corazones la palabra de consuelo del Maestro. 91. ¡Oh pequeños párvulos! ¿Cuándo vais a crecer en espíritu? ¿Cuándo lograréis dominar las flaquezas de vuestro cuerpo? Yo soy el que cruza el desierto derramando mi palabra divina y buscando a los caminantes perdidos; pero quiero que los hombres aprendan a dar lo que de Mi reciben. Por eso os digo, pueblo, que os preparéis para extender mi caridad, haciendo que estas enseñanzas lleguen hasta los confines de la Tierra. Haced que sean reproducidas y multiplicadas para que lleguen a todas las naciones buscando a los hombres por los distintos caminos. 92. Esta es la mejor agua que podéis ofrecer a los sedientos de amor y de verdad. 93. Todavía no os habéis levantado a trabajar, porque estáis escondiendo los tesoros espirituales que os he confiado, mientras en otras naciones perecen, porque no han podido recibir este mensaje. Son multitudes que van sin dirección, caminantes que carecen de agua y de luz. 94. Si no os levantáis, pueblo, ¿De qué os servirá vuestro saber? ¿Qué pensáis hacer de provecho y de bien para vuestra vida futura, aquélla que os espera en el mundo espiritual? 95. Tened piedad de vosotros mismos. Ninguno sabe cuándo llegará el momento en que su espíritu se aparte de la materia. Nadie sabe si al día siguiente sus ojos se abrirán a la luz. Todos sois del único dueño de todo lo creado y no sabéis cuando seréis recogidos. 96. Pensad que ni los cabellos de vuestra cabeza son vuestros, ni el polvo que pisáis; que vosotros mismos no os pertenecéis, que no necesitáis tener propiedades de poca duración, puesto que Vuestro reino tampoco es de este mundo. 97. Espiritualizaos y todo lo poseeréis con justicia y con medida mientras lo necesitéis, y llegado el momento de la renunciación a esta vida, os elevaréis plenos de luz a tomar posesión de lo que os corresponde en el Más Allá. 98. Toda mi obra espiritual a través de los tiempos, ha tenido la finalidad de edificar en la eternidad un Reino de felicidad y de luz para todos mis hijos. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 6 1. Bienaventurados vosotros que venís a escuchar la lección del Maestro, porque mi enseñanza es la simiente que llevaréis a las generaciones venideras. Sois el hijo primogénito que va a preparar con el ejemplo el camino, a sus hermanos pequeños. 2. Este es el Tercer Tiempo en que mi Espíritu Divino se derrama sobre toda carne y sobre todo espíritu, en cumplimiento de la profecía que os hice de que todo ojo me contemplaría. 3. En verdad os digo que cuando os comuniquéis de espíritu a Espíritu con mi Divinidad, me estaréis contemplando, porque es a vuestra mirada espiritual la que he venido a preparar. 4. Sois los herederos de mi reino. El fruto del árbol de la vida os lo ha dado el Padre, para que os hartéis y después cultivéis su semilla. 5. El Señor poseía las tierras y las ha dado a sus hijos que sois vosotros, nombrándoos labriegos de su campiña. 6. Los que han comprendido su misión y han sabido trabajar las tierras, se han recreado y me hacen presente su satisfacción; los que concibieron el camino adornado con fragantes flores, y creyendo que el árbol no necesitaba de cuidados y desvelos para fructificar, hoy se presentan cansados. Encontraron a su paso tanta miseria, pecado y dolor, que se sintieron impotentes para aligerar de esa cruz a sus hermanos. Apenas comenzada la jornada, se sintieron cansados; se dedicaron a sanar enfermos y ellos también enfermaron. 7. Pero el Maestro aún está entre sus discípulos para darles nuevas lecciones y ayudarles a levantarse. Yo os digo: Pedidme que Yo os daré, porque soy vuestro Padre. 8. Mi enseñanza llena de amor y de paciencia, os convertirá en mansas ovejas que sepan seguir dócilmente la voz de su Pastor. 9. No olvidéis que ante el Arca de la Nueva Alianza jurasteis cumplir con los preceptos de mi Ley. 10. Si, discípulos, vuestra misión es de paz y de unificación; tendréis que reedificar mi templo, porque a través de vosotros he de legar mi palabra, mis profecías y mandatos a la humanidad. 11. Os digo también: ¿Por qué si sois los heredados por el Padre, os atrevéis a prevaricar o adulterar? ¿No pensáis que con esto aumentáis vuestra restitución? He aquí el porqué de vuestras enfermedades y vicisitudes. 12. Si os he hecho primeros, no os convirtáis en postreros, ocupad vuestro lugar y conservad esta gracia hasta el final del camino. 13. No os dividáis, formad una sola familia, solamente así podréis ser fuertes. 14. No os envanezcáis, contemplad que vuestras tierras son aún pequeñas y corta vuestra siembra. Sed siempre humildes y seréis grandes delante del Padre. 15. Los que ayer fueron débiles, serán los fuertes del mañana, de ese mañana que debéis anhelar, el cual será como el despuntar de un nuevo día, cuyo sol alumbre vuestro espíritu; entonces unos seréis cirineos de los otros para ayudaros a llevar el peso de la cruz. 16. No consideréis mi Obra como una carga, ni digáis que es pesado para vuestro espíritu el cumplimiento de la hermosa misión de amar al Padre y a vuestros hermanos. La que sí es pesada, es la cruz de iniquidades propias y ajenas por las que tendréis que llorar, sangrar y hasta morir. La ingratitud, la incomprensión, el egoísmo, la calumnia, serán como un fardo sobre vosotros, si les dais albergue. 17. Al hombre reacio podrá parecerle duro y pesado el cumplimiento de mi ley, porque es perfecta y no protejo la iniquidad ni la mentira; más para el obediente, la Ley es su baluarte, su sostén, su salvación. 18. De todo os prevengo y os preparo, para que sepáis extender mis enseñanzas con verdadera limpidez. 19. Yo ilumino a mis portavoces para que en ellos descienda mi rayo hecho palabra humana, pero llena de esencia celestial, para alimentar, purificar y sanar a las multitudes, pronto el número de mis portavoces aumentará; hombres y mujeres hablarán extensamente y por ellos os revelaré grandes enseñanzas. 20. Os estoy hablando y estoy velando por vosotros. No durmáis como los discípulos del Segundo Tiempo, mientras Jesús oraba en el Huerto de los Olivos, porque los enemigos os sorprenderán. 21. Orad junto con vuestro Maestro para que vuestra oración os revista de valor y no os acobardéis ante los toques de alarma. 22. Hay quien dude de mi presencia, aun cuando esté recibiendo mi comunicación a través de su entendimiento. Y es que al juzgar su vida, sus palabras y hasta sus pensamientos, se considera indigno, impuro, y piensa que mi presencia en él es imposible. De cierto os digo: Impuros y pecadores son todos éstos por quienes me comunico, más contemplo su esfuerzo constante por hacerse cada vez más dignos de transmitir mi divina palabra, y mi fuerza y mi luz son con ellos. 23. Este pueblo, que en el tiempo presente debiera parecerse al hombre en plena juventud, ha llegado como un anciano a la presencia de su Padre, espiritualmente viene cansado por su largo peregrinaje, doblegado por el peso de su fardo, marchito y desengañado. Más para ayudarle en su camino he abierto un libro, el Libro de la Vida, en el cual descubrirá el secreto de la paz perpetua, de la juventud eterna, de la salud y la alegría. 24. En mi campiña, recobraréis el vigor que habíais perdido, ¡Oh labriegos! 25. Mi palabra siempre os aconseja el bien y la virtud. Que no habléis mal de vuestros hermanos causando su deshonra; que no veáis con desprecio a los que sufren enfermedades que vosotros llamáis contagiosas; que no protejáis las guerras; ni tengáis ocupación vergonzosa que destruya la moralidad y proteja los vicios; que no maldigáis nada de lo creado; ni toméis lo ajeno sin permiso del dueño; ni propaguéis supersticiones. Que visitéis a los enfermos; perdonéis a los que os ofenden; protejáis la virtud; dad buenos ejemplos y me estaréis amando y amando a vuestros hermanos, que en esos dos preceptos se resume toda la Ley. 26. Aprended mi lección y enseñadla con vuestra práctica. Si no aprendéis, ¿Cómo queréis predicar mi Doctrina? Y si no sentís lo que habéis aprendido, ¿Cómo queréis enseñar como el buen apóstol? 27. Decidme, pueblo: ¿Qué es lo que habéis analizado y practicado hasta ahora? Mi palabra es clara y sencilla y no la habéis sabido interpretar todavía, más Yo vengo a iluminaros y a llevaros por el sendero de la luz. No os salgáis de ese camino ni retrocedáis; tampoco vayáis de prisa. 28. Por amor a vosotros he venido a enseñaros, y ansió que vengáis a Mí y elevéis vuestro canto como los ángeles: “Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”. 29. Quiero también escuchar de vosotros una frase de arrepentimiento, vuestra sincera confesión, para consolaros y aconsejaros como Padre y ser vuestro mejor amigo. 30. Hoy ignoráis todavía todo lo que voy a revelaros durante esta etapa; paso a paso os iré doctrinando. Mi enseñanza, conocida por una porción de la humanidad, alcanzará su esplendor cuando el tiempo sea llegado. 31. No he llamado a sabios ni a filósofos para servirme de su entendimiento; he escogido a los humildes, para hacer de ellos los portavoces de mi palabra, a través de los cuales mi Espíritu os entrega esta comunicación y se recrea al ver que me reconocéis. 32. La fuente de mi amor se encuentra desbordante, ¿Queréis recibirme? Yo estoy en la esencia de mi palabra. Intuid vuestro canto al de los ángeles y alabadme. Todo lo que me pidáis para vuestro progreso espiritual, os lo concederé. 33. Estáis oyendo al Verbo del Padre, mi mirada penetra en vuestros corazones y en algunos contemplo la dureza de la roca y la frialdad del mármol, más hago brotar agua de las rocas y mi amor y mi ternura os darán el calor que necesita vuestro espíritu. 34. Formé de materia vuestro cuerpo y os di mi aliento divino; os doté de conciencia para que vivieseis reconociéndome, y de tiempo en tiempo he venido a daros lecciones llenas de sabiduría que eleven a vuestro espíritu. En el Segundo Tiempo sembré mi semilla de amor en vosotros y hoy vengo a cultivarla; en el final de los tiempos todos estaréis conmigo, como Yo he estado con vosotros. 35. Os he pulimentado a través del camino, porque anhelo que seáis limpios y virtuosos para que lleguéis a ser mis buenos discípulos. 36. Vivid velando y orando y todo sufrimiento será llevadero; no caeréis en tentación y sentiréis que cerca de vosotros mi Espíritu de Padre os protege. Sed fuertes en las pruebas. Recordad que Jesús en el Segundo Tiempo, cuando le fue ofrecido el cáliz de amargura y presintió el dolor que le esperaba, dijo: “Padre, si es posible aparta de Mi este cáliz, mas no se haga mi voluntad, sino la tuya". Vosotros, que también sufrís y padecéis en la Tierra, ¿No queréis imitarle? ¿No queréis seguirle? 37. ¿Por qué tenéis menos temor ahora que os hablo como Espíritu Consolador, que cuando os hablé como Juez en el Primer Tiempo y como Maestro en el Segundo, si soy el mismo Espíritu que os he hablado en los tres tiempos? ¿Acaso porque os hablo con dulzura? 38. Yo os doctriné en el Segundo Tiempo y hoy vengo a ofreceros el mismo manjar de mi palabra; porque sois mis discípulos y quiero que os alimentéis de Mí. Resucitad a la vida de la gracia y aprovechad este tiempo preciso en el que os enseño. Más tarde, cuando hayáis recibido todo lo que os tengo preparado, os pediré cuentas de vuestras obras en éste y en todos los tiempos: porque cuando vine a la Tierra para hacerme hombre, conversasteis conmigo y recibisteis mis lecciones como ahora. Más en aquel tiempo, mientras unos creísteis, otros dudasteis, y ese tiempo de gracia, esa oportunidad para el adelanto de vuestro espíritu, pasó. Más el Padre entrega a sus hijos nuevas lecciones y pruebas para su elevación espiritual y en este tiempo os doy una enseñanza más, para que podáis contemplar más cerca la Tierra Prometida. 39. Os he hablado por conducto de distintos portavoces y como son imperfectos por ser humanos, habéis dudado, más de cierto os digo que he venido a servirme de ellos, porque los conozco y los he preparado a través de siglos para presentarlos ante vosotros en este Tiempo como los intérpretes de mi palabra. 40. He venido a buscaros, porque es muy grande mi amor por vosotros, he trazado un destino de restitución a cada criatura, en el cual se refleja la justicia amorosa del Padre. A pesar de vuestros errores, os estoy revelando vuestra misión entre la humanidad, pero es necesario que meditéis profundamente y os hagáis dignos de ella. Pensad que no sólo me estoy manifestando delante de vosotros en palabra, sino también en inspiración y en revelación a través de sueños y videncias. 41. Pueblo: No os habéis perfeccionado aún, pero estaréis conmigo cuando os hayáis purificado por vuestros méritos. Si ahora os consideráis ignorantes, Yo os iluminaré y vosotros hablaréis y sorprenderéis a los hombres. Cuando estéis preparados, vuestro anhelo será colaborar conmigo en la obra de salvación de la humanidad. 42. Os estoy enseñando la verdad y mostrándoos el camino para que os preparéis y con vuestra oración y vuestras obras me imitéis, recordando mis ejemplos del Segundo Tiempo. Que todos los actos de vuestra vida encierren amor y verdad, para que con ellos deis testimonio de Mí. Recordad que en aquel tiempo os dije: “No todo el que me dice Padre me ama; ni todo el que pronuncia mi nombre me venera; solo aquellos que cumplen mi Ley, dan testimonio de Mí”. 43. Ahora vengo a concederos un tiempo más para que os elevéis por la escala de vuestro perfeccionamiento, y ¿Sabéis cuál es el secreto para la elevación? El amor, la sinceridad, la limpidez del corazón y las buenas obras. Por eso os he dicho: Limpiad el vaso por dentro y por fuera; velad, como las vírgenes prudentes de mi parábola, tened vuestra lámpara encendida; hablad con firmeza de mi Doctrina y no temáis ni os avergoncéis de ser mis discípulos, porque si hoy me negaseis, mañana, cuando os convenzáis de mi verdad, sentiréis dolor. 44. Si no me reconocéis por mi palabra, reconocedme por los prodigios que he hecho entre vosotros. Lo que os he prometido por conducto del portavoz, lo he cumplido en el camino de vuestra vida. ¿Por qué muchos niegan mis manifestaciones como Espíritu Divino, si estáis viviendo el tiempo del Espíritu Santo? 45. Si me pidierais pruebas de estas revelaciones, os las daría, más si Yo os sometiera a prueba, ¿Qué harías vosotros? Os sentiríais débiles y pequeños. 46. Quiero ver en vosotros la fe que manifestaron los enfermos que llegaron ante Mí en el Segundo Tiempo: la del paralítico, la del ciego y la de la mujer incurable. Quiero sentirme amado como Padre, solicitado como Doctor y escuchado como Maestro. 47. Ahora no he venido para ser inmolado como en el Segundo Tiempo, mi Espíritu tan sólo se derramará en luz, en esencia, en todos mis hijos, para ponerlos a salvo. Cuando os hayáis elevado en el sendero de vuestra evolución, formaréis un solo espíritu de bien, de paz, para interceder por todos vuestros hermanos. 48. Uníos con vuestro amor a la intercesión de vuestra Madre espiritual, porque el cetro de justicia está próximo a llegar entre los hombres. 49. Practicad la caridad y dad a vuestros hermanos, como Yo os he dado. 50. Meditad en mis palabras y sentíos responsables de vuestros cargos. ¿Por qué os olvidáis a veces que he venido lleno de amor a perdonar vuestras faltas y a daros oportunidad de empezar una nueva vida? ¿Por qué caéis en rutina, si os estoy preparando para que transitéis por el camino de evolución, en donde estáis descubriendo nuevos y vastos horizontes y alicientes sin fin para el espíritu? 51. No os conmováis sólo en el momento de escuchar mi palabra, no lloréis vuestras faltas sin sentirlo profundamente, ni hagáis falsos propósitos de enmienda que muy pronto quebrantaréis. Velad y sed fuertes, para que seáis firmes en vuestras determinaciones, y cuando prometáis enmendaros, lo hagáis con firmeza y vengáis a Mí llenos de alegría a decirme: Padre, he cumplido tus mandatos, te he obedecido, he honrado tu nombre. 52. Este es el tiempo anunciado en que Yo había de hablar a la humanidad y quiero que vosotros con esta palabra que os he dado, en cumplimiento de mis profecías, forméis volúmenes, después hagáis extractos y análisis de ella y la deis a conocer a vuestros hermanos. ¿Queréis ocuparos de esta misión? Os concedo el tiempo para que la cumpláis con los cargos que os he dado en mi Obra y fuera de ella. Trabajad y habrá paz y alegría en vuestro espíritu. Practicad sin envaneceros, sin encerraros en un círculo de egoísmo, sed báculo y ejemplo para vuestros hermanos materiales y espirituales. Vuestra misión no se limita a trabajar por los seres encarnados, sino que debéis ayudar también a los desencarnados, a esas criaturas necesitadas de amor y caridad, que muy pocos recuerdan. No os baste creer y reconocer mi manifestación en este tiempo, es necesario que practiquéis la Doctrina que os enseño. 53. No dejéis que los niños se pierdan del camino por falta de enseñanza, mirad que sus espíritus evolucionados pueden tropezar en los pedruscos del sendero errado, habiendo sido preparados para cumplir grandes misiones. P A R Á B O L A 54. “En medio de un huerto floreciente, se encontraba un anciano venerable contemplando lleno de gozo su obra. Una fuente que desbordaba sus aguas cristalinas regaba el cultivado huerto. El anciano quería compartir sus frutos e invitaba a los caminantes a disfrutar de sus bienes. 55. Hasta él llego un varón enfermo, leproso. El anciano lo miró con amor, lo recibió y le preguntó qué solicitaba. El caminante le dijo: No te acerques a mí porque estoy leproso. El anciano, sin sentir repugnancia, lo hizo pasar, le dio abrigo en su casa y lo alimentó sin preguntarle la causa de su mal. El leproso estando bajo la protección del anciano, limpió su cuerpo y lleno de gratitud le dijo: Me quedaré contigo, porque tú me has devuelto la salud, yo te ayudaré a cultivar tus tierras. 56. Después llego hasta aquel lugar una mujer, con la desesperación reflejada en el rostro y el anciano le preguntó: ¿Qué necesitáis? Y ella llorando, contestó: No puedo ocultar mi falta, he adulterado y he sido arrojada de mi hogar, mis pequeños hijos han quedado abandonados. El anciano le dijo: No volváis a caer en adulterio, amad y respetad a vuestro esposo, y mientras volvéis a vuestro hogar, bebed de esta agua cristalina y purificaos. Más la mujer replicó: No puedo volver, más haz llegar a mi hogar tu llamado y yo quedaré a tu servicio. 57. Pasaron los días, y los pequeños que habían quedado solos, fueron en busca del buen anciano porque sabían que repartía caridad y a ellos les dijo: ¿Qué buscáis? Y ellos contestaron: hemos quedado solos en el hogar, nuestros padres nos han abandonado y venimos a ti en busca de pan y de abrigo, porque sabemos que en ti los encontraremos. El anciano les dijo: Pasad, vuestros padres están conmigo, descansad y reuníos con ellos. 58. Todos reunidos, en aquella bendita compañía, recobraron la paz, hubo perdón y reconciliación, y volvieron a la vida cotidiana. El padre regenerado, limpio de su lepra, volvió a cobijar bajo su techo a la mujer y dio calor a los pequeños. Ella, arrepentida y limpia, fue regazo para el varón y cuna para sus hijos. Los pequeños, que creían haber perdido para siempre a sus padres, dieron gracias al anciano por devolvérselos y por permitir que su hogar fuese reedificado”. 59. En verdad os digo: si me buscáis en vuestros más grandes problemas, encontraréis siempre solución para ellos. 60. Yo soy el anciano de la parábola. Venid a Mí, Yo a nadie rechazo, antes bien, me sirvo de vuestras pruebas para purificaros y acercaros a Mí. Venid todos, recobrad la paz y la salud. Bebed de la fuente cristalina y sed salvos. Porque Yo soy el Libro de la vida y os he presentado una página más para que la estudiéis y seáis fuertes en mi enseñanza. ¿Queréis seguir adelante en este camino? Conoced mi Ley y dad cumplimiento a cada uno de mis preceptos. No deis a vuestro Padre amargura, no me hagáis padecer. Mirad que mi sacrificio es constante; por vuestra duda e incomprensión, me lleváis a cada instante a la cruz. 61. A vosotros, varones, os he concedido una heredad, una hacienda, una mujer de quien sois administradores, para que la améis y cultivéis. Y sin embargo, ha llegado a Mí vuestra compañera presentándome quejas y llanto por vuestra incomprensión. Os he dicho que sois fuertes, que habéis sido formados a mi imagen y semejanza, mas no os he mandado humillar a la mujer y hacer de ella vuestra esclava. Os he hecho fuertes para que me representéis en vuestro hogar, fuertes en la virtud, en el talento, y os he dado como complemento en vuestra vida terrestre, como compañera a la mujer, para que en el amor de ambos, encontréis fortaleza para afrontar las pruebas y vicisitudes. 62. Hoy os estoy llamando a mi Reino para poneros a salvo, mas debéis trabajar y hacer méritos para escalar por la senda de luz que os he trazado. Os espero ansiosamente, venid y seréis recibidos como hijos obedientes y habrá fiesta en los cielos. 63. ¿Por qué sentís cansancio en vuestro espíritu, si os doy fortaleza a cada instante? No os alejéis de Mí, aun cuando hubiese fatiga o frialdad que la humanidad hubiese dejado en vosotros. Yo soy la resurrección y la vida, si confiáis en Mí, recobraréis la fuerza y la alegría. Cuando necesitéis un báculo, apoyaos en Elías, vuestro Pastor y él os sostendrá. Cuando necesitéis de consuelo y de ternura, recurrid a María, vuestra Madre celestial, y sentid su caricia y su bálsamo. Comprended su amor, ella siente vuestro dolor y os acompaña en vuestras penas. ¡Cuán grande es su sufrimiento cuando torcéis el camino y marcháis como ciegos, después de haber contemplado esta luz! 64. El dolor ha llegado a inundar el corazón de la humanidad. Hoy se cumple aquella profecía que dice: Los padres desconocerán a sus hijos y éstos a sus padres. Se desconocerán entre hermanos y se aborrecerán. También contempláis cómo los hogares son campos de discordia y de guerra. Mas Yo vengo a deteneros en ese camino y a deciros que arrojéis esas armas de destrucción y que no os deis muerte los unos a los otros, que huyáis del caos, vengáis conmigo y me sigáis en la obra de restauración. 65. Yo os pregunto: ¿No habéis recibido consuelo y fortaleza en mi palabra? ¿No os habéis conmovido ante mi presencia? Si, discípulos, si la carne no lo confiesa, el espíritu me reconoce, me da gracias y descubre la esencia de mi amor en el fondo de esta palabra. ¿No os prometí en el Segundo Tiempo, que volvería como Espíritu de Verdad? Mirad como he cumplido todo lo que os he ofrecido. 66. Estudiad, discípulos, para que enseñéis a los que vendrán después de vosotros. Os buscarán filósofas y científicos y Yo les hablaré por vuestro conducto, y así les demostraré una vez más que me he servido de los pobres y de los sencillos. Levantaos, labriegos, y sembrad las tierras que os he preparado, porque muy pronto vendré como administrador y juez, a pediros la cosecha de la semilla que os he entregado. 67. Os revisto de mi gracia, para que seáis maestros humildes de vuestros hermanos y sanéis a los enfermos. Recibid a los que vengan en busca de luz y sed claridad para todos. Aconsejad y convertid a los pecadores, mas no hagáis alarde de que sois mis discípulos. Cuando sintáis el dolor de vuestros hermanos y sepáis consolarlos, cuando améis en verdad y hagáis la caridad sin publicarla, entonces podréis llamaros mis discípulos. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 7 1. A los que aún no comprenden mi manifestación, les digo: Este varón por quien me comunico es humano como vosotros y este asiento que contempláis en el ángulo del recinto, en el cual reposa el portavoz de mi palabra, no es el solio del Señor. 2. El trono que busco entre vosotros, es vuestro corazón, y en él me posará cuando sepa adorarme sin idolatría ni fanatismo. 3. Sois tan frágiles y tan inclinados a la idolatría, que sin daros cuenta mí estáis adorando en las materias por las que me comunico y miráis esto! lugares como si fuesen sagrados. Más cuando ya no me tengáis en esta. forma, comprenderéis que estos portavoces no fueron el medio más elevado para mi comunicación; cuando el Rayo Divino, en vez de descender sobre el entendimiento humano, se pose en vuestro espíritu debidamente preparado, entonces si habréis alcanzado la comunicación perfecta, porque ahí no habrá errores, ni turbaciones que se mezclen con la luz de vuestro Maestro. 4. El hombre estaba destinado desde la eternidad para comunicarse con mi Espíritu bajo muchas formas y ésta que ahora tenéis a través del entendimiento humano, es una de ellas. 5. Si encontráis imperfección en esta palabra, atribuidla al entendimiento por el que me comunico, tomando en cuenta que a estos portavoces los he entresacado de los humildes, ignorantes y rudos, para que mi comunicación a través de ellos os sorprendiese. Más cuando penetréis al fondo de mi enseñanza, no vayáis a convertiros en jueces de mis portavoces, porque para juzgarles sólo Yo, que les hablo a cada instante a través de la conciencia. Entonces, no midáis con vuestra vara, porque con ella misma seréis medidos. 6. El que ha sido llamado para ser mi labriego, siente que su corazón lo induce a venir a escucharme y a seguir penetrando en estos lugares de oración y de caridad. 7. A éstos, que presienten ser de los elegidos de este Tercer Tiempo, y a los que ya se encuentran entre las filas de mis labriegos, les digo: Guardad mis mandatos, meditad sobre mis recomendaciones y analizad mis palabras, para que seáis los soldados firmes que no os dejéis vencer por las pruebas. 8. Todos debéis saber que al finalizar 1950 dejare de hablaros en esta forma y que es necesario que así sea para que me sintáis entre vosotros en plenitud, cuando me elevéis el culto perfecto de espíritu a Espíritu. 9. Con estas lecciones que os doy, os aproximo más al tiempo que os anuncio, para que vayáis comprendiendo el cambio que habrá en vosotros después de 1950. 10. Para entonces debéis estar fuertes y preparados, si es que queréis someteros a mi voluntad y proseguir vuestra evolución espiritual. 11. Debéis encontraros alerta, porque la tentación os asaltará en todos los instantes, a unos para induciros a continuar indefinidamente una etapa cuyo final ha sido marcado por Mí; y a los otros, por falta de preparación y sobrada vanidad, para decir que están escuchando en lo espiritual mí divina palabra. Mas desde hoy os prevengo y quiero que sepáis, que Yo no hablo con palabras humanas, sino con inspiraciones, con ideas, con pensamientos. 12. Para daros mis lecciones con palabras humanas, vine a comunicarme a través del entendimiento del hombre, mas ya comunicado de Espíritu a espíritu, ni vosotros me hablaréis con palabras materiales, ni vuestro Padre tampoco lo hará con vosotros. 13. Si no os preparáis, a vuestros oídos llegarán murmullos que os confundirán y más tardes con ellos confundiréis a vuestros hermanos. Os estoy poniendo alerta para que, una vez terminadas estas comunicaciones, no intentéis practicarlas nuevamente, porque no serán espíritus de luz los que se manifiesten, sino seres turbados quienes vengan a querer destruir lo que antes habíais construido. 14. En cambio, el que sepa prepararse, aquél que en vez de querer hacerse notable trate de hacerse útil, que en vez de adelantar acontecimientos, aguarde con paciencia, ese escuchará clara mi enseñanza que llegará a su espíritu a través de los dones que en él existen, que son el de la inspiración, de la intuición, del presentimiento por medio de la oración, de la mirada espiritual y de los sueños proféticos 15. Os preparo, pueblo, para que no vayáis a profanar por ignorancia mi Ley. Os abro los ojos a la luz de la verdad, para que comprendáis la inmensa responsabilidad que pesa sobre vosotros y a la vez, para que comprendáis lo infinitamente delicada que es la misión que dentro de esta Obra os he confiado. 16. Quiero que vuestra obediencia os haga dignos de mi protección y no que con vuestros errores, incomprensiones y desobediencias, os expongáis a que la justicia de los hombres sea la que detenga vuestros pasos en la Tierra. 17. De cierto os digo que quien no cumpliese con mi Ley que existe en su conciencia, no llegará a Mi; mas también os digo, que sería triste que os hubieseis afanado mucho por sembrar y cuando llegue 1a hora de recoger os decepcionéis de vuestra cosecha, porque veáis que todo lo que hicisteis fue para vuestro cuerpo y nada encaminado al perfeccionamiento de vuestro espíritu 18. Pueblo: ¡No lloréis oyéndome hablar así, no penséis que soy injusto cuando os reclamo, ni tampoco atribuyáis estas palabras a la dureza de corazón del portavoz! Yo sé que tengo razón en preveniros y manteneros alerta. 19. Quiero dejaros entre la humanidad para que salvéis a muchos que andan entre tinieblas, porque no saben mirar la luz de la verdad; pero si no alcanzáis la preparación que debéis tener para llamaros dignamente mis discípulos, ¿creéis que un ciego puede conducir a otros ciegos? 20. En verdad os digo que sólo debe hablar de virtud quien la haya practicado en su camino y sepa sentirla. 21. Velad y orad, pueblo, para que se despierte en vosotros el sentido de responsabilidad y podáis en cada paso escuchar la voz de la conciencia, para que sintáis que habéis penetrado en el tiempo de la luz, en el que vuestro espíritu debe despertar y estar atento a mis mandatos. Las futuras generaciones os tendrán por dichosos al saber que fuisteis escogidos para formar los cimientos de una nueva humanidad, los precursores de mi enseñanza del Tercer Tiempo. 22. Todos habéis sentido en este tiempo el dolor, y vuestro corazón, movido en sus fibras más sensibles, ha retornado a Mi ya calmada su pena y se ha dispuesto a seguirme. Una sola de mis palabras ha bastado para que reconozcáis que soy Yo quien os habla en esta forma; el hambre de ternura y de amor que me hacíais presente, ha desaparecido y sólo anheláis conservar mi gracia, pero muchos no sabrán interpretar mis manifestaciones que en distintas formas estoy dando a la humanidad, ni comprenderán mi palabra y esa ignorancia será como una venda en sus ojos, que les impida contemplar mi verdad. 23. Si queréis encontrarme, buscadme en el silencio, en la humildad de vuestro templo interior y ahí estaréis en comunicación con mi Espíritu y me sentiré amado y venerado por vosotros. 24. No me imaginéis ni queráis verme en ningún objeto: no edifiquéis con ostentación el recinto que dediquéis a mi culto, doquiera que os encontréis podéis elevar vuestro espíritu, si queréis reuniros, una humilde estancia será bastante para que os congreguéis y cuando me hayáis construido el verdadero santuario en vuestro corazón, así enseñaréis a vuestros hermanos a formarlo también. 25. Me presentáis vuestra pobreza, me decís que no poseéis bienes en la Tierra, mas recordad que os he dado la paz, el amor, la devoción espiritual, que forman un tesoro mayor sed el fuerte, el prudente Israel, y cuando os sintáis inspirados por mi Espíritu, hablad de Mí a vuestros hermanos, sanad a los enfermos, fortaleced a los débiles, proteged a los indefensos, y en estas prácticas conoceréis la riqueza que existe en- vuestro espíritu y os sentiréis dichosos. 26. Los postreros darán grandes pasos de adelanto en esta senda y vosotros debéis preparadles desde hoy el camino; cuando este tiempo llegue, dadme gracias y testificad ante vuestros hermanos que mi palabra se ha cumplido. A nadie detengáis en su progreso espiritual, porque es mi voluntad que esta humanidad evolucione en corto tiempo. 27. Recibo vuestro cumplimiento grande o pequeño; os doy mi fortaleza y os consuelo en vuestras penas; vuestras lágrimas son el mejor riego que dais a vuestra siembra; así como una madre se desvela y en silencio derrama su llanto por la incomprensión de sus hijos, así vosotros, velad y sufrid por aquellos que he dejado a vuestro cuidado, para que Yo pueda deciros: Bienaventurados sean mis servidores. Bienaventurados sean los sembradores de la semilla perfecta. 28. Yo os recibo, caminantes. Yo os recibo, sembradores. Os vais alejando de las prácticas superfluas para seguir a vuestro señor, sabiendo que el pago de vuestra lucha no está en la Tierra. Sois conformes con las vicisitudes de la vida. Benditos seáis. No me habéis pedido ricos manjares, os habéis conformado con un duro mendrugo. Benditos seáis, porque habéis dado pruebas de que no vais en pos de una causa terrestre, sino habéis demostrado que vais siguiendo la huella de Jesús de Nazareth. 29. No os han atemorizado las pruebas, y en verdad os digo: He depositado una cruz en cada uno de vosotros; todos vuestros dolores, todo lo que los hombres os han arrebatado, vuestra escasez, el sufrimiento que todos y cada uno lleváis dentro del corazón, esa es vuestra cruz. Con paciencia la habéis llevado y vuestra mansedumbre es digna de un galardón. 30. El que sólo busca lo que pertenece al mundo no es conmigo. Los bienes de la Tierra los obtenéis con vuestro trabajo material, más los bienes del espíritu sólo los alcanzáis con la preparación y el cumplimiento espiritual. 31. Soy vuestro Maestro y os digo: Ya que lleváis la cruz con paciencia, no la dejéis a la medianía del camino. El que quiera ser salvo, llevará su cruz hasta el final de la jornada. El que sea inconforme, hará más pesada su cruz y le parecerá insoportable. 32. Si queréis que vuestro cumplimiento en mi Doctrina sea meritorio, llevad con paciencia vuestros sufrimientos; y aquél que me dice: “Maestro, yo no llevo conmigo la cruz”, contemplo que ése sólo carga un fardo de inconformidad, mas esa no es mi voluntad. 33. ¿Qué me hacéis presente? ¿Cuál es la simiente que habéis cultivado? ¿Cuáles son las tierras que habéis labrado y convertido en fértiles por vuestro cumplimiento? El tiempo en que las siembras sean perfectas no ha llegado aún, más no vengo a desanimaros, vengo a enseñaros para que alcancéis la mayor elevación. No olvidéis que según vuestra siembra, así será la cosecha. Si el trigo que sembráis es vano, nada recogeréis. Si sembráis poco, poco recogeréis. Por lo tanto consagraos a vuestra siembra y os labraréis un galardón para el futuro. El fruto maduro será en mi granero. Os dejo las siete espigas para que las cultivéis. Pediré el fruto de la primera, el fruto de la segunda y así hasta la última, y si todas son de buen sabor, la cosecha será perfecta. ¿Y cuáles son esas espigas de las que os hablo, discípulos amados? Son las siete virtudes del espíritu. 34. Fortaleceos. El bálsamo ha sido con vosotros y a vuestro espíritu le he entregado mi luz. Los hombres llegarán a escudriñaros, mas Yo les daré pruebas por vuestro conducto, ¡Ay del que no se encuentre preparado, porque dudarán de él y del Maestro! Os fortalezco para el momento de la prueba, más ¿Por qué os sorprendéis cuando éstas llegan? ¿Por ventura no ha sido profética mi palabra? Por eso os digo: Preparaos, pueblo, porque en vuestro camino encontraréis al lobo hambriento que disfrazado de oveja querrá sorprenderos; mas si veláis, le descubriréis y con vuestras armas de amor le venceréis. 35. Los hombres buscarán vuestros errores para perderos; así como escudriñaron al Maestro en el Segundo Tiempo, así harán con vosotros. Mas os despierto, os preparo y os doy intuición. 36. En comarcas cercanas y lejanas, entregaréis mi palabra. Nuevos labriegos prepararé para que el árbol no quede solo después de 1950. 37. No sintáis temor ante los hombres, porque en verdad os digo: Yo hablaré por vuestras bocas, testificaré mi palabra por vosotros y el eco de ella llegará a los confines de la Tierra; a los grandes, a los pequeños, a los mandatarios, a los científicos y a los teólogos. 38. La humanidad verá en vosotros a los mensajeros del Espíritu Santo. Convertiréis la imperfección en perfección. Vuestra palabra será dulce, llena de ternura y por medio de ella recibirá la salud el enfermo, y el extraviado del camino se arrepentirá de sus faltas y volverá a Mí. 39. Hoy sois mis discípulos, mañana os convertiréis en maestros para que deis buen ejemplo a la humanidad. Os veré llegar a la fuente de amor y sabiduría, con el corazón lleno de regocijo y os diré: Venid y calmad vuestra sed, y cuando hayáis bebido y os hayáis elevado hacia Mí, me contemplaréis señalándoos los caminos del mundo, en donde se encuentran las multitudes sedientas esperando vuestra llegada. 40. Hijos de la luz y de la paz, os llama el Padre, mas vosotros debéis justificar ese nombre con vuestras obras. Sólo así podréis hablar de Mí. ¡Ay del que sintiéndose colmado de dones, se llenase de vanidad o dejase que el egoísmo se apoderase de su corazón, porque su caída no tardaría y sería muy dolorosa! 41. El fruto que os he dado para que lo compartáis con vuestros hermanos, tiene un sabor que no podréis confundir, ni lo debéis cambiar si no queréis que vuestra obra sea estéril. No quiero que pregonéis que me amáis, quiero que con vuestras obras vayáis dejando la huella de amor, de caridad y fe. 42. Siempre que os levantéis pregonando que sois mis elegidos, los que más cerca de Mí os encontráis y quienes mejor me servís, os sujetaré a prueba como lo hice con mis apóstoles en el Mar de Galilea; entonces sabréis si en verdad me amáis y si vuestra fe es firme. El que quiera seguirme, tiene que ser humilde. 43. La obediencia a mi Ley es humildad en vuestro espíritu; quien es obediente, va investido con mi gracia, mientras el que camina bajo su voluntad creyendo llevar su heredad consigo, en verdad se ha despojado de sus dones. 44. Día tras día he venido doctrinándoos, preparándoos para la lucha, porque pronto dejare de hablaros en esta forma y es necesario que estéis fuertes para resistir las pruebas. Sabed estar conmigo; aprended a llevarme en vuestro corazón y en las horas de prueba me veréis hacer prodigios por vuestro conducto. 45. Comprended cuanto he querido deciros, para que no penséis que es imposible llevar en vosotros mi enseñanza. 46. Interpretad bien mis palabras, para que podáis dar un paso más en la senda de vuestro perfeccionamiento espiritual. 47. ¿Seriáis capaces de dejarlo todo por venir tras de Mí, como aquellos que de cerca me siguieron en el Segundo Tiempo? ¿O trataréis de imitar al hijo pródigo de mi parábola, quien se alejó del Hogar de su padre para ir a otras tierras a derrochar la herencia que se le había entregado? 48. Os quedáis pensativos sin atreveros a contestarme; mas no temáis, que si os he llamado, es porque sé que me amáis y que me seguiréis hasta el fin del camino. 49. Si lo que teméis es perder vuestra vida o sufrir los sacrificios de sangre, desde hoy os digo que esas pruebas no las encontraréis en vuestra lucha espiritual; ya la tierra fue fecundada desde el Segundo Tiempo con la sangre del Maestro y la de sus discípulos. 50. Vuestro mérito estará en que deis cumplimiento a la ley espiritual, sin abandonar vuestros deberes para con la vida material. 51. No pido a todos la misma renunciación, ni todos son capaces del mismo sacrificio. En aquel tiempo, mis discípulos tuvieron que dedicarse completamente a la Obra que vine a confiarles, y para ello fue necesario que dejaran padres, hijos, esposa y cuanto poseían en el mundo; en cambio, al doctrinar a las multitudes, les enseñaba que para cumplir con la vida que el Creador da, es indispensable "dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. 52. Aquella humanidad estaba materializada y al mismo tiempo se encontraba poco evolucionada, fue por eso que dije a las multitudes: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios". 53. Vosotros sois una humanidad también materializada, pero al mismo tiempo evolucionada, más capacitada para dar a vuestro espíritu lo que él necesita y a vuestra vida humana lo que ella reclama. 54. No sois nuevos ante mi enseñanza, si así fuere, os habría tenido que entregar la Ley labrada en piedra como lo hice en el Primer Tiempo, pero si he venido a hablaros de espiritualidad y a revelaros los misterios que en aquellos tiempos no les fueron mostrados a los hombres, es señal de que ya fuisteis mis discípulos en los tiempos pasados. He aquí la razón por la que a veces os digo que: “aquéllos y vosotros, sois los mismos”. P A R Á B O L A 55. “En una lejana comarca vivió un padre con uno de sus hijos, a quien amaba entrañablemente. 56. El hijo enfermó y viendo el padre que peligraba su vida, le llevó a una explanada, donde se encontraba un anciano que regía los destinos de aquella comarca, y al llegar ante sus plantas así habló al anciano: Mi hijo está enfermo y mi mayor deseo es que encuentre alivio, porque si él muere, yo también morirla de dolor. 57. Tu hijo sanará y retornará a la comarca lleno de vida y fortalezas, le dijo el anciano, y mientras pronunciaba estas palabras, tocó al enfermo y éste sanó. 58. De retorno a la comarca, el Padre contempló a su hijo robusto y lleno de salud. Pasó el tiempo y aquel hijo se sintió fuerte, arrogante y encaminó su planta por veredas torcidas tomando frutos venenosos que enfermaron su cuerpo y su espíritu. Desconoció a su padre y su corazón sólo abrigaba sentimientos de odio y destrucción. 59. Su padre, al contemplarlo perdido en ese abismo de maldad, fue a la explanada y dijo al anciano: Buen anciano, mi hijo ha tomado el camino tortuoso que lo ha hundido en el abismo. 60. ¿Por qué lloráis, le dijo el anciano? 61. Lloro al ver la perversidad de mi hijo. He esperado sea levantado su espíritu de este mundo pero ese momento no llega y ya no puedo soportar su maldad. 62. El anciano le contestó: Pediste que viviera, y él ha vivido. Ya era tiempo de que sus pasos hubieran cesado en la Tierra, mas he aquí que debéis aprender a pedir y a conformaros con mi voluntad”. 63. Israel amado: Yo siempre soy justo en mis determinaciones. ¿Por qué a veces queréis intercalaros en mis altos designios? ¿No sabéis que los que parten a la morada espiritual, penetran en la verdadera vida? No os opongáis, por el contrario, ayudadles a que partan con vuestra conformidad, para que su paso de este mundo al otro, sea lleno de firmeza y de comprensión espiritual. 64. Buscadme como Padre, conoced mi amor, mi sabiduría y mi justicia; venid a Mi por la escala de la oración, de la fe y de las buenas obras. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 8 1. La luz de mi Espíritu Santo desciende sobre vosotros, mas ¿Por qué me representáis en la forma de una paloma? Ya aquellas figuras y símbolos no deben de ser adorados por mis nuevos discípulos. 2. Comprended mi enseñanza, pueblo: En aquel Segundo Tiempo, mi Espíritu Santo se manifestó en el bautizo de Jesús en la forma de una paloma porque esa ave en su vuelo semejaba al vuelo del espíritu, su blancura habla de pureza y en su dulce y apacible mirada hay un reflejo de inocencia. ¿Cómo hacer comprender a aquellos hombres rudos lo divino, si no era tomando las figuras de los seres conocidos por ellos en el mundo? 3. Cristo, quien os habla en este instante, fue representado por un cordero, y el mismo Juan en su visión profética, así me contempló. Todo ello se debe a que, si me buscáis en cada una de mis obras, en toda la Creación encontraréis siempre una imagen del autor de la vida. 4. En mi manifestación a través de Jesús, os anuncié la venida del Espíritu Santo y los hombres pensaron que se trataba de una divinidad que estando en Dios, no era conocida por ellos, sin poder comprender que, al hablaros del Espíritu Santo, os estaba hablando del Dios único, el cual estaba preparando el tiempo en el que había de comunicarse espiritualmente con los hombres a través del entendimiento humano. 5. En estas enseñanzas os estoy confiando la espada de luz y de verdad para que luchéis con ella en la batalla que tanto os he anunciado, y una vez más os digo, que estas armas que os confió son de amor y de justicia, de perdón y caridad para vuestros hermanos. 6. Sólo unos cuantos años restan para que os siga dando mi Doctrina en esta forma; guardad mis enseñanzas porque al finalizar 1950, terminarán estas manifestaciones, y es necesario que os fortalezcáis en la humildad y en la obediencia, para que salgáis avante en todas las pruebas. 7. No penséis que sólo en el orden espiritual vais a luchar, no, pueblo; la batalla que se avecina será en todos los órdenes, a fin de lo que haya salido de su cauce, a él retorne, lo que se haya estancado, surja de nuevo a la evolución y lo que se haya manchado, logre obtener su purificación. 8. Entonces veréis estremecerse a las instituciones humanas, en sus mismas bases, veréis a los elementos de la Naturaleza agitarse causando estragos y poniendo a prueba la fe de la humanidad. 9. Todo esto acontecerá después del año de 1950 y si vosotros permanecéis fieles a esta Ley, cruzaréis a salvo todas las vicisitudes; más, si hubieseis caído en desobediencia, apartándoos de lo que os he ordenado, desde hoy os digo: quedaréis a merced de las pruebas y de los elementos desatados y éstos ya no obedecerán vuestros mandatos. 10. No quiero este dolor para mi pueblo a quien he doctrinado durante tanto tiempo; quiero para él la paz, para que en las horas de prueba sepa llevar una palabra de luz y de bálsamo a los afligidos. 11. ¿Quién es aquél que en este tiempo no ansia quedar iluminado por el Espíritu Santo? 12. En verdad, en verdad os digo que si os sabéis preparar, grandes serán las manifestaciones que lleguéis a contemplar después de 1950. 13. En el Segundo Tiempo, cuando me hice visible a mis discípulos por última vez entre nubes, al desaparecer de su vista, hubo tristeza en ellos porque en ese instante sintieron quedar en la soledad, mas luego escucharon la voz del ángel emisario del Señor que les decía: “Varones galileos: ¿Qué es lo que miráis? A este mismo Jesús que hoy habéis visto ascender a los Cielos, le veréis descender en la misma forma”. 14. Entonces ellos comprendieron que cuando el Maestro volviera a los hombres, lo haría espiritualmente. 15. Días después de mi crucifixión, hallándose mis discípulos reunidos en torno de María, les hice sentir mi presencia, representada en la visión espiritual de una paloma. En esa hora bendita, ninguno osó moverse ni pronunciar palabra alguna. Había verdadero éxtasis, ante la contemplación de aquel miraje y los corazones latían llenos de fuerza y de confianza, sabiendo que la presencia del Maestro, que aparentemente se había ido, seria eternamente con ellos en espíritu. 16. Discípulos: Pensad detenidamente en estas enseñanzas y haced que en vosotros se manifieste mi gracia, como en aquellos tiempos. 17. Hoy desciendo entre vosotros radiante de luz, así me aparecí ante mis discípulos del Segundo Tiempo cuando fui a ellos en espíritu antes de mi ascensión, para fortalecerlos y hacerlos salir de su confusión, por los acontecimientos que habían presenciado. Así me presento ante vosotros, lleno de esplendor para deciros: Eternamente se repite mi sacrificio, siempre estoy resucitando de entre los muertos y derramando mi luz entre vosotros para que iniciéis la jornada y practiquéis todo lo que os he enseñado. 18. Preparaos para que veáis descender de mi Reino los bienes espirituales que vengo a concederos. 19. El banquete está preparado, el Cordero ha sido inmolado y ricos manjares están dispuestos. Rodeadme, discípulos, y alimentaos. Abro el libro de la sabiduría para que leáis la lección que corresponde a este día. Venid a Mí y tomad el manjar que os ofrezco, porque es corto el tiempo de gracia que os concedo. 20. ¿Por qué os sorprende mi palabra que os entrego por medio de un portavoz humano, si en todos los tiempos me he servido de los hombres para hablaros y conduciros? Cuando vine a vosotros en el Segundo Tiempo, me hice hombre para que, contemplando mis obras siguierais mis pasos. Me visteis nacer, crecer, luchar y sufrir. Era necesario que la humanidad conociese mi amor y mi poder, para que mi ejemplo fuese imborrable en todos mis hijos. Por eso lloráis cuando recordáis estos acontecimientos y sentís remordimiento, porque no he sido reconocido ni amado plenamente por la humanidad. Todavía ahora, en el Tercer Tiempo, vengo a daros una lección más que os explique mis obras anteriores y os prepare para el nuevo tiempo que vais a vivir. 21. Quiero que mañana, cuando ya no me escuchéis en esta forma, me imitéis y quedéis como maestros de la humanidad. ¿Quiénes serán aquellos que se levanten para salvar a los hombres cuando éstos se encuentren en medio del caos? ¿Quiénes van a representarme en el Tercer Tiempo y a dar testimonio de Mí? ¿Quiénes serán los que detengan el avance de los elementos de destrucción, cuando se desaten en el mundo? ¿Quiénes van a imitar a mis apóstoles extendiendo mi Doctrina? Vosotros, a quienes estoy preparando con mi Verbo, con dones de curación y fortaleza, para que seáis doctores, emisarios y consoladores, porque la humanidad mucho va a llorar antes y después de mi partida. Los tiempos venideros ofrecerán las heces más amargas del cáliz y en esos días mi Espíritu vibrará en los entendimientos iluminando a todas las criaturas para apartar la confusión reinante. Será en ese tiempo cuando el dolor unifique a todos los espíritus y éstos buscarán la luz y el camino que conduce a Mí. 22. ¿Acataréis mi voluntad para guiar a los que vienen en mi busca? Me decís que ése es vuestro propósito y me pedís ayuda para salvar todos los obstáculos que se interponen a vuestro paso. Si, hijos míos, os he dicho que estoy presto a ayudaros, porque sin esa fortaleza, nada podríais hacer. Sois débiles, pobres e ignorantes, mas os estoy haciendo herederos de un reino de verdadera grandeza y nada retendré en mi arcano, todo lo que os pertenece como mis hijos os lo daré y os encargo que distribuyáis esta riqueza entre vuestros hermanos. 23. Estoy hablándoos de unificación, de armonía y comprensión; porque quiero que la casa de Israel sea arca de salvación, fuente de paz y consuelo para todos los caminantes cansados. Os he nombrado fuertes y lo seréis por el poder de las virtudes que he dejado en vosotros. Pensad que en todas vuestras luchas, voy delante de vosotros dejándoos mi huella. Comprended que mientras no estéis unidos, no habrá paz ni alegría en vuestro espíritu. Quiero veros libres de todo sufrimiento, porque ya estáis cerca del final de vuestra restitución, estáis a las puertas de la Tierra Prometida a donde llegaréis victoriosos y salvos, porque ésta es mi voluntad. 24. No quiero que os fanaticéis con mi palabra, ni que forméis una nueva idolatría. No deseo el sacrificio de vuestras vidas, ni que ofrezcáis las flores o los frutos de vuestros huertos, porque ellos son mi obra y ningún mérito hacéis con dármelos. No es mi voluntad que hagáis imágenes con vuestras propias manos y después las adoréis, ni que edifiquéis otra torre de Babel, llenos de vanidad y de soberbia. Lo que anhelo que me ofrezcáis, es un santuario que llegue hasta Mí, formado con vuestras obras de amor, oraciones y palabras nacidas de vuestro corazón y entregadas en mi nombre a los espíritus hambrientos de verdad: Este es el culto que os pido. 25. Estáis sujetos a la Ley de evolución, he aquí el por qué de vuestras reencarnaciones. Sólo mi Espíritu no necesita evolucionar: Soy inmutable. 26. Desde el principio os he mostrado la escala por donde tienen que ascender los espíritus para llegar a Mí. Hoy no sabéis en qué plano os encontráis, más cuando dejéis vuestra envoltura conoceréis vuestro grado de evolución. No os detengáis, porque seríais un obstáculo para los que vienen detrás de vosotros. 27. A pesar de que habitáis en diferentes planos, estad unidos en espíritu y un día os encontraréis reunidos en la séptima etapa, en la más alta, gozando de mi amor. 28. Varones formados a mi imagen y semejanza, oídme: No os levantéis mañana hablando de esta Doctrina si no lleváis una buena simiente, si no sabéis lo que es sumisión y hacéis lo contrario de lo que dicta mi Ley. Ahora os aconsejo, para que mañana no tropecéis en el camino. 29. A la mujer que os diere por esposa la cuidaréis, la honraréis y en ella haré fructificar vuestra simiente. No quiero que habléis de verdad y rectitud y vayáis deshojando las rosas, abandonándolas después, porque estaréis profanando mi Ley. Respetad tanto lo que es vuestro, como lo que es de los demás; sed justos y fomentad la paz en la Tierra. Llegará el momento en que estaréis preparados para hablar de sumisión, de amor y de perdón. 30. Bienaventurado el que se humillare en la Tierra, porque Yo lo ensalzaré en el Más Allá. Bienaventurado el que perdonare, porque Yo lo perdonaré. Bienaventurado el calumniado, porque Yo testificaré su inocencia. Bienaventurado el que dé testimonio de Mí, porque Yo le bendeciré. Y al que fuere desconocido por practicar mi Doctrina, Yo le reconoceré. 31. ¿Quién de vosotros no ha sentido mi presencia ni se ha alimentado con mi palabra? Pedid que se os dará. Si antes me buscasteis en los astros y en objetos materiales, hoy buscadme en el infinito con vuestro espíritu. Acercaos a Mí por el amor, por la obediencia y tendréis paz. 32. Amadme y no adoréis a estos portavoces por quienes me comunico. Amad mi palabra y mis obras, ellas están fuera de lo humano. Estos portavoces sólo son mis instrumentos y no son superiores sino semejantes a vosotros. 33. Calmad vuestra sed en mi fuente inagotable para que no seáis más los sedientos; no quiero que mis hijos padezcan más hambre o sed; por eso me acerco a vosotros trayéndoos el pan de la vida eterna, para que no os sintáis un solo instante necesitados de los bienes espirituales. Yo en cambio, si tengo sed de vuestro amor, de vuestra paz y me habéis negado el agua de vuestra comprensión. Hasta hoy no habéis calmado la sed ardiente de reconocimiento a mi Ley que como hijos me debéis. Más os seguiré esperando, porque mi paciencia es inagotable. Venid a Mí y os prometo que mi protección no os faltará, porque si hoy no sabéis amarme, algún día llegaréis a Mí y me comprenderéis al fin. 34. Vivid tomando de todo lo que he creado para vuestro bienestar en la Tierra y para que la paz no se aparte de vosotros. Seguid luchando para que alcancéis vuestra salvación espiritual. 35. Para el espíritu cuando está preparado, no existe la noche, la fatiga ni el sueño; en el trabajo encuentra su fuerza y toda prueba es para él una ocasión preciosa para demostrar su fortaleza y su paciencia. Otros espíritus aunque son débiles, saben buscarme en la hora de la prueba, su fe y su confianza los hacen salir avante. Os quiero humildes y obedientes para que os dejéis guiar por vuestra conciencia, que es la chispa divina que rige a vuestro espíritu. 36. ¿Qué venís a pedirme y por quién lloráis? Me decís que sólo Yo puedo daros lo que necesitáis. Benditos seáis los que así me buscáis y sabéis pedirme con humildad por vuestros seres queridos y por aquellos que sin perteneceros por la sangre, les amáis tiernamente y os preocupáis por su adelanto espiritual. Me pedís por los que viven en el cautiverio purgando una condena y por los que siendo inocentes también se encuentran recluidos. Oráis por los enfermos que lejos del hogar se encuentran sufriendo; este deseo nace en vosotros porque empezáis a amar y vais encontrando en ese sentimiento el supremo goce. Inspiraos en el amor para realizar todas vuestras obras y ellas tendrán esencia espiritual. 37. Cuando oréis, buscadme en lo infinito, más allá de todo lo material, poneos en comunicación conmigo y cuando retornéis a vuestro mundo, se habrá disipado toda duda, no habrá obstáculos en el camino y os sentiréis llenos de mi sabiduría. 38. Os he confiado este tiempo para que lo aprovechéis estudiando mi lección, para que apartándoos de los placeres del mundo, podáis profundizaros en mi palabra; hoy me tenéis muy cerca de vosotros, mi luz ha bañado vuestro espíritu, mi esencia os está alimentando, y mi ejemplo lo tenéis presente eternamente. No penséis que sólo en el Segundo Tiempo os di pruebas de amor; mi presencia es eterna con vosotros. Solamente os pido que os preparéis para que me sintáis en todas mis obras; en las pruebas que hoy doblegan a la humanidad, podéis ver la rectitud de mi justicia. 39. Todos alcanzaréis la meta mediante el cumplimiento de vuestra misión, para ello he venido a entregaros mis enseñanzas que son inagotables, para que ascendáis por la escala de vuestra evolución. No es mi sangre la que os salva, sino mi luz en vuestro espíritu la que os rescatará. 40. En el Segundo Tiempo después de mi partida, os di mi enseñanza a través de mis apóstoles; ahora os la doy por conducto de mis portavoces y en ella os ofrezco la sabiduría divina que alimenta y conforta a vuestro espíritu. 41. Os pido que convirtáis vuestro corazón en una flor espiritual para ofrecerla a María, a quien buscáis como Madre y a la cual amáis, porque de su seno brotó el fruto bendito que os trajera el pan de la vida eterna: Jesús. 42. María, es la flor de huerto celestial, cuya esencia ha estado siempre en mi Espíritu. 43. ¿Veis esas flores que ocultan con humildad su belleza? Así fue y así es María: un inagotable caudal de belleza para el que sabe mirarla con limpidez y respeto, y un tesoro de bondad y de ternura para todos los seres. 44. Yo la entregué como Madre a Jesús; fue la ternura divina encarnada en una mujer. Es a la que vosotros buscáis como intercesora, a la que invocáis como consuelo en vuestras penas, y ese amor divino se extiende como un manto sobre la humanidad. 45. Es aquella a quien el ángel del Señor llamó “Bendita entre todas las mujeres”. Es la misma a quien Cristo desde la cruz, dejó como Madre espiritual de todos los hombres. 46. María pasó por el mundo ocultando su esencia divina; Ella sabía quién era y quién fue su Hijo, y en vez de hacer ostentación de aquella gracia se declaraba tan sólo una sierva del Altísimo, un instrumento de los designios del Señor. 47. María pasó por el mundo en silencio, pero llenando de paz los corazones, intercediendo por los necesitados, orando por todos y finalmente derramando sus lágrimas de perdón y de piedad sobre la ignorancia y la maldad de los hombres. ¿Por qué no buscar a María si queréis llegar al Señor, si a través de Ella recibisteis a Jesús? ¿No estuvieron juntos Madre e Hijo en la hora suprema de la muerte del Salvador? ¿No se mezclaron en aquel instante la sangre del Hijo, con las lágrimas de la Madre? 48. Entonces nada tiene de extraño que en este Tiempo la busquéis para que os guie y os acerque al Maestro. 49. Bienaventurados los que sepan descubrir en el huerto celestial, esa flor de humildad y de pureza. Mas vuelvo a deciros, que sólo la mirada limpia podrá llegar a descubrirla. 50. Hoy me exponéis vuestros sufrimientos para que los alivie y en verdad os digo que esa es mi misión, a eso he venido, porque soy el Divino Doctor. Más antes de que mi bálsamo sea en vuestra herida, antes de que mi caricia os llegue, concentraos en vosotros mismos y examinad vuestro dolor, analizadlo, meditad profundamente todo el tiempo que sea necesario, para que de esa meditación toméis la enseñanza que esa prueba encierra, así como el conocimiento que en ella se oculta y que debéis conocer. Ese conocimiento será experiencia, será fe, será mirar de frente la verdad, será la explicación de muchas pruebas y lecciones no comprendidas por vosotros. 51. Como si el dolor fuese algo tangible, examinándolo y en él descubriréis la hermosa semilla de la experiencia, la gran lección de vuestra existencia, porque el dolor ha venido a ser maestro en vuestra vida. 52. Quien considere el dolor como un maestro y con mansedumbre acate los llamados que le hacen para la regeneración, el arrepentimiento y la enmienda, ése conocerá después la dulzura, la paz y la salud. 53. Examinaos cuidadosamente y veréis cuánto provecho sacáis de ello. Conoceréis vuestros defectos e imperfecciones, los corregiréis y por lo tanto dejaréis de ser jueces de los demás. 54. Me pedís que os sane y de cierto os digo que nadie mejor que vosotros mismos podéis ser vuestro doctor. 55. ¿De qué sirve que Yo os sane y aparte vuestro dolor, si no apartáis de vosotros vuestros errores, pecados, vicios e imperfecciones? No es el dolor el origen de vuestros males, sino vuestros pecados. ¡He ahí el origen del dolor! combatid el pecado, apartadlo de vosotros y seréis sanos, más eso a vosotros corresponde hacerlo, Yo sólo os enseño y os ayudo. 56. Cuando a través de vuestra conciencia descubráis el origen de vuestras aflicciones y pongáis todos los medios para combatirlo, sentiréis en plenitud la divina fuerza, ayudándoos a vencer en la batalla y a conquistar vuestra libertad espiritual. 57. Cuán grande será vuestra satisfacción al sentir que por méritos propios alcanzasteis a libertaros del dolor y conquistasteis la paz. Entonces diréis: ¡Padre mío, tu palabra fue mi bálsamo, tu Doctrina ha sido mi salvación! 58. Dejad ya de vivir en un mundo de suposiciones. No debéis ni como hombres y menos como espíritus, ignorar la verdad. ¿Cómo queréis triunfar en la lucha material, sin conocer la vida espiritual? ¿Cómo queréis ser grandes, sanos, sabios y fuertes si os obstináis en cerrar los ojos a la luz eterna? 59. ¡Ya no viváis a media luz! ¡Despertad y venid a la luz plena! ¡Dejad de ser pequeños y creced espiritualmente! 60. Todavía podéis decir que vivís en paz si os comparáis con otras naciones; mas tomad de mi Obra la fuerza para cuando os sintáis desmayar; tomad de mi palabra la luz, para cuando os quieran dominar las doctrinas del materialismo. Si no os preparaseis como os enseño, de cierto os digo que muchos de vosotros os confundiréis, muchos me volveréis la espalda y muchos creyentes de hoy, serán mis enemigos mañana y se levantaran negando esta verdad. Anticipadamente os perdono, pero también os prevengo y os pongo alerta. 61. Vuelvo a deciros que os examinéis cuidadosamente, así comenzaréis a sentiros un poco más hermanos de los demás, más compasivos y comprensivos con vuestros semejantes. Hoy todavía os repugnan muchos actos de los demás porque os olvidáis de vuestras propias faltas, más cuando conozcáis vuestras manchas y errores, comprenderéis el amor con que os perdono y os espero, entonces no tendréis más que decir: “Si mi Padre me ha perdonado, después de ofenderlo tanto, obligado estoy a perdonar a mis hermanos”. 62. Al hombre le falta saber mirarse en su interior, examinar sus actos y sus pensamientos. 63. Preparación espiritual es lo que necesitáis, más cuando estéis practicando mi Palabra, causaréis conmoción en la vida de vuestros hermanos, porque se manifestará en vosotros el espíritu con todos sus dones y potencias. 64. De cierto os digo que en la historia de la humanidad, estará la Historia de Espiritualismo, escrita con letras luminosas. 65. ¿No se inmortalizó Israel al libertarse del yugo de Egipto? ¿No se inmortalizaron los cristianos en su conquista por el amor? Así se inmortalizarán los Espiritualistas en su lucha por la libertad del espíritu. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 9 1. Conmemoráis en este día mi entrada en Jerusalén; evocáis los tiempos en que Yo en Jesús viví entre vosotros. Hoy volvéis a sentiros fuertes ante mis nuevos prodigios y hacéis público vuestro testimonio de que este Maestro es el mismo que os habló en el Segundo Tiempo y Yo os digo, que no olvidéis lo que hicisteis con Jesús, para que no lo repitáis en este tiempo. Yo sabía que después de vuestro júbilo, ibais a debilitar ante la palabra de los sacerdotes y que vuestros cantos de ¡hosanna! los ibais a cambiar por los de ¡Crucificadle! 2. ¡Oh mis hijos, que no habéis reconocido mis manifestaciones a través de los tiempos ni velasteis esperando el cumplimiento de mis profecías! 3. Yo fui el Cordero inmolado en aquella Pascua que celebró mi pueblo. Sólo después, cuando pasó el tiempo, conocisteis la esencia de mi Doctrina y el porqué de mi sacrificio y entonces llorasteis y os arrepentisteis por no haberme reconocido. 4. Ahora os encontráis ante una nueva Era de enseñanzas y de grandes manifestaciones espirituales y el Maestro viene a buscar en vuestro espíritu la simiente que en otro tiempo sembró en él. Me decís: “¿Por qué no sentimos vuestra presencia, si estáis tan cerca de nosotros?” Y Yo os contesto que os habéis materializado, os encontráis ocupados en las ciencias y en todo lo que pertenece al mundo, olvidando a vuestro espíritu. Me decís con angustia que os habéis perdido del camino, Yo os digo que por eso he venido para mostraros con la luz de mis enseñanzas, el camino que os lleva a morar en el mundo de paz. Oídme, y mi palabra os despertará a una nueva vida, vuestras dudas y temores se disiparán. Vuestro espíritu, que lleva un pesado fardo, descansará al sentir mi perdón. 5. ¿Por qué no dejáis en Mí vuestra causa? ¿Por qué os hacéis justicia ocupando mi lugar de Juez? ¿No sabéis que estáis en un tiempo de pruebas y restitución? Mirad que todos faltáis a mi Ley y Yo no os he juzgado ni delatado en público. 6. Si os he concedido el libre albedrío, no es para que os juzguéis los unos a los otros, sino para que perfeccionéis a vuestro espíritu en la práctica del bien, ayudados por la luz de la conciencia. 7. Os convierto en labriegos y os doy mi semilla de amor para que la sembréis en los enfermos, en los tristes, en los delincuentes, y si alguno se siente indigno de recibirla, hacedlo llegar a Mí que Yo sabré dignificarlo, para que no se sienta menospreciado. Evocad a vuestra Madre celestial y su amor divino os ayudará en esta lucha y os conducirá a todos a Mí. 8. Quiero que vosotros, el pueblo a quien he doctrinado, os encarguéis de guiar a las nuevas multitudes, que llegarán después de 1950 a aumentar mi pueblo, y que veléis para que ellas sean alimentadas con el pan de vida eterna, así como Yo lo hice con vosotros. 9. No permitáis que mi palabra sea adulterada; velad porque su esencia se conserve siempre y haced que vuestro análisis sea justo. Exponed mi verdad y ella llevará a vuestros hermanos vida, salud y fe. Si mi palabra es luz que brota de Mí, tendrá que manifestarse como una antorcha en todo el que la conozca. Os ofrezco esta luz, porque no quiero que viváis entre tinieblas. 10. Perfeccionad vuestro espíritu con mi sabiduría; fortaleceos, para que luchéis por vuestra elevación espiritual. Vosotros que estáis desnudos de afectos, sentid mi caricia, para que no haga mella en vuestro corazón el egoísmo de los seres que os rodean. Me preguntáis: ¿Por qué no existe el verdadero amor entre los hombres? ¿Por qué no se practica la verdadera caridad? Y Yo os contesto: Es que habéis dejado secar el manantial de aguas cristalinas que he puesto en vuestro corazón, porque os habéis apartado del cumplimiento de mi Ley. 11. Os habéis dividido y no queréis saber de las necesidades de vuestros hermanos; os miráis como extraños aun viviendo bajo el mismo techo; por eso al escuchar mi palabra os habéis sorprendido, porque en ella manifiesto mi amor, mi paciencia y mi perdón para todos mis hijos. 12. A nadie distingo y vengo a pediros que os unifiquéis, que os améis y perdonéis los unos a los otros; ya os he dado el tiempo suficiente para que reflexionéis y deis principio a una nueva vida. He perdonado vuestras faltas pasadas y os doy la oportunidad de transformaros en mis buenos discípulos. 13. El Libro de la Vida se abre ante vosotros para iluminar a todo entendimiento. Estudiad cada una de sus lecciones, ya no veáis misterios, hoy todo es claridad para el espíritu. Asomaos al arcano y conoced todo lo que os concedo. Quiero dejar de ser para vosotros un Padre incomprendido. No hay razón para que me miréis así, porque todas mis manifestaciones han estado al alcance de vuestro entendimiento y todo os lo he revelado en el tiempo propicio. 14. No os aflijáis inútilmente; todo lo que creéis que os hace falta, lo tenéis con vosotros. Os he dado mi luz en el espíritu y por añadidura os he confiado lo necesario para conservar vuestro cuerpo. Todos los elementos os sirven, todo lo he creado para vuestro recreo y todo es provechoso si lo tomáis con medida. Otra es la causa de vuestros sufrimientos y desvelos. El espíritu no encuentra la paz en esa existencia vana que habéis forjado en la Tierra y os comunica su intranquilidad. ¡Si formaseis propósitos de verdadera enmienda, cuánto bien os haríais y cómo recobraríais la paz perdida! 15. Discípulos: Preparaos para que habléis de amor, de perdón y de justicia a la humanidad. Olvidaos de todo lo que pertenece al mundo, para elevaros a las regiones de la paz y del amor perfecto. 16. Habéis atendido a mi llamado y me buscáis para aprender mi lección; unos pedís el pan de cada día otros me buscáis como doctor y consejero, pero hay quienes sólo vienen a escudriñar mi palabra queriendo encontrar en ella alguna falta, mas Yo les digo: Esa mancha que buscáis no la encontraréis en mi enseñanza, antes bien, si penetráis en vuestro interior, ahí encontraréis la imperfección. Los que así han obrado, no han reconocido mi presencia, porque solo alcanzan a interpretar las obras humanas, pero no han llegado a comprender los mensajes de Dios. A todos ilumino y perdono su incredulidad. 17. No permitiré que se confunda ni que se pierda uno solo de mis hijos. A las plantas parásitas las convierto en fructíferas, porque todas las criaturas han sido formadas para llegar a alcanzar un fin perfecto. 18. Quiero que vosotros gocéis conmigo en mi Obra; ya antes os he participado de mis atributos porque sois parte de Mí; si todo me pertenece, también a vosotros os hago dueños de mi Obra. 19. Todos los espíritus tenéis en Mí a un Padre divino y si os he dado en la vida material padres humanos, es para que den vida a vuestro cuerpo y representen cerca de vosotros a vuestro Padre celestial. Os he dicho: Amarás a Dios sobre todo lo creado y a tus padres". No descuidéis entonces vuestros deberes; si no habéis reconocido el amor de vuestros padres y aún los tenéis en el mundo, bendecidlos y reconoced sus méritos. 20. Quiero que seáis hombres de fe, que creáis en la vida espiritual; si habéis visto partir al Más Allá a vuestros hermanos, no los sintáis lejanos ni penséis que los habéis perdido para siempre. Si queréis reuniros con ellos, trabajad, haced méritos y cuando lleguéis al Más Allá, ahí los encontraréis esperándoos, para enseñaros a vivir en el Valle Espiritual. 21. Pueblo: ¿Creéis que es vuestro Dios el que inspira esta palabra? ¿Entonces por qué habéis dudado de Mí, cuando me habéis llamado en el lecho del dolor y el bálsamo no ha curado al instante vuestra enfermedad? Pensad que os pruebo en muchas formas, porque quiero que seáis fuertes; porque si sois mis discípulos, debéis resistir muchas pruebas para que podáis ser creídos. 22. Sois la simiente de Abraham, de Isaac y de Jacob, quienes os dieron grandes ejemplos de fe y de obediencia: vosotros, teniendo el mismo espíritu, no alcanzáis a igualar sus obras. Yo he probado a mis discípulos en todos los tiempos. Cuántas veces sometí a prueba a Pedro y solamente en una de ellas flaqueó, mas no le juzguéis mal por este hecho, porque cuando él encendió su fe, fue como una antorcha entre la humanidad predicando y dando testimonio de la verdad. 23. No juzguéis a Tomás; considerad cuántas veces vosotros habéis palpado mis obras y aun así habéis dudado. No miréis con desprecio a Judas Iscariote, aquel discípulo amado que vendió a su Maestro por treinta monedas, porque jamás ha habido arrepentimiento mayor que el suyo. Yo me serví de cada uno de ellos para dejaros lecciones que os sirvieran de ejemplo y que existieran eternamente en la memoria de la humanidad. Después de su flaqueza tuvieron el arrepentimiento, la conversión y la entrega absoluta al cumplimiento de su misión. Ellos fueron verdaderos apóstoles y dejaron un ejemplo para todas las generaciones. 24. Venid al valle espiritual, para que comprendáis mi palabra. Cuando escuchéis mi enseñanza, alejaos de las preocupaciones del mundo y dejad que mi luz ilumine vuestro espíritu. Aliento vuestra fe y os guío siempre para que os preparéis a gozar de la vida eterna. 25. Velad y orad, os repito con frecuencia, pero no quiero que os familiaricéis con este dulce consejo, sino que lo estudiéis y lo pongáis en práctica. 26. Os digo que oréis, porque aquel que no ora, se entrega a pensamientos superfluos, materiales y a veces insanos, con lo cual, sin darse cuenta fomenta y alimenta las guerras homicidas; más cuando oráis, vuestro pensamiento como si fuera espada de luz, rasga los velos de oscuridad y los lazos de la tentación que hoy están aprisionando a muchos seres, satura de espiritualidad el ambiente y contrarresta las fuerzas del mal. 27. No desmayéis ante la lucha, ni os desesperéis si aún no habéis visto ningún resultado. Comprended que vuestra misión es luchar hasta el fin; pero debéis tomar en cuenta que a vosotros solo os tocará hacer una mínima parte de esta Obra de regeneración y espiritualidad entre la humanidad. 28. Mañana dejaréis vuestro puesto y otros vendrán a seguir vuestra labor. Ellos llevarán la Obra un paso más allá y así de generación en generación se irá cumpliendo mi palabra. 29. Al final, todas las ramas se unirán al árbol, todas las naciones se unirán en un solo pueblo, y la paz reinará en la Tierra. 30. Orad, discípulos, y perfeccionaos en vuestra elevación para que vuestras palabras de enseñanza y amor encuentren eco en el corazón de vuestros hermanos. 31. En verdad os digo que si este pueblo además de comprender su destino, ya estuviese cumpliendo con su misión, por sus oraciones alcanzaría gracia la humanidad. Pero aún os falta caridad, que sintáis a vuestros semejantes como verdaderos hermanos, que en verdad lleguéis a olvidar las diferencias de razas, lenguas, credos y que además, borréis de vuestro corazón toda huella de rencor con aquellos que os hubieran ofendido. 32. Cuando logréis elevar vuestros sentimientos por encima de tanta miseria humana, brotará de vosotros la más sentida y sincera petición en favor de vuestros hermanos y esa vibración de amor, esa pureza de vuestros sentimientos, serán las espadas más poderosas que destruyan las tinieblas, que las guerras y las pasiones de los hombres han venido formando. 33. El dolor os ha preparado, Israel, en la esclavitud os habéis acrisolado; por eso sois los indicados para velar por los que sufren. 34. Velad, pueblo, sed como esas aves que anuncian al nuevo día, despertando a los que duermen; para que ellos sean los primeros en recibir la luz y entonces Yo les diga: El que en verdad os ama, os saluda en este instante. 35. Todos los que se acerquen a escucharme, sentirán la caricia de mi palabra, se sentirán ungidos por mi amor y colmados de bienes espirituales. 36. De plácemes me encuentro porque he visto que habéis dejado todo por estar en mi mesa, y es que sabéis que mi palabra es vuestro pan y vuestra gloria en la Tierra. 37. Esta enseñanza llega hasta vuestro corazón, en donde han nacido propósitos de enmienda y de nobles sentimientos. 38. Si mucho habéis sufrido y llorado para llegar a abrirme las puertas de vuestro corazón, en verdad os digo que también el que ha sufrido mucho, ha expiado sus faltas y tiene que ser perdonado. 39. Corazones tristes: Calmad vuestra pena y venid a Mí, iluminaos con la luz de vuestra conciencia y penetrad serenamente por el sendero de mis enseñanzas. 40. Sanaos en Mí, olvidad pesares y amad; quien tiene amor lo tiene todo, quien dice amor lo dice todo. 41. Más cuando comprendéis que todo lo que brotó de Mí es perfecto, armonioso y bello, os preguntáis: ¿Por qué entonces los hijos de Dios viven en el mundo destruyendo y aniquilando? ¿Qué fuerza los mueve para desconocerse y destruirse, siendo que emanaron de la fuente límpida del Padre? ¿Cuáles son esas fuerzas y por qué Dios con su infinito poder, no ha detenido el avance de los hombres que destruyen la paz? ¿Por qué permite la maldad entre la humanidad? 42. Oíd, discípulos: El hombre tiene como dones espirituales el libre albedrío y la conciencia; todos al nacer están dotados de virtudes y pueden hacer uso de ellas. En su espíritu está la luz de la conciencia; pero a la vez que la materia se desarrolla, con ella se desarrollan las pasiones, las malas inclinaciones, siendo éstas las que luchan contra las virtudes; Dios así lo permite, porque sin lucha no hay méritos, y así lo necesitáis para ascender en el camino espiritual. ¿Cuál sería el mérito de los hijos de Dios, si no lucharan? ¿Qué haríais si vivieseis llenos de felicidad, como lo deseáis en el mundo? ¿Rodeados de comodidades y riquezas, podríais esperar el progreso espiritual? Estaríais estancados porque no existe el mérito donde no hay lucha. 43. Más no os confundáis, porque al hablaros de lucha, Yo me refiero a la que desarrolláis para vencer vuestras debilidades y pasiones. Esas luchas son las únicas que permito a los hombres para que dominen su egoísmo y su materialidad, a fin de que el espíritu tome su verdadero sitio iluminado por la conciencia. 44. Esa batalla interior si la autorizo, más no aquélla que hacen los hombres con el deseo de engrandecerse, cegados por la ambición y la maldad. 45. El ruido y los horrores de las guerras fraticidas han apagado la sensibilidad del corazón humano, han impedido la manifestación de todo sentimiento elevado, como son la caridad y la comprensión. 46. No quiero deciros que todos se encuentren así, no, porque aún hay hombres en los cuales existe sensibilidad, compasión y amor para sus semejantes, llegando hasta el sacrificio para evitarles males, o librarlos de alguna prueba. Si esta ayuda os llega a daros algunos hombres, ¿Qué no hará vuestro Padre celestial por vosotros que sois mis hijos? Entonces ¿Cómo habéis llegado a pensar que Él os envió el dolor y la desolación? 47. Soy el mismo Maestro que en el Segundo Tiempo os habló del camino del Reino de los Cielos; soy el mismo Cristo manifestando la verdad a través de los siglos, las lecciones eternas que son inmutables, porque son revelaciones que brotan de mi Espíritu. 48. Mirad en Mi al Padre, porque de cierto os digo que Cristo con el Padre son Uno desde la eternidad, desde antes de que los mundos fueran. En el Segundo Tiempo ese Cristo que es Uno con Dios, encarnó en la Tierra en el cuerpo bendito de Jesús y así vino a ser el Hijo de Dios, mas sólo en cuanto hombre, porque vuelvo a deciros que un solo Dios existe. 49. A veces pensáis que os hablo demasiado del espíritu y que me olvido de vuestras necesidades y preocupaciones humanas, a lo cual os digo: “Buscad el Reino de Dios y su justicia, y lo demás se os dará por añadidura”. Entonces vendrá a vosotros la paz, la comprensión, el perdón, el amor, y en la parte material todo lo tendréis en abundancia. 50. Yo conozco y sé de todas vuestras necesidades y me encargo de aliviar todas vuestras preocupaciones según mi voluntad y si en ocasiones os habéis sentido defraudados porque no os he concedido inmediatamente aquello que pedíais, no por eso sois menos amados del Padre, es porque así os conviene. 51. Hay muchos de mis párvulos que atribuyen a injusticias del destino su sufrimiento y se creen olvidados de su Padre; entonces os pregunto: ¿De qué os ha servido mi palabra? ¿Por ventura creéis que el señor, el autor de la vida, es impotente para remediar vuestros males o que no puede complaceros en algo material que en nada os ayuda en vuestra elevación espiritual? 52. Yo sólo os concedo aquello que sea para vuestro bien. ¡Cuántas peticiones hacéis que si os fuesen concedidas, sólo os ocasionarían perjuicios o desgracias! 53. El hombre que en Dios confía y ame Él bendice su destino, jamás reniega ni exige lo que no le es concedido. 54. Cuando está pobre, enfermo y su corazón sufre, espera confiado en la voluntad de su Señor. 55. A veces me decís: “Señor, si yo todo lo tuviese, si nada me hiciera falta, trabajaría en vuestra Obra espiritual y haría caridad”. Mas sabed que como hombres sois variables y que todos los propósitos de hoy que nada poseéis, cambiarían si os concediese todo lo que deseáis. 56. Sólo el amor de Dios es inmutable para sus hijos. 57. Si os diera en abundancia, de antemano sé que os perderíais, porque conozco vuestras resoluciones y debilidades. 58. Sé que con abundancia de bienes materiales el hombre se aleja de Dios, porque aún no está capacitado ni preparado para comprender a su Señor. 59. Mirad cuánto os amo y no me olvido de vosotros, es que no quiero que os perdáis. 60. Alejaos de las vanidades del mundo, venid a Mí por convicción, por amor, no por el dolor. 61. No reneguéis si estáis necesitados, porque si conviniera para vuestra evolución espiritual apartaros de la pobreza, todo os lo daría en abundancia. 62. Pensad que el Padre rige el destino de sus hijos con suma justicia y perfección. 63. Estos tiempos son de pruebas, de dolores y amarguras, tiempos en que la humanidad sufre las consecuencias de tanto odio y mala voluntad de los unos a los otros. 64. Mirad los campos de batalla en donde sólo se escucha el estruendo de las armas y los ayes angustiosos de los heridos. Montañas de cadáveres mutilados, que ayer fueron cuerpos fuertes de hombres jóvenes. ¿Imagináis a éstos, cuando por última vez estrecharon entre sus brazos a la madre, a la esposa o al hijo? ¿Quién que no haya bebido ese cáliz podrá imaginar el dolor de esas despedidas? 65. Millares y millares de padres, de esposas y de hijos angustiados han visto partir a los seres amados hacia los campos de guerra, de odios, de venganza, obligados por la codicia y el orgullo de unos cuantos hombres sin luz y sin amor para sus semejantes. 66. Estas legiones de hombres jóvenes y fuertes, no han podido volver al hogar porque quedaron destrozadas en los campos; mas ahí la tierra, la madre tierra más misericordiosa que los hombres que gobiernan a los pueblos y que creen ser dueños de la vida de sus semejantes, ha abierto su seno para recibirles y cubrirles amorosamente. 67. Ved las caravanas de hombres de todas edades, de mujeres y de niños, huyendo de la destrucción, buscando fatigosamente un lugar de protección y de paz. Sus pies ya están destrozados y sangrantes; su corazón ya no resiste más dolor; pero aún les queda en lo más íntimo de su ser, un destello de esperanza. 68. Orad, pueblo, orad por ellos y mi ternura unida a vuestro pensamiento, descenderá sobre ellos para protegerlos y cubrirlos con mi manto de amor. 69. Meditad en la causa de las guerras fratricidas así como en la destrucción que originan y veréis que no sois tan desdichados como creéis, entonces cesarán vuestras quejas y ya no me diréis: “Señor, soy el más desventurado de la Tierra; ¿Será porque me has olvidado?” 70. Ved cómo la guerra todo lo destruye. 71. Mirad a esos padres ancianos que esperan el retorno de los seres amados, el hambre ha llegado a sus puertas y la soledad es su compañera. 72. Los que tuvieron fuerzas para caminar, huyeron, los inválidos tuvieron que quedarse para recibir cuanto a ellos llegó. Sus sombríos pensamientos sólo se iluminaron cuando me suplicaron en su oración: “Señor, no me abandones”. 73. Sólo Yo conozco el dolor que callan las madres abandonadas por la maldad de los hombres. 74. Soy el único que en el silencio y en la soledad de su vida les digo que en mi Reino no están abandonados. 75. Orad, pueblo, y pensad en la soberbia y la ambición que germina en los cerebros de los hombres que han llevado a la ruina, a la desolación y a la muerte a otros hombres que no tienen ninguna culpa. 76. Después de reflexionar en mis palabras, pueblo ¿Seguís pensando que sois los más desdichados de la Tierra? Me contestáis: “No, Maestro, estábamos en un error porque nos habíamos olvidado de los demás para pensar sólo en nosotros, creyendo que la lucha para amasar el pan de cada día, era el cáliz más amargo que pueda beberse”. 77. Entonces, os digo que debéis sentiros ricos, porque estáis escuchando la palabra divina que os alienta y fortalece y gozáis todavía de un poco de paz. 78. Aún podéis contar con algunos días de tranquilidad, porque este rincón de la Tierra también será estremecido por el dolor; así no quedará sitio en este mundo que no haya sido purificado. 79. Todo cuanto os dijo mi apóstol Juan, cumpliéndose está, palabra por palabra y suceso por suceso. 80. Todas esas señales, pruebas y perturbaciones que sufre la humanidad, son la demostración más palpable de que una Era está concluyendo para dar paso a un nuevo tiempo. No es la primera vez que entre vosotros ocurren estos acontecimientos, más si supieseis comprenderme y estuvieseis preparados, este paso de transición, lo daríais con calma sin turbaros. 81. Estáis llegando a la mitad de un siglo y mucho habéis vivido, ¿Qué sorpresas, acontecimientos y pruebas os esperan en el medio siglo que tenéis por delante? 82. Yo sólo os digo como dije muchas veces a mis apóstoles del Segundo Tiempo: velad y orad para que no caigáis en tentación. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 10 1. En esta hora bendita responded a las preguntas de vuestra conciencia, porque es tiempo de juicio. 2. Os encontráis ante vuestro juez, porque es necesario que por un instante os toque con mi justicia; mas de cierto os digo que mi juicio es amoroso y justo. 3. Me encuentro dando grandes pruebas de que estoy entre vosotros. ¿Por qué no todos me creéis? ¿Queréis que os deje a merced de la maldad humana? No os perdáis en los senderos del mundo. Venid a Mí, Yo soy el camino que os conduce a la verdadera felicidad. 4. He confiado a vuestra nación una misión de paz y no de guerra; comprended que en ella está resonando mi divina palabra en la que os he revelado que la Nueva Jerusalén se encuentra en el Valle Espiritual; y en ella han de penetrar todos los espíritus por medio de la elevación convirtiéndose en sus moradores. 5. Todavía hoy me mostráis vuestros graneros escasos de simiente, y es que no aprovecháis las tierras que os voy proporcionando. Ante vosotros muriendo están vuestros hermanos y no os conmovéis. 6. ¿No creéis que en esa forma estáis ocultando mi Ley? No ignoráis que fuisteis los que hicisteis pacto conmigo tiempo ha, pacto que escrito quedo en el Libro de la Vida. 7. Vuestro corazón confiesa que aún sois como el soldado débil. 8. Escuchadme, pueblo, porque llegarán las pruebas y ellas os despertarán y darán el temple que os falta. 9. Es necesario que vuestra fe y conocimiento sean grandes, para que comprendáis que en esta vida tenéis que ser los guardianes de la paz, por medio de vuestros pensamientos y oraciones. 10. Nace entre vosotros un nuevo año del cual me responderéis. Este tiempo os lo concedo para vuestra preparación y vuestra lucha. 11. Si os preparáis, no lloraréis ni sentiréis el dolor en vuestro corazón. Mas no desafiéis mi justicia con desobediencias porque entonces si apuraréis el cáliz de amargura. 12. Convertíos en mis labriegos, que las tierras esperan vuestra simiente de amor. Ellas, el pastor incansable, ya preparó los caminos y los campos para que empuñéis vuestras herramientas y empecéis a labrar la tierra. 13. Vuestra faena es muy delicada, pero no será difícil ni fatigosa, ante el sol candente de mi justicia, siempre se interpondrá el manto maternal de María como una nube bienhechora que os da su protección celestial mientras mi voz, como el trino o el arrullo de las aves os deleitará haciendo agradable vuestro trabajo. 14. Discípulos amados: Mi voz os ha hablado incansablemente en el Tercer Tiempo, mi palabra apareció como un faro luminoso mostrando la ruta a los náufragos extraviados. 15. Os he dado la fuerza espiritual en mi enseñanza, no sólo para resistir las vicisitudes de este mundo, sino también para cumplir con la misión espiritual que habéis traído en este Tiempo. 16. No todos os recibirán con los brazos abiertos cuando vayáis a esparcir mi Doctrina, habrá quienes os tiendan lazos para haceros caer. 17. Surgirá la lucha, porque si hay quienes tienen potestad para hacer el bien, también existen quienes tienen poder para el mal. 18. Vengo a purificaros y a prepararos de espíritu y materia para que comprendáis las inspiraciones del Padre y después las llevéis a vuestros hermanos con la misma pureza con que Yo os las entregué. 19. Demostraréis que esta Doctrina no es una teoría; que no ha sido extraída de los libros, que ella encierra en su verdad el mensaje del Espíritu Santo. 20. Vengo a prepararos porque la vida en la Tierra cada día cambiará y lo que hoy es paz, mañana será guerra; lo que hoy parece luz a los hombres, mañana los hará confundirse. La humanidad prepara sus múltiples armas para la batalla, vosotros preparad las vuestras. 21. En la oración y en la práctica de mi Doctrina, los hombres encontrarán la luz en la práctica de mi Ley, mis nuevos soldados encontrarán la fortaleza, y cuando lleguen los días de dolor, os uniréis para daros valor y orar por todos. 22. Mi Ley será el arca de salvación en este tiempo; cuando las aguas del diluvio de maldades, de dolores y miserias se hayan desatado, en verdad os digo que los hombres de otras naciones, en caravanas llegarán a este país atraídos por su espiritualidad, su hospitalidad y paz, y cuando hayan conocido esta revelación y tengan fe en lo que dije en mi nueva venida como Espíritu Santo, les nombraré también israelitas por el espíritu. Entre esas multitudes estarán mis emisarios, a quienes haré retornar a sus pueblos para llevar a sus hermanos el divino mensaje de mi palabra; mas no todos vendrán a esta nación para conocer la enseñanza que os traeré; muchos la recibirán espiritualmente. 23. Veréis entonces cómo muchos que nunca me escucharon, se levantarán como los grandes apóstoles, llenos de fe, de amor y de ahínco, temores y prejuicios que vosotros no habéis podido vencer, y doquiera se abra una puerta para dar testimonio de mi palabra a sectas y religiones, porque antes que considerarlas enemigas las verán como hermanas. 24. A nadie miréis como extranjeros en este camino, sabed recibir a vuestros hermanos con las puertas de vuestro corazón abiertas y entregadles la lección que a vosotros os di. 25 Más tarde cuando mis emisarios se hayan diseminado por el mundo, se sentirán unidos todos en su misión. 26. El labriego cultivará la tierra y abrirá el surco, ahí depositará la semilla con la fe y el anhelo de levantar abundante cosecha. Y el Maestro os dice: acordaos siempre de elegir la tierra que sea propicia, para que no se malogre la simiente. Siempre recogeréis frutos de acuerdo con el amor con que los hayáis cultivado. 27. Todos podréis ser labriegos en mis tierras, pero es preciso antes sentir y comprender esta misión. 28. Esta labor consiste en quitar la venda de oscuridad del ignorante y del fanático, enseñándole que Yo soy el único Dios a quien todos deben servir. Por eso os estoy preparando, para mostraros a los demás como un ejemplo, ya que supisteis abrir vuestros ojos a la luz y confesar con humildad que erais ignorantes. 29. A través de vosotros sembraré mi simiente y más tarde recogeré los frutos del cumplimiento a mi Ley. Vuestros hermanos os preguntarán cómo habéis recibido esta enseñanza, cuáles han sido mis manifestaciones y por qué seguís este camino, y a toda pregunta responderéis con absoluta verdad. Porque si no supierais defenderos con la verdad, no seréis fuertes y saldréis derrotados; entonces la semilla no podrá germinar. 30. No quiero que al final de la lucha quedéis sin levantar vuestra cosecha, después de haberos apartado de las tentaciones del mundo para oírme y de haber sido llamados mis discípulos. No sería justo que recogieseis desengaños y amarguras sólo por no haber aprendido a tiempo a defender mi Obra, estudiándola y analizándola, para hacer frente a las pruebas. 31. Mi enseñanza es una sola lección, dicha sabiamente en muchas formas para que podáis comprenderla y a la que nada tenéis que añadir. Y aunque es ley, no vengo a imponérosla, porque caerlas en hipocresía; aparentaríais cumplimiento, mientras con vuestros actos estaríais infringiendo mi Ley. 32. He puesto la conciencia en vuestro ser para que ella este de por medio en todos vuestros pasos, ya que la conciencia sabe distinguir el bien del mal, y lo justo de lo que no lo es. Con esa luz no podréis ser engañados, ni llamados ignorantes. ¿Cómo podría el espiritualista engañar a su semejante o tratar de engañarse a sí mismo, si conoce la verdad? 33. En el Segundo Tiempo se acercó un rico mancebo a Jesús y le dijo: Maestro, creo merecer el reino que prometes porque practico tu enseñanza. Jesús le preguntó: ¿Cumples con la Ley? Y el mancebo contestó: "Si Señor, yo ayuno, trato bien a mis hermanos, no hago mal a nadie y doy una parte de mi caudal para ayuda del templo”. Entonces Jesús le dijo: "Si queréis seguirme, da a los pobres lo que posees y ven en pos de Mí. Más era tanto lo que poseía el mancebo, que no quiso abandonar sus riquezas, y prefirió apartarse del Señor. Creía cumplir y a si mismo se engañaba. 34. Cuántas veces os he dicho: practicad la caridad, manifestad esta virtud, mas no hagáis ostentación de ella porque dejará de ser caridad y os engañaréis. 35. Discípulos: Si no queréis sufrir errores en la práctica de mi Doctrina, analizad vuestros actos por medio de la conciencia, si ella os reclama, examinaos a fondo, encontrad la mancha y corregidla. Vuestra conciencia es un espejo donde podéis ver si estáis limpios o no. 36. El espiritualista deberá ser reconocido por sus actos, los cuales para que sean limpios, tendrán que haber sido dictados por la conciencia. Quien así practicase, sentirá en su espíritu el derecho de llamarse mi discípulo. 37. ¿Quién podrá engañarme a Mí? Nadie. Más no vengo a juzgaros por lo que hacéis, sino por la intención con que lo hacéis. Yo estoy en vuestra conciencia y más allá de ella. ¿Pensáis que Yo pueda ignorar vuestros actos y la intención de ellos? 38. Preparaos para la lucha, para que mi Obra no sea mal comprendida por causa de vuestros malos actos, porque muchas veces dependerá de vosotros el reconocimiento o desconocimiento de mi Enseñanza. Mas Yo os pregunto: ¿Qué podrá opacar a mi Obra si es la verdad misma, si es pureza y perfección? Nada. Mas por vuestra falta de cumplimiento, sí perderéis ocasiones para hacer méritos y elevar vuestro espíritu. 39. Si alguien ignora mi verdad, es porque no ha sabido acercarse a beber de la fuente de sabiduría que es mi palabra y que desborda sus aguas cristalinas para todo sediento. 40. La verdad que revelé a los primeros, a los patriarcas, a los profetas y a los justos, es la misma que ahora os estoy mostrando, porque mi Doctrina que estáis recibiendo, es la Ley de todos los tiempos. Yo sólo vengo a enseñaros el camino para que continuéis vuestra jornada hasta el fin. 41. Discípulos: He aquí mi palabra en la que encontraréis siempre mi verdad, más si vosotros dieseis explicaciones erróneas o en forma complicada, si modificáis mi Doctrina o entregáis un análisis confuso a los necesitados, mala cosecha recogeréis. 42. Mirad cómo entregáis mi Enseñanza y cómo habláis de ella, porque sois responsables de una heredad muy grande. 43. Yo soy el dueño de la simiente, vosotros los labriegos, haced que ella germine, florezca y fructifique según os he enseñado. 44. Más no os sintáis siervos o esclavos. Sentíos libres para amar y trabajar dentro de mi Obra. Yo soy la luz que ilumina los caminos y vosotros los caminantes que elegís la senda. 45. Si alguno caminase como ciego y no contemplase esa luz; si alguno fuere perezoso y por ello no la encuentra, si hay quien se pierda del camino, no me culpe a Mí, porque doquiera estéis me encuentro hablándoos en distintas formas; reconoced que algún esfuerzo tiene que hacer aquél que quiera encontrarme. 46. Mi palabra penetra en vuestro corazón como el trigo en la tierra fértil y vosotros al recibirla, debéis hacerla florecer y multiplicar. 47. Analizad esta palabra para que podáis conocer su contenido y practicadla para que sepáis su valor. Y el conocimiento que alcancéis por el análisis, no lo guardéis sólo para vosotros, dadlo a conocer a la humanidad, veréis con regocijo que es bien recibido por vuestros hermanos y les veréis despertar al amor y a la fe. 48. Después de este tiempo, los hombres vendrán a vosotros en busca de mi enseñanza y sin haber oído mi palabra trasmitida por conducto de los portavoces, sabrán que he venido una vez más y tendrán la certeza de que he hablado a la humanidad en esta forma. 49. Llegará el momento en que mi palabra se extienda en todas las naciones y mis mandatos dados en esta Era, obtengan vida y fuerza a través de los tiempos. Todo el que se prepare sentirá mi presencia en su espíritu, y al fin, el hombre obedecerá mi Ley, el libre albedrio será bien entendido por él y hará obras justas dentro de mi Ley divina. 50. Estoy trazando una vez más la huella para que me sigáis. Cuando os levantéis en busca de la humanidad para llevar la buena nueva, no supliquéis que os oigan. Llevad con dignidad vuestra misión, y aquellos que os creyeren, serán los que he escogido para hacer de ellos mis discípulos. Habrá rumores de que el Maestro ha vuelto para formar su nuevo apostolado y vosotros testificaréis estas manifestaciones y aún más, les revelaréis que vosotros también habéis vuelto a la Tierra, que en el Segundo Tiempo estuvisteis conmigo y Disteis mi palabra en Galilea y en Palestina; y si dudan de vosotros, decidles que mediten en mis palabras y en las profecías dadas a mis apóstoles y sabrán que ésta es la verdad. 51. A vosotros que me oís, os entrego mi palabra por conducto de los portavoces, después vendrán otras generaciones que estudiarán todo lo que he dicho, lo cual quedará impreso llenando grandes volúmenes. 52. Yo soy la Vida y a cada instante os vivifico, mas tengo que luchar con vuestras ideas y pensamientos. Vuestras obras os conducen al dolor y a la muerte y no sabéis buscarme para fortaleceros en el bien. ¿Por qué no venís a Mí? ¿Quién me ha llamado, que no haya sentido mi presencia? ¡Cuánto os amo y os he amado siempre! Antes de crearos os amaba en Mí y desde el instante en que brotasteis de mi Espíritu habéis recibido mis dones y mandatos para todos los tiempos. 53. La Tierra que hoy pisáis, no es vuestra morada eterna, no es la Tierra de Promisión, por eso siempre anheláis otra vida superior, aspiráis a la perfección, porque ella os corresponde por herencia eterna; es el estado de elevación que vuestro espíritu alcanzará después de grandes luchas. No os conforméis con los bienes terrestres porque sabéis que estáis destinados a conocer la vida espiritual perfecta, con todas sus gracias y bellezas. 54. No esperéis que vuestros hermanos se regeneren sólo por mi Obra divina, sin que vosotros hayáis luchado por ello. Vuestra misión es trabajar para formar los cimientos de una nueva humanidad que ame y obedezca mi Ley. Para ello, la oración es vuestra mejor arma. 55. Estoy hablando al espíritu y al corazón de todos los hombres, los estoy cultivando y llegará un momento en que sabrán comunicarse conmigo de espíritu a Espíritu y entonces, no habrá secretos entre el Padre y el hijo. Preparaos para ese tiempo en que ya no me comunicaré por el entendimiento humano. 56. Escribid mi palabra para las generaciones venideras y cuidaos de no equivocar mis mandatos. No quiero que mis nuevos discípulos, aquellos que sólo conocerán mi palabra a través de los escritos, encuentren imperfección en mi enseñanza por vuestra falta de preparación. Es mi voluntad que en esas páginas esté contenida toda la esencia y verdad de mi Obra. En este libro que os he confiado, he reunido mi palabra revelada en tres tiempos, y todo lo que ha permanecido oculto o envuelto en misterio, lo comprenderéis cuando os comuniquéis de espíritu a Espíritu con mi Divinidad. 57. Si creéis que mi manifestación en este tiempo no es un acontecimiento y que al desaparecer vosotros mi Obra habrá terminado, en verdad os digo que no habéis presentido su trascendencia, ni habéis contemplado la luz del Sexto Sello, iluminando y vivificando a todo lo creado y marcando una nueva etapa para la perfección del espíritu. 58. Si contemplaseis la humildad de vuestro espíritu al oír mi palabra, a él se uniría vuestra materia para formar una sola voluntad, pero la envoltura es un obstáculo para vuestro progreso espiritual. He ahí la lucha y en ella los méritos necesarios para vuestra elevación. 59. Si os sentís abatidos por las pruebas de la vida, acogeos a Mí y seréis fuertes y no habrá quien destruya vuestra paz ni os despoje de vuestra heredad. 60. Os quiero siempre ardientes en vuestro amor para que no seáis como los sepulcros, ardientes sólo cuando el sol envió sus rayos y al atardecer cuando se oculta, vuelven a enfriarse. 61. No os conmováis sólo cuando escuchéis mi palabra, sino amadme y amaos los unos a los otros eternamente como os amo Yo 62. En los corazones agradecidos he escuchado esta oración: “Señor, eres incansable concediéndonos tantos beneficios”. Y Yo os digo: Soy vuestro Padre y contemplo vuestra necesidad. ¿Cómo no ha de conmoverse mi Espíritu ante vuestra oración? Os he consolado en la soledad de vuestra alcoba y os he iluminado para que vuestra meditación sea provechosa. 63. Estoy dejando un álbum en el corazón de mis discípulos, para que después de 1950 cuando mi palabra haya dejado de escucharse a través del entendimiento humano, sean ellos los que lleven mi mensaje a la humanidad. 64. En estas humildes casas de oración donde se manifiesta mi palabra, cuántas enseñanzas habéis escuchado y aprendido, a pesar de que en ellas no existen ritos, altares, ni imágenes, aquí habéis dejado de sentir vacío vuestro corazón. 65. Benditos seáis los que con mansedumbre y humildad me habéis escuchado, porque mañana sorprenderéis a las multitudes con la esencia de vuestra palabra. 66. Discípulos: Hoy es tiempo que reconozcáis la grandeza y pureza de mi Obra, para que en el futuro cuando la prediquéis, vuestros actos estén de acuerdo con mi Doctrina. 67. Se acercan las multitudes hacia este pueblo, estad preparados, no quiero que os sorprendan haciendo obras ilícitas, porque podrían decir: ¿Éstos son los nuevos discípulos del Señor? 68. Después de que os he hablado tanto, no quiero que encuentren vuestro granero vacío de buenas obras. 69. Mañana seréis escudriñados y puestos a prueba por los hombres que deseen veros flaquear para delataros y negar mi verdad. 70. No esperéis que mi sola palabra escrita en libros, haga el milagro de convertir a la humanidad, es necesario que surjan grandes soldados de mi causa para que con su fe, su valor y su amor como armas, sellen y confirmen mi verdad. 71. No será necesario que indaguéis si el camino está limpio o no, ni tendréis que ir en busca de multitudes, porque Yo me encargaré de poner a vuestro paso a los necesitados. 72. Es necesario que se levanten hombres entre la humanidad reconociendo y haciendo reconocer la grandeza de mi Ley. 73. Vosotros que me habéis escuchado en este tiempo, sed grandes por la humildad, por mi palabra, por vuestra virtud y buen cumplimiento de mi Ley, mas no creáis que por haberme oído seréis los más grandes entre la humanidad; cuántos que están ajenos a mi enseñanza, el día que os escuchen, les bastará vuestro testimonio para hacer obras mayores que las vuestras. De esto mucho os alegraréis, porque esas obras serán el fruto de vuestro Cumplimiento. 74. Ahora os fortalezco y cierro las heridas que antes la humanidad os abrió, para que tengáis el temple necesario cuando la lucha llegue. 75. Comprended que la luz del Sexto Sello os ilumina, el Sexto Candelero alumbra a la humanidad, mas a pesar de que todos están iluminados por esta luz, mientras unos se dan cuenta de que viven en un tiempo de trascendencia, otros dejan pasar inadvertidas todas las enseñanzas. 76. ¿Por qué si todos habéis sido creados por igual, no todos tenéis fe? Por virtud de vuestro libre albedrío y la diferente evolución de cada espíritu. Así, mientras unos esperan que una luz y una fuerza superior les guie, otros confían en lo que consideran sus propias fuerzas, y cuando estas les faltan, se sienten perdidos. 77. Tiempo a que vuestro espíritu ha brotado de Mí, sin embargo, no todos han progresado en forma igual en el camino espiritual. 78. Todos los destinas son diferentes aunque os llevan al mismo fin. A unos les están reservadas unas pruebas, a otros, otras. Una criatura recorre un camino, otra sigue distinta jornada. Ni todos habéis surgido a la existencia en el mismo instante, ni todos retornaréis en el mismo instante. Unos caminan delante, otros detrás, pero la meta a todos os está esperando. Ninguno sabe quién está cerca, ni quién viene distante, porque aún sois pequeños para tener este conocimiento; sois humanos y vuestra vanidad os perdería. 79. El Padre os dice a todos que perseveréis y a los que tienen fe les dice que alumbren el camino de los que avanzan entre tinieblas. 80. Analizad vuestra trayectoria y veréis que a veces habéis caminado con brío, a veces lentamente, otras habéis caído para levantaros más tarde, hasta llegar al final a tomar un paso más seguro y firme. 81. Vuestra evolución sólo Yo la sé, aunque debo deciros, que el espíritu verdaderamente elevado, tiene conocimiento de su adelanto, sin que por ello se envanezca. 82. Por el don de intuición podéis saber si vuestro paso es demasiado lento o si vais en carrera vertiginosa, si os habéis estacionado o si creéis haber logrado un paso firme. 83. Por vuestra conciencia podéis saber si el camino en el que transitáis es lícito o lo habéis equivocado. 84. Para que dejéis una huella benéfica de vuestro paso por el mundo a los que vienen detrás de vosotros, es necesario que cumpláis con mi Ley, por medio de ella dejaréis grandes obras y vuestro recuerdo y ejemplo serán imborrables. 85. Discípulos: Yo soy la alondra bajo cuyas alas vivís como polluelos. También os digo que el Sexto Sello es el único que está abierto y os alumbra en este tiempo. 86. Ved que muchos de mis labriegos que fueron de los primeros discípulos del Espiritualismo, han caído en el grave error de creer que los sellos son recintos, que los sellos fueron desatados en esta nación y que ellos son sus poseedores. 87. A ellos les toco incesantemente con mi justicia, porque son como primogénitos en este tiempo, a los que llamé e invité a mi mesa, a los que tenía reservada mi palabra de amor. Ellos van por los caminos de la Tierra llevando sus dones y sus cargos sin querer saber lo que llevan. Creen estar cumpliendo con mi Ley y juzgan a sus hermanos. 88. No saben a dónde van, ni presienten lo grande de mi Obra y cuando les he llamado para que me escuchen a través del entendimiento humano y les he preguntado: ¿Creéis en mi presencia bajo esta forma? Muchos de ellos me han negado. 89. Yo les he dicho: Mostradme vuestras multitudes, enumeradme los prodigios que habéis hecho y muy poca simiente me han mostrado. Les he señalado las grandes multitudes que se congregan donde es oída mi palabra, el sinnúmero de testimonios de mi poder y les he recordado: El árbol por su fruto será reconocido. Este es el Sexto Sello, bajo cuya luz todos deberéis seguirme. Hoy os ilumina el Sexto Candelero, que es el Verbo Divino. 90. He aquí entre mi pueblo a los hijos de la duda junto a los hijos de la fe, los que me desconocen y los que me siguen: Unos apegados al materialismo y otros esforzándose por lograr la espiritualidad. He aquí la primera causa de vuestra división en este tiempo. 91. Mas mi enseñanza es clara como la luz del día. 92. El Cordero de Dios desató los Sellos y sólo El podrá atarles nuevamente. 93. La nueva Jerusalén no está en ésta ni en ninguna nación, esa ciudad es espiritual, aunque podréis habitarla desde este momento. 94. Elías no es quien desató los sellos, él fue el precursor para que el Sexto Sello fuese desatado y revelado a su tiempo. Elías representa el Sexto Sello y su misión es altísima, él vino a revelaros que comenzaba para vosotros un nuevo tiempo de revelaciones. 95. Las siete iglesias de Asia, que fueron santuarios donde la voz de mis apóstoles resonó y fue mensaje para todas las generaciones de los pueblos, son una hermosa figura del Libro de los Siete Sellos. 96. Roque Rojas trajo al mundo la misión de ser el primer entendimiento por el cual Ellas llamó a los primeros labriegos del Tercer Tiempo, y entre aquellos primeros en recibir cargos, se levantó una doncella con la espiritualidad y la entrega necesaria para que en ella se consumase el prodigio de mi comunicación por el entendimiento humano. Desde entonces y por ese conducto mi palabra iniciada con la manifestación de Elías marcó el tiempo de esta comunicación que será desde 1866 hasta 1950. 97. Muchos entendimientos vine preparando para que tuvieseis mi palabra inagotable, que es fuente de sabiduría y de revelaciones, hasta el instante final de mi comunicación. 98. Después vendrá el tiempo de la espiritualidad y aunque ya no escuchéis mi palabra, me sentiréis más cerca de vosotros. 99. Sobre la buena preparación de unos y la mala preparación de otros, seguiré descendiendo a manifestarme. Por la buena intención de unos y la impreparación de otros, estará presente mi Espíritu, bajo esta forma hasta 1950, porque nada podrá impedir que mi voluntad se cumpla. 100. Mas aquellos que mezclen a este manjar algo extraño y den a beber a las multitudes agua que no sea cristalina y pura, de ello me responderán. 101. Es mi voluntad que volváis a los lugares en donde dejasteis de cumplir alguna misión. 102. Los senderos están preparados, las tierras esperan la simiente. Preparaos y dejad que llegue la hora de vuestra lucha, entonces os daréis el abrazo fraternal, partiréis y dejaréis que en vosotros se cumpla mi voluntad. 103. No olvidéis que mi Obra es pura y que debéis amarla hasta el fin. 104. Haréis la caridad a lo largo de vuestra jornada, esa es vuestra misión. Muchos dones espirituales tenéis para hacer la caridad en diversas formas. Si sabéis prepararos, haréis aquello que llamáis imposible. 105. La caridad que hagáis por medio de una moneda, con ser caridad, será la menos elevada que hagáis. 106. Amor, perdón y paz, debéis llevar al corazón de vuestros hermanos. 107. ¡No quiero más fariseos ni hipócritas amparados en mi Ley! Quiero discípulos que sientan el dolor de sus semejantes. A todos los que se levanten con arrepentimiento Yo les perdonaré, no importa la secta o religión que profesen y les haré contemplar con claridad el verdadero camino. 108. Benditos sean los que lleven mi enseñanza a tierras extranjeras, porque mi Ley y mis ángeles guardianes les protegerán. Os he dicho que por uno de mis hijos que preparado se encuentre podrá salvarse una comarca; haceos dignos de esta gracia y mucho os concederé. 109. Os hablo en muchas formas para que mi palabra os fortalezca y no flaqueéis cuando más necesitáis de la fe. 110. Amaos estando reunidos, amaos encontrándoos distantes y a esa fraternidad descenderá la bendición de vuestro Padre. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 11 1. Humanidad: Buscad vuestra gloria en el amor de vuestro Padre Celestial, porque de cierto os digo, que la unión con Dios os hará sentir la gloria en vuestro espíritu. 2. Cuando el hombre penetre en la senda espiritual, habrá encontrado al fin el camino de la gloria. ¡Maravillaos, discípulos, de saber que en vuestro espíritu podréis llevar y sentir la gloria! 3. Vengo una vez más a daros la lección por medio de la Doctrina del amor, porque a pesar de encontraros aprendiendo las enseñanzas de la vida, que es escuela para vosotros, no habéis analizado todo cuanto ella os va revelando a vuestro paso. 4. ¡Oh mis hijos muy amados, que lloráis como ovejas perdidas, llamando con voz angustiada a vuestro Pastor! Cuando cerráis vuestros ojos a la realidad que os rodea, llegáis a pensar que yo soy la causa de todas vuestras desdichas en la Tierra; otros creéis que vuestras vicisitudes me son indiferentes. 5. ¡Cuán ingratos sois pensando así de vuestro Padre y cuán injustos para valorizar mi justicia perfecta! 6. ¿Pensáis que no os escucho cuando decís que sólo os alimentáis de amargura, que el mundo que habitáis es un mundo sin dicha y que la existencia que lleváis no tiene razón de ser? 7. Solo me sentís cuando creéis que os castigo, que os niego toda misericordia y olvidáis la ternura y la bondad de vuestro Padre; os quejáis de vuestra vida en lugar de bendecir sus beneficios. 8. Es que cerráis vuestros ojos a la verdad y sólo contempláis amargura y lágrimas a vuestro alrededor, llegando a desesperaros porque pensáis que todo ello quedará sin recompensa. 9. ¡Qué distinta seria vuestra vida si en vez de inconformidad, de esa incomprensión, vuestro primer pensamiento en cada día fuera para bendecir a vuestro Padre y vuestras primeras palabras, para agradecer tantos beneficios que os brinda su amor! Pero ya no sabéis sentir esas virtudes, porque la carne ha perturbado a vuestro espíritu y habéis olvidado mi enseñanza; por eso vengo a hablaros de esos sentimientos que habéis alejado de vuestro corazón. 10. El destino tiene la piedad que Dios ha puesto en él, el destino de los hombres está lleno de la bondad divina. 11. Vosotros no encontráis muchas veces esa bondad porque no la sabéis buscar. 12. Si dentro del destino marcado por Mí a cada espíritu, vosotros trazáis un camino duro y amargo, Yo trato de endulzarlo, más nunca de aumentar su amargura. 13. En el mundo los hombres se necesitan los unos a los otros, ninguno está de más y ninguno está de menos. Todas las vidas son necesarias las unas a las otras para el complemento y la armonía de su existencia. 14. Los pobres necesitan de los ricos y éstos de aquéllos. Los malos necesitan de los buenos y éstos de los primeros. Los ignorantes necesitan de los sabios y los que saben, de los que ignoran. Los pequeños necesitan de los mayores y éstos a su vez necesitan de los niños. 15. En este mundo, cada uno de vosotros está colocado por la sabiduría de Dios en su sitio y cerca de quien debe estar. A cada hombre le es asignado el circulo donde debe habitar, en el cual hay espíritus encarnados y desencarnados con los que debe convivir. 16. Así, cada quien en su camino, todos vais encontrando a los que os han de enseñar el amor que os eleva, otros, recibiréis el dolor que os purifica. Unos os haréis sufrir porque así lo necesitáis, mientras otros os darán su amor para compensar vuestras amarguras, pero todos tienen un mensaje para vosotros, una enseñanza que debéis comprender y aprovechar. 17. Vuelvo a deciros que a pesar de encontraros ante mi Enseñanza, no habéis reconocido el mensaje que cada ser os brinda. 18. Buscad en cada uno de vuestros hermanos la parte buena que os presenta, para que aprendáis de él, así como la parte mala para que le ayudéis a elevarse y de esa manera iréis por el camino, ayudándoos los unos a los otros. 19. Detened vuestro paso y meditad, porque habéis dejado pasar a muchos que pudieron haceros bien. No dejéis pasar esas oportunidades, porque son lecciones que vais desaprovechando. 20. Cada ser humano es una lección, una esperanza de amor o desamor que al fin os da su verdad dulce o amarga; y así iréis de lección en lección, a veces aprendiendo y a veces enseñando, porque también debéis entregar a vuestros hermanos el mensaje que hayáis traído a la Tierra. 21. En verdad os digo que si esta humanidad entendiese estas enseñanzas, no lloraría tanto en la Tierra. 22. No olvidéis que todo espíritu encarnado o desencarnado que cruce en vuestra vida en alguna forma, viene a ayudaros en vuestro destino. 23. Cuántos espíritus de luz os he enviado al mundo y no os habéis detenido para bendecir mi amor por vosotros!. 24. ¡Muchos hermanos que os he enviado, les habéis desperdiciado sin daros cuenta de que ellos formaban parte de vuestro destino, pero que al no saber recibirlos, os quedasteis con las manos vacías y tuvisteis después que llorar!. 25. Vuestro destino, humanidad, es armonizar con todo lo creado. Esa armonía de que os hablo, es la más grande de todas las leyes, porque en ella encontráis la comunicación perfecta con Dios y con sus obras. 26. Estudiad a los espíritus que os rodean y a los que cruzan por vuestras vidas, a fin de que estiméis sus virtudes, recibáis el mensaje que os traigan o les entreguéis lo que de vosotros deben recibir. 27. ¿Por qué habéis despreciado a vuestros semejantes que el destino ha puesto en vuestro camino? Les habéis cerrado la puerta de vuestro corazón sin saber la enseñanza que os traían. 28. ¿Cuántas veces habéis alejado de vosotros precisamente a quien traía un mensaje de paz y de consuelo a vuestro espíritu? y luego os quejáis cuando vosotros sois los que habéis llenado vuestro cáliz de amargura. 29. La vida tiene cambios inesperados y sorpresas, y ¿Qué haréis vosotros si mañana tenéis que buscar ansiosamente a quien hoy orgullosamente desechasteis? 30. Pensad que es posible que a quien hoy desecháis y despreciáis, mañana le busquéis con ansia, pero que muchas veces ya será tarde. 31. Si sois hijos, entended y estimad la bondad de vuestros padres. Si sois padres, sabed comprender a vuestros hijos. Si sois esposos, conoceos y amaos el uno al otro, más si aún no lo sois y esperáis a quien se una a vuestro destino, preparaos para recibirle, para comprenderle. 32. Dejad de crearos mayores amarguras con errores y frivolidades y ya que no habéis aprendido a leer en el Libro de la Vida, al menos leed en la nobleza espiritual de aquellos que de cerca os rodean. 33. Humanidad: Comprended mi palabra, aprended de Mí y mirad cómo Yo no desecho a ninguno de los que a Mi se acercan, sabiendo que todos sois mis hijos, que todos necesitáis de Mi. 34. Aprended esta enseñanza para que sepáis ser maestros, pero antes sabed ser hermanos. 35. Es necesario que todos conozcáis que vuestro destino es aprender las grandes lecciones de la vida, porque sólo así llegaréis a la cumbre de vuestra perfección, sólo así llegaréis a ser grandes, de lo contrario, siempre llevaréis la inconformidad, las quejas, la incomprensión, la blasfemia y el reproche para vuestro Señor. 36. Dejad que mis enseñanzas sean vuestro consejero en el camino y sentiréis en vosotros una fuerza que jamás os dejará desmayar y que os llevará paso a paso a la cima de la comprensión. 37. Consolad a los que veáis llorar, Dios os ha llevado a ellos porque allí está vuestra misión. 38. Entended mi lección para que no cometáis más faltas en vuestra vida, porque cada ofensa que hagáis a vuestros hermanos, ya sea con palabras o con obras, será un recuerdo imborrable en vuestra conciencia, la cual implacablemente os reclamará. 39. Vuelvo a deciros que todos sois necesarios para que se cumpla el plan divino y para que termine tanta miseria espiritual entre la humanidad. 40. Mientras el egoísmo exista, el dolor también existirá. Cambiad vuestra indiferencia, vuestro egoísmo y vuestro desprecio, por amor, por caridad y veréis cuán pronto os llegará la paz. 41. Pensad detenidamente en toda mi enseñanza. 42. Conoceos a vosotros mismos. He contemplado la existencia de la humanidad de todos los tiempos y sé cuál ha sido la causa de todos sus dolores y desdichas. 43. Desde los primeros tiempos, he visto a los hombres quitarse la vida por causa de la envidia, por el materialismo, por la ambición del poder; siempre han descuidado su espíritu, creyéndose materia solamente, y cuando ha llegado la hora de dejar en la Tierra la forma humana, sólo ha quedado lo que hicieron en su vida material, sin recoger ninguna gloria para el espíritu porque no la buscaron, no pensaron en ella ni les preocuparon las virtudes del espíritu, ni el saber. Se conformaron con vivir sin buscar el camino que los conduce a Dios. 44. Vosotros que no amáis la vida porque la llamáis cruel, mientras no reconozcáis la importancia de la conciencia en el hombre ni os dejéis conducir por ella, nada de verdadero valor encontraréis en ella. 45. Es la conciencia la que eleva al espíritu a una vida superior por sobre la materia y sus pasiones. La espiritualidad os hará sentir el gran amor de Dios, cuando logréis practicarla; entonces si comprenderéis la importancia de la vida, contemplaréis su belleza y encontraréis su sabiduría. Entonces sabréis por qué la he llamado VIDA. 46. Después de conocer y comprender esta enseñanza ¿Quién osará desecharla, diciendo que no es verdad? 47. Cuando comprendáis que en la conciencia está vuestro verdadero valor, viviréis en armonía con todo lo creado por vuestro Padre. 48. Entonces, la conciencia embellecerá la pobre vida humana, pero antes será necesario que el hombre se aleje de todas las pasiones que lo apartan de Dios, para seguir el sendero de la justicia y la sabiduría. Será cuando empiece para vosotros la verdadera vida, esta vida que hoy contempláis con indiferencia, porque no sabéis lo que despreciáis ni imagináis su perfección. 49. Humanidad: Habéis permanecido aletargada a través de los tiempos, porque creísteis que la felicidad y la paz verdadera pertenecían a la existencia humana, sin saber que forman parte de la vida espiritual, que es la verdadera vida. 50. Buscad a los que os aman y a los que os aborrecen, amad a la vida que habéis llamado cruel, sin saber que es como un libro abierto lleno de sabiduría para vosotros. Sabed conmoveros con las alegrías así como con las penas de los demás; ved en cada ser humano un maestro y sentios vosotros mismos un símbolo viviente del bien; no del mal, porque según vuestras obras en la vida así será el símbolo que representéis. 51. Los hombres han imaginado el infierno como un lugar de tortura eterna, a donde han creído que van todos los que han faltado a mis mandatos. Y asi como han creado para las grandes faltas ese infierno, para las faltas menores han imaginado otro lugar, así como uno más para quienes no hayan hecho ni bien ni mal. 52. Los que dicen que en el Más Allá ni se goza ni se sufre, no dicen verdad; nadie está sin sufrir, ni exento de gozo. Las penas y las alegrías siempre irán mezcladas, mientras el espíritu no alcance la paz suprema. 53. Escuchad mis hijos: El infierno está en encarnados y desencarnados, en moradores de este mundo y del valle espiritual, el infierno es el símbolo de las grandes penas, de los terribles remordimientos, de la desesperación, del dolor y la amargura de los que han pecado grandemente y de cuyas consecuencias se librarán mediante la evolución de su espíritu hacia el amor. 54. La gloria, en cambio, que simboliza la felicidad y la paz verdadera, es para aquellos que se han apartado de las pasiones del mundo para vivir en comunión con Dios. 55. Interrogad a vuestra conciencia y sabréis si vivís en el infierno, si estáis expiando vuestras faltas, o si vibráis con la paz de la gloria. 56. Lo que los hombres llaman gloria o infierno, no son lugares determinados, es la esencia de vuestras obras la cual recoge vuestro espíritu cuando llega al valle espiritual. Cada quien vive su infierno, habita su mundo de expiación, o goza de la beatitud que da la elevación y la armonía con el Espíritu Divino. 57. Yo soy vuestro Padre y vosotros mis hijos muy amados. Venid, elevaos por sobre todo lo creado y llegad hasta Mí. 58. Discípulos amados: Estos tiempos son de justicia para la humanidad. El plazo está cumplido para que empecéis a pagar vuestras deudas. Estáis recogiendo la cosecha de las siembras pasadas, el resultado o consecuencia de vuestras obras. 59. El hombre tiene un tiempo para hacer su obra y otro para responder de lo que hizo, este último tiempo es el que vivís. Por eso todos sufrís y lloráis. Así como vosotros tenéis un tiempo para sembrar y otro para cosechar, Dios también tiene uno que os concedió para cumplir con su Ley y otro para manifestar su justicia. 60. Estáis viviendo en la etapa de la justicia divina. El dolor os hace llorar, la humanidad se purifica en su propio llanto, porque nadie se queda sin restituir. 61. Son tiempos de justicia en que debéis meditar sobre vuestro destino, para que a través de la meditación y de la espiritualidad escuchéis la voz de la conciencia, que no confunde ni engaña y si os conduce por el sendero de paz. 62. Lo más difícil para el espíritu, es alcanzar la espiritualidad a través de la materia; lo más difícil para el hombre, es conocerse esencialmente. No desaprovechéis vuestra vida, aprended todas sus lecciones; vuestra misión es adquirir sabiduría, enseñar a los que os rodean y perfeccionaros en espíritu. 63. Pueblo: Si sabéis que vuestro destino espiritual es grande, tomad el camino del amor y encended vuestra lámpara de fe en la flama divina de mi sabiduría. 64. Venid a Mí, humanidad, que Yo soy la esperanza. Yo soy el Consolador prometido que os he traído en este tiempo de caos, mi mensaje de paz. Por lo mucho que habéis llorado y sufrido, mi consuelo y mi amor, se derraman en vosotros como fuente de misericordia. 65. En verdad os digo que mucho habéis faltado a mi Ley, mas también es verdad que en mi amor os purificaréis ¿Qué haríais si en este tiempo en vez de consolaros, viniera a vosotros tan sólo como Juez? 66. Soy el Maestro del amor que llega para ayudaros con vuestra cruz. Soy vuestro compañero de viaje que guía vuestros pasos y os acompaña en vuestra soledad y amargura. Soy el dulce amigo que esperabais. Soy el sustento que reclama vuestro espíritu, porque mi amor es el alimento que os da la vida. 67. En todos los tiempos me habéis necesitado pero más en éstos, en que la humanidad está apurando el cáliz del dolor. Por eso estoy con vosotros, porque soy vuestro Salvador. Lloráis y Yo bendigo vuestro llanto, porque las lágrimas de los pecadores son el rocío bendito con el que se fecundan los corazones. 68. Vuestro espíritu se ha ausentado de la materia para escuchar mi palabra en el Más Allá y me ha hablado sin palabras. 69. El espíritu elevado sabe que la palabra humana empobrece, empequeñece la expresión del pensamiento espiritual, por eso hace enmudecer los labios de la materia para elevarse y decir con el lenguaje que sólo Dios conoce, el secreto que lleva oculto en lo más íntimo de su ser. 70. Sobreponeos al dolor, elevaos por encima de vuestro llanto y seguid escuchándome. Reconoced que ha llegado el Tercer Tiempo para la humanidad y sentid la responsabilidad de prepararos. Os confesáis ante Mí y eleváis vuestro espíritu, Yo escucho vuestra oración y os hago alcanzar mi gracia y mi perdón. 71. Me glorificáis con cánticos espirituales cuando me veis venir desde lo alto del monte a vuestra morada, y al oír mi palabra se estremece vuestro espíritu y me decís: “Señor, sabemos que estáis con nosotros”. Mas no todos han sentido mi llegada y es necesario que mis palabras y mis pruebas se repitan a cada instante, para haceros saber que una vez más he venido a los hombres. He buscado en el ser humano un hogar, un templo donde morar y todavía no lo encuentro; mas seguiré puliendo las rocas hasta transformarlas en corazones que sientan mi presencia, y con ella mi justicia y mi amor. 72. Si sentís que camináis en un desierto de incomprensiones, sed fuertes y seguid adelante; más si por mi voluntad os hiciese cruzar desiertos y montañas para llevar la buena nueva a otras tierras, levantaos a cumplir, que si el agua se os agota, Yo la haré brotar de las rocas para mitigar vuestra sed, y si os faltan las fuerzas para la gran jornada, Yo os vivificaré. 73. La Obra que os confió, es delicada. No dejéis que manos profanas roben este tesoro para decir después que ese es el fruto de su inspiración y con ello se engrandezcan y humillen a los inocentes. 74. Cuando lleguéis a Mi os preguntaré y reclamaré de todo lo que os he dado y muchos de vosotros me diréis; “Señor, he perdido mi heredad”. Entonces os mandaré a buscarla y no volveréis a Mí hasta que la hayáis recobrado y cumplido todos mis mandatos. Si no os hablara en esta forma, dormiríais y no llegaríais a salvaros. 75. La esencia de mi palabra que hoy guardáis, brotará mañana de vuestros labios en palabras de sabiduría para la humanidad. Si perseveráis en este camino, encontraréis en él goces sanos y saludables que alimentarán a vuestro espíritu. 76. Tened fe del tamaño del grano de la mostaza y veréis realizarse grandes prodigios. Hoy os digo como en el Segundo Tiempo: Ordenad a una montaña que cambie de lugar y seréis obedecidos; mandad que la furia de los elementos cese, y lo veréis realizado, decid en mi nombre a un enfermo que sane y él se verá libre de la enfermedad. Mas cuando os sea concedido un prodigio, no seáis indiferentes, percibid en vuestro espíritu las obras divinas y sabed valorizarlas. 77. Muchas calamidades vendrán sobre la humanidad; en la Naturaleza habrá trastornos, los elementos se desatarán. El fuego devastará comarcas, las aguas de los ríos saldrán de su cauce, los mares tendrán cambios; habrá comarcas que quedarán sepultadas bajo las aguas y nuevas tierras aparecerán. Muchas criaturas perderán la vida y hasta los seres inferiores al hombre perecerán. Todo será trastorno y confusión y si vosotros no os preparáis desde ahora, seréis débiles en las pruebas y no sabréis dar fuerza a los demás y así no podréis dejar un buen ejemplo a las generaciones venideras, quienes deberán de comunicarse de espíritu a Espíritu. Si no preparáis su camino, ellas me buscarán por la senda de la ciencia y no por el camino de la espiritualidad y esta no es mi voluntad. 78. Después del año de 1950, veréis el principio de esas grandes pruebas. Velad y orad; reconocedme, pueblo; practicad mi palabra que encierra toda virtud y poneos a salvo. De cierto os digo: el que oiga mi palabra y la practique, será salvo y penetrará en la vida eterna. Aquel templo que anuncié a mis discípulos, que levantarla en tres días, es éste que ahora estoy construyendo en vuestro espíritu. Este templo es indestructible; los cimientos se los confié a vuestros padres y la terminación de él la verán vuestros hijos. 79. Nadie debe profanar este templo, ni permitir que en él penetren la idolatría, la codicia, el egoísmo ni la hipocresía; porque las tinieblas y los remordimientos serán el único galardón que por ello alcancen; más si sois celosos de este santuario interior que lleváis en vuestro espíritu y que es la casa donde quiere habitar vuestro Padre, veréis entonces llegar de lejanas y de cercanas comarcas, caravanas de hombres, de mujeres y de niños que vendrán a llamar a las puertas de esa morada en demanda de caridad espiritual. 80. Muchos llegarán como lobos tratando de sorprenderos; pero ante la limpidez y la verdad de vuestro culto y también de vuestras obras, se convertirán en mansas ovejas. 81. Penetrad en meditación y dejadme interrogaros en el silencio de vuestra alcoba; esas preguntas serán las mismas que los hombres vendrán a haceros y quiero que desde ahora os preparéis para que les deis la debida respuesta. 82. Al mismo tiempo que he venido a daros mi enseñanza y mis mandatos, he venido a llenaros de fortaleza para que luchéis sin llegar a decaer. No es posible, hijos amados, que lleguéis a lo alto del monte cargando vuestra cruz, sin antes recorrer la calle de la amargura. 83. ¿Cuándo surgirá en la Tierra el hombre que venga a cumplir todas mis enseñanzas, tal como lo ordena mi Ley; el hombre de espíritu grande y luminoso, de elevados sentimientos, de clara inteligencia? 84. Si creéis que la palabra hombre significa criatura endeble, pequeña y sujeta a dejarse arrastrar eternamente por la maldad, estáis en un grande error. La humanidad ha tenido su crisol material y espiritual para que el fruto de su lucha, de su experiencia y evolución, sea el de llegar a ser el hombre verdadero. ¿Pensáis que vuestra simiente es incapaz de llegar a producir tal fruto? Israel: No dudéis de mi palabra. Recordad que prometí a Abraham y a Jacob que su simiente seria la bendición y el consuelo para todos los pueblos de la Tierra. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 12 1. Benditos seáis en esta alba de santo recuerdo, en la cual los hombres honran la memoria del Mesías. 2. No sólo vengo a traeros esperanzas sino también bellas realidades. 3. La tormenta de pesares que lleváis en vuestra vida será de corta duración todo esto pasará y dejaréis de llorar y de sufrir. 4. La existencia de un hombre en la Tierra es sólo un instante en la eternidad, un soplo de vida que alienta por un tiempo al ser humano y luego se aparta para después volver a alentar a un nuevo cuerpo. 5. Alegraos de que ningún dolor sea eterno; vuestros sufrimientos son temporales y desaparecen muy pronto. 6. El tiempo de expiación, de purificación es fugaz para quien ve las pruebas con espiritualidad; en cambio, para quien está revestido de materialismo, tardará mucho lo que en realidad pasa muy pronto. 7. Como pasan los latidos de vuestro corazón, así pasa en el infinito la vida de los hombres. 8. No hay por qué temer, porque así como se escapa un suspiro, como se vierte una lágrima o como se dice una palabra, así también desaparecen los sufrimientos en el hombre. 9. En la infinita ternura de Dios, tendrán que desvanecerse todos vuestros dolores y pesares. 10. Si el dolor os hiere, no es porque de Mi vaya a vosotros, es porque de antemano lo habéis buscado y la ley de justicia tiene que cumplirse. 11. Sin embargo ninguno está desamparado, todos tenéis quien os aliente y cuide, tenéis muchos amores tras el velo de la materia; pero vosotros no los conocéis ni sabéis de qué manera os aman desde el Más Allá. Son los espíritus que habitan en el reino de la luz, que ayudan y consuelan a los hermanos pequeños, a los débiles, a los caídos, a los enfermos. 12. Los iluminados son los altos enviados del Señor, que trayendo importantes y delicadas misiones que cumplir, vienen a ordenar y a cuidar todo lo que se les ha encomendado. 13. Los llamo iluminados porque son los que han dejado florecer mi simiente de amor en su espíritu. Estos son los iluminados que vosotros aún no conocéis porque os falta la sensibilidad espiritual. 14. Para que mi presencia fuese sentida por vosotros, fue necesario que mis pensamientos se hiciesen sonoros a través de una materia; mas en verdad os digo que el Universo está lleno de vibraciones espirituales que también podríais oír si vuestra preparación y capacidad espiritual os lo permitiesen. 15. Tuve que hablaros bajo esta forma para hacerme oír, porque vengo a libertaros de vuestras cadenas de ignorancia, a romper esos lazos que os estorban y a ayudaros a comprender verdaderamente mi Doctrina. 16. El que esté atado a las flaquezas del mundo, no podrá sentirme en plenitud. Ningún hombre que tenga endurecido el corazón, puede alcanzar la perfección 17. Tengo que hacerme sentir en vuestro corazón para que me comprendáis y muchas veces debo repetir mis enseñanzas, buscando el momento en que vengáis preparado para recibirme. 18. Es necesario que comprendáis que he venido a romper las cadenas que os han convenido en esclavos del dolor, a liberaros de sufrimientos que vosotros mismos os habéis forjado y que habéis hecho más duraderos porque repetís vuestros errores e imperfecciones. Pero si vosotros sois necios en el mal, Yo soy constante en mi amor por salvaros; y si fueseis a los antros del fango o al más profundo abismo de vuestras pasiones, ahí llegaré a buscar a los perdidos para llevarlos al Reino de la Luz. Más necesitáis ser humildes y justos para que mi simiente florezca en vosotros 19. En verdad os digo que aun contemplando que os habéis desligado de lo pasajero o lo superfluo, que os habéis esforzado por apartaros de los malos senderos, todavía no puedo deciros que ya sois capaces de dirigir un pueblo, porque aún os falta mucho para alcanzar la espiritualidad. 20. También vengo a despenar ideales en vosotros, para que os libréis de la ignorancia, porque con esa cadena que os ata al materialismo, no podréis surgir como mis apóstoles, ni dar ejemplos de verdadero amor. 21. Yo soy el sol de la verdad que disipa la niebla de la ignorancia; salid de vuestras tinieblas y venid a recibir los rayos luminosos y cálidos de la inspiración de Dios. 22. Si ya me comprendieseis plenamente, sentiríais cómo llego a vuestro espíritu como sabiduría, como vida, y si vuestro entendimiento y corazón conservasen mis palabras de luz, pronto seriáis del número de los iluminados. 23. ¡Oh alba bendita, llena de oraciones, de cantos y bendiciones; si al menos por un instante los hombres penetrasen en la grandeza de su significado, cuánta paz y cuánta luz recogerían para su espíritu! 24. Mirad, pueblo, contemplad el cielo, miradlo bien y veréis que en cada estrella hay una promesa, un mundo que os espera, son moradas prometidas a los hijos de Dios en las que vendréis todos a habitar, porque todos conoceréis mi reino, el cual no fue hecho sólo para determinados seres, fue creado como el hogar universal donde se reunirán todos los hijos del Señor. 25. Mas necesitáis tener siempre clara vuestra mente, sin nubes; estar siempre en vigilia para sentir que mi inspiración llega a vosotros. 26. Cuando un iluminado por mi sabiduría llegue a gobernar la Tierra, todo será armonía, pero hasta hoy no habéis aceptado mi enseñanza, no habéis deseado ser gobernantes de la Tierra, ni de una sola nación y por eso hay guerras. 27. Ahora escuchad algo importante para vosotros que os consolará en vuestro dolor. 28. En el futuro os enviaré espíritus iluminados, que vendrán como gobernantes de la Tierra, y ellos no permitirán más guerras, porque saben que este planeta es para todos los hombres y que la división de naciones que viene desde los principios de la humanidad, es prueba innegable de envidias, rencores, desconfianzas, distanciamiento y odio entre los hombres. 29. Esta alba iluminada por el recuerdo de mi llegada a este mundo a través de Jesús, se ha iluminado más con vuestra elevación. 30. No dejéis de practicar la oración aun cuando sea tan breve que sólo dure cinco minutos, pero que en ella sepáis hacer un buen examen con la luz de vuestra conciencia, a fin de que observéis vuestras obras y sepáis de lo que tenéis que corregiros. 31. Si perdieseis la noción del tiempo al Elevaros en oración, será señal de espiritualidad, ya que lograsteis aunque sea por unos instantes saliros del tiempo, ese tiempo que los esclavos del materialismo solo quieren para sus placeres o para aumentar sus caudales. 32. El que diariamente se examina, tendrá que mejorar su manera de pensar, de vivir, de hablar y de sentir. 33. La evolución espiritual del hombre, su transformación, su regeneración y elevación, son la causa de la manifestación de mi palabra en este mundo. 34. Quiero que alcancéis la perfección, para que labréis vuestra felicidad y vuestra paz. 35. Si aun haciendo ese diario examen de conciencia, no vais por el buen sendero, seréis responsables de vuestros tropiezos, de vuestras caídas y errores. 36. Si algunas de mis lecciones no fuesen debidamente interpretadas porque hayan sido dichas por un portavoz pobre de lenguaje, id a la parte espiritual de la palabra sin deteneros ante esa pobreza de expresión y encontraréis en la verdad de mi Doctrina, la esencia divina de mis enseñanzas. 37. A muchos que escuchan mi palabra, les parece la más grande lección que hoy puede recibirse en la Tierra; a otros les parece carente de verdad; mas no es la primera vez que mis revelaciones son negadas por los hombres. 38. Muchos maestros y emisarios han venido a este mundo, y cuando han empezado a sembrar mi simiente de verdad y de amor, les habéis dado muerte porque las tinieblas de la humanidad no han soportado tanta luz. 39. Los profetas, los patriarcas, los videntes, han sido mártires, víctimas de la maldad humana, porque los hombres no han sabido comprender la verdad que brotaba de sus labios, ni la bondad de aquellos corazones. 40. Todos los iluminados han conocido la cruz del sufrimiento, con todas las penas y amarguras que saben dar los hombres a sus hermanos. 41. Esas penas son necesarias para todo maestro, son espinas sobre las cuales tiene que pasar y amarguras que tiene que conocer, para manifestar la grandeza de su espíritu en medio de ellas. 42. Ese camino todavía no lo conocéis, pero tendréis que conocerlo y recorrerlo, cuando llenos de la fortaleza que da el amor, os levantéis inspirados por Mí. 43. Para vosotros el amor es una bella palabra, pero hasta hoy no habéis penetrado a su verdadero sentido. 44. El que es maestro sabe cuál es su destino y lo bendice y conoce cuál es el destino de sus hermanos. 45. ¿Y cuál es vuestro destino? El mismo que antaño vivió el Maestro de maestros y el que han traído todos los enviados: el de salvar, amar y redimir a los pecadores. 46. Vuestro destino es ser iluminado y profeta; algún día lo seréis y entonces conoceréis las amarguras de aquellos que vinieron a trazaros el camino; al mismo tiempo, conoceréis el amor y la fortaleza que los acompañó en su jornada. 47. Todos ellos tuvieron que vencer en una lucha interior en la hora suprema del sufrimiento y de la prueba; y así cuando su conciencia les preguntaba si querían apartarse de su misión o seguir entre el pueblo que les daba muerte, contestaban resueltos que seguirían con su pueblo, porque esa era su misión, aunque sus hermanos no la comprendiesen así. Ellos permanecieron firmes entre los que amaban, mientras un soplo de vida les quedó. Sabían que las tinieblas de la humanidad debían ser disipadas, más en verdad os digo, que no les animó ningún interés egoísta, aunque les estaba reservado en mi Reino su galardón. 48. Soy el libro para todos, y en prueba de ello aquí me tenéis. Sigo con vosotros porque os amo y os hago falta. Para conquistar la gloria tenéis dos caminos a seguir por propia voluntad: el del amor y el del dolor, más en verdad os digo, que en cualquier sendero que elijáis estaré cual Cirineo en vuestra compaña. También vosotros cuando conozcáis los elevados sentimientos del espíritu purificado, diréis: “Seguiré con los pecadores”. 49. Yo pregunto a los que han trabajado con amor en mi Obra: ¿Qué habéis sentido cuando habéis estado ocupados en el bien, en provecho de los demás? 50. Me decís: “Maestro, un efluvio nos ha envuelto y una fuerza nos ha impulsado a seguir sin hastío ni fatiga”. 51. ¿Os habéis cansado de escucharme? “No, Maestro”, me decís. Tampoco Yo me he cansado de estar con vosotros, desde el principio de vuestra creación. 52. Os doy mis enseñanzas, divinos consejos, leyes y normas para la eternidad y a veces también vosotros, al poner en práctica mis palabras, habéis dado cátedra con vuestra caridad, trabajando para el bien de los demás. 53. Si alguno de vosotros no se conmoviese ante mi enseñanza, será semejante a la roca, mas todos vosotros estáis atentos a mi palabra, porque ante esta luz nadie puede permanecer insensible. 54. Alguno me pregunta, Maestro: ¿Por qué hay quienes traen grandes misiones a la Tierra y en cambio otros no? Y Yo os digo, que los hombres que hoy tienen una pequeña misión, serán el mañana los grandes iluminados. 55. Vivid siempre alerta porque en vuestro camino habrá quienes os digan que son conmigo, pero no les creáis al primer instante, creed por lo que manifiesten en humildad, en sabiduría, en amor. 56. Otros os dirán que tienen comunión conmigo, siendo ellos los primeros engañados, por ello tendréis que estar siempre velando en la misión que tenéis y en el puesto que ocupáis; necesitáis ver, oír y perdonar mucho también. 57. Necesitáis saber mucho para que les digáis cuál es el camino verdadero y cómo libertarse de la esclavitud, de la ignorancia. Comprended que vosotros estáis obligados también a demostrar con obras la verdad que prediquéis. 58. Este planeta se transformará, porque los hombres se espiritualizarán y entonces elevarán un culto perfecto a Dios. 59. Ha llegado el momento del silencio, el momento de vuestra comunicación conmigo, para que así como se confunden en el mar las olas, vosotros os unáis a mi Espíritu divino; silencio no solamente en los labios, también en el templo interior del hombre, porque es vuestro espíritu el que me habla, y el momento es solemne. 60. Entrad en silencio y escuchadme, caminantes de muchos senderos que lleváis el polvo de diversos caminos; dejad que Yo sea la luz en vuestro destino. 61. De distintas religiones habéis venido a escuchar esta palabra con la cual habéis sabido que la única Ley espiritual, la única Doctrina verdadera, aquélla que debe reinar sobre los hombres, será la de “Amaos los unos a los otros”; más esta Doctrina la extenderán los iluminados con estas enseñanzas, no los prevaricadores, ni los malos predicadores del infierno eterno. 62. En los labios de mis nuevos emisarios no anidará la mentira ni la blasfemia, ellos no enseñarán la doctrina de un Dios injusto, cruel, despiadado, impotente para salvar a todos sus hijos, sino del Dios del verdadero amor y la justicia perfecta. 63. Ni siquiera os digo que esta Doctrina Espiritualista será la religión mundial, porque nunca he entregado religión, sino ley; Yo sólo me concreto a deciros que la ley que triunfará en la Tierra, estableciéndose en ella para iluminar la existencia de los hombres, será la Ley del amor que con mi Doctrina os he explicado para que la conozcáis plenamente. 64. La humanidad aún hará muchas falsas obras de amor y caridad, mientras aprende a amar y hacer la caridad verdadera, y muchos aún tendrán que andar de religión en religión, hasta que su espíritu se eleve en conocimientos y lleguen a comprender que la Ley única, la Doctrina Universal y eterna del espíritu, es la del amor, a la cual todos llegaran. 65. Todas las religiones desaparecerán y sólo quedará brillando dentro y fuera del hombre, la luz del Templo de Dios, en el cual rendiréis todos un solo culto de obediencia, de amor, de fe y buena voluntad. 66. Vuestra conciencia está presta a llamaros la atención en cada uno de vuestros pasos y os hace sentir intranquilos cuando faltáis a mi Ley, entonces os habéis hecho el propósito de no volver a caer en maldad. 67. También he visto a los que en silencio consuelan y sanan al enfermo, a los que sin alarde saben dar la palabra precisa que salva, que orienta y fortalece. 68. Al estarme escuchando se ennoblece vuestro corazón y el espíritu se eleva sobre el egoísmo de la materia para pensar en los demás y hacer propios sus dolores y pruebas. Quisierais que ya no hubiese guerra, porque comenzáis a amar la paz; sin embargo, la guerra seguirá su paso de destrucción y de muerte, porque aún no todos los hombres piensan ni sienten como vosotros en este instante; mas ya no es largo el plazo dado a los poderosos, pronto veréis su imperio y su poder reducido a cenizas 69. ¿Cuál será la deuda de esos hombres delante de Dios y cómo tendrán que pagarla? Eso solo Yo lo sé, pero de cierto os digo que ninguno escapará a la ley de restitución; por eso os digo: mientras ellos siguen destrozando el mundo que Dios les dio para vivir, velad y orad por vuestros hermanos, porque no saben lo que hacen; porque de saberlo, tiempo ha que con sus lágrimas, con su sangre y aún con su vida, estarían reconstruyendo todo lo que han destruido. 70. Seguid orando por la paz del mundo, es vuestro deber, orad para que los hombres se comprendan y se amen los unos a los otros. 71. Si los hombres comprendiesen que la Tierra ha sido creada para todos y supiesen compartir en forma justa con sus hermanos los tesoros materiales y espirituales de que está sembrada su existencia, de cierto os digo que aquí en este mundo, comenzaréis a sentir la paz del Reino espiritual. 72. He estado entre vosotros, aunque os digo una vez más que no he descendido hasta la materia, y que sólo he enviado mis pensamientos divinos a un cerebro humano, a través del cual se han convertido en palabras. 73. Si alguien dijese que es imposible que Yo me comunique por este medio con la humanidad, porque soy infinito y no sois dignos de recibirme, os digo: Más que fijarme en vuestra pequeñez, me manifiesto a vosotros porque me necesitáis. 74. Mi Espíritu divino, no reconoce distancias ni barreras, en cualquier forma estoy con vosotros porque mi presencia es universal. 75. Pronto dejaré de servirme de estos portavoces, porque esta forma de comunicación llegará a su fin en 1950. Soy vuestro Padre y vosotros mis hijos; aprended a hablarme directamente. ¿No recordáis como os enseñó el divino Maestro en aquel tiempo? Recordad que Jesús no buscó intermediarios para hablar al Padre. 76. Mi palabra, mi cátedra, en apariencia es hoy tan sólo para vosotros, pero en verdad ella es para todos, porque su sabiduría y amor, abarca a todo el Universo, unifica a todos los mundos, a todos los espíritus encarnados o desencarnados. Acercaos si tenéis necesidad de Mí; buscadme si os sentís perdidos. 77. Soy vuestro Padre que conoce vuestras penas y viene a confortaros. Vengo a infundiros el amor, que tanto necesitáis para vosotros mismos y para derramarlo en vuestro derredor. 78. Si en verdad reconocéis mi presencia a través de la sabiduría que manifiesto por estos entendimientos, reconoced también que es el momento de iniciar la obra constructiva en el sendero espiritual. 79. ¡Ah si todos los que han sido llamados acudiesen, de cierto os digo que la mesa del Señor se encontraría pletórica de discípulos y todos comerían el mismo manjar! Pero no todos los invitados han llegado, han pretextado diferentes ocupaciones, relegando a segundo término lo divino. 80. Bienaventurados los que presurosos han acudido, porque ellos han tenido su premio. 81. El hombre en todos los tiempos, pero ahora más que en el pasado, se siente dueño de sus actos, independiente de toda ley espiritual; se ha convertido en un ser egoísta que sólo piensa en sí mismo; su corazón está vacío de amor hacia los demás y por eso la humanidad ha venido a semejarse a un inmenso desierto, seco y árido. ¿Podrán los hombres en esta forma unirse, comprenderse y ayudarse de una manera sincera y noble? No, si no aparta de su corazón la mala semilla, la humanidad seguirá destruyéndose a sí misma, desconfiarán los unos de los otros y seguirán riñendo mientras se encuentren carentes de amor. 82. Esta es la tierra en la cual vengo a sembrar mi simiente en el Tercer Tiempo, para lo cual estoy preparando un pueblo de labriegos, un pueblo cuyo corazón se aparte del egoísmo, reflexione sobre mi verdad y se convierta al bien. 83. Mas antes de llegar a Mí, habéis buscado para vosotros la dicha y la paz, sin pensar en desprenderos de vuestra felicidad para lograr la ajena, ni anteponer a vuestros deseos las necesidades de vuestros semejantes. 84. Cuando cumpláis con la ley de amor, habréis logrado vuestra unificación y armonía, dejaréis de sufrir y la paz de las naciones, no lograda por los hombres hasta ahora, se hará en la humanidad. 85. Con un poco de espiritualidad ¡Cuán fácil seria a los hombres poderse entender! 86. Yo pregunto a quienes reconocen esta Doctrina como una verdad capaz de salvar y unir a la humanidad: ¿Por qué no os decidís a practicarla? ¿Por ventura os conformáis con llevarla como una simple filosofía o como una teoría más? 87. El hombre quiere salvarse, sin reconocer su naturaleza espiritual y ese es su más grande error. Mientras vive y se siente fuerte en la Tierra procura olvidarse de toda idea que le hable de la eternidad y de la vida espiritual; no pierde esa intuición, pero se desentiende de ella y sólo cuando la muerte se le aproxima y siente en si la agonía, es cuando quisiera en un instante reparar faltas y reponer el tiempo perdido; mas entonces ya será tarde porque no todo lo logra el arrepentimiento. Es ley de justicia recoger lo que se ha sembrado, aunque el arrepentimiento le ayudará a llevar con amor y paciencia su restitución, que en realidad será su obra de restauración y regeneración. 88. Estáis escuchando y al mismo tiempo aceptando que os hablo con verdad; dejáis hablar a vuestra conciencia y ella os dice que muchas veces vuestra fe tan sólo fue aparente, porque no teníais la certeza de la existencia de una vida eterna para el espíritu. Ciertamente teníais pensado gozar plenamente vuestra existencia en el mundo, y prepararos para el paso hacia la vida espiritual hasta que hubiese llegado el último momento. La idea de una vida después de ésta, era como un depósito de fe, para recurrir a él llegado el instante y entonces poder pasar por los momentos angustiosos de la partida. 89. ¿Es así como el hombre debe vivir? os pregunto. ¿Es así como mostráis vuestra fe en el Padre y lográis una verdadera elevación espiritual? 90. Meditad en todo cuanto os he dicho en esta enseñanza y terminaréis por comprender que el hombre ha estado equivocado siempre con sus sentimientos egoístas y materiales. 91. Analizad mi doctrina que viene a revelar al hombre la comunicación de espíritu a Espíritu por medio del amor y cuantas virtudes de él se derivan, así como de todos los sentidos y dones del espíritu, y decid si no es la llave que puede abrir a la humanidad las puertas de la paz y la sabiduría eterna. 92. En los tres tiempos en que he dividido la evolución de la humanidad, he venido a trazaros con mi luz la misma senda recta y estrecha para la elevación del espíritu, el camino único del amor, la verdad y la justicia. 93. Os he llevado de enseñanza en enseñanza, de revelación en revelación, hasta llegar a este tiempo en que os estoy diciendo que ya podéis comunicaros conmigo de espíritu a Espíritu. ¿Podría la humanidad haberse comunicado en esta forma en el Primer Tiempo? No; fue necesario que se ayudasen con el culto material, con el rito y las ceremonias, con el festín tradicional y con los símbolos para poder sentir cerca de si lo divino y espiritual. De aquella incapacidad para aproximarse a lo espiritual, de elevarse a lo divino, de conocer lo profundo y de esclarecer los misterios, surgieron las diversas religiones, cada una de acuerdo con el grado de atraso o adelanto espiritual de los hombres, unas apegándose más que otras a la verdad, unas más espiritualizadas que otras; pero todas tendiendo hacia un mismo fin. Es el sendero que los espíritus vienen recorriendo a través de los siglos y de las eras, sendero que señalan las diversas religiones. Unas han avanzado con suma lentitud, otras se han estacionado y otras han mixtificado y contaminado. 94. Una nueva era se ha abierto para la humanidad, es la era de la luz, cuya presencia marcará un alto en el camino espiritual de todos los hombres, a fin de que despierten, mediten, se despojen del fardo pesado de sus tradiciones, de su fanatismo y de sus errores, para después levantarse a una nueva vida. 95. Unas antes y otras después, todas las religiones y sectas irán llegando ante el Templo invisible, ante el Templo del Espíritu Santo que está firme como una columna que se eleva al infinito, en espera de los hombres de todos los pueblos y linajes. 96. Cuando todos hayan penetrado al interior de mi santuario para orar y meditar, alcanzarán unos y otros el mismo conocimiento de mi verdad; por lo que una vez terminado ese ALTO en el camino, todos se levantarán unidos en una misma Ley y tendrán una misma forma de rendir culto a su Padre. 97. ¿Por qué ha de sentirse alguien sorprendido ante mis nuevas revelaciones? En verdad os digo, que los patriarcas de los tiempos antiguos ya tuvieron conocimiento de la llegada de esta Era y los videntes de otras épocas la contemplaron y los profetas la anunciaron. Fue una promesa divina hecha a los hombres, mucho tiempo antes de que Yo, a través de Jesús, viniese al mundo. 98. Cuando anuncié a mis discípulos mi nueva venida y dejé entrever la forma en que me manifestaría a los hombres, ya hacía mucho tiempo que la promesa os había sido hecha. 99. Aquí tenéis ante vosotros desarrollándose aquel tiempo, aquí están cumpliéndose aquellas profecías. ¿Quién puede sorprenderse? Sólo los que han dormido en tinieblas o los que borraron de ellos mismos mis promesas. 100. Aquí está mi luz esperando a todos para detenerlos en su camino, porque voy a mostrarles el tesoro espiritual que llevándolo consigo no han sabido descubrir, voy a convencerles de que ya mucho escudriñaron lo material, ya se entregaron a lo pasajero, a lo fugaz. Voy a enseñarles a buscar en su propio espíritu la conciencia, que es la esencia divina que en cada hombre he dejado. 101. En verdad os digo, que todo lo grande y lo bueno que existe en el espíritu, jamás lo habéis dado porque ni siquiera lo conocéis, ¿Cómo vais a amaros los unos a los otros con la perfección que Yo os enseñé, si no os reconocéis como hermanos? Necesitáis tomar la esencia que lleva el espíritu, para que vuestro amor sea amor y vuestra caridad sea verdadera caridad; algo más que palabras vanas, algo más que míseras monedas, algo más que el mendrugo de pan que sobra en vuestra mesa y que son los únicos medios que empleáis para haceros creer que practicáis la caridad y que os amáis los unos a los otros. 102. ¡Qué hermoso será vuestro mundo, cuando los hombres hayan descubierto en su espíritu el tesoro bendito con que su Creador les dotó desde el instante mismo de su formación! 103. Os dejo esta lección, para que a través de ella miréis hacia el pasado buscando vuestro principio, examinéis vuestro presente y después miréis hacia el futuro que os espera, pleno de sabiduría, de trabajo, de lucha y de compensaciones divinas. 104. Sois pecadores pero me amáis y al acordaros de Mí, tratáis de agradarme practicando la caridad con vuestros hermanos. Sois pecadores, lo sé, pero sabéis orar cuando tenéis una pena. Sois pecadores, pero sabéis compartir de vuestro pan a quien se acerca a vuestra puerta a pedir caridad. 105. Por cuanto bien hacéis queriendo agradarme, tomad mi caricia, sentid mi consuelo, recibid mi bendición. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 13 1. La casa del Padre está de fiesta. El banquete se encuentra preparado. Es que este pueblo, cual hijo pródigo, ha retornado al hogar. Sentaos a la mesa y comed del manjar, la hora es propicia y amable. 2. También en el Segundo Tiempo solía sentarme a la mesa rodeado de mis discípulos. Ellos sabían que Jesús era el Mesías, que había sido prometido para venir a salvar a su pueblo. Vosotros no me habéis visto en materia como aquellos me vieron, mas por la esencia de esta palabra, sentís la presencia del Maestro, el cual os había prometido volver y enviaros al espíritu de Verdad, para que os explicara todas las enseñanzas pasadas y comprendieseis lo que no habíais comprendido. 3. Más ¿Quién es el Espíritu de Verdad, sino la misma sabiduría de Dios? ¿Dónde podréis encontrarlo, sino en esta Doctrina espiritual que todo os explica y aclara? 4. Os profeticé que volvería, cuando la humanidad se encontrase en su mayor altura de maldad y confusión; es por eso que al contemplar los hombres que su ciencia y su perversidad han dado un fruto que se encuentra en plena madurez, presienten que algo divino está por manifestarse. Ese presentimiento, es debido a que mi presencia espiritual le habla a cada espíritu, mi justicia de Padre, está manifestándose entre la humanidad. 5. No volveréis a verme en cuanto hombre, hoy tenéis que prepararos para contemplarme en espíritu; así se os dio a entender desde el Segundo Tiempo. En una nube ascendió el Maestro, la última vez que estuvo visible aún ante sus discípulos, y en esa misma forma se os había anunciado que volvería. 6. Ahora os hablo a través de estos entendimientos preparados por Mí; mañana resonará mi voz en vuestro corazón y en todos los espíritus, porque mi palabra es como el teñir de la campana sonora que despierta y resucita lo mismo a los encarnados que a los desencarnados. Es un llamado universal. Desde los tiempos pasados os dije que ninguno de mis hijos se perdería y que si una oveja estuviese en peligro, dejaría a las noventa y nueve en el aprisco para ir en pos de la perdida. 7. De cierto os digo, oh mis nuevos discípulos, que llegaréis a entender lo que ninguno de mis discípulos del Segundo Tiempo comprendieron. 8. Cuántas veces al hablarles, se miraban unos a otros para indagar quién de ellos había comprendido lo que Jesús había dicho; y no pudiendo explicarse las palabras del Maestro, al fin le rogaban que fuese más claro en su lección. En verdad os digo, que más clara no podía ser mi palabra, más en este tiempo no había evolucionado lo suficiente el espíritu para comprender toda la enseñanza que había recibido; era necesario que pasara el tiempo, que la humanidad adelantara espiritualmente para que, iluminada con la luz de la espiritualidad, entendiera el sentido de las revelaciones Divinas 9. Sin embargo, cuando llegó la hora en que aquellos discípulos, debían de hablar de mi doctrina a la humanidad, sabían cuánto era necesario para enseñar a sus hermanos y lo que aún no conocían, lo revelaba por sus bocas el Espíritu Santo, porque ellos ya estaban preparados para esa misión. 10. Si en el tiempo en que vivieron con el Maestro, unos interpretaron en una forma y otros en forma distinta su enseñanza, cuando llegó el tiempo de sus luchas y de sus predicaciones, todos estaban unidos en un solo ideal, los animaba la misma sabiduría, el mismo amor. Cada quien emprendió la caminata por distintas comarcas; mas sus espíritus, sus pensamientos, estaban unidos en la misión que deberían cumplir y los animaba el recuerdo de Jesús. 11. Siempre procuraban reunirse, para cambiar impresiones sobre sus luchas, sus tribulaciones y también para alegrarse con los triunfos alcanzados. Unos a otros se impartían aliento, valor y fe. 12. Supieron sembrar la simiente que les confié, porque no fue uno a sembrar el trigo y otro la cizaña, no, todos sembraron una sola simiente, y ésa fue la del amor que les enseñé, por eso el fruto que brotó del corazón de los hombres fue de amor. ¿Entendéis lo que quiero deciros, cuando os hablo de los hechos que llevaron a cabo vuestros hermanos de aquel tiempo? 13. No penséis si vosotros sois mayores o menores que ellos; sólo os digo que les debéis de amar, como ellos os amaron, limpiándoos el camino, enseñándoos a seguir a vuestro Señor, dándoos su vida. Imitadles en su fe, en su ahínco, en su caridad. 14. Sentíos de verdad como mis discípulos. Os he traído en mi Doctrina la Ley divina que está presente en vuestra conciencia. ¿Qué es lo que teméis de otras doctrinas, teorías, ciencias o filosofías? ¿O es que teméis acaso a quienes estudian las escrituras antiguas, a las religiones que se llaman cristianas? En verdad os digo, que la Doctrina que os estoy entregando, no es más que la aclaración, la confirmación de las revelaciones que se os hicieron en los tiempos pasados. 15. No he venido a traeros una confusión para agregarla a las que ya reinan en el mundo, sino más bien a rescataros de ellas, como antes hiciera Moisés con su pueblo, al cual rescató del Egipto, donde era esclavo. 16. Quiero llevaros como en aquel tiempo a tierra segura y para ello he abierto mi libro ante vosotros en un nuevo capítulo para que por él reconozcáis el sendero estrecho y recto, que a través de los tiempos he venido trazándoos con mi Ley. 17. Cumplid, para que no tengáis que volver a la Tierra en tiempos de dolor, a recoger el fruto de vuestras faltas o el de vuestro egoísmo. Cumplid con vuestra misión y entonces si volveréis, pero será en tiempo de paz a recrearos cultivando la siembra que dejasteis empezada. Ahora no estará Moisés al frente de vosotros para rescataros como lo estuvo en el Primer Tiempo, será vuestra conciencia la que os guie. 18. En apariencia se levantarán por si solos los hombres buscando la paz y la verdad, más de cierto os digo, que el espíritu de Elías se mostrará delante de los pueblos y naciones, y les hará el llamado hacia la libertad. 19. Os habla el Verbo que ha estado siempre en Dios, el mismo que estuvo en Cristo y que hoy conocéis por el Espíritu Santo; porque el Verbo es palabra, es Ley, es mensaje. Es revelación, es sabiduría. Si oísteis al Verbo a través de la palabra de Cristo y ahora la recibís por medio de la inspiración del Espíritu Santo, de cierto os digo que es la voz de Dios la que habéis escuchado, porque un solo Dios existe, un solo Verbo y un solo Espíritu Santo. 20. Analizad, comprended y preparaos para que no os sorprendan los tiempos de pruebas, para que no sea estéril mi palabra de la cual quiero que mañana deis testimonio a la humanidad. Tenéis que estar firmes para que vuestra fe no flaquee, porque un solo instante de flaqueza puede ser la causa de vuestra confusión. 21. En 1950 ya debéis de estar preparados. Esta fecha será inolvidable para este pueblo. 22. ¿Quiénes llegarán a esa fecha? ¿Quiénes serán testigos de los mandatos e instrucciones que en aquel día os entregue, así como de mis nuevas profecías? No lo sabéis, mas también os digo: ¿Quiénes serán los que se encuentren verdaderamente preparados para esa prueba y para seguir en la verdadera senda de la lucha? 23. No lo sabéis, sólo os digo que si para vosotros faltan años, para Mí sólo son unos breves instantes, porque Yo no vivo bajo el tiempo y vosotros sí. Más si creéis que los años que aún os faltan son muchos y que aun desperdiciándolos tendréis tiempo suficiente para prepararos, estáis en grave error; no os confiéis, porque el tiempo pasa velozmente y nada hará variar mi voluntad. ¿Podréis detener el tiempo? No, me respondéis. Entonces tampoco podréis impedir que mis órdenes se cumplan. 24. Meditad, preparaos paró que gocéis de esta comunicación y aprovechad el tiempo en la práctica de todo lo que os dé espiritualidad. Así no temeréis la hora en que dejéis de escuchar mi palabra. 25. Os he hablado de muchas pruebas y os he prevenido. Mi palabra llena de enseñanzas y de amor, es la fuerza y la caricia que os imparte vuestro Señor. 26. Estoy esperándoos en la cumbre del monte donde he de daros la paz. He venido a vosotros en tres tiempos para doctrinaros y ésta es la tercera en que estoy reuniéndoos, para comunicaros mis últimas enseñanzas. Mi misión de Maestro no había quedado concluida en la cruz. Hoy alcanzaréis a comprender con la luz de mis lecciones mucho más de lo que antes habíais conocido. 27. Mas cuán pocos son los que se han preparado para recibirme. Entre vosotros contemplo a muchos que han apagado su lámpara y se han quedado en tinieblas y a otros que ya se han olvidado de Mí. A pesar de vuestro adelanto espiritual, no habéis alcanzado la perfección, y mientras unos han evolucionado, otros se han quedado estacionados. 28. Desde el principio de los tiempos os he enseñado a orar, para que siempre estéis en contacto con mi Divinidad. Os dije que deberíais cumplir con la Ley divina y también con la humana. La que entregué a los primeros hombres, es la misma que hoy os entrego para su cumplimiento. 29. Israel amado, ¿No os habéis cansado de tanto caminar? ¿No os ha agobiado el peso de vuestra restitución? ¿No os ha hastiado tanto dolor que habéis apurado? ¿Es tanta vuestra familiaridad con el dolor, que ya os habéis hecho insensibles? ¿Ya no sentís amor por vuestro Padre, ni por vuestros hermanos? Habéis penetrado en un profundo letargo y sois indiferentes a todo sentimiento elevado, vivís una vida vertiginosa e inhumana y habéis olvidado vuestros deberes espirituales; mas Yo quiero que preparéis vuestro entendimiento para recibir mi palabra y me dejéis morar en vuestro corazón para que volváis a vivir en gracia. 30. Quiero llevaros a vivir a otros planos donde vibraréis en armonía con los espíritus elevados, para que sigáis escalando sin deteneros. Cuando os levantéis para seguirme no volveréis a ser indolentes, ya no apuraréis el cáliz de amargura, amaréis la vida y estaréis unidos a todos vuestros hermanos. 31. Preparaos, id a vuestros hermanos en mi nombre, enjugad el llanto de los que sufren, dad valor al débil, levantad al caído y rescatad al perdido. Llevad la luz por doquier. Muchos me reconocerán en su vida humana y otros cuando se encuentren en el valle espiritual. Es mi voluntad que todos despierten para depositar en su espíritu mi simiente de amor. 32. Contemplaréis que unos creerán en mi manifestación de este Tercer Tiempo al oír mi enseñanza por conducto del portavoz, otros por vuestro testimonio, y muchos más por los escritos que queden de mi palabra. 33. Quiero que todos quedéis fuertes, para que no retrocedáis al primer tropiezo, ni que temáis a ningún enemigo. Os preparo para que hagáis prodigios y transforméis a vuestros hermanos con las pruebas que Yo os concederé. 34. Comprendedme, cimentad vuestra fe sobre la firmeza de la roca para que nada pueda destruirla. No calléis vuestros labios por temor a la censura, ni ocultéis a vuestros hermanos que Yo he venido en este tiempo. Desarrollad el don de la palabra y dejad que de vuestro corazón se desborde el amor y la sabiduría que os he confiado. 35. Velad por vuestra nación, no dejéis que penetre en ella la guerra. Abrid las puertas de vuestro corazón y dejad que penetre al que llamáis extranjero, al hombre de buena voluntad y también aquel que encierre en su corazón la maldad, porque en esta tierra se iluminará su espíritu y ella será para todos como una madre solícita. Preparo los graneros para que deis alimento a los hambrientos y haya bienandanza y paz entre todos mis hijos. 36. Preparaos espiritualmente, para que vislumbréis vuestro futuro y contempléis que después de 1950 quedaréis como mis apóstoles, a imitación de aquellos que en otro tiempo me siguieron. Ellos sabían que aun cuando me vieran desaparecer en cuanto hombre, tendrían mi presencia espiritual y que seguirían siendo acompañados e iluminados por Mi. Yo me recreé contemplando su fe, su unificación, su inspiración y muy pronto su palabra conmovió a los hombres de aquel tiempo, porque supieron poner en práctica todo lo que su Maestro les había enseñado. 37. Preparaos, humanidad, y recibid la luz de mi espíritu que está derramada en todo lo creado. Estoy doctrinando a un pueblo que os llevará un mensaje de paz. Yo hablaré por sus bocas, si los rechazáis, me habréis rechazado a Mi. 38. Recordad a la humanidad, que cada vez que he llegado a ella, la he sorprendido distraída en lo mundano y es por eso que no ha sentido mi presencia. Mas ¿Cómo había de saber esperar durante tanto tiempo, si cuando salisteis dé Egipto disteis muestra de vuestra impaciencia, ya que no pudisteis esperar sólo unos cuantos días el retorno de Moisés? Cuando éste descendió del Sinaí, llevando las Tablas de la Ley, encontró al pueblo entregado a un culto idólatra. Con sólo unos cuantos instantes de flaqueza, habían borrado de su corazón el nombre del Dios verdadero, para sustituirlo por un becerro de oro. 39. Fue entonces cuando el Señor llamó duro de entendimiento a aquel pueblo. Por ello no me extraña que después de una era encuentre que los hombres, a pesar de que tienen mi promesa, hayan faltado a su fe, hayan dejado que su lámpara se apagase y en mi lugar hayan puesto tantos ídolos como hoy adoran. ¿Sería posible que me reconocieran hoy que he llegado entre ellos? Es natural que todo lo mío les parezca extraño. 40. Yo os revelé que mi retorno seria en una nube. Hoy que ya me encuentro entre vosotros y que por lo tanto, he cumplido aquella palabra, de cierto os digo, que la nube es la representación de mi presencia en espíritu, En la misma forma en que me vieron ascender mis discípulos, una vez que dejé concluida mi obra en el Segundo Tiempo, así he descendido en este tiempo entre la humanidad. 41. Debéis recordar que cuando Moisés fue llamado al Sinaí por el Señor, una nube cubrió dicho monte y al tercer día, de en medio de la nube, resonó la voz de Jehová. Aquella manifestación fue contemplada por todos, aquella nube fue vista por la multitud congregada al pie de aquel Monte. Era el Señor que desde entonces os daba a entender que su reino y su morada están más allá de todo lo material. 42. A pesar de haber materializado el Señor su presencia en aquella nube y de haber hecho estremecer al pueblo con sus manifestaciones de poder y de justicia, aquellos hombres duros de entendimiento y corazón, se tornaban en infieles al pacto que sólo en instantes de temor habían hecho ante Dios. 43. Ahora que vengo en la nube, estoy posándome en vuestro espíritu, por lo tanto mis manifestaciones en este Tercer Tiempo son invisibles a los ojos mortales. Sólo el espíritu con sus sentidos elevados, es el que puede mirar, sentir y comprender mis revelaciones. 44. Ese sentido espiritual que os estoy desarrollando, para que por medio de él podáis analizar y contemplar todo cuanto hasta ahora se os ha revelado desde el principio de vuestra vida, será el que venga a destruir a todas las falsas interpretaciones que de lo divino han hecho los hombres. Poco a poco la luz va penetrando en el corazón de mis hijos, por lo cual os digo que ya no está muy lejana la hora en que por ellos mismos comprendan el sentido de lo que puede acontecer en la vida de la humanidad. 45. Hay quienes se preguntan al escuchar esta palabra: ¿Acaso el Señor ha descendido en este tiempo para hacerse sentir solamente en los que hemos escuchado su enseñanza por el conducto humano, o lo ha hecho entre toda la humanidad? En verdad os digo: La nube espiritual da su sombra protectora a todo el mundo, lo mismo que en el Primer Tiempo en el que cubrió a todo su pueblo que se encontraba delante del Monte Sinaí. 46. Discípulos del nuevo tiempo, estudiad mi palabra, porque necesitáis de mi sabiduría en vuestra lucha. 47. Contemplad las páginas del libro cuyos sellos fueron desatados por el Cordero. La voz del Verbo Divino brota del Libro de la Vida y llega a los que están muertos a la vida de la gracia para resucitarles. 48. No me es indispensable un cuerpo humano para hacerme oír de los hombres. Aquí me tenéis en espíritu, hablándoos a través del entendimiento humano sin que Yo tenga que pisar materialmente el polvo de la Tierra. Esta manifestación ha sido la preparación para la comunicación directa de espíritu a Espíritu, entre vosotros y vuestro Creador. 49. Bienaventurados sean los que en este tiempo esperan mi llegada espiritual, porque ellos me verán llegar en la nube. 50. Los hombres se han dedicado a escudriñar los antiguos testamentos, torturando su mente en la investigación S interpretación de las profecías y de las promesas. Los que de entre ellos se han aproximado más a la verdad, son los que han encontrado el sentido espiritual de mis enseñanzas, porque aquellos que siguen aferrados a la interpretación material, y no saben o no quieren encontrar el sentido espiritual de mis manifestaciones, tendrán que sufrir confusiones y decepciones, como las que sufrió el pueblo judío cuando llegó el Mesías, al cual habían imaginado y esperado de una manera distinta a la que le mostró la realidad. 51. Os doy esta explicación al desatar el Sexto Sello del Libro de la Vida. 52. Para que os diese estas nuevas revelaciones, fue necesario que en el tiempo que transcurrió entre mi manifestación a la humanidad en cuanto hombre y mi llegada en espíritu en este tiempo, hubieseis pasado por muchas reencarnaciones en la Tierra, para que cuando Yo viniese a pediros la lección pasada, vuestro espíritu supiese contestar y cuando le hiciese nuevas revelaciones, las supiera comprender. 53. El libro de los Siete Sellos es la historia de vuestra vida, de vuestra evolución en la Tierra, con todas sus luchas, pasiones, contiendas y finalmente con el triunfo del bien y la justicia, del amor y de la espiritualidad sobre las pasiones del materialismo. 54. Creed verdaderamente que todo tiende hacia un fin espiritual y eterno, para que deis a cada lección el lugar justo que le corresponde. 55. Mientras os alumbre la luz el Sexto Sello, será tiempo de contienda, de vigilia y purificación, mas pasado ese tiempo habréis llegado a una nueva etapa en la que os mostrará nuevas revelaciones el Séptimo Sello. Cuán satisfecho y gozoso recibirá al nuevo tiempo el espíritu de aquél que haya sido sorprendido limpio y preparado. Mientras el Sexto Sello os ilumine, materia y espíritu se purificarán. 56. Se acerca el tiempo en que vuestro espíritu debe manifestarse con plenitud en la Tierra. Hasta ahora, no le ha sido posible por la dureza y el materialismo que conserva; pero después de la purificación, los hombres dejarán a su espíritu manifestarse y desarrollarse en virtud. El vaso estará limpio y transparente y dejará contemplar su contenido y también lo dejará desbordarse. 57. Antes de partir para el más allá, harán los hombres de esta Tierra un mundo de paz, una morada donde brille eternamente la luz del espíritu. 58. Vosotros, no os recostéis a dormir, pensando que otros serán los que vean el cumplimiento de esta profecía y los que disfruten de aquella paz. ¿Por ventura sabéis si vosotros vendréis para esos tiempos? Ciertamente os digo que no hay siembra sin fruto, ni obras sin galardón. 59. Muchas serán las amarguras que tendrán que sufrir los hombres para ver llegar ese tiempo, mas vosotros que lo esperáis no debéis temer, porque en vuestras luchas o en vuestra soledad, siempre hay una estrella luminosa que alumbra vuestro sendero y esa estrella es Elías. 60. Multitudes que escucháis esta voz, Yo os pregunto: ¿Estáis dispuestos a seguirme por esta senda obedeciendo mis mandatos? ¿Tendréis el valor necesario para hablar de esta Doctrina a vuestros hermanos? ¿Creéis estar ya capacitados para adorarme sin necesidad de ritos ni de símbolos? ¿No os avergonzaréis ante las distintas religiones de llamaros espiritualistas? ¿No flaquearéis ni os arrepentiréis de haber iniciado esta jornada? ¿No dudaréis ante las críticas y ataques que os hagan vuestros semejantes, ni renegaréis si os desconocen arrojándoos de sus? 61. No creáis que os interrogue porque Yo ignore vuestra manera de sentir mañana y vuestra conducta ante las pruebas. Bien sabéis que nada ignoro, más si os formulo estas preguntas, es para que vosotros mismos os las repitáis meditando en ellas, porque de la meditación podéis llegar a la luz, a la decisión, a la fortaleza y a la confianza en Mi. 62. Si no os previniese para que os preparéis, ¿Cómo podríais hacer frente a las adversidades y a las pruebas? 63. Sed paciente, pueblo, y prudente ante la humanidad; no desesperéis, pensad que en las pruebas es en donde dejaréis vuestros más bellos ejemplos de perdón, de caridad y de firmeza. 64. Mas no temáis, porque os he dicho que vengo a haceros ricos espiritualmente, los elementos que son indispensables para vuestra vida humana no os faltarán, sabed que el que se ha espiritualizado ha llegado a poseerlo todo, y aunque no tenga bienes terrenales, si logra identificarse con el Dueño de todo lo creado; él como hijo, tendrá que sentirse heredero y aún dueño de cuanto posee su Padre Celestial. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 14 1. Venís buscando la luz y Yo os la entrego, porque tenéis fe y la esperáis de Mí. Todo el que me busca me encuentra; todo el que espera de Mí, recibe. 2. Más fácil sería que dejase de iluminar el astro rey, que Yo rechazara a uno solo de mis hijos que me busque. 3. Vengo a ayudaros a corregir vuestros errores, porque no quiero que se prolongue vuestra confusión. 4. El tiempo asignado por Mí para entregaros esta enseñanza, está terminando y es preciso que os preparéis, porque en la comunicación de espíritu a Espíritu que debéis alcanzar después de 1950, hallaréis en mis enseñanzas mayor sabiduría. 5. Los profanos se convertirán en párvulos, los párvulos en discípulos y los discípulos en maestros, en ejemplos vivos de buenas obras entre la humanidad. 6. No os sintáis pequeños cuando os nombre párvulos, porque ante la sabiduría del Señor ya es mucho ser párvulo. 7. Muchos discípulos y párvulos tengo, no sólo aquí entre vosotros, sino diseminados entre la humanidad, en sectas y religiones, ya que todos de acuerdo con su evolución se encuentran ocupando los diferentes peldaños que forman la escala infinita de la espiritualidad. 8. Mas también debéis saber que no sólo en este mundo tengo discípulos, recordad que os he dicho: "En la casa del Padre hay un número infinito de moradas"; ahí existen mis hijos en inmensas multitudes que viven para aprender de Mí. 9. Sabed que en aquel Reino es donde mejor se comprenden mis lecciones, por lo tanto, donde más se adelanta. 10. Allí es a donde llegan los que partieron de este mundo sufriendo por las amarguras y desengaños; los sedientos de verdad, de saber, los hambrientos de amor, los humillados. 11. Allí los espera su Maestro, para darles enseñanzas más grandes que aquellas que la humanidad les negó. 12. Entonces, los que fueron ignorados y pobres en la Tierra, brillarán con verdadera luz y asombrados verán cómo los que en este mundo brillaron con falsa luz, en el más allá, lloran su miseria espiritual. 13. En estos mundos de paz que habitaréis, es donde aquellos que lloraron y me bendijeron en la Tierra, han recibido las más gratas sorpresas, un galardón que no esperaban cuando apuraban su cáliz de amargura. 14. No importa que hayan tenido momentos de desesperación y de duda, esos instantes de flaqueza se los perdono, porque también tuvieron grandes días de dolor en los que mostraron resignación y me bendijeron. 15. Esos hijos míos, también recorrieron su calvario y sufrieron grandemente en su camino de restitución; y quienes cumplen con mi Ley, aunque sólo vivan unos instantes en el buen sendero, alcanzan en la vida eterna el gozo y la satisfacción espiritual. 16. Así responde mi amor eterno al amor momentáneo de los hombres. 17. Bienaventurados los que cayendo y levantándose, llorando y bendiciéndome, heridos por la maldad de sus hermanos, confían en Mí y me ofrecen el santuario de su corazón. 18. Estos pequeños y tristes, escarnecidos pero mansos, son en apariencia débiles, pero en realidad son fuertes de espíritu y a ellos les están reservadas mayores revelaciones en cuanto estén más allá de este mundo. 19. En el Segundo Tiempo, para ser mi discípulo era indispensable poseer no sólo una gran fortaleza espiritual, sino también física, porque había que soportar la crueldad de los hombres, los tormentos y las pruebas a que sometían en su rudeza e ignorancia, a los que predicaban algo que estaba fuera de lo conocido por ellos en el mundo. 20. Hoy, no necesitáis una gran fortaleza física; es otro el plan divino, más vosotros seguiréis siendo mis colaboradores, para extender mi Doctrina entre la humanidad. 21. Ahora en este tiempo vais a luchar contra la ignorancia de una humanidad que aunque materializada en todas sus fases, es menos cruel y se encuentra más evolucionada por la experiencia que ha alcanzado en sus encarnaciones pasadas. 22. Hoy, si sabéis de alguno que no piensa ni practica su culto como lo hacen las mayorías, si bien os extrañáis y escandalizáis, ya no clamáis porque lo quemen vivo. 23. Ahora, cuando tropezáis con algún enfermo poseído, ya no huís de él gritando que está lleno de demonios. 24. Ya muchos comprenden que tales seres no existen y que sólo son espíritus turbados a los que les falta un instante de lucidez para tornarse en mansas ovejas. 25. Ya empezáis a reconocer que ese ser a quien llamáis Demonio o Satanás, no es más que la flaqueza de vuestra carne, la inclinación a las bajas pasiones, la sed de deleites y deseos de la materia, el orgullo, el amor propio, la vanidad y todo aquello con que la carne tienta al espíritu. 26. Todavía hacéis y pensáis muchas cosas indebidas; pero alegraos porque vais adelantando en vuestra evolución, aunque algunos supongáis lo contrario dejándoos guiar por vuestros juicios imperfectos. 27. Es que aún no alcanzáis a comprender la creación visible e invisible que os rodea y por eso os equivocáis en vuestras interpretaciones. 28. Mas según sea vuestra evolución espiritual y por lo tanto vuestra necesidad de analizar mejor mis revelaciones, así os envío a mis mensajeros para que os guíen y según encuentro vuestra mente preparada, así os hablo de mi sabiduría para conduciros a la perfección. 29. También en correspondencia perfecta con lo que sois, mi justicia os prueba respetando siempre el libre albedrío que os concedió el amor de vuestro Padre. 30. Todos tenéis el presentimiento o la intuición de la existencia del Ser Supremo, y esa intuición es la luz que vuestro espíritu ha ido conquistando en el largo sendero de la evolución espiritual. 31. Está llegando a vuestro espíritu un nuevo sol para iluminaros, un nuevo libro que os enseña lo que tanto ansiabais y esperabais. 32. ¿No sentís, pueblo amado, que la humanidad ya no puede soportar la mentira, los mitos y tanta falsa luz? Ya no es tiempo de alimentar al espíritu con las interpretaciones erróneas que a mi Ley se le han dado. 33. Estáis preparándoos para que recibáis mayor conocimiento, y aunque por siglos habéis estado divididos en sectas, filosofías y religiones, muy pronto tendréis que reuniros en torno a mi nueva revelación, cuyo caudal de sabiduría os hará comprender que al fin habéis encontrado el libro de la Vida Verdadera, la del espíritu. 34. Necesitáis imperiosamente mi palabra; estáis agonizando de sed espiritual por falta de ese rocío que proviene de mi amor perfecto. Os falta frescura en el espíritu, por eso me acerco a vosotros para ofreceros el fruto del árbol de la vida. 35. Vengo a señalaros con dulzura vuestros defectos y vosotros también debéis señalar los errores de los demás, con el mismo amor y caridad, a fin de que los unos y los otros, conociendo sus imperfecciones las corrijan; mas nunca pronunciaré una palabra que os induzca a juzgar las obras de vuestros semejantes o a burlaros de sus creencias o prácticas. 36. ¿Acaso sabéis por qué errores habéis pasado tratando de rendirme culto? ¿Quién recuerda el pasado de su espíritu? 37. Si os dijese que habéis adorado a las bestias, a los astros y que habéis creado con vuestra imaginación dioses con atributos humanos; que os habéis postrado a adorar fieras, aves y reptiles, a muchos os parecería extraño. Mas Yo conozco vuestra evolución espiritual y por ello os digo que seáis comprensivos, respetuosos y caritativos con vuestros semejantes, con los que se encuentran en una escala inferior a vosotros; así demostraréis de verdad vuestra espiritualidad. 38. Sólo Yo tengo potestad para señalar las faltas de la humanidad, errores que con mi sabiduría corrijo y con mi amor perdono. 39. La humanidad es esclava de sectas y cultos absurdos, de vicios y profanaciones; por eso os miráis los unos a los otros como enemigos, porque sois intolerantes con vuestros semejantes. 40. Más vuelvo a deciros que ningún hombre tiene potestad para menospreciar o burlarse de las creencias espirituales de sus hermanos. 41. Sois mis ovejas temporalmente perdidas y no vengo a daros muerte, sino a salvaros; a enseñaros y a uniros. Vengo como antaño a deciros que os améis los unos a los otros; que más allá de esta existencia tenéis otra vida superior, porque en la casa del Padre hay un número infinito de moradas. 42. Si los hombres sintiesen el verdadero amor para sus hermanos, no deberían sufrir el caos en que se encuentran, todo en ellos seria armonía y paz; pero ese divino amor no lo entienden y sólo quieren la verdad que llega al cerebro no la que llega al corazón, y ahí tienen el resultado de su materialismo: una humanidad egoísta, falsa y llena de amargura. 43. En este tiempo religiones y sectas se encuentran confundidas, advirtiéndoos que han tenido un origen elevado y que sobre sus errores aún quedan huellas de la pureza y de la luz, que dejaron en ellas mis iluminados 44. Si habéis empleado algunas de vuestras ciencias para analizarme y juzgarme, ¿No os parece más razonable que deberíais usarlas para analizaros a vosotros mismos, hasta conocer vuestra esencia y destruir vuestro materialismo? ¿Por ventura creéis que vuestro Padre no pueda ayudaros por el camino de vuestras buenas ciencias? En verdad os digo, que si supieseis sentir la esencia del amor divino, el saber llegaría fácilmente a vuestro entendimiento sin que tuvieseis que cansar vuestro cerebro, ni agotaros con el estudio de los conocimientos que creéis profundos y que verdaderamente están a vuestro alcance. 45. Más si vuestras ciencias, observaciones y estudios, os condujeran al amor; si la finalidad de ese anhelo de saber, fuese el rendir tributo a vuestro Padre, sirviendo cada vez con mayor perfección a vuestros semejantes, a los más pequeños, débiles y necesitados, Yo nada os diría; pero cuando contemplo que a través de vuestras ciencias empequeñecéis y rebajáis a vuestro mismo Dios, poniéndole límites, atribuyéndole errores y dándole formas que Él no tiene; cuando veo que al mismo tiempo hacéis dioses de materia y divinizáis y santificáis a hombres imperfectos, os digo que ni habéis conocido la verdad que debéis poseer, ni estáis autorizados para conceder jerarquías sagradas o divinas a nadie; esto solo corresponde a vuestro Dios y Señor. 46. Vosotros no podéis representar ni definir lo infinito, porque no lo podéis abarcar con vuestra mente limitada, tampoco vuestro lenguaje puede expresar lo divino ni definir lo indefinible con términos humanos. 47. No tratéis de encerrar a Dios en palabras o en alegorías que nunca podrán daros una idea de la verdad. 48. Decid con humildad “Dios”, pero decidlo de manera sentida y si queréis tener una idea del inmenso amor del Señor por vosotros, pensad en Jesús. 49. Con alegorías, imágenes, símbolos o pobres definiciones de Dios, sólo lograréis hacer que vuestros hermanos nieguen a Dios o sean pequeños de espíritu. 50. Para manifestar lo divino, vuestros idiomas son limitados, por eso en todos los tiempos he tenido que hablaros con parábolas, con metáforas, pero ya veis, aun hablándoos así, poco me habéis comprendido, porque os ha faltado la voluntad necesaria para analizar mis manifestaciones. 51. Vosotros siempre estáis riñendo por el significado de vuestros vocablos, y a medida que creáis más palabras, más confundís a vuestro espíritu. ¡Ah hombres de muchas palabras, de muchos idiomas y de muchas creencias, pero de muy pocas obras de amor! 52. Fijaos en las aves que en todos los confines de la Tierra cantan con uniformidad y sencillez. 53. Puedo deciros que todas las criaturas se conocen y entienden entre sí mejor que los hombres, ¿Por qué? Porque todas viven dentro del camino que les he trazado, mientras que vosotros, cuando no invadís los campos que no os pertenecen, os alejáis de vuestros verdaderos senderos, que son los del espíritu; y una vez perdidos en el materialismo, no entendéis lo espiritual, lo divino y eterno. 54. Pero aquí me tenéis, humanidad, vengo a enseñaros cómo aun dentro de vuestra condición material, podéis armonizar con la vida espiritual, transformando vuestros malos pasos en la Tierra en una jornada de verdadero progreso, que os dará en este mundo elevadas y nobles satisfacciones, y más allá, cuando dejéis la vida humana, hallaréis una cosecha interminable de hermosas sorpresas para vuestro espíritu. 55. Imitad a Jesús. ¿Cómo? Amando a vuestros semejantes como a vuestro propio hijo, como a vuestra madre, como a vuestro hermano, como a vosotros mismos. 56. En todos los tiempos habéis tenido guías que os han enseñado la fuerza del amor. Han sido hermanos vuestros más adelantados, con mayor conocimiento de mi Ley y mayor pureza en sus obras. Han venido a daros ejemplo de fortaleza, de amor y de humildad, al cambiar su vida de errores y pecados por una existencia consagrada al bien, al sacrificio y a la caridad. 57. Desde la infancia hasta la ancianidad, tenéis ejemplos claros de todo lo que se logra con amor y de las penas que originan la falta de caridad; pero vosotros, más insensibles que las rocas, no habéis sabido aprender las enseñanzas y ejemplos que os da el diario vivir. 58. ¿Habéis observado alguna vez cómo las mismas fieras, responden mansamente a un llamado de amor? Pues de la misma manera pueden responder los elementos, las fuerzas de la Naturaleza, todo lo que existe en el mundo material y espiritual. 59. Por eso os digo que todo lo bendigáis con amor en el nombre del Padre y Creador del Universo. 60. Bendecir quiere decir saturar. Bendecir es sentir el bien, decirlo y entregarlo. Bendecir es impregnar todo lo que os rodea, de pensamientos de amor. 61. Hacedlo así y Yo os glorificaré cuando hayáis llegado al final, después de haber encontrado en vosotros mismos la esencia divina, la razón de vuestra vida y los dones con que os he revestido; la lucha, los méritos y vuestra unificación a tal Ley os hará formar una sola voluntad, un sólo espíritu con mi Divinidad. 62. Mi luz viene al encuentro de vosotros para ayudaros a escalar, porque soy el Maestro de todos los tiempos. No sólo en una era he venido, eternamente os he mostrado el Libro y os he pedido que os conozcáis espiritualmente, para que sepáis cuáles son vuestros dones y hagáis una vida ejemplar en que brillen la salud, la fortaleza y la confianza, así podréis enaltecer a vuestro espíritu y prepararos para la vida eterna. 63. Cuando el hombre tiene la fortaleza espiritual, es que su espíritu ha sabido vivificarse en la virtud. 64. Algunos de vosotros llegáis a Mí en pos del consuelo, buscando la solución a un problema o la respuesta a una interrogación, después de haber consultado a los sabios o de haber preguntado a los astros; es que os ha faltado la fe y no habéis tenido la fortaleza o la seguridad del que verdaderamente cree, y de cierto os digo que más allá de todo conocimiento del futuro, está mi voluntad divina. El que ama, el que cree está unido a Mí porque soy el Amor, la Razón y la Justicia. 65. Mo olvidéis que sois mis hijos y si sabéis vivir en armonía conmigo, no necesitaréis preguntar a vuestros hermanos ni consultar los libros ni los astros, porque Yo hablo a vuestro espíritu por medio de la conciencia y si la escucháis os regiréis con sabiduría y sabréis vivir cumpliendo con mi voluntad. 66. Despertad ante esa voz, conoced Vuestras facultades y ponedlas al servicio del bien; recibid este mensaje que os envío, para que sea la guía de vuestros pasos, porque Yo espero que concluyáis vuestra obra en la Tierra, para daros misiones más altas, entre ellas la de convertiros en protectores de la humanidad. 67. Sentid que sois espíritus y no os atéis a la materia, no compliquéis vuestra vida. No tengáis culto ni adoración por algo que no sea el amor a vuestro Padre y también a vuestros semejantes. En el espíritu radica la verdadera vida, no en el cuerpo, pues éste vive un tiempo y desaparece, mientras que aquél vive eternamente. 68. ¿De qué os servirán vuestros tesoros en la Tierra, si no sabéis conquistar los del espíritu? ¿Qué seréis en la morada espiritual, sino pobres espíritus que no supieron labrar su paz y su dicha, para gozarlas en la vida eterna? 69. Todos poseéis un patrimonio al ser enviados a la Tierra, pero ignoráis su valor, no sabéis descubrirlo en vuestro espíritu y lo buscáis fuera de vosotros y Yo vengo a deciros que meditéis sobre estas enseñanzas. Si buscáis sabiduría, la tenéis en vosotros. Si ambicionáis el poder, en vosotros está: en la salud, en la fortaleza espiritual, en el talento. Si perseguís la belleza, también os la he dado, sólo necesitáis conoceros a vosotros mismos y encontraréis lo que anheláis. Si queréis conocer otras regiones, transportaos espiritualmente y encontraréis otras escalas en donde el espíritu vive con mayor perfección. 70. Vuestro destino es escalar y poseer lo que es mío, porque sois mis hijos muy amados. 71. Volved a ser espíritus puros, a ellos os conduce mi enseñanza, a llevaros al estado perfecto: de cierto os digo que cuando volváis a él, ya no encontraréis más el dolor, porque habréis penetrado en el hogar del Padre. 72. Vengo a ayudaros en vuestra liberación. Mi luz os hará salir avante en los tropiezos. Y desde hoy no hagáis mal a nadie, para que no os hagáis daño a vosotros. 73. Tomad mi fuerza, todos mis elementos están a vuestro servicio, todo lo tenéis a vuestro alcance. Vivid para amar y perdonar corno Yo os amo y perdono. 74. Amadlo todo, bendecidlo todo, así os enseño cómo podéis ser mi discípulo en la Tierra y cómo seréis un espíritu de luz en el más allá, a donde llegaréis con verdadera paz a ocupar el lugar que vuestro Padre os ha destinado. Si así lo hacéis, no volveréis a encarnar en este mundo en el que padecéis, porque comprenderéis que este sufrimiento no puede ser eterno a vuestro espíritu; entonces ascenderéis a otras moradas y cumpliréis con alegría las misiones que os correspondan en la eternidad. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 15 1. En esta alba de conmemoración os pregunto ¿Qué habéis hecho de la Ley que por conducto de Moisés envié a la humanidad? ¿Acaso esos mandamientos fueron dados solamente para los hombres de aquel tiempo? 2. En verdad os digo que aquella bendita simiente no está en el corazón de los hombres, porque no me aman, ni se aman los unos a los otros; no honran a sus padres ni respetan lo ajeno y si, en cambio, se quitan la vida, adulteran y se causan deshonra. 3. ¿No escucháis en todos los labios la mentira? ¿No os habéis dado cuenta de cómo un pueblo le roba la paz a otros pueblos?... y sin embargo, la humanidad dice conocer mi Ley. ¿Qué sería de los hombres si olvidasen por completo mis mandatos? 4. Comprended que la Ley es el camino trazado por el amor del Supremo Hacedor para guiar a cada una de sus criaturas. Meditad sobre la vida que os rodea, compuesta de elementos y organismos en número infinito, y llegaréis a descubrir que cada cuerpo y cada ser, marchan por un camino o trayectoria guiados por una fuerza en apariencia extraña y misteriosa. Esa fuerza es la Ley que Dios ha dictado para cada una de sus criaturas. Analizando estas enseñanzas concluiréis por reconocer que verdaderamente todo vive, camina y crece bajo un mandato supremo; llegaréis a descubrir también, que en medio de esta creación surge el hombre, distinto a todas las demás criaturas, porque en él existe la razón y el libre albedrío. En el espíritu del hombre existe una luz divina que es la conciencia, la cual ilumina a su inteligencia y le inspira el cumplimiento del deber. Porque si una fuerza irresistible le obligara solamente a seguir el camino recto, no tendría ningún mérito su cumplimiento y se sentiría humillado al comprenderse incapaz de obrar por voluntad propia y que, a pesar de ello, estuviera sujeto a una Ley; más en las condiciones en que se desarrolla vuestra existencia ¿Quién podrá guiar vuestros pensamientos hacia el bien? Sólo la luz divina de la conciencia que inspira al hombre a cumplir con la Ley, luz que habita en el espíritu y a través de él se manifiesta a la materia. 5. ¿Por qué no siguió el espíritu desde su principio los dictados de la conciencia? Porque no había evolucionado lo suficiente para comprender y cumplir los mandatos que le inspiraba y al mismo tiempo, saber dominar los impulsos de la carne. El libre albedrío y la influencia de la materia, son las pruebas a las que está sujeto vuestro espíritu. 6. Si la humanidad desde el principio hubiera escuchado el dictado de su conciencia como lo hizo Abel, ¿Creéis que hubiera sido necesario que vuestro Padre tuviera que materializarse de tiempo en tiempo para explicaros la Ley y enseñaros el camino de la evolución del espíritu? De cierto os digo que no. Si hubieseis sido sumisos y obedientes a mi Ley, todas mis revelaciones y enseñanzas os hubieran llegado a través de vuestra conciencia; pero cuando vi a esta humanidad cautiva de las pasiones que el mundo le brindaba, sorda a mi voz y ciega para mirar la luz espiritual que alumbraba su camino, tuve que materializar mi Ley en el Primer Tiempo, labrándola en la piedra y manifestándome en sus sentidos corporales, para vencer su materialismo. 7. Nuevamente la humanidad se apartó de mis mandatos y tuve que llegar a los hombres para doctrinarlos. No fue suficiente que os hubiese dado mi Ley en aquella forma material, ni tampoco encerraba ella todo lo que el Padre tenía que deciros; y así, os envié a Jesús por quien escucharíais al Verbo de Dios. El habló a vuestro corazón; aquel Maestro conocía los caminos que conducen hasta lo más íntimo del ser humano y con sus palabras, con sus obras y con su sacrificio en la cruz, conmovió las fibras dormidas despertó vuestros sentimientos aletargados, sabiendo que sin esa preparación, no llegaría el tiempo en el que el hombre escuchara en su propio espíritu la voz de su Señor, al que ahora tenéis entre vosotros como os fue anunciado. 8. Es vuestro Dios quien os habla, mi voz es la Ley; hoy la escucháis nuevamente sin que sea necesario labrarla en piedra, ni tener que enviaros a mi Verbo encarnado entre vosotros. Es mi voz divina la que llega a vuestro espíritu y le revela el principio de una era en la cual el hombre se justificará, se reconciliará con su Creador y se purificará como está escrito. 9. No interpretéis mal mis palabras, diciendo que la Ley del Primer Tiempo fue la Ley de la carne y que la del Segundo, habló solamente a vuestro corazón; porque Yo he tocado en cada tiempo la parte más sensible y desarrollada de vuestro ser, para manifestarme allí y hacerme sentir; mi Ley siempre ha hablado a vuestro espíritu, porque es él quien conduce a la materia en la vida humana. 10. Cuando algunos de mis discípulos en el Segundo Tiempo vieron la transfiguración de su Maestro en el Monte Tabor, contemplando que a su diestra aparecía Moisés y a su siniestra Elías, cayeron por tierra sobrecogido su ánimo ante la grandeza incomparable de lo que sus ojos estaban contemplando. Yo les advertí después que guardaran ese secreto para darlo a conocer cuando su tiempo fuera llegado; porque era necesario que antes Yo partiese de este mundo, para que cuando se os diesen a conocer estas enseñanzas, comprendieseis que ellas os hablaban anunciándoos el futuro. 11. ¡Ah, si la humanidad de este tiempo comprendiese el sentido de aquella transfiguración y entendiese que el testimonio de mis discípulos era para los hombres de este tiempo, cuán grande sería su adelanto! El cincel que labró mis mandamientos en la piedra en el monte Sinaí, es el mismo que ahora viene a escribir en vuestro corazón los pensamientos divinos; la sangre de vuestro Salvador que fue la lección que os habló de amor, de resurrección, de vida eterna y de dicha suprema, es la misma que vierto ahora en la esencia de esta palabra; y la profecía y potestad con que Elías asombró a los hombres, son las mismas que habéis tenido presentes en las manifestaciones que os estoy concediendo en este tiempo. 12. La lucha de mis discípulos de esta Era, para lograr que se establezca mi Ley en la Tierra, será mayor que nunca; y para que llegue a reinar en el mundo la espiritualidad, de la cual proviene toda justicia, todo el amor y la razón, antes habrán de beber los pueblos y las naciones del mundo, un cáliz muy amargo. 13. Será entonces cuando quede destruido para siempre el becerro de oro, abolidos los sacrificios inútiles, cuando ya no sean objeto de lucro los bienes espirituales, los cuales no cambiaréis por bienes terrenales. Será hasta que el hombre haya alcanzado la evolución plena de su espíritu y sepa respetar en sí mismo los dones preciosos con los que su Padre le ha agraciado desde el principio de su formación. 14. Para ayudaros a alcanzar ese grado de espiritualidad, es por lo que ahora vengo a entregaros la savia de mi palabra, el fruto de buen sabor. Soy el Padre amoroso que viene a entregaros pan y abrigo para vuestro cuerpo y para el espíritu, la luz que os guie, para que de ella entreguéis a vuestros hermanos. Mi bálsamo de curación también es con vosotros; los unos lo recibirán de lleno y en otros, serán atenuados sus dolores. Los unos lavarán sus propias culpas, más los otros con sus ejemplos ayudarán a la purificación de sus semejantes. 15. ¿Queréis mi fortaleza? Cumplid mis mandatos, amad mi Ley porque sois responsables de la humanidad. Sois los doctrinados y ante vosotros se presenta el camino que Elías ha venido a preparar. Caminad con paso lento, con paso de mansedumbre. 16. Sois los hijos de la luz; no dejéis que la tentación os haga caer en sus redes. 17. Imitad a los apóstoles del Segundo Tiempo que hablaron del Padre a las multitudes y éstas reconocieron a su Dios y Señor en las obras de sus enviados. Así quiero contemplaros, ya es tiempo de que os entreguéis de lleno a predicar mi verdad. 18. Apartaos de las obras superfluas de los hombres y gobernad la envoltura. No permitáis que ella os gobierne. Así, después de esta lucha, os veré llenos de regocijo y paz. 19. Luchad y trabajad, Israel, analizad y comprended que con estas enseñanzas os estoy entregando las vestiduras blancas, para que vayáis por los caminos del mundo cumpliendo vuestra misión. 20. Grande es la jornada que tengo señalada al espíritu para su preparación, restitución y cumplimiento. Cuando alcancéis a comunicaros espiritualmente conmigo, os sentiréis fuertes para la lucha y aprenderéis a abriros paso en el camino venciendo los obstáculos que en él se os presenten. 21. ¿Queréis formar parte de mi apostolado? ¿Queréis ser contados entre mis discípulos? Perseverad entonces en el estudio, haced que vuestra preparación vaya en aumento, para que pronto llevéis mi palabra a vuestros hermanos. 22. El espíritu de los hombres ha evolucionado, por eso es que ha progresado su ciencia; le he permitido que conozca y descubra lo que ayer ignoraba, pero no debe dedicarse solamente a las labores materiales, le he concedido esa luz para que labre su paz y felicidad en la vida espiritual que le espera. 23. En medio de este mundo formado por diversas criaturas, el hombre es el ser predilecto, a quien le he dado una parte de mi espíritu y el derecho de comunicarse conmigo, de llevarme en su ser, para que sintiéndome tan íntimamente ligado a él, nazca en su espíritu la confianza y la fe en mi Divinidad. 24. La finalidad de la creación de este mundo es el hombre, para su complacencia he puesto a los demás seres y elementos, a fin de que se sirva de ellos para su conservación y recreo, más si él me hubiese amado y reconocido desde los primeros tiempos, desde su infancia espiritual, hoy formaría parte de un mundo de grandes espíritus, en donde no existiría la ignorancia ni habría diferencias, en donde todos seríais iguales en el saber y en la elevación de vuestros sentimientos; pero ¡Cuán lentamente evoluciona el hombre! ¡Cuántos siglos han pasado desde que él vive en la Tierra y aún no ha alcanzado a comprender su misión espiritual y su verdadero destino! No ha podido descubrir en sí mismo a su espíritu que no muere porque tiene vida eterna; no ha sabido vivir en armonía con él, ni le ha reconocido sus derechos, y éste, privado de su libertad, no ha desarrollado sus dones y se encuentra estacionado. 25. Hoy, ante los acontecimientos que el mismo hombre ha provocado, ante la guerra y el desbordamiento de todas las pasiones del materialismo, se encuentra confundido porque no sabe ni puede detener la maldad y se pregunta asombrado el porqué de ese resultado; porque el hombre se ha desviado del camino de su evolución espiritual y se precipita en su abismo, sin que haya poder humano que pueda contener esa fuerza. 26. Este mundo, formado con tanto amor para que fuera el hogar temporal de mis hijos, se ha convertido en un valle de zozobra, de angustia y de muerte; solamente la práctica del amor y de la virtud podrá salvarlo; por eso estoy reuniendo a todas las tribus dispersas de Israel para preparar su espíritu y enviarlo a luchar, hasta alcanzar la salvación y la espiritualidad del linaje humano. 27. Todo el que ha llegado a Mí y ha oído mi palabra, pertenece a ese pueblo tan antiguo y numeroso, y ya que os hago conocer estas lecciones, comprenderéis que vuestros dones han permanecido latentes y que en este tiempo es cuando vuelven a resurgir llenos de la fuerza que os da el amor. Vuestro destino ha sido señalado desde el principio de los tiempos, para que seáis los que veléis por la humanidad y le comuniquéis los mensajes que de tiempo en tiempo he venido dándoos a conocer. 28. Llegará el momento en que toda la humanidad esté compuesta por discípulos míos, en que me comprendáis y analicéis fácilmente mi palabra, los soberbios descenderán de su pedestal para estar conmigo y los sabios me reconocerán como su Maestro. 29. Quiero contemplaros a todos en el camino de la espiritualidad, adquiriendo fortaleza y temple en las pruebas para que a medida que vayáis escalando, Yo os revele el caudal de sabiduría contenida en el libro que he venido a mostraros. 30. Si vais a convertiros en maestros, debéis de prepararos. Borrad de vosotros toda huella de idolatría y enseñad un culto espiritual, respetuoso y sincero, basado únicamente en el amor. 31. Mi palabra, aun cuando vuestra memoria no os fuese fiel, está en vuestra conciencia, de donde no se borrará jamás. Vuestro espíritu hablará y será un manantial de sabiduría que al desbordarse llevará la luz entre vuestros hermanos, en vuestro camino de evolución. 32. Recreaos con mi presencia que Yo también gozo dándoos mi enseñanza. Estudiad en el libro y conoced la explicación de todo lo que no habéis comprendido. Percibid la esencia de la lección que vengo a revelaros. Si os preparáis, seréis la luz en las tinieblas que hoy envuelven a la humanidad. 33. Siempre me tenéis esperando vuestra comunión espiritual. Todo el que se purifique y se eleve a Mí, sentirá que se ha desposado conmigo y Yo guiaré sus pasos por el mejor camino. 34. Muchos se preguntan por qué he vuelto a la Tierra, si ya os había doctrinado con mi palabra en el Segundo Tiempo; mas habíais olvidado mi Ley y os he encontrado naufragando en un mar de ignorancia. He luchado para llevaros al camino de la paz y la verdad, os ofrezco un báculo para que os apoyéis porque estáis cansados de peregrinar sin un guía y por eso he venido a ayudaros. 35. Estoy reuniendo a mis nuevos apóstoles, que no serán doce sino ciento cuarenta y cuatro mil, y cada uno de ellos deberá manifestar mi Doctrina; todos hablarán y serán como heraldos que den la buena nueva, de que el Maestro ha vuelto a como Espíritu Santo. 36. Desde 1866 busco entre la humanidad a los nuevos discípulos y les preparo para que lleven con sumisión mis mandatos y sean precursores de nuevos apóstoles que han de venir a Mí. 37. Llegará el día en que la humanidad tenga noticias del pueblo de Dios y os buscarán para pediros luz y otros para combatir con sus conceptos vuestro saber. No quiero que sintiéndoos pobres y humildes, os dejéis sorprender por aquellos que hablen con lenguaje florido y que os presenten teorías que sólo revelarán confusión o escasa luz. Vosotros que conocéis la verdad de esta palabra, porque sabéis que es mi revelación como Espíritu Santo, no os dejéis confundir. 38. Tampoco quiero que os ocultéis por temor, sino que os enfrentéis a los que soliciten vuestra ayuda; para todos tendréis palabras de amor que los despierten y conmuevan y que les hagan sentir mi presencia. Así seréis reconocidos. 39. Cerca de vosotros está Elías, cumpliendo la gran misión que le he encomendado, que es la de inspiraros la regeneración, para que os levantéis en busca de la paz, de la enmienda y de la perfección espiritual. 40. Pronto descansaréis de vuestro trabajo, esta gran Obra se está llevando a cabo con la ayuda de muchos espíritus, a cada uno de los cuales he señalado una misión determinada. 41. Vosotros que me seguís sois mi ejército y Yo soy vuestro Padre que se ha empeñado en dar salvación a sus hijos, voy delante de vosotros para guiaros, ¿Queréis seguirme? Vuestro corazón me dice que sí y Yo recibo vuestro anhelo. Mirad que no exijo más de lo que podéis hacer con vuestros dones si sabéis usarlos y si de verdad me amáis. 42. La Ley espiritual es antes que la humana, por lo tanto, debéis de darme vuestro tributo antes que al mundo. Mirad la Naturaleza con sus campos y montañas, sus mares, selvas y desiertos, toda ella está tributando en todo momento su ofrenda al Creador que le ha dado vida y le sustenta. Todos me manifiestan su tributo dando testimonio de Mí. ¿Por qué vosotros no me ofrecéis un culto digno? ¿Por qué pedís mi presencia, para después dudar de Mí? 43. Preparaos para que analicéis vuestra naturaleza espiritual y comprendáis mi palabra. Penetrad en mi enseñanza, escudriñad, os lo permito, interrogadme, pero llegad a Mí; entregaos a Mí con esa confianza que tenéis cuando sois niños y seguís por doquiera a vuestros padres, así amad y confiad en vuestro Padre Celestial. 44. No quiero que derraméis llanto, ni que me hagáis sufrir. Mucho habéis llorado y transitado por el desierto. No heredéis a vuestros hijos esa simiente de sufrimiento que habéis llevado. Dejad que esos seres vengan a contemplar una vida de rectitud, de trabajo y de cumplimiento a mi Ley, para que vean florecer la paz y el bienestar. 45. ¿Por qué os sorprendéis, pueblo, del prodigio que he venido a mostraros en este tiempo, al comunicarme por medio del entendimiento del hombre? Mayores obras hice en los tiempos pasados y las creísteis. 46. Sé que la causa de vuestra extrañeza, se debe a vuestro alejamiento de las enseñanzas espirituales, porque hace tiempo que sólo creéis en lo que miráis, en lo que tocáis y en lo que probáis por medio de vuestra ciencia. 47. En la Primera Era, cuando Israel leía las escrituras, meditaba en la Ley y oraba en espera del Mesías prometido, su vida estaba llena de señales y manifestaciones espirituales, su corazón era sensible a los mensajes que el Señor le enviaba y creía en todo ello porque tenía fe. 48. Pero no creáis que todos los hijos de aquel pueblo sabían recibir los divinos mensajes, no; los ricos avaros nada sentían, no veían, ni escuchaban, así como los sacerdotes, que teniendo abierto ante sus ojos el libro de las profecías, tampoco percibían la vida espiritual sobre los hombres, porque cegados y ensoberbecidos en el lugar que ocupaban, no podían escuchar los llamados del Señor que ya se acercaba. 49. ¿Quiénes eran entonces, los que en las noches en Judea oraban, velaban y recibían en su corazón la luz que enciende la esperanza? ¿Quiénes eran los que tenían sueños proféticos y sabían presentir con el corazón y daban a las escrituras la interpretación espiritual? Eran los humildes, los pobres, los esclavos, los enfermos, los hambrientos de luz, los sedientos de justicia, los necesitados de amor. 50. Era la gente del pueblo, los hombres y las mujeres de corazón sencillo, los que por siglos habían esperado a su Salvador. 51. La noche en que Jesús nació a esta vida, fueron los corazones de los pobres pastores de Belén los que se estremecieron ante el emisario espiritual del Señor, que les hizo saber que ya había llegado su Salvador por tanto tiempo esperado. 52. En esta hora solemne los ricos, los señores y los poderosos dormían. 53. También en este tiempo, mientras mi Rayo descendió a los hombres para darles por vez primera mi mensaje, los grandes, los señores, los ricos, los sabios y los teólogos, dormían profundamente. 54. ¡Cuán pocos me esperaban y cuán pocos creyeron en mi presencia! 55. Mas aquellos que a Mí vinieron, fueron hombres y mujeres de corazón sencillo, de humilde entendimiento, de los que se burlan los incrédulos porque creen en manifestaciones sobrenaturales y hablan de enseñanzas extrañas. - 56. No juzguéis mal a los que su falta de preparación los hace caer en error, dado que por lo menos conservan la intuición de lo espiritual, que es la prueba de un anhelo oculto de comunicarse con su Padre, de aproximarse al mundo de la luz, de recibir de Él, una palabra de amor. 57. Estos pobres a quienes no ha deslumbrado el falso brillo del mundo, son los que tienen intuición, los que presienten, los que sueñan, los que dan testimonio de lo espiritual y Yo les he buscado para abrir ante sus ojos el libro de la sabiduría, colmando así sus anhelos de saber y de verdad. 58. Les he hecho sentir mi presencia y también la proximidad del mundo espiritual como un premio a su esperanza y a su fe. 59. También les he hablado de sus dones, de su misión, del valor de mi Doctrina, para que aparten de su corazón todo lo que no pertenezca a esta Obra, y para que su testimonio llegue limpio y pleno de luz al corazón de sus hermanos. 60. Levantaos, Israel, y escalad la montaña espiritual, que Yo soy ahora vuestro Cirineo. En este tiempo todos me ayudaréis con la cruz que llevo a cuestas por amor a la humanidad. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 16 1. La paz del espíritu y del corazón, sea en todos los que se amen. En este día de gracia venís a recibir la inspiración del Maestro la cual es captada por el cerebro de estas criaturas preparadas y destinadas por Mí, para que trasmitan a la humanidad mi Divino Mensaje. 2. Recibid en este día mi caricia espiritual, oh multitudes; os doy la bienvenida y os lleno de gracia. 3. Oíd, discípulos: Daos cuenta de que un átomo de mi presencia está manifestándose entre vosotros. Una vibración de la potencia divina os está doctrinando. Un efluvio de su esencia universal os está iluminando. No ha existido tiempo alguno en el cual la manifestación de Dios no haya sido. En todos los tiempos, en todas las edades fue, es y será esa vibración divina. En el curso de los tiempos el Padre » ha dejado de entregaros la caridad de su amor, porque en su Espíritu como en la creación, todo vibra, todo es actividad y vida. Y los acontecimientos de este mundo, son eco y reflejo de la vida espiritual. 4. En el transcurso de los siglos Dios no ha abandonado a la humanidad, porque uno y otra son inseparables. Hoy la voluntad del Padre ha sido comunicarse espiritualmente con el hombre del modo que estáis contemplando y oyendo, porque ha llegado el tiempo en que debéis preparaos para recibirme de espíritu a Espíritu. 5. Mas, aún no tenéis sensibilidad espiritual y es por eso que no percibió con claridad la inspiración divina. 6. Antes de que el Padre se manifestase en Jesús a la humanidad, os enviaba sus revelaciones, sirviéndose de formas y sucesos materiales. Por el nombre de Cristo conocisteis a quien manifestó el amor de Dios entre los hombres, más cuando Él vino a la Tierra, antes ya se había manifestado como Padre, por lo tanto no debéis decir que Cristo nació en el mundo, quien nació fue Jesús, el cuerpo donde se albergó Cristo. 7. Meditad y concluiréis por comprenderme, aceptando que antes que Jesús, ya era Cristo, porque Cristo es el amor de Dios. 8. Definido así, no os confundáis, dejad de sumergiros entre las turbias aguas de antiguas y erróneas interpretaciones que lleváis por tradición. Estáis cubiertos de velos de ignorancia que Yo vengo a rasgar con la luz de mi palabra, para que la sabiduría penetre en vosotros. 9. No olvidéis, por lo tanto, que Cristo es el amor de Dios, por eso cuando Él se manifesté a través de Jesús, os turbasteis y os confundisteis; y aun mirando sus prodigios no le creísteis, porque es infinito su poder para que lo comprenda vuestra limitada razón. Por eso es que unos me niegan otros se confunden y otros más me estudian y analizan de acuerdo con su manera de pensar y de entender. Pocos, muy pocos son los que algo alcanzan a comprender a Jesús y a Cristo, os digo esto porque encuentro poco amor en los corazones, ya que no os amáis ni entre hermanos. 10. Amad a vuestro prójimo como a vuestro propio hijo y entonces será cuando comencéis a comprender a Jesús, le amaréis, le sentiréis y tendréis que reflejar a Cristo en vuestras obras. Sin embargo, vuestro espíritu me conoce algo más, por eso es que unos buscáis al Mesías, otros buscáis al Dios Todopoderoso, para que os dé un rayo de luz y de esperanza que venga a calmar vuestras penas y os aliente en el anhelo de acercaros cada vez más a Él. Es que vuestro espíritu a través de la conciencia tiene el recuerdo de su Creador, de Cristo que jamás ha dejado de buscaros y de amaros, oh humanidad, porque os vuelvo a decir que la manifestación espiritual no ha dejado de existir, ni dejará jamás de ser. 11. Los iluminados de los tiempos pasados siempre vieron resplandores de luz, siempre escucharon mi palabra. Los profetas, los inspirados, los precursores, los fundadores de doctrinas de elevada espiritualidad, han dado testimonio de que oían voces que parecían salir de las nubes, de las montañas, del viento o de algún lugar que no podían precisar; que oían la voz de Dios como si saliera de lenguas de fuego y en ecos misteriosos. Muchos oían, veían y sentían por medio de sus sentidos, otros a través de sus atributos espirituales, igual acontece en este tiempo. 12. De cierto os digo: Aquellos que recibían mis mensajes con sus sentidos corporales, interpretaban espiritualmente la inspiración divina, y lo hacían según su preparación material y espiritual, de acuerdo con el tiempo en que estuvieron en el mundo, tal como ocurre ahora en los instrumentos humanos que llamáis portavoces o facultades. Mas debo deciros, que lo mismo en los tiempos pasados como en los presentes, han mezclado a la pureza de las revelaciones divinas sus propias ideas o las que a su alrededor predominaban, y a sabiendas o ignorándolo, han alterado la pureza e ilimitada esencia de la verdad, que es, de cierto os digo, el amor en sus más altas manifestaciones. 13. Las vibraciones e inspiraciones espirituales fueron en ellos y tanto los primeros como los postreros han dado y darán testimonio de esa inspiración, que llegó a su espíritu de la voz que les habló casi siempre sin saber cómo, en igual forma en que hoy ocurre a muchos y como ocurrirá mañana a otros más. 14. Las palabras, las interpretaciones y la forma de actuar se deben a los hombres y a los tiempos en que viven, pero sobre de todos está la Suprema verdad. 13. Vosotros, por falta de preparación espiritual, necesitáis que la inspiración divina se materialice y os despierte de vuestro letargo. Los espíritus adelantados no han necesitado de esta forma de manifestación. 16. Todo lo espiritual en el Universo es fuente de luz, visible o invisible para vosotros; y esa luz es fuerza, es potencia, es inspiración. De las ideas, palabras y obras, también brota luz, según la pureza y la elevación que ellas tengan. Mientras más elevada es la idea o la obra, será más delicada y sutil su vibración y la inspiración que despida, aunque también es más difícil que puedan percibirla los esclavos del materialismo; sin embargo, el efecto que ejercen espiritualmente los pensamientos y las obras elevadas, es grande. 17. La materialidad es contraria a la espiritualidad, más entended que me refiero a la materialidad que os induce a errores, vicios, degeneración, bajas pasiones. 18. Aunque la mayor parte de la humanidad pondrá en duda la verdad de mi comunicación con el hombre, de cierto os digo una vez más que dicha manifestación es continua en los espíritus encarnados y desencarnados, desde el primer instante de su formación. 19. Si vosotros, haciendo uso de vuestro ingenio y de vuestra ciencia, que es uno de tantos atributos espirituales que tenéis, habéis logrado transmitir vuestros mensajes salvando distancias. ¿Cómo habéis podido pensar que Dios no pueda transmitir un mensaje al hombre por medio de un aparato humano, sensitivo e inteligente? 20. Porque eso es el cuerpo humano: Un aparato, dotado de tal perfección que no podrá el hombre dar a sus más complicadas y grandes obras científicas. Fijaos bien en mi palabra, os hablo de la materia del hombre no de su espíritu, porque el espíritu, aunque no podrá alcanzar el poder de su Padre, si podrá hacer mayores obras que las que pueda producir su limitado cuerpo humano. 21. Si vuestra reducida inteligencia ha logrado alcanzar conocimientos y ha creado invenciones que, según vosotros son maravillosas, ¿Qué no podréis alcanzar con vuestro espíritu y de qué obras no será capaz vuestro Señor? 22. Pobre idea tiene de su Dios, quien le cree más pequeño que los seres. 23. ¿Por qué os extraña que Dios os envíe su luz que es sabiduría y que esté vibrando sobre todos vosotros y haya creado una forma de comunicación con sus hijos? ¿Por qué os imagináis que algo es imposible para vuestro Dios, si vosotros mismos decís que todo lo sabe y que todo lo puede? ¿Si así me creéis, por qué os contradecís tan fácilmente? ¿Vais a exigirme que cada vez que quiera hablaros mande a Jesús para que lo clavéis en un madero? 24. De cierto os digo, que ni vosotros mismos os dais cuenta de cómo queréis que me haga sentir en vosotros. 25. Para complaceros os digo, que si no queréis que me sirva de materias pecadoras para entregaros mi amor, mostradme un justo, un limpio, presentadme uno que entre vosotros sepa amar y os aseguro que me serviré de él. Comprended que me sirvo de pecadores, para atraer a los pecadores, porque no vengo a salvar a los justos, ésos ya están en el reino de la luz. 26. Es verdad que sois pecadores; pero Dios no desprecia ni olvida a nadie, a pesar de que vosotros creáis lo contrario. ¿Por qué os habéis hecho tan ciegos, que todo lo queréis juzgar por un instante de vuestra vida material? Sois vosotros los que os despreciáis y os olvidáis de vosotros mismos, por eso es que os sentís débiles y fatigados. 27. ¿Creéis que Dios se olvide de sus criaturas muy amadas, aun cuando éstas sean desobedientes, si siempre me necesitan y me llaman? 28. Mucho pecáis y delinquís y mucho me habéis olvidado; pero infinitamente más grande que todas las faltas de vuestra existencia, es el amor del Padre Celestial para todos sus hijos. 29. Más debo seguir hablándoos de mi manifestación, para que os libréis de todas vuestras dudas. Muchos de vosotros aceptáis lo que os han dicho mis iluminados, a saber: Que Dios les hablaba por las nubes, por el fuego, por el agua, por el viento y Yo os pregunto: ¿Qué os parece más justo, hablar al hombre por medio de estos elementos o por medio de él mismo? 30. ¿Dónde está vuestro análisis que no os sirve para comprender las lecciones más sencillas? 31. ¡Oh varones y mujeres del mundo que habéis olvidado en vuestras ciencias lo único que puede haceros sabios y felices; os habéis olvidado del amor que todo lo inspira, del amor que todo lo puede y todo lo transforma! Vivís dentro del dolor y de las tinieblas, porque al no practicar el amor que os enseño, origináis vuestro sufrimiento material a espiritual. 32. Para descubrir y comprender mis mensajes, necesitáis primero ser bondadosos y mansos de corazón, virtudes que existen en todo espíritu desde el instante de su formación, más para llegar a sentir el verdadero sentimiento elevado del amor, necesitáis espiritualizaros, cultivando vuestros buenos sentimientos; pero todo habéis querido tener en la vida, menos amor espiritual. 33. En todo instante vibráis mental y espiritualmente, pero las más de las veces inspiráis egoísmo, odio, violencia, vanidad, bajas pasiones, herís y sentís cuando os hieren, pero no amáis y por lo tanto no sentís cuando os aman, y con vuestros pensamientos insanos vais saturando de dolor el ambiente en que vivís, llenando de malestar vuestra existencia. Y Yo os digo: Saturad todo de paz, de armonía, de amor y entonces seréis felices. 34. El amor siempre ha existido en el Espíritu del Creador, por lo tanto debéis comprender que también de él han sido dotados todos los espíritus. 35. Ahora, a pesar del adelanto de vuestra civilización, os habéis alejado cada vez más de la Naturaleza material, así como también de lo espiritual, de lo puro, de lo que es de Dios, por ello en cada etapa de vuestra vida vais cayendo en mayor debilidad, en mayor amargura a pesar de vuestros deseos de llegar a ser más fuertes y dichosos cada día que pasáis en la Tierra; más daréis un paso en el cumplimiento de mi Ley ¡Oh pobladores del mundo! 36. El Maestro que os ha hablado en todos los tiempos, viene ahora a explicaros su enseñanza por medio de estas lecciones, manifestándose en palabra, en intuición e inspiración; despertando así a vuestro espíritu a la luz de los tiempos venideros. Para entonces tendréis la inspiración divina en diversas formas cada vez más sorprendentes, más elevadas y perfectas para vosotros. 37. Hoy he venido a recordaros que debéis de amaros como Jesús os enseñó. Os recuerdo a Jesús porque en Él fue la encarnación del Amor Universal. 38. En los tiempos de Moisés le fue dada al pueblo una ley de justicia que decía: “Ojo por ojo y diente por diente”. Dicha ley, que hoy os parecería monstruosa y vengativa, era, sin embargo, justa para los hombres de aquellos tiempos. 39. Tiempo después cuando me humanicé en Jesús, me oísteis decir y escrito quedó, que: “Con la vara que midieseis seríais medidos”. Ante esa palabra algunos han preguntado si en esa frase existen el amor, la caridad y el perdón que Jesús predicaba. 40. Tiempo es que Yo mismo os explique el porqué de la ley del Primer Tiempo y el porqué de aquella frase de Jesús, porque muchas de mis lecciones he tenido que dároslas por partes a través de los tiempos. 41. En el principio, cuando las fibras del corazón del hombre eran insensibles al sentimiento del perdón, y el de la caridad y la tolerancia aún dormían en su espíritu, fue necesario que el hombre se protegiese a sí mismo al igual que sus posesiones, amparado por una ley que le diera derecho a usar su fuerza en defensa propia. Como veis, eran preceptos y costumbres primitivas en un pueblo destinado, como todos los pueblos, a evolucionar. 42. La Ley emanada de la palabra de Jesús, llegó más tarde a iluminar la vida de los hombres y os dijo: “Amaos los unos a los otros”, también os revelo que, “con la vara que midieseis seriáis a vuestra vez medidos”, con lo que os dio a entender el Maestro, que aquella justicia que por mano propia se había hecho el hombre, pasaba a ser derecho exclusivo de la Justicia Divina. Entonces el hombre supo que según juzgase, así sería juzgado por Dios, y que según sembrase en la Tierra, así sería la cosecha que recogiera en el más allá. 43. El hombre entonces detuvo su mano homicida, el malvado muchas veces desistió de sus perversas intenciones y el que intentaba hurtar, sabia y sentía que una mirada desde lo infinito lo contemplaba y un juicio desde ese instante le aguardaba. 44. Los siglos han pasado y los hombres conociendo algo más de la divina justicia, aún no han llegado a comprender la verdad y muchas veces se han confundido, llegando a creer que si han pecado gravemente en la Tierra, inexorablemente tendrán que presentarse ante el tribunal de Dios, para recibir un castigo eterno; a lo cual Yo os pregunto: ¿Qué propósito de arrepentimiento y de cumplimiento a mi Ley podrá surgir en quien de antemano se considera perdido? ¿Qué esperanza podrá albergar el que parta de este mundo, sabiendo que las faltas de su espíritu serán eternas? 45. Fue necesario que Yo mismo viniese a apartar de vosotros las tinieblas de vuestras erróneas interpretaciones, y aquí me tenéis. 46. En Jehová creísteis ver a un Dios cruel, terrible y vengativo, entonces el Señor para sacaros de vuestro error os envió a Cristo, su Divino Amor, para que “conociendo al Hijo, conocieseis al Padre” y sin embargo, la humanidad ignorante y envuelta de nuevo en su pecador cree ver un Jesús airado y ofendido que sólo espera la llegada en espíritu de quienes le han agraviado para decirles: “Apartaos de Mí que no os conozco”, y luego enviarlos a padecer los más cruentos sufrimientos en la eternidad. 47. Tiempo es de que comprendáis el sentido de mis enseñanzas para que no os confundáis: el Amor Divino no os impedirá llegar a Mí si no restituís vuestras faltas, será el juez inexorable de vuestra conciencia quien os diga que no sois dignos de penetrar al reino de la luz. 48. Mas aquí me tenéis nuevamente, humanidad, en Espíritu, como os lo prometí. 49. Mirad la luz del Espíritu de Verdad cómo ilumina y despierta a los que habitan en las tinieblas. 50. Más a los que presencian esta manifestación les digo: Escuchad con atención mi palabra porque ella viene a abriros sendas de luz y a esclareceros la verdad que debéis de conocer. 51. Cierto es que en la vida es menester saldar toda deuda ante Dios, más el pago, el tributo o la ofrenda que a Él deis, en realidad no es para Él, sino para quien se lo ofrezca. 52. Si le ofrecéis pureza, ella será en beneficio vuestro, si le presentáis obras meritorias, ellas serán las galas que enaltezcan a vuestro espíritu ante la presencia de Dios. Si pecáis y luego os arrepentís y reparáis vuestras faltas, la paz del espíritu y la dicha que existe en el que practica el bien, serán vuestro galardón. 53. Si muchas veces permito que apuréis el mismo cáliz que disteis a vuestros hermanos, es porque hay quienes solamente así comprenden el mal que causaron y pasando por la misma prueba que hicieron pasar a otros, conocerán el dolor que hicieron sentir, ello hará luz en su espíritu y hará brotar la comprensión, el arrepentimiento y por consiguiente el cumplimiento a mi Ley. 54. Más si queréis evitar pasar por el dolor sin apurar el cáliz de amargura, podéis lograrlo saldando vuestra deuda con arrepentimiento, con buenas obras, con todo lo que vuestra conciencia os diga que debéis hacer. Así saldaréis alguna deuda de amor, devolveréis una honra, una vida o la paz, la salud, la alegría o el pan, que alguna vez hubieseis robado a vuestros hermanos. 55. Ved cuán distinta es la realidad de mi justicia, de aquella idea que os habíais formado de vuestro Padre. 56. No olvidéis que si he venido a deciros que ninguno de vosotros se perderá, también es cierto que os he dicho que toda deuda deberá quedar saldada, y toda falta borrada del Libro de la Vida. A vosotros toca elegir el camino para llegar a Mí. 57. El libre albedrío aún es vuestro. 58. Si preferís la ley del Talión de los antiguos tiempos, como aún la están practicando los hombres desde sus orgullosas naciones, ved sus resultados. 59. Si queréis que la vara con que medís a vuestros hermanos, os mida también, ni siquiera esperéis vuestra entrada en la otra vida para recibir mi justicia, que aquí cuando menos lo esperéis, os veréis en el mismo trance en que pusisteis a vuestros hermanos; más si queréis que una ley más elevada, venga en vuestra ayuda, no sólo para libraros del dolor, que es lo que más teméis, sino también a inspiraros los nobles pensamientos y buenos sentimientos, orad, llamadme, e id luego a vuestro camino a luchar para ser cada vez mejores, para ser fuertes en las pruebas, en una palabra, para llegar a pagar con amor la deuda que tenéis con vuestro Padre y con vuestros semejantes. 60. El llamado de amor que ahora escucháis de labios de los portavoces, es precursor de grandes acontecimientos para la humanidad. Estos mensajes son destellos de la sabiduría que en el futuro se manifestará a los hombres. Es el principio del despertar de todos los espíritus. Es la preparación para la Era de la Espiritualidad, el tiempo en el que os redimiréis en el amor de vuestro Padre Celestial. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 17 1. Pueblo amado: aquí tenéis un mensaje más del Divino Maestro, el cual os hará dar un paso adelante en la comprensión de mis enseñanzas; porque no debéis deteneros en el sendero del progreso espiritual. 2. No vengo a fomentar hábitos de estacionamiento o retroceso en vosotros. Yo siempre os conduzco al camino de evolución. 3. Mi palabra os trae manjares variados, todos de exquisito sabor espiritual. 4. Habéis pronunciado con vuestros labios: “Gloria a Dios en las alturas”, mas ¿Cuándo le habéis glorificado con vuestras obras? Os habéis adorado a vosotros mismos y habéis glorificado a vuestros ídolos, pero a Dios, a vuestro Creador, ¿Cuándo? Jesús fue quien con su vida glorificó a su Padre y es a Él a quien debéis imitar. 5. También habéis dicho: “Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad” y de cierto os digo que, aún a los de mala voluntad Yo les he dado paz; mas, vosotros, decidme: ¿Cuándo habéis dado paz? Muchos siglos tenéis de repetir las palabras de ese salmo, con el cual el pueblo recibió en Jerusalén a su Señor, y es lo único que la humanidad ha hecho desde entonces: repetir aquellas palabras, porque con sus obras hace todo lo contrario. 6. Decid vosotros esas frases si queréis, pero comprended que ni ésas ni otras palabras tienen virtud alguna mientras no las sintáis en vuestro corazón; cuando las sintáis, manifestadlas en buenas obras a vuestros hermanos, con dulzura y humildad, y entonces Yo os responderé con mi amor infinito, haciendo vibrar vuestro espíritu con la gracia inmaculada de mi paz. 7. Así vengo a hablaros ahora como Espíritu Santo. Son otros los tiempos y por lo tanto, otra debe ser la preparación de los hombres. 8. Dejad las oraciones verbales y las supersticiones y entregaos a Mí, al Maestro, al Padre, que siempre os recibiré y os comprenderé. 9. Orad, sí, pero con el corazón preparado, habladme con el espíritu, tal como lo sintáis en este momento; llegad a Mí con el pensamiento lleno de amor, pero acercaos, habladme como discípulos o como párvulos y os haré sentir mi sabiduría y mi amor. 10. Pedidme con humildad, más nunca pidáis milagros ni esperéis recibirlos. 11. El milagro, según vosotros lo entendéis, no existe; no hay nada contradictorio entre lo divino y lo material. 12. A Jesús atribuís muchos milagros y de cierto os digo, que sus obras fueron el efecto natural del amor, de esa divina fuerza que estando latente en cada espíritu, vosotros aún no la sabéis usar, porque no habéis querido conocer la virtud del amor. 13. ¿Qué existió en todos los prodigios que realizó Jesús, sino amor? 14. Escuchad discípulos: Para que el amor de Dios se manifestara a la humanidad, era necesaria la humildad del instrumento, y Jesús fue siempre humilde, y como de ello vino a dar ejemplo a los hombres, os dijo en una ocasión que sin la voluntad de su Padre Celestial, nada podría hacer. Quien no penetre en la humildad de esas palabras, pensará que Jesús fue un hombre como cualquiera, pero la verdad es que Él quería daros una lección de humildad. 15. Él sabía que esa humildad, esa unidad con el Padre, le hacía todopoderoso ante la humanidad. 16. ¡Oh inmensa y hermosa transfiguración que da el amor, la humildad la sabiduría! 17. Ahora sabéis por qué Jesús, aun diciendo que nada podía hacer si no era por la voluntad de su Padre, en realidad todo lo podía, porque fue obediente porque fue humilde, porque se hizo siervo de la Ley y de los hombres, y porque supo amar. 18. Reconoced entonces que, conociendo vosotros mismos algunas de las virtudes del amor espiritual, no lo sentís y por eso no podéis comprender el porqué de todo lo que llamáis milagro, o misterio, y que son las obras que hace el divino amor. 19. ¿Qué enseñanzas os dio Jesús que no fuesen de amor? ¿Qué ciencia, prácticas o conocimientos misteriosos empleó para dejaros sus ejemplos de poder y sabiduría? Sólo la dulzura del amor con la cual todo se puede hacer. 20. Nada hay contradictorio en las leyes del Padre, sencillas por sabias y sabias por estar saturadas de amor. 21. Entended al Maestro, Él es vuestro Libro. 22. Jesús niño dejó asombrados a los llamados doctores de la Ley; Jesús predicador, os hizo grandes revelaciones para todos los tiempos. Jesús Redentor, selló sus palabras con su vida, con su sacrificio supremo en la cruz. 23. Ahora bien, discípulos amados, si en verdad queréis ser grandes y fuertes en espíritu ¿Por qué no me imitáis en las obras que hice a través de Jesús? Él os dijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, mostrándoos con mansedumbre y humildad la obediencia ante la voluntad divina ¿Cómo tendrá que ser la humildad que deberéis mostrarme? 24. Escuchad: Dios, el Ser Supremo, os creó “a su imagen y semejanza”, no por la forma material que tenéis, sino por las virtudes de que está dotado vuestro espíritu, semejantes a las del Padre. 25. Cuán agradable a vuestra vanidad ha sido el creeros la imagen del Creador. Os creéis las criaturas más evolucionadas hechas por Dios y estáis en grave error al suponer que el Universo se hizo sólo para vosotros. ¡Con cuánta ignorancia os llamáis a vosotros mismos los reyes de la creación! 26. Comprended que ni siquiera la Tierra está hecha solamente para los hombres. En la escala interminable de la creación divina, existe un número infinito de espíritus que van evolucionando en cumplimiento a la Ley de Dios. 27. Los fines que todo ello encierra y que como hombres, aunque quisiereis, no podríais comprender, son grandes y perfectos como todos los propósitos de vuestro Padre, más en verdad os digo, que no sois vosotros ni las más grandes ni las más pequeñas criaturas del Señor. 28. Fuisteis creados, y en ese instante vuestro espíritu tomó vida del Omnipotente, llevando en sí tantos atributos, como os eran necesarios para cumplir una delicada misión dentro de la Eternidad. 29. Ni aún ahora sabéis todas las facultades que os dio el Padre, pero no temáis porque las conoceréis más tarde. 30. ¿Sabéis acaso de la existencia de los grandes espíritus, que han sido destinados para velar por la armonía de todo lo creado, ocupados siempre en sublimes misiones ignoradas por vosotros? No, por eso vuelvo a deciros que vuestros espíritus no son los más evolucionados, solamente han desarrollado en forma limitada los atributos que Dios os ha concedido. 31. Sin embargo, esos atributos bastarán para llevaros felizmente a la cumbre que os corresponda si guiáis vuestros pasos por la senda recta y luminosa que os señala mi Ley. 32. He venido a ayudaros. El tiempo es ahora de restitución, despertad, levantaos. 33. Habéis pecado, adulterado, delinquido, y ahora que os encontráis ante la verdad de mi palabra, la cual os señala vuestros errores, olvidáis vuestras faltas y creéis que vuestro Señor es injusto cuando os habla de pruebas y restitución. 34. Os habéis envuelto en tinieblas de maldad y de ignorancia, impidiendo a vuestro espíritu contemplar la aurora del Tercer Tiempo y cuando vengo a levantaros con la luz de mi palabra, para que contempléis los resplandores del nuevo amanecer, no queréis despertar de vuestro letargo y a veces os levantáis con disgusto. Muchos son los que prefieren dormir en su ignorancia sin querer despertar a la suprema verdad. Prefieren el valle de lágrimas, la peste, el hambre; quieren que se prolongue el largo período de siglos en los que el vicio y la amargura han sido su único aliento, todo esto lo prefieren al dulce llamado que les hace mi amor a través de su conciencia. 35. Me escucháis como si estuviera Yo muy lejos de vosotros, abrís vuestros ojos con pereza; pero no pudiendo comprender el sentido del divino mensaje, porque vuestra mente está saturada de materialismo, preferís vivir en la maldad. En ese instante me olvidáis, me dais la espalda, sólo queréis seguir en el letargo sufriendo. Más Yo os digo que si queréis habitar en ese abismo de materialidad y de ignorancia, si sólo deseáis recoger el sabor de los frívolos placeres y de las bajas pasiones, cuando menos no culpéis a Dios de vuestros dolores. 36. Si no tenéis la grandeza de saber amar a vuestro semejante como os ama vuestro Padre, tened siquiera el valor y la resignación para soportar las consecuencias de vuestras faltas. Si preferís vuestra falsa paz así como vuestras guerras fratricidas, no digáis que Dios así lo quiere, ni claméis al Padre pidiéndole su caridad cuando os sintáis dominados por vuestros enemigos para que El venga a daros el triunfo, con lo que solamente halagaría vuestra vanidad y fomentaría vuestra perversidad, lo cual no está en mi Ley concederos. 37. Si entre risas, placeres y vanidades, los hombres se olvidan de Mí y hasta me niegan, ¿Por qué se acobardan y tiemblan cuando están recogiendo la cosecha de lágrimas que atormenta a su espíritu y a su cuerpo? Entonces blasfeman diciendo que Dios no existe. 38. Es valiente el hombre para pecar, decidido para salirse fuera del camino de mi Ley; más Yo os aseguro que es demasiado cobarde cuando se trata de restituir y de saldar sus deudas. Sin embargo, Yo os fortalezco en vuestra cobardía, os protejo en vuestras flaquezas, os despierto de vuestro letargo, enjugo vuestras lágrimas y os doy nuevas oportunidades para que recuperéis la luz perdida y volváis a encontrar el camino olvidado de mi Ley. 39. Vengo a traeros como en el Segundo Tiempo, el pan y el vino de la vida, lo mismo para el espíritu que para el cuerpo, para que viváis en armonía con todo lo creado por vuestro Padre. 40. En mis caminos florecen las virtudes, en cambio los vuestros están cubiertos de espinos, de abismos y amarguras. 41. Quien diga que los caminos del Señor están llenos de abrojos, no sabe lo que dice, porque Yo no he creado el dolor para ninguno de mis hijos; más los que se han alejado del sendero de luz y de paz, al retornar a él tendrán que sufrir las consecuencias de su falta. 42. ¿Por qué bebisteis el cáliz de amargura? ¿Por qué olvidasteis el mandato del Señor, así como la misión que os confié? Porque sustituisteis mi Ley por las vuestras y ahí tenéis los resultados de vuestra vana sabiduría: Amargura, guerra, fanatismo, desengaños y mentiras que os asfixian y os llenan de desesperación. Y lo más doloroso para el hombre materializado, para el que todo lo somete a sus cálculos y lo sujeta a las leyes materiales de este mundo, es que después de esta vida se encontrará cargando aún el fardo de sus errores y de sus tendencias. Entonces será muy grande el sufrimiento de vuestro espíritu. 43. Sacudid aquí vuestro fardo de pecados, cumplid con mi Ley y venid pronto. Pedid perdón a todos los que hubiereis ofendido y dejad lo demás a Mí, pues corto será vuestro tiempo para amar si en verdad os decidís a hacerlo. 44. Vuelvo a deciros que Yo no os he dejado en el camino abrojos, ni dolor. A través de Jesús os enseñé a apartar de vosotros todas las flaquezas para demostraros mi amor y el poder que él tiene, para enseñaros el verdadero gozo que se encuentra en el espíritu con la verdadera humildad. Y con mi despedida y mi promesa para estos tiempos, os dejé la paz, la luz de la esperanza y el anhelo de mi retorno. Más vosotros no lo quisisteis entender así y seguisteis crucificándome para que Yo siguiese perdonándoos indefinidamente. Pero debéis comprender que mi perdón no os evita las consecuencias de vuestras faltas, porque los errores son vuestros, no míos. Mi perdón os estimula, os consuela porque al fin vendréis a Mí y Yo os recibiré con el amor de siempre; pero mientras no me busquéis por los caminos del bien, del amor y de la paz, ya lo sabéis y no debéis de olvidarlo; el mal que hagáis o que penséis hacer, lo recibiréis devuelto con creces. 45. Estáis cosechando la siembra de vuestro materialismo y aunque quisierais que Yo aprobase vuestras obras os equivocáis, porque soy inmutable en mi Ley, no procedo como vosotros quisierais porque dejaría de ser “el Camino, la Verdad y la Vida”. 46. Vengo a nulificar vuestras leyes erróneas para que sólo os gobiernen las que sean formadas por mis preceptos y estén conforme a mi sabiduría. Mis leyes son de amor, y al proceder de mi Divinidad, son inalterables y eternas, mientras que las vuestras son pasajeras y a veces crueles y egoístas. 47. La Ley del Padre es de amor, de bondad, es como un bálsamo que da consuelo y fortaleza al pecador, para que pueda soportar la restitución de sus faltas. La Ley de amor del Padre, ofrece siempre la ocasión generosa al que delinque, de regenerarse, mientras vuestras leyes por el contrario, humillan y castigan al que se ha equivocado y muchas veces al inocente, al débil. En vuestra justicia hay dureza, venganza y falta de piedad. La Ley de Cristo es de dulce persuasión, de infinita justicia y de suprema rectitud. Vosotros mismos sois vuestros jueces, en cambio Yo soy vuestro defensor incansable; pero es necesario que sepáis que existen dos maneras de pagar vuestros agravios: una con el amor y otra con el dolor. 48. Escoged vosotros, aún gozáis del don del libre albedrío. 49. ¿Queréis dejar de sufrir, humanidad? Amad, haced el bien a vuestro paso, reconstruid vuestra vida. ¿Queréis ser grandes, ser felices? Amad mucho, amad siempre. ¿Queréis llorar, deseáis que la amargura os invada, queréis guerras y desolación? Continuad como estáis viviendo, dejad que en vuestra vida siga enseñoreándose el egoísmo, la hipocresía, la vanidad, la idolatría, el materialismo. 50. Muy claro contempláis el caos entre los hombres, para que no sigáis haciendo la Ley a vuestro gusto. 51. Quiero que discípulos y párvulos de mi Doctrina, lleven la nobleza en su corazón y la limpidez en su entendimiento, porque sólo así estarán capacitados para aprender de Mí y después enseñar a la humanidad. 52. Ahora no vengo a levantar muertos en cuanto al cuerpo, como lo hice con Lázaro en el Segundo Tiempo, hoy viene mi luz levantando a los espíritus que son los que me pertenecen. Y éstos se levantarán con la verdad de mi palabra a la vida eterna, porque vuestro espíritu es el Lázaro que ahora lleváis en vuestro ser y al que Yo resucitaré y sanaré. 53. Ya veis que la justicia divina es de amor, no es de castigo como la vuestra. ¿Qué sería de vosotros si Yo usara de vuestras mismas leyes para juzgaros ante mí, para quien no valen apariencias ni falsos argumentos? Si Yo os juzgase según vuestra maldad, y usara vuestras leyes de dureza terrible ¿qué sería de vosotros? Entonces sí me pediríais con justicia que tuviese clemencia. Mas no debéis temer porque mi amor nunca se marchita, ni cambia, ni pasa; en cambio, vosotros sí pasáis, morís y renacéis, os vais y luego volvéis y así vais peregrinando, hasta que llegue el día en que reconozcáis a vuestro Padre y os sometáis a su divina Ley. 54. Vosotros aquí sois pasajeros, pero Yo soy eterno, vosotros pasáis gimiendo porque os alejáis del sendero que os señala mi Ley, mientras que Yo soy inmutable. 55. Secad vuestras lágrimas, apresurad vuestro despertar y levantaos. Sentid mi presencia en vosotros, es necesario que lleguéis a Mí, porque aún no me habéis conocido, oh pueblo. 56. Vosotros ignoráis el galardón que corresponde al que verdaderamente se arrepiente y retorna a Mí, e ignoráis que no es necesario esperar que llegue vuestra entrada en la morada espiritual, para que recibáis el galardón que os da el amor de Dios. 57. Fue necesario que viniese a hablaros así, porque los hombres se han confundido con el conocimiento adquirido en los libros que han estudiado; en cambio, no han querido oír la voz de su conciencia, la voz de su saber espiritual que los invita a seguir hacia la divina luz de donde surgen todas las sabidurías. 58. Yo os digo: Bien está el estudio útil y bien está la ciencia; pero sobre todo ello está el amor. El amor os dará la inspiración para dignificar y aumentar vuestra ciencia, porque debéis de comprender que todos vuestros conocimientos son tan sólo un mensaje que os da mi amor. 59. Interrogad a vuestros sabios y si son sinceros os dirán que le han pedido inspiración a Dios. Y Yo les daría más inspiración, si me la pidieran con más amor para sus hermanos y con menos vanidad para sí mismos. 60. De cierto os digo que todo lo que habéis acumulado de conocimientos verdaderos, vienen de Mí, todo aquello que tienen de puro y elevado lo voy a usar en este tiempo para vuestro provecho, porque para eso os lo he concedido. Más debéis de tener cuidado, oh pueblos de la Tierra, porque si continuáis haciendo uso de mis lecciones divinas para provocar a los elementos, si los pequeños conocimientos que tenéis los seguís aplicando al mal, recibiréis cuando menos lo esperéis, la respuesta dolorosa y justiciera. Provocáis al aire, al fuego, a la tierra, al agua y a todas las fuerzas y ya sabéis cuál será vuestra cosecha si no rectificáis a tiempo vuestras actividades, para lograr detener a los elementos desencadenados por vuestra insensatez. Os advierto que estáis llegando a colmar la medida que permite mi justicia a vuestro libre albedrío, estáis provocando demasiado a la Naturaleza. Y como sois los pequeños que se sienten grandes, viene esta palabra para advertiros del peligro en que os encontráis. 61. Y la palabra os dice: Hijos míos, dulcificad vuestro corazón, amando a vuestros hermanos, amad a todos vuestros hermanos, amad a todo lo creado. Buscad la reconciliación y la paz entre todos. Si no queréis que os exterminen los cataclismos que vosotros mismos estáis fecundizando, rectificad a tiempo, oh hijos muy amados, calmadlos con vuestro amor, convertidlos en paz. ¡Oh humanidad, si me escuchaseis, de cuántas penalidades os hubieseis librado y Yo hubiese transformado ya a vuestro mundo sin que hubiera necesidad de que sufrieseis! Yo os daría el principio del galardón en esta vida, os daría la paz y la tranquilidad. Intentadlo, hijos míos, para eso he enviado hasta vosotros mi palabra en este tiempo, para libraros del abismo. 62. A vosotros que me estáis oyendo os digo que guardéis en vuestro espíritu lo que os corresponda, y que lo demás lo enseñéis a vuestros hermanos. Lo que es para uno es para todos, por lo tanto, ni una sola de mis ovejas debe carecer del sustento espiritual. 63. Quiero que estéis unidos, para que Yo premie vuestra armonía derramando en todos mis beneficios y mi gracia. Hasta ahora sólo he visto que os unís por breves momentos, mientras tratáis de elevar vuestro culto a mi Divinidad. Convenceos de que unidos por el amor, lograreis hacer obras maravillosas, más en verdad os digo que aún es tiempo de que trabajéis para reconstruir lo que habéis destruido. 64. Mucho es lo que me habéis faltado y ofendido, más Yo os amo, y mayor que vuestras faltas es mi amor. 65. Si me buscáis como Juez, mi juicio es inexorable; si me buscáis como Maestro, es infinita mi sabiduría; si me llamáis como Padre, soy amantísima dulzura; pero en verdad os digo, que aún soy mucho más que todo eso, porque no tengo principio ni fin. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 18 1. Tal como fue anunciada mi nueva manifestación hoy la habéis visto realizada. He venido en espíritu y rodeado de ángeles o espíritus de luz. 2. Los que no conocen aquellas profecías, dudan de mi presencia, más también contemplo entre los que han escudriñado las escrituras, a los que no creen en mi manifestación, porque sus interpretaciones casi siempre son erróneas. 3. A todos los que den a la profecía un sentido material, tendrá que acontecerles lo que al pueblo judío, que esperaba en el Mesías prometido a un rey poderoso de la tierra, y cuando me vio humilde y manso, no creyó en Mí a pesar de las obras que hice ante sus ojos. 4. Quienes me sintieron, me amaron y siguieron, fueron los sencillos de corazón, los mansos de espíritu, los limpios de entendimiento, los que padecían hambre y sed de amor, de justicia y de verdad. 5. A quienes estudian las escrituras de los tiempos pasados, les digo que sólo con espiritualidad en su vida, podrán encontrar la verdad que existe en aquel lenguaje. 6. Yo ayudaré a los que analicen y enseñen la verdad, más a todo aquél de cuyos labios brote la confusión, lo detendré en su camino hasta que corrija sus errores. 7. Por el contrario, a todos los que de limpio corazón siembran mi semilla de luz, explicando la divina palabra y esclareciendo la enseñanza que estaba oculta, a esos les enviaré a las comarcas y a las naciones a propagar mi Doctrina de amor. 8. Los verdaderos propagadores serán sanos de corazón, humildes de espíritu, y por lo tanto, sabrán recibir mi nuevo mensaje con gozo y con fe. 9. Bienaventurados los que así me reciban en su corazón y crean en mi palabra, porque ellos me verán en la nube celestial rodeado de mis huestes espirituales, y aunque no toque el polvo de la Tierra como en el Segundo Tiempo, sabrán sentir mi presencia espiritual; entonces unirán este nuevo mensaje al que no estaba completo porque faltaba agregarle mis revelaciones como Espíritu Santo. 10. Discípulos: Espiritualizaos a fin de que penetréis en el verdadero sentido de mi palabra, para que cuando os encontréis con vuestros hermanos que solamente conocen mis revelaciones del Segundo Tiempo, coincidáis en vuestras interpretaciones y comience la unificación espiritual de la humanidad. 11. Muchas veces enseñáis conceptos erróneos por falta de estudio y penetración en lo espiritual, por eso os encargo que os dediquéis a la meditación de mi enseñanza, para que ya no hagáis obras que creyéndolas buenas, ante el Padre son imperfectas. 12. Reconoced que los responsables de que la humanidad comprenda con claridad el sentido espiritual de mis enseñanzas presentes y pasadas, sois todos los que sentís en el espíritu el hambre de saber, los que habéis penetrado por los caminos del estudio, de la meditación y del análisis. De los que sólo viven de ritos, ceremonias y cultos materiales no puedo decir lo mismo, ellos se satisfacen con lo superficial, porque aún no han conocido el sabor del fruto. 13. Cuando mis discípulos crucen los caminos del mundo, comenzará el despertar espiritual de las religiones y de las sectas estacionadas hace mucho tiempo. 14. Con frecuencia os repito que veléis y oréis, mas no quiero que os familiaricéis con este dulce consejo, sino que lo estudiéis y lo pongáis en práctica. 15. Os digo que oréis, porque quien no ora se entrega a pensamientos superfluos, materiales y a veces insanos, con lo cual sin darse cuenta, fomenta las guerras homicidas; en cambio cuando oráis, vuestro pensamiento como si fuera espada de luz, rasga los velos de oscuridad y los lazos de tentación que están aprisionando a muchos espíritus, satura de espiritualidad el ambiente y contrarresta las fuerzas del mal. 16. No desmayéis ante la lucha, ni os desesperéis si aún no contempláis ningún resultado de vuestra labor. Reconoced que vuestra misión es luchar hasta el fin; y solamente así cumpliréis con una mínima parte en esta obra de regeneración y de espiritualidad entre vuestros hermanos. 17. Mañana dejaréis vuestro puesto y otros vendrán a sustituiros interpretando mejor mi Obra, y así de generación en generación se irá cumpliendo mi Ley. 18. Al final, todas las ramas se unirán al árbol, todas las naciones se unirán en un solo pueblo y la paz reinará en la Tierra. 19. Orad, oh discípulos, y perfeccionaos con vuestra oración para que vuestra voz no sea escuchada solamente por Mí, sino que encuentre eco en el corazón de vuestros hermanos. 20. En verdad os digo que si este pueblo, además de comprender su destino, estuviese cumpliendo con su misión, por sus oraciones alcanzaría la gracia para toda la humanidad. Pero aún os falta caridad, que sintáis a vuestros semejantes como verdaderos hermanos; aún os falta que en verdad olvidéis las diferencias de razas, de lenguas, de credos y que además, borréis de vuestro corazón toda huella de rencor o de resentimiento, con todos los que os hubieren ofendido. 21. Cuando logréis elevar vuestros sentimientos sobre todas las miserias humanas, se escapará de vuestro corazón la más sentida y sincera petición en favor de vuestros hermanos; y esa vibración de amor, esos sentimientos puros, serán las más poderosas espadas que destruyan en su lucha las tinieblas que las guerras y las pasiones de los hombres han venido formando. 22. El dolor os ha preparado, en las pruebas os habéis acrisolado y por eso estáis señalados para ser los que veléis por todos los que sufren alguna esclavitud o por los que van por la vida apurando el cáliz de amargura. 23. Velad, pueblo, sed como esas aves que al anunciar el nuevo día, despiertan a los que aún duermen y son las primeras en recibir la luz. Bienaventurados seáis siempre que busquéis en Mí al Consolador prometido. 24. En el hombre hay dos fuerzas que siempre están en lucha: su naturaleza humana, que es pasajera, y su naturaleza espiritual que es eterna; ese eterno ser sabe muy bien que habrán de pasar tiempos muy largos para que logre alcanzar su perfeccionamiento espiritual; presiente que ha de tener muchas existencias y que en ellas pasará por muchas pruebas, antes de lograr la felicidad verdadera. El espíritu presiente que después de las lágrimas, del dolor y de haber pasado muchas veces por la muerte corpórea, llegará a la cumbre que su anhelo de perfección siempre ha buscado. En cambio la materia, el ser frágil y pequeño, llora, se rebela y a veces se niega a seguir los llamados del espíritu, y sólo cuando éste ha evolucionado, es fuerte y experimentado en la lucha con la carne y con cuanto lo rodea, es cuando logra dominar a la materia y se manifiesta por ella. 25. El espíritu se hace sentir a través de las manifestaciones humanas, pero nunca usa la violencia para someter a la materia. El espíritu quiere que la materia con pleno conocimiento se una a su voluntad, quiere una obediencia que manifieste mansedumbre. 26. A pesar del error de algunos de permanecer estacionados en su rebeldía, sintiendo que aún es la carne sensible y caprichosa, quisieran un trono para ella, y si no los complazco en todo lo que desean, es porque hay en mis hijos otro ser que vibra con mayor pureza y amor, que aspira a una vida verdadera; en él existe el pensamiento espiritual que refleja lo divino. En cambio vuestro cerebro sólo refleja pensamientos humanos. 27. Largo es el peregrinaje del espíritu, extenso su camino, muchas y muy variadas sus existencias, y diversas en cada instante sus pruebas, pero mientras las cumple, se eleva, se purifica, se perfecciona. A su paso por la vida va dejando una huella de luz, por eso muchas veces al espíritu elevado no le importan los gemidos de su materia, porque sabe que son pasajeros y que él no puede detenerse en su jornada por sucesos que le parecen pequeños. 28. Momentáneamente fija su atención en las flaquezas de su carne, pero sabe que no puede amar demasiado algo que vive poco y que pronto desaparece en las entrañas de la Tierra. 29. ¿De qué sirven vuestros anhelos y ambiciones, rendir culto a la materia y ponerla en un trono de vanidades? Por más que dure, es muy poco comparado con la vida eterna del espíritu. 30. Vosotros necesitáis obedecer a la parte más elevada de vuestro ser que es el espíritu que mora en cada uno de vosotros, para dejar que se manifieste con claridad y encamine sus pasos hacia el fin para el que fue creado. 31. Decidme: ¿Quiénes sois? ¿Qué sois? ¿Quién creéis ser? ¿Qué sentís ser? ¿Acaso la materia que desciende al sepulcro, o el espíritu que se eleva hacia la eternidad, hacia el infinito? 32. En verdad os digo que todo el tiempo de vuestra existencia estáis confundiendo vuestras sensaciones, necesidades, inquietudes y anhelos, sin saber cuáles son del espíritu y cuáles de la materia. 33. El espíritu que verdaderamente conoce su destino, transmite su vibración al cuerpo que anima para que lo ayude y participe en su misión; mas cuando llega el instante de dejar la envoltura en la Tierra, no siente tristeza, porque sabe que esa es la ley, ni le importa cómo muere el que fue su cuerpo, si de enfermedad, de vejez o destrozado. Él sabe que su misión está antes que todo. 34. ¿Sabéis cómo murieron mis apóstoles del Segundo Tiempo? ¿Cómo acabó Pedro y todos los que me llevaron en su corazón? Pedro murió en una cruz y dijo que no era digno de morir como Yo, pidió morir con la cabeza hacia abajo. ¿Y quién impulsó a Pedro y le dio la fuerza, la firmeza y la serenidad para sufrir su martirio? Su verdadero ser, el espíritu que es hijo de Dios y sabe dominar la debilidad de la materia. En la hora suprema él se manifestó sereno, tranquilo, como su Maestro cuando exclamó en la cruz: “Todo está consumado”. 35. Si analizáis esos ejemplos, tendréis la convicción de que el hombre es más espíritu que carne y que cuando éste se ha espiritualizado, la carne es sumisa a los supremos mandatos de mi Ley. 36. Para los que alcanzan esa evolución espiritual, están abiertas las puertas del Reino y llegan a él sin un ¡Ay!, sin una queja. 37. Con esa obediencia, con esa resignación y amor llegaron a la presencia del Padre aquellos discípulos. Y vosotros, ¿Cuándo vais a obedecer al llamado de vuestro espíritu? Tenéis miedo al dolor, a todo lo que alcanza a la materia, porque no estáis plenamente poseídos de la verdad, porque si así fuere ¿Quién podría impediros que hablaseis y manifestaseis la verdad aunque se os amenazare con la muerte? 38. ¿Sabéis por qué le quitaron la cabeza a Juan el Bautista? Por hablar con la verdad, por apegarse a la justicia y señalar las lacras de los que se dicen reyes en el mundo y están sentados en un trono de podredumbre. Mas si los grandes espíritus tienen grandes dolores y se elevan por sobre la desgracia, la miseria, el dolor y la muerte y cumplen tan dignamente su misión, ¿Quiénes sois vosotros que amanecéis gimiendo y anochecéis llorando de inconformidad o de rebeldía? Sois carne y sólo carne, porque aún no sabéis elevaros sobre el dolor y sobre todo lo que llamáis desgracia. 39. Es bueno que analicéis todo cuanto hoy os he dicho, comprended que mientras más alto habite el espíritu encarnado, menores serán sus penas y los efectos del dolor sobre su materia. 40. A Juan el apóstol le sumergieron en aceite hirviendo y no murió. El poder del espíritu que se había elevado hacia el Padre se manifestó restándole al fuego su poder. 41. Le apartaron de allí y cuando vieron que no recibía ningún daño, le desterraron y aun así, él siguió cumpliendo los altos designios del Señor, sin que aquella prueba le detuviera en su cumplimiento espiritual. 42. Vosotros que hoy me escucháis y de los cuales saldrán mis nuevos discípulos, os acobardáis ante las pruebas y tratáis de alejaros de mi senda. 43. ¿Hasta cuándo lograréis llevar mi Doctrina en el corazón y ser capaces de dar vuestra vida por testificar la verdad? 44. ¿No os bastan los ejemplos de tantos mártires que han dado su vida por el amor a la humanidad, por sostener la verdad o defender la justicia? ¿No os bastan aquellos ejemplos para comprender de lo que son capaces mis discípulos? 45. Vosotros os molestáis si el aire sopla más fuerte de lo que deseáis; si el sol calienta demasiado protestáis y si las nubes lo ocultan no estáis conformes; si hay tempestad os refugiáis renegando y si la tierra se estremece salís huyendo de pavor. 46. ¿Sois acaso el pueblo nacido para reinar en un trono y que los elementos de la Naturaleza obedezcan a vuestro mandato, sólo para vuestro beneficio? 47. Los elementos os obedecerán cuando cumpláis con mi Ley y me lo pidáis para beneficio de vuestros hermanos. 48. Quiero que cada uno sea un apóstol de la verdad, que seáis útiles en la vida porque habéis venido al cumplimiento de una misión que está dentro del plan del Creador. 49. En este tiempo os digo que el trigo de mi enseñanza es abundante y aún está sin sembrar. Llorad si tenéis amor por esta labor, porque el sembrador divino que os dio su simiente y os mostró las tierras, aún sigue solo. Llorad, y que vuestras lágrimas sirvan para regar los caminos donde más tarde iréis a trabajar. 50. No temáis si fueseis heridos por vuestros hermanos, aquello que vosotros llamáis ofensa, es un bien que os hacen, es una ayuda en el cumplimiento de vuestra misión. ¿No sabéis que los que están en el camino de evolución tienen que sufrir? ¿No sabéis que todas esas flaquezas, el espíritu no debe de tomarlas en cuenta, porque son pequeñeces que sólo atañen a la materia? 51. Yo os quiero fuertes ante la vida, ante las vicisitudes y los sufrimientos. 52. Fortaleceos en la práctica de la caridad y no os importe que os juzguen en esta o en aquella forma. Vosotros no tenéis necesidad de decir lo que sois, sólo debéis de estar preparados para entregar la caricia, la caridad y los labios dispuestos a manifestar la dulzura, el sano consejo, el perdón. 53. Vuestro destino es caminar por la Tierra haciendo el bien. 54. Comprended que la creación material que llamáis Universo, es morada de espíritus en evolución, es morada de perfeccionamiento. Cuando los espíritus hayan alcanzado la elevación que les lleve a habitar mansiones superiores, los mundos que antes habitaron desaparecerán, puesto que habrán concluido su misión. 55. Toda la fuerza que animó a los seres y dio vida a los organismos volverá a Mí; toda la luz que iluminó a los mundos, retornará a Mí, y toda la belleza que fue derramada en los reinos de la Creación, será en el Espíritu del Padre, y una vez más en Mí, aquella vida se transformará en esencia espiritual, la cual será derramada sobre todos los seres espirituales, en los hijos del Señor, porque de los dones que os di nunca seréis desheredados. 56. Sabiduría, vida eterna, armonía, belleza infinita, bondad, todo esto y más será en los hijos del Señor cuando habiten con El la morada perfecta. 57. Hoy os encontráis lejos de aquella meta, prueba de ello es que en la Tierra vengo a reclamaros lo que habéis hecho de vuestro espíritu y cuando llegáis al valle espiritual, reclamo al espíritu lo que hizo de su cuerpo en su paso por el mundo. Mientras seáis párvulos en medio de esta lección, estos mundos, esta naturaleza, esta vida material tendrá que existir. 58. Como Dios os ilumino y os conservo; como Padre os amo y os espero; como Maestro os enseño y os conduzco, mas como Juez, os juzgo inexorablemente. 59. Hay quien diga que me asemejo a un rico avaro que todo lo quiere para sí, porque todo lo cuida, lo guarda y lo reclama; mas en verdad os digo, que así como en el mundo todo cuanto puse en él fue para vosotros y no para Mí, así en la vida eterna, todo lo conservo para cuando entréis en ella y seáis sus poseedores. 60. ¿No os he dicho que sois los herederos de mi Gloria? Pues sólo falta que hagáis méritos para que sea vuestra y la gocéis. 61. Todo lo que he creado no ha sido para Mí, sino para mis hijos. Yo sólo quiero vuestro gozo, vuestra felicidad eterna. 62. No temáis perderos por querer encontrarme, que no sólo soy Yo el final, sino también el camino. El que quiera llegar a Mí, venga por el camino de la humildad, de la caridad, de la sumisión y acreciente su anhelo de perfeccionamiento en el amor. 63. Para que vuestro paso sea firme, lograd en vuestro ser la unificación interior. Que el espíritu siempre conduzca a la materia por el buen camino y ésta a su vez sepa obedecerle. Cuando logréis este triunfo sobre vosotros mismos, os será fácil obedecer la voluntad de vuestro Padre. 64. Apartaos de lo superfluo; retirad de vuestra vida lo innecesario y no os ocupéis en lo inútil. 65. Huid de todo vicio, así conservaréis limpio el espíritu y sano el cuerpo para luchar con armas de amor por la conquista de la Tierra Prometida, aquella que os aguarda como supremo galardón en la vida espiritual. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 19 1. Humanidad: sosegad vuestra mente agitada por las vicisitudes y azares de la vida. 2. ¡Cuánto lucháis tratando de libraros de la oscuridad en que vivís, a pesar de encontraros en pleno tiempo de la luz! Grande es vuestra lucha y por eso venís cansados: os he llamado precisamente para que descanséis unos instantes, porque tendréis que proseguir en el cumplimiento de vuestra misión que apenas habéis principiado. 3. De tiempo en tiempo he venido descorriendo los velos de mi arcano de acuerdo con vuestra evolución, porque sólo quien recorra este camino podrá llegar a Mí. 4. Soy el Maestro que busca a la humanidad por todos los senderos para enseñarles el camino verdadero. 5. Mi palabra viene como espada de luz a luchar contra la ignorancia y la incredulidad de los hombres. Vengo a manifestarme delante de quienes han negado mi existencia, para preguntarles: ¿Quién formó el Universo con su diversidad de mundos, apenas visibles para vosotros? ¡Ah humanidad, que en vuestro alejamiento de la verdad habéis tenido la osadía de pensar que la idea de un Creador ha sido una simple invención de la mente humana! ¿Cómo podéis imaginar que de vuestra mente limitada y pequeña pudiese surgir la noción de lo eterno e infinito? 6. Mas también vienen a Mí los que dicen que me aman y a éstos les digo: ¿Cómo podéis decir que me amáis, si hacéis lo contrario de lo que dicta mi Ley, si vosotros mismos os traicionáis al mostrar en vuestras obras sentimientos opuestos a vuestras palabras? 7. Aquí mismo, entre estas multitudes que me escuchan, cuántos hay que dicen ser espiritualistas y aún no conocen el poder y la sabiduría del Espiritualismo, ni las potencias y atributos del espíritu, y con sus obras van negando mi Doctrina que como luz radiante ilumina espiritualmente a la humanidad. Mas mi paciencia es infinita para esperar a que os transforméis en mis discípulos; he de hacer de vosotros antorchas que con su luz lleven a otros pueblos el mensaje original que recibisteis como revelación, a través del entendimiento humano. 8. Si los hombres negasen vuestro testimonio y os desmintiesen, recordadles que Yo tenía una cita con la humanidad de este tiempo, la cual he venido a cumplir; decidles que si prometí volver, es porque mi tarea aún no había terminado ni terminará hasta que no exista un solo pecador. Escrito está que si noventa y nueve ovejas están en el aprisco y una me faltare, a ésa buscaré. 9. Quiero mostraros nuevamente el poder de mi amor convirtiendo los duros corazones de la humanidad en apóstoles de mi Doctrina, empezando por este pueblo, no menos duro de corazón que los demás. Vengo a deciros que ampliéis vuestro conocimiento con este nuevo mensaje que os he traído para que lo unáis a mis revelaciones pasadas hasta que logréis formar en vuestro entendimiento el libro de la sabiduría, para que seáis dignos de dar testimonio de mi verdad y de enseñarla a vuestros hermanos. 10. Os llamarán agitadores, mas no temáis, que también a vuestro Maestro lo juzgaron en aquel tiempo por trastornar, según el decir de los hombres, la paz. De cierto os digo, que no sólo vine a agitar con mis revelaciones el corazón de unos cuantos hombres, sino a estremecer con mi palabra el espíritu de toda la humanidad. 11. Así vengo a vosotros en este tiempo, en el cual mi luz se manifestará en diversas formas sobre los hombres y volverá a estremecerles, a unos de gozo, a otros de temor, a otros de ira, pero no habrá uno que, llegada la hora de ser conocido mi mensaje, no se conmueva. 12. ¡Cuán débiles habéis sido para llamar a Cristo, los que sabíais que había de venir! Mas ahora, que ya tenéis mi revelación y mi mensaje, no vayáis a ser débiles, tímidos o fríos. 13. ¿Os he lastimado llamándoos duros de corazón? Sólo os he dicho la verdad, porque en todos los mundos, todas las criaturas cumplen con mi Ley, y vosotros no respondéis a mi llamado divino. 14. Mas no temáis, porque ninguno ha llegado aún a la meta, pero todos llegaréis, os lo prometo Yo, que soy la promesa de todos los tiempos; Yo, el incansable, que nunca dejaré de enseñaros. 15. Comenzáis a soñar con ser portadores y apóstoles de la verdad, mas no os precipitéis, llevad siempre por guía la luz de vuestra conciencia, porque ¿Cómo manifestaréis la verdad si aún no la habéis encontrado en vosotros mismos? ¿Cómo vais a demostrar que me amáis y amáis a vuestros hermanos, si dejáis espinas y abrojos al paso de vuestros semejantes? 16. El agua del río de la vida, que es mi verdad, es mansa, cristalina y agradable, mas no la confundáis con el agua que vosotros dais al necesitado, porque ésta es a veces impura. 17. Tomad mi bendición, ella sea en vosotros como manantial de agua inagotable que apague la inmensa sed que os agobia. 18. Mi bendición sea como bálsamo sobre vuestras enfermedades, dolencias y amarguras; ella levante a la vida a los que vayan perdiendo fuerza en su camino de evolución. 19. Para ayudaros en vuestra elevación, hago que mi paz sea en el corazón del apóstol del Tercer Tiempo, a quien recibo en representación de la humanidad y por su conducto le entrego mi caridad. 20. Hoy escucháis mi voz a través del entendimiento humano que os dice nuevamente: “Amaos los unos a los otros”, así escuchasteis la voz del Señor en labios de Jesús, cuando os enseñaba a amar a vuestro prójimo como a vosotros mismos, en confirmación de la Ley que recibiera el pueblo de Israel por conducto de Moisés en el Primer Tiempo. 21. Moisés fue mi portavoz en aquel tiempo, él os llevó hasta las puertas de la Tierra Prometida, mas no le permití penetrar en ella, porque ahí le hubierais coronado rey; y en verdad os digo, que su reino tampoco era de este mundo. Al pueblo le fue dada la Tierra de Promisión, para que en ella habitara en paz y elevara su culto al Padre. En Jerusalén, aquel pueblo edificó el primer templo a Jehová y en él se manifestó el Espíritu Divino; ahí recibió la queja o la alabanza de los hijos de aquellas tribus. Sobre su altar colocasteis el Arca de la Alianza, símbolo de vuestro pacto con el Padre y ante el Tabernáculo inclinaron su cerviz reyes y sabios. 22. Los sacerdotes encargados del culto, fueron llenos de amor en un principio, más luego dejaron que el gusano roedor de la vanidad y la codicia penetrara en su corazón y se tornaron en hipócritas, falsos y profanos. Fue entonces cuando aparecieron uno tras otro los profetas, anunciando la venida del Mesías, quienes fueron negados, burlados y sacrificados por el pueblo. 23. Así prepararon ellos mi llegada, con su sangre. 24. Como toda palabra que viene de Dios ha de cumplirse, el Mesías nació entre la humanidad y vino a enseñaros cómo se cumple con la Ley del Padre y se rinde culto a Dios amando y perdonando, llenando de consuelo y de luz la vida de los hombres. 25. Llegué como Pastor a reunir a las ovejas que ya los lobos habían empezado a robarse y les mostré el aprisco. A lo largo de mi paso por la Tierra, enseñé a los hombres el amor y los frutos que de él brotan, a los que llamaron milagros. Esas obras encendieron la fe en los corazones y a través de ellas les hice contemplar la verdadera senda. Millares y millares de hombres fueron testigos de mi palabra y de mis obras, mas sólo doce me siguieron de cerca. 26. Cuando el momento de mi partida se aproximó, les dije: La fiesta de la Pascua va a celebrarse en Jerusalén, es necesario que vayamos allá para que se cumplan las profecías. Entonces hice a mis discípulos mis últimas recomendaciones, grabándolas en su espíritu con el fuego divino de mi amor. Hacia Jerusalén partí con mis discípulos. Cuando crucé la puerta de la ciudad, sobre el humilde y manso pollino, la multitud, entre la que se encontraban los enfermos que sané, los ciegos que volvieron a mirar, los paralíticos que anduvieron y los tristes que fueron consolados y llenos de esperanza, elevaron himnos y cantos de alabanza y de gloria, porque el Salvador prometido al fin había llegado. Nadie sabía que en aquella Pascua Yo sería el Cordero Inmolado. 27. A mi paso y bajo la luz de mi mirada, se estremecían los corazones, sanaban los enfermos y de su pecho surgían las palabras de alabanza y gratitud hacia el Rabí. Entonces se acercaron a Mí los fariseos y me dijeron: “Señor, haced que vuestros discípulos y esta gente, cesen en su algarabía, porque trastornan el orden de la ciudad durante la fiesta”, a lo cual les respondió “En verdad que si éstos callaren, las piedras clamarían de gozo”. Aquellos fariseos se alejaron, más ya sus corazones temerosos y preocupados ante las obras que hacía Jesús, iban urdiendo la traición. 28. Así llegué hasta el pórtico del templo, que en un tiempo había sido santuario del pueblo del Señor y que después habían convertido en su mercado y arrojé de él a sus profanadores. 29. El corazón y las obras de los que se decían ser ministros del Señor y Doctores de la Ley, iban quedando al desnudo ante los hechos de Jesús; fue entonces cuando pidieron matarlo para no perder su poder que estaba amenazado. 30. Uno de mis discípulos que mucho había oído mi palabra de amor, que hablaba del Reino del espíritu y que había sentido en su corazón la caricia y el amor de su Maestro, fue con su flaqueza y falta de fe en mis promesas, la puerta que se abrió para dejar penetrar a la maldad humana que cayó sobre Mí. ¡Con cuánto odio gritaban aquellos hombres y pedían al súbdito del César que me crucificara! Mas era menester que el Hijo de Dios se viese en grandes pruebas para que los hombres contemplasen su humildad, su amor y su poder. 31. La sangre de aquel cuerpo fue vertida sobre la Tierra y los labios humanos que manifestaron en el mundo al Verbo Divino, no cesaron de hablar de amor y de perdón hasta el último instante en la cruz. Y Cristo fue uno con el Padre, porque el Verbo que se hizo hombre para ser oído en el mundo, siempre ha estado en Dios. 32. Años más tarde, la ciudad y aquel templo profanado, fueron destruidos para que se cumpliese mi palabra; de aquello no quedó ni piedra sobre piedra. Yo había dicho que el templo de Salomón, con ser a los ojos humanos tan regio, grande y magnífico, podía destruirlo y volver a construirlo en tres días. 33. De cierto os digo, que los hombres no han comprendido el sentido espiritual de aquellas palabras, porque el tiempo no pasa sobre Mí, ya que Yo soy la eternidad, heme aquí en la Tercera Era, en el tercer día, cimentando el verdadero templo y construyéndolo en el corazón de los hombres. 34. Elías fue elegido para anunciaros que el Libro de los Siete Sellos había sido desatado y que estaba abierto en el Sexto Sello. Mi palabra ha venido llena de luz a encender vuestra fe, para que no caigáis más en idolatría y dejéis que Yo edifique en vuestro corazón mi templo, mirad que las obras hechas por las manos de los hombres son destruidas, mientras que las obras del espíritu, son inmortales. 35. Los perdidos serán hallados y los confundidos iluminados y todos hallarán el camino que los conducirá a la Tierra Prometida. 36. Si aquí en la Tierra no me quisisteis reconocer ni dejasteis que os reuniera como el ave reúne bajo sus alas a sus polluelos, más allá de este mundo os reuniré bajo mi manto de paz eternamente. 37. Pueblo: Os he recordado mi vida entre vosotros, porque se acercan los días de conmemoración de aquella última semana que pasé entre la humanidad. En esos días sentís como si del infinito descendiese un mensaje para vosotros. 38. Todo lo que miráis os parece que os habla de Mí. El sol, los campos, las ciudades, los hombres, todo lo sentís como si os hablara del Maestro. Es que el recuerdo os hace volver a sentir mi presencia y Yo os envío nuevamente mi mensaje de amor. 39. Si en estos días vuestros ojos quieren llorar, dejadles, si vuestro corazón se estremece de amor, dejadle también. 40. Cristo, al que una multitud rechazó, es el mismo que ahora viene a manifestarse a vosotros, porque fue el cuerpo el que destrozaron los hombres, mas no al Verbo que por Él habló. 41. ¿Qué muerte podría detener mis pasos o qué sepulcro podría retenerme? Sin embargo vosotros sin quererlo, sin daros cuenta habéis sepultado en vuestro corazón la verdad cuya esencia es la del Maestro. Esa materia que lleváis, la habéis convertido en sepulcro de vuestro espíritu. 42. Dejad que el espíritu levante la losa de vuestro corazón para que se eleve lleno de luz a la vida verdadera. 43. Así os explico fácilmente lo que creéis difícil de comprender: Cristo y el Amor Divino son el mismo Padre. Jesús fue el hombre perfecto que manifestó el mensaje de Dios. Él fue la más alta expresión de la espiritualidad, por eso es llamado el Divino Maestro. 44. ¡Oh discípulos amados! Cuando pensáis en las obras que hice en el mundo, os sentís muy torpes y pequeños para imitarme. Cuando meditáis en los tiempos que desde entonces han transcurrido, os dais cuenta de que muy poco habéis evolucionado espiritualmente. Hay momentos en que sentís el anhelo y la necesidad de desarrollar vuestros dones espirituales, para recibir directamente mis mensajes, así como penetrar en el futuro y resolver por medio de los atributos del espíritu los conflictos, las pruebas y el caos que os rodea entre la humanidad. 45. ¡Cuánto deseáis ver con la mirada del espíritu! Y veréis, pero será cuando descubráis que dejándoos conducir por la luz de la conciencia que ilumina a vuestro espíritu, comprendáis mejor las revelaciones del Señor. 46. Por ahora estudiad este mensaje y escribidlo porque vendrán tiempos en que ya no escucharéis esta palabra y entonces sólo os quedarán los escritos. 47. Quiero que mi palabra, al formarse los libros que habrán de extenderse por la Tierra, sea impresa sin mancha, pura, tal como brotó de Mí. 48. Si así la hicieseis llegar a vuestros libros, de ella brotará una luz que iluminará a la humanidad y su esencia será sentida y comprendida por todos los hombres. 49. Mi mensaje de este tiempo también será negado y combatido, algunos dirán que no tuvo objeto mi manifestación; pero no temáis porque mi Obra del Segundo Tiempo también ha sido discutida, negada, escarnecida y, sin embargo, corazón por corazón y espíritu por espíritu han reconocido y valorizado aquella pasión que entre vosotros viví. 50. Sí, pueblo, sabed que ha habido y hay quienes dicen: ¿Qué relación tiene el dolor de Jesús con vuestra salvación? Su dolor no puede darnos la gloria. Y el Espíritu de Verdad os dice: Yo fui entre los hombres a través de Jesús, como esas plantas de olor que perfuman las manos del que les arrancó la vida. 51. Aquel madero que me disteis y que Yo acepté, fue prueba de mi amor por vosotros y prueba también de que os salvaríais con mi ejemplo. ¿Por qué creéis que si Yo hubiese sabido que mi sacrificio iba a ser inútil, os lo hubiese ofrecido? ¿No recordáis que os he dicho que en la Obra del Padre no se pierde ni una semilla? Cuando el costado del Maestro fue abierto, quise que en él vieseis la puerta que se abría para que todos moraseis en la eternidad, y el primero en contemplar esa puerta, fue el soldado que hundió su lanza en el cuerpo de Jesús. 52. Mi amor es como el árbol que perfuma el hacha del leñador que le arranca la existencia; cada gota de sangre de aquel cuerpo se derramó sobre esta humanidad, perdonando a todos y perfumando su existencia con la esencia divina de mis enseñanzas. 53. Más si a esta humanidad en su ceguera, le pareciese que aquel sacrificio no le bastaba para su salvación, aquí está de nuevo mi palabra, no la palabra del hombre que no ha sabido explicar aquel mensaje, sino mi palabra que viene a enseñaros la esencia inmortal de mi Doctrina y de mis obras, explicación divina con la que los hombres sabrán el valor espiritual de aquella sangre derramada en el Calvario por amor a la humanidad. 54. Vengo a deciros cuál es la esencia de aquel sacrificio, porque sois míos como Yo soy vuestro. 55. Nunca he visto enemigos en ninguna criatura porque todos sois mis hijos. La palabra enemigo profana los labios de quien la pronuncia, refiriéndose a un hermano. 56. Longinos atravesó mi costado y derramé en él la sangre que fue luz en sus ojos ciegos. 57. Quiero que seáis como vuestro Maestro, para llamaros justamente mis discípulos. Mi herencia es de amor y de sabiduría. Fue Cristo el que vino a vosotros y es Cristo el que os habla en estos instantes, mas no tratéis de separarme de Dios, ni mirarme fuera de Él, porque Yo soy y he sido siempre Uno con el Padre. Os he dicho que Cristo es el Amor Divino, por lo tanto no tratéis de separarme del Padre. ¿Creéis que Él sea un Padre sin amor a sus hijos? ¿Cómo lo concebís? Ya es tiempo de que lo reconozcáis. 58. Nadie se avergüence de llamar Padre a Dios, al Creador, porque ese es su verdadero nombre. 59. Os he traído de nuevo la luz para que analicéis lo que antes no habíais logrado comprender. 60. Si a vuestro espíritu le dije antes de enviarle a la Tierra que iba a darle un mundo de enseñanzas, hoy le digo que le ofrezco un cielo de sabiduría. 61. Caminad por este sendero de espiritualidad y recibiréis ese cielo del que os hablo. 62. La sabiduría del espíritu es luz que no se apaga jamás. 63. Soy el Maestro, soy Cristo quien os habla a través de la conciencia, en la forma en que sólo Yo tengo para llegar a cada uno de vosotros, la que al hablaros os acaricia. 64. Aquí me tenéis buscando seres en apariencia inútiles para una obra de amor, los que sé que me servirán porque Yo les he creado. 65. Vengo a servirme de vuestro espíritu, de vuestra voluntad, de vuestro corazón, de vuestra mente, y mientras llegáis al momento de vuestra preparación e iluminación, en el cual pueda servirme de vosotros convirtiéndoos en mis instrumentos, os dejo mis enseñanzas para que aprendáis la sabia lección. 66. Así, preparándoos con mi palabra, penetrad en estos días de recordación. Meditad, meditad en aquella hora en que la tierra protestó por la ingratitud humana y se obscureció el cielo, pero en la que el Cordero no protestó. 67. Fue triste la mirada del Maestro en el Gólgota, más con ella os bendecía. Para aquellas turbas iba a morir, más Él sabía que pronto resucitaría en cada corazón, cuando fuesen naciendo a la fe. 68. Dicen los que van a Jerusalén que en aquellas tierras hay un ambiente que sobrecoge al espíritu y que hasta la luz parece extraña. 69. De cierto os digo, que es la voz de la conciencia, son los recuerdos que hacen estremecer al corazón, y aunque ahí murió Jesús y dejó de verlo la humanidad, Cristo aparece en todas partes en esencia, presencia y potencia. 70. Caravanas de hombres y mujeres se encaminan a Jerusalén y al pisar aquellos sitios, traen a su mente recuerdos dulces unas veces, amargos otras. Encuentran todo aquello saturado de la presencia de Jesús. Mas ¿Para qué peregrinar tanto en busca de huellas materiales, teniendo cada uno mi divina presencia en su espíritu donde quiera que esté? 71. Yo quisiera que con esta enseñanza os levantaseis todos para llevar un mensaje de fraternidad, de buena nueva, de amor; un saludo, una gota de bálsamo, un abrazo de amistad a todos vuestros hermanos. 72. Vengo en este tiempo para que contempléis desde la Tierra, con la luz de mis lecciones, a la Nueva Jerusalén, la Ciudad Blanca prometida al espíritu, la que Juan mi Apóstol contempló en su revelación; más si en la primera Jerusalén la maldad del hombre me elevó en la cruz del martirio, en la nueva Ciudad, la cual será espiritual, me elevarán los espíritus sobre el altar de su amor. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 20 1. El libro de mi palabra es el libro del divino y verdadero amor, en él encontraréis la verdad inmutable. Acudid a él y encontraréis la sabiduría que os ayude a evolucionar y alcanzar la paz en la eternidad. No faltará quien altere o modifique su esencia, e infringirá gravemente mi Ley quien quitare o agregare una sola palabra que sea desacorde con mi Doctrina perfecta. 2. Conservad esta palabra con su original pureza, porque ella es la más bella heredad que dejaré al hombre. Escribid mi enseñanza y hacedla conocer a vuestros hermanos, conservadla fielmente porque vosotros sois responsables de esa heredad. 3. Mañana el hombre encontrará en ella la esencia de mi revelación, la cual los conducirá con la luz de sus enseñanzas, por el camino de la verdad. 4. De padres a hijos serán legadas estas escrituras, como un manantial de agua viva, cuya corriente brotará inagotable e irá de corazón a corazón. Estudiad en el gran Libro de la Vida, el libro de la espiritualidad, el que os explicará las revelaciones divinas que habéis recibido a través de los tiempos. 5. ¿No os prometí que todo conocimiento sería restituido a su primitiva verdad? Pues esté es el tiempo que os fuera anunciado. 6. En verdad os digo, que quien medite y analice las enseñanzas de mi Libro, con el verdadero anhelo de elevar sus conocimientos, adquirirá la luz para su espíritu y me sentirá más cerca de él. 7. Los mitos de ayer y los de hoy caerán, todo lo mediocre y falso se derrumbará, porque llegará el instante en que ya no podáis alimentaros más con las imperfecciones y entonces se levantará el espíritu en busca de la verdad, para que ésta le sirva de único sustento. 8. En estas enseñanzas encontrará la humanidad la esencia de mis revelaciones, que hasta hoy no ha comprendido por su falta de espiritualidad. Desde los tiempos antiguos os la he confiado a través de mis enviados, de mis emisarios, de mis intérpretes, y sólo os ha servido para que forméis con ella, mitos y tradiciones. Meditad y estudiad esta lección con respeto y amor si queréis evitaros siglos de confusión y de amargura; pero recordad que no cumpliréis vuestra misión, si solamente os conformáis con poseer el libro; no, él debe despertaros y enseñaros si verdaderamente anheláis ser mis discípulos. Doctrinad con el ejemplo, con el amor y con la caridad que os he enseñado. 9. Preparaos con la lectura de este libro dictado por Mí y decidíos a enseñar con vuestros actos, con palabras dulces, con buenas obras, con miradas de verdadera caridad y amor. 10. Este tiempo de mi comunicación con vosotros, será inolvidable para vuestro espíritu, en él quedará la huella imborrable de mis palabras, como también ha quedado en él el recuerdo de mis lecciones pasadas. 11. Discípulos amados: Aprended a captar con vuestra sensibilidad espiritual la divina esencia contenida en mi palabra y siguiéndola, nunca os perderéis de la senda verdadera. 12. Desventurado aquél que interprete mi palabra según su voluntad, porque de ello me responderá. 13. En la Tierra muchos hombres se han consagrado a alterar la verdad, sin darse cuenta de la responsabilidad que tienen como colaboradores en la Obra de amor del Padre. En este tiempo de juicio que muchos ignoran, porque no han sabido interpretar los acontecimientos que están viviendo, la justicia se encuentra en cada espíritu tomándole cuenta de sus obras dentro o fuera de la Ley de amor en el curso de su peregrinaje en este mundo. 14. Quien cambiase en estos escritos la esencia de mis revelaciones entregadas por inspiración, responderá de sus obras delante de Mí. Por lo tanto, debéis proceder con rectitud, porque estas lecciones son mi legado de amor para mis hijos que, encarnados o en espíritu, están en espera de mayores enseñanzas. 15. El mensaje espiritual que escucháis, es la luz celestial que se manifiesta a través de instrumentos humanos que en estado de éxtasis la perciben. Si no creéis que es Cristo el que está vibrando espiritualmente bajo esta forma, dadme el nombre que queráis; pero sentid la esencia de la palabra que brota de estos labios. Sólo así llegaréis a saber que Aquél que tan dulcemente os llama al camino de la paz y del bien, no puede ser otro que Cristo, a quien con justicia llamáis: Él Divino Maestro. 16. Después sabréis, que así como Yo envío pensamientos que son destellos de luz a todo el Universo, también vosotros podéis hacer llegar desde la escala espiritual de perfeccionamiento en que os encontréis, vuestro amor sobre la mente y espíritu de vuestros hermanos, como un mensaje espiritual. 17. Saturaos de amor, sentidlo espiritualmente para que podáis manifestarlo a vuestros semejantes. No permanezcáis indiferentes ante mis enseñanzas, para que no volváis a confundiros entre los hombres carentes de fe y de espiritualidad. 18. Os estoy entregando una lección semejante a la que os traje en los tiempos pasados, para que a través de ella lleguéis a conoceros a vosotros mismos, sabiendo quienes sois y para qué fin habéis sido creados, ése será el paso más firme que deis, para llegar a conocerme. Por eso os pregunto: ¿Cómo queréis conocer al padre, si ni siquiera habéis llegado a conoceros a vosotros mismos? 19. Yo soy lo que todavía no podéis entender en toda su plenitud, porque aún habitáis en la carne y no cumplís con mis mandatos; estáis sujetos a la materia y poseyendo en ella una mente limitada, me analizáis de acuerdo con vuestro materialismo. Dejad de estudiarme fuera del sendero que os señala mi Ley, porque ello sólo os servirá para que os extraviéis del camino; en cambio, conoceos a vosotros mismos amándoos los unos a los otros y estudiad las manifestaciones divinas que forman mi lección perfecta a través de los tiempos. No tratéis de buscarme con los pobres y contados conocimientos que actualmente poseéis, porque con ello os confundiréis. 20. Sabed que el estado natural del ser humano, es el de la bondad, el de la paz del espíritu y la armonía con todo lo que le rodea. Quien se conserve en la práctica de estas virtudes a través de la vida, ese va por el camino verdadero que lo conducirá al conocimiento de Dios; más si os apartáis de ese sendero olvidando la Ley que debe guiar vuestros actos, tendréis que restituir con lágrimas los instantes que vivisteis apartados del camino de elevación espiritual, que es el estado natural en que debe conservarse siempre el hombre. 21. No sentís amor por vuestros semejantes y es por eso que continuamente el dolor os aqueja. Habéis olvidado el: “Amaos los unos a los otros” mandamiento que enseña la más grande de todas las sabidurías. ¿Dónde está vuestro saber, si no sabéis amar? ¿A dónde os ha conducido, oh humanidad vuestro análisis de Dios? A la guerra fratricida, al caos, ahí tenéis las consecuencias de vuestro error, hoy purificáis vuestras faltas con vuestra sangre, con llanto y desesperación. Así os contempla mi Espíritu. Por lo tanto, alejaos de lo superfluo, cumplid con mi Ley, conoceos entre hermanos y en la armonía de vuestra comprensión y amor, conoceréis a vuestro Señor. 22. Analizad mis enseñanzas que son claras y sencillas, mas no tratéis de analizar primero lo infinito porque os equivocaréis. 23. ¿Cómo podréis decir que amáis a vuestro Dios, si antes no le habéis amado en vuestros hermanos? Sentid en vuestro corazón la dulzura de esta palabra, discípulos, recordad que su esencia es mía, la verdad y el amor también. La palabra y la escritura son vuestras, son obra humana, traducid e interpretad una y otra y vuestros análisis serán profundos, firmes y justos. 24. Sanad de vuestra materialidad tomando de mi palabra el bálsamo, mirad cómo queda entre las páginas de vuestro libro el efluvio y mi caricia de amor. 25. Compartid con los necesitados de este pan de vida eterna que hoy recibís en mi palabra, y mañana no dejéis de ofrecerlo, a través de la lectura de estas enseñanzas, a los espíritus que por su poca elevación están sin esperanza de redención. Tened piedad de los que sufren. 26. Sembrad mi palabra de amor en vuestros hermanos; con amor en vuestro corazón, es imposible que os equivoquéis. Si sabéis conservar este tesoro divino, os evitaréis muchos sufrimientos y progresaréis en vuestra evolución, oh discípulos amados, ayudando a vuestros hermanos en su acercamiento a Mí. 27. Entre la humanidad hay quienes se han purificado con el dolor y esperan con ansia de vosotros mi mensaje de paz. Os he dicho que el número de los espíritus señalados para esta delicada misión es infinito, no lo podéis calcular, ni imaginar. En todos dejad esta simiente de amor. 28. Todos camináis por la escala de perfección espiritual; unos han alcanzado la evolución que por ahora no podéis concebir, otros vienen detrás de vosotros. 29. Los grandes espíritus, grandes por su lucha, por su amor, por su esfuerzo, buscan la armonía con sus hermanos pequeños, con los distantes, con los negligentes; sus misiones son nobles y elevadas, su amor a mi Divinidad y a vosotros es muy grande también. 30. Esos espíritus saben que fueron creados para la actividad, para la elevación; saben que la inactividad no es para los hijos de Dios. En la Creación todo es vida, movimiento, equilibrio, armonía; y así, esos innumerables seres trabajan, se esfuerzan y gozan en su lucha, con el conocimiento de que así glorifican a su Señor y ayudan al progreso y perfeccionamiento de sus semejantes. 31. Hoy que os encontráis fuera del sendero que os señala mi Ley, ignoráis la influencia que ejercen sobre vosotros esos hermanos vuestros, más cuando tengáis sensibilidad para percibir los efluvios, inspiraciones y mensajes que os envían, tendréis el presentimiento del sinnúmero de ocupaciones y obras nobles a que ellos dedican su existencia. 32. Es necesario que sepáis que aquellos espíritus, en su amor y respeto a las leyes del Creador, nunca toman lo que no les corresponde, ni tocan lo vedado ni penetran en donde saben que no deben, para no desarmonizar a los elementos de la Creación. 33. Cuán distinto lo hacen los hombres en la Tierra, quienes en su afán de ser grandes y poderosos en el mundo, sin el menor respeto a mis enseñanzas buscan con la llave de la ciencia los elementos destructores, abren las puertas de fuerzas desconocidas y rompen de esa manera la armonía en la Naturaleza que los rodea! 34. ¿Cuándo sabrá el hombre prepararse para escuchar el sabio consejo del Mundo Espiritual, y en esa forma guiarse por sus inspiraciones? 35. De cierto os digo que ello bastaría para llevaros por el camino seguro a la cumbre de la montaña que os pertenece, ahí contemplaréis ante vosotros un sendero recto y luminoso por el cual han pasado los espíritus que ahora sólo existen para procuraros el bien y ayudaros en vuestras fatigas, acercándoos paso a paso al final del sendero, donde os espera a todos vuestro Padre. 36. Ya que os he hablado de la bondad y elevación de aquellos seres, debo deciros que ellos, como vosotros, también tuvieron desde un principio el don del libre albedrío, es decir, verdadera y santa libertad de acción que es prueba del amor del Creador hacia sus hijos. 37. ¿Qué sería del espíritu privado de su libre albedrío? En primer lugar no sería espíritu y por lo tanto no sería creación digna del Ser Supremo; sería algo así como esas máquinas que vosotros hacéis; algo sin vida propia, sin inteligencia, sin voluntad, sin aspiraciones. 38. Vuestra ciencia, tal como os lo anuncié, poco a poco os va descubriendo que en todo hay energía, movimiento, transformación. 39. ¿Podríais haber descubierto todo lo que la humanidad ha encontrado por medio de la ciencia, si hubieseis carecido de libertad para investigar, estudiar y experimentar?, ¿Podríais asimismo recibir esta comunicación espiritual bajo la forma que la tenéis, si vuestro espíritu se hubiese visto vedado para estas manifestaciones? 40. Me decís que por causa del libre albedrío habéis caído en faltas y errores. También os digo que por ese don podéis elevaros infinitamente más allá del punto de donde partisteis al principio de vuestra evolución. 41. Además del libre albedrío, di a cada espíritu mi luz en su conciencia para que nadie se perdiese, pero los que no quisieron escuchar mi voz o no quisieron penetrar en su interior en busca de la luz espiritual, pronto se dejaron seducir por los innumerables placeres de la vida humana, perdieron el apoyo de mi Ley para su espíritu y tuvieron que tropezar y caer. 42. Una sola falta trajo muchas consecuencias penosas y es que la imperfección desarmoniza con el amor divino. 43. Los que rendidos y arrepentidos volvieron inmediatamente al Padre y le pidieron mansamente que los desmanchara y los librara de las faltas que acababan de cometer, el Señor los recibió con infinito amor y caridad, confortó su espíritu, los envió a reparar sus faltas y los afirmó en su misión. 44. No creáis que todos retornaron mansos y arrepentidos después de la primera desobediencia. No, muchos llegaron llenos de soberbia o de rencor. Otros avergonzados, reconocieron su culpabilidad, quisieron justificar sus faltas ante Mí, y lejos de purificarse con el arrepentimiento y la enmienda, que son prueba de humildad, optaron por crear para sí mismos una vida a su manera; fuera de las leyes que dicta mi amor. 45. Entonces se presentó mi justicia, mas no para castigarlos, sino a corregirlos, no para destruirlos, sino para conservarlos eternamente, proporcionándoles una amplia oportunidad para perfeccionarse. 46. ¡Cuántos de aquellos primeros pecadores, aún no logran apartar de sí sus manchas, porque de caída en caída, fueron descendiendo más y más al fondo del abismo, del cual sólo la práctica de mi Ley podrá salvarles. 47. También os digo, que entre aquellos espíritus de quienes os he hablado al principio de esta lección y que son para vosotros guardianes, maestros, consejeros, guías y doctores, también están los que supieron de las caídas y del cáliz amargo que dan las desobediencias; pero supieron a tiempo reconsiderar sus obras, purificándose en las aguas del bien, del amor, de la caridad y de la restitución. 48. Imitadles, hijos míos, elevaos sobre el pecado como ellos, para que también sea vuestro el divino gozo de trabajar junto con el Padre, por la felicidad de todos los seres. 49. Comprended que estáis a prueba en el camino de vuestra evolución, recibiendo lecciones de la vida y estas lecciones son los acontecimientos que encontráis en vuestro camino. 50. Sois a semejanza de las aves, que habéis construido este nido donde os reunís para esperar la llegada de la alondra. A veces el vendaval azota al árbol y huís temerosos, buscando donde refugiaros y confundidos preguntáis: ¿Por qué lo ha permitido el Maestro? Y el Maestro os dice: Yo permito esas pruebas, para que por vosotros mismos sepáis si lo que habéis construido es firme o aún es frágil. 51. Esta casa de oración, como todos los lugares en donde os reunís para escuchar mi palabra, están sujetos a las vicisitudes de los tiempos, las cuales os he dicho que son lecciones y pruebas para vosotros. 52. Vivid unidos espiritualmente para que siempre que os veáis azotados por el huracán, cada quien ocupe su puesto y permanezca firme hasta que la tempestad pase y vuelva de nuevo a vosotros la paz; pero si os consideraseis impotentes para uniros y hacer frente a la adversidad, entonces imitaréis al paralítico, que ya no hace esfuerzo para moverse sabiendo que sus miembros están inutilizados. ¿De qué sirven las facultades que existen en vuestro espíritu, si cuando llega la hora de reconocer el valor de ellas, dudáis, flaqueáis y abandonáis vuestra misión espiritual? 53. ¿Dudáis de mi presencia porque las pruebas azotan el lugar en que os reunís? Yo os digo, que Yo soy el que se presenta y habla aunque estos lugares dejaran de existir. 54. No os fanaticéis con los recintos materiales. ¿No comprendéis que el templo indestructible y eterno es el que estáis levantando en vuestro ser? 55. En las horas de paz examinaos a fin de que vuestra conciencia os diga si el valor de vuestras obras es verdadero o aparente, si vuestros méritos nada más lo son delante de vosotros o si han llegado a Mí. 56. Vosotros, que tenéis mi comunicación y que os deleitáis escuchando mis frases de sabiduría y amor, no os preparáis para los tiempos venideros. En cambio, ¡Ved a vuestros hermanos que no reciben este mensaje, cómo construyen, trabajan y edifican, aunque la mayor parte de su obra sea material! Imitad su esfuerzo y su unión. 57. Ellos también son combatidos, perseguidos y juzgados, sin embargo no dudan de Mí; y vosotros que habéis sido nombrados mis nuevos discípulos y que estáis oyendo mi manifestación como Espíritu Santo, dudáis porque esta casa de reunión por instantes le habéis visto sujeta a los rigores y pruebas propios de vuestra vida. 58. Los niños crecen y se hacen hombres para convertirse a su vez en padres, más vosotros en vuestro espíritu seguís siendo infantiles y no queréis crecer ni multiplicaros en conocimiento y amor. 59. Todo lo creado tiene una explicación justa y una razón de ser, de acuerdo con la perfección del Padre, pero vosotros no miráis perfección ni justicia, ni razón. Si las obras no son como vosotros las concebís, dudáis; si vuestras esperanzas no se realizan, dudáis; en cada uno de vuestros sufrimientos dudáis de Mí y si miráis desatados los elementos de la Naturaleza, vuestra duda crece. 60. ¿En qué lugar me colocáis si no me amáis como vuestro Dios y Señor? Pensáis de manera limitada y pequeña, sin analizar el mensaje que os doy en cada prueba. En verdad os digo que cuando interpretéis el sentido de las enseñanzas que a través de la vida os envío, sabréis quién soy Yo, y conoceréis el porqué de cada lección. 61. Así como aprendéis en el mundo a leer, aprended a analizar la enseñanza del espíritu y su lenguaje de amor. 62. Hay quienes piensan que este mundo es sólo para la materia, para que en él triunfen las pasiones de la carne, más con ello están deteniendo la elevación del espíritu. ¡Ah humanidad, pequeña y vanidosa, que queréis hacer la vida a vuestra voluntad! Sabed que este mundo lo mismo es para la materia que para el espíritu; por eso siempre he venido a enseñaros a cumplir con la ley material, ayudando a la vez al espíritu en su evolución. A los materializados del Segundo Tiempo tuve que decirles para hacerles comprender: “Dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”. 63. Para vencer la debilidad, la pequeñez, la miseria, las pasiones y destruir la duda, es indispensable la fe y las buenas obras que son virtudes que vencen lo imposible, ante ellas lo difícil e inalcanzable se desvanece como sombras. 64. Dije a los hombres que en Mí creyeron en el Segundo Tiempo: “Tu fe te ha salvado”. Así lo declaré porque la fe es una potencia curativa, es una fuerza que transforma y su luz destruye las tinieblas. 65. En verdad, en verdad os digo, que lo imposible no existe. En casos tan pequeños como vuestros quebrantos de salud, hablad a Dios que habita en cada uno de vosotros, que sabe lo que necesitáis y lo que sentís, os dará según sea su voluntad. 66. En la Doctrina que prediqué cuando estuve en la Tierra y en la que ahora os enseño a través del portavoz humano, se manifiesta mi Espíritu, por eso mi enseñanza os recrea y al mismo tiempo os fortalece, porque no es palabra que halague sólo los sentidos materiales, sino que sustenta al espíritu. 67. Por eso entre las multitudes que me escuchan unos vienen a curarse con la palabra de sabiduría, con el consuelo que vierte; otros vienen a aligerar su carga de pecados oyendo mi enseñanza de justicia, de perdón y de amor. 68. Al oírme hablar así, vuestras fibras sensibles por el dolor se estremecen y si me llamáis como Doctor, a vosotros me acerco a sanaros. 69. Sentid que mi amor es sobre vosotros como un manto de consuelo. 70. Bienaventurados los que ponen su esperanza y su fe en mí. Sentidme cerca de vosotros y decidme con el corazón vuestras penas, no temáis, ovejas amadas, nadie como Yo sabe entender vuestra balbuciente oración. Mostradme vuestra herida, señaladme vuestra dolencia y ahí depositaré mi bálsamo de amor y caridad. 71. Recibo vuestras penas que en silencio me confiáis. Penetrad en comunión espiritual conmigo, para que sintáis profundamente mi presencia en vosotros. 72. Veréis cómo la serenidad del espíritu aquieta el mar tempestuoso de vuestras pasiones. Sólo me habéis escuchado en estos instantes a través del pedestal y sin embargo, cuánto me han hablado vuestros corazones. ¡Cuántas penas y amarguras han llegado hasta Mí! ¡Cuántos corazones que sufren por las ingratitudes, marchitos como flores cortadas y olvidadas después! ¡Llanto que no asoma a los ojos, que se lleva oculto en el corazón y espera del instante de paz! Dolor de hombres, de esposas y de madres. Todo lo recojo con el poder de mi amor. 73. He venido a fortalecer y a proteger a los débiles contra el dolor, pero una vez sanos, iluminados y fuertes, quiero verlos consolando a los que sufren. Cuando exista el amor de los unos a los otros, vuestro mundo brillará con la luz de la armonía y de la verdad que brotará de sus hijos encarnados y desencarnados, a quienes les fue confiado este mundo como mansión pasajera. 74. Os he hablado una vez más por medio de labios que no son puros, pero que en el instante de mi comunicación, han sabido interpretar mi palabra de amor. No creáis que sea una forma imperfecta la que estoy empleando para hablaros, llego al entendimiento más no a la materia pecadora. Mi luz se acerca cuando el portavoz, en éxtasis, me ofrece su corazón, me entrega su ser, entonces lo utilizo como vehículo para llegar en forma limitada, humanizada, a las multitudes. 75. Esta fue mi promesa a través de Jesús y os la he venido a cumplir. Dije en el Segundo Tiempo a mis apóstoles: “Si no me fuese, no vendría a vosotros el Espíritu Consolador”. Quise decir: si Yo Jesús, en cuerpo, no me fuese, no podría venir a manifestarme a vosotros en espíritu. Pues el Espíritu Consolador, el Espíritu Santo que os prometí, soy Yo, es mi palabra, es mi mensaje de amor. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 21 1. Discípulos: Habéis olvidado la forma de orar que os enseñé en el Segundo Tiempo y he venido a recordárosla. 2. La oración debe ser para vosotros algo más grande y poderoso que repetir las palabras aprendidas de memoria con las que nada alcanzáis si no tenéis elevación espiritual. 3. No acostumbréis orar únicamente con palabras, orad con el espíritu. También os digo: Bendecid con la oración, enviad pensamientos de luz a vuestros hermanos, no pidáis nada para vosotros, recordad que quien se ocupe de lo mío, siempre me tendrá velando por él. 4. La semilla que sembréis con amor, la recibiréis multiplicada. 5. Visitad y ungid al enfermo, confortad al presidiario, dad paz al necesitado y llevad el consuelo al corazón angustiado. 6. Los hombres han confundido la verdadera caridad olvidando uno de los sentimientos más elevados del espíritu, con el materialismo que se manifiesta en todos sus actos. Os he visto dar con desprecio y aún con asco, unas monedas a vuestros hermanos los pobres, y dais monedas, porque en el corazón no tenéis nada que dar; si al menos las dieseis con amor o con deseo de ayudar, pero las dais con orgullo, con ostentación humillando al menesteroso. Si las dieseis sin vanidad ni repulsión, vuestra pobre moneda en parte mitigaría la sed de amor de esos espíritus en plena restitución. 7. A los que así entienden la caridad y con esas obras imperfectas tratan de acallar la voz de su conciencia y pretenden hacerme creer que cumplen con una de mis más elevadas enseñanzas, vengo a deciros: Recogeos en vuestra alcoba y en vuestra oración comunicaos conmigo, para que en esa comunión a la que por ahora no estáis acostumbrados, sintáis en vuestro interior un destello de bondad y gratitud hacia el Padre, y sintiendo el dolor de vuestros semejantes, pidáis por ellos aunque sólo lo hagáis por los vuestros, lo que ya sería un paso hacia la espiritualidad. 8. No puedo pedir aún de todos los hombres abnegación y caridad para los demás o verdadero amor para el prójimo; más de vosotros, discípulos y párvulos, que día tras día escucháis esta voz que dulcifica vuestros sentimientos, sí espero obras dignas de Mí y de vosotros. 9. Si amáis, los demás beneficios os vendrán por añadidura. 10. El amor os dará la sabiduría para entender la verdad que otros buscan inútilmente por los escabrosos caminos de la ciencia. 11. Dejad que el Maestro os guie en todos los actos, palabras y pensamientos. Preparaos bajo su dulce y amoroso ejemplo y manifestaréis el amor divino, así os sentiréis cerca de Dios, porque estaréis en armonía con El. 12. Si amáis, lograréis ser mansos, como Jesús lo fue. 13. Si amáis, no necesitaréis cultos materiales ni ritos, porque llevaréis la luz que ilumina vuestro templo interior, ante el cual se romperán las olas de todas las tormentas que os pudiesen azotar y se destruirán las tinieblas de la humanidad. 14. No profanéis más lo divino, porque en verdad os digo, que es mucha la ingratitud con que os mostráis ante Dios, cuando hacéis esas prácticas externas que habéis heredado de vuestros primeros hermanos, y en las que os habéis fanatizado. 15. A Jesús lo vio sufrir la humanidad y su enseñanza y testimonio es creído por vosotros, ¿Para qué seguirlo crucificando en vuestras esculturas? ¿No os bastan los siglos que lleváis de exhibirlo como la víctima de vuestra maldad? 16. En vez de recordarme en los tormentos y en la agonía de Jesús es mejor que me recordéis en su resurrección, plena de luz y gloria. 17. A veces, al mirar vuestras imágenes representándome en la forma de Jesús en la cruz, hay quienes han pensado que se trató de un hombre débil, cobarde o tímido, sin pensar que Yo soy Espíritu y vine a padecer lo que vosotros llamáis sacrificio y que Yo llamo deber de amor, para ejemplo de toda la humanidad. 18. Cuando se es Uno con el Padre, no hay armas, ni fuerza, ni suplicios que puedan doblegar; más si en cuanto hombre padecí, sangré y morí, fue por daros mi ejemplo sublime de humildad. 19. Los hombres no han comprendido la grandeza de aquella lección, y por doquiera levantan la imagen del crucificado, que representa una vergüenza para esta humanidad, la cual sin amor ni respeto hacia Aquél a quien dice amar, le sigue crucificando e hiriendo diariamente al herir el corazón de sus hermanos, por quienes dio el Maestro su vida. 20. ¡Ah, hijos míos de todas las creencias, no deis muerte a los más nobles sentimientos del espíritu, ni tratéis de conformarlo con prácticas y cultos externos! Mirad: Si una madre, no tiene nada material que ofrecer a su amado y pequeño hijo, lo estrecha contra su corazón, lo bendice con todo su amor, le cubre de ósculos, lo mira dulcemente, lo baña con sus lágrimas, pero jamás trata de engañarlo con actos vacíos de amor. 21. ¿Cómo concebís que Yo, el Divino Maestro, apruebe que os conforméis con las prácticas vacías de toda esencia, verdad y amor, con las cuales tratáis de engañar a vuestro espíritu, haciéndole creer que se ha sustentado, cuando en realidad cada vez se encuentra más ignorante de la verdad? 22. Aprended a amaros, a bendeciros, a perdonaros los unos a los otros; a ser mansos y dulces, buenos y nobles, y entended que, de no hacerlo así, no tendréis en vuestra vida ni el más leve reflejo de las obras de Cristo, vuestro Maestro. 23. A todos hablo y os invito a destruir los errores que por tantos siglos os han detenido en vuestra evolución. 24. Tomad por escudo el amor y empuñad como espada la verdad y pronto encontraréis el camino. No temáis ser sembradores de amor, porque ya no están Pilatos ni Caifás en el mundo para que juzguen a mis discípulos. Pequeños calvarios encontraréis a vuestro paso, más pasad por ellos dejando huella de fortaleza, de serenidad y fe. 25. Cristo os dio su ejemplo, pero es y seguirá siendo el eterno Maestro, en espíritu y en verdad. 26. El Espíritu de Verdad y Consolación, es el mismo Espíritu de Dios que palpitó en el Jesús amoroso que habitó entre los hombres y que palpitará en vosotros cuando sepáis amar como Él os enseñó. 27. Vosotros que sois mis nuevos discípulos, escuchad: Desde el Segundo Tiempo os hablé con suma claridad acerca de Mí, para evitaros caer en tentación, en errores. Cuando os dije: El Padre y Yo somos Uno, con ello os quise decir que mi amor a vosotros, en mi palabra y en cada una de mis obras, teníais la presencia del Padre; sin embargo las religiones que después se fundaron basadas en aquella enseñanza, han caído en materialismo, haciendo figuras en las que representan la forma de Jesús, y lo adoran a través de ellas, olvidando que Cristo es esencia y espíritu. 28. Si Yo hubiese deseado que me adoraseis en la figura de Jesús, os hubiese dejado su cuerpo, para que le rindierais culto, pero si concluida su misión hice desaparecer aquella materia, ¿Por qué los hombres le adoran? Yo os revelé que mi Reino no es material, más a pesar de ello los hombres aún quieren retenerme en la Tierra, y me presentan las riquezas y el poderío de un reino que es pasajero y limitado. 29. Dos naturalezas hubo en Jesús, una material, humana, creada por mi voluntad en el seno virginal de María, a la que llamé el Hijo del Hombre, y la otra divina, el Espíritu, el cual fue nombrado el Hijo de Dios. En ésta fue el Verbo Divino del Padre, el cual habló en Jesús; la otra fue tan sólo material y visible. 30. Cuando fui interrogado por el pontífice Caifás diciéndome: Yo te conjuro a que me digas si eres el Cristo, el Mesías, el Hijo de Dios. Yo le respondí: “Tú lo has dicho”. 31. A mis apóstoles les había anunciado que me volvería al Padre, de donde había venido, entonces me refería al Espíritu Divino que se limitó en el cuerpo bendito de Jesús; más cuando les profeticé a mis discípulos que el Hijo del Hombre sería entregado y crucificado, sólo me refería a la parte material; al espíritu no sería posible crucificarle ni darle muerte, porque es inmortal y está sobre todo lo creado. 32. Si os dije que imprimiría mi Ley en vuestro corazón, la grabaría en vuestro espíritu y reinaría en vosotros, me refería a mi sabiduría, a mi esencia eterna. Debéis comprender que no es Jesús el que penetra en vuestro corazón, sino Cristo, el Verbo eterno, Aquél que por boca del profeta Isaías fue anunciado como el Cordero inmolado. 33. En lo material fue Jesús vuestro ideal y la realización de la perfección, para que en El tuvieseis un ejemplo digno de imitarse, quise enseñaros lo que debe ser el hombre para asemejarse a su Dios. 34. Dios es uno y Cristo uno con El, puesto que es el Verbo de la Divinidad, el único camino por el cual podéis llegar al Padre de todo lo creado. 35. Mi semilla está sembrada en cada espíritu de la humanidad y llegará el día en que podáis elevaros hasta ser semejantes a vuestro Maestro. 36. El Espíritu de Verdad, es la sabiduría divina que viene a aclarar los misterios y ha llegado a los hombres, en cumplimiento de mi promesa hecha a la humanidad. Estáis viviendo la Era en que habían de realizarse estas manifestaciones, por encontraros preparados espiritualmente para recibirlas. 37. Ved que los males que hoy aquejan a la humanidad, provienen de su falta de cumplimiento a mi Ley, y por haber dado una interpretación material a las enseñanzas y revelaciones divinas. Con estos errores, ¿Cómo habían de darse cuenta de su naturaleza espiritual y de los lazos divinos que ligan a toda la humanidad con su Creador? De ahí proviene vuestro egoísmo, vuestras guerras y vuestro apego a los goces materiales. 38. El Espíritu de Dios, es como un árbol infinito en el que las ramas son los mundos y las hojas los seres. Si una misma es la savia que pasa por el tronco a todas las ramas y de éstas a las hojas, ¿No pensáis que hay algo de eterno y de santo que os une a todos entre sí, y que os funde con el Creador? 39. Breve es vuestro paso por el mundo, pero es necesario que cumpláis con vuestra misión antes de partir de esta vida, a fin de que lleguéis a habitar moradas más elevadas para el espíritu, en el más allá. 40. Espíritu y materia, son dos naturalezas distintas, de ellas está formado vuestro ser y sobre ambas está la conciencia. La primera es hija de la luz, la segunda proviene de la tierra, es materia, ambas están unidas en un solo ser y luchan entre sí guiadas por la conciencia, en la cual tenéis la presencia de Dios. Esa lucha hasta ahora ha sido constante pero al final, espíritu y materia cumplirán en armonía la misión que a cada una le señala mi Ley. 41. También podéis figuraros al espíritu como si fuera una planta y el cuerpo como la tierra. El espíritu que ha sido plantado en la materia, crece, se eleva sustentándose con las pruebas y enseñanzas que a través de su vida humana va recibiendo. 42. Vengo a enseñaros a conocer profundamente a vuestro espíritu, porque esa inmensa ola de materialismo que ha venido avanzando sobre la humanidad, tendrá que crear inmensas necesidades espirituales y es preciso que en el mundo exista una fuente de luz, en donde los sedientos de ella puedan calmar su sed. 43. Cuántas y espantosas guerras esperan a la humanidad, mucho más aterradoras que las que han pasado: en las que el furor de los elementos desencadenados, se confundirá con el estruendo de vuestras armas; el mundo será pequeño para contener en su seno tanta destrucción. Todo ello traerá como consecuencia que los hombres, habiendo llegado al máximo de su dolor y de su desesperación, se dirijan suplicantes al Dios verdadero, al que no quisieron llegar por el camino del amor, para pedirle su divina paz. Entonces Yo, Cristo, el Verbo, resucitaré en los corazones, porque ese tiempo será el tercer día, en el cual cumpliré la promesa de salvación al construir el templo como os lo prometí. 44. Como el ángel que se posó sobre el sepulcro de Jesús, descenderá mi Espíritu Divino a levantar la loza sepulcral que cierra vuestro corazón para que mi luz alumbre lo más íntimo del ser humano. 45. Ésta será la alborada espiritual de la cual seréis testigos; pero mi simiente y la buena nueva se propagarán, porque el tiempo de la lucha se acerca y es menester que mis hijos se encuentren preparados, más sabed desde ahora que en esta lucha no habrá titubeos, ella será llevada hasta el final en el que la luz triunfará sobre las tinieblas de la humanidad. 46. Oíd con atención, discípulos, para que vosotros a quienes he explicado tantos misterios, no vayáis a perder las llaves que os he confiado, para abrir el libro de mi sabiduría, sentid la paz para que podáis hacerla sentir a vuestro alrededor. 47. Solamente con la elevación serena y límpida de vuestro espíritu, llegaréis a ser los sembradores de la espiritualidad. 48. En medio de todas las vicisitudes de vuestra vida terrestre, muchos prodigios podréis llevar a cabo, si verdaderamente atesoráis en vuestro espíritu el don de la paz que os da mi amor; en cambio, si no la lleváis, muy pocas obras dignas de Mí podréis hacer. 49. Recibid mi Enseñanza sin inquietudes, apaciblemente, contempladme con la sensibilidad de vuestros sentimientos y sentidme con ternura, como los pequeños sienten a su madre amorosa. Sólo así estaréis en condiciones de recibir y aprovechar el torrente de luz que se desborda de mis enseñanzas. 50. Aprended a penetrar en el ambiente de íntima paz que os brindan estos instantes en que permanecéis conmigo, y olvidaos de vuestras penas y problemas, para que os fortalezcáis en mi amor. 51. Sed fuertes para que resistáis las pruebas y oréis por la humanidad que se agita y sufre como vosotros, y de cierto os digo que al sentir la llegada de mi paz, vosotros percibiréis que esa paz ha descendido sobre todos. 52. Me preguntáis por qué en muchas ocasiones, para recibir alguna gracia de Mí, antes tenéis que llorar por medio de alguna prueba, y Yo os digo, que siendo cada uno de vosotros como un árbol, a veces tenéis ramas tan enfermas o secas, que es necesaria la poda para que haya buenos frutos, y esos cortes tienen que ocasionaros dolor. 53. A veces esa poda llega hasta las mismas raíces para destruir los males que han contaminado a vuestro espíritu. 54. De momento lloráis, mas no desesperéis, porque después del dolor viene la verdadera salud. 55. Cuando os aparto del mal camino, lo hago con gran caridad y amor, aunque por el momento no comprendáis mis designios perfectos. Yo domino en vosotros la enfermedad y la transformo en salud y alegría, es así como voy acercando al camino al materializado, al confundido, al extraviado del sendero del bien. 56. Cuando crucificaron a Jesús, Él perdonó con dulzura a sus verdugos y les dio la vida, rogando a su Padre por su salvación; con sus palabras y su silencio también les dio el perdón y esas pruebas de infinito amor a la humanidad, fueron y serán eternamente como veneros inagotables, en los cuales se inspirarán los hombres para sus más nobles acciones de perdón y amor. 57. Hoy como ayer, vengo a daros a beber de esa fuente de verdad y de vida, a levantaros de vuestras caídas, y a iluminar vuestra senda para que soportéis las pruebas en vuestra marcha por este mundo y ello sirva como un peldaño para ascender a la mansión donde conoceréis la suprema paz. 58. De vuestro Creador nada temáis; en cambio de vosotros mismos sí, cuando vuestro espíritu no se encuentre en el camino trazado por mi Ley. 59. Buscad el sendero que os trazó Jesús para que apartéis vuestro cáliz de amargura. Si os perdéis o retardáis voluntariamente vuestra llegada al Reino de la paz, será porque así lo queráis más no porque sea mi voluntad. 60. Dejad que os guie, para que apoyados en Mí, interpretéis las enseñanzas que os brinda el libro de la Vida y comprendáis algo del porvenir que espera a la humanidad. 61. No temáis a reyes o a señores ni a nadie que os ostente cualquier título o poder, porque nada podrá oponerse a lo que está ordenado por el Padre. 62. He manifestado mi luz traducida en palabra, que habéis oído unos y que por escritos y testimonios conocerán todos. 63. Os he dicho que soy el Gran Guerrero cuya espada viene en son de lucha, más comprended que no vengo a provocar guerras entre los hombres, como las que siempre tenéis; mi guerra es de ideas, de convencimiento, en la que brilla la verdad, el amor, la razón, la justicia y la verdadera sabiduría. 64. Más cuando la lucha sea más intensa y el hombre comience a comprender que estos mensajes son inspiraciones divinas, destellos del amor de Dios, que sólo busca la paz entre la humanidad, sentirá impulsos de ponerlos en práctica, de enseñarlos a todos los que no los conozcan, y entonces tomará mi Doctrina para exterminar el mal que os han causado vuestras desobediencias. 65. Sobre lo que aprendáis y analicéis de la palabra escrita, Yo derramaré mi inspiración, para que apliquéis la enseñanza que deis a vuestros hermanos. 66. Cuando entre los hombres comiencen a surgir los que impasibles ante la injuria, amen y perdonen al que les ha herido y con amor bendigan a Dios, porque con sus lecciones perfectas los convirtió en ejemplos vivientes de Jesús, entonces estaréis en el principio del reinado de Cristo en el corazón de la humanidad. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 22 1. Este es un tiempo de gran luz para el pueblo de Israel, en el que estoy despertando a los espíritus de diversas moradas, en los diferentes caminos de la Tierra; para que todos mis hijos lleguen a Mí llenos de comprensión y amor a recibir su heredad. 2. Voy escogiendo entre la humanidad a hombres, mujeres, ancianos y niños, en los que se albergan los espíritus de Israel, que son los primogénitos de mi Divinidad, responsables de mis revelaciones. 3. En los tres tiempos he reunido y congregado a mi pueblo, y en esta Tercera Era se ha sorprendido vuestro espíritu con mi presencia y mi palabra a través del entendimiento humano, porque no creísteis que Cristo, el Verbo Divino, viniera a comunicarse con vosotros bajo esta forma. Habiéndoos anunciado mi retorno como Espíritu Santo a través de los profetas, no velasteis esperando mi llegada, y ahora que tenéis mi manifestación entre vosotros, no me habéis reconocido, por vuestra falta de espiritualidad, de estudio en las enseñanzas divinas. Más debéis comprender que en cualquier forma en que me manifieste a vosotros, siempre seré esencia, presencia y potencia, verdad y amor. 4. Entonces ¿Por qué habéis dudado de Mí en los tres tiempos en que me he manifestado ante vosotros? ¿Acaso os he ocultado las señales y el tiempo de mi llegada, para que la humanidad se confundiera? No, en verdad. Los que dudáis de mi presencia, callad, sellad vuestros labios, seguid escuchándome incansablemente, hasta que confeséis que Soy Yo, vuestro Señor, quien ha venido a comunicarse a través del entendimiento humano. Si me estoy manifestando por conducto de hombres y mujeres, cuyas imperfecciones y flaquezas son semejantes a las vuestras, es porque he buscado por quien comunicarme y no he encontrado un corazón casto y puro para manifestarme en todo mi esplendor. 5. He buscado entre la niñez y contemplo que mientras su carne es inocente, su espíritu lleva consigo una cadena de vicios que ha recogido en los tiempos pasados y se ha olvidado de que ha vuelto a encarnar en este planeta tan sólo para purificarse por medio de una nueva envoltura. He buscado entre la juventud un corazón puro y he contemplado que el mancebo se ha manchado y lleva lacras en su espíritu; y en la doncella está el germen de la tentación. Entre los ancianos miro tan sólo a seres cansados y confundidos por las vicisitudes de la vida. En los científicos se encuentra el materialismo y la soberbia, porque habiéndoles mostrado los secretos de la Naturaleza, se han sentido grandes y han querido convertirse en dioses en este mundo. Y entre los que se dicen ministros de mi Divinidad, sólo descubro al hipócrita y al fariseo del Tercer Tiempo. Por ello os digo: He escogido entre los pecadores a los que he nombrado portavoces, que son iguales a vosotros, y que por este don que les he entregado, están restituyendo y se están salvando. En el instante en que desciende mi rayo para iluminarlos y así preparados comunicarme por su conducto, aparto la mancha, recibo su elevación, y mi mundo espiritual, a quien han sido encomendados para velar por sus pasos, los prepara y dignifica. 6. Yo podría manifestarme visiblemente o hacer resonar mi voz, como la escuchasteis en el Primer Tiempo en el monte Sinaí, pero en esa forma ¿Qué méritos de fe haríais delante de Mí? Ninguno, porque la virtud de la fe es un peldaño en la escala de vuestra elevación. Mas no por eso me oculto, y si me comunico por el conducto del hombre es porque os amo y os estoy dando una lección más elevada y quiero que en su perfección me reconozcáis. 7. En el espíritu del hombre que es mi obra maestra, he puesto mi luz divina, lo he cultivado con infinito amor, como el jardinero cultiva la planta mimada de su jardín. Os he colocado en esta morada en donde nada os haga falta para vivir, para que me conozcáis y os conozcáis a vosotros mismos. Os he dado potestad en el espíritu para sentir la vida del Más Allá y en vuestra materia sentidos para que os recreéis y perfeccionéis. Os he entregado este mundo para que en él comencéis a dar vuestros primeros pasos, y en este camino de progreso y perfeccionamiento experimentéis la perfección de mi Ley, para que a través de vuestra vida me vayáis reconociendo y amando, y por vuestros méritos lleguéis a Mí. 8. Os he otorgado el don del libre albedrío y os he dotado de conciencia. El primero para que os desarrolléis libremente dentro de mis leyes y la segunda, para que sepáis distinguir el bien del mal, para que ella como juez perfecto os diga cuándo cumplís o faltáis a mi Ley. 9. La conciencia es luz de mi Espíritu Divino que no se aparta en ningún momento de vosotros. 10. Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, soy la paz y la bienandanza, la promesa eterna de que estaréis conmigo y también el cumplimiento de todas mis palabras. 11. Si sentís desconfianza ante la vida, si os consideráis impotentes para la lucha, orad, comunicaos conmigo y permaneced en el sendero de paz que os traza mi amor. Enmendad vuestros yerros, regeneraos y perdonad al que os ofenda. Resignaos en las pruebas, y sentiréis mi fortaleza y paz, a pesar de las vicisitudes de la vida. 12. El Maestro se apresura a enseñaros y a derramar su sabiduría en vuestro espíritu y corazón, porque sólo un corto tiempo os hablaré bajo esta forma. Quiero dejaros como herencia mi palabra, para que la guardéis celosamente. Ella es la verdad, y si la dais a conocer a vuestros hermanos, con su pureza original y con vuestras buenas obras, habréis cumplido vuestra misión espiritual. 13. Los que en el instante de mi partida me digan: “Señor, te apartas de nosotros y nos dejas en la orfandad”, esos serán los que han sido sordos y ciegos ante mis manifestaciones y no han querido comprender mi lección. 14. Ha mucho tiempo que he contemplado fanatismo e idolatría en vuestro culto; traéis a estas casas de oración, ofrendas materiales que no llegan a Mí, por ello os he invitado a que analicéis mi palabra, para que vuestro espíritu evolucione, porque la etapa de preparación está terminando y es necesario que deis un paso adelante en la comprensión de mis enseñanzas. 15. Los profanos se convertirán en párvulos, los párvulos en discípulos y los discípulos en ejemplos vivos de humildad, caridad y sabiduría. Muchos de ellos se encuentran entre estas muchedumbres, pero también los hay diseminados entre los científicos y entre las religiones y sectas. 16. No os envanezcáis con los frutos de vuestra ciencia, porque ahora que tantos adelantos habéis hecho en ella, es cuando más sufre la humanidad, cuando hay más miseria, intranquilidad, enfermedades y guerras fratricidas. 17. El hombre no ha descubierto aún la verdadera ciencia, aquélla que se logra por el camino del amor. 18. Mirad cómo la vanidad os ha cegado; cada nación quisiese tener a los sabios más grandes de la Tierra. En verdad os digo que los científicos no han penetrado profundamente en los arcanos del Señor. Puedo deciros que es todavía superficial el conocimiento que de la vida tiene el hombre. 19. Se acerca el tiempo en que las revelaciones espirituales, descubran a la humanidad la senda luminosa para llegar a conocer los misterios que se esconden en el seno de la Creación. La luz de mi espíritu os revelará la forma de adquirir la verdadera ciencia que le permita al hombre ser reconocido y obedecido por las criaturas que os rodean y por los elementos de la Creación, cumpliéndose así mi voluntad de que el hombre llegase a enseñorearse de la Tierra, mas eso será cuando el espíritu del hombre iluminado por la conciencia, haya impuesto su potestad y su luz a las flaquezas de la materia. 20. ¿Cómo podrán someterse a la voluntad del hombre las fuerzas y los elementos de la Creación, cuando a ellos los mueven sentimientos egoístas, mientras a la Naturaleza la rige mi Ley de amor? 21. Es menester que los ideales de la humanidad se encaminen por sendas de justicia, guiados por la verdad de una enseñanza perfecta, que le revele el sentido de la vida eterna y esa enseñanza es esta Doctrina espiritual, la que en el transcurso de los tiempos transformará vuestra vida espiritual y humana. 22. El hombre por sí solo es incapaz de recibir mi palabra y modificar sus costumbres, tendencias, ambiciones e ideales, por eso he permitido que el dolor por un tiempo le estremezca, más cuando el cáliz le sea más amargo y reconozca ante el juez de su conciencia sus errores, invocará mi nombre, me buscará, volverán a mi redil de amor las ovejas perdidas, y todos mis hijos serán llenos de la luz de mi Espíritu para empezar una nueva forma de vida. 23. No he venido a poner defectos a vuestras obras en la Tierra, no, vengo a señalaros vuestros errores, porque quiero que alcancéis la perfección que os corresponde por herencia eterna. Vuestro espíritu no se perderá porque es un destello de la luz divina e imagen de vuestro Padre y creador. 24. ¿Qué sería de vuestro espíritu si me consagrase a ensalzar vuestras obras humanas y le dejase indefinidamente abandonado a las pasiones terrestres? 25. Si he venido a vosotros es porque os amo, si os hablo en apariencia con severidad, en mi palabra está mi justicia y mi amor. Si os hago conocer mi verdad, aunque ella a veces os cause dolor, es porque quiero vuestra salvación. 26. No rechacéis mi palabra, analizadla para que en su esencia encontréis la doctrina capaz de obrar el milagro de transformar este valle de lágrimas, hoy convertido en campo de sangrientas batallas entre hermanos, en un valle de paz en donde solo viva una familia, la humanidad, practicando las leyes justas perfectas y amorosas que vuestro Padre os ha inspirado, porque en el cumplimiento de ellas hallaréis la felicidad. 27. Pocos discípulos he tenido en este mundo y en menor número los que han sido cual imagen del Divino Maestro. En el valle espiritual, es donde tengo muchos discípulos, porque es en donde más se adelanta en el estudio de mis enseñanzas. Allí es donde mis párvulos los sedientos y hambrientos de amor reciben de su Maestro lo que la humanidad les negó. Allí es en donde brillan por su virtud los que por su humildad fueron ignorados en la Tierra y en donde lloran tristes y arrepentidos los que brillaron con falsa luz en este mundo. 28. En el más allá, es en donde os recibo como no lo esperabais en la Tierra, cuando restituyáis llorando, pero bendiciéndome. No importa que a lo largo de vuestra jornada, hayáis tenido un instante de desesperación, Yo tomaré en cuenta que tuvisteis días de grandes dolores y que en ellos demostrasteis resignación y bendijisteis mi nombre. También vosotros dentro de vuestra pequeñez habéis recorrido algunos calvarios, aunque éstos hayan sido causados por vuestra desobediencia. 29. He ahí, que por unos instantes de fidelidad y de amor a Dios, logréis tiempos de vida y de gracia en el más allá. Así responde mi amor eterno, al amor momentáneo del hombre. 30. Bienaventurados los que cayendo y levantándose, van llorando y bendiciéndome, los heridos por sus propios hermanos, confían en Mi muy dentro de su corazón. Esos pequeños y tristes, escarnecidos, pero mansos y por lo mismo fuertes de espíritu, son verdaderamente mis discípulos. 31. Alegraos porque con estas lecciones progresaréis en vuestra evolución, aun cuando haya quienes dejándose guiar por ligeros juicios, piensen lo contrario. Durante siglos habéis estado divididos por religiones y sectas, porque siempre habéis tenido sed de conocer algo más de lo que conocíais y todavía tenéis el corazón marchito de amor a pesar de tantas creencias como habéis tenido. Más pronto os agruparéis en torno al amor perfecto que emana del Libro de la Vida Verdadera que es esta palabra. 32. Agonizáis de sed espiritual, os marchitáis por falta del rocío de amor y afectos puros; os sentís solos y por eso he venido a derramar entre vosotros la fragancia inconfundible de mi amor que hará renacer y florecer a vuestro espíritu en la virtud. 33. Escuchadme, discípulos, para que arranquéis de vuestro entendimiento antiguas creencias. La Cristiandad se dividió en sectas que no se aman entre sí, que humillan, desprecian y amenazan con falsos juicios a sus hermanos. Yo os digo que son cristianos sin amor, por lo tanto no son cristianos porque Cristo es amor. 34. Hay quienes representan a Jehová como un anciano lleno de defectos humanos, vengativo, cruel y más terrible que el peor de vuestros jueces en la Tierra. 35. No os digo esto para que os burléis de nadie, sino para que vuestro concepto del amor divino se purifique. No sabéis ahora cómo me hayáis adorado en vuestro pasado. 36. Practicad el silencio que favorece al espíritu para que pueda encontrar a su Dios, ese silencio es como una fuente de conocimientos y todos los que en él penetran se llenan de la claridad de mi sabiduría. El silencio es como un lugar cerrado con murallas indestructibles, al que sólo tiene acceso el espíritu. El hombre lleva constantemente en su interior, el conocimiento del lugar secreto en el que podrá comunicarse con Dios. 37. No importa el lugar donde os encontréis, doquiera podréis comunicaros con vuestro Señor, ya sea que estéis en la cumbre de la montaña o que os encontréis en la profundidad de un valle, en la inquietud de una ciudad, en la paz del hogar o en medio de una lucha; si me buscáis en el interior de vuestro santuario en medio del silencio profundo de vuestra elevación, al instante las puertas del recinto universal e invisible se abrirán para que os sintáis verdaderamente en la casa de vuestro Padre, la cual existe en cada espíritu. 38. Cuando el dolor de las pruebas os agobie y las penas de la vida aniquilen a vuestros sentidos, si experimentáis un deseo intenso de alcanzar un poco de paz, retiraos a vuestra alcoba o buscad el silencio, la soledad de los campos, ahí elevad vuestro espíritu guiado por la conciencia y entrad en meditación. El silencio es el reino del espíritu, reino que es invisible a los ojos materiales. 39. En el instante de penetrar al éxtasis espiritual, es cuando se logra que despierten los sentidos superiores, surge la intuición, la inspiración brilla, el futuro se presiente y la vida espiritual palpa lo distante y hace posible lo que antes le parecía inalcanzable. 40. Si queréis penetrar en el silencio de este santuario, de esta arca, vosotros mismos debéis ser los que preparéis el camino, porque sólo con verdadera pureza podréis penetrar en él. 41. Ahí existen dones y misiones que sólo han estado esperando que llegara la hora de vuestra preparación, para posarse en vuestro espíritu y convertiros en profetas y en maestros. 42. En el Arca está todo el pasado, el presente y el futuro de los seres, ahí está el maná del espíritu, el pan de la vida eterna, del cual os dije a través de Jesús que “quien de él comiere, no llegará a morir jamás”. 43. Vuestro espíritu se ha deleitado al escuchar mi palabra y ha encontrado una oportunidad para cumplir su misión, entre este pueblo de labriegos que estoy formando. 44. ¡Cuántas aflicciones olvidáis mientras estáis dedicados a esta bendita labor de aconsejar, ungir y consolar a vuestros hermanos! 45. Vuestro espíritu se ha fortalecido y la materia ha sanado, pues Yo os he dicho que aquél que dé paz, bálsamo o haga la caridad en cualquiera de sus innumerables formas, verá en sí multiplicado lo que dio. 46. De esta manera os estoy apartando de los falsos placeres del mundo, de lo superfluo, para que vuestro corazón esté limpio y sea digno siempre de que por él pase mi caridad hacia los necesitados; para que no volváis a contaminaros de la maldad que reina por doquiera. 47. Esa limpidez interior y exterior es esencial en mis discípulos, porque sólo así podréis ser creídos por vuestros hermanos cuando os levantéis a extender esta Buena Nueva. Sólo llevando sano y limpio el corazón podrán brotar de él obras buenas, y de vuestros labios palabras de luz. 48. A vuestro paso hallaréis tiniebla y confusión, y la única fuerza y potestad que tendréis para vencer con la verdad la impostura, será precisamente la limpidez de vuestros sentimientos, la pureza de vuestros hechos; no olvidéis que aunque ante vuestros semejantes aparentéis manifestar la verdad sin poseerla, a Mí no me podréis engañar. 49. Vuestra transformación debe ser profunda y verdadera, a tal grado que lo notéis en la espiritualidad con que lleguen al mundo vuestros hijos, esas generaciones nuevas, que son una promesa para la humanidad, hombres sanos de materia y de espíritu, no esclavos de las tentaciones, ni víctimas de las mentiras de sus hermanos, sino seres capaces de amarme en forma digna y de amar a sus semejantes con verdad. Se acerca el tiempo en que los enemigos de mi Doctrina se levanten acechando vuestro paso, queriendo destruir vuestra simiente, más Yo os digo que si la cuidáis como vuestra heredad sagrada, si veláis por lo que os he confiado, ninguna fuerza podrá destruir lo que con amor y en mi nombre sembréis en el corazón de vuestros hermanos. 50. Practicad mi palabra, predicad con hechos, testificad con buenas obras, palabras y pensamientos y vuestro testimonio será digno de mi enseñanza. 51. Velando y orando debéis esperar a los que tarde o temprano vendrán a buscaros. Los soldados regresarán de la guerra con el corazón deprimido y el espíritu sollozante; los mandatarios reconocerán sus yerros y llorarán públicamente sus faltas y las multitudes sedientas y hambrientas de justicia buscarán estas fuentes de luz espiritual en donde poder beber hasta saciar su necesidad de fe, de paz y de amor. 52. Mi Espíritu vela por cada ser y estoy pendiente hasta del último de vuestros pensamientos. 53. En verdad os digo, que allí en medio de los ejércitos que combaten por ideales y ambiciones terrestres, he descubierto en los instantes de reposo a los hombres de paz y de buena voluntad, convertidos en soldados por la fuerza. De su corazón se escapan los suspiros cuando mi nombre brota de sus labios y las lágrimas corren por sus mejillas con el recuerdo de los suyos: padres, esposas, hijos o hermanos. Entonces su espíritu, sin más templo que el santuario de su fe, sin más altar que su amor, ni más luz que la de su espíritu, se eleva hacia Mí en demanda de perdón por las muertes que involuntariamente ha ocasionado con sus armas. Me buscan para pedirme con todas las fuerzas de su ser que les permita retornar a su hogar o que, si han de caer bajo el golpe del enemigo, que cubra con mi manto de misericordia a los que dejan en la Tierra. 54. A todos los que buscan en esta forma mi perdón, Yo los bendigo porque ellos no tienen la culpa de matar, otros son los asesinos, los que habrán de responderme, llegada la hora de su juicio, de cuanto hayan hecho de las vidas humanas. 55. Muchos de ellos amando la paz, se preguntan por qué Yo he permitido que fuesen llevados hasta los mismos campos de batalla y de muerte, a lo cual Yo os digo que si su entendimiento humano no alcanza a comprender la razón que existe en el fondo de todo esto, su espíritu en cambio, sabe que está cumpliendo una restitución. 56. Sé también de los que olvidándose de los suyos, piensan en todos los pueblos, para llorar de dolor ante la realidad del falso cristianismo de la humanidad. Ellos, en sus oraciones me llaman, en sus meditaciones recuerdan que existe la promesa de mi retorno y que hasta las señales de mi nueva venida fueron predichas y escritas quedaron. Llevan en su corazón estas palabras y por eso, en cada día me preguntan cuándo será mi llegada por Oriente y Occidente, y por todos los puntos buscan las señales sin que sus ojos las descubran, y se sienten confusos. 57. No saben que todas las señales se verificaron ya y que por eso mi Espíritu comienza a manifestar su nueva fase en este tiempo. 58. Cuántas veces al escuchar mi voz espiritual, se han despertado comprender el significado de mis enseñanzas, serán descorridos y contemplaréis en el interior del Tabernáculo Eterno, el arcano del Señor, que es el origen de la vida, de donde brota la verdadera sabiduría. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 23 1. Benditos sean los que buscan estar en paz con su conciencia. Bendito el que siembra la semilla de mi paz en el camino de sus semejantes. 2. Venid a Mí, siempre que os encontréis abatidos por las penas o por la falta de fe, porque Yo soy la luz y la fuerza que os devolverá la tranquilidad espiritual. 3. Cuando ya no me manifieste bajo esta forma, ¿En dónde me escucharéis? En vuestra conciencia, porque a través de ella os estoy indicando el camino del amor. 4. Cuando el mundo atraviesa por una era de desorientación espiritual, cuando el hombre no comprende los misterios que entraña la vida espiritual, ni sabe analizar y meditar en su misión, a pesar de estar capacitado para ello, viene la claridad de mi palabra a iluminarle. La humanidad es testigo de que en estos instantes los científicos consagran todo su tiempo y su fuerza mental, para descubrir en la Naturaleza la respuesta a muchas interrogaciones y dudas que la vida les presenta. Y la Naturaleza responde al llamado de los hombres, dando testimonio de su Creador, que es fuente inagotable de sabiduría y amor, pero también de justicia. Sin embargo, el libre albedrío de que ha sido dotado el hombre no lo ha llevado a despertar a la luz de mi amor, y el espíritu sigue arrastrando las cadenas del materialismo de las que no ha logrado libertarse. Es como si tuviesen miedo de dar un paso adelante en la evolución, acostumbrados a seguir estacionados en las tradiciones que les legaron sus antepasados. El hombre teme pensar y creer por sí mismo, prefiere someterse a la tradición de otros, privándose de su libertad para conocerme. Por esa causa ha vivido en el atraso; más el tiempo de la luz ha llegado para la humanidad y con ella el hombre adquiere conocimientos propios, despierta, adelanta y se sorprende ante la verdad de mi enseñanza. 5. ¿Por qué si la humanidad ha presenciado el desarrollo de la ciencia y ha visto descubrimientos que antes no hubiere creído, se resiste a creer en la evolución del espíritu? ¿Por qué se obstina en lo que estaciona y aletarga? 6. Mi Doctrina y mis revelaciones de este tiempo, están de acuerdo con vuestra evolución. No se envanezca el científico de su obra material y de su ciencia, porque en ella ha estado siempre presente mi revelación y la ayuda de los seres espirituales que desde el más allá os inspiran. El hombre es parte de la Creación, tiene una misión que cumplir, como la tienen todas las criaturas del Creador, pero a él se le ha dado una naturaleza espiritual, una inteligencia y una voluntad propia para que alcance por su esfuerzo, el desarrollo y perfeccionamiento del espíritu, que es lo más elevado que posee. Por medio del espíritu el hombre puede concebir a su Creador, comprender sus beneficios, así como admirar su sabiduría. 7. Si en vez de envaneceros con vuestros conocimientos terrestres, os identificaseis con toda mi Obra, no existirían misterios para vosotros, os reconoceríais como hermanos y os amaríais los unos a los otros como Yo os amo: habría en vosotros bondad, caridad, amor, y por lo tanto unión con el Padre. 8. ¡Cuán pequeños sois, cuando creyéndoos todopoderosos y grandes os resistís a confesar que sobre el límite de vuestro poder y vuestra ciencia está el del que en verdad todo lo sabe y todo lo puede! Entonces, os concretáis a ser materia y sólo materia y parecéis insignificantes, porque quedáis sujetos tan sólo a la ley natural que rige a los seres mortales y fugaces, que nacen, crecen y mueren, sin dejar huella de su paso. ¿Hasta cuándo os levantaréis de ese estado en que os encontráis? Tenéis que hacer un esfuerzo para contemplar más allá del cielo que habéis forjado, para que lleguéis a la comprensión de que sólo por méritos espirituales llegaréis al Padre. 9. No esperéis que otros inicien la marcha hacia Mí, venid, elevad vuestra oración y en esta forma, comprenderéis lo que debéis hacer y sabréis la misión que tenéis que cumplir. Vengo a invitaros a que os acerquéis a Mí, más para ello, no es preciso que abandonéis las misiones, deberes y recreos de la vida humana. 10. Habéis venido a morar a la Tierra en un tiempo en que los hombres viven bajo el imperio de la ciencia humana, y sin embargo, en este tiempo desarrollaréis vuestros dones espirituales: sanaréis al enfermo, profetizaréis y alcanzaréis mayor altura en vuestra evolución espiritual. 11. La luz que ilumina vuestro interior os ayuda a predecir lo que ha de venir, pero debéis prepararos para que ese don florezca. Nada debe de estacionarse, todo debe caminar en armonía con la Creación. 12. No os entrego mi enseñanza sólo como un freno moral para vuestra materia, es con ella con la que podréis escalar las mayores alturas de vuestra perfección espiritual. 13. No vengo creando una nueva religión entre vosotros, esta Doctrina no viene a desconocer a las religiones existentes, cuando ellas están basadas en mi verdad. Es este un mensaje de amor divino para todos, un llamado a todas las instituciones. Quien comprenda el propósito divino y cumpla mis preceptos, se sentirá guiado hacia el progreso y elevación de su espíritu. Mientras el hombre no comprenda la espiritualidad que debe tener en su vida, la paz estará muy lejos de ser una realidad en el mundo, en cambio quien cumpla con mi Ley de amor no temerá a la muerte ni al juicio que espera a su espíritu. Debéis saber que no será hasta que la muerte os llegue cuando os juzgue vuestro Padre, sino que este juicio empieza en cuanto comenzáis a daros cuenta de vuestras obras y sentís el llamado de vuestra conciencia. Mi juicio está siempre sobre de vosotros. En cada paso, ya sea en la vida humana o en vuestra vida espiritual, estáis sujetos a mi juicio, pero aquí en el mundo, en la envoltura, el espíritu se torna insensible y sordo a los llamados de la conciencia. 14. Yo os juzgo para ayudaros a abrir vuestros ojos a la luz, para libertaros del pecado y salvaros del dolor. 15. En mi juicio, jamás tomo en cuenta las ofensas que hayáis podido hacerme, porque ante mi tribunal nunca hace acto de presencia el rencor, la venganza, ni siquiera el castigo. 16. Cuando el dolor llega a vuestro corazón y os toca en lo más sensible, es para señalaros algún error que estáis cometiendo, para haceros comprender mi enseñanza, y daros una nueva y sabia lección. En el fondo de cada una de esas pruebas, está siempre presente mi amor. 17. Algunas ocasiones os he permitido que comprendáis el porqué de una prueba, en otras no podéis encontrar el sentido de aquel toque de mi justicia y es que en la Obra del Padre y en la vida de vuestro espíritu, existen misterios profundos que la mente humana no alcanza a descifrar. 18. Os doy estas enseñanzas, para que no estéis en espera de que la muerte llegue para empezar a saldar vuestras deudas, sino que debéis aprovechar las pruebas que os presente vuestra vida, sabiendo que del amor, de la paciencia y de la elevación con que las recibáis y cumpláis, dependerá que vuestro espíritu llegue ante los umbrales de la vida eterna, despojado del fardo de pecados e imperfecciones que llevó en su estancia en el mundo. 19. Está lejano el tiempo en que se os dijo: “Con la vara que midas serás medido”. ¡Cuántas veces se usó aquella ley para tomar venganza aquí en la Tierra, haciendo a un lado todo sentimiento de caridad! 20. Ahora os digo, que esa vara de justicia, la he tomado Yo y con ella os mediré según vosotros hayáis medido, aunque debo de aclararos que en cada uno de mis juicios estará presente el Padre que mucho os ama, el Redentor que ha venido a salvaros. 21. Es el hombre el que dicta con sus obras su sentencia, terribles sentencias algunas veces, y es vuestro Señor el que os procura ayuda, para que encontréis la forma en que podáis soportar vuestra expiación. 22. En verdad os digo, que si queréis evitaros una restitución demasiado dolorosa, arrepentíos en tiempo oportuno y con una regeneración sincera orientad vuestra vida, en obras de amor y caridad hacia vuestros hermanos. 23. Comprended que Yo soy la puerta salvadora, la puerta que jamás estará cerrada para todos los que con verdadera fe me busquen. 24. Si queréis pruebas sobre la verdad de mis enseñanzas, os digo que ante vuestros ojos tenéis las pruebas que me pedís para seguirme. ¿Cuáles son estas pruebas? La regeneración de estos hombres y mujeres que hoy me sirven como labriegos en mis tierras. 25. Tardía y penosa es en ocasiones esta jornada, pero nunca imposible de recorrer. Delicada y difícil es la misión del discípulo espiritualista, mas no imposible de darle cumplimiento, por lo que os digo a todos los que os encontráis indecisos, que si dudéis de poderme cumplir, es porque sois hombres de poca fe. 26. Mi campiña de amor la brindo a todos los que quieran hacer méritos sirviendo a sus hermanos. Quienes lo han comprendido así, se han acercado presurosos a Mí para pedirme una oportunidad de trabajar en mis tierras benditas donde la semilla es la caridad. 27. Aquí los méritos tienen que ser verdaderos para que puedan ser anotados por Mí en favor de quien los realiza, las apariencias ante los demás no tienen valor alguno ante Mí, por eso, mis labriegos están aprendiendo a trabajar en silencio, a ser humildes y sinceros, a aborrecer la vanidad y a no publicar jamás la caridad. 28. El pueblo no conoce la historia de cada uno de estos labriegos que día tras día le sirven; ignora los esfuerzos, los sacrificios y renunciaciones que han tenido que realizar mis servidores para hacerse dignos de llamarse mis discípulos. 29. Muchos de estos hombres y mujeres que a través de sus dones espirituales os llevan tanta alegría a vuestro corazón, que os hacen sentir mi bálsamo y con su palabra os devuelven la paz, llevan en su corazón una pena oculta que sólo mi mirada contempla. 30. ¡Cuántos de ellos han sido desconocidos y hasta repudiados por sus seres queridos, porque han tomado esta senda! Y los hieren, los calumnian y amenazan, y ellos siguen cumpliendo con amor su misión, sintiendo los azotes y las pedradas de las turbas, mientras caminan bajo el peso de su cruz, como su Maestro. 31. Veo que queréis saber por qué algunos de ellos renuncian a seguir en este cumplimiento, a lo cual os digo que no es porque no hayan soportado el peso de su cruz, sino que el mundo les tentó y cedieron a la tentación, porque quien toma la cruz de amor sobre sus hombros, en realidad no es él quien la carga, más bien es la cruz la que lo sostiene a él, porque cada uno de los pasos del labriego van siempre acompañados de una sensación interior de infinita paz. Más no porque sepáis que mi paz está en los que me siguen, os portéis con ingratitud con ellos, porque son tan humanos como vosotros. No porque los miréis sonrientes y tranquilos os empeñéis en ignorar lo que sufren por llegar a serás útiles y a serviros. 32. ¿Quién ha sabido corresponder con amor y caridad a los que muchas veces suspenden su trabajo por venir a recibir a los necesitados de paz y de salud? ¿Cuándo habéis acudido junto a la cuna del pequeño que tuvo que quedarse solo porque su madre es un labriego que tuvo que ir a cumplir su misión entre los que sufren? En verdad os digo, que así como os he llamado para que aprendieseis a recibir, también os pido que aprendáis a corresponder con amor a la caridad de vuestros hermanos. 33. ¡Cuántas veces os mostráis disgustados y les juzgáis de malos labriegos porque tardan en llegar! Os mostráis exigentes si notáis en ellos un error, porque sabéis que tienen un deber que cumplir. 34. ¡Ah multitudes, que en vez de tomar con humildad el pan que se os da, lo devoráis junto con la mano que se ha tendido para ofreceros el sustento! 35. ¿Qué sabéis de las luchas que mis escogidos sostienen por conservarse limpios para serviros? ¿Qué sabéis de las pruebas con que ellos son tocados, a fin de mantenerlos alerta? Y todavía les juzgáis débiles y propagáis que la tentación los ha dominado, sin comprender que es la carga que vosotros mismos habéis dejado en ellos, ya que os estáis rehusando a tomar la parte de responsabilidad que en mi Obra corresponde a cada uno. 36. ¡Qué pronto olvidáis lo mucho que recibisteis a través de ellos! Más en vuestro corazón os tranquilizáis, argumentando que ellos nada os dieron, pero en verdad os digo, que mientras no os améis los unos a los otros, es mentira que me estéis amando a Mí. 37. Las legiones de seres espirituales que invisibles a vuestros ojos materiales asisten a la manifestación de mi palabra, son las que dan la verdadera interpretación a mis enseñanzas, para que vosotros sepáis cuáles son los mandatos que le di al espíritu y en qué forma le dan cumplimiento, es por lo que en ocasiones me dirijo a ellos a través del portavoz por medio del cual os entrego mi enseñanza. ¿Por ventura creéis que les sea necesario que les hable por medios humanos? NO, pueblo, acabo de deciros que únicamente lo hago para que sintáis su presencia y escuchéis las órdenes que les doy. 38. La legión de seres que he destinado para que os acompañe y ayude en vuestra jornada, es muy grande, tanto que no la podríais imaginar. En el seno de ella existe una armonía absoluta. La luz que brilla en ellos es la de la sabiduría y el amor, porque el ideal al que están consagrados es el de entregar la caridad a la humanidad, siendo su mayor anhelo el de conducir a sus hermanos a la cumbre de la espiritualidad. 39. ¡Qué hermosa es la misión que desempeñan, y cómo les dificultáis su labor! NO debéis decir que vuestra falta de colaboración para con vuestros hermanos espirituales, se debe a la ignorancia, ya que habéis escuchado las órdenes que a través de mis portavoces les doy para que vosotros conozcáis su misión de amor y caridad, y os dispongáis para ayudarles en su cumplimiento. 40. Todavía no lográis identificaros con aquel mundo de hermanos de luz; ni sabéis armonizar con ellos, ¿Por qué? Por vuestra falta de espiritualidad que no permite a vuestros sentidos percibir todos los llamados, los toques e inspiraciones con los que ellos quisieran guiar vuestros pasos en la Tierra. 41. Muchas veces confundís la espiritualidad con prácticas materiales que en vez de aproximaros hacia ellos, más bien os alejan. Creéis que al invocarlos es más eficaz el llamarlos con algún nombre que el atraerlos con una oración. Creéis que hay mejor preparación en vosotros si les invocáis encendiendo un cirio u orando en voz alta, y estáis en un error. 42. Ciertamente que ellos acuden a vuestro llamado, que interpretan vuestros deseos y os imparten su ayuda, porque su misión está inspirada en la caridad; pero aquella ayuda no la lograsteis con vuestra espiritualidad, porque entonces sí hubierais armonizado con vuestros ángeles guardianes, formando con ellos el pueblo de Dios que sabe cumplir con mi mandamiento que os dice “Amaos los unos a los otros”. 43. De cierto os digo que mientras más limpios sean vuestros pensamientos y más sencillas y puras vuestras prácticas, con mayor claridad percibiréis la presencia y la influencia del mundo espiritual en vuestra vida y mayores los prodigios que de ellos recibáis. 44. No penséis que aquellos hermanos vuestros pueden mezclarse a vuestras obras impuras o asociarse a vuestros malos propósitos, ni manifestarse por vuestro conducto si no estáis debidamente preparados para recibirles. 45. Para alcanzar la espiritualidad, pueblo amado, debéis orar y tener fe. 46. La oración y la fe, harán el prodigio de que a vuestra mesa llegue día a día el pan, como a Israel en el Primer Tiempo le fue premiada su fe con el maná. 47. Si otros pueblos os hurtasen vuestro pan, vosotros les perdonaréis para que Yo os perdone a todos. 48. Si llegaseis a veros arrojados de vuestro hogar, os encaminaréis a la montaña, la que os brindará su seno para que os protejáis mientras la prueba pasa. 49. Así como en el Primer Tiempo la fe del pueblo se fortaleció por medio de las grandes pruebas que pasó en el desierto, así en este tiempo muchas veces será probado para que su espíritu adquiera la fortaleza necesaria, para ser soldado de esta causa. 50. ¿A qué discípulo de esta Obra podría hacerle falta un recinto material donde refugiarse durante un tiempo de las pruebas? A ninguno, porque todos sabéis que vuestro Padre no viene buscando templos de cantera para habitar en ellos, sino santuarios y altares en el espíritu de la humanidad, y esos templos van con vosotros doquiera que os encontréis. 51. Mucho han vivido vuestros antepasados en la ignorancia, alimentando el fanatismo religioso y por ello poco adelanto alcanzaron para su espíritu. No les fue dado contemplar aquí en la Tierra, la luz de esta Era que a vosotros os está iluminando, mas ellos también recibirán, llegada la hora, la luz espiritual en plenitud. 52. Mi Doctrina viene a enseñaros a armonizar con vuestros hermanos, ya sea que habiten en la Tierra o en el infinito valle espiritual. 53. Estos serán los aspectos de vuestra vida futura si perseveráis en la Ley, pues muy distinta será vuestra jornada si caminaseis fuera de la senda que os he trazado con mi palabra, porque entonces el hambre, las epidemias y las guerras que surjan en la tierra, no os respetarán, porque esas fuerzas destructoras, no encontrarán en vosotros nada que las detenga. 54. Discípulos amados: Aprovechad todas las pequeñas o grandes pruebas que a diario se presentan en vuestra vida, con el fin de que cuando pruebas mayores lleguen, sean como ráfagas del huracán que se desvanecen al chocar contra los muros inconmovibles de la fortaleza que os de la práctica de mi Ley. 55. Forjad un pueblo con vuestra unión espiritual, cuya defensa contra vuestros enemigos, sea la oración. Ya podrán entonces desatarse los elementos, que este pueblo con su espiritualidad sabrá vencer todas las vicisitudes. 56. Levantaos, varones y mujeres; ancianos, jóvenes y niños; levantaos firmemente a caminar por la senda que mi palabra ha venido a trazaros en este tiempo que no es sino la reanudación del camino que en los tiempos pasados vine a trazar con la huella de mi sacrificio en la cruz. 57. Cumplid con mi Ley para que vuestros hijos al formar la nueva generación, alcancen mayor evolución que la que vosotros lograsteis y que vuestras desobediencias no vayan a apartarlos de esta Obra haciéndolos vivir más alejados de la espiritualidad. 58. En este Tercer Tiempo, he venido a daros el calor que os hace falta, para apartar de vosotros el frío que sembrasteis en los caminos de vuestra vida. Habéis escuchado la campana que Elías ha echado a vuelo para que vengáis a recibir con mi enseñanza, la luz del Espíritu Santo. 59. Preparaos, para que podáis sentir mi presencia y seáis como los apóstoles del Segundo Tiempo que al escucharme aumentaban su fe cada día y se preparaban para dar cumplimiento a su delicada misión. 60. Israel: No deis cumplimiento solamente a vuestros deberes contraídos en el mundo. Cumplid también con la Ley porque ante el Padre habéis contraído una misión y su cumplimiento debe de ser estricto, elevado y espiritual. 61. Os estoy doctrinando para que os apartéis del materialismo y dejéis de ser los fanáticos e idólatras; para que no adoréis ni rindáis culto a objetos materiales hechos por las manos humanas. No quiero que existan en vuestro corazón raíces de idolatría, de fanatismo, de cultos falsos; no me presentéis ofrendas que no llegan a Mí, sólo os pido vuestra regeneración y vuestro cumplimiento en la espiritualidad. 62. Regeneraos de vuestras costumbres pasadas, no miréis hacia atrás ni contempléis lo que habéis dejado y que ya no debéis seguir practicando, comprended que habéis penetrado en el camino de vuestra evolución y no debéis deteneros. El camino es estrecho y debéis conocerlo bien, porque el mañana tendréis que guiar por él a vuestros hermanos y no quiero que os perdáis. 63. Soy el Padre paciente que espera vuestro arrepentimiento y buena voluntad para colmaros de mi gracia y de mi caridad. 64. No juzguéis la palabra, a veces torpe de mis portavoces; si les faltó preparación, esa causa a Mí me pertenece; comprended que aunque Yo me comunique a través del entendimiento más torpe, siempre encontraréis en el fondo de esa palabra esencia, luz, verdad y enseñanza. 65. Esta Era revelará a los hombres las lecciones del Libro de la Vida Verdadera, que aún no habían sido conocidas por la humanidad. 66. En verdad os digo que así como Elías, que fue quien abrió las puertas del Tercer Tiempo, no tuvo necesidad de encarnar su espíritu para hablarles a los hombres, así me estoy comunicando con vosotros y lo mismo han hecho muchos seres que ahora habitan la región espiritual. 67. Se comunicarán con vosotros a través de vuestras facultades hasta el año de 1950, en que cesará la comunicación materializada del mundo espiritual; y después de ese tiempo, muchas veces, sin que los hombres se den cuenta, por sus labios hablarán los espíritus de luz de los tiempos pasados, los libertadores, los profetas, los patriarcas, los benefactores, los apóstoles del bien, los sembradores de justicia, y la enseñanza divina de vuestro Padre, en la culminación de su amor por sus hijos, comunicándose de Espíritu a espíritu. 68. De la presencia entre la humanidad de los seres espirituales de luz, se darán cuenta los que estén velando y orando, los que se hayan espiritualizado y preparado, para poder percibir el instante en que aquellos enviados se acerquen, hablen o realicen alguna obra sobrehumana. 69. No será menester que se comuniquen por medio de hombres que tengan conocimiento de esta Doctrina, para hablar por su conducto. Su presencia, su influencia y su inspiración, serán tan sutiles, que sólo el que esté preparado podrá percibir su presencia entre la humanidad. 70. Los pueblos de la Tierra sentirán la presencia de Moisés cuando cada uno de ellos vaya siendo liberado. Las diversas religiones experimentarán la presencia de Elías, cuando la luz del rayo que surge de la verdad, rasgue las tinieblas de la ignorancia espiritual de la humanidad, poniendo en claro ante su vista toda la falsedad que han adorado. 71. Los señores del mundo que siguen siendo reyes sobre pueblos humillados, sentirán la presencia espiritual de Daniel, cuando el profeta se aproxime a sus lechos a despertarles para que oren, porque la destrucción se acerca. 72. Día llegará en que todo ojo contemple la luz de esas obras como escrito está, para que sepa el hombre que para el espíritu no existen fronteras ni límites materiales, y que poco a poco todos os aproximáis a la meta en donde reina la armonía y la luz. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 24 1. Discípulos: Debéis aprender a dar sin esperar recompensa alguna. 2. Practicad la verdadera humildad, la que por ser propia del espíritu elevado se refleja en los sentimientos del corazón. Sentíos sinceramente los últimos entre todos, nunca queráis ser los primeros. 3. Aprended a perdonar a quien os haya herido. Yo dije a Pedro que si setenta veces siete era ofendido por su hermano, el mismo número de veces debería perdonarlo; dándole a entender con ello, que debería hacerlo siempre, lo mismo con los pequeños que con los grandes agravios. ¡Cuántos seres han pasado por este mundo llamándose cristianos y no fueron capaces de otorgar durante toda su vida un solo perdón! 4. Ahora bien, Yo pregunto a todos los que he llamado hijos de la luz: ¿No quisierais al menos una vez en vuestra existencia, llevar a la práctica este sublime mandamiento, a fin de que os deis cuenta de los milagros que él opera, tanto en el que entrega el perdón, como en el que lo recibe? 5. La luz es nobleza, es amor y es entendimiento entre los espíritus, ya sabéis entonces cómo debéis de comportaros en la vida si queréis ser verdaderamente los hijos de la luz. 6. Ahora bien, cuando al ser ofendido devolvéis el golpe y ambos se arrepienten, no retengáis por orgullo vuestra mano, sed el primero en tenderla como prueba de humildad, y no temáis humillaros, porque Yo os digo que el que se humillare en el mundo, será ensalzado en el más allá. 7. ¿Cómo creéis vosotros que anhelo que sean mis discípulos entre esta humanidad? Quisiera que fuesen limpios y mansos de corazón, que con sus ejemplos brillaran en la senda de sus semejantes; que cada uno fuera como esas estrellas que cintilan en la noche como guardianes o guías de sus hermanos. 8. Quisiera que vuestro corazón estuviera lleno de alegría para que la desbordaseis en el triste; que de vuestras manos brotara el bálsamo que llevara la salud a todos los enfermos; que vuestros labios supiesen trasmitir mi palabra con su pureza y esencia original, porque entonces seríais capaces de redimir con vuestro ejemplo a los perdidos. 9. En el Segundo Tiempo os dije al contemplar la ciudad en donde moraba mi pueblo, a quien fui prometido como su Salvador, y el cual por su materialismo, no se dio cuenta de mi presencia: “¡Jerusalén, Jerusalén, que has dado muerte a los profetas y has desconocido a los enviados, cuántas veces quise reunir a tus hijos, como el ave cobija a sus polluelos y no quisiste obedecerme!”. 10. Yo les había buscado para ofrecerles la felicidad verdadera y sin embargo, sabía que ellos me llevarían al Calvario, pero mi amor no fue vencido por la impiedad de los hombres y como prueba de ello, aquí me tenéis de retorno, diciéndoos benditos sean los que hoy creen en Mí, porque me llevaré de su corazón todos sus pesares, más bendigo también a los que en este tiempo serán mis nuevos jueces, porque os aseguro que ellos serán creyentes el mañana, como Saulo de Tarso que perseguía a los que creían en Mí, y que llegarán a Mí arrepentidos, para luego levantarse llenos de amor y de fe a esparcir la semilla de la verdad entre sus hermanos. 11. Mi luz ilumina el entendimiento humano. Vengo a este pueblo como en aquel tiempo fui en otro pueblo que os antecedió, al cual os he dicho que pertenecéis espiritualmente. ¡Cuántos de aquellos hombres me desconocieron! ¡Cuánto se endureció su corazón para gritar: crucificadle! ¡Oh crucifixión bendita, porque fue el testimonio de lo que puede hacer el amor divino por sus hijos y de lo que es capaz la ingratitud humana! 12. Muchos de ellos se encontraban enfermos, ciegos y obcecados; no supieron lo que hicieron y por eso me juzgaron, tampoco saben lo que hacen aún ahora todos los que no van por mi camino de amor. La maldad humana ha querido acabar con el amor que sembré por conducto de Jesús, más a través de los siglos, millones de hombres han llorado por aquella ingratitud sin nombre. Más esos que así han llorado por Mí, han odiado y maldecido a los que me crucificaron, cuando Yo no os he enseñado a odiar ni a maldecir. Yo no odio, ni maldigo, ni castigo, esos sentimientos no se encuentran en mi Espíritu divino, mas sí los contemplo en vuestra justicia mundana. 13. Yo os enseñe a amar, a perdonar, a orar por los que os hirieron y a bendecirles. 14. Si siempre tuvieseis esas obras en vuestra vida y al llevarlas a cabo en verdad las sintieseis sin decirlo a nadie, mucho alcanzaríais en desagravio de vuestras faltas y con ellas, a través de vuestros pensamientos limpios, recibiríais la luz. Así es como os enseña mi palabra, así es como debe trabajar el espíritu silenciosamente y sin alarde. 15. Cuando de vuestra mente brota una idea o un pensamiento de luz, así llega a su destino para cumplir su misión bienhechora. Si en vez de pensamientos de bondad, brotan de vuestra mente emanaciones impuras, sólo causarán perjuicios a donde las enviéis. Yo os digo que también los pensamientos son obras y como tales, quedan escritas en el libro que existe en vuestra conciencia. 16. Si vuestras obras son buenas o malas, recibiréis multiplicado lo que deseasteis para vuestros hermanos. Más os valdría haceros un mal a vosotros mismos, que desearlo a uno de vuestros semejantes. 17. Por eso os dije en el Segundo Tiempo: “Lo que se siembra se cosecha”, porque es necesario que reconozcáis vuestras experiencias en esta vida y que recordéis que vuestras cosechas os devuelven la misma simiente que sembrasteis, aunque en multiplicación. 18. ¡Ah humanidad que no habéis querido meditar, sentir, ni vivir las enseñanzas de vuestro Maestro! 19. Si a vuestras manos llegasen alterados los escritos de mis discípulos que en el Segundo Tiempo os legaron mi palabra, Yo haré que reconozcáis cuáles son las verdaderas palabras de Jesús, vuestra conciencia descubrirá como falsas, las que no estén en armonía con el concierto divino de mi amor. 20. Habéis leído de prisa mis enseñanzas y las habéis interpretado a vuestro gusto, entonces buscáis nuevos libros, donde los hombres me llevan nuevamente de Herodes a Pilatos, pero de aquella palabra dulce, de aquella Doctrina sencilla que el Divino Maestro enseñó, muy poco encontraréis allí. 21. Todos me seguís juzgando, unos me hacéis Dios, otros hombre, unos me llamáis divino y otros, profeta humano; los unos me creen hijo de Dios y los otros de David. Los unos me llaman profeta y otros agitador. Unos dicen que soy iluminado por el Altísimo, otros dicen que tengo pacto con el demonio, y así va esta humanidad tras de mi nombre, para colocar sobre Mí el nuevo I.N.R.I. a imitación del tímido Pilatos. 22. A través de mis palabras y de mis obras me juzgáis, mas no os ocupáis de poner en práctica el “Amaos los unos a los otros”. Teméis practicar esa sublime enseñanza, porque pensáis en la burla de vuestros hermanos. 23. En verdad os digo que si Yo hubiese sentido miedo a la cuesta del Calvario y a la cruz, todavía estaríais esperando al Mesías. 24. No caigáis en teologías complicando lo simple, no imitéis a quienes pretendan aprisionar a Dios, a la verdad, en un libro material, porque jamás como humanos, lograréis escudriñar a Dios. 25. No dificultéis lo fácil, no empequeñezcáis lo grande, ni exaltéis lo pequeño. No lleguéis a ser doctores sin doctrina, ni religiosos sin amor. 26. Buscad a vuestro Padre que hoy llega hasta vosotros como pensamiento divino, irradiando amor. He aquí mi luz hecha palabra para todos los hombres. 27. Es la luz del Espíritu Santo, que cual mensaje de amor viene a rasgar los velos que oscurecen el entendimiento humano. 28. Si con buena voluntad buscáis en esta palabra el saber que encierra y encontráis su esencia, habréis encontrado la verdad. 29. La luz de esta enseñanza será la estrella que os señale el camino por donde tendréis que proseguir; no debéis permanecer estacionados porque detendríais con ello el progreso de vuestros hermanos en el sendero espiritual. 30. No vengo a fomentar hábitos que os retrasen espiritualmente, y aunque muchas veces los encubráis con el falso brillo de las palabras floridas, en su fondo encierran ignorancia y confusión. 31. El libro que abro ante vosotros, es como un exquisito manjar para el espíritu; su esencia, una vez que llegue a vuestro corazón, hará transformaciones en él, que os ayudarán a imitar al Mesías, al Maestro, que en cuanto hombre, rindió un homenaje de amor perfecto al Padre. ¿Cuándo daréis gloria a vuestro Señor en forma semejante? 32. Habéis desarrollado vuestras pasiones en el mundo, habéis adorado vuestros ídolos, pero a Dios en el infinito y en vuestros hermanos ¿Cuándo? 33. Cerca de dos mil años hace que repetís aquella frase que escucharon los pastores de Belén: “Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”, mas, ¿Cuándo habéis puesto en práctica la buena voluntad para haceros merecedores de la paz? En verdad os digo, que más bien habéis hecho lo contrario. 34. Habéis perdido el derecho de repetir aquella frase, por eso ahora vengo con nuevas palabras y lecciones, para que no sean frases ni oraciones las que se graben en vuestro entendimiento, sino la esencia de mi enseñanza la que penetre en vuestro corazón y espíritu. Si queréis repetir mis palabras tal cual Yo vengo a entregároslas, hacedlo, pero sabed que mientras no las sintáis, no tendrán virtud alguna. Pronunciadlas con dulzura y humildad, sentidlas vibrar en vuestro corazón y Yo os responderé de tal manera, que haré estremecer todo vuestro ser. 35. Pobremente me interpretan aquellos por quienes me manifiesto, por eso mi lección es también para ellos, para que lleguen a despojarse de toda idea superflua, de fanatismo, de antiguos prejuicios y de todo lo que pudiera mezclarse a la inspiración que reciben. A cada tiempo que pasa, nuevos hombres mejor preparados, vendrán a escucharme. 36. Elevad vuestro pensamiento a Mí, portavoces amados, rogad al Maestro que en vuestro éxtasis se manifieste límpida y pura su enseñanza, dejad que en vosotros se haga mi voluntad y veréis que de vuestras bocas salen lecciones que conducirán a estas multitudes por el camino del amor y de la verdad. 37. Pueblo: Dejad las supersticiones que antaño os enseñaran y orad ante Mí con verdadera fe; Yo os libraré de toda acechanza y os enviaré a los ángeles guardianes. 38. La Ley de Dios es infinita, todo lo abarca, es la armonía entre todo lo creado. Esa Ley no concierne solamente a lo espiritual. 39. Gustáis de aprender de memoria los preceptos de la Ley, los nombres de las virtudes espirituales, las máximas y frases de Jesús, más Yo os digo: Es menester que todo esto lo sintáis. Saber, no es sentir. Él que quiera poseer mi Verdad, debe sentirla en lo más profundo de su corazón. 40. Pensáis en las ideas elevadas, en las acciones buenas, pero no las hacéis como es mi voluntad, porque no las sentís y por ello ignoráis el sabor divino que dejan cuando se han practicado. No las practicáis con limpidez porque creéis no poder, y no podéis porque no queréis. Y es que para hacer el bien es necesario amar. 41. Quien ama comprende, quien estudia tiene voluntad; quien tiene voluntad puede hacer mucho. Yo os digo que ni elevación, ni sabiduría tendrá, ni hará obras grandes, quien no ame con toda la potencia de su espíritu. 42. Quien se aparta de la Ley espiritual, que es Ley superior, cae bajo el dominio de las leyes inferiores o materiales, de las que también poco saben los humanos. Más quien obedece y permanece en armonía con la Ley suprema, está por encima de todas las reglas que vosotros llamáis naturales y siente y comprende más que el que sólo posee conocimientos que ha encontrado en la ciencia o en las religiones. 43. He ahí por qué Jesús os asombró con las obras que llamáis milagros, más reconoced las lecciones que os dio de amor. Comprended que nada hay sobrenatural ni contradictorio en lo divino que vibra en toda la Creación. 44. Encontráis contradictorio con el amor del Creador, vuestro peregrinar por esta vida llena de amarguras y vicisitudes, en la cual imitáis a vuestros niños cuando están descontentos o enfermos. Vivís en un continuo llorar por vuestros sufrimientos, más éstos son el resultado natural de vuestras desobediencias y faltas a la Ley y del mal uso que habéis hecho de la libertad que mi amor os ha dado y que llamáis libre albedrío. 45. Esta lección que es tan sencilla de comprender, porque está al alcance de vuestro entendimiento, os negáis a considerarla como una verdad. 46. Sólo la regeneración y el ideal de perfeccionamiento os podrán hacer volver al camino de la verdad. Quienes sintiéndose intérpretes de la Ley de Dios os digan que a vuestra perversidad y rebeldía le esperan sufrimientos infernales y que sólo demostrando vuestro arrepentimiento, mortificando e hiriendo vuestras carnes y presentando a Dios ofrendas materiales, Él os perdonará y os llevará a su Reino, en verdad os digo que están en confusión. 47. ¿A dónde iréis humanidad, conducida por los que admiráis como grandes maestros de las revelaciones sagradas y a quienes Yo contemplo confundidos? Por eso vengo a salvaros con la luz de esta Doctrina, la cual os hará evolucionar en el sendero de mi amor. 48. En este tiempo, vengo a daros nuevas enseñanzas en las que debéis meditar, lecciones de amor que os rediman y eleven, verdades que aunque amargas, sean luz en vuestro camino. 49. El Espiritualismo en este tiempo, como el Cristianismo en el tiempo pasado será combatido y perseguido con ira, con crueldad y saña y en medio de la lucha, lo espiritual surgirá obrando prodigios y conquistando corazones. 50. El materialismo, el egoísmo, el orgullo y el amor al mundo, serán las fuerzas que se levanten en contra de esta revelación, que no es nueva ni distinta a la que os he traído en los tiempos pasados. La Doctrina que ahora he venido a revelaros, y a la que dais el nombre de Espiritualismo, es la esencia de la Ley y de la Doctrina que en el Primero y Segundo Tiempos os fueron reveladas. 51. Cuando la humanidad comprenda la verdad de esta enseñanza, su justicia y los infinitos conocimientos que revela, desechará de su corazón todo temor, todo prejuicio y la tomará como norma de su vida. 52. Mi Ley no esclaviza, mi palabra libera. El que en Mí cree y me sigue, no es esclavo, deja de ser súbdito de las pasiones terrestres, deja de ser del mundo y se convierte en dueño de sí mismo, vence las tentaciones y el mundo queda a sus pies. 53. Sólo la espiritualidad salvará de su caos a esta humanidad, no esperéis otra solución, ¡Oh pueblos y naciones de la Tierra! ¡Podréis hacer tratados de paz, pero mientras esa paz no tenga por base la luz de la conciencia, seréis necios, porque estaréis edificando sobre arena! 54. En el Segundo Tiempo os dije: “Más fácil es que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico al Reino de los cielos”, y ahora lo estáis mirando. Quisieran los poderosos poder comprar con sus riquezas la paz y no lo logran. 55. Así la humanidad comprenderá que los bienes espirituales son indispensables en la vida del hombre, bienes que no se pueden adquirir con monedas, sino con espiritualidad. 56. Espiritualidad no quiere decir misticismo, prácticas materiales y ostentación, sino elevación de los sentimientos, bondad del corazón, rectitud en los actos, amor a los semejantes. 57. Para daros esta lección de caridad y amor no he venido a humanizarme, ni a manifestarme en palacios, entre vanidades y rodeado de lujos. En el humilde barrio de vuestra ciudad, entre los pobres, entre los humildes, así he llegado a vosotros, como corresponde a quien en otro tiempo os dijo: “Mi Reino no es de este mundo”. 58. Esta humanidad, que en algunas fases se ha desarrollado, espiritualmente vive en un profundo letargo; porque no ha logrado escudriñar su interior donde existe el verdadero templo. Ese santuario se encuentra desierto, no arde su lámpara, su altar está sin ofrenda, más Yo os pregunto: ¿A qué se debe todo esto? Porque ha mucho tiempo que el hombre se alimenta con cultos externos, sustituyendo con ello lo que debería ser completamente espiritual. 59. Ha tratado de satisfacer las necesidades de su espíritu con ceremonias, tradiciones, festines y ofrendas materiales. A lo cual os digo, que sólo las obras que encierren elevación y espiritualidad, llegarán a fortalecer y alimentar verdaderamente al espíritu. 60. Ciertamente que Yo recibo todas las ofrendas y en todas ellas deposito mi amor; ¿No creéis que sería más justo y grato tanto para el Padre como para vosotros, que me ofrecierais algo que sea digno de Mí y de vosotros mismos? 61. Muchos hombres y pueblos aún creen agradarme presentándome ofrendas materiales, piensan que mientras mayor sea el esplendor y el lujo de sus liturgias, más grande será el gozo en el Señor y mayores los beneficios que de Él obtengan; y es que se han olvidado de que, si en cuanto hombre hui de todo lo que era vano y superficial, ahora que me he manifestado a vosotros en espíritu, menos recibiré de los hombres objetos y ceremonias materiales. 62. ¿Hasta cuándo llegaréis a interpretar con verdad mi Ley? ¿Hasta cuándo dejará esta humanidad de infringir y adulterar mis mandatos? 63. Os ofrezco este tiempo para que meditéis sobre las enseñanzas espirituales, las que ya os habían sido reveladas desde los primeros? 64. Despojaos de hábitos, vicios, supersticiones, tradiciones, fanatismo e idolatría, os quiero limpios, para que podáis espiritualizaros y os quiero humildes para que en vosotros pueda llegar a brillar mi luz. 65. Así como en los tiempos pasados, los lugares de Jerusalén y de Roma, fueron para la humanidad tierras de promisión y fuentes de gracia en donde el Señor se manifestó, a esta nación empequeñecida y humillada, le he señalado una elevada misión para este tiempo; deberá de estar preparada, porque tanto el eco de mi manifestación, como el rumor de mis prodigios y el fervor de los testigos, atraerán la atención de la humanidad. 66. Serán primero los pobres, los ignorantes, los necesitados, los inocentes, los esclavos, los hambrientos y sedientos de justicia, los que vengan, y después llegarán los escépticos, los señores, los científicos. 67. Velad y orad, estad preparados para la llegada de las grandes turbas. Velad en vuestras obras, orad en el rincón de vuestra alcoba o donde os sorprenda el instante de comunicaros conmigo, y allí estaré con vosotros. 68. No os he dicho que os apartéis de vuestros deberes en el mundo, sino que os alejéis de lo que no esté en la Ley, es decir, que apartéis de vuestra vida lo innecesario, lo superfluo y que toméis con moderación de lo que es lícito. 69. ¿Qué os ha dado vuestro libre albedrío, cuando lo habéis empleado para perseguir y buscar los placeres materiales? Sólo dolor y desengaños. 70. Estudiad bien mi palabra cuando ella os encomienda que os apartéis de lo que pertenece al mundo. “Dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”. 71. Desde la nueva Jerusalén estoy contemplando a esta humanidad sin ser sentido por ella. Unos cuantos que me han esperado y otros que me siguen, saben que he vuelto como Espíritu Santo y que me encuentro hablándoles a través del entendimiento del hombre. ¿Sabéis cómo encuentro a los pueblos del mundo? Decepcionados, los hombres desengañados de los hombres. Ya nadie le pide a otro, porque sabe que no ha de alcanzar nada de su caridad y porque sabe que su mano se encuentra vacía. Ahora impera el materialismo, y de todo lo que es bueno y elevado, sólo ha quedado un reflejo muy débil de luz. 72. Os asombráis de que os hable así y pensáis que soy estricto y exigente con vosotros, a lo cual os digo, que vuestro espíritu evolucionado debe ofrecerme una cosecha mejor de la que hoy me hacéis presente. 73. ¿No creéis que la división de la humanidad en pueblos y razas, es algo primitivo? ¿No meditáis que si vuestro adelanto en vuestra civilización, de la que tanto os enorgullecéis, fuese verdadero, no estaría aun imperando la ley de la fuerza y la maldad, sino que estarían regidos todos los actos de vuestra vida por la ley de la conciencia? Y vos, pueblo, no os pongáis al margen de este juicio, que también entre vosotros descubro guerras y divisiones. 74. Desde la antigüedad os he hablado de un juicio y este es el tiempo anunciado que los profetas representaron como si fuera un día. 75. La palabra de vuestro Dios es de Rey y no retrocede. ¿Qué importa que sobre ella hayan pasado miles de años? La voluntad del Padre es inmutable y tiene que cumplirse. 76. Si los hombres además de creer en mi palabra, supieran velar y orar, nunca serían sorprendidos, pero son infieles, olvidadizos, incrédulos y cuando la prueba se presenta la atribuyen a castigo, a venganza o a la ira de Dios. A lo cual Yo os digo, que toda prueba es anunciada con anticipación, para que estéis preparados, por lo tanto debéis de permanecer siempre en vigilia. 77. El Diluvio, la destrucción de las ciudades por el fuego, las invasiones, las plagas, las enfermedades, la escasez y otras pruebas más, fueron profetizadas a todos los pueblos de la humanidad, para que os preparaseis y no fuerais sorprendidos. Lo mismo que ahora, siempre del amor de Dios ha descendido un mensaje de alerta, de preparación, para que los hombres despierten, se preparen y se fortalezcan. 78. A través de los dones del espíritu y de las facultades que posee el hombre, llegan hasta su corazón mis mensajes. Esos dones son: la videncia, el presentimiento, la intuición y el sueño profético. 79. Entonces, ¿Por qué las más de las veces recibís las pruebas sin estar preparados? No es que os haya dejado de enviar el mensaje, es que os ha faltado oración y espiritualidad. 80. Os he dicho que se aproxima a toda la humanidad una prueba muy grande, tanto que en toda la historia de sus siglos y edades, no ha tenido semejanza y ahora debéis de comprender que estoy hablando al corazón de todos vosotros, os estoy haciendo llegar mensajes y avisos en muchas formas, para que los hombres mediten y estén despiertos a mi Ley, como las vírgenes prudentes de mi parábola. 81. ¿Me escucharán los pueblos y las distintas naciones del mundo? ¿Me escuchará este pueblo a quien me estoy manifestando en esta forma? Sólo Yo lo sé, más mi deber de Padre es poner en el camino de mis hijos todos los medios para su salvación. 82. Pueblo: No olvidéis esta palabra, no vayáis a dormir ni cerréis las puertas de vuestro corazón a mi llamado de amor, sed los mensajeros de esta luz, enviando vuestros pensamientos, como misivas espirituales a la mente de vuestros hermanos. 83. Ahora comprenderéis mejor por qué constantemente os repito: “Velad y orad”. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 25 1. El espíritu de Elías, como campana celestial, os ha despertado para que vinieseis a escuchar mi palabra. 2. Vuestro corazón se pregunta ansiosamente. ¿Cuál será el manjar que el Padre nos dé a saborear en este día? ¿Cuál será la lección de hoy? 3. De cierto os digo: Una mujer dejó en su hogar un enfermo grave por venir a escucharme, a ella le digo: Cuando volváis a vuestra casa, el enfermo dejará el lecho y él mismo os abrirá la puerta para daros la buena nueva de que ha sanado, porque todo aquél que dejare los bienes de la Tierra por estar conmigo, tendrá quien vele por lo que ha dejado, y ése soy Yo. 4. Contemplo a los que sufriendo una gran pena han vertido lágrimas en el rincón de su alcoba, sin desesperarse ni renegar contra Mí, aceptando su prueba humildemente, sabiendo que para alcanzar mi Reino es necesario hacer méritos. 5. A todos os veo ir por los distintos caminos de la lucha humana y entonces me he convertido en el peregrino que cruza vuestro sendero para preguntaros: ¿A dónde vais? Y mientras unos me responden: En busca de tranquilidad, otros me dicen: Vamos en busca de pan. Entonces el Maestro se adelanta a llamar a las puertas que vais a tocar para que vuestros hermanos os reciban con caridad y buena voluntad. Es por eso que cuando habéis llamado encontráis conmovidos a los corazones que eran de roca, reconocéis mi presencia y me decís: “¿Señor, tanta es la caridad que tenéis con nosotros?”. 6. Las pruebas que encontráis en vuestro paso, no las ha puesto la casualidad, os las he enviado para que hagáis méritos. La hoja del árbol no se mueve sin mi voluntad y lo mismo estoy en las grandes que en las pequeñas obras de la creación, velad y orad para que lleguéis a comprender cuál es el fruto que debéis recoger de cada prueba para que sea más breve vuestra expiación. Tomad con amor vuestra cruz y haré que llevéis con paciencia vuestra restitución. 7. Este es el Tercer Tiempo en el que vengo nuevamente a deciros: “Amaos los unos a los otros”, mas no solamente entre humanos, sino de un mundo a otro; debéis amar y tener caridad de los que están en espíritu porque también son vuestros hermanos. 8. Cuán lejos está el tiempo en que se os dijo: “Él que a hierro mata a hierro muere”. “Con la vara que midas serás medido”. Hoy os digo: Arrepentíos, en verdad, lavad con obras de caridad, de perdón y amor, vuestras manchas. 9. De todos los caminos os he llamado para entregaros una sola enseñanza. En mi mesa nunca ha habido manjares que fueran unos mejores que otros, un solo pan y un mismo vino he ofrecido a todos. A mi mesa se han sentado, lo mismo los grandes que los parias; los acaudalados que los pobres; los pecadores que los mansos. Lo mismo he recibido a los que han vivido con limpidez que a los que llegan con su espíritu manchado. Esto os enseño para que en el camino de vuestra vida no distingáis jamás a ninguno de vuestros hermanos. 10. Sed humildes delante de los que se sienten superiores y aquél que delante de vosotros se humillase considerándose más pequeño, hacedlo comprender que no es menos que vos. 11. Es necesario practicar mi Doctrina para comprender la potestad infinita del amor. El amor es la virtud que convierte al hombre pecador en mi discípulo. Amor es la esencia de la vida eterna. 12. Hay quienes me preguntan ¿Por qué necesitáis hablarnos en esta forma para conducirnos al camino de la evolución del espíritu? De cierto os digo: esta palabra que oís, es el libro que encierra mi sabiduría. 13. ¿Por qué he abierto ante vosotros este libro? Para revelar muchos misterios al hombre; para hacer luz en sus tinieblas de ignorancia. 14. En verdad os digo, que los hombres del poder no todo lo pueden, ni los sabios todo lo saben, ni los teólogos me conocen en verdad. 15. Por eso he venido nuevamente como Maestro entre la humanidad a iluminar vuestro entendimiento para que comprendáis las grandes revelaciones, siempre que no pretendáis llegar a la altura de mi sabiduría, sino penetrando en mi santuario con respeto y humildad. Quien así penetre, será conducido por Mí hasta donde sea mi voluntad y jamás encontrará el dolor. 16. Analizad a la ciencia de estos tiempos, sus frutos son amargos porque los hombres han querido penetrar sin respeto en mis arcanos, y cuántos al descubrir en mínima parte las maravillas del Universo han dudado que existe una Omnipotencia que lo haya creado todo. Son los que sólo creen en lo que ven y en lo que palpan, mas todo lo que está más allá de su comprensión, es negado por ellos. 17. El conocimiento que está más allá de vuestra comprensión y del materialismo, es el que vengo a enseñaros, para que alcancéis vuestro perfeccionamiento espiritual. 18. Preparaos humanidad, para que os libréis de comer los frutos amargos que la ciencia os prepara. Yo siempre he venido a revelaros el secreto de la vida verdadera. 19. En el Segundo Tiempo me escucharon grandes multitudes, millares de enfermos sanaron con sólo ser tocados por Mí o con escuchar mi palabra de ternura, o siendo contemplados por mi amorosa mirada. Muchos de ellos me amaron y reconocieron aunque no todos me siguieron, porque sólo doce fueron los que me acompañaron hasta el fin. Sus nombres son inmortales por el ejemplo de perfección, de virtud y sacrificio que os legaron, mas no eran perfectos cuando les llamé, si lo hubieran sido no les hubiera llamado para enseñarles. 20. Entre vosotros tampoco encuentro justos o perfectos, más os transformaréis a través de mi enseñanza y grandes obras podréis hacer. Duro es el corazón de la humanidad, pero os iluminaré en el camino para que salgáis avante. 21. En el Segundo Tiempo, cuando mis apóstoles se diseminaron por el mundo. Pedro tuvo instantes de flaqueza ante las persecuciones, la crueldad y la dureza de los hombres, y queriendo huir de Roma para salvar su vida, contempló la silueta de Jesús que llevando a cuestas la cruz avanzaba hacia la ciudad pagana, Pedro preguntó a su Maestro: “¿A dónde vas, Señor?” A lo cual contestó Jesús: “A morir nuevamente por vosotros”. Pedro sollozando ofreció a su Señor volver al seno de los pecadores para salvarlos, aún a costa de su sangre y de su vida, para morir imitando a su Maestro. 22. Por eso os digo a vosotros: No esperéis que 1950, el año de mi partida, os sorprenda impreparados y débiles, porque si así queréis levantaros a esparcir mi enseñanza tendréis que flaquear. 23. Entonces buscaréis mi palabra para fortaleceros y no la encontraréis. Hoy que aún me encuentro doctrinándoos, levantaos a practicar mis lecciones, regeneraos, dad un paso hacia la espiritualidad, Yo os alentaré con obras y prodigios y os maravillaréis ante las grandes revelaciones que os daré de Espíritu a espíritu. Sorprenderé a los científicos materializados, manifestándoles la existencia de lo espiritual. Todo lo que han negado y que existe, será contemplado por ellos. Entonces se despertará la curiosidad, la ambición por sondear el más allá y ese será el momento en que mis emisarios y discípulos se presenten para explicar todo cuanto os he revelado e impidan que la humanidad forje sectas y teorías en tomo a mis nuevas revelaciones. 24. Hoy es tiempo de oír, de meditar y si llegado el momento de ir en pos de los pueblos y naciones, algunos de vosotros no pudieseis hacerlo, no temáis, que allí donde habitáis mucho podréis hacer, dejad que sean vuestros hijos los que lleven a lejanos lugares la buena nueva. Recordad que os he dicho que los primeros serán postreros y los postreros primeros. 25. Hoy llegan las multitudes ante mi enseñanza; los que más sufren, los que han tenido hambre y sed de justicia, los que sueñan con una vida de paz se quedan para seguir escuchando mi palabra. 26. Entre estos pobres, rudos y sencillos, voy entresacando a aquellos por quienes os doy mi palabra. 27. El Divino Maestro de todos los tiempos, vuelve entre vosotros para comunicarse con la humanidad, conduciendo en esta forma al espíritu hacia el nuevo día. 28. Preparad vuestro entendimiento para que analicéis con rectitud mi palabra, ya os he dicho que los espiritualistas serán los que den una justa interpretación a las lecciones que en esta era y en los tiempos pasados os ha revelado vuestro Señor. El que lea en mi libro y al analizar lo haga en el sentido espiritual, ése será el que se acerque a la verdad. 29. Para que lleguéis a definir verdaderamente esta Doctrina, antes tendréis que luchar entre vosotros mismos y llegaréis a veces aún a la confusión, más aquél que en medio de su tempestad vele y ore confiando en Mí, ese sentirá que en su espíritu penetra la calma y la paz. 30. Los vientos desencadenados harán que los árboles se desprendan de sus frutos vanos y de sus hojas secas, hasta quedar libres de impurezas. ¿No os dais cuenta de que mañana, cuando ya no escuchéis esta palabra, no vais a quedar solos en el camino, enseñando a vuestros hermanos lo que de Mí aprendisteis? Yo estaré siempre en cada uno de vosotros, el Maestro preparará el camino y el discípulo cumplirá su misión. 31. Os prometí hacer la luz en los hombres para que todos conociesen y comprendiesen las revelaciones de mi Doctrina y este es el tiempo en que aquella promesa ha sido cumplida, esta era que no supo esperar el hombre, porque se ha perdido en una vida de ciencia de la que ha hecho un nuevo mundo y en la que los espíritus estaban ansiosos de mi vuelta, porque sabían que para ellos mi enseñanza es su libertad, su elevación y por lo que alcanzarán la paz. 32. Unos han esperado esta era, morando en el valle espiritual, otros han esperado el milagro siendo moradores de esta Tierra. Bienaventurados los que supieron esperar con su lámpara encendida como las vírgenes prudentes de la parábola. 33. También en el Segundo Tiempo los espíritus esperaban ansiosamente la llegada del Mesías; unos en el mundo material, otros desde las moradas espirituales; es que Cristo es la puerta, es la llave, es el camino y los espíritus lo saben. 34. En Mí, está el poder para despertar al espíritu de la humanidad y de cierto os digo, que esa hora se acerca y no habrá uno que no se estremezca a mi llamado. Unos despertarán del materialismo que los tenía aletargados; otros de su embriaguez de sangre y de placeres, otros lo harán del sueño de su ignorancia, cuya noche de tiniebla y fanatismo ha sido muy grande. 35. En el instante en que se haga la luz espiritual en la humanidad, de los espíritus brotarán oraciones y preguntarán a su Señor qué deberán hacer para agradarle y así poder acercarse a su presencia. 36. Analizad mi palabra, discípulos, y encontraréis en su esencia la sabiduría, para que vuestro espíritu se instruya en la Doctrina de amor del Padre, porque es a vuestro espíritu a quien le he venido a hablar, a instruir, preparándole para una vida más elevada. 37. Ya sabéis que el cuerpo sólo es instrumento para el espíritu, prueba de ello es que es mortal y pasajero, en cambio el espíritu está destinado para la eternidad. 38. Cuán ignorante de las enseñanzas espirituales encuentro a esta humanidad, y es porque se le ha enseñado mi Ley y mi Doctrina sólo como una moral que le sirva de ayuda y no como el sendero que conduce a su espíritu a la mansión perfecta. 39. Las distintas religiones han venido sembrando en el corazón del hombre un falso temor hacia el conocimiento espiritual, lo que ha ocasionado que huyan de mis revelaciones y que se vayan hundiendo en las tinieblas de la ignorancia, argumentando que la vida espiritual es un misterio impenetrable. 40. Mientras los que esto afirman, todas las revelaciones que Dios hizo al hombre desde el principio de la humanidad, le han venido hablando de la vida espiritual. Cierto es que no os había dado toda mi enseñanza, porque no estabais capacitados para saberlo todo, sino hasta que fuera llegado el tiempo, pero lo revelado por el Padre hasta hoy, os basta para tener un conocimiento completo de la vida espiritual. 41. Pueblo amado: Llamad venturoso a este tiempo, porque en él habéis tenido la visita de vuestro Señor y si queréis señalar con fecha este gran acontecimiento, marcadlo con el año de 1866, que fue cuando Elías os afirmó que se acercaba la hora de mi presencia entre este pueblo. Desde entonces vengo entresacando a mis discípulos para que me sigan fielmente por este camino. 42. ¿Queréis seguirme, queréis ser de mis discípulos? Venid en pos de Mí con la mansedumbre y la confianza con que Pedro, Andrés, Santiago y Juan me siguieron, dejando detrás de sí a los seres amados, sus barcas y sus redes para convertirse según les dije en pescadores de hombres. 43. Hoy vengo a preparar un pueblo, que dé testimonio de mi verdad. ¿Por quiénes voy a manifestarme en el mundo, si no es por medio de mis discípulos? 44. Quiero que meditéis profundamente en mi palabra antes de lanzaros al camino del cumplimiento, preparaos porque los hombres están fuertes en sus convicciones. Desarrollaos lo mismo en pensamiento, que en palabras y obras, así nada tendréis que temer. 45. Sí, pueblo, ya veo que estáis tratando de practicar mis enseñanzas, de vivir cumpliendo con mi Ley para agradarme con vuestros actos. El Maestro os bendice y os anima a perseverar en la regeneración para que alcancéis la espiritualidad. 46. Después de la partida de mi palabra, haréis lo que hicieron mis apóstoles del Segundo Tiempo: Ellos se reunían para orar y de esta manera recibían la luz divina que los guiaba en cada uno de sus pasos. Por medio de la oración espiritual que es la que he venido a enseñaros, se comunicaban con su Señor, se animaban con su presencia y llegaban a comprender cuál era la voluntad de su Maestro. Ahora comprenderéis por qué les tomé como base o cimiento de mi iglesia. ¿Sabéis que quiero formar un nuevo templo? ¿Quiénes formarán los cimientos de este santuario? Yo escogeré a los fuertes, a los fieles en la virtud, a los comprensivos y a los caritativos porque sus ejemplos serán dignos de imitarse. 47. El arcano de vuestro Padre se encuentra presto a desbordar su herencia en el espíritu de la humanidad. 48. En vuestra Nación he cumplido mi promesa de volver entre los hombres, mas no por ello vayan a sentirse privilegiados entre el resto de la humanidad, quienes hayan tenido la gracia de escuchar mis enseñanzas, porque la esencia de mi palabra llegará a todo corazón a su debido tiempo, diciéndoles: Bienvenidos seáis, mis hijos, que sin cansancio llegáis hasta mi presencia para escuchar mi palabra. Sois los discípulos entresacados de las grandes turbas que a Mi han venido y vuestro corazón lleno de fe, creyendo firmemente en esta manifestación, recibe mi palabra y mis máximas como simiente de verdad. 49. Llegasteis con un fardo de sufrimiento e imperfecciones, hambrientos y sedientos de paz y de ternura, y el Maestro no se detuvo a contemplar vuestras manchas para sentaros a su mesa y serviros el mejor manjar. Hicisteis al Padre un relato de toda vuestra vida y de las vicisitudes del camino, mostrasteis la desnudez de vuestro espíritu, cuya vestidura se llevaron en jirones los aires huracanados. Conmovido el Padre os llevó a la fuente donde lavasteis vuestras manchas, os dio nuevas y limpias vestiduras y sentándoos en torno a Él, os dio la primera lección que fue para vosotros como un ósculo, como una caricia y como gota de bálsamo. 50. Así empecé a formar en el corazón de cada discípulo mi libro de sabiduría y amor que no debéis cerrar jamás, porque su contenido no sólo os pertenece a vosotros. En sus páginas existe fortaleza para vuestras pruebas y luz para disipar la ignorancia de vuestros hermanos. 51. Vengo a vosotros, porque vuestros hermanos que tienen el saber, han ocultado la verdad a la humanidad y han llenado de egoísmo su corazón. Yo no os vengo a vender mi amor, ni mi palabra, ni mis bendiciones. Sólo espero que estéis preparados para enviaros a las comarcas y a las aldeas a llevar a vuestros hermanos la buena nueva de mi Doctrina, porque en todo el mundo hay hombres que esperan mi llegada. Quiero que para 1950, que es el tiempo en que dejaré de comunicarme bajo esta forma, os encontréis fuertes para empezar la lucha. 52. Os he apartado del fanatismo y de la idolatría para llenar vuestro corazón con la esencia de mi enseñanza para que os elevéis a vuestro Señor, entregándole un culto limpio, espiritual y sencillo. Así como os he enseñado, quiero que enseñéis a vuestros hermanos. 53. Cuando los elementos se desaten, estad unidos, discípulos, y por vuestras buenas obras, elevación, fe y unificación, derramaré entre vosotros mis prodigios que serán testimonio para los incrédulos de que Yo estoy con vosotros. 54. Las revelaciones que mi arcano encierra y que están reservadas para vosotros, aún son un misterio porque no os habéis hecho merecedores de ellas. 55. No está lejos el día en que cese de hablaros en esta forma, quiero que para entonces estéis preparados, que no haya un solo discípulo que ignore cómo orar ante el Señor. 56. Las pruebas de la vida están dando temple a vuestro espíritu, no os rebeléis ni reneguéis de ellas porque después, cuando el torbellino haya pasado, lloraréis de pesar por haberme ofendido con vuestra desconfianza. Recordad que os he dejado armas para que os sepáis defender, ellas son: la oración y la fe. 57. Orad y si el vendaval azotando vuestro hogar llegase a derribar su puerta, en verdad os digo que la flama de vuestra lámpara, aparentemente débil, no se apagará. 58. Cuando miréis que del camino se apartan los que habéis convertido y con desprecio arrojan el pan que les habíais ofrecido, vuestro corazón se llena de dolor y venís tristes ante el Maestro para depositar en Él vuestras cuitas, más el Maestro os dice: Si es la ingratitud la que guía los pasos de aquéllos, no temáis, dejadles ir, velad y orad por ellos, más si os han dejado porque les faltaron vuestros cuidados y ejemplos, de ello tendréis que responderme. 59. Si unos arrojan el pan y se marchan, otros vendrán, recogerán las migajas y con ellas alcanzarán la paz y la bienandanza. Los que se alejaron retornarán en busca de mis labriegos porque en el desierto les sorprenderá el hambre y la sed. Vosotros que no habéis sido enviados para juzgar las faltas de vuestros hermanos, les recibiréis con buena voluntad. A quien viniere enfermo, le sanaréis y al que llegare hambriento le alimentaréis. 60. Si a pesar de haberles prestado vuestra ayuda os desconocen, perdonadles. Yo seré quien juzgue su causa. 61. Vuestro pasado espiritual es un misterio para vosotros, por eso os digo que toméis con mansedumbre vuestras pruebas, porque estáis en un tiempo de juicio y de restitución espiritual. 62. Los tiempos en que veníais al mundo a recibir honores, goces, placeres, o acumular riquezas, han pasado; hoy venís a vivir en la humildad, a purificaros, a elevaros con las pruebas y a servir a vuestro Señor siendo útiles a vuestros semejantes. 63. Escribid en vuestro corazón un libro con vuestras buenas obras y él os dará paz en esta vida y dicha infinita en la eternidad. 64. Si alguien acumulase riquezas a cambio de mi palabra y de mis dones, vuelvo a deciros como en el Segundo Tiempo: “Antes pasaría un camello por el ojo de una aguja, que éste penetrase en el Reino de los cielos”. Cuán meritorio es contemplar ante Mí a los que ayer gozaron satisfacciones, glorias y comodidades y hoy siguen mis pasos llenos de mansedumbre y de humildad. 65. Entre vosotros hay algunos a quienes he probado como a Job, porque no es mi voluntad que los espíritus se aletarguen, quiero que sean diligentes en el camino. 66. Llegará para cada quien un instante en que la voz del Juez os pregunte no sólo por la palabra que como Maestro os legó, sino también de lo que hicisteis en el cumplimiento de vuestra misión. 67. Preparad vuestros dones espirituales de videncia, intuición y presentimiento, para que os sea dada a conocer en sentido figurado la prueba que os corresponde y vosotros con vuestra oración sepáis vencerla. 68. Dejad que mi palabra os guie, ya que estáis convencidos de que os la estoy entregando para vuestro bien. 69. Os parecen nuevas estas enseñanzas porque las habéis olvidado; mas ahora en el Tercer Tiempo nuevamente os las vengo entregando. Os tengo preparada una gran campiña a la cual os invito, para que en ella aprendáis a sembrar la simiente de eternidad que os estoy confiando. 70. Vengo a preparar a mis nuevos discípulos, para que alcancen mediante su fe y caridad, potestad sobre las enfermedades del cuerpo y del espíritu y sobre los elementos de la creación. 71. Comprended que ya no es tiempo de que viváis en la ignorancia, hoy vivís en la era de la luz, de las grandes revelaciones que os ofrece mi enseñanza. ¿Imagináis la sabiduría que habríais alcanzado, si desde los primeros tiempos hubieseis practicado mis lecciones cumpliendo con mi Ley? Más os habéis entregado a los placeres del mundo estacionándoos en el camino de vuestra evolución espiritual. Por eso hoy que he llegado con mi nueva lección, ésta os parece extraña, incomprensible y fuera de vuestra manera de vivir. Pero os bastará meditar en una sola de mis cátedras para que reconozcáis la verdad de mi palabra, entonces veréis que lo extraño no es mi Doctrina, sino vuestra manera de vivir fuera de mi Ley. 72. Venid a mi campiña, recordad mi enseñanza que habéis olvidado, borrad toda mala simiente y os mostraré la enseñanza que hasta hoy no habíais contemplado. Así os haré salir del estancamiento, de vuestro fanatismo, para haceros penetrar a una vida verdadera, aquella que debías haber vivido desde el principio de vuestra formación. 73. ¿Veis cuán humilde es esta palabra que florece en los labios de los portavoces? De cierto os digo que ella en su sencillez, llevará luz a los hombres, para que comprendan mis revelaciones que por medio de la ciencia y de la teología no habían llegado a comprender. 74. Los buenos discípulos, los perseverantes, los fieles, serán los que analicen esta Doctrina. Ellos también serán humildes, pero a pesar de su sencillez asombrarán a sus hermanos con la sabiduría de sus interpretaciones. 75. Mi pueblo no hablará solamente de mis enseñanzas, sino que con sus obras deberá enseñar a la humanidad cómo se cumple y se respeta mi ley. Sabrá dar sin egoísmo cuanto de su Señor haya recibido y mostrará su celo por la verdad y pureza del tesoro que se le ha confiado. 76. Enseñad a vuestros hermanos con obras buenas y elevadas. Pensad que desde aquí debéis ir purificando a vuestro espíritu para que sea digno de pasar a otra morada en su camino de evolución espiritual. 77. Tomad de mi enseñanza la fortaleza necesaria para ir apartando los obstáculos que encontréis a vuestro paso; ya sabéis que el arma que todo lo vence es el amor, muy grande será el gozo del que salga triunfante en esa lucha y se presente ante Mí como el soldado victorioso después de haber ganado esa batalla. 78. Recordad que soy Yo quien os ha dado el arma del amor y que además os he enseñado a combatir para ganar las grandes batallas. ¿Qué tenéis entonces que buscar por otros caminos, cuando todo os lo estoy entregando por el sendero de la verdad? 79. He venido a manifestarme por el entendimiento de los torpes, he llegado a abrir los ojos de los ciegos a la luz de la verdad, para que se purifiquen de sus pecados al sentirse amados por su Señor. ¿No se os profetizó desde el Segundo Tiempo, que llegaría el día en que todo ojo me contemplaría? El que esté limpio me verá y ese será su premio; aquél que lleve manchas en su corazón, también me verá y esa será su salvación. El que abre sus ojos delante de mi luz, penetra en el misterio y conoce el porqué de mis revelaciones. Ese, conociendo mi verdad caminará con firmeza en el futuro. 80. Interpretad justamente mi enseñanza, no penséis que mi Espíritu goza viendo vuestros sufrimientos en la Tierra, o que vengo a privaros de todo lo que os es grato para con ello gozarme. Vengo a haceros reconocer y respetar mis leyes, porque son dignas de vuestro respeto y acatamiento, y porque obedecerlas os traerá la felicidad y la paz eterna. 81. A través de Jesús os enseñé a dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César, más para los hombres de hoy, sólo existe el César y a su Señor nada tienen que ofrecerle. Si al menos dieseis al mundo lo justo, vuestras penas en él serían menores, pero el César os ha dictado leyes absurdas, os ha convertido en sus esclavos y os quita la vida sin daros nada en compensación. 82. Ved cuán distinta es mi Ley, que no esclaviza al cuerpo ni al espíritu, sólo os convence con amor y os guía con dulzura; todo os lo da a cambio de nada, todo os lo premia y lo compensa a lo largo del camino. 83. Discípulos: Comprended y estudiad mis lecciones, quiero formar con vosotros un pueblo que sea el depositario de mi sabiduría, porque todo estará preparado para que cumpláis grandes misiones. No os acobardéis al primer toque de alarma, sabed ir al encuentro de quien se dice vuestro enemigo y perdonadle, amadle e instruidle con mis enseñanzas. 84. Así quiero que estéis preparados para el día de mi partida. Todos sabéis que 1950 es la fecha señalada por mi voluntad, para dejar de comunicarme por el entendimiento del portavoz y como mi palabra siempre se cumple, ese día terminará esta comunicación que marcó para vosotros el principio del Tercer Tiempo. 85. No intentéis cambiar esa fecha, ni tratéis por ningún medio de retener la manifestación de mi palabra bajo esta forma ni la del mundo espiritual. Desde ahora os digo, que quienes así lo hicieran ya no estarán iluminados por la luz del Maestro. 86. ¿Por qué habríais de caer en tal profanación, cuando os he anunciado y prometido que después de este tiempo os comunicaréis conmigo de espíritu a Espíritu aun cuando no hayáis sido pedestales? 87. También os digo en este instante, que los profetas de este tiempo, tienen el deber de prepararse, porque tienen la misión de prevenir a las multitudes de las pruebas que les esperan. A ellos les revelaré grandes profecías para que os ayuden a no caer en tentación. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 26 1. Discípulos: Después de escuchar mi enseñanza y de juzgar vuestro pasado ante la luz de mi palabra, espiritualmente habéis dicho: “La hoja del árbol no se mueve sin la voluntad de Dios” 2. Así pensáis porque empezáis a comprender, que las pruebas que vais apurando como un cáliz amargo, han sido como peldaños que os han ido acercando al árbol de la Vida, donde el Maestro os espera para entregaros vuestra heredad. 3. Cuando habéis llegado ante la manifestación de mi palabra, todos os habéis preguntado cuál sería la causa de mi retorno y al escuchar mi saludo que os dice: “Mi paz sea con vosotros”, los que sabéis reconocer el valor que tiene la paz, os llenáis de gozo, mientras que los que sólo pensáis en adquirir los bienes materiales, con decepción me preguntáis en vuestro interior si solamente he venido a ofreceros la paz. 4. Estos que así piensan no me ofenden, porque su incomprensión proviene de su ignorancia y ésta es precisamente la tiniebla que he venido a combatir iluminando a los espíritus con la luz de mi Doctrina. 5. Corazones hoy endurecidos por las pasiones y vicisitudes que han amargado vuestra vida: Comprended que alcanzaréis la paz cuando hayáis logrado la elevación espiritual. 6. La paz en el espíritu os habla de luz, de moral, de virtudes. El que no anhele llegar a ese estado de elevación, no sueñe con disfrutar de mi paz, porque aún está cautivo de las pasiones de la materia y de las falsas visiones de felicidad que le presenta el mundo material. 7. El que alienta en su interior un ferviente deseo de paz, hastiado de los placeres materiales, es el que busca la liberación de su espíritu, ansioso de alcanzar el fin para el que fue creado. 8. Desde el principio de la humanidad, han sido pocos los que han buscado la paz o los que han permanecido en ella una vez que la han alcanzado, porque, el hombre sólo la busca cuando el dolor lo ha vencido. Por eso veis cómo después de cada una de vuestras guerras inhumanas, fratricidas e injustas, se levantan millares de seres sedientos de la paz, que antes no supieron estimar, porque no se habían dado cuenta del valor que tiene ese don divino. 9. Debéis comprender que no es en el saber de los hombres en donde encontraréis la tranquilidad, ya que la fuente de donde proviene, es espiritual. El oro, la sabiduría humana, la ciencia, el poder de los hombres, no han bastado para conseguir esa gracia que solo alcanzaréis practicando las buenas obras, conduciéndoos en vuestra vida por el camino del amor que os señala mi Ley. 10. Nada tendrá de extraño que los hombres, que la humanidad llama sabios, cuando vengan en pos de mis revelaciones y en busca de mi paz, ocupen el lugar de los párvulos para estudiar las primeras lecciones del libro del “Libro de la Vida Verdadera” 11. Nadie mejor que Yo, conoce la sed infinita que existe entre la humanidad. Mi piedad como un rayo de esperanza penetra en cada corazón, para hacerle sentir la proximidad de la lucha por medio de la cual alcanzará la paz verdadera y la liberación del espíritu. 12. Mi enseñanza es la voz de la trompeta celestial, que ha sido escuchada por los espíritus a quienes les ha anunciado que ha llegado el tiempo del juicio, de la expiación y también de la salvación. 13. Todo había sido profetizado, más preferisteis esperar los acontecimientos sin prepararos. Os faltó la fe, la obediencia a mi Ley de amor y hoy os encontráis llorando vuestra culpa. 14. Las multitudes que se congregan para escuchar mis divinas lecciones, os parecen grandes en su número, pero cuán pequeñas son si las comparáis con vuestros hermanos que se encuentran carentes de mi paz. 15. En estas multitudes he depositado mi paz; unos han sabido conservarla, otros en cuanto dejan de oír mi palabra y penetran en la rutina de la vida, se despojan de ella. Son los que al retornar al humilde lugar en donde me manifiesto y me preguntan: ¿Señor, por qué sólo cuando te estoy escuchando encuentro paz, o es que sólo en estos lugares existe? Y Yo les contesto que si sólo han encontrado la paz a la hora de estar escuchando mi Doctrina, es porque solamente en ese momento es cuando limpian su espíritu de la influencia de la materia y al trasponer el umbral de estos recintos, retornan a su vida de imperfecciones, egoísmos, pasiones, rencores y vicios, sin llevar a la práctica los preceptos de la Doctrina que estuvieron escuchando, porque escuchar no quiere decir aprender, y sólo el que analice y ponga en práctica mi Doctrina, será el que pueda llamarse en verdad mi discípulo, porque siempre estará preparado espiritualmente para llevar a sus hermanos el ejemplo de encauzar su vida en el cumplimiento de mis enseñanzas. 16. En esta cátedra encontraréis el conocimiento de la responsabilidad moral que habéis contraído, por estar recibiendo en vuestro corazón el don de mi paz, del que tendréis que compartir con vuestros hermanos. 17. Comprended y analizad, cuántas veces os he dicho: Bienvenidos seáis al humilde recinto convertido en casa de paz y oración en donde me manifiesto como Maestro. 18. A través de mi palabra habéis comprendido vuestra misión y la restitución que pesa sobre vuestro espíritu. Hoy reconocéis que para llegar a Mí, es necesario alcanzar la pureza que os haga dignos de penetrar en la mansión de los justos, que es la tierra prometida a vuestro espíritu. 19. No todos los que me escuchan están conmigo, porque el pensamiento de algunos está distante. En cambio hay quienes se encuentran distantes en materia y están presentes en espíritu. 20. Si vosotros llamáis a mis puertas, Yo también he llegado a las vuestras, no para pediros sino para daros lo que habéis menester. 21. Vengo a dar luz a vuestro espíritu porque veo que no quiere continuar en tinieblas, desea levantarse sobre la ignorancia y sobre las pasiones de la materia, quiere contemplar y comprender al Padre conociendo la finalidad de su propia existencia. 22. Despertad, daos cuenta del tiempo en que vivís, para que llegado el momento en que los hombres se levanten profanando y borrando todo culto del corazón humano, de vosotros nada tengan que apartar, porque vuestro santuario y vuestro culto debe ser espiritual. Entonces vuestro espíritu sabrá comunicarse directamente con mi Divinidad; esa será su liberación. 23. Vivís en un mundo transformado por la ciencia humana, ésta es su era, es el tiempo de su reinado. 24. Una nueva Babel han levantado los hombres, una nueva torre de soberbia y vanidad. Desde su altura desafían mi poder y humillan a los débiles. En verdad os digo, que por ese camino el hombre no llegará a Mí, no porque Yo desconozca la ciencia, ya que ella es luz que Yo, el Creador, he puesto en la mente humana, sino por el mal uso que de ella han hecho los hombres. Os confié la ciencia como un árbol al que deberíais cultivar con amor, respeto y celo para que de él brotasen los frutos del mejor sabor, los que dan la vida. ¿Creéis haber cultivado bien ese árbol? Ved que sus frutos han sido de destrucción y de dolor, que en lugar de dar la vida han sembrado la muerte. ¡Qué equivocada está la ciencia humana puesta al servicio del hombre! Más a pesar de ello Yo la bendigo porque es obra de mis hijos. 25. El materialismo ha envuelto a la humanidad. De muchos corazones se ha borrado mi nombre, los hombres se olvidan de orar, que es la forma espiritual de conversar con Dios. Mi Doctrina y mis ejemplos a través de Jesús se han olvidado y quienes tratan de perseverar en mis lecciones y de cumplir con mi Ley, lo hacen por medio de cultos idólatras, buscándome a través de formas e imágenes hechas por la mano del hombre. ¿Es así como debe cumplirse mi Ley? 26. Muchos han hecho de la Naturaleza su Dios, divinizándola como fuente creadora de todo cuanto existe. Más en verdad os digo que esta Naturaleza de cuyo seno han brotado todos los seres, las fuerzas y los elementos materiales que os rodean, no es creadora, ella fue concebida y formada antes por el Hacedor Divino. No es la causa ni el porqué de la vida. Solamente Yo, vuestro Señor, soy el Principio y el Fin, el Alfa y la Omega. 27. La sombra del árbol de la ciencia humana ha envuelto a la humanidad, la mayoría de sus frutos la han envenenado y se aproxima el tiempo en que la hoz justiciera venga a cortar toda rama impura y todo mal fruto. 28. Cuando el hombre fue inocente, su estado de pureza le hizo digno de la gracia del Señor. No le era necesaria la ciencia para encontrar los medios de vida, no era menester que sus ojos o su inteligencia se esforzara en penetrar en los secretos de la Creación, para encontrar la luz que iluminara la senda de su vida terrenal. 29. La Naturaleza, como una dulce madre, acercaba su seno a los labios del niño para alimentarle, más el niño creció y seducido por la belleza exterior de los frutos del árbol de la vida, extendió su mano, los cortó y los probó, despertando la necesidad y el ansia de saber en su corazón y en todo su ser; huyó la edad de la inocencia y comenzó para el hombre una nueva etapa, la de la ciencia, en la que el espíritu deseó conocer la vida humana y sus misterios. Ahí comenzó la lucha, la experiencia, el desarrollo, la evolución, la restitución. 30. El niño que cifraba su dicha en sentir la caricia materna, se convirtió en el adolecente que lleno de curiosidad y de inquietud, maravillado ante la grandeza de la vida que era un misterio para él, se levantó por los caminos, ansioso de saber. ¿Quién sino Yo hizo que el hombre sintiera ese ideal de saber y conocer? Todo estaba previsto y preparado por Mi para guiar los pasos del hombre en la Tierra, por eso a cada paso encontraba una sorpresa y una nueva maravilla. No había tropiezo, necesidad, ni pena a la que no encontrara solución. Si el hombre tuvo su despertar para el mundo, también en su espíritu, de su inquietud y presentimiento surgió el anhelo profundo de saber y contemplar la vida que está más allá de la creación material, más allá de la materia y de la 31. Así nació el culto espiritual hacia Dios, para que por medio de él se sustentara el espíritu y alcanzara conocimientos elevados, viviendo de acuerdo con la ciencia inspirada en mi Ley de amor. 32. No todos los hombres me han concebido en lo infinito, en lo espiritual e invisible, por eso desde los principios de la humanidad, mientras unos me han buscado más allá de todo lo material, otros lo han hecho por medio de cultos exteriores. Estos son los que me buscaban en los astros, en los elementos y en otras criaturas hasta que llegaron a comprender que quien había formado todo lo que ellos adoraban, se encontraba en el infinito y a Él era a quien debían adorar. 33. De tiempo en tiempo la humanidad fue evolucionando en sus creencias y en el conocimiento de lo espiritual, perfeccionando su culto iluminado por inspiraciones divinas. Sin embargo, todavía en este tiempo muchos de mis hijos sólo me sienten a través de formas, ritos, imágenes y símbolos. Es que el espíritu distraído aún con las tradiciones, se conforma con lo poco que alcanza con su escasa elevación, pero ha llegado para él la hora de la inquietud ante los misterios, experimentando necesidades y atravesando pruebas como nunca las había encontrado en su camino; entonces despertará y se levantará a preguntar, a escudriñar como ya lo hizo cuando quiso conocer el porqué de la vida en la Tierra. 34. ¿Qué es lo que más anheláis en la Tierra en estos instantes? La paz, la salud, la verdad. De cierto os digo que estos dones no os los dará vuestra ciencia tal como la habéis tomado. 35. Los sabios interrogan a la Naturaleza y ella a cada pregunta les responde, más detrás de aquellas interrogaciones no siempre hay buenos fines, buenos sentimientos ni caridad. Son los hombres los pequeños y necios que arrancan a la madre sus secretos y profanan su intimidad, no con el fin de honrarla tomando de sus fuentes los elementos para hacer el bien de los unos a los otros, como verdaderos hermanos, sino con fines egoístas y a veces perversos. 36. Toda la Creación les habla de mí y su voz es de amor, mas ¡Cuán pocos han sabido escuchar y comprender ese lenguaje! 37. Si consideráis que la Creación es un templo donde Yo habito, ¿No teméis que Jesús se presente ahí empuñando el látigo y arroje a los mercaderes y a los que la profanen? 38. ¡Oh amado pueblo, analizad y comprended mi enseñanza, abrid vuestro entendimiento y dejad que en él penetre mi luz, esa luz hablará en vuestras obras, aunque vuestro verbo sea humilde. Me place que vuestro verbo sea torpe, porque será vuestro espíritu quien dé testimonio de Mí. 39. El destino de cada uno de vosotros es distinto, más el final de todos es el mismo; llegar a Dios. 40. Unos sufrís y con ello restituís vuestras faltas a mi Ley en los tiempos pasados, otros apuráis el cáliz de amargura, a causa de la maldad de vuestros hermanos; los primeros están purificándose en las pruebas de la vida, los segundos tendrán que apurar el mismo cáliz que dieron a beber a sus semejantes, pero de cierto os digo que en unos y otros se manifiesta la justicia amorosa y perfecta de vuestro Señor. 41. “Amaos los unos a los otros”, cumplid con mi Ley de amor, para que la luz de la paz y la armonía brille en Oriente, que ahora se encuentra en las tinieblas y amarguras de la guerra. Sentid el dolor de la humanidad y ved cómo buscan un salvador, como las ovejas perdidas cuando lloran llamando a su pastor. 42. ¡Cuánto dolor agobia a la humanidad en esta Era! No bien nace un niño cuando ya comienza a apurar el cáliz de amargura por causa de sus hermanos. Unos pierden a la madre antes de sentir la primera caricia, otros ensordecen con el estruendo de la guerra, en lugar de oír el dulce arrullo maternal. 43. El paraíso de los primeros fue convertido en valle de lágrimas y ahora sólo es un valle de sangre. Por eso hoy que he venido a cumplir la promesa que hice a mis discípulos, despierto de su letargo a la humanidad, dándole mis enseñanzas de amor para salvarla y busco a los espíritus que tienen el destino de levantarse en este tiempo a testificar mi manifestación y mi palabra con sus obras. Cuando esos señalados por Mí, se encuentren reunidos en torno a mi Ley, la Tierra y los astros se conmoverán y en el cielo habrá señales, porque en ese instante la voz del Señor será escuchada desde un confín hasta el otro de la Tierra y su Espíritu Divino rodeado de los espíritus de los justos, de los profetas y de los mártires, juzgará al mundo espiritual y material. 44. Entonces alcanzará su plenitud el tiempo del Espíritu Santo. Para que hagáis conocer a vuestros hermanos esta profecía, os pregunto: ¿Cuándo vais a levantaros al cumplimiento de vuestra misión como los discípulos de este tiempo? ¿Cuándo vais a hacer que vuestros hermanos os escuchen y se estremezcan ante la voz de su propia conciencia? ¿Cuándo vais a llevar esta palabra de luz y de amor a la humanidad? 45. Es mi voluntad que os unifiquéis para que en cada recinto y en cada congregación sea uno solo el sabor de vuestro fruto. ¿Por qué habrían de brindar sabor diferente si todos son sarmientos de una misma vid? 46. Estudiad, practicad y levantaos unidos para que vuestra fuerza sea respetada. No deis lugar a que surjan falsas manifestaciones de mi Divinidad en el seno de sectas o religiones, no seáis la causa de que se levanten falsos profetas sorprendiendo a las multitudes con su palabra. 47. Alerta, videntes. Si habéis sido probados por vuestro Padre, si los mismos vuestros os han desconocido, no temáis, recordad que Jesús fue desconocido en su patria y tuvo que ir a otras tierras para ser creído. “Nadie es profeta en su tierra”, os dijo. 48. Si han dudado de vuestros dones, vendrán corazones que en verdad os crean, algunos de vosotros penetraréis en tierras extrañas donde encontraréis más confianza en vuestro testimonio, que en el seno de este pueblo. 49. Para ayudaros en vuestra misión el Maestro os ha entregado su enseñanza y no se cansa jamás de hacerlo porque es el Verbo del Padre. 50. Discípulos amados: Cada vez que queráis entregar el bálsamo de curación a un enfermo hacedlo con amor, con verdadera preparación espiritual, para logréis que el necesitado experimente el consuelo divino. 51. En algunas ocasiones he concedido que verdaderos prodigios se realicen, sin que vuestra preparación os haya hecho merecedores a ello; mas ahora os digo que no debéis descuidar vuestra preparación, porque os sorprenderé, os tocaré no concediéndoos lo que esperáis, para haceros comprender que no sabéis prepararos para entregar una verdadera obra de caridad. 52. No dejéis que sea solamente el enfermo el que por su dolor se haga merecedor a mis beneficios, debéis unir a sus méritos los de vuestra caridad y en ambos se manifestará mi gracia. Doquiera que estéis, debéis hacer méritos para que cada vez que intercedáis por vuestros hermanos, seáis dignos de pedirme lo que hayáis menester, en favor de vuestros semejantes. 53. Conservad la preparación espiritual y material, porque no sabéis el momento en que necesitéis hacer una obra de caridad y será muy grato para Mí, haceros depositarios del bálsamo de la paz o de lo que más falta les haga a vuestros hermanos. Comprended lo hermoso de la misión que habéis venido a cumplir en vuestra restitución, para que os abracéis de vuestra cruz, con todo el amor de que seáis capaces. 54. Aquí en el mundo, no percibís tan clara la voz de vuestra conciencia, como la escucharéis cuando estéis en espíritu, es por eso que muchas veces desatendéis el cumplimiento de vuestra misión; más pensad que por lejana que esté la fecha de vuestra partida al más allá, siempre estará esperándoos, y que cuando abráis los ojos en un nuevo mundo, solamente os llegará la luz que hayáis alcanzado en vuestra lucha y poseeréis la paz a la cual os hayáis hecho acreedores por los méritos que hayáis logrado. 55. ¿Sabéis cómo quiero que lleguéis a la próxima morada donde os espero? Llenos de paz, iluminados por la luz de la sabiduría, que debe brillar en todo espíritu limpio; sin titubeos, sin lágrimas. 56. Nadie debe pensar que al venir a este mundo, le vino a sorprender mi Obra dándole una misión, no, eso sería pecar de ignorancia, viviendo entre la luz. Yo sólo he venido para haceros reconocer lo que en espíritu recibisteis antes de ser enviados a la Tierra. 57. Ahora bien, discípulos amados, si a esto vino vuestro espíritu porque así se lo ordené y así lo deseó y aceptó cada uno de vosotros, pensad que no debéis de retornar a Mí sin haber cumplido la misión que prometisteis cumplir, porque de otra manera, sería muy doloroso para vuestro espíritu. 58. Analizad mi palabra, no permitáis que nada ni nadie os impida el cumplimiento de vuestra misión, que nada os haga renunciar a todo lo que como galardón corresponde a los que supieron ser en la Tierra soldados de Dios, apóstoles de su verdad. 59. Para ayudaros en vuestra restitución os estoy dando mi palabra, y su luz os guía a la perfección. 60. Oídme incansablemente, aprended de Mí. Oíd a Elías y tomad ejemplo de su virtud para que seáis a imitación suya, pastores de la porción de espíritus que os haya destinado mi voluntad. 61. A todos contemplo con amor y os digo, que en esta era no he venido solamente a acariciaros y a daros mi paz, sino que vengo a enseñaros, a haceros comprender que sois poseedores de dones espirituales con los que debéis ayudar a la humanidad en su tribulación, para conducirla hasta su restitución final. 62. El tiempo de las grandes pruebas ha llegado y el espíritu aún se encuentra débil. Grandes dolores y trastornos le esperan y por ello me acerco como barca salvadora, para acoger a mis hijos ayudándolos a evolucionar en el sendero espiritual. 63. Todos los espíritus se han hecho acreedores a mi justicia; aún el de los niños en los brazos de su madre han sentido dolor. 64. A vosotros, discípulos, os estoy preparando para que llevéis mi Doctrina de amor y de paz a todas las naciones, para que por vuestro cumplimiento salvéis a vuestros hermanos. Acercaos a los humildes y a los grandes, muchas veces os encontraréis delante de hombres científicos, y ante ellos debéis dar pruebas de espiritualidad. Cuántos van a sentirse avergonzados al reconocer la inutilidad de su saber material y confesarán que lo que no hizo la ciencia en la curación y en la solución de los problemas que afligen a la humanidad, lo logró el amor y la caridad de mis discípulos. 65. Esta nación poco conocida en el mundo, será pródiga en bendiciones. Su suelo será próspero y sus arcas se abrirán para enviar alimento a las naciones desgastadas por la guerra; el espíritu de los moradores inspirados en mi amor, enviará pensamientos de luz a los necesitados, y llegado el tiempo de la predicación, llevará mi palabra para vivificar y sanar con ella a los que sufren. 66. Muchos extranjeros vendrán para unirse a vosotros en vuestras ideas de paz y de concordia. La espiritualidad, como semilla benéfica se extenderá y la verdad que ella predica será conocida. Entonces el hijo sabrá amarme con pureza y la fuente de gracia de donde brota todo bien, se derramará sobre la humanidad. 67. Quiero que cumpláis en esta etapa vuestra misión, y que cuando paséis al más allá continuéis vuestra labor espiritual. Enseñad a vuestros hermanos que una sola Ley llena de justicia es la que rige a todos los espíritus, que todos ocupan un lugar en mi Creación y cada uno es estimulado por Mí en su cumplimiento. Todo obedece a leyes divinas inmutables. 68. Si la humanidad durante este tiempo de pruebas os juzga mal y os hace responsables de la guerra de ideas, de la destrucción de las naciones y de la falta de paz, no os acobardéis ni os confundáis, permaneced orando y velando. No temáis, si os encontráis cumpliendo mi Ley. 69. Comprended que Yo he permitido que las guerras se desaten para que el espíritu de la humanidad se purifique. Toda nación, institución y hogar, son tocados por mi justicia para poner al descubierto el grado de adelanto en que se encuentran. 70. Trabajad como os he enseñado; regenerad a los pecadores; rehaced vidas, acercad a Mí a los que se han alejado. Y cuando esta etapa haya pasado, la luz del saber y la experiencia será en todos los espíritus, mi Doctrina inspirará a los hombres y no habrá adulteraciones, ni malas interpretaciones de mi Ley. 71. Si a veces os llamo niños, es porque ante mi Divinidad, sois aún pequeños, y ante la eternidad resulta muy corta vuestra existencia. ¿No cifráis a veces vuestra felicidad en una pequeñez? ¿No a veces lloráis por algo que no debiera ser causa de vuestro dolor? 72. De cierto os digo, que no sólo vengo a buscar al pobre y al humilde, sino también al que se ha distinguido en el mundo ya sea por su poder o su saber. A todos les estoy haciendo el llamado, para que alcancen la purificación de su espíritu. 73. Si en los pobres me hice sentir en lo poco que poseían, para prepararlos y despertarlos, a los que han acumulado bienes materiales les tocaré a fin de que atiendan a mi llamado. Al que sea sordo a mi voz le levantaré de este mundo y en el valle espiritual le mostraré el trabajo, que en la tierra no supo cumplir. 74. Que esta enseñanza os sirva de lección, acumulad méritos antes de ausentaros de este mundo, dejad consuelo, salud y paz como huella de vuestro paso, si no lo hacéis, lloraréis mañana. 75. Vuestro corazón debe fortalecerse para resistir las pruebas que le esperan. Os he dicho que sufriréis persecuciones y calumnias, que seréis culpados de la confusión religiosa que está por presentarse; más Yo velaré por vosotros y os haré salir avante. 76. Apartad de vuestro corazón el horror que pudierais sentir por los que sufren enfermedades que vosotros llamáis asquerosas y rechazad la repulsión que pudieseis experimentar al encontraros frente al homicida o al que ha enloquecido en los vicios. Tendedles vuestra mano, dedicadles las frases más sentidas. Orad por ellos. Sólo Yo sé lo que se esconde en cada una de esas existencias, sólo Yo conozco las causas de su caída. 77. Sólo Yo puedo perdonar y absolver a los que son perseguidos y condenados por la justicia humana. 78. Estoy fortaleciendo a vuestro espíritu con mi palabra, porque mucho es lo que aún tenéis que experimentar y sentir en vuestro corazón. 79. Estoy sensibilizando vuestros sentimientos aletargados por vuestro materialismo. Ayer no sentíais el dolor ajeno, más pronto vuestros ojos derramarán abundante llanto por el sufrimiento de vuestros semejantes. 80. Las tierras abundan y los labriegos son escasos, sed vosotros de los labriegos que aprendan a sembrar esta simiente bendita, hacedlo ahora que vivís en la Tierra, para que lleguéis con méritos al Más Allá. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 27 1. Amados discípulos: Estoy abriendo vuestros ojos a la luz de mi enseñanza, para que podáis distinguir la verdad de la impostura; la luz de la conciencia, la sensibilidad y la intuición que poseéis serán las que os señalen el buen camino y os descubran los buenos frutos. 2. Del verdadero conocimiento de mi Doctrina nacerá en vosotros la humildad, porque os sentiréis tan pequeños ante vuestro Creador, y a pesar de ello, tan agraciados y donados por Él, que no osaréis levantar vuestra mirada hacia el Padre, si consideráis que se encuentra impura. 3. La vanidad ha anidado en los que, creyendo haber alcanzado el completo conocimiento de la verdad, han llegado a considerarse sabios, fuertes, infalibles, grandes y absolutos, sin darse cuenta que muchas veces han estado confundidos. 4. No quiero que entre este pueblo que apenas comienza a formarse bajo la luz de estas lecciones, surjan mañana los hombres que se encuentren confundidos por su vanidad, pregonando que son la reencarnación de Cristo, o que son los nuevos Mesías. 5. Quienes cometan tales actos, serán los que, creyendo haber alcanzado la comprensión de toda mi verdad, en realidad van lejos del sendero marcado por Cristo, que es el de la humildad. 6. Estudiad la vida de Jesús en la Tierra y encontraréis una profunda e inolvidable lección de humildad. 7. Jesús sabía quién era, de dónde venía y a qué había venido, sin embargo Él nunca anduvo en las plazas o en las calles, pregonando con orgullo que era el Hijo de Dios, el Mesías, o el Salvador, sino que con sus obras dio testimonio perfecto de su Doctrina de amor y de caridad. Con sus hechos dio a saber quién era y cuando alguien llegaba a preguntarle: ¿Tú eres el Cristo? Jesús se concretaba a responder: Vosotros lo habéis dicho. 8. Es decir, que mientras los hombres lo decían con sus labios, Él lo probaba con sus obras, ante las cuales carecían de valor todas las palabras. 9. Todo esto lo debéis tener presente, oh pueblo amado, para que una vez que estéis entregados a la lucha, no os dejéis sorprender por las tentaciones ni permitáis que vuestro corazón reciba el galardón que tan sólo corresponde al espíritu. 10. Para evitaros caer en esta flaqueza, haré que esta forma de comunicarme con vosotros tenga su límite, aunque han existido quienes saben cumplir esta misión con verdadera humildad, también hay quienes han llegado a creerse dioses delante de las multitudes; pero cuando vean que lo que ayer tuvieron ya no lo poseen, llegarán a comprender que para lograr una perpetua comunicación con el Padre, es preciso tener humildad. 11. Todos sabéis que he señalado un día para que esta comunicación toque a su fin, esa fecha es 1950, más veréis cómo los que se envanecieron y engrandecieron con esta manifestación, no se someterán a la voluntad del Padre porque pensarán que al perder ese don, volverán a su vida ignorados por las multitudes y dejarán de ser ensalzados por el pueblo. 12. Los portavoces dirán cuando la hora se acerque: ¿Quién vendrá a escucharnos cuando el pueblo sepa que ya el Maestro no habla por nuestra boca? Y los guías dirán: ¿Quiénes vendrán a nuestros recintos, el día en que sepan que ya no resuena la palabra del Señor por la boca de sus elegidos. A unos y a otros desde ahora les digo, que si fuera la única forma en que Yo pudiera manifestarme a su espíritu, no os privaría jamás de ella, pero si la voy a hacer cesar, es señal de que algo más elevado y perfecto os aguarda, algo que vosotros también sabéis, es la comunicación de espíritu a Espíritu con vuestro Padre. 13. Pueblo: Formad con mis palabras un álbum y guardad su contenido en vuestro espíritu iluminado con la luz de vuestra conciencia, para que nunca vayáis a profanar mi Obra. 14. Si habéis creído en mi manifestación bajo esta forma, debéis también creer que voy a dejaros de hablar como hasta ahora lo he venido haciendo; y si habéis creído en mi presencia cuando os he doctrinado a través de] entendimiento humano, sirviéndome de seres rudos e imperfectos. ¿Cómo no habréis de creer que podréis recibir mi divina inspiración de Espíritu a espíritu? 15. Mucho es lo que ya os he doctrinado, oh discípulos. No os concretéis tan sólo a oírme, analizad mi palabra con amor, estudiadla profundamente ahora que estáis en el tiempo de hacerlo y no después de haber caído en tentación, porque será más difícil vuestra lucha. 16. Estudiad mi enseñanza para que la interpretéis justamente y con su Luz podáis comprender el sentido de la vida y la finalidad de las pruebas. 17. Muchos de los que contemplan a los elementos desatados, las aguas desbordadas arrastrando comarcas en su furiosa corriente y a los hombres entregados a destruirse en crueles guerras fratricidas, dicen que es la ira de Dios la que se encuentra también desatada. 18. Yo perdono a quienes así interpretan mi justicia, más comprenderán que todos los sufrimientos y vicisitudes que la humanidad padece, proviene de su desobediencia a mi Ley. 19. Hay quienes dicen: “Señor, si tanto es lo que os ofendemos con nuestras imperfecciones, además de ser la causa de todas nuestras penalidades ¿Po qué mejor no nos destruyes, para qué nos conservas en el dolor? 20. A los que así me interrogan les digo: Si no os amase, con sólo decir “Hágase”, os haría desaparecer; pero si a pesar de vuestras faltas os sigo conservando, ello es prueba de que un alto destino os aguarda. 21. Mis designios son perfectos y mi amor hacia vosotros es infinito, por 1o tanto vuestras imperfecciones nunca llegarán a tener el valor suficiente para hacer variar la voluntad del Todopoderoso. Por instantes os apartáis del camino que os marca mi Ley, pero al final en la perfección de mi justicia encontraréis mi amor. 22. La humanidad siempre ha estado sujeta a pruebas, en las que además de purificar su espíritu ha alcanzado la luz de la experiencia, la que en este tiempo le ayudará a comprender las lecciones sabias, justas y perfectas que os da la vida. Es por eso que os he dicho que debéis de luchar en contra de las tinieblas con vuestra espada de luz, además de permanecer velando y orando para no caer en tentación. 23. Si queréis profundizar más en el porqué de vuestras pruebas, recordad que estáis en el tiempo de la restitución de todas vuestras faltas pasadas. Cuando ya tengáis fe en lo que os estoy explicando, una dulce conformidad, una paz infinita invadirán vuestro ser, pensando que el único que conoce vuestro pasado y que puede juzgarlo con amor, soy Yo. 24. Mirad en este tiempo a los reyes desterrados, a los príncipes sin esperanzas de reinar, a los ricos en la ruina y a los poderosos en el lecho del dolor. ¿Quién sabrá la restitución que existe en las pruebas a que se encuentran sometidos? Solamente Yo; más quiero que todos sepáis que con arrepentimiento sincero, con buenas obras, con regeneración y espiritualidad, podréis acortar vuestra restitución hasta alcanzar vuestra liberación del dolor y con ello la paz. 25. Con estas lecciones estoy esclareciéndoos las enseñanzas que desde los más remotos tiempos habéis recibido, pero que los hombres os habían ocultado, impidiendo que la humanidad pudiera encontrar el camino de salvación. 26. ¿No creéis, pueblo amado, que si en este tiempo habéis sido de los primeros en comprender esta verdad, os obligue ese conocimiento a ser los que llevéis la luz a los campos de guerra y a los pueblos sin paz? 27. Para ello escudriñad mi palabra, más hacedlo siempre con el fin de alcanzar la verdad. 28. Fortaleced vuestra fe en mi palabra, para que en el futuro, cuando escuchéis argumentos en contra de esta Obra, no vayáis a flaquear. 29. Me decís: Maestro, ¿Qué es lo que podemos escuchar en contra de vuestra Doctrina perfecta, que sea capaz de poner en peligro nuestra fe? 30. Así pensáis ahora, discípulos amados, porque aún no sabéis de las tempestades y de la lucha que se avecina; ahora venís en paz a escuchar mi palabra, a recrearos con mi lección, más os preparo y os pongo alerta, para que nadie vaya a sorprenderos. Entre vosotros hay muchos inocentes, muchos de buena fe, de nobles sentimientos, varones y mujeres sin maldad, que no conocen la perversidad y las traiciones de que son capaces los hombres, y si no se preparan, serán fácil presa de aquellos que se levanten en contra de esta Doctrina, serán como indefensas ovejas ante lobos hambrientos. 31. Más os conviene que desde ahora sepáis por Mí, lo que escucharéis mañana, preparaos con la luz de mi enseñanza para luchar, que nada oí hiera cuando seáis atacados y quieran haceros flaquear. 32. No os turbéis cuando os digan que quien os ha hablado en este tiempo ha sido el tentador y que profetizado estaba que él también haría prodigios con los cuales turbaría y confundiría a los mismos escogidos. En verdad os digo, que muchos de los que así opinaren de mi manifestación serán de los que realmente se encuentren al servicio del mal y de las tinieblas, aunque sus labios traten de asegurar que siempre van esparciendo la verdad. 33. No olvidéis que el árbol por su fruto es reconocido, y Yo os digo: El fruto es esta palabra que he venido a vibrar por los entendimientos de estos portavoces, hombres y mujeres de corazón sencillo. Por el fruto y por el adelanto espiritual de los que lo han saboreado, reconocerá la humanidad al árbol que soy Yo. 34. La Obra Espiritualista Trinitaria Mariana comenzará a extenderse, provocando una verdadera alarma entre muchos que creyendo haber estudiado y comprendido las lecciones que con anterioridad recibieron del Padre, se han envanecido con el conocimiento de sus filosofías y de sus ciencias, sin darse cuenta de la evolución espiritual que ha alcanzado la humanidad. Ellos al despertar de su letargo se darán cuenta de la forma en que ahora piensa y siente el espíritu de los hombres, lanzarán anatemas en contra de lo que ellos llamarán “nuevas ideas” y propagarán que este movimiento ha sido provocado por el Anticristo. Entonces recurrirán a las escrituras, a las profecías y a mi palabra que os di en el Segundo Tiempo, para tratar de combatir mi nueva manifestación, mis nuevas lecciones y todo lo que os prometiera y que hoy me encuentro cumpliendo. 35. Llegará mi palabra, en labios de mis discípulos y por medio de escritos, aún a los que no admiten nada que esté más allá de lo material, o que esté fuera de sus conocimientos y conceptos que ya tienen aceptados, y me llamarán falso Dios por haberos traído esta palabra. Más cuando esto escuchéis, aunque vuestro corazón se sienta herido, vuestra fe no sufrirá quebranto, recordando con emoción que ya vuestro Maestro os lo tenía anunciado y os había fortalecido con su palabra para resistir esas pruebas. En cambio os digo, que aunque a vuestro paso vais a encontrar la impostura, la hipocresía, la superstición, el fanatismo religioso y la idolatría, a nadie juzguéis por sus errores, doctrinadles con mi palabra y dejadme la causa a Mí, que soy el único que debe juzgaros y que conoce quién es el falso Dios el falso Cristo, el mal apóstol, el fariseo hipócrita. 36. A vosotros sólo os corresponde interpretar mi enseñanza, de la manera más pura, a fin de que en vuestras obras fructifique la simiente divina y por su esencia sea reconocido por vuestros hermanos Aquél que os la inspiró. 37. El corazón de este pueblo no será estéril, Yo sé por qué lo he llamado y reunido. Habrá momentos en que hasta lleguen a confundirse muchos dentro de mi Obra, pero al fin se salvarán del torbellino y llenos de luz se levantarán en busca de los caminos que conducen a otras tierras, llevando mi Doctrina a los hombres de otros pueblos, con un mensaje divino de fraternidad espiritual y de paz. Ellos enseñarán que todo lo material tiene un límite, que hicieron mal uso del libre albedrío y que hoy vengo a poner un hasta aquí a vuestra veloz carrera, haciendo en vosotros mi voluntad; mas no vengo en contra vuestra, sino para bien de toda la humanidad. 38. Mi acercamiento a vosotros en este tiempo, no es para ejercer venganza, por lo que de Mí hiciera la humanidad en el Calvario, prueba de ello es que muchas veces después de haberme ofendido, os entrego mi paz en prueba de amor y de perdón. 39. Si mi presencia entre vosotros en este tiempo, coincide con las grandes calamidades y con las terribles guerras que ahora os afligen, no me atribuyáis a Mí ese cáliz que beben los hombres. Los sufrimientos son el fruto de vuestros pecados y éstos no han brotado de Mí. Si os anuncié que en el tiempo en que os hablaría como Espíritu Santo el dolor se encontraría desatado entre la humanidad, con ello no dicté vuestra sentencia, es que Yo sabía que cuando esas pruebas llegaran, me necesitaríais; sólo os lo anuncié para que estuvieseis velando y orando, en espera de mi llegada. 40. La sentencia ha mucho tiempo que vosotros la habéis firmado; más Yo, a quien consideráis como vuestro Juez, en realidad soy vuestro defensor, que viene a libraros de vuestra carga, convenciéndoos dulcemente a que toméis el buen sendero, para que obtengáis la verdadera libertad, que es la del espíritu. 41. Lloráis, pueblo, porque sentís en vuestro corazón arrepentido el amor del Maestro. Os habían dicho que todo el que se presentara ante el Padre llevando en su espíritu una grave falta, no sería perdonado y tendría que sufrir una condena eterna; mas ¿Cómo habéis podido concebir tan monstruosa mi justicia divina? ¿No os disteis cuenta de que a través de Jesús demostré que mis palabras más tiernas y mis más dulces miradas fueron para los que más habían pecado? ¿Cómo podría Yo predicar una enseñanza en el mundo y hacer lo contrario en la eternidad? 42. Entre Cristo y el Padre no puede existir la menor diferencia, puesto que ambos son el mismo Espíritu, el mismo amor, la misma sabiduría que se ha manifestado en tres fases a la humanidad; Yo os dije en el Segundo Tiempo: “Quien conoce al Hijo, conoce al Padre”. 43. Limpios brotasteis de Mí y limpios tendréis que retornar, más el tiempo de expiación será pasajero, jamás eterno, corto o largo, dependiendo de la voluntad que el espíritu ponga para alcanzar su salvación. 44. Os encuentro confundidos, porque habéis tomado los libros en los que vuestros hermanos han impreso sus errores, los que por mucho tiempo habéis tenido por la verdad pura; más se acercan los días en los que el hombre tendrá que rectificar sus mismos dogmas, porque la luz del nuevo tiempo le hará ver el camino de la verdad; porque en esa noche en que se encuentra su vida espiritual, se hará la luz. 45. Os envío esta Doctrina para enseñaros a penetrar desde vuestra existencia humana, a la vida espiritual. 46. Aún sois más materia que espíritu y es por eso que por instantes dudáis de la verdad de esta palabra y os preguntáis: ¿Será verdaderamente el Maestro quien nos habla? Brota entonces un “sí” del espíritu, que lucha contra un “no” de la materia. 47. En forma limitada me manifiesto ante vosotros, para que escuchéis mi palabra, en la que os envío mis pensamientos divinos, que vienen de nuevo a trazaros el camino de vuestra elevación espiritual. 48. Lo mismo bendigo al que cree en mi comunicación, que al que duda. No tengo preferencia, a todos amo por igual. Me manifiesto al mundo no sólo para unos corazones, sino para iluminar de luz todas las sendas, para que los hombres prosigan la meta de la espiritualidad y cumplan con el mandato divino que os dice: “Amaos los unos a los otros”. 49. Soy el Divino Sembrador del amor y conozco el tiempo de sembrar y recoger el fruto. Escrito estaba que cuando los hombres se encontraran en la mayor altura de perversidad, Dios daría nuevamente la luz al mundo. 50. Discípulos: Es tiempo de sembrar; los hombres buscan y llaman a la guerra; vosotros buscad el corazón humano para sembrar en él paz y el amor. 51. Si sois atacados, escudaos en la blancura de mi Doctrina. Mientras los hombres triunfan quitándoos la existencia humana, Yo triunfaré dándoos la vida eterna. 52. Las legiones del bien están en actividad, han entrado en combate, más vienen a salvar al que perece. Ésa es mi divina tarea. ¿Olvidáis que se me ha llamado el Salvador de la humanidad? ¿Qué de extraño tiene que el Pastor busque a sus ovejas? Antes de que vosotros existieseis, ya os amaba y estaba prevista vuestra desobediencia y también vuestra salvación. 53. Cuando me manifesté en Jesús, Él dijo ser vuestro Rey y le disteis la cruz por trono; entonces os enseñé toda la fuerza que tiene el amor, el perdón y la mansedumbre. Así como dejé correr su sangre, así os doy mi amor sin limitaciones. 54. ¿Pensáis que en este tiempo de dolores, no esté Yo entre vosotros? Heme aquí, he venido como manantial de agua cristalina a mitigar la sed espiritual que os devora. He venido a deciros: Es tiempo de que dejéis a vuestro espíritu que evolucione para que todas sus potencias adormecidas despierten, para ello he venido a inspiraros y a explicaros la espiritualidad. 55. La fe, el pensamiento y la voluntad, son potencias del espíritu. Sed grandes y fuertes por medio de estos dones y manifestadlos en todas vuestras obras que deben estar siempre basadas en el amor. 56. Ya sabéis la misión que me he impuesto. 57. En la eternidad os espero, más tenéis que luchar para llegar a Mí, por eso vengo a alumbrar vuestro camino, para que lo podáis seguir y marchar siempre adelante. 58. Sed puros en vuestros pensamientos, palabras y obras, y estaréis en mi camino; entonces llegaréis a ocupar en el Reino del Padre, la morada que os tengo destinada. 59. Dominad vuestras pasiones, dejad los placeres materiales y pensad en vuestros hermanos. Mirad cómo se derrama la sangre de mis hijos en este mundo, oíd los sollozos que escapan de todos los corazones que sufren. Hay muchos nidos con sus aves muertas, muchos hijos que sufren, muchas madres que lloran y muchos niños sin cuna. 60. Orad por ellos, que el sentimiento fraternal de unos y maternal de otras, sea como bálsamo de consuelo que penetre en sus corazones. 61. Dejad destellos de luz al caminante que tras de vosotros venga, entonces sentiréis a Dios en vuestro corazón y en lo más profundo de vuestro ser, ahí encontrará el Padre su mejor templo. La conciencia será como la cumbre del monte desde donde Yo me manifieste. Entonces el hombre será más espíritu que materia y más claridad que sombra. 62. Así como la brisa y el sol os acarician, pueblo, acariciad vosotros a vuestros semejantes. Este es el tiempo en que los necesitados y los menesterosos abundan. Comprended que aquél que os pide el favor, os está concediendo la gracia de que seáis útiles a los demás y de que trabajéis por vuestra salvación. Él os dé la oportunidad de que seáis misericordiosos y con ello os asemejéis a vuestro Padre; porque el hombre ha nacido para regar por el mundo la semilla del bien. Comprended entonces que quien os pide, os favorece. 63. Quien diga que ha hecho un favor haciendo la caridad miente, porque apenas ha cumplido con una obligación. 64. Llegaré a recrearme con mis discípulos, cuando de su concierto armonioso se escapen las notas dulces y vibrantes del espiritualismo, porque todos los preparados hablarán con el lenguaje del corazón. Los que no se hayan preparado, no se perderán, porque soy el que sabe esperar que los frutos maduren, pero éstos llorarán su desobediencia cuando apuren el cáliz de amargura. 65. En todos estoy, pero algunos dirán “No os siento”, otros dirán: “No os veo”; más todos comprenden que estoy en todos y en todo lo creado. ¿Por qué tratáis de verlo todo con los ojos y de palparlo con los sentidos? Tratad de ver con el espíritu, con el entendimiento y con el corazón. 66. Entonces veréis lo desconocido y lo sentiréis vibrar en todo vuestro ser. Cuando comprendáis cuánto os amo, ya no diréis que vuestro Dios os 67. En verdad os digo que la ira no existe en Mí, porque ella es flaqueza humana. Vosotros sois quienes encendéis el fuego del dolor y después me clamáis para que lo apague, más es mi justicia la que se manifiesta en vosotros, por eso tenéis que apagar el fuego del odio y de las pasiones, que habéis encendido, con el agua de la virtud, con las lágrimas y aún con sangre. 68. En el Segundo Tiempo os dije: Las aves tienen nido, las fieras tienen cueva, más el hijo de Dios no tiene donde reclinar su sien. 69. La paz os dejo, la paz os doy, en ella encontraréis consuelo y gozo. Estad vosotros en mi amor, como Yo estoy en vuestro dolor. 70. Comprended que he penetrado en vuestro corazón, sin que sintieseis mi llegada, para sentir mi presencia necesitabais estar velando y cuando os encontré, estabais durmiendo; por eso al despertaros, habéis preguntado con extrañeza quién era el que había llegado, que os estaba hablando de esta manera. 71. Debo advertiros que no he venido a sorprenderos con una visita imprevista, tiempo ha que os di a conocer las señales que precederían a mi manifestación como Espíritu Santo; pero viendo, no mirasteis y oyendo no escuchasteis. 72. Si escudriñáis los acontecimientos que han conmovido a vuestro mundo en el siglo pasado, cuyas fechas quedaron escritas en vuestros anales, comprenderéis que en verdad, cuanto fue predicho por el Señor tuvo fiel cumplimiento. 73. De cierto os digo, que durante el tiempo que dure mi comunicación, no seré creído, porque será necesario que los hombres limpien primero su corazón y su entendimiento, para que puedan analizar mi palabra. 74. A los que escuchan mis lecciones día tras día y aun recibiendo continuamente pruebas de mí verdad aún dudan y me niegan, les digo que es menester que estudien el sentido espiritual de mi enseñanza, para que comprendan su verdad. En la misma forma les hablé en el Segundo Tiempo cuando dije: Es necesario que Yo muera para que sea creído y que resucite al tercer día, para que la humanidad se convenza de que soy el Hijo de Dios. 75. Los que aún están lejos de la espiritualidad, quisieran contemplarme bajo la forma de Jesús para decirme: Señor, creo en Ti, porque te he visto; a ellos les digo: Bienaventurados los que sin ver han creído, porque han dado pruebas de que gracias a su espiritualidad me han sentido en su corazón. 76. ¿Comprendéis ahora por qué el hombre ha necesitado hacer imágenes que me representen? Por su falta de preparación, porque no es sensible a las manifestaciones espirituales. 77. Si el hombre comprendiese mi Doctrina, no experimentaría la necesidad de esculpir o de pintar imágenes para luego postrarse ante ellas, descubriría que en el mundo no existe imagen más perfecta del Señor que el mismo hombre elevado espiritualmente, entonces procuraría imitar mis obras para acercarse más a su Creador. 78. Juan, el apóstol, penetró en lo espiritual; a través de sus éxtasis sintió la presencia del Padre, ante su voz espiritual se sintió desfallecer; más a pesar de haber contemplado figuras y formas en aquellos mirajes, no comprendió que cada imagen era tan sólo el símbolo de un gran libro de sabiduría y profecía, mas no la figura o la forma de Dios. 79. El hombre que contempló, el Cordero, el león, el libro, las estrellas, los ancianos, los candeleros y cuanto su vista absorta miró, sólo eran figuras y formas existentes en la Tierra conocidas por el hombre, las cuales fueron tomadas como símbolos, para representar con ellas enseñanzas profundas y divinas, pero mi Divinidad en todo su esplendor nadie puede contemplarla, porque soy infinito, no tengo principio ni fin. 80. Si el libro de las profecías de Juan, ha sido visto por algunos como misterio impenetrable y por otros considerado bajo una interpretación errónea, se debe a que la humanidad no ha alcanzado aún la espiritualidad necesaria para comprender lo que ahí está representado y puedo deciros también que ni siquiera fue entendido por el profeta a quien se le inspiro. 81. Juan oyó y vio, y al escuchar que se le ordenaba que escribiese, al punto obedeció, más comprendió que aquel mensaje era para los hombres que vendrían mucho tiempo después de él. 82. Hoy os encontráis en ese tiempo qué os fue profetizado, y esta doctrina como luz de una nueva era, tiene la virtud de enseñar a leer en ese libro que por tanto tiempo estuviera cerrado a vuestra comprensión. Se acerca la hora en la que llegaréis a descifrar todo aquello que por tanto tiempo mirasteis oculto tras el velo del misterio. 83. ¿No creéis en verdad, que si Juan hubiese comprendido el significado de la revelación que había recibido, en lugar de legaros un libro de figuras y símbolos, os hubiese explicado con claridad su contenido? Reconoced que si hubiera explicado con entera claridad esa revelación ¿Qué hombre de aquel tiempo hubiera podido comprenderla y por lo tanto creído en la verdad de la profecía? 84. Fue mi voluntad que aquel libro permaneciera sellado y sólo su existencia y parte de su contenido os fuese revelado, para que llegado este tiempo Yo viniera a explicaros esa revelación. 85. Despertad, pueblo, llevad este mensaje a la humanidad, para que reciba en su espíritu la luz de mi palabra en el Tercer Tiempo. Olvidad vuestras miserias humanas y exclamad: ¡Hosanna, hosanna! porque al fin vuestra evolución espiritual os permitirá comprender, el verdadero sentido de las enseñanzas que os he dado a conocer, y cuya luz os conducirá a una morada perfecta en la eternidad. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 28 1. Discípulos: Se acerca el tiempo en que llegarán ante vosotros vuestros hermanos deseosos de interrogaros, pidiéndoos el testimonio de la revelación que os estoy entregando en el Tercer Tiempo para iluminar su entendimiento. Cuando esto sea, no me neguéis ocultándoos, si en esta etapa de mi manifestación os estoy doctrinando con tanto amor, es precisamente para enseñaros a transmitir mis enseñanzas, cada vez que seáis interrogados. 2. He permitido que empecéis a practicar mi Doctrina, con el fin de qué desarrolléis vuestros dones y facultades espirituales, para que llegado e] tiempo de la predicación de mi palabra entre la humanidad no estén balbuceantes vuestros labios y torpe vuestro entendimiento, para manifestar mi verdad. 3. Vuestra misión, es la de imitar a vuestro Divino Maestro en su paso por la Tierra, recordad que cuando Yo me presentaba en los hogares, siempre dejaba en todos un mensaje de paz, sanaba a los enfermos, consolaba a los tristes con el divino poder que posee el amor. 4. Jamás dejé de penetrar a un hogar porque en él no fuera a ser creído; Yo sabía que al salir de ese lugar el corazón de sus moradores quedaría rebosante de gozo, porque sin saberlo, su espíritu se había asomado a través de mi enseñanza, al Reino de los Cielos. 5. Unas veces Yo fui a los corazones, en otras, ellos me buscaron; pero en todos los casos mi amor fue el pan de vida eterna, que les entregué en la esencia de mi palabra. 6. En algunas ocasiones en las que me retiré a la soledad de algún valle, solamente por instantes permanecía solo, porque las multitudes ávidas de escucharme, se acercaban a su Maestro en busca de la infinita dulzura de su mirada. Yo les recibía, derramando en aquellos hombres, mujeres y niños, la ternura de mi caridad infinita sabiendo que en cada criatura había un espíritu al que Yo había venido a buscar al mundo. Entonces les hablaba del Reino de los Cielos, que es la verdadera patria del espíritu, para que calmasen con mi palabra sus inquietudes y se fortalecieran con la esperanza de alcanzar la vida eterna. Hubo ocasiones en las que oculto entre la multitud, había alguno que llevaba la intención de gritar negando mi verdad, asegurando que Yo era un falso profeta; pero mi palabra le sorprendía antes de que hubiera tenido tiempo de abrir sus labios. Otras veces permití que algún blasfemo me injuriase, para probar ante la multitud que el Maestro no se alteraba ante las ofensas, dándoles así un ejemplo de humildad y de amor. 7. Hubo algunos que avergonzados ante mi mansedumbre, se ausentaron al momento, arrepentidos de haber ofendido con sus dudas a quien con sus obras estaba predicando la verdad y en cuanto se les presentaba la oportunidad, venían a Mí, me seguían por los caminos, llorosos, enternecidos ante mi palabra, sin atreverse siquiera a hablar para pedirme perdón por las ofensas que antes me habían inferido. Yo les llamaba, les acariciaba con mi palabra y les concedía alguna gracia. 8. Esos mismos caminos son los que ahora recorréis, oh pueblo amado, son senderos que han sido preparados con mis ejemplos de amor y que ahora os esperan a vosotros, discípulos del Espíritu Santo, para que llevéis con mi palabra y vuestro ejemplo la redención a la humanidad. 9. No olvidéis que la cizaña y la mala hierba solamente serán destruidas con las obras de amor y caridad que os enseñé a través de Jesús. 10. Encontraréis los caminos llenos de pedruscos, los campos cubiertos de ortiga, pero vuestro espíritu guiado por Elías y fortalecido en la fe, con el deseo de llevar el bálsamo del amor a los que sufren, bañará con la luz de la verdad el camino de los que viven en tinieblas, no sentirá los espinos del camino ni el dolor, que la duda y la incomprensión pudieran causarle. 11. Caminad por esta senda y mientras mayor sea el número de corazones en quienes derraméis la caridad, mayor será vuestra intuición y más profunda y constante vuestra fe en las obras que manifestaré por vuestro conducto. 12. Si antes de iniciar vuestra misión os parecía imposible o difícil de cumplir, después os parecerá cada vez más fácil, con lo que comprobaréis vuestro adelanto espiritual. 13. Este es el tiempo en el que haré encarnar en la Tierra a todos los espíritus con los que formaré a mi pueblo muy amado, para que con sus obras de amor y caridad, den a la humanidad el testimonio de la verdadera sabiduría sobre la vida espiritual. 14. Vosotros que fuisteis señalados para cumplir esta misión y que tenéis el conocimiento y la certeza de pertenecer a mi pueblo, gozad con esta revelación, mas no os acobardéis ante la lucha que se avecina, porque en verdad os digo, que los soldados que deben luchar por la verdad, no deben sentir temor ante los adversarios que la humanidad les presente. 15. A todos los que sintáis en vuestro espíritu el anhelo de espiritualidad, de libertad, de elevaros hacia Mí, por el camino del amor, de la caridad y de la justicia, os declaro pertenecientes a mi pueblo y seréis soldados de la verdad; mas para lograrlo necesitáis velar y orar luchando contra vuestras flaquezas, para que el testimonio que deis de mi Doctrina, sea verdadero. 16. También os digo que todo aquél que desee pertenecer a mi pueblo, será recibido y amado por ellos, cuando dé testimonio con sus pensamientos y obras de que el ideal del amor es la luz que ilumina el sendero de su vida. 17. Para que comprendáis mejor mi lección, escuchad mi parábola. 18. “Dos caminantes iban a paso lento por un extenso desierto, sus pies estaban doloridos por las ardientes arenas. Se dirigían hacia una lejana ciudad, sólo la esperanza de llegar a su destino les alentaba en su dura jornada, el pan y el agua se les iban agotando. El más joven de los dos comenzó a desfallecer y rogó a su compañero que continuase solo el viaje, porque las fuerzas le estaban abandonando. 19. El caminante anciano trató de reanimar al joven, diciéndole que tal vez encontrarían pronto un oasis donde reparar las fuerzas perdidas, pero aquél no se reanimaba. Pensó no abandonarlo en aquella soledad y a pesar de encontrarse también fatigado, echó sobre su espalda al compañero rendido y continuó trabajosamente la caminata. 20. Cuando ya hubo descansado el joven, considerando la fatiga que le ocasionaba al que sobre sus hombros le llevaba, se soltó de su cuello, le tomó de la mano y así continuaron el camino. 21. Inmensa fe alentaba el corazón del caminante anciano, la que le daba fuerzas para vencer su cansancio. Como lo había presentido, apareció en el horizonte el oasis bajo cuya sombra les esperaba la frescura de un manantial. Al fin llegaron a él y bebieron de aquella agua fortificante hasta saciarse Durmieron con sueño reparador y al despertar sintieron que había desaparecido el cansancio, tampoco experimentaban hambre ni sed, sentían paz en su corazón y fuerzas para llegar a la ciudad que buscaban. No hubieran querido dejar aquel sitio, mas era menester continuar el viaje. Llenaron sus ánforas de aquella agua cristalina y pura y reanudaron su camino. 22. El caminante anciano que había sido el sostén del joven, dijo: Tomemos con medida el agua que llevamos, es posible que encontremos en el camino algunos peregrinos vencidos por la fatiga muriendo de sed o enfermos y será menester ofrecerles la que llevamos. Protestó el joven diciendo que no sería sensato dar lo que tal vez ni para ellos bastaría; que en tal caso, ya que tanto esfuerzo les había costado conseguir aquel precioso elemento, lo podrían vender al precio que quisieran. 23. No quedando satisfecho con esta respuesta el anciano, le replicó diciendo que si querían tener paz en su espíritu, debían compartir el agua con los necesitados. 24. Contrariado el joven dijo que prefería consumir él solo el agua de su ánfora antes que compartirla con alguien que se encontrara en su camino. 25. Nuevamente el presentimiento del anciano volvió a cumplirse, pues vieron adelante de ellos una caravana formada por hombres, mujeres y niños, que perdida en el desierto estaba próxima a sucumbir. El buen anciano se acercó presuroso ante aquellas gentes a quienes les dio de beber. Los caminales al momento se sintieron fortalecidos, los enfermos abrieron sus ojos para dar gracias a aquel viajero y los niños dejaron de llorar de sed. La caravana se levantó y continuó su jornada. 26. Había paz en el corazón del caminante generoso, mientras el otro, mirando su ánfora vacía, alarmado le dijo a su compañero que retornaran en busca del manantial para recuperar el agua que habían consumido. 27. No debemos regresar, dijo el buen caminante, si tenemos fe, adelante encontraremos nuevos oasis. Más el joven dudó, tuvo miedo y prefirió despedirse ahí mismo de su compañero, para regresar en busca del manantial. Los que habían sido hermanos de lucha se separaron. Mientras uno continuaba adelante en el sendero, lleno de fe en su destino, el otro pensando que podía morir en el desierto, corrió hacia el manantial con la obsesión de la muerte en su corazón. Al fin llegó jadeante y fatigado, pero satisfecho bebió hasta saciarse, olvidándose del compañero que dejo ir solo, así como de la ciudad a la que había renunciado, decidiendo quedarse a vivir en el desierto. 28. No tardó mucho en pasar cerca de ahí una caravana compuesta por hombres y mujeres rendidos y sedientos; se acercaron con ansiedad para beber de las aguas de aquel manantial, más de pronto vieron aparecer a un hombre que les prohibía beber y descansar si no le retribuían aquellos beneficios. Era el caminante joven que se había adueñado del oasis, convirtiéndose en señor del desierto. 29. Aquellos hombres le escucharon con tristeza, porque eran pobres y no podían comprar aquel precioso tesoro que calmarla su sed. Al fin, despojándose de lo poco que llevaban, compraron un poco de agua para mitigar la sed desesperante y continuaron su camino. 30. Pronto aquel hombre se convirtió de señor en rey, porque no siempre eran pobres los que por ahí pasaban, también había poderosos que podían dar su fortuna por un vaso de agua. 31. No volvió este varón a acordarse de la ciudad que estaba más allá del desierto y menos del fraternal compañero que le había llevado sobre sus hombros, librándolo de perecer en aquella soledad. 32. Un día vio venir una caravana que seguramente se dirigía a la gran ciudad, más con sorpresa observó que aquellos hombres, mujeres y niños, venían caminando llenos de fortaleza y júbilo, entonando un himno. No comprendió este varón lo que miraba y su sorpresa fue mayor cuando vio que al frente de la caravana marchaba aquél que había sido su compañero de viaje. 33. La caravana se detuvo frente al oasis, mientras los dos hombres frente a frente se contemplaban asombrados; al fin el que habitaba en el oasis preguntó al que había sido su compañero: Decidme ¿Cómo es posible que haya quienes pasen por este desierto sin sentir sed ni experimentar cansancio? Es que en su interior pensaba lo que sería de él el día en que nadie se acercara a pedirle agua o albergue. 34. El buen caminante le dijo a su compañero: Yo llegué hasta la gran ciudad, mas no sólo en el camino encontré enfermos, sino sedientos, extraviados, cansados y a todos los reanimé con la fe que a mí me anima, y así de oasis en oasis llegamos un día a las puertas de la gran ciudad, ahí fui llamado por el Señor de aquel Reino, el que viendo que conocía el desierto y que tenía piedad de los viajeros, me dio la misión de volver para ser guía y consejero en la dolorosa travesía de los caminantes, y aquí me tenéis conduciendo una más de las caravanas que he de llevar a la gran ciudad. Y vos ¿Qué hacéis aquí? Preguntó al que se había quedado en el oasis. Este avergonzado, enmudeció. Entonces el buen viajero le dijo: sé que habéis hecho vuestro este oasis, que vendéis sus aguas y que cobráis por la sombra, estos bienes no son vuestros, fueron puestos en el desierto por un poder divino para que los tomara el que de ellos necesitara. ¿Veis estas multitudes? Ellas no necesitan del oasis porque no sienten sed, ni se fatigan, me basta trasmitirles el mensaje que por mi conducto les envía el Señor de la gran ciudad, para que se levanten, encontrando en cada paso fuerzas por el ideal que tienen de alcanzar aquel Reino. 35. Dejad el manantial a los sedientos, para que en él encuentren descanso y apaguen su sed los que sufren los rigores del desierto, vuestro orgullo y egoísmo os han cegado, mas ¿De qué os ha servido el ser dueño de este pequeño oasis, si vivís en esta soledad y os habéis privado de conocer la gran ciudad que juntos buscábamos? ¿Ya olvidasteis aquel ideal que fue de los dos? 36. Aquel varón escuchando en silencio al que fuera fiel y abnegado compañero, prorrumpió en llanto porque sintió arrepentimiento de sus errores, y arrancándose las falsas galas, se fue en busca del punto de partida que era donde el desierto empezaba, para seguir el camino que lo llevara a la gran ciudad; mas ahora marchaba iluminado su sendero por una nueva luz, la de la fe y el amor a sus semejantes”. 37. Yo soy el Señor de la gran ciudad y Elías el anciano de mi parábola, es la “voz del que clama en el desierto”, es el que nuevamente se manifiesta entre vosotros, en cumplimiento a la revelación que os di, en la transfiguración del Monte Tabor. 38. Él es quien os guía en el Tercer Tiempo hacia la gran ciudad, en donde os espero para entregaros el galardón eterno de mi amor. 39. Seguid a Elías ¡Oh pueblo amado! y todo cambiará en vuestra vida; en vuestro culto e ideales, todo será transformado. 40. ¿Creíais que vuestro culto imperfecto sería eterno? No, discípulos; mañana, cuando vuestro espíritu contemple en el horizonte la gran ciudad, dirá como su Señor: “Mi Reino no es de este mundo”. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! FIN DEL TOMO 1 LIBRO DE LA VIDA VERDADERA TOMO 2 ENSEÑANZA N° 29 1. Discípulos, nuevamente estoy entre vosotros, más como la forma de comunicarme es nueva, dudáis sin comprender que no debéis deteneros ante las formas, porque así no encontraréis en dónde está la verdad. 2. El medio por el cual me manifiesto en este tiempo, es el hombre; esta es la causa por la cual dudáis de mi comunicación. Mi mensaje está en la esencia de la palabra que vierten los labios del portavoz. 3. Hoy dudáis nuevamente, ¿Queréis que venga como en los tiempos pasados? Recordad que entonces también dudasteis. 4. No os hablo por medio del sabio o del filósofo, porque entonces no me hubierais atribuido la palabra a Mí, sino a él. En cambio he venido a manifestarme por medio del humilde, del ignorante y torpe, para que comparando la insignificancia y pequeñez de su materia, con la grandeza y sabiduría de la palabra que brota por su boca, llegaseis a comprender que sólo el Señor puede hablaros así. 5. También hay quienes en su duda se preguntan: ¿Será en verdad el Maestro? ¿Estaré en buen camino? ¿No será esto obra de la tentación? Y cuando así os preguntáis, oís mi dulce palabra que os dice: ¿Habéis sentido paz en este camino? ¿Os habéis consolado y sanado de vuestras enfermedades? ¿Os habéis regenerado? Entonces os confesáis ante vuestra conciencia y decís: “Si, todo esto he contemplado y recibido”. 6. Aún no es el tiempo en que todos creáis. Los tiempos, las pruebas y los acontecimientos despertarán a los hombres y el mañana dirán: En verdad que quien estuvo y nos habló fue el Divino Maestro. 7. Vengo a revelaros muchos misterios del espíritu para que os podáis conocer y de este modo conozcáis mejor a vuestro Padre. 8. Los hombres que estudian a Dios, no están de acuerdo. ¿Quiénes están en la verdad? Los hombres de ciencias se contradicen. ¿Quiénes están en lo justo? Religión y ciencia han estado siempre en pugna, sin comprender los hombres que lo espiritual y lo material viven en perfecta armonía y que con ella forman la verdadera Obra del Creador. Unos y otros tienen diferente misión entre la humanidad, más debieran imitar a la Obra Divina armonizando unos con otros, como todos los seres de la Creación. 9. ¡Cuántos anatemas ha lanzado la religión a la ciencia y cuántas veces ha negado la ciencia a la religión la existencia de la vida espiritual! La religión, fundándose en los males que la ciencia ha acarreado a la humanidad y la ciencia tomando como arma el fanatismo y las supersticiones que los ministros de las religiones han inculcado a la humanidad. 10. De cierto os digo que a los unos les falta conocer la verdad que la naturaleza encierra y a los otros interpretar debidamente mi Ley. 11. Yo soy el Rey de la paz; he desenvainado mi espada y vengo en son de guerra para destruir todo pecado y tiniebla. Quienes me sigan, no teman si son desconocidos por sus padres o por sus hijos, que mi amor les compensará en su lucha. 12. Ya en el Segundo Tiempo se desconocieron unos a otros porque mientras unos iban a escuchar a Jesús, otros lo negaban. 13. Mis nuevos soldados habrán de levantarse a predicar esta buena nueva con sus obras y ejemplos entre la humanidad que ha olvidado mi verdad. Hoy tan sólo encuentro mi palabra en libros empolvados. La humanidad se ha alejado del camino verdadero y se ha familiarizado con el pecado, el vicio y el libertinaje. Ya el pecado no le repugna, el crimen no le horroriza ni el adulterio le sorprende. 14. Aquí tenéis mi palabra, humanidad, limitada para que podáis comprenderla, más si queréis pruebas de mi presencia, pruebas os he dado ya, y aún más os daré, pero no lloréis ni meséis vuestros cabellos cuando ellas se presenten. 15. En el Segundo Tiempo, cierta vez caminaba Jesús seguido de algunos de sus discípulos. Habían ascendido a una montaña y mientras el Maestro maravillaba con sus palabras a aquellos hombres, de pronto contemplaron transfigurado el cuerpo de su Señor, quien flotaba en el espacio, teniendo a su diestra al espíritu de Moisés y a su siniestra al de Elías. 16. Ante aquel miraje sobrenatural, cayeron por tierra los discípulos cegados por la luz divina; más luego serenándose, propusieron a su Maestro colocar sobre sus hombros el manto de púrpura de los reyes, lo mismo que sobre Moisés y Elías. Entonces escucharon una voz que descendía del infinito, la cual decía: “Este es mi Hijo amado en el cual he puesto mis complacencias, a El oíd”. 17. Gran temor invadió a los discípulos al escuchar aquella voz, y levantando su vista sólo vieron al Maestro, quien les dijo: “No temáis ni digáis a nadie esta visión hasta que Yo haya resucitado de entre los muertos”. Entonces preguntaron a su Señor: “¿Por qué dicen los escribas que es menester que Elías venga primero?” y Jesús les contestó: “En verdad, Elías vendrá primero y restituirá todas las cosas, más Yo os digo que Elías ya vino y no lo conocieron, antes hicieron en él cuanto quisieron. Entonces los discípulos comprendieron que les habló de Juan el Bautista”. 18. En esta era, cuántas veces ante vuestros ojos he hecho desaparecer la materia a través de la cual me comunico, para permitiros contemplarme en la forma humana con la que la humanidad conoció a Jesús, y sin embargo, no habéis caído postrados ante la nueva transfiguración. 19. Mi obra es el monte espiritual al cual os invito a subir por sendas de amor, caridad y humildad. Es el nuevo monte Tabor, en donde se funden en uno solo el pasado, el presente y el futuro y en donde se unen en una sola esencia la ley, el amor y la sabiduría. 20. Moisés, Jesús y Elías, he ahí el camino que el Señor ha trazado al hombre para ayudarlo a elevarse al Reino de la paz, de la luz y de la perfección. 21. Sentid en vuestra vida la presencia de los enviados del Señor. Ninguno de ellos ha muerto, todos viven para Alumbrar el camino de los hombres que se han perdido ayudándolos a levantarse de sus caídas, fortaleciéndolos, para que con amor se entreguen al cumplimiento en las pruebas de su restitución. 22. Conoced la obra que Moisés por inspiración de Jehová cumplió en la Tierra. Analizad la enseñanza de Jesús, por quien habló el Verbo Divino y buscad el sentido espiritual de mi nueva revelación, cuya era está representada por Elías. 23. Cuando alcancéis completo conocimiento de esas divinas revelaciones, haced un libro que esté dividido en tres partes y encontraréis que la primera habla de la Ley, la segunda del amor y la tercera de la sabiduría. Entonces comprenderéis, que la ley es la que conduce, el amor eleva y la sabiduría perfecciona. Finalmente comprenderéis que estas revelaciones se os han entregado en perfecto orden iluminando la vida humana. Que la lección de amor se os dio cuando ya teníais un amplio conocimiento de la justicia y que así mismo la sabiduría os llegará cuando viváis en armonía con las enseñanzas que encierra el amor. 24. Por medio del hombre es como el Señor ha hablado siempre a la humanidad, porque entre el Ser Divino y el ser humano, está vuestro espíritu que interpreta el mensaje celestial, que percibe y presiente lo eterno. 25. Moisés, Jesús y Elías, representan las tres fases en que me he manifestado a vosotros. El brazo de Moisés que sostuvo la tabla de la ley y señaló el camino de la tierra prometida; los labios de Jesús que pronunciaron la palabra divina y Elías que con sus manifestaciones espirituales, abrió las puertas que os conducen al infinito y al conocimiento de lo que llamáis misterio. 26. Estoy conversando con vosotros hablando a vuestro corazón mientras que vosotros para escucharme lo tenéis que hacer a través del portavoz humano, Yo os escucho cuando me habláis en lo más íntimo de vuestro ser. 27. Soy Cristo, al que se ha perseguido, blasfemado y convertido en reo en este mundo. Vengo a vosotros después de lo que me hicisteis en el Segundo Tiempo en Jesús, para daros una vez más, prueba de que os he perdonado y de que os amo. 28. Desnudo me llevasteis a la cruz y así vuelvo entre vosotros, porque mi Espíritu y mi verdad no los oculto a vuestros ojos tras la vestidura de la hipocresía o de la mentira; más para que podáis mirarme, antes tenéis que limpiar vuestro corazón. 29. Quisierais contemplarme en toda mi grandeza y el Maestro así quisiera mostrarse a sus discípulos, pero siempre os encuentro dando los primeros pasos y tengo que limitarme hasta poder ser comprendido por vosotros. 30. ¿Qué pasaría si de pronto contemplaseis mi luz en todo su esplendor? Os cegaríais. ¿Y si escuchaseis mi voz en toda su potencia? Perderíais la razón. Si en el portavoz por medio del cual me comunico, descargara todo mi poder ¿Qué sería de él? Su materia desaparecería. 31. Por eso, aceptad que el Padre se limite para ser comprendido, sentido y contemplado por los hombres, porque aun dentro de esta limitación, Él es perfecto, sabio e infinito. Muchos de vosotros quisierais que realizara milagros materiales, para creer que soy Yo quien se manifiesta, así lo hicisteis en el Primer Tiempo, cuando Moisés llamó al pueblo para llevarle por el desierto a la tierra prometida. Muchos exigisteis que hiciera obras poderosas para creer que él era el enviado de Dios y por ello seguirle. 32. Moisés había dado pruebas suficientes de que el Dios verdadero estaba con él, más el pueblo quería más testimonios y el enviado, llevando a las multitudes hasta las faldas del monte Sinaí, invocó el poder de Jehová y el escuchándole, le concedió grandes pruebas y prodigios. 33. Si tuvo sed el pueblo, en ello manifesté mi poder por la fe de Moisés, haciendo que de la roca manara agua. En el hambre del pueblo, di muestras de mi presencia ante la oración de aquél que conducía a Israel, enviándole el maná. 34. Quiso el pueblo escuchar y ver a Aquél a quien Moisés oía y contemplaba a través de su fe y al pueblo me manifesté en la nube y le hice escuchar por horas y horas mi voz, más era tan potente, que los hombres sentían morir de temor; su cuerpo temblaba y su espíritu se estremecía ante aquella voz de justicia. Entonces el pueblo suplicó a Moisés le rogara a Jehová que ya no hablara a su pueblo, porque no podían escucharle. Reconoció que era muy pequeño aún para poder comunicarse directamente con el Eterno. 35. En el tiempo en que Cristo habitó en Jesús entre la humanidad, los hombres al contemplarlo decían: ¿Cómo ha de ser el hijo del carpintero y de María, el Mesías prometido, aquel que anunciaron los profetas y esperaron los patriarcas? ¿Cómo puede ser este hombre humilde el Hijo de Dios, el libertador? pero el Maestro habló y su palabra hacía estremecer a los que de buena fe ante El llegaban y aun a los incrédulos. A cada paso las turbas exigían de Jesús un milagro y Él lo hacía. Llegó el ciego y ante el asombro de los fariseos, el Maestro le dio la vista con sólo tocarle. Así mismo al paralítico le dio movimiento, el leproso fue limpio de su mal, el poseído libertado, la adúltera convertida con una palabra y los muertos se levantaban a su voz. 36. Cuanto los hombres pidieron para creer y reconocerme, se los concedí, pues en Mí estaba el poder darles cuanto pidiesen ya que el Espíritu Divino se ocultaba en Jesús para manifestarse y hacer cumplir la Ley. 37. Cuando Jesús fue en la cruz, no hubo espíritu que no se sintiera estremecido ante la voz de amor y de justicia de aquél que moría desnudo como la misma verdad que entregó en su palabra. Quienes han analizado la vida de Jesús, han reconocido que ni antes ni después de Él, ha existido quien lleve a cabo una obra como la suya, porque fue obra divina que con su ejemplo salvará a la humanidad. 38. Llegué con mansedumbre al sacrificio, porque sabía que mi sangre había de convertiros y salvaros. Hablé con amor y os perdoné hasta el último instante porque vine a traeros una enseñanza sublime y a trazaros el camino con ejemplos perfectos hacia la eternidad. 39. Quiso la humanidad hacerme desistir de mi propósito buscando la fragilidad de la carne y no desistí. Quisieron los hombres hacerme blasfemar y no blasfemé. Mientras más me ofendían las turbas, más piedad y amor tenia de ellas y cuanto más herían mi cuerpo, más sangre manaba de él para dar vida a los muertos a la fe. 40. Esa sangre es el símbolo del amor con que tracé el camino al espíritu humano. Dejé mi palabra de fe y esperanza a los hambrientos de justicia y el tesoro de mis revelaciones a los pobres de espíritu. 41. Hasta que el tiempo pasó, la humanidad se dio cuenta de quién había estado en el mundo; entonces, la Obra de Jesús fue tenida por perfecta y divina, reconocida como sobrehumana. ¡Cuántas lágrimas de arrepentimiento! ¡Cuánto remordimiento en los espíritus! 42. En este tiempo aparezco ante vosotros espiritualmente sobre el monte de perfección, teniendo como en el miraje de aquellos discípulos, a Moisés y a Elías a mi lado, los tres enviados que han trazado a los hombres el camino del espíritu por medio del cumplimiento de la ley. 43. Moisés presentó a la humanidad la Ley grabada en piedra, Jesús en la cruz culminó su ley de amor y Elías en este tiempo como un rayo divino, vino a iluminar a todo espíritu con la sabiduría. Cada enviado ha tenido su tiempo para hacer comprender a la humanidad el mensaje divino, las revelaciones y las profecías. 44. Moisés fue salvado de las aguas para que al hacerse hombre, libertara a su pueblo y le entregara la Ley de Dios. 45 EI Verbo se hizo hombre para decir a la humanidad con su ejemplo: “Yo soy el Camino la Verdad y la Vida”. María, la virgen madre fue la escala bendita por la que descendió Cristo entre los hombres. María, la santa y dulce madre de Jesús, sustentó con su seno al que más tarde había de sustentar a todo espíritu con el pan divino de su palabra. 46. Todo cuanto Cristo os dijo y os enseñó con sus obras fue una ley que vino a confirmar la que por medio de Moisés habíais recibido; mas no todo estaba dicho, ni todo estaba revelado, faltaba que Elías, en cumplimiento a las profecías y a mi palabra, viniese a preparar nuevamente mi llegada, para ello se manifestó por conducto del entendimiento humano, por medio de su rayo de luz, para iluminar los espíritus, los corazones y las mentes; para hacer comprender lo ya revelado y preparar a los hombres para las nuevas revelaciones y explicaciones, que en esta palabra Yo os habría de confiar. 47. Quienes en 1866 escucharon las primeras manifestaciones, oyeron aquellas palabras que decían: “Yo soy Elías el profeta del Primer Tiempo, el de la transfiguración en el monte Tabor, preparaos porque los Siete Sellos os son dados a conocer y las puertas del misterio os son abiertas para que podáis contemplar el camino de vuestra salvación. 48. En este instante también he sido contemplado junto con Moisés y Elías, por la mirada espiritual de aquellos que han desarrollado ese preciado don. Unos asombrados y otros arrepentidos os encontráis ante esta transfiguración, más esta luz y esta gracia serán derramadas en todo el orbe. 49. Moisés: Mirad a vuestro pueblo, es el mismo que condujisteis a través del desierto en pos de la tierra prometida. Diseminado y errante va por el mundo; mientras unos han comprendido que la tierra de promisión está en mi seno y a ella se llega por el amor que enseña mi palabra, otros se han adueñado del mundo como si fuese su última morada y su única posesión. Estos no creyeron en el Mesías, ni han sentido la presencia del Espíritu Santo. Volved a ellos en espíritu y nuevamente señaladles el camino a la tierra prometida, a la patria celestial, más si no os creyesen, ¡Núblese el sol, la luna pierda su luz y estremézcase la tierra porque este pueblo despertará y nunca más se perderá! 50. Mi caridad es con la humanidad. En cada alborada les propongo la paz a los hombres, más ellos no han querido mi amor. Han creado la guerra y ellos mismos se hacen justicia, por eso será cortada la mala yerba y lavado todo lo impuro en las aguas del amor y de la regeneración. 51. Después de la muerte, vendrá la resurrección a la vida verdadera; después de la guerra; se hará la paz, y pasado el caos brillará la luz en las conciencias, porque Yo soy la luz del mundo. 52. Llegará el año de 1950 y para entonces muchos portavoces transmitirán mi palabra. En otras naciones me escucharan, más en el último día de mi manifestación, el valle espiritual tendrá su mirada sobre de vosotros: los espíritus de los moradores de la Tierra, los de vuestros padres estarán presentes, los patriarcas y los justos. Bienaventurados los que sean obedientes a mi Ley, porque serán juzgados como ovejas del Divino Pastor, más ¡Ay de los desobedientes, porque serán juzgados como machos de cabrío! 53. Elías, sois la luz. En este tiempo, que es el vuestro, se le ha revelado a la humanidad que no son tres leyes las que se le han entregado, sino una sola explicada en tres tiempos, la cual se condensa en dos preceptos: ¡Amar a Dios sobre todo lo creado y amarse los unos a los otros! Hoy me manifiesto para recordar a mi pueblo enseñanzas pasadas y también para anunciarles mis nuevas revelaciones. 54. En este día en que habéis recordado el instante en que Elías abrió para la humanidad el Tercer Tiempo al comunicarse por el entendimiento del hombre, sentid el amor de vuestro Maestro, apartad vuestras amarguras y afirmad vuestros pasos en el camino de salvación. 55. Vivid en armonía con mis revelaciones de los Tres Tiempos, y convertid eternamente vuestra existencia en un caudal inagotable de justicia, de amor y de sabiduría. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 30 1. En las enseñanzas que os estoy entregando os he llamado pueblo de Israel o Simiente de Jacob, y a medida que vais comprendiendo mis lecciones, os habéis dado cuenta de que espiritualmente pertenecéis al linaje de aquel antiguo pueblo, escogido entre las naciones de la Tierra, para cumplir con la misión de transmitir a la humanidad mis revelaciones. 2. La simiente que confié a Jacob, está en el espíritu y no en la materia como los hombres han supuesto falsamente, porque Yo os digo que si la herencia que los primeros patriarcas legaron a Israel, hubiera sido material, aún estuviera dando profetas, emisarios e iluminados, en cambio, ved que aquel pueblo lleva consigo cadenas de miseria espiritual y material, sabiendo que ya no puede esperar la llegada de un Mesías, porque ha comprendido que Aquél que le fuera prometido estuvo en el seno de su pueblo y no fue reconocido. 3. EI espíritu del Israel por la raza está dormido, aletargado en un sueño que ya dura siglos y no puede mirar la verdad, porque ha vivido solamente para los goces del mundo, esperando alcanzar aquí su Tierra Prometida, su juicio y su gloria. Mas no penséis que su sueño será eterno, no, ahora que la miseria, el dolor y la humillación como un nuevo cáliz de amargura ha sido bebido por aquel pueblo, comienza su espíritu a despertar orientándose con la meditación, y en ella va encontrando que todas las profecías y señales que le anunciaron la llegada del Mesías, se cumplieron fielmente en Cristo. 4. No está lejano su despertar en la forma más completa: ya se acerca su alborada espiritual, pero antes contemplará destruirse el materialismo de la humanidad a causa de sus ambiciones, de su egoísmo y de sus bajas pasiones. 5. Cuando ese pueblo se convenza de que el reino de la verdadera paz y de la gracia no se encuentra en la Tierra, entonces buscará a Cristo, al repudiado, al desconocido, para decirle: "Maestro, tenías razón, la libertad sólo se encuentra en los que aman la espiritualidad, porque los que hemos ambicionado los bienes materiales, sólo hemos logrado con ello, ser esclavos. 6. Cuando de aquellos corazones se eleve hacia Mí esta confesión, haré que surjan entre ellos mis nuevos profetas, quienes les ayudarán a prepararse en el camino de la espiritualidad, que será el de su liberación. No os extrañe que aquellos estacionados en su evolución por siglos, en corto tiempo logren recorrer el camino que otros que les han precedido se han tardado tanto en alcanzar y aún logren sobrepasarlos. No olvidéis que muchos de ellos poseen espíritus que fueron enviados a la Tierra desde los primeros tiempos, y que una vez concluida su restitución, volverán a ocupar su lugar entre los elegidos por el Señor, para llevar la luz a sus hermanos de todas las naciones. 7. Cuando se encuentren en un mismo camino los que lleven el nombre de Israel por su raza, con los que lo son por el espíritu, unos y otros se unirán, reconociendo que ambos forman parte de aquella bendita simiente que nació con los profetas, con los patriarcas del Primer Tiempo y que fuera regada con la sangre del Redentor, para llegar a florecer en esta era de luz en la que me estáis escuchando. Ahora me tenéis en Espíritu, aunque a veces dudáis de ello diciendo: ¿Cómo puedo creer que el Maestro se comunique con nosotros utilizando un medió tan imperfecto y tan humilde? Más no es la primera vez que dudáis de mi presencia entre vosotros, también en el Segundo Tiempo los hombres dijeron: ¿Cómo puede ser el Mesías esperado el hijo del carpintero? 8. Hijos míos, en mis altos designios no podéis penetrar, más ahora que vengo a esclareceros los misterios que no habéis comprendido abrid vuestra mente y vuestro corazón, para que conozcáis el porqué de muchas manifestaciones divinas, hasta el punto que a bien tenga revelaros vuestro Señor. 9. En el Segundo Tiempo, cuando entre mis discípulos o entre las turbas que me seguían, alguien preguntaba si acaso Yo volvería entre vosotros, no tuve motivo alguno para ocultárselo y les declaré que mi retorno sería en un tiempo de grandes pruebas para la humanidad, el cual sería precedido de grandes acontecimientos y trastornos en los distintos órdenes de vuestra vida. 10 Aquella promesa que os hiciera, la he cumplido, porque no ha faltado ninguna de las señales precursoras, así como tampoco ninguno de los acontecimientos anunciados; sin embargo, la humanidad entregada a su letargo espiritual, ha dejado pasar inadvertidas las señales de mi presencia entre los hombres. 11. Nadie me esperaba, encontré frío vuestro corazón, apagada la lámpara del amor, estabais durmiendo el sueño de varios siglos. Sólo unos cuantos despertaron ante el llamado del emisario del Señor, que se acercó a vosotros para anunciaros que estaba Yo llamando a las puertas de vuestro corazón. 12. Mi primera comunicación se verificó una noche mientras la humanidad dormía, igual que aquella en la que me hice hombre para habitar entre vosotros. Si pocos fueron los que en esa ocasión me recibieron, menos aún fueron los que me acompañaron en mi nueva manifestación. Más no toméis mis palabras como un reproche, porque no lo es: Yo soy el amor perfecto que eternamente os vivifica. 13. He venido a trazaros el camino que ha de conduciros a vuestra salvación, en medio de esta mar anchurosa de maldad; más han pasado los meses y aun los años desde el instante de mi primera comunicación y desde entonces, uno a uno se han acercado los caminantes en busca de la presencia del Maestro y hoy no son unos cuantos los que están presentes en mis manifestaciones, ahora forman muchedumbres. 14. No creáis que todos los que vienen a escucharme están convencidos de esta verdad, no, mientras para algunos esta obra es lo más grande que alienta a su corazón, para otros es algo que no pueden concebir y entonces juzgan, analizan, investigan, y al no encontrar la verdad en la forma en que ellos la desean, me piden pruebas para creer, lo mismo que hiciera Tomás. Entonces les he dicho: no me probéis, bastantes demostraciones os estoy dando de mi presencia, de mi verdad y de mi amor; más ellos insisten en su petición diciendo: “Si el Maestro en el Segundo Tiempo encontrándose ya en Espíritu se materializó delante de Tomás, para probar su fe, ¿Por qué ahora no nos complace a los incrédulos materializándose delante de nosotros, aunque solo sea por un instante?" 15. Sí, mis hijos, tendríais razón en pedirme pruebas, si vuestra pequeñez fuese real y vuestra ignorancia cierta; pero lleváis un espíritu evolucionado que no necesita pruebas materiales para creer; lo que debéis hacer es desmaterializaros y así os daréis cuenta de que estáis capacitados para comprender mis nuevas lecciones y de que no es necesario que Yo materialice mi presencia. 16. Por la esencia de mi palabra, creed en Mí, ella es clara y no os llevará a la confusión. Recordad que os dije desde aquel tiempo: el árbol por su fruto es reconocido. Ahora os digo: mi palabra será reconocida por su esencia. 17. Muchas veces los hombres se han preguntado por qué Jesús aun después de haber sido crucificado se dejó ver de Magdalena la pecadora y después visitó a sus discípulos, y en cambio se ignora que Él hubiese visitado a su Madre, a lo cual os digo que no era necesario que me manifestara ante María, de la misma manera que empleara con aquellos, porque la comunicación entre Cristo y María fue constante desde antes de que el mundo fuese. 18. A través de Jesús me manifesté a la humanidad, para salvar pecadores y me dejé contemplar por ellos después de la crucifixión, para avivar la fe de los que me necesitaban, más en verdad os digo que María, mi dulce Madre en cuanto hombre, no tuvo mancha que lavar, ni podía carecer de fe, porque Ella sabía quién era Cristo aun antes de ofrecerle su seno matinal. 19. No fue necesario que humanizara mi Espíritu para visitar a Aquélla que con la misma pureza y mansedumbre con la que me recibió en su seno, con esa misma me devolvió al Reino de donde llegué. Más ¿Quién podía saber la forma en la que Yo le hablé en su soledad y la caricia divina con que la envolvió mi Espíritu? 20. Así doy contestación a los que me han formulado esta pregunta, pensando muchas veces que la primera visita de Jesús, debía de haber sido para su Madre. 21. Cuán diferente debía de ser la forma en que me manifestara a María, de la que utilicé para hacerme sentir por Magdalena y mis discípulos. 22. María me sentía en su espíritu. María no llevaba luto por Mí, no lloraba la muerte de Jesús, su dolor era por toda la humanidad, a la que recibió al pie de la cruz de su Hijo, como un divino presente del Eterno, y por la cual ofreciera la pureza de su cuerpo y de su sangre para que el Verbo se hiciera hombre. 23. En cambio, cuando alcancé en el camino de Emmaús a algunos de mis discípulos, viéndome no descubrieron en aquel caminante a su Maestro, hasta que les hice oír mi divina palabra y cuando Tomás me vio, hizo que le mostrara la herida de mi costado para convencerse de que Aquél a quién él creía muerto en realidad vivía. Porque Yo para eso he venido, para que unos nazcan y otros resuciten a la fe. 24. Hoy no he querido tan solo revelaros mi mensaje, sino también he venido enseñaros la mejor forma de darlo a conocer. 25. Mientras ha durado el tiempo de mi predicación, he ayudado a vuestro espíritu en su evolución, quitando asperezas, dulcificando caracteres, despertando a los discípulos para que entreguen su corazón a la caridad, al cumplimiento de mi mandamiento que tanto os repetía cuando os decía: “Amaos los unos a los otros”. Y aunque el tiempo en que os levantéis a esparcir mi palabra, aún no ha llegado, porque no habéis alcanzado la debida preparación, he concedido a todos aquellos que están bebiendo en esta fuente de salud, de moral y de vida, que comiencen a practicar mis divinas enseñanzas, para que se preparen, fortaleciéndose para la lucha futura, para que con sus buenas obras convenzan a nuevos corazones, los que más tarde serán también labriegos y nuevos sembradores en las tierras del Señor. 26. Hoy contemplo que mientras unos pecan de temerosos y discretos, otros en cambio se muestran ostentosos y no quiero que toquéis ninguno de esos extremos. No quiero que el temor a los juicios de vuestros semejantes, haga que os ocultéis, porque con ello demostraríais que os falta confianza en mí enseñanza, y si no tenéis fe en el poder que encierra la simiente que vais a entregar ¿Cuál será la cosecha de vuestra siembra? 27. Temed sí, que vuestra mala conducta os afecte ante vuestros hermanos, pero mientras llevéis limpidez en vuestra vida, levantaos con dignidad y predicad mi palabra, dando a conocer mi enseñanza a vuestros semejantes. 28. No hagáis ostentación de vuestros dones y conocimientos de la verdad que lleváis. Yo os digo, que si eso hicierais, os expondríais a ser sometidos a grandes pruebas por vuestros hermanos. 29. No os he entregado mi palabra para que la pregonéis por calles y plazas; cierto es que Jesús así lo hizo, más El sabia responder a cualquier pregunta y poner a prueba a los que trataban de probarlo. 30. Vosotros sois pequeños y débiles, no debéis por lo tanto, desafiar la ira de vuestros hermanos. No tratéis de atraer la atención, pensad que nada de particular tenéis; tampoco pretendáis demostrar a la humanidad que todos se encuentran equivocados y que sólo vosotros conocéis la verdad, porque de esa manera nada bueno lograréis en vuestra siembra. 31. Si queréis evolucionar espiritual y moralmente, no juzguéis los defectos de vuestros hermanos, para no caer en el mismo error, corregid vuestras imperfecciones; orad humildemente ante vuestro Maestro para que os inspiréis en su mansedumbre y recordéis su consejo de que jamás publicaseis vuestras buenas obras, que vuestra mano izquierda no se entere jamás de lo que hubiere hecho la derecha. 32. También os digo, que no hace falta salir a buscar multitudes para hablarles de mi doctrina, porque mi caridad pondrá a vuestro paso a los necesitados de vuestra ayuda; mas si hubiere momentos en que cumpliendo con mi ley, sintieseis la necesidad de hacer una obra de caridad y no tuvieseis cerca de vosotros a ningún necesitado, no por eso os desesperéis ni dudéis de mi palabra, esa será la hora precisa en que deberéis orar por vuestros hermanos ausentes, los que recibirán mi caridad si verdaderamente tenéis fe. 33. No ambicionéis saber más que vuestros hermanos, sabed que todos adquirís el conocimiento según vuestra evolución, si Yo os concediera mi luz sin que tuvieseis méritos, os engrandeceríais y os perderíais en vuestra vanidad, y vuestra sabiduría sería falsa. 34. Os quiero humildes, más para serlo ante Mí, también lo debéis manifestar delante de vuestros semejantes. 35. Discípulos: el amor y la sabiduría nunca están separados el uno es parte del otro. ¿Cómo es que hay quienes pretenden separar estas dos virtudes? Ambas son la llave que abre las puertas del santuario que os permitirá llegar al conocimiento completo de mi doctrina. 36. Os he dicho: ¿Queréis tener muchos amigos? Pues usad de la bondad, de la ternura, de la tolerancia y de la misericordia, porque sólo con la ayuda de estas virtudes podrá brillar vuestro espíritu en el sendero de sus semejantes, dado que todas son expresiones directas del amor. Porque el espíritu lleva en su esencia más íntima el amor, puesto que es chispa divina y Dios es amor. 37. Con mi enseñanza vengo a modelaros espiritualmente, con el fin de que al banquete espiritual en donde podréis saborear los manjares de la sabiduría y del amor perfecto. 38. Sabed que vuestro destino es vivir como Yo os lo enseñe, es decir, en la humildad, en el amor, en la espiritualidad, dejando que pase por vuestro ser un torrente inagotable de caridad. 39. En mi enseñanza os muestro un horizonte amplio y si vosotros hacéis de vuestra vida una semejanza de lo que fue la mía, tened por seguro que llegaréis a mi Reino, al descanso verdadero. 40. Mi obra os asegura la dicha eterna en vuestro espíritu. ¿No habéis escuchado en vuestro corazón una voz dulce y armoniosa que os habla cada vez que hacéis un bien, que proporcionáis un consuelo o que otorgáis generosamente el perdón? ¿Quién es Aquél que así os habla en vuestro interior premiando vuestra bondad? Es vuestro Maestro que no se aparta de sus discípulos. 41. Con estas lecciones os hago comprender que las virtudes son las únicas que pueden engalanar a vuestro espíritu: también os digo que los errores, las faltas y los malos sentimientos, podréis compararlos a los andrajos con que a veces cubrió a vuestro espíritu. Os quiero limpios y engalanados, porque con harapos de miseria no podréis brillar en el palacio universal de vuestro Padre. 42. Las buenas obras son el agua cristalina con las que se limpian los espíritus, utilizadla. 43. Os hablo así para que comprendáis que estáis fuera de vuestro reino, y que necesitáis volver a el, porque Dios os está esperando. 44. Quiero hacer de cada hombre un apóstol y de cada apóstol un maestro, porque os amo con amor infinito y antes de que se pierda uno solo de vosotros, preferiría sentir sobre mi Espíritu todo el dolor que existe y que ha existido entre la humanidad. 45. En vuestro corazón me estáis diciendo: Maestro, ¿Tanto nos amáis? Y Yo os digo que vosotros aún no podéis comprender mi amor, pero que debe bastaros saber que cada hijo que vuelve a Dios, es un tesoro que vuelve al Padre. Debo advertiros que todo volverá al seno de Dios. Todos los frutos que de la semilla creadora han brotado, retornarán a su granero. 46. ¡Oh, discípulos amados!, preparaos para que con intensa fe anheléis llegar al verdadero templo construido por mi caridad en vuestro interior, porque ahí me encontraréis para acompañaros en vuestro camino de evolución hacia Mí. 47. Yo soy quien os guía porque soy perfecto, sé siempre a dónde voy y a dónde os llevo. Soy el buen Pastor que os cuida, os acaricia y os ama en tal forma que no titubeé un solo instante para daros con mi sacrificio en la cruz la enseñanza que os conducirá a la Vida Verdadera. 48. Los hombres creyeron que al quitarle la vida a Jesús destruirían mi doctrina, sin saber que con ello, cooperarían a mi glorificación. 49. He vuelto a la humanidad y me manifestaré en estos recintos hasta 1950, a través de entendimientos humildes, destinados por Mí para esta misión; comunicado en esta forma esperaré la llegada de los sabios que vendrán a interrogarme y a negarme. 50. Esta palabra sencilla y humilde en su forma, pero profunda en su sentido, volverá a confundir a los sabios en su soberbia y en su vanidad, y les demostrará que a la doctrina de Cristo, y del Salvador, nadie podrá extinguirla, porque Él es la Vida. 51. Nadie podrá acabar Conmigo, Yo renazco como surgí, en aquel tiempo, después de que un pueblo me arrojó de su seno, condenándome a una muerte ignominiosa. Mas si ahora aparezco de nuevo en este mundo, es porque os amo a todos. 52. ¡Oh, sabios, filósofos y doctores! vosotros sabréis que Yo soy vuestro Señor cuando lleguéis a escudriñarme, porque me veréis contestando a vuestras malas y mal intencionadas preguntas y enmudeceréis ante mis interrogaciones; y cuando os encontréis arrepentidos y cabizbajos, sin que me pidáis pruebas, Yo os las daré, y esas pruebas serán de amor y de perdón. 53. Soy el único que puede solucionar vuestros conflictos, el que verdaderamente cura vuestros males, acaricia a los niños y bendice a los ancianos, el que al hablar al hombre, acaricia e ilumina su espíritu. Los hombres y los siglos pasarán, más no mi obra Espiritualista Trinitaria Mariana. De cierto os digo que esta obra que es mi Ley y mi doctrina, iluminará a la humanidad. No dudéis de mi sabiduría, ni desafiéis más mi justicia; si Yo aceptase vuestro desafío, me bastaría un débil soplo de mis elementos, para convertir en polvo o en nada vuestra ciencia y vuestras teorías. No me busquéis como Juez, buscadme como Padre, porque Yo soy amor. 54. ¡Oh, pueblo amado! que tenéis la misión de difundir mi palabra entre la humanidad hoy petrificada por su materialismo. Aprended a amarla y tened siempre piedad de aquéllos que no comprenden mis lecciones de infinito amor. 55. Cerrad vuestros labios a la murmuración, la mofa, el juicio o la crítica. Envainad esa espada de dos filos que hiere a diestra y siniestra cuando la esgrimís; si queréis luchar en mi nombre, empuñad la espada del amor. 56. Cerrad vuestros labios, para que no vuelvan a proferir blasfemias ni a causar deshonras; en cambio, abrid vuestros ojos para que descubráis el mal y os apartéis de él; mas no juzguéis a vuestra hermana humanidad, porque formáis parte de ella y adolecéis de sus mismos defectos. Cuando vuestros labios y vuestro corazón se laven en las aguas del arrepentimiento y de las buenas obras comenzarán a hablar con la verdad de mi palabra, la cual Yo os la inspiraré. 57. Si hablaseis de mi doctrina sin antes haberos regenerado y preparado, en vez de despertar la fe en los corazones, sólo recibiríais las burlas de quienes están enterados de vuestras faltas. En cambio, si las burlas, las críticas llegan a vuestro corazón, después de que hayáis velado y orado, no lograrán heriros, porque ya os protegisteis con las armas que os di, que son: paciencia, caridad, mansedumbre y amor. 58. Sed humildes y quienes os amen, lo harán de verdad. Si no habéis alcanzado esa preparación de espíritu y de materia, más os valdría no levantaros a predicar mi palabra, porque no llegaréis a sembrar mi simiente con la limpidez con que Yo os la he entregado y siempre irá mezclada con vuestras imperfecciones. Debéis antes de sembrar, analizar y estudiar mi doctrina para que lleguéis a comprender y a obedecer mi enseñanza. 59. Cuando sepáis recibir el golpe en la mejilla derecha y en señal de perdón, de amor y de humildad, presentéis la izquierda a vuestro ofensor, ya podéis confiar en que comenzáis a ser mis discípulos. Hasta que surja el perdón entre los hombres, cesarán sus guerras fratricidas y surgirá la unión de todas las naciones 60. Con estas enseñanzas quiero evitar que algún día os convirtáis en prevaricadores, que hablando de amor, caridad y espiritualidad, con vuestras obras sembréis todo lo contrario. Os digo esto, porque entre vosotros hay quienes van pregonando que me aman y en su corazón no existe el amor hacia sus hermanos. 61. Os quiero sinceros espiritual y materialmente para llamaros dignos hijos míos, porque de lo contrario, a vuestro espíritu llegará implacable mi voz llamándoos hipócritas, como llamé en el Segundo Tiempo a la secta de los fariseos que eran la imagen viva de un sepulcro blanqueado por fuera, pulido y cubierto de flores, pero guardando en su interior sólo podredumbre y muerte. 62. Estoy escuchando a los que me dicen: “Maestro, consideramos que es muy dura la prueba de tener que mostrar la mejilla izquierda a aquél que nos hirió la derecha, mas sin embargo, quisiéramos ser de vuestros discípulos”. 63. ¡Oh pueblo!, que oyendo mi palabra la tomáis siempre en su sentido material, sin deteneros a comprenderla en su significado espiritual. Yo os digo que así como podéis ser tocados en la mejilla, lo podéis ser en el corazón, en vuestra parte moral o también podréis ser tocados en vuestro espíritu. Mas no debéis de creer que esa prueba que os pido sea la más grande que podáis soportar; en este Tercer Tiempo he venido a pediros un poco más, cuando os pregunto en mis cátedras, ¿Si el asesino de vuestro padre se viera perseguido por la justicia humana y llamara a vuestras puertas pidiéndoos protección le concederíais albergue, sin delatarle, en señal de perdón? 64. Esa es la prueba que ahora pido a todos aquéllos que quieran ser los discípulos del Espíritu Santo en este Tercer Tiempo. 65. Si ponéis en práctica estas enseñanzas, de cierto os digo que os estaréis labrando un galardón, mas no debéis de esperar la recompensa mientras estéis en este mundo; y vuelvo a recomendaros que no juzguéis los actos de vuestros hermanos, porque según fuere vuestro juicio, así será vuestra sentencia. Dejadme la causa a Mí, justa o injusta, conocida o desconocida, que Yo daré a vuestros hermanos lo que a ellos pertenece y a vosotros lo que os corresponda. 66. Sed humildes en todos los actos de vuestra vida, sentíos ignorantes ante la sabiduría de vuestros semejantes. 67. Bienaventurado el que se prepare, porque él verdaderamente me escuchará. Bienaventurado el que se purifique y obedezca los mandamientos de su Señor, porque él me verá. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 31 1. Cerrad vuestros ojos materiales ante esta manifestación y elevad vuestro espíritu hacia vuestro Creador, porque es con él que deseo conversar. 2. Os prometí volver entre vosotros y no podía dejar de asistir a esta cita con vuestro espíritu. 3. Tened paz, escuchadme con atención y dejad que el cincel de mi palabra, vaya modelando vuestro espíritu. 4. Caminasteis mucho en busca de un lugar que os brindara la paz y no lo encontrasteis, cuando llegasteis por vez primera a estos humildes lugares para oír mi palabra no os imaginabais que en ellos, tan pobres y humildes, fueseis a encontrar la paz que tanto anhelabais. 5. Os conquistaré por medio del amor, para ello, os estoy dando mi enseñanza que es fuente de inagotables bendiciones. Os dejaré esta fuente para que en ella recibáis a vuestros hermanos, los viajeros, los caminantes, con la misma solicitud y caridad con la que Yo os he recibido. 6. No sólo de pan vive el hombre, sino también de mi palabra. Existe en vosotros hambre y sed que no son materiales, y para reconfortaros buscáis el agua y el pan del espíritu. Ha sido preciso que el dolor os tocara, para que comprendieseis las enseñanzas que os di en el Segundo Tiempo. 7. Algunos me preguntan confundidos: Señor, ¿Por ventura el amor humano es ilícito y abominable ante Ti y sólo apruebas el amor espiritual? Yo os contesto: No os confundáis. Bien está que al espíritu le corresponda lo más elevado y puro del amor pero también en la materia puse un corazón para que amase en la Tierra y le di al hombre sentidos para que a través de ellos gozara de todo lo que le rodea. 8. Yo confié la vida humana a los espíritus, para que viniesen a habitar la Tierra, y ya en ella poner a prueba su amor a Dios. Para ello dividí a la naturaleza humana en dos partes, dándole la más fuerte a unos y la más frágil a otros: esas partes fueron el hombre y la mujer. Sólo unidos podrán ser fuertes y felices, para ello instituí el matrimonio. El amor humano es bendecido por Mí, cuando está enaltecido por el amor del espíritu. 9. El amor sentido únicamente por la materia, es propio de los seres irracionales, porque carecen ellos de la conciencia que ilumina la vida de los seres racionales. De las uniones plenas de comprensión espiritual, tienen que brotar buenos frutos y encarnar en ellos espíritus de luz. 10. Ya es tiempo; de que purifiquéis vuestra simiente, para que formáis una familia que sea fuerte en espíritu y en materia. 11. Comprendedme mis hijos, interpretad bien mi voluntad, ya se acerca el año de 1950, recordad que es el que Yo he señalado para que finalice esta comunicación. Quiero encontraros preparados en ese día, porque sólo los que lo hayan logrado, quedarán firmes en el grado de elevación que hayan alcanzado. Esos serán los que den verdadero testimonio de Mí. 12. Sólo los que se hayan espiritualizado sabrán manifestar mi obra en su nueva forma de comunicación. ¿Más cómo harán para llegar a tener la inspiración necesaria para recibir mis pensamientos e interpretar mis mensajes espirituales?: Velando y orando. 13. Quiero que todos alcancen el progreso, que no llegue solamente a unos cuantos para que vuestro testimonio sea en bien de la humanidad. Mirad que si unos pensáis de una manera y otros en forma distinta, sólo llevaréis confusión a vuestros hermanos. 14. La esencia de esta palabra no ha variado jamás desde el principio de su manifestación por conducto de Damiana Oviedo; ¿Más, dónde se encuentra el resultado de aquellas palabras? ¿Qué se hizo con ellas? Ocultos se encuentran los escritos de aquellas cátedras divinas que fueron las primeras de este tiempo en el que tanto se ha derramado mi Verbo entre vosotros. Es necesario que esas lecciones salgan a la luz, para que mañana deis testimonio de cómo fue el principio de esta manifestación. Así llegaréis a poseer el libro completo de mi palabra en este Tercer Tiempo. Así conoceréis la fecha de mi primera lección, su contenido y el de la última que os entregaré en el año de 1950, cuando esta etapa finalice. 15. Hoy no presentís el caos que habrá en la humanidad después de que mi palabra haya cesado. ¿Podéis imaginaros el torbellino que tal hecho desencadenará entre las naciones? Habrá descontrol en los espíritus y vosotros debéis estar preparados para contrarrestarlo. Pensad que en cada Era es mayor vuestra responsabilidad, porque en cada nuevo tiempo, ¡Oh pueblo! vais teniendo mayor conocimiento de mi Ley. Es muy grande vuestra heredad y es indispensable que la dejéis en vuestros hermanos, los necesitados, antes de que abandonéis esta Tierra. 16. Sensibilizad vuestro corazón para que entendáis mi palabra, porque aún no la habéis comprendido. Si no os preparáis, ¿Cómo Vais a poder recibir y entender mi enseñanza, cuando mañana os la confié por inspiración? 17. Uníos en verdad y en espíritu y así ya no os dividiréis, ni siquiera en más grandes pruebas. Un solo Dios, una sola voluntad y una sola palabra han sido con vosotros por lo tanto, no podrá surgir en el futuro distinta ley la que ahora os he dado. 18. No debilitéis, pueblo; recordad en todo instante que os he llamado fuerte. Si Yo no he defraudado vuestra fe y os he probado que la esencia de mi palabra no es variable. ¿Por qué vosotros habíais de defraudar a vuestros hermanos dándoles un mal ejemplo? Tiempo es que vayáis preparando lo que dejaréis a las generaciones venideras como herencia. 19. Muchos en el interior de su corazón me dicen: Maestro, ¿Acaso estáis mirando que vamos a ser infieles? ¿Sería eso posible? Y Yo os contesto lo mismo que dije a mis apóstoles en el Segundo Tiempo: Velad Morad, para que no caigáis en tentación. Porque si ahora sólo sois los párvulos que anhelan convertirse en mis discípulos, vuestra perseverancia os hará alcanzar una noble expiación. No me ausentaré sino hasta haberos dado mi última lección al finalizar 1950. 20. Sentid mi amor cerca de vosotros, confiadme vuestras cuitas, conversad en paz Conmigo y de cierto os digo, que después os sentiréis confortados. ¿Por qué llegáis ante Mí temerosos, acaso creéis que he venido a delataros ante vuestros hermanos? 21. Escucho que en lo íntimo de vuestro corazón me decís: Maestro, ¿Cómo hemos de ser recibidos por Vos, si nos encontramos tan manchados por nuestros pecados y Vos sois la misma perfección? 22. Os contesto, humanidad: ¿Creéis que al venir a buscaros ignoraba que estabais manchados? Todo lo sabía, nada ignoro, por eso me he acercado a vosotros, para entregaros mi lección de amor la cual os salva de toda acechanza y os ayuda a limpiaros de todo pecado. 23. ¿Por qué los pobres, los parias del mundo, se sienten los más indignos de mi amor? ¿Acaso porque han oído que soy Rey? Qué lentos sois para entender las lecciones divinas. ¿No habéis comprendido que si me hice hombre en el Segundo Tiempo, fue para enseñaros la más grande lección de humildad? Recordad que vine en Jesús a nacer y a vivir entre los pobres, que con ellos anduve en los caminos, que visité sus casas y me senté a su mesa, que curé sus cuerpos enfermos, acaricié a sus hijos, sufrí y lloré con todos. 24. He aquí al mismo Señor, pero hoy viene en Espíritu, Este Rey no tiene corona, manto ni cetro, simplemente habito en la perfección y gobierno con el amor. 25. ¿Para qué había de manifestarme en regios palacios, entre pompas y ceremonias, si eso no es para Mí? De cierto os digo, que quienes me conciban entre lujos y esplendores superfluos, tienen su concepto errado de lo que es mi Divinidad. 26. Habrá quien se extrañe de que Yo como Cristo, me haya atribuido ahora la Divinidad y diga ¿Cómo es que Tú, el que dijo en aquel tiempo que venía tan sólo a ejecutar la voluntad de su Padre, ahora nos hablas como si fueras el Padre mismo? Y Yo os contesto: comprended que Cristo habló como Divinidad, puesto que es el Verbo de Dios y hoy os habla nuevamente el Verbo en Espíritu. Por lo tanto os digo que el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, son un solo Dios. 27. Vosotros estáis hechos de materia, en la que he puesto un espíritu y a éste lo he dotado de una conciencia. ¿Y acaso por ello vais a decir que son tres personas las que habitan en cada hombre? 28. Esas tres potencias forman un solo ser, aunque cada una de sus partes se manifieste de distinta manera. 29. Cuando en él ser humano haya perfecta armonía entre las tres naturalezas de que está formado, habrá semejanza con la armonía que existe en Dios, porque en él existirá una sola voluntad, la de alcanzar la cumbre de su perfección espiritual. 30. Pueblo, ha mucho tiempo que os vengo doctrinando para vuestra lucha, mas sólo van quedando Conmigo los que despojados de ambiciones materiales, han cifrado su ideal en conocer las enseñanzas espirituales. También entre los que ya han partido al más allá, hay muchos que me escuchan desde su escala de evolución. ¡Cuántos de los primeros no han sabido perseverar ni serme fieles! No quisieron esperar la fructificación de las primeras semillas. Flaquearon en su fe, dudaron, no presintieron la grandeza que estaba por desbordarse en los postreros, más cuando retornen, atraídos por el clamor y el regocijo de este pueblo, tendrán que venir a ocupar el último lugar. 31. Que sirva esta lección a los que hoy, viendo la multiplicación de la simiente, aún dudan del florecimiento de esta Doctrina. 32. Desmaterializaos, desde hoy llevad vuestro culto a la máxima sencillez, preparándoos y disponiéndoos para la comunicación de espíritu a Espíritu, que tendréis con vuestro Señor. Hoy todavía es necesario que os hable por conducto de estas materias, para que os afirméis en vuestra fe, y sintáis que me encuentro cerca de vosotros, en lo más íntimo de vuestro corazón. 33. Cumplidme pueblo y Yo os cumpliré. Dad testimonio de Mí y Yo lo daré de vosotros. Despojaos de todo egoísmo, si es que en verdad queréis formar parte de mis labriegos que darán a conocer mi palabra entre la humanidad. Dejad de preocuparos tan sólo de vosotros y comenzad a preocuparos por vuestros semejantes. Quiero que descubráis el supremo deleite que se alcanza aliviando el dolor ajeno. 34. Llevad a vuestros hermanos, en mi palabra de consuelo, de luz y amor, el bálsamo que os he confiado. 35. Algún día llegaréis a comprender que la sabiduría del espíritu es superior a la ciencia de la mente, porque la inteligencia humana sólo descubre lo que su espíritu le revela. Os hago esta advertencia, porque muchos de vosotros diréis: "¿Cómo voy a curar a los enfermos, si ignoro la ciencia de curar?" 36. Tened caridad de vuestros hermanos, tened fe, sabed orar y con esos méritos haceos dignos de mi gracia y en verdad os digo, que entonces veréis cómo es posible hacer prodigios. 37. Si a pesar de mi enseñanza hay quien dude de que esta palabra procede del Padre, que pregunte a mis labriegos, a este pueblo que me viene siguiendo, y obtendréis millares de testimonios que le hablen de verdaderos prodigios, los cuales asombrarían a los hombres de ciencia que los conocieran. 38. Escuchad: cuando haya dejado de daros mi palabra, este pueblo será sembrador de mi simiente espiritual, más Yo os pregunto: ¿Cuál será vuestra determinación ante los mandatos que de Mí habéis recibido? ¿Estaréis dispuestos a interpretar fielmente mis inspiraciones: No me prometáis nada de lo que vais a hacer en aquellos días, mejor seguid escuchando esta Doctrina y meditad en ella? Hoy estáis unidos en torno al Maestro, mañana, no sabéis cuántos de vosotros me daréis la espalda, al desobedecer mis mandatos. 39. No dejéis que los años pasen inútilmente sobre vosotros, procurad en cada día dar un paso más hacia adelante, en el sendero espiritual. Caminad con paso firme, nadie vaya de prisa sólo por sentirse adelante de los demás porque su tropiezo sería muy doloroso. 40. Quiero que lleguéis a ser fuertes por el pensamiento, por la intuición por la espiritualidad de vuestras obras, para que en vuestra vida no causéis el menor dolor y si os preparéis para aliviar cuantos sufrimientos se presenten a vuestro paso. 41. Os he entregado muchas lecciones, ¡Oh, pueblo! unas más profundas que otras. Yo hablo a todos mis hijos, a los que van delante y a los postreros. Es que siempre están llegando nuevos párvulos en busca de esta palabra y como hice con vosotros, principiaré por entregarles las enseñanzas más sencillas. 42. Yo pregunto a los postreros: ¿Creéis que no poseéis ninguna misión espiritual? ¿Os sentís irresponsables ante la humanidad? Si así pensáis, estáis en un error, porque tan grandes son vuestros dones y vuestros cargos como los que veis que poseen éstos de quienes me estoy sirviendo, para daros mi enseñanza. Ellos también pensaron lo mismo que vosotros, cuando me escucharon por primera vez y ahora miradles: ¡Cuán equivocados estaban! 43. Perseverad en el camino, porque pronto llegaréis a saber todo lo que poseéis y cuál es la misión que debéis de cumplir en la Tierra. 44. Comprended que Yo vuestro Dios, no he tenido principio ni tendré fin. Soy eterno y vengo a revelaros en este tiempo muchos de los misterios de la vida espiritual. Ese conocimiento os hará que cumpláis con la ley, amando y siendo fieles a vuestro destino. 45. Ha llegado el tiempo en que os revele nuevas enseñanzas y esto os parece como si el Padre, después de una larga ausencia retornase a sus hijos. 46. Os di el don del libre albedrio, porque vuestro espíritu fue puesto en el principio de un largo camino, a cuyo final se encuentra la meta de su purificación y perfección; para alcanzar esa dicha, tendréis que llegar por los méritos del amor, de la fe y de la perseverancia. 47. Cuán hermoso es el don del libre albedrío, y qué mal lo ha utilizado el hombre; más después de esa larga experiencia, surgirá el espíritu imponiéndose a las pasiones del mundo y tomará esa bendita libertad únicamente para glorificar a su Padre. 48. Las flores brotan de las plantas y me ofrecen su aroma, ése es su destino del cual no podrían apartarse, porque les falta el espíritu y por lo tanto, el don de la libertad. Las aves me ofrecen sus cantos, mas no podrían hacer algo distinto, porque para eso fueron creadas y no poseen libre albedrío. 49. Cuán grande será vuestro mérito, el día en que vosotros seáis como las flores o como las aves, a pesar de que el corazón, a causa del libre albedrío os quisiera desviar con sus pasiones del sendero de vuestro cumplimiento. Ese será el tiempo del espíritu, porque ocupará el lugar que le corresponde y también será el tiempo de la materia cuando ella confiese su inferioridad y ambos se dejen conducir por la conciencia, la armonía que entonces exista en el hombre, será la misma que hay en todo lo creado. Mi presencia no sólo será reconocida, sino aun sentida por la humanidad. 50. Se acerca el tiempo en que los hombres me ofrezcan el verdadero tributo, en que dejen de quemar el incienso que desde los primeros días me han venido ofreciendo, incienso que no siempre me habla de obras puras sino muchas veces ha venido saturado de la maldad humana. El tributo que sustituirá al incienso, será vuestro amor, el que llegará hasta Mí. 51. Sabéis que fuisteis creados a mi imagen y semejanza, y cuando lo decís, pensáis en vuestra forma humana, os digo, que ahí no está mi imagen, sino en vuestro espíritu, el cual para asemejarse a Mí, tiene que perfeccionarse practicando las virtudes. 52. Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, soy la justicia y el bien y todo ello proviene del amor divino. ¿Comprendéis ahora cómo deberíais ser para que fueseis a mi imagen y semejanza? 53. La razón de haberos creado, fue el amor, el divino anhelo de compartir con alguien mi poder, y la razón de haberos dotado de libre albedrío, fue también el amor, quise sentirme amado por mis hijos, no por ley sino por un sentimiento espontáneo que brotara libremente de su espíritu. 54. Los hombres, arrastrados por la fuerza de sus pasiones, han descendido tanto en sus pecados, que habían perdido toda esperanza de salvación, mas no hay ninguno que no pueda ser salvo; porque el espíritu, cuando se haya convencido de que las tempestades humanas no cesarán mientras no escuche la voz de la conciencia, se levantará cumpliendo con mi ley hasta llegar al final de su destino que no está en la tierra sino en la eternidad. 55. Los que creen que es absurda la existencia y piensan en la inutilidad de la lucha y del dolor, son los que ignoran que la vida es el maestro que modela y el dolor el cincel que perfecciona. No penséis que Yo hice el dolor para ofrecéroslo en un cáliz, No penséis que Yo os haya hecho caer. El hombre cayó en desobediencia por sí mismo, y es por eso que debe levantarse también por su propio esfuerzo. Tampoco penséis que solamente el dolor os perfeccionará, no, también practicando el amor llegaréis a Mí, porque Yo soy amor. 56. Si os puse en un largo y difícil camino, mirad que en él os voy acompañando; os sigo enseñando y ayudando con la cruz, y para daros pruebas de que os acompaño, llegué a hacerme hombre, para ser visible y tangible; pero sois necios en vuestros juicios, dudáis si me contempláis humanizado, diciendo que no es posible que vuestros ojos puedan mirar a Dios; y si os digo que soy Espíritu, entonces decís: ¿Cómo es posible conocer lo que no se ve y creer en ello? 57. Habéis llegado a un grado de evolución, en el que sabréis comprenderme en mi esencia divina y sentirme como espíritu. La evolución y la reencarnación del espíritu, os han ido preparando para recibir mis nuevas lecciones. 58. Cuando la obscuridad que ha envuelto a la humanidad se disipe y se haga la luz en los espíritus, sentirán la presencia de una nueva era. Porque Elías ha vuelto entre los hombres, más como éstos no han sabido mirarle, ha sido necesario que manifestase su espíritu a través del entendimiento humano y de que se mostrase ante los videntes en aquella visión del profeta Eliseo: Sobre las nubes, en su carro de fuego. 59. Elías ha venido como precursor en este tiempo para preparar mi llegada; ha venido como profeta para anunciaros la nueva Era con sus combates y sus pruebas, pero también con la sabiduría de sus revelaciones. Viene con su carro de luz a invitaros a penetrar en él para levantaros sobre las nubes y llevaros a la mansión espiritual donde reina la paz. Confiad en él como en el buen pastor, seguidle espiritualmente como el pueblo siguió a Moisés en el Primer Tiempo, orad para que él os ayude en vuestro cumplimiento y si lo queréis imitar, hacedlo. 60. Eliseo, antes de que Elías fuera arrebatado por el carro de fuego y llevado a las alturas, le pidió que su don de profecía y su espíritu, se lo transmitiese para ser como él había sido en la tierra; y Elías, en prueba de que le concedía a su discípulo sus deseos, le dejó su manto y el espíritu de Elías y su don de profecía fueron en Eliseo como una señal reveladora de la comunicación espiritual con los hombres y de la reencarnación del espíritu. 61. En cada era y en cada revelación divina aparece Elías ante los hombres. 62. Aún no había llegado el Mesías a la Tierra, faltaba poco para que naciera en cuanto hombre y el espíritu del profeta ya había encarnado en Juan que luego fue llamado el Bautista, para anunciar la proximidad del Reino de los Cielos, que sería la presencia del Verbo entre los hombres. 63. Cuando más tarde me transfiguré en el monte Tabor para mostrarme en Espíritu ante algunos de mis discípulos, Elías vino con Moisés a tomar su lugar junto a su Señor, dando a entender en esta forma, que él tendría encomendado en el futuro un tiempo en el cual habría de hacer sentir su presencia entre la humanidad, despertando al espíritu adormecido de los hombres a la vida luminosa y perfecta. 64. Este es el tiempo confiado a Elías para que despierte a la humanidad, él es el precursor que llegará de pueblo en pueblo de nación en nación, de hombre en hombre, para decirles como lo hizo en aquel tiempo Juan en las orillas del Jordán, cuando les hablaba a las multitudes diciéndoles que se prepararan porque el reino de Dios ya estaba cerca. Ahora les dirá con su voz espiritual que penetren en recogimiento, porque la presencia del Señor como Espíritu Santo es con los hombres. 65. Cuando Elías haya preparado a la humanidad, aparejando los caminos del Señor, volverá al Padre. 66. Cuando eso sea, no le pidáis que os deje su manto como se lo dejó a Eliseo, porque se ha manifestado espiritualmente, los tiempos han cambiado y debéis olvidar los símbolos, más él os dejará como un presente de amor y un testimonio de que estuvo entre vosotros, el don de la profecía. 67. Preparaos discípulos, aprended de Mí, para que Yo os envíe entre la humanidad, a predicar mi manifestación como Espíritu Santo, diciéndoles como Juan: “Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos se ha acercado a los hombres”. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 32 1. Preparaos, porque quiero que analicéis la esencia de mi Verbo que he venido a derramar entre vosotros en este Tercer Tiempo. 2. Sois todavía los pequeños párvulos, debiendo ser ya los grandes discípulos, porque habéis vivido en varias encarnaciones. Debisteis ser niños sólo en el Primer Tiempo, para convertiros en mancebos en el Segundo y llegar a la madurez en el Tercer Tiempo. 3. Siempre os he contemplado como a pequeños niños, en vuestra infancia espiritual caminasteis inocentes, faltos de desarrollo en vuestras facultades y sentidos, ignorando vuestro principio, después recibisteis mis primeras lecciones y revelaciones. En el Segundo Tiempo debisteis ser ya los mancebos, que en plena juventud espiritual vivieran en forma elevada, mas os encontré agobiados, esclavizados, atados a ritos y tradiciones, y contemplando que no habíais aprovechado mis lecciones, vine a trazaros con mis ejemplos de caridad y amor el camino que os llevará a la tierra prometida, preparándoos para esta etapa de nuevas enseñanzas que prometí venir a daros. Os dije que fueseis fuertes, que luchaseis para no caer en una nueva esclavitud. ¿Y qué es lo que hicisteis con mi Doctrina? ¿Por qué habéis olvidado la promesa que os hice de volver entre vosotros espiritualmente? Estoy en Espíritu como os lo había ofrecido y no me reconocéis, preguntáis por qué os llamo Israel, y me pedís pruebas para crecer. ¿Por qué habéis caído en idolatría y en misticismo, confundiendo las prácticas materiales con el culto espiritual? Os encuentro confundidos por las falsas doctrinas con las que vuestros hermanos os han apartado del sendero de vuestra evolución, os quejáis porque os falta la libertad; contemplo lo que habéis sufrido por el cáliz tan amargo que habéis apurado mas no penséis que Yo os haya castigado, no. Siempre he querido guiar vuestros pasos para que me améis como Padre y sintáis mi divina protección. 4. Han pasado muchos siglos desde el día en que os di mi palabra y mis últimas recomendaciones a través de Jesús, y hoy aparezco ante vosotros como Espíritu Santo cumpliéndoos mi promesa. No he venido a humanizarme, vengo en Espíritu y sólo me contemplarán los que se encuentren preparados. Mientras vosotros creéis en mi palabra y me seguís, otros no aceptan mi manifestación y la niegan. He tenido que darles grandes pruebas y gracias a ellas he ido venciendo su incredulidad. El amor y la paciencia que siempre os he manifestado, os hacen comprender que sólo vuestro Padre puede amaros y enseñaros en esta forma. Yo velo por vosotros y hago ligera vuestra cruz, para que no tropecéis. Os hago sentir mi paz para que caminéis llenos de confianza en Mí. 5. Siempre habéis sufrido porque no habéis tomado en cuenta mis ejemplos de humildad, no habéis mirado cuánto es lo que he descendido para hacerme oír y comprender de vosotros; más Yo os perdono, porque pertenecéis al primer pueblo, al primogénito. Vivid mis ejemplos y haced que la humanidad me ame, que se acerque a Mí, porque los hombres ya no saben buscarme, no sienten mi presencia, no reconocen mis beneficios y atribuyen a la casualidad mis prodigios, no confían en Mí y viven tranquilos en medio de su confusión. Os he dicho que la hoja del árbol no se mueve sin mi voluntad; sabéis que gobierno al Universo con mis leyes de amor y que todos los seres me son obedientes. Sólo el hombre trata de burlar esas leyes sin querer hacer buen uso de su libre albedrío. 6. Descansad de vuestras vicisitudes. Hoy estáis agobiados bajo el peso de vuestros sufrimientos, en vuestro espíritu hay dolor y brota el llanto de vuestros ojos por el arrepentimiento de vuestras faltas. Habéis sido desconocidos por seguir mi causa, más os he dicho, que si os preparáis, podréis vencer y soportar los juicios de vuestros hermanos con la fortaleza que os dará la práctica de la caridad. 7. No en vano os he escogido como instrumentos para esparcir mi palabra, en vosotros deposito mi confianza, os encargo una delicada misión que es la de llevar la redención a vuestros hermanos con vuestros ejemplos. La simiente está en vosotros, es la misma con la que os he hecho vivir desde el principio. Espero buenos frutos de vuestra siembra como resultado de vuestro trabajo y de vuestros desvelos. Haced liviana la cruz que lleváis, cumpliendo con amor la misión que os he encomendado. Terminad vuestra obra, no temáis a la muerte del cuerpo, pensad que vuestro espíritu no morirá jamás, solamente se despojará de la materia que le fue concedida como instrumento para vivir en la Tierra y que, una vez terminada su misión, pagará su tributo a la tierra y vuestro espíritu se libertará para ir en busca de horizontes sin límites empezando para vosotros una nueva vida en la que encontraréis la compensación de vuestro trabajo en este mundo. 8. Desechad costumbres y tradiciones erróneas. Tomad la luz en mi enseñanza para que vuestra duda se disipe y los misterios se aclaren según sea mi voluntad. 9. Os estoy demostrando la vida verdadera del espíritu, para que no viváis bajo injustas amenazas, que no cumpláis con mi Ley sólo por el temor al castigo del que os han hablado, los que no han sabido interpretar mi palabra Tomad mi ley; no es complicada ni difícil de entender. Todo el que la conoce y se rige por ella, no se confunde ni da cabida a palabras o pronósticos falsos, a ideas erróneas ni a malas interpretaciones. Mi ley es sencilla, señala siempre el camino que debéis de seguir, confiad en Mi. Yo soy el camino que os conducirá a la ciudad blanca, la tierra prometida, la cual tiene abiertas sus puertas, esperando vuestra llegada. 10. Me he complacido al entregaros una heredad que no os pertenece solamente a vosotros, sino a toda la humanidad. Habéis recibido tanto, que estáis en el deber de dar a todo el que solicite, parte de ese caudal. Llevad la luz a vuestros hermanos que pagan sus faltas en el cautiverio, consolad a los enfermos, ungidles con vuestro amor como lo hice en el Segundo Tiempo y veréis derramado en ellos el bálsamo de mi caridad. Alentad a los tristes, dadles conformidad y fortaleza. Así practicaréis vuestros dones y os sentiréis confortados. 11. Tenéis cerca al mundo de los espíritus virtuosos que vienen en vuestra ayuda. Pedid con fe y respeto y recibiréis sus beneficios. Llamadlos sin distinción ninguna, porque todos han sido preparados por Mí en igual forma, todos se han hecho dignos de venir en este tiempo en ayuda de la humanidad. Imitad su ejemplo y estad unidos a ellos en el ideal de progreso. He permitido a ese mundo espiritual que os enseñe y en la lucha que se aproxima, serán soldados invencibles y vuestro baluarte. 12. Mi Ley no es reducida, es infinita y podéis cumplirla en muchas formas. No os exijo que hagáis obras perfectas, pero debéis de estudiar y profundizaros en ella para que lleguéis a practicarla. 13. No quiero que después de escuchar mi palabra durante tanto tiempo, consideréis perdidos o mal empleados estos momentos. Si perseveráis, llegaréis a espiritualizaros y entonces seréis como un libro abierto ante vuestros hermanos. Después de 1950 alcanzaréis mayor grado de elevación. Yo seguiré comunicándome con vosotros por inspiración y el pueblo recibirá vuestras palabras como mensajes que Yo le envío. En este tiempo reconoceréis cuán sabia y profunda fue mi enseñanza. 14. Después de 1950, año en que terminará mi comunicación bajo esta forma, grandes pruebas tendrá la humanidad. La naturaleza sufrirá trastornos, todo se conmoverá, habrá desorganización en todos los órdenes. Preparaos y en ese tiempo ayudad a los débiles, porque muchos sucumbirán en esas pruebas. 15.1950, temido por unos y ansiado por otros, está próximo a llegar; muchas sectas y religiones piensan en esa fecha y esperan los acontecimientos que aparecerán en torno de ella, para juzgar mí obra. Otros se preguntarán el porqué del caos mundial y vosotros hablaréis en mi nombre anunciando que después de ese caos la humanidad alcanzará la paz anhelada. 16. Porque Yo no soy insensible a vuestras penas, ellas llegan hasta Mí, y me hacen padecer. 17. ¿Por qué os miráis como extraños, viviendo en el mismo hogar, que es este mundo y distinguiéndoos por razas, clases y creencias? Yo os prometo que borraré las fronteras y acercaré los unos a los otros. Las coronas y lo cetros caerán, el poderlo desaparecerá y la riqueza también, porque ya es tiempo que dejen de existir estas diferencias. Llegará el día en que todos poseeréis por igual la Tierra. Iréis de un polo al otro, sin que nadie os lo impida. Desaparecerá la hipocresía, la mala voluntad, la vanidad, para dar lugar al amor y a la concordia. Y ese lamento que se eleva hasta Mí, por la viudez, la orfandad, la escasez de pan, la ausencia de paz y alegría, se cambiará por un himno de amor y de reconocimiento que brotará de todos mis hijos. 18. Vosotros os sentís tranquilos en vuestra nación. Porque disfrutáis de paz y de bienestar; más os digo que no confiéis demasiado, que no durmáis, que veléis y hagáis méritos, si queréis conservar esa paz. 19. Labriegos, os estoy tocando en las pruebas como en otro tiempo lo hice con el paciente Job, mas no penséis que lo hago con el deseo de haceros sufrir, no, es con el fin de que vuestro espíritu se fortalezca en ese crisol. 20. No tratéis de mostraros limpios ante Mí, si vuestra conciencia os reclama vuestras faltas y pecados, es mejor que os confeséis ante vuestro Padre y dejéis que su palabra, cual rio purificador, os limpie de toda mancha. Entonces os sentiréis dignos de presentaros ante vuestros hermanos para enseñarles la verdad que contiene mi enseñanza. 21. Mi paz es en vuestra nación, velad y orad, para que no perdáis esta gracia por vuestras malas obras. Retened mi paz, atesorad mi sabiduría. ¿No os habéis dado cuenta de cómo os está acechando la guerra, llamando a vuestras puertas y tendiéndoos lazos para haceros caer? Más si sabéis velar no temáis, porque Yo os ayudaré-para que alcancéis el triunfo en vuestra lucha. 22. Yo soy Jehová, el que en todos los tiempos os ha librado de la muerte; Yo soy el Dios único que os ha hablado a través de todos los tiempos. Cristo fue mi Verbo que os habló a través de Jesús, Él os dijo: Quien conoce al hijo conoce al Padreé. Y el Espíritu Santo que hoy os habla también soy Yo porque un solo Espíritu Santo es el que existe, un solo Verbo y ése es el Mío. 23. Escuchad, discípulos: en el Primer Tiempo os di la Ley, en el Segundo os enseñe el amor con el cual deberíais interpretar aquellos mandamientos, y ahora en esta Tercera Era os envío la luz, para que penetréis en el sentido de cuanto os fue revelado. 24. ¿Entonces, por qué os empeñáis en encontrar tres dioses en donde sólo existe un Espíritu Divino, que es el Mío? 25. Yo di la ley a los primeros hombres y sin embargo, a Moisés le anuncié que enviaría al Mesías. Cristo en quien os di mi palabra, os dijo cuando ya su misión estaba concluyendo: “Yo me vuelvo al Padre de donde vine”; también os dijo: “EI Padre y Yo, somos uno solo”. Y luego prometió enviaros al Espíritu de Verdad, el cual vendría a esclarecer según mi voluntad y vuestra evolución, el misterio de mis revelaciones. 26. Más ¿Quién podrá hacer luz en mis arcanos y explicar estos misterios? ¿Quién podrá desatar el libro de mi sabiduría, si no soy Yo? 27. En verdad os digo que el Espíritu Santo, al cual ahora encontráis distinto a Jehová y a Cristo, no es sino la sabiduría que manifiesto a vuestro espíritu para haceros entender, contemplar y sentir la verdad. 28. Hoy os preparo para recibir mi palabra y que ella descienda como el rocío sobre las plantas sedientas, como agua cristalina que apague la sed de vuestro espíritu. Yo os recibo como tiernos niños en mi amor de Padre. 29. Empezáis a dar los primeros pasos en tierra firme, más si os estacionáis y más tarde desoís mis mandatos, no cerréis el camino a vuestros hermanos, a los que vendrán después de vosotros llenos de anhelo de servirme, a los que se han preparado y me están esperando. Si no aprendéis mi lección ¿Que podréis enseñar? Penetrad en mi obra e iluminaos para que podáis comprenderme, Yo soy el alfa y la omega, principio y fin de toda enseñanza. 30. En este tiempo os anuncio las pruebas que han de ser; tres cuartas partes de la tierra desaparecerán, el dolor llamará a todos los hombres y el mundo sufrirá grandes rigores. Más si os preparáis, por uno de vosotros se salvará una comarca. La ciencia que el hombre ha alcanzado, no bastará para curar las enfermedades extrañas que han de aparecer, comprenderéis entonces que tenéis que elevaros más allá de lo terrestre para sanar y remediar los males. Israel librará a la humanidad de grandes calamidades, más cuanto es lo que tenéis que prepararos para cumplir con vuestro destino. Los apóstoles de este tiempo irán de comarca en comarca llevando la "buena nueva" y sus dones serán como una fuente inagotable que desborda sus beneficios en todos los hombres. 31. Con cada prodigio que les conceda levantarán la fe de nuevos apóstoles y su misión será grande. ¡Más hay de ellos si se envanecieran!, porque perderán los dones. 32. Respetad los dones concedidos a vuestros hermanos. Cultivad el árbol que os he confiado, porque todos sois labriegos de una sola campiña. Mi caridad os sigue por doquiera, conozco vuestras obras y pensamientos. Velad y orad, porque la humanidad necesita de vuestra oración para su evolución espiritual. 33. Muchos de vosotros creéis contradictorios vuestros sufrimientos con la ley de amor del Padre porque pensáis: Si soy hijo de Dios, si el Padre universal y todopoderoso me creó ¿Por qué me dejó caer, por qué no me hizo obediente, bueno y perfecto? 34. En verdad os digo, que no habéis meditado en lo que pensáis. Lo que creéis contrario a mis leyes, es precisamente la confirmación de la ley de amor, y para que mejor lo entendáis, escuchad. En la escala divina hay un número infinito de seres, cuya perfección espiritual les permite ocupar diferentes peldaños según el grado de evolución que han alcanzado. Vuestro espíritu fue creado con atributos adecuados para evolucionar por esa escala de perfección y llegar hasta determinado fin en los altos designios del Creador. 35. El destino de esos espíritus no lo sabéis, más Yo os digo que es perfecto como todo lo creado por Mí. 36. Aún no comprendéis los dones que os dio el Padre, mas no temáis porque más tarde os daréis cuenta de ellos, y les veréis manifestarse en plenitud. 37. El número infinito de espíritus que como el vuestro habitan diferentes moradas, se encuentran unidos entre sí por una fuerza superior que es la del amor. Fueron creados para la lucha, para su elevación, no para la inmovilidad. Los que han cumplido con mis mandatos han llegado a ser grandes en el amor divino. Sin embargo os recuerdo, que aun habiendo alcanzado vuestro espíritu grandeza, poder y sabiduría, no llegará a ser omnipotente, ya que sus atributos no son infinitos como lo son en Dios. Sin embargo, ellos os bastarán para llevaros a la cumbre de vuestra perfección por el camino recto que os trazó desde el primer instante, el amor de vuestro Creador. 38. Al crearos os di el don del libre albedrío, para que por vuestra propia voluntad me glorificaseis, con el amor y la caridad que derraméis en vuestros hermanos. 39. Un espíritu sin libre albedrío, no sería digna creación del Ser Supremo. Sería un ser inerte, sin aspiraciones a su perfeccionamiento. 40. Hoy vivís todavía dentro de una vida material debido a la falta de fraternidad, porque en los dominios de lo espiritual todo vive en perfecta armonía. 41. La falta de comprensión con el amor divino provoca el atraso para el espíritu, que sólo puede evitarse volviendo al camino, al arrepentimiento definitivo y a la obediencia. 42. En vuestro mundo actual vuestros hermanos que cultivan la ciencia no os han conducido a la cumbre de vuestra evolución, os han llevado al dolor, al abismo, a la soberbia; más en ningún instante os he abandonado, sois vosotros los que habéis sido lentos para responder a mi llamado de amor. 43. Por haber abusado de la amorosa y justa libertad que os dio vuestro Padre, os tenéis que purificar con dolor y lágrimas, de las manchas que imprimisteis en vuestro espíritu. Sin embargo el que con resignación restituya sus errores, alcanzará su evolución y su ascenso será más rápido que su caída. 44. Por siglos y siglos os he venido dando ejemplos y pruebas de ternura, de amor divino que a veces han logrado conmover vuestro corazón haciéndoos exclamar: “Yo os amo, Señor, Yo os admiro”. Más Yo os pregunto: Si me amáis ¿Por qué no me imitáis, poniendo en práctica mis enseñanzas? ¿Por qué os habéis alejado de la vida espiritual, retrasando con ello vuestra evolución? ¿Cómo os atrevéis a culpar a Dios de vuestras propias caldas, de vuestro dolor y de vuestra imprudencia? 45. Hoy que os llamo no todos me escucháis, sin embargo, Yo os prometo que todos me escucharan y que ninguno de mis hijos se perderá en la eternidad del espíritu. 46. Unos me buscarán respondiendo a mi amor, otros agobiados por el dolor implorarán que mi misericordia detenga su cáliz de amargura. 47. Os estoy ampliando el mensaje que os di a través de Jesús, aún no queréis abandonar las inciertas veredas en las que os habéis extraviado. 48. ¿Acaso queréis culparme de todo lo que no viene de Mí y que ha sido vuestro? Yo os he dicho que sembréis amor, y en vez de ello habéis sembrado odio. ¿Queréis acaso recoger amor? 49. Os he enseñado a vivir en paz una vida sencilla, pura y elevada y vosotros insistís en vivir una constante guerra de odios, materialismo e insanas ambiciones. 50, Pedís a Dios casi siempre sin saber lo que pedís, más vosotros nunca dais a Dios lo que Él os pide para vosotros mismos. 51. Si os habéis envanecido y extraviado tanto en las enseñanzas divinas, ¿Cómo pretendéis que Dios os dé lo que no sabéis pedir o que rija al universo conforme a vuestra idea o voluntad? En verdad os digo que el universo no existiría un segundo si os dejara gobernarlo bajo vuestros caprichos humanos. 52. Os he dado una gota más de la esencia divina, más os daré eh lecciones venideras. Pero no toméis mi enseñanza sin analizadla, ella os llenará de luz para que interpretéis mejor mis revelaciones. 53. Toma la esencia de la enseñanza, e interpretadla como os dicte vuestra conciencia y vuestro corazón. 54. La espiritualizad no se encuentra en textos de religiones o ciencias; se encuentra en vuestro espíritu que estaría dignamente ocupado si cumplieras Siempre con el precepto que os dice Amaos los unos a los otros”. 55. No forméis nuevas filosofías, ni teorías derivadas de esta doctrina, no levantéis templos materiales, ni hagáis alegorías o símbolos. Yo os daré todas las revelaciones que os correspondan en estos tiempos. 56. En verdad os digo que no sois los únicos que poseeréis la verdad, los ministros de las distintas religiones, los científicos, creyentes e increyentes todos son en su origen criaturas espirituales de Dios, a quienes colmaré de gracia durante su jornada. 57. Invitad humildemente a vuestros hermanos a que estudien mi doctrina de amor, de caridad y elevación espiritual. No olvidéis que ninguna de vuestras obras será perfecta si no descansa sobre el amor hacia todo lo que veis y aun hacia lo que sólo presentís en los instantes de vuestra meditación. 58. Hay muchas vidas en lo invisible, presentidlas, bendecidlas y amadlas. 59. No forméis idolatrías, fanatismo, ni jerarquías materiales. No hay más grandeza que la luz que engalana al espíritu que por su virtud ha alcanzado la perfección. 60. Quien ama más, es más grande que aquél que se dice serlo por su cargo o su vanidad. 61. Recordad a Jesús. 62. Vuestro entendimiento es más claro en estos tiempos y mi palabra también se hace más comprensible. 63. Mi templo es vuestro corazón, su luz es mi amor. La mayor ofrenda que en él podréis depositar, es la paz de vuestro espíritu, si vivís haciendo el bien, bendiciendo y amando a vuestros hermanos. 64. ¿De qué os servirían cánticos, oraciones y ritos, si en vuestro interior sólo ocultaseis bajas pasiones? Tengo sed de vuestro amor, no del incienso. Menos lágrimas y más luz, es lo que deseo que haya en vuestra existencia. 65. De todo tendréis que responder y conforme sean vuestras malas obras, más enérgicos juicios recibiréis de vosotros mismos; porque Yo no os juzgo, eso es falso, es vuestro propio espíritu en su estado de lucidez vuestro tremendo acusador y terrible juez. Yo soy el que os defiende contra la turbación, el que os absuelve y salva porque soy el amor que purifica y perdona. 66. Nuevas enseñanzas os daré para que entendáis esta lección que es una página más que os doy para que forméis el “Libro de la Vida Verdadera”. 67. Cumplid con mi ley y por vuestros ejemplos de humildad, de caridad y amor, estas pequeñas multitudes se multiplicarán y serán tan numerosas, como las estrellas del firmamento y como las arenas del mar. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 33 1. Una vez más el Maestro abre el libro de su enseñanza para explicaros sílaba por sílaba su doctrina de amor. Si como Padre queréis escucharme, os digo: He aquí la mesa preparada para que os sentéis a saborear los manjares que con tanto amor os tengo reservados. 2. Vengo en espíritu a manifestarme entre mis discípulos. Vosotros llamáis a este tiempo el de la luz y es que todo espíritu y toda materia han sentido mi presencia espiritual. 3. Yo soy la luz y el camino y no todos os dais cuenta de la finalidad de mi manifestación entre vosotros; en vez de regocijaros con mi divina enseñanza y mis revelaciones, creyendo que sólo he venido a remediar vuestras necesidades y aflicciones materiales, permanecéis sordos a mis inspiraciones y os concretáis a pedir pan, trabajo, dinero o salud, sin comprender que todo beneficio material os lo concedo por añadidura. 4. Algunos venís con el corazón lleno de gratitud y regocijo porque habéis recibido alguna caridad que para vuestra vida terrenal solicitabais y Yo os bendigo: pero en verdad os digo que son mayores los dones espirituales que existen en vuestro ser, los cuales ante el estímulo de mi enseñanza, comienzan a daros sus primeros frutos, y de ello aún no me habéis dado las gracias. 5. Abrid vuestro corazón para que sintáis dentro de él todo cuanto os estoy concediendo. He aquí por qué muchas veces os he dicho que estando Yo entre vosotros no me habéis sentido. 6. ¿He de volver a hacer las obras que llamáis milagros como en el Segundo Tiempo, para ser creído? ¿Tendré que dar vista al ciego, movimiento al paralítico y la vida a Lázaro, para despertar vuestra fe? En verdad os digo: que en este tiempo, muchos ciegos han visto la luz, muchos tullidos han caminado y muchos muertos se han levantado a la vida de la gracia. 7. Dos caminos se presentan de nuevo ante vuestra vista, los mismos que conocéis desde el principio de vuestra peregrinación. Ancho y florido el uno, el otro estrecho y sembrado de espinas; vosotros queréis transitar por el camino estrecho, que es el de la virtud sin abandonar el otro y esto no es posible. 8. De cierto os digo que no conocéis mi sendero y que a pesar de sus innumerables pruebas, en él está la paz, al contrario del camino anchuroso que brinda placeres dejándoos sólo dolor y hastío en el corazón. 9. Quiero que vuestro espíritu viva eternamente en mi paz, por eso me manifiesto ante él para doctrinarle en esta forma. No olvidéis que en este tiempo habéis vuelto a pactar con vuestro Padre ante el arca de la nueva alianza. 10. Es mi voluntad que en los tiempos de dolor que se acercan, permanezcáis firmes y os levantéis a dar mi enseñanza a vuestros semejantes. Cuando extendáis entre la humanidad mi palabra y vuestro testimonio, no os desaniméis ante la duda de vuestros hermanos. ¿Por ventura todos creísteis cuando por primera vez me escuchasteis? Ahora que poseéis ese cuerpo o envoltura aprovechadle para cumplir vuestra misión ante la humanidad. ¡Cuántos de los que habitan en el espacio espiritual quisieran poseer una materia a la que consideran como una joya! 11. A vuestro espíritu le digo: Dejaos guiar por la conciencia y a vuestra materia: Dejaos conducir por el espíritu y entonces mi paz será con vosotros. Si así lo hacéis vuestro espíritu estará velando como las vírgenes de la parábola, con su lámpara encendida esperando la llegada del esposo. Bienaventurados los que vivan velando, porque estarán atentos para recibirme y cuando llegue para ellos la última hora y llamen a la puerta del valle espiritual, Yo les abriré. 12. Si trabajáis celosamente, mañana estaréis Conmigo. Preparaos con estas enseñanzas para que os levantéis imitando a mis discípulos del Segundo Tiempo y llevéis la luz a vuestros hermanos impartiendo el consuelo a los atribulados. Despertad de vuestro letargo, porque si vosotros que tenéis la ley, no comprendieseis mi palabra, ni dieseis testimonio de Mí, llegarán las pruebas, seréis interrogados, y sino habéis asimilado mi enseñanza, ¿Qué responderéis? Entonces seréis juzgados y sentiréis temor y arrepentimiento recordando que el Maestro os habló amorosa e incansablemente. Más si estudiáis y meditáis mi palabra, estaréis preparados para cuando tengáis que hablar de esta revelación y los que os comprendan dirán: En verdad el Divino Maestro estuvo con vosotros. Si a pesar de vuestro comportamiento fueseis desconocidos por vuestros hermanos, no teméis, que Yo reconoceré vuestra labor, y después de que venzáis en las grandes pruebas, os daré el supremo goce de la paz. 13. En el futuro muchos os consagraréis a impartir esta enseñanza entre la humanidad y veréis fructificar vuestra labor y multiplicarse la simiente divina. 14. Estoy llamando a todos los caminantes para que oigan mi voz que les invita a la elevación y a poseer la vida eterna. En este día en que el Verbo Divino se hace oír, aprovechad su palabra e iluminaos con ella porque en el saber está la luz y vuestra salvación. 15. Si mi ley os enseña la moral, la rectitud y el orden en todos los actos de vuestra vida, ¿Por qué buscáis caminos adversos labrándoos con ello el dolor, y cuando partís al más allá dejando vuestro cuerpo en la Tierra, lloráis, porque habéis amado mucho esa envoltura? Al sentir que ya no os pertenece la materia y que tenéis que seguir el camino hasta llegar a Mí, os he dicho: Hijo mío, ¿Qué me hacéis presente? ¿Habéis vivido en la Tierra cumpliendo mis mandatos? Y vosotros avergonzados y cabizbajos, porque no lleváis un presente de amor para quien tanto os ama y tanto os ha concedido, habéis formado cadenas que abruman a vuestro espíritu, y éste, habiendo perdido la gracia, aparece sin luz, llora y se lamenta, sólo oye la voz del Padre que le llama, mas como no ha evolucionado ni se siente digno de llegar a Él, se detiene y espera, pasan los tiempos y el espíritu vuelve a escuchar la voz, y en medio de su pena pregunta quién le habla y esa voz le dice: Despertad, ¿No sabéis de dónde habéis venido, ni a dónde vais? Entonces eleva sus ojos, ve una inmensa luz, ante cuyo esplendor se contempla mezquino, reconoce que antes de haber sido enviado a la Tierra ya existió, ya era amado por el Padre que es de quien provenía la voz y que ahora al verle en doloroso trance, sufre por él, conoce que ha sido enviado a distintas moradas para recorrer el camino de lucha y alcanzar por sus méritos su galardón, y el hijo pregunta: Si antes de ser enviado a la Tierra he sido vuestra criatura muy amada, ¿Por qué no he permanecido en la virtud y he tenido que descender, que sufrir y trabajar para volver a vos? La voz le ha contestado: Todos los espíritus han sido sometidos a la ley de evolución y en ese camino mi Espíritu de Padre los protege siempre, y se complace en las buenas obras del hijo. Ciertamente os he enviado a la Tierra para que hagáis de ella una mansión de lucha, de perfeccionamiento espiritual, no un valle de guerra y dolor. Os he dicho que os multipliquéis, que no seáis estériles, y cuando volvéis al valle espiritual no traéis cosecha alguna, sólo lloráis y venís sin gracia con que Yo os he revestido; por eso os envió una vez más y os digo: limpiaos, buscad lo que habéis perdido y labrad vuestra elevación. El espíritu vuelve a la Tierra, busca un pequeño y tierno cuerpo humano para descansar en él y dar principio a la nueva jornada; encuentra el pequeño niño que le es señalado y lo toma para restituir sus faltas a mi ley. Con conocimiento de causa viene el espíritu a la Tierra, sabe que es aliento del Padre y conoce el encargo que de Él trae. 16. En los primeros años es inocente y conserva su pureza, permanece en contacto con la vida espiritual, después empieza a conocer el pecado, mira de cerca el orgullo, la soberbia y la rebeldía de los hombres ante las leyes justas del Padre, y la carne reacia por naturaleza, empieza a contaminarse con el mal. Caído en tentación, olvida la misión que trajo a la Tierra y se levanta haciendo obras adversas a la ley. Espíritu y materia toman los frutos prohibidos, y cuando han caído en el abismo les sorprende la última hora. Vuelve el espíritu a encontrarse en el espacio, cansado y doblegado por el peso de sus culpas. Entonces recuerda la voz que en otro tiempo le habló, que aún le llama, y después de llorar mucho, sintiéndose perdido sin saber quién es, recuerda que ha estado ya en aquel sitio, y el Padre que lo ha creado con tanto amor, aparece en su camino diciéndole: ¿Quién sois, de dónde venís y a dónde vais? El hijo reconoce en aquella voz la palabra de quien le ha dado el ser, la inteligencia y los dones, al Padre que siempre perdona, lo purifica, le aparta de las tinieblas y le conduce a la luz, éste se estremece porque sabe que está ante el Juez y habla diciendo: “Padre, mi desobediencia y mis deudas contigo son muy grandes y no puedo aspirar a vivir en tu morada porque no tengo méritos, hoy que he retornado al valle espiritual veo que sólo he acumulado faltas, las que debo restituir”. Mas el Padre cariñoso le señala una vez más el camino y vuelve a encarnar, a formar parte de la humanidad y entonces el espíritu ya experimentado, con mayor fuerza, doblega la envoltura para sobreponerse y obedecer los dictados divinos, se entabla la lucha, combate con los pecados que hacen caer al hombre y quiere aprovechar la oportunidad que le ha sido concedida para su salvación; lucha de principio a fin y cuando las canas brillan en su sien y su cuerpo, antes robusto y fuerte, va doblegándose por el peso de los años y perdiendo energías, el espíritu se siente fuerte, más desarrollado y experimentado; ¡Qué grande y repugnante le parece el pecado! se aleja de él y llega al final; ya sólo espera el momento en que el Padre lo llame, porque ha llegado a la conclusión de que la ley divina es justa y la voluntad de Dios es perfecta. Que ese Padre vive para dar vida y salvación a sus hijos, y cuando llegó el día postrero, palpó en su carne la muerte y no sintió dolor, se apartó callada y respetuosamente, contemplase en espíritu, y como si tuviese delante de el un espejo, se miró hermoso y radiante de luz. Entonces la voz le habló y le dijo: Hijo ¿A dónde vais? Y él que sabía quién era, acercase al Padre, dejó que su luz invadiera su ser y habló así: ¡Oh Creador, oh amor Universal, vengo a vos para descansar y entregaros el cumplimiento! La cuenta estaba saldada y el espíritu se encontraba sano, limpio y sin cadenas de pecados, y vio delante de él el galardón que le esperaba. Sintió después que se fundía en la luz de aquel Padre, que su gozo era mayor y contempló una mansión de paz, una tierra santa y un silencio profundo y quedó descansando en el seno de Abraham. 17. Os hablo de las maravillas que encierra la vida espiritual y os presento mi enseñanza. ¿Queréis cumplir en la Tierra para llegar a Mí, oh pueblo de Israel, oh humanidad, hija mía? Por méritos penetraréis en el Reino Celestial, y con la práctica de las virtudes alcanzaréis la paz en la Tierra. 18. Habéis encarnado tiempo tras tiempo y en cada reencarnación habéis hecho más grande vuestra deuda y restitución. No me culpéis de vuestros sufrimientos porque Yo no os castigo, vosotros sois los que dictáis vuestra sentencia. 19. Aquí tenéis el último tiempo para reparar vuestras faltas. 20. He retornado entre vosotros en virtud de la promesa que os hice, he hecho pacto con vosotros desde los primeros tiempos y os guiaré hasta el fin. Porque sois el pueblo que se ha preparado para sentarse a mi mesa. Yo soy el manjar y el fruto, el pan y el vino. 21. Incansablemente venís a escucharme para calmar vuestra hambre y sed de justicia, como en el Segundo Tiempo en que también me siguieron los hombres hambrientos de amor. Entregué mi palabra en los valles, en las montañas, en los mares, y en el desierto me siguieron las multitudes; su fe no conoció el cansancio, su firmeza era inquebrantable, entonces mi piedad se extendía sobre aquellos hombres y los envolvía en la esencia de mi palabra. Las madres llevaban en brazos a sus hijos; los hombres abandonaban sus tareas para escucharme; los ancianos apoyados en su báculo seguían a la multitud. 22. Fue en una de esas ocasiones, cuando el Maestro realizó el milagro de los panes y de los peces, como una demostración de que cualquier pan alcanzará cuando sea repartido con amor y sin distinciones, porque la conformidad y la fraternidad serán también un sustento. 23. Los mismos discípulos habían dudado de que tan escasas provisiones alcanzaran a alimentar multitud tan grande, más cuando vieron realizado el milagro, avergonzados se dijeron para sí: “En verdad, éste es el Mesías”. 24. Aquí me tenéis nuevamente en el Tercer Tiempo, vengo a entregaros el pan de la vida eterna del cual comerá la humanidad. 25. Vengo a daros esta palabra por medio del entendimiento humano para comunicarme en esta forma, tuve que esperar la evolución espiritual y mental del hombre para servirme de él en este tiempo. Mi voluntad se ha cumplido y este misterio se convertirá en claridad, para todos aquellos que no aciertan por ahora a comprenderlo. 26. No temáis a los juicios y mofas de las sectas y religiones; ellas son las que teniendo en sus manos los libros de las profecías no las han interpretado y por ello no me han sabido esperar. En cambio, vosotros que no conocías las profecías que hablaban de mi retorno como Espíritu Santo, me estabais esperando. Ya ha llegado el Tercer Tiempo y la humanidad no ha sabido interpretar el evangelio. 27. Cuantos pueblos van como ovejas sin pastor, más Yo estoy con vosotros y para hacerme reconocer, me he manifestado en la pobreza y en la humildad como en el Segundo Tiempo. Si la humanidad quiere identificarme a través de los que me siguen, podrá lograrlo; los enfermos, los tristes, los humillados, los cansados, los hambrientos y sedientos de justicia, los muertos a la fe, son los que vienen en pos de Mí. 28. A nadie extrañe el que no haya aparecido en este tiempo en el seno de alguna iglesia, tampoco en el Segundo Tiempo surgí de alguna religión. 29. No me encontraré donde exista vanidad, materialismo e idolatría; quiero manifestarme en el seno de la más grande sencillez y humildad, donde no existan ritos que os hagan olvidar la esencia de mi Ley; por eso no os extrañe verme rodeado de menesterosos, de rudos y pecadores, porque he puesto en ellos mi caridad transformándolos en seres útiles, donándolos para que conviertan a muchos, y por ellos que sois vosotros, he dado pruebas manifiestas de mi poder. Más si a pesar de ello aún dudáis, no temáis "Que nadie es profeta en su tierras. Mañana vendrán los extranjeros y os creerán, o iréis a tierras desconocidas y os recibirán, porque no todos dudan de vosotros; también hay quienes os siguen y se apoyan en vuestro amor y caridad, sirviéndoos de aliciente y estímulo en la difícil pendiente del camino. ¿Qué será de aquellos que os siguen y encuentran fuerza en vosotros, si llegaseis a flaquear? Cuando os sintáis débiles, buscadme y os fortaleceré. Si llegáis a encontrar el dolor, no penséis que os he castigado, sacad de aquella prueba el provecho que encierra para vuestra evolución. 30. Con sólo quererlo ya seréis limpios ¿Que mérito tendría que Yo fuera quien os purificara? Que cada quien restituya sus faltas a mi Ley, eso sí tiene mérito, porque entonces sabréis evitar en lo futuro las caídas y errores, porque el dolor os lo recordará. 31. Si entre la falta cometida y sus naturales consecuencias se interpusiese un arrepentimiento sincero, el dolor no os llegará, porque entonces ya seréis fuertes para soportar con resignación la prueba. El mundo apura un cáliz muy amargo y Yo nunca le he castigado, más después de su dolor vendrá a Mí, que le estoy llamando, para entonces, los que fueron ingratos sabrán dar gracias al que sólo bienes ha derramado en su existencia. 32. Hasta ahora no ha sido el amor humano el que se imponga en el mundo; ha sido, como lo fuera desde el principio de la humanidad, la fuerza la que impera y vence. El que ha amado ha sucumbido víctima de la maldad. 33. EI mal ha extendido su reino y se ha hecho fuerte en la Tierra, y es precisamente en este tiempo cuando vengo a oponer mis armas a esas fuerzas, para que el reino del amor y de la justicia se establezca entre los hombres; antes combatiré, porque para daros la paz de mi Espíritu, es menester que haga la guerra y destruya todo mal. 34. EI día de justicia ya es entre vosotros, vivos y muertos escucháis en este tiempo la voz de la conciencia. 35. Este mundo no es la mansión eterna para vuestro espíritu, si así fuese, no veríais morir vuestro cuerpo que tanto amáis, no verías extinguirse la vida de vuestros padres, de aquéllos que os dieron el ser. Todo es perecedero, nada es estable en este mundo, si aquí todo fuese bienandanza y placeres, jamás os acordaríais de vuestro espíritu, no pensaríais en los demás, ni me recordaríais. 36. Muy largo ha sido el camino de dolor que ha recorrido vuestro espíritu y no quiero que encontréis dolores más grandes de los que ya habéis conocido; retornad a Mí en busca de la paz, buscad vuestra perfección y os convertiré en maestros que enseñen y rescaten a los perdidos en las tinieblas de la ignorancia. 37. Hombres que habéis llorado ante mis palabras de perdón, ¿Por qué, mostrándome vuestra diestra manchada con la sangre de vuestro hermano, la justicia aún no ha llegado a vosotros? No temáis, que vuestro arrepentimiento verdadero será como un manto que os defienda y mi perdón como agua cristalina os fortalezca en vuestra restitución. Mas, ¡Ay del que haya matado y no haya saldado su cuenta! ¡Ay del que haya hurtado, causado deshonra, o no haya cumplido para con sus padres! porque entonces la vida y el dolor, como un sabio juez les juzgará, y como un maestro les enseñará. 38. Hoy habéis llegado hasta Mí venciendo todos los obstáculos y ansiosos de escuchar de nuevo mi palabra, porque tenéis el anhelo de convertiros en mis discípulos, y por eso venís a escuchar y a estudiar mi lección divina. 39. Sabéis que para regeneraros y encontrar fuerzas para vencer vuestras pasiones, no hay nada mejor que mi palabra que ilumina vuestro espíritu y despierta en vosotros el verdadero amor por vuestra limpidez espiritual. 40. Este es el tiempo en que mi palabra es vertida con mayor extensión para que no ignoréis lo que os revelo, más si a veces os hablo en sentido figurado, es para que grabéis mejor mis lecciones. 41. Soy la barquilla salvadora que se ha presentado al alcance del náufrago próximo a perecer; quienes han sido puestos a salvo en la orilla donde está la paz, sienten después en su interior, el deber de hacer lo mismo con sus semejantes cuando están en peligro de perderse. 42. Las naves se han agotado y son muchos los náufragos que piden ayuda. Ved a la humanidad perdiéndose en los vicios, en la perversidad y en el crimen; ved a los hombres consagrados a una vida de materialismo y egoísmo; las mujeres se han familiarizado con el pecado que reina en todas partes, pierden su virtud y su delicadeza, el hogar que es el templo del hombre, es profanado porque de él desaparece la luz, el calor y la paz. 43. Vengo a este planeta y en él busco al espíritu del hombre que es el templo de Dios, y enciendo en él la fe hablándole de un mundo nuevo, de un mundo de paz, al cual puede llegar con la regeneración y la fraternidad. Unos sienten latir con fuerza su corazón y hacen suyo el ideal divino; otros se quejan de obstáculos y dificultades como pretextos para no seguirme. A éstos les falta la fe y no han comprendido que quien se aparta de su destino, una y otra vez tendrá que llegar al mismo punto hasta que haya recorrido todo el camino. 44. No os digo que os apartéis de vuestros deberes materiales ni de los sanos goces del corazón y de los sentidos; sólo os pido que renunciéis a lo que envenena a vuestro espíritu y os enferma el cuerpo. 45. Quien vive dentro de la ley, está cumpliendo con lo que le dicta su conciencia. El que huye de las satisfacciones lícitas para sumergirse en los placeres prohibidos, aun en los instantes de mayor placer se pregunta por qué no es feliz ni encuentra paz. Porque de goce en goce va descendiendo hasta perderse en el abismo, sin encontrar la verdadera satisfacción para su corazón y su espíritu. 46. Hay quienes necesitan sucumbir apurando hasta la última gota del cáliz donde buscaron el placer sin encontrarlo, para que puedan escuchar la voz de Aquél que eternamente les está invitando al festín de la vida eterna. 47. Yo recibo la ofrenda de mis discípulos. Elías os ha preparado y ha intercedido ante Mí, para que vosotros seáis dignos de escuchar mi palabra y sepáis aprovechar su esencia. Mi promesa es que todo el que me busque en su tribulación, será consolado. 48. Es la era del Espíritu Santo en la que estoy comunicándome con el hombre. De los que me han oído, unos empiezan a reconocerme y otros ya me aman. Cuando este tiempo de mi comunicación haya pasado, la humanidad sabrá quién ha venido, reconocerá a Elías como precursor lleno de gracia y potestad, y al Maestro que ha descendido por amor al género humano. 49. Discípulos amados, imitadme para que lleguéis pronto al final de vuestra restitución, donde Elías el pastor que os ha guiado a través de los tiempos, os presentará ante Mí. 50. No quiero que los espíritus al desprenderse de esta tierra se sientan solitarios o perdidos en la inmensidad del valle espiritual que a todos espera; por esto Elías os habla os prepara para ese paso transitorio, y vosotros debéis dar a conocer a vuestros hermanos a ese espíritu que es pastor e intermediario entre el hombre y su Creador. 51. Estáis contemplando una etapa de rigor y de justicia, todos recogéis ahora el fruto de vuestra labranza; este tiempo tenía que llegar, escrito estaba, Yo os previne que oraseis e hicieseis penitencia, y os he encontrado dormidos, sin recordar mis palabras. Mas Yo velo por vosotros y he venido una vez más a traeros mi enseñanza que os muestra muy amplios horizontes; si sabéis comprenderla seréis fuertes y de gran voluntad. Y cuando esta luz haya penetrado en vuestro espíritu, id hacia los demás y ayudadlos a salir de su letargo, tened caridad de los que pecan por ignorancia y señaladles el camino que les conduzca a su salvación. 52. Los que ayer eran párvulos los estoy convirtiendo en discípulos, y a los discípulos los acerco más a Mí. A todos os he colocado en una sola escala y he participado de vuestras tribulaciones. El dolor de la humanidad llega a Mí, Elías lucha por la unificación de espíritu en los hombres. La nueva Torre de Babel ha crecido en soberbia y división, mas frente a ella Yo levanto la Torre de Israel con bases de humildad y de amor. La lucha será grande, pero al fin, la virtud abatirá al pecado y la paz se restablecerá. Entonces los que habían sido débiles serán fuertes; los ciegos abrirán sus ojos y será el verdadero despertar del espíritu para penetrar en una vida de evolución. 53. EI oro y el poder que tanto ambiciona el hombre, no le darán la paz a su espíritu, ni consuelo en su lecho de enfermo, solo endurecerán su corazón. Cuántas veces he presentado ante los ojos de los acaudalados, cuadros de dolor para probar sus sentimientos y han sido indiferentes a la orfandad, a la miseria y al dolor de sus semejantes, sin comprender que sólo los he hecho depositarios de bienes materiales para que los repartan con justicia y caridad. 54. Hay muchos seres que esperan una mano piadosa que les cure, una palabra de consuelo o un ejemplo que les redima. El espíritu padece hambre de amor, de sinceridad y de justicia, y vos, Israel, podéis dar, porque Yo os he entregado un caudal de bienes espirituales que debéis esparcir. 55. No todos los tiempos serán de paz para vosotros, por eso, hoy que aún tenéis libertad, debéis trabajar con afán y preparar con la oración a vuestros hermanos de otras naciones, ya sabéis que para el espíritu no hay distancias y así, el día en que mi doctrina sea llevada por mis mensajeros, éstos no tropiecen, sino que encuentren amigos, hermanos que comprendan su misión y les den apoyo y calor. 56. Aquél a quien le sea encomendado este mensaje, y viva en comunión Conmigo, le inspiraré obras perfectas y manifestaré mi Espíritu en sus palabras. 57. Muchos de vosotros, habéis sentido el desprecio de la humanidad por seguir al Maestro, otros habéis sido rechazados en el hogar de vuestros padres y otros habéis sido repudiados por vuestra esposa o esposo, mas pensad que Yo todo lo contemplo y que vuestro sacrificio lo compensaré con creces. 58. No miréis enemigos sino hermanos en todos los que os rodean. No pidáis castigo para que deis ejemplo de perdón y no haya remordimiento en vuestro espíritu. Cerrad vuestros labios y dejad que Yo juzgue vuestra causa. 59. Sanad a los enfermos, volved la razón a los extraviados, apartad a los espíritus que nublan la inteligencia y haced que ambos recobren la luz que han perdido. 60. Orad por las naciones, que Yo velaré por vosotros. Llevad mi palabra a todos los corazones, después dadme gracias por los beneficios que hayáis recibido, porque habréis reconocido que la hoja del árbol no se mueve sin mi voluntad. 61. De cierto os digo que los que más se han alejado de Mí, se dan cuenta de que es tiempo de justicia, porque tienen presentimientos e inquietudes. 62. Mi voz como una trompeta, está llamando y despertando a los espíritus, más si la humanidad se hubiese preocupado por estudiar y analizar las profecías del Primero y Segundo Tiempos, nada de cuanto ahora acontece le sorprendería, ni le confundiría, porque ya todo estaba pronosticado. 63. Mi palabra de ayer se cumple hoy, porque antes dejaría de alumbrar el astro rey, que ella dejare de cumplirse. 64. Soportar la amargura que os ocasiona la guerra de los pueblos, no claméis justicia sobre ellos, que bastante amargo es ya su cáliz. Sed misericordiosos en vuestros juicios, pensamientos y oraciones. 65. Quienes aún disfruten de alguna paz, tienen el deber de orar para ayudar espiritualmente a los que sufren los rigores y calamidades de la guerra. 66. Si en vez, de piedad, sentís cólera o desprecio hacia quienes causan tantos sufrimientos a la humanidad, en verdad os digo que os despojáis de toda elevación espiritual y de toda comprensión. 67. Dejad que mi voz encuentre eco en vuestro corazón; llevad a la práctica mi palabra, esa será la forma de que mi doctrina tome fuerza en la Tierra, ella es la luz que se enfrentará a las ideas que han surgido de una humanidad enferma y decadente. 68. Toda la justicia, la grandeza y la luz que pueda ambicionar la humanidad para la evolución de su espíritu, podrá encontrarla en mi doctrina; mas para que el hombre se detenga a analizar mi enseñanza y se interese por su contenido, antes tendrá que contemplar el principio de la fructificación de ella, en la regeneración y virtudes de mis discípulos. 69. Grandes misterios prometo revelaros cuando viváis en paz, porque entonces podrá brillar mi luz en vuestro ser. 70. Todos quisierais ser de los que testifiquen mi verdad y ser en el camino de la humanidad como un faro para el navegante o una estrella para el peregrino. 71. Hoy me tenéis entre vosotros por medio de esta comunicación, aprovechad mi estancia, y de párvulos convertíos en discípulos, para que dignamente podáis predicar con mi palabra cuando Yo haya cesado de hablar. 72. Estudiad, velad y orad, sembrad el amor y la caridad entre vuestros hermanos, para que Yo diga a la humanidad a través de vuestras obras, “Amaos los unos a los otros”. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 34 1. Pueblo amado, no esperéis tiempos mejores para revelar este mensaje a la humanidad, porque no vendrá otro tiempo más apropiado que este. 2. Abrid vuestros ojos a la realidad y no soñéis más con las vanidades del mundo; comprended que vuestra misión es la de dar a conocer mi doctrina por todos los caminos de la Tierra. 3. Aquí entre las multitudes, descubro a los futuros emisarios, a los nuevos apóstoles, a los labriegos que deberán ser incansables en el cumplimiento de su misión. 4. Unos irán por el oriente, a otros les enviaré por el occidente y la diferencia de lenguas no será obstáculo para la difusión de mi palabra. 5. La espada de luz, de amor y de justicia que existe en mi doctrina, abrirá caminos, destruirá murallas de ignorancia y borrará fronteras. Todo quedará preparado para la unificación de los pueblos. 6. Al principio de la lucha unos aceptarán con regocijo la doctrina Espiritualista Trinitaria Mariana, en cambio otros, viendo en ella una amenaza para el poder terrenal y para sus erróneas interpretaciones, las rechazarán y os perseguirán, más de cierto os digo, que será como si ellos, con la palma de su mano, quisiesen impedir que el sol diese su luz. 7. Debo advertiros, que el que rechazare esta palabra me habrá rechazado a Mí, y el que la aceptare me habrá aceptado a Mí, porque en su esencia me he manifestado en este tiempo a los hombres, en ella está presente mi Espíritu, por eso os digo que quien recibiere mi palabra, ése reconocerá mi voz, me abrirá las puertas de su corazón y me tendrá dentro de sí. 8. Una hermosa oportunidad de restituir y saldar vuestras deudas os ha ofrecido mi justicia; no desaprovechéis ni uno solo de los días de vida que os he confiado. 9. Sois el hijo pródigo que retornó arrepentido a la casa paterna, y os he recibido con amor para haceros recuperar vuestra heredad. 10. Sé quiénes son entre los que llegan llorando ante mi presencia, los verdaderos arrepentidos, los que lloran sus culpas con lágrimas de remordimiento sincero y me piden una oportunidad para restituir, lloran por haber ofendido a su Padre, no lloran por ellos. En cambio, hay otros que aparentemente sienten pesar de haberme ofendido y lloran, prometen y hasta juran no volver a pecar, pero al mismo tiempo que prometen, me están pidiendo nuevos bienes terrenales. Esos son los que pronto han de alejarse de la casa paterna. 11. Si logran recibir de Mi lo que buscaban, irán a derrocharlo, si no lo consiguieron blasfemarán en contra mía. Creen que en la humildad de este camino sólo hay espinas, y no saben que el que han elegido, es el más incierto, el más accidentado y azaroso. Piensan que entregados completamente a los placeres del mundo, podrán aumentar sus caudales y con ello disminuir sus necesidades, sin darse cuenta que por rechazar el dulce peso de una cruz espiritual, han echado sobre sus hombros un enorme fardo material, bajo cuyo peso terminarán agobiados. 12. Cuán pocos son los que aspiran a vivir en el paraíso de la paz, de la luz y de la armonía, cumpliendo con amor las leyes divinas. 13. Muy larga es la senda por la que ha transitado la humanidad y aún prefiere comer los frutos prohibidos que sólo acumulan penas y desengaños en su vida. Frutos prohibidos son aquellos que siendo buenos por haberlos creado Dios, pueden transformarse en nocivos al hombre si éste no se ha preparado debidamente o los toma con exceso. 14. EI hombre y la mujer toman sin preparación el fruto de la vida y desconocen su responsabilidad ante el Creador, al traer nuevos seres a encarnar en la Tierra. 15. EI hombre científico con mano profana corta un fruto del árbol de la ciencia sin escuchar antes la voz de su conciencia, en la que le habla mi ley para decirle que todos los frutos del árbol de la sabiduría son buenos, y que por lo tanto, quien los tome deberá hacerlo inspirando únicamente en el bien a sus semejantes. 16. Estos dos ejemplos que os he explicado os enseñan por que la humanidad no conoce el amor, ni la paz de ese Paraíso interior que el hombre por medio de su obediencia a la ley debiera llevar por siempre en su corazón. 17. Para ayudaros a encontrarlo, he venido a doctrinar a los pecadores, a los desobedientes, ingratos y soberbios, para haceros comprender que estáis donados (creados) con espíritu, que tenéis conciencia, que podéis razonar y valorizar perfectamente lo que es bueno y lo que es malo, y a mostraros el sendero que os conducirá al paraíso de paz, de sabiduría, de amor infinito, de inmortalidad, gloria y eternidad. 18. Os hablo a vosotros que habéis pecado, porque los justos viven ya en el paraíso espiritual y los demás seres que carecen de espíritu y por lo tanto de conciencia, se recrean en su paraíso, que es la naturaleza, donde viven en perfecta obediencia y armonía con toda la creación. 19. Hoy he venido a iluminar el sendero por donde deberéis evolucionar y a cuyo final me encontraréis. No vengo a obligaros, mas sí os prevengo que si desoís este llamado, no tardaréis en venir por vuestra propia voluntad buscando el camino de salvación, pero entonces vendréis huyendo de los horrores de vuestra inhumanidad, de vuestra audacia y de vuestro orgullo. 20. No llego a vosotros con rigor, sois vosotros los que dais el merecido castigo a vuestras faltas. 21. Pueblo: en vuestro corazón dejo la esencia de mi palabra, para que os alimentáis espiritualmente, porque vuestro corazón es como una flor y su perfume es la esencia de amor que en él he depositado. No dejéis que esta flor se marchite, porque pronto perderla su aroma. Delicadas son las flores de vuestros huertos, pero más delicado es vuestro corazón y aún más, su esencia divina. 22. Después de 1950 no recibiréis ya mi palabra a través de estos entendimientos a quienes habéis llamado portavoces o intérpretes. Unos partirán de esta Tierra hacia el valle espiritual, otros se quedarán para recibir las primeras inspiraciones, las señales precursoras de la comunicación de espíritu a Espíritu. 23. Cuando esa comunicación comience a desarrollarse entre vosotros, empezaréis verdaderamente a analizar y a comprender la doctrina que ahora estáis recibiendo y sabréis a la vez separar mi esencia de todas las imperfecciones que a mi palabra le hubiese mezclado el portavoz. 24. Ahora os pregunto: ¿Estáis conformes con ser los pobres de la Tierra, pero ricos en espíritu? ¿O preferís los placeres del mundo a los conocimientos de la vida eterna? Os bendigo, porque en vuestro corazón me estáis diciendo: “Señor, nada es comparable a la gloria de escuchar tu palabras”. 25. En esta Era os estoy dando un nuevo mensaje: el Tercer Testamento. Muchos han sido los testigos de esta manifestación, más en verdad os digo que no seréis vosotros los que lleguéis comprender todo el significado de lo que os he revelado, ni apreciaréis la importancia que encierra este mensaje. 26. Muchas veces he dado una enseñanza y vosotros la habéis interpretado equivocadamente porque estáis materializados, y mientras os he hablado de conocimientos espirituales, vosotros les habéis dado un sentido material. Vendrán otras generaciones más evolucionadas espiritualmente y al estudiar las enseñanzas que contienen estas revelaciones, se estremecerán de emoción espiritual; otras veces se deleitarán con el remanso de paz de mi palabra, y en otras ocasiones quedarán maravillados de lo que en mis cátedras de amor encontrarán. Entonces dirán: ¿Cómo es posible que los testigos presenciales de esta palabra no se hayan dado cuenta de su sentido, de su grandeza, de su luz? No será la primera vez que esto suceda: también en el Segundo Tiempo, hablando Yo al corazón de los hombres, estos no me entendieron, porque sólo Vivian y pensaban para el mundo y para la materia. 27. Cuando el cuerpo que me sirvió de envoltura en el Segundo Tiempo entró en agonía y desde la cruz pronuncié las postreras palabras, hubo entre mis últimas frases una que ni en aquellos instantes, ni mucho tiempo después fue comprendida: "¿Dios mío, Dios mío, porque me has abandonado? 28. Por aquellas palabras muchos dudaron; otros se confundieron pensando que fue una flaqueza, un titubeo, un instante de debilidad. Más no han tomado en cuenta que esa no fue la última frase sino que después de ella aún pronuncié otras que revelaban fortaleza y lucidez plenas: “Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu” y “Todo está consumado”. 29. Ahora que he vuelto para hacer luz en vuestras confusiones y esclarecer lo que habéis llamado misterios, os digo: Cuando estuve en la cruz, la agonía fue larga, cruenta y el cuerpo de Jesús, infinitamente más sensible que el de todos los hombres, sufría una agonía prolongada y la muerte no llegaba. Jesús había cumplido su misión en el mundo, ya había dicho la última palabra y enseñado la última lección; entonces aquel cuerpo torturado, aquella carne destrozada al sentir la ausencia del espíritu, preguntó dolorosamente al Señor: “¡Padre, Padre! ¿Por qué me has abandonado?” Era la dulce y doliente queja del cordero herido hacia su Pastor. Era la prueba de que Cristo, el Verbo, en verdad se hizo hombre en Jesús y su padecimiento fue real. 30. ¿Podéis atribuir vosotros a Cristo estas palabras, estando unido al Padre eternamente: Ahora sabéis que fue un gemido del cuerpo de Jesús, lacerado por la ceguera de los hombres. Mas cuando la caricia del Señor se posó sobre aquella carne martirizada, prosiguió hablando Jesús y sus palabras fueron: “Padre en tus manos encomiendo mi Espíritu”. “Todo está consumado”. 31 ¿Cuándo me hablaréis así, humanidad? ¿Cuándo exhalaréis esa dulce queja que no es reproche, ni duda, ni falta de fe, sino la prueba de amor al Padre manifestándole que en la hora suprema, queréis sentirle cerca: Meditad en cada una de mis frases, porque Yo soy la verdad que os fuera prometida. 32. Ahora que os estoy doctrinando, me he servido del rudo y del ignorante, porque los científicos y los sabios me han negado: también he buscado pecadores para convertirles y enviarles a dar testimonio de mi verdad. Estos, hijos míos por quienes me estoy manifestando, deben hacerse dignos de esta gracia, despertando a la luz de la doctrina que van a predicar, para que lleguen a tener pleno conocimiento de su misión y sepan que sólo dando ejemplos y mostrando buenas obras serán creídos por sus semejantes. 33. Este tiempo de enseñanza será propicio para la preparación de las multitudes. 34. Mi doctrina es el agua pura y cristalina del río de la vida, con la que os purificaréis y lograréis la transformación que os haga dignos de llamaros discípulos del Espíritu Santo. Preparad en mi palabra vuestro corazón y en verdad os digo, que de él brotará la buena simiente; educad a vuestro espíritu y entendimiento escuchándome, y vuestras obras, palabras y pensamientos irradiarán mi verdad. 35. Cierto es que no sólo vosotros daréis testimonio de Mí porque toda la Creación es una prueba viviente de mi verdad, pero en esta obra tenéis una misión que cumplir y una deuda que saldar con vosotros mismos, porque en verdad os digo que a Mí nada me debéis, sino a vosotros. 36. Si no dieseis testimonio de vuestro Señor, Yo lo daré, pero lloraréis amargamente por no haber estado cerca del Maestro en la hora de la lucha. 37. ¿Queréis saber cómo lograréis que vuestro testimonio sea tomado como verdadero? Sed sinceros con vosotros mismos, nunca digáis que poseéis lo que no tengáis, ni tratéis de revelar lo que no hayáis recibido. Enseñad sólo lo que sepáis, testificad únicamente lo que hayáis visto, más si os preguntasen algo que no podáis contestar, callad, pero nunca mintáis, nuevamente os digo, que vuestro “sí” sea siempre “sí” y vuestro “no” sea siempre “no” y así seréis fieles a la verdad. Tampoco juréis porque quien dice la verdad, no necesita de juramentos para hacerse creer, ya que en sus obras lleva la luz. Dejad que jure aquél que ha sido falso y que llegado el momento de necesitar ser creído, tiene que recurrir al nombre de Dios para apoyar sus palabras. Vosotros no juréis por Dios ni por María, tampoco por vuestros padres ni por vuestra vida. Vuelvo a deciros que vuestras obras serán las que den testimonio de vuestras palabras, y unas y otras darán testimonio de Mí. 38. Si diciendo la verdad os creen, benditos sean aquellos que os crean. Si por decir la verdad os negasen, hiriesen u os burlasen, dejadme a Mí la causa, porque la causa de la verdad es mía, entonces Yo os defenderé. Tampoco intentéis disfrazar la verdad con el velo de la mentira, porque vuestro juicio será grande. ¿No sabéis de aquel gran templo de Jerusalén en donde siglos tras siglos los hombres penetraron en busca de fortaleza y de sabiduría? Pues fue grande mientras su seno fue como un redil de paz para los espíritus, más cuando penetró la hipocresía, la mentira y la codicia, su velo se rasgó y más tarde no quedó de él ni piedra sobre piedra. 39. Vuelvo a deciros que empecéis a ser sinceros con vosotros mismos, que no tratéis de engañaros, es decir que comencéis a amar la verdad. Se aproxima el instante, en que caigan las grandes cabezas del mundo, en que las naciones sientan mi divina justicia. ¡Cuánto clamor habrá entonces entre los hombres! Un mundo de falsedades, de errores e injusticias desaparecerá, para que en su lugar se establezca el Reino de Dios que es justicia y es luz. Para muchas obras humanas será el fin, más para el tiempo de la espiritualidad será el principio. 40. El mundo que desaparecerá será el mundo de maldad que habéis creado en el cual los fuertes oprimen a los débiles; del que ha huido la inocencia hasta de los niños, en el que los padres desconocen a los hijos y los hijos a los padres. Este mundo en el que los principios e instituciones más sagradas han sido profanadas por los hombres, y en el cual unos a otros, en vez de amarse como hermanos, se matan. 41; Para que esta nueva Babel desaparezca, es menester que su maldad sea cortada de raíz como mala yerba. El dolor será grande, pero en ese cáliz se purificarán los impuros y abrirán sus ojos los ciegos, la muerte detendrá la carrera de muchos, mas no será para exterminarles, sino para conducirles a la verdadera vida. 42. De las obras malas de la humanidad nada quedará, mas sobre los escombros de vuestro pasado, Yo haré surgir un mundo nuevo como un gran reino en donde la humanidad sea como una extensa familia que viva en paz, que ame, que sienta y piense en mi ley de amor. 43. Nuevas generaciones poblarán la Tierra y recogerán los frutos de la experiencia y de la evolución tanto espiritual como material, que sus antepasados hayan dejado, porque de todo el pasado seleccionarán los buenos frutos. 44. Sobre los cultos imperfectos hacia mi Divinidad, se levantará un culto verdaderamente espiritual, así como también, sobre la ciencia materialista de los hombres del presente, se levantará una nueva ciencia al servicio de la fraternidad, del bienestar y de la paz. 45. La división de los hombres desaparecerá, y así como en sus discordias se distanciaron unos de otros, creando idiomas y lenguas para cada pueblo, cuando la armonía principie a brillar en el mundo, todos sentirán la necesidad de entenderse con un solo lenguaje. De cierto os digo, que la caridad de los unos a los otros les facilitará esta obra, porque estará basada en mi mandato que os dice: “Amaos los unos a los otros”. 46. ¿Cómo ha de ser justo que la especie humana no se entienda entre sí?, si hasta los animales de una misma especie se comprenden, así sean unos de una región y otros de otra. 47. Uníos con amor inspirados en vuestro Padre, y El que es el alfa y la omega de toda la Creación, os inspirará el lenguaje universal. 48. Recreaos, con mi palabra, ella está más allá de la división de vuestros idiomas, más allá de vuestro principio y vuestro fin; mas si os habéis maravillado de la forma tan extensa e inagotable con que os he hablado por labios de mis portavoces, sabed que sólo ha sido un destello de mi luz divina el que he enviado sobre estos entendimientos. 49. Me preguntáis: “¿Señor, por qué si nos habéis elegido para ser testigos de esta manifestación, no nos habéis excluido los sufrimientos y vicisitudes de la Tierra?” A lo cual os contesto que es menester que apuréis aunque sea un poco el cáliz que beben vuestros hermanos, para que comprendáis sus aflicciones. 50. Si os he dicho que en este tiempo será destruido todo lo que el orgullo y la maldad de los hombres ha hecho, ¿No creéis que también en vosotros haya algo que destruir, que cortar, o que expiar? 51. Sois agraciados pero a la vez muy tocados por las pruebas, más si el dolor os mantiene alerta, debéis pensar que es sólo una gota del acíbar que beben otros pueblos, al sentir el dolor vuestro corazón se siente movido a orar, y en ello reconoce intuitivamente una de las misiones que ha traído este pueblo a la Tierra. 52. Orad, mis hijos, con pensamientos de luz, de paz y de fraternidad y esas oraciones no se perderán en el espacio, sino que su esencia los conservará vibrando en lo espiritual y los conducirá al corazón de aquellos por quienes hayáis orado. Mas para que vuestra oración sea sentida por vuestros hermanos, no os familiaricéis con mi palabra, venid con la misma humildad y fervor de los primeros días, porque vendrá un día en que sintáis estremecido vuestro ser, y ese día será aquél en el cual os hable por última vez en esta forma. 53. ¿Para qué creéis que os llamé en este tiempo, multitudes? ¿Por ventura sólo fue para curar vuestras dolencias o para haceros recobrar la paz perdida? No, pueblo, si vine a levantaros a la vida verdadera, a encender en vuestro corazón la fe, a devolver a vuestra faz la sonrisa y a vuestro cuerpo la fortaleza, fue porque quise prepararos así para que pudieseis levantaros a la lucha; pero veo que muchos pensando en sí mismos, asisten a mi cátedra sólo para buscar la paz de su espíritu, sin querer saber nada de la misión que les aguarda; otros, una vez que han recibido lo que deseaban, se alejan sin interesarse por estudiar y comprender el significado de mi doctrina. 54. Todos habéis sido llamados a tomar parte en esta obra y es por eso que he vertido mi palabra sobre este pueblo, para que guarde en su corazón, aunque sea una sola de mis frases. 55. Mi enseñanza os dice que si vosotros no dieseis a conocer mi palabra entre la humanidad, las piedras hablarán para dar testimonio de mi verdad y del tiempo que vivís, mas no esperéis a que sean las piedras las que hablen, porque ellas lo harán estremeciendo la Tierra agitando los mares o saliendo a torrentes por los cráteres de los volcanes. 56. Mejor será que os preparáis a tiempo, para que cuando este mundo se vea asolado por las pestes, los males extraños y las aflicciones de toda índole, vosotros diseminados por todos los caminos de la Tierra llevéis a los corazones mi palabra dulce, reconfortante, que lleguéis como tenue brisa a aquellos que han sido azotados por los huracanes. 57. Apartad vuestra pereza y aprovechad el tiempo precioso de que hoy gozáis, porque no sabéis si en los tiempos venideros tengáis calma para poder estudiar y meditar en mi palabra. 58. Orad como buenos discípulos y llenad vuestro corazón de nobles propósitos. No olvidéis que no he venido a distinguiros por razas, clases o religiones, para que doquiera que vayáis, os sintáis como en vuestra patria y a cualquiera que encontréis, sea de la raza que fuere, lo consideréis como lo que realmente es: vuestro hermano. 59. Os traje esta palabra y os la hice oír en vuestro lenguaje, mas os doy la misión de que más tarde la traduzcáis a otras lenguas, para que sea de todos conocida. 60. De esta manera empezaréis a construir la verdadera torre de Israel, aquella que espiritualmente unifique a todos los pueblos en uno solo, aquella que una a todos los hombres en esa Ley divina, inmutable y eterna que conocisteis en el mundo en labios de Jesús, cuando os dijo “Amaos los unos a los otros”. 61. Escudriñad mi palabra hasta que estéis ciertos de su pureza y de su verdad, solamente así podréis caminar fuertes y permanecer firmes ante la invasión de ideas materialistas que amenazan al espíritu. Porque el materialismo es muerte, es tiniebla, es yugo y veneno para el espíritu. Jamás cambiéis la luz o la libertad de vuestro espíritu por el pan terrenal o por mezquinos bienes materiales. 62. En verdad os digo, que quien en mi Ley confíe y persevere en la fe hasta el fin, nunca le faltará el sustento material, y en los instantes de su comunicación con mi Espíritu, recibirá siempre por mi caridad infinita el pan de la vida eterna. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 35 1. Benditos sean los que piden con humildad y fe para el progreso de su espíritu, porque ellos recibirán lo que soliciten de su Padre. 2. Benditos los que saben esperar, porque a sus manos llegará mi caridad en el instante oportuno. 3. Aprended a pedir y también a esperar, sabiendo que nada escapa a mi caridad; confiad en que mi voluntad se manifieste en cada una de vuestras necesidades y pruebas. 4. El hijo tiene derecho a pedir a su Padre lo que esté dentro de su ley de justicia y amor, y el Padre a su vez, tiene el deber de atender al hijo. 5. Yo os digo que los que aquí en la Tierra acaten mi voluntad, cuando estén en espíritu gozarán de mi amor. 6. Cuando el peso de vuestra cruz os agobie, invocad a vuestro Cirineo y al instante vendré en vuestra ayuda. 7. Orad en los momentos de prueba, con una oración breve pero limpia y sincera, y os sentiréis confortados, y cuando logréis estar en armonía con vuestro Señor, podré deciros que mi voluntad es la vuestra y vuestra voluntad es la mía. 8. No sólo oréis cuando os encontréis atravesando por alguna prueba dolorosa, orad también cuando estéis en paz, porque entonces será cuando vuestro corazón y pensamiento puedan ocuparse de los demás. Tampoco pidáis solamente por los que os han hecho bien o por aquellos que no os hayan causado ningún daño, pues ello, siendo meritorio, no lo es tanto como si veláis por los que en alguna forma os hubiesen causado perjuicios. 9. Pensad que Yo, vuestro Maestro, he sido Cirineo y Salvador de los mismos que ante Pilatos gritaron: ¡Crucificadle! ¡Crucificadle! También vosotros podéis ayudar a vuestros hermanos a llevar con resignación su cruz, con oraciones, pensamientos, palabras y aun en forma material; así podréis hacer más llevadera la restitución del que va agobiado bajo el peso de su dolor o de su lucha. 10. Este es un tiempo propicio para que seáis caritativos, por lo tanto, orad, pedid y trabajad, los campos son fértiles y os esperan. 11. Pedid la paz para las naciones, atraedla con vuestras oraciones; enviad bálsamo a través de vuestros pensamientos y transmitid luz al entendimiento de vuestros hermanos. De cierto os digo que vuestras peticiones jamás dejarán de ser escuchadas y atendidas por vuestro Padre. 12. Estad preparados, porque muchos van a negar que Yo me he comunicado por el entendimiento del hombre, mas vosotros les diréis que no es la primera vez que esto acontece, que Dios ha hablado a través del hombre en las Tres Eras, que desde el principio de los tiempos todas las profecías, inspiraciones y revelaciones dadas a la humanidad, han sido voces divinas recibidas por meditación humana, que han guiado a los hombres de todos los tiempos. 13. Quienes nieguen, contradigan o escandalicen por vuestro testimonio, será porque ignoran lo que es la comunicación espiritual, así se nombren sabios en la Tierra. 14. Es mi voluntad que por este pueblo que ha sido testigo de mi comunicación bajo esta forma, sepa la humanidad que el hombre desde su origen, estuvo destinado a comunicarse con su Padre Celestial, a servirle de portavoz en este planeta, y que si en los tiempos pasados fueron aislados los casos de los hombres por cuyos labios habló el Señor, ahora vivís un tiempo en el cual la humanidad, de generación en generación, alcanzará mayor perfección y claridad al comunicarse de espíritu a Espíritu con el Padre. 15. Vosotros anunciaréis que para ese tiempo los hombres todo lo consultarán con su Señor, para llevar a cabo sus obras en el mundo, dentro de los preceptos de la ley divina. El padre de familia hablará a sus hijos con palabras que el Señor ponga en sus labios; los maestros enseñarán bajo una inspiración superior; los gobernantes sabrán transmitir a sus pueblos la voluntad de Dios; los jueces se sujetarán a los dictados de su conciencia que es la luz de Aquél que todo lo sabe, y por lo tanto, es el único capaz de juzgar con perfección. Los médicos confiarán primero en el poder divino y su palabra y su bálsamo vendrán del Señor. Los hombres de ciencia comprenderán la misión tan delicada que han traído a la Tierra, y por su preparación espiritual recibirán las divinas inspiraciones. Finalmente, todos los que hayan traído al mundo la misión de conducir espíritus por la senda de la evolución, sabrán elevarse para recibir mis revelaciones y llevarlas al corazón de las multitudes con la luz y la pureza con que las recibieron. 16. Os hablo de una era que vendrá y que vosotros debéis anunciarla y profetizarla con la certeza de que llegará; mas si vuestros hermanos se burlasen de vuestra profecía, no temáis, que también Juan el apóstol, cuando dio a conocer lo que en su comunicación con el Padre había recibido, fue burlado y hasta juzgado como enajenado; sin embargo, llegó la hora del cumplimiento de todo aquello que parecía imposible a unos, extraño e incomprensible a otros. 17. El tiempo que hoy vivís, es precisamente en el que se está cumpliendo cuanto dije por boca de aquel vidente, profeta y portavoz del Maestro. 18. Por su videncia fue perseguido, atormentado y desterrado aquel apóstol del amor y de la verdad. Mas no le falto mi protección contra sus perseguidores y verdugos, por lo que os digo que no temáis, que si por esta causa os llevasen a presidio, Yo os pondré en libertad; si os negasen el trabajo o el pan, Yo os ensalzaré y os haré justicia, y si os diesen muerte, Yo os resucitaré a la verdadera vida. 19. Por eso siempre os digo que debéis prepararos por medio de la oración, para que podáis extender esta profecía y entregar este testimonio con el corazón lleno de mansedumbre, de valor y de fe en el amor a vuestros hermanos. 20. Todo lo que bajo esta preparación hiciereis en mi nombre, tendrá que dar buenos frutos y veréis realizarse cuanto hayáis anhelado. 21. Así como a los hombres de los tiempos pasados les cumplí todas mis promesas, así a vosotros también os las cumpliré. 22. Estáis viviendo tiempos de angustia en los que los hombres se purifican apurando su cáliz de amargura; mas aquéllos que han escudriñado las profecías, ya sabían que el momento estaba próximo a llegar, aquel en que las guerras se desatarían por doquiera al desconocerse las naciones. 23. Todavía falta que las enfermedades extrañas y las epidemias aparezcan entre la humanidad, confundiendo a los científicos; y cuando el dolor llegue a su máximo a los hombres, aún tendrán fuerzas para gritar: ¡Castigo de Dios! Mas yo no castigo, sois vosotros los que os castigáis al apartaros de las leyes que rigen a vuestro espíritu y materia. 24. ¿Quién ha desatado y provocado las fuerzas de la naturaleza sino la insensatez de los hombres? ¿Quién ha desafiado mis leyes? La soberbia de los hombres de ciencia. Más de cierto os digo, que este dolor servirá para arrancar de raíz la mala hierba que ha crecido en el corazón de la humanidad. 25. Los campos se cubrirán de cadáveres, los inocentes también perecerán, unos morirán por el fuego, otros por el hambre y otros por la guerra. La Tierra se estremecerá, los elementos se conmoverán, las montañas arrojarán su lava y los mares se encresparán. 26. Yo dejaré que los hombres lleven su perversidad hasta un límite, hasta donde se los permita su libre albedrío, para que horrorizados ante su propia obra, sientan en su espíritu el verdadero arrepentimiento. 27. Vosotros, humildes discípulos, hombres que aunque estáis llenos de imperfecciones, sentís amor por vuestros hermanos; contrarrestad la influencia de las pasiones desatadas por la guerra, con pensamientos de paz, con oraciones saturadas de luz espiritual, con palabras de fraternidad y con obras que encierren verdad y caridad; debéis estar preparados, porque al final de la guerra, cuando esta contienda termine, vendrán de lejos las multitudes en busca del bálsamo para él cuerpo y para el espíritu. 28. “No nos dejéis cuando esta hora llegue, oh Maestro”, me dice este pueblo. A lo cual Yo os contesto que no os puedo dejar, porque en todo lo creado me encuentro presente. 29. Hablaré a los hombres a través de los elementos, de los mares surgirá mi voz y de un confín al otro de este planeta, se sentirán tocados los espíritus por la luz de Aquél que es el único que con verdadera ternura puede deciros: “Amaos los unos a los otros”. 30. Este precepto se convertirá para muchos en su juez, otros lo sentirán en su corazón como una herida abierta y para otros será como un guardián que no los dejará dormir para su cumplimiento. 31. Ya veis que no podré apartarme de vosotros, como lo dijo hace tiempo uno de mis profetas, que en este tiempo mi Espíritu estaría derramado sobre toda carne y sobre todo espíritu. 32. Doquiera que vayáis, Yo seré delante de vosotros. Doquiera que me busquéis, me encontraréis, más no quiero anunciaros tan sólo amarguras y presagios de grandes tribulaciones con mi palabra de este día. Si os hablo de todo ello, es para dejaros velando y orando, para que no os sorprendan las pruebas en el instante en que éstas lleguen a vosotros. 33. Así como os he anunciado la guerra y los desastres que separan a la humanidad, también os digo que llegará un día en el cual todas las naciones de la Tierra disfrutarán de paz, en el que los hombres se amarán en Mí, y su vida, su trabajo, sus obras en el mundo, serán el culto agradable que como incienso perfumado se eleve de este planeta hacia Mí. 34. Me preguntáis: “Señor, ¿Hasta cuándo llegará ese tiempo?” Y Yo os respondo: Cuando la humanidad se encuentre desmanchada por el dolor, el arrepentimiento, la regeneración y la práctica del bien. 35. Al cumplir el espíritu de la humanidad con el pacto que tiene celebrado con su Padre, Yo cumpliré a mi vez hasta la última de mis promesas, abriré mi arcano y lo desbordaré sobre de mis hijos en sabiduría, en paz y en revelaciones. 36. Mientras transitéis por este mundo, velad y orad, pueblos; preparaos de espíritu y de materia, porque pronto os enviaré por los caminos a hablar de mi verdad. 37. Preparad a vuestro espíritu con la práctica de la oración, de la caridad y de la humildad que mi doctrina os enseña, y preparad también vuestro cuerpo, apartando de él los vicios, los malos hábitos y doblegándolo hasta hacer de él un perfecto colaborador del espíritu. Una vez que estéis preparados, veréis con cuánta claridad aparece el camino ante vosotros. Por eso os digo que la vida del espíritu desde su partida del seno divino hasta su retorno, es una escala de evolución. 38. El Padre al formaros os puso en el primer peldaño de esa escala, con el fin de que recorriendo ese camino, tuvieseis ocasión de conocer y comprender verdaderamente a vuestro Creador. Pero ¡Cuán pocos iniciaron la jornada ascendente partiendo del primer escalón! Los más se unieron en su desobediencia, en su rebeldía, haciendo mal uso del don de la libertad y desoyendo los dictados de la conciencia, dejándose dominar por la materia, para crear con sus vibraciones una fuerza, la del mal, y cavar un abismo hacia donde su influencia tuvo que arrastrar a sus hermanos, que entablaron una lucha cruenta entre sus flaquezas y perversidades, y su anhelo de elevación y de pureza. 39. Qué diferente hubiera sido la vida que hubierais llevado en la Tierra, si hubieseis perseverado en el bien y en la justicia, porque en ella habríais cosechado los frutos de mi amor. Sin embargo, no estáis perdidos ni os he proscrito de mi Reino, prueba de ello es que cuando llegué, a vosotros humanizando mi presencia, descendí hasta el mundo que habéis creado con tantos errores e imperfecciones. 40. Aquí en este mundo, para demostraros que os amo a pesar de vuestros desvíos y de vuestra ingratitud, os di mi sangre y mi cuerpo. 41. Mi ley inmutable que os di en los primeros tiempos, las exhortaciones al bien de los profetas, mi doctrina y cada uno de mis mensajes, son la luz espiritual que a través de la conciencia ha recibido el hombre, y estaría fundido su espíritu con el mío, si se hubiese conservado en la ley y en la pureza desde el principio de su evolución. 42. La lujuria de los hombres, su ignorancia, su falta de elevación espiritual, sus padecimientos causados por sus errores, hicieron que el Padre descendiese para venir a rescatarles, mostrándoles el libro de la sabiduría que habían despreciado por los placeres del mundo y a señalarles nuevamente el camino verdadero. 43. Muchos siglos han pasado y muchas veces han tenido que volver al mundo los seres, y aún no comprenden la esencia de mi ley ni la naturaleza de su propio espíritu. 44. Aún me estoy manifestando a los hombres en forma humanizada, aunque también os digo, que lo que en este tiempo vengo revelando, es la lección que elevará a los espíritus a esa escala de que os hablo, desde la cual conocerán y podrán recuperar todo error, reconstruir lo destruido y recuperar cuanto habían perdido. 45. En mi divina siembra no se pierde una semilla, a pesar de que las caídas de los hombres hayan retardado su florecimiento y fructificación espiritual. 46. En este tiempo la Tierra es removida con gran dolor de la humanidad, mas es necesario que Yo encuentre mi semilla para apartarla de la cizaña. 47. ¿Cuál fue la causa de vuestro pecado y de vuestra desobediencia a mi ley? 48. Escuchad discípulos: Antes de que surgiereis a la vida, Yo ya existía y en mi Espíritu estaba latente el vuestro. Mas no quise que heredaseis mi Reino sin haber hecho méritos; no quise que poseyeseis lo existente sin saber quién os había creado, ni quise que os marchaseis sin rumbo, sin destino y sin ideal. 49. Por eso os di la conciencia, para que os sirviese de guía; os concedí el libre albedrío para que vuestras obras tuvieran verdadero valor ante Mí. Os di espíritu, para que él anhelara siempre elevarse hacia lo luminoso y puro. Os di el cuerpo para que por medio del corazón tuvieseis sensibilidad para lo bueno y para lo bello, y para que os sirviese de crisol, de prueba constante y también de instrumento para habitar en el mundo material. La Tierra ha sido escuela para vuestro espíritu, en ella nunca ha faltado la presencia del Divino Maestro; la vida humana ha sido libro de profunda sabiduría para el espíritu encarnado. 50. Cuando el espacio se iluminó por vez primera con la presencia de los espíritus, estos titubeantes y balbucientes como niños, no teniendo la elevación ni la fuerza para sostenerse en las moradas de la alta espiritualidad, sintieron la necesidad de un báculo, de un punto de apoyo para sentirse fuertes y les fue dada la materia y un mundo material. Más en su nuevo estado, fueron adquiriendo experiencia y conocimientos. 51. No os habéis dado cuenta aún de la misión que debéis cumplir en este tiempo entre la humanidad, mas Yo con mi palabra os haré conocer vuestra lucha y la forma en que podréis llegar a la meta. 52. Vuestro cerebro es pequeño y no alcanza por sí solo a comprender el valor de los dones que poseéis, ni la trascendencia de la obra que el Padre, a través de este pueblo, tendrá que llevar a cabo entre la humanidad. 53. Mi voluntad sabia y poderosa, prepara los caminos por los que habrán de levantarse mis emisarios, mis discípulos, mis profetas, con la buena nueva de la manifestación de mi Palabra, para que a la vez preparen los caminos por donde habrán de llegar al seno de vuestra nación, las grandes caravanas de hermanos vuestros que llamáis extranjeros. 54. Esas caravanas en apariencia vendrán buscando el pan del cuerpo y la paz para el corazón más Yo sé que será su espíritu el que venga en pos del cumplimiento de mi promesa, la cual está guardada en el fondo de cada espíritu. 55. De lejanas comarcas y naciones veréis llegar a vuestros hermanos en busca de liberación para su espíritu. De aquella antigua Palestina, llegarán también en multitudes, como cuando cruzaron el desierto las tribus de Israel. 56. Largo y doloroso ha sido su peregrinaje desde que rechazó de su seno a Aquél que le vino a ofrecer su reino como una nueva herencia, mas ya se va acercando el oasis en donde descansará y meditará en mi palabra, para que después, fortalecido en el reconocimiento a mi ley, prosiga la ruta que le señala su evolución por tanto tiempo olvidada. Entonces oiréis que muchos dirán que vuestra nación es la nueva Tierra de Promisión, la Nueva Jerusalén; mas vosotros les diréis que aquella tierra prometida se encuentra situada más allá de este mundo y que para llegar a ella habrá que hacerlo en espíritu, después de haber cruzado el gran desierto de las pruebas de este tiempo. También les diréis que esta nación es tan solo un oasis en medio del desierto; mas debéis entender, pueblo, que el oasis deberá dar sombra a los caminantes fatigados, además de ofrecer sus aguas cristalinas y frescas a los labios resecos por la sed a los que en é1 se refugien. 57. ¿Cuál será esa sombra y esas aguas de las que os estoy hablando? Mi doctrina, pueblo, mi divina Enseñanza de caridad. ¿Y en quién he depositado este caudal de gracia y de bendiciones? En vos, pueblo, Para que vayáis despojando vuestro corazón de todo egoísmo y podáis mostrarlo como un espejo limpio en cada una de vuestras obras. 58. ¿No se llenaría de gozo vuestro espíritu y corazón, si por vuestro amor se lograra convertir a la Doctrina Espiritualista Trinitaria Mariana, aquel pueblo tan apegado a sus tradiciones y espiritualmente estacionado? ¿No habría gozo entre vosotros, si el antiguo Israel se convirtiera por conducto del nuevo Israel, o sea que el primero alcanzara la gracia por el postrero? Hasta ahora, nada ha convencido al pueblo judío de que debe romper antiguas tradiciones para alcanzar su evolución moral y espiritual. Es el pueblo que cree estar cumpliendo con las leyes de Jehová y de Moisés, pero que en realidad aún sigue adorando a su becerro de oro. Está próximo el tiempo en que ese pueblo errante y diseminado por el mundo, deje de mirar hacia la tierra y eleve sus ojos hacia el cielo, en busca de Aquél, que desde el principio les fuera prometido como su Salvador y al cual desconoció y dio muerte porque le creyó pobre y sin bien alguno. 59. Ya viene la hora en que aquella cruz que por sentencia me dieron, se torne en vara de justicia sobre cada uno de aquellos espíritus hasta que por fin sus labios exclamen: “Jesús fue el Mesías”. 60. Ellos, en su pobreza espiritual, en su miseria y en su dolor me buscarán, y sorprendidos quedarán cuando vean que Aquél que les parecía no poseer nada en el mundo, lo posee todo y que aquellos tesoros y aquel Reino del que tanto les hablara, eran una verdad, y comprenderán que nada del mundo, ningún tesoro, ningún caudal, podrá ser comparable con la paz del espíritu. 61. Si ese pueblo me volvió la espalda, Yo en cambio le espero, porque podrán los hombres faltar a su palabra y aún a sus pactos, pero Yo soy inmutable y jamás faltaré a mis promesas. 62. Si a él se le dijo que Yo sería su Salvador, Yo le salvaré, si se le dijo que Yo le llevaría a mi reino, a mi reino le llevaré. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 36 1. Ante la ternura de mi palabra la contrición llega al espíritu que se ha apartado del sendero de evolución. La dulzura de mis frases hace llorar al hombre, porque supone que sus pecados no merecen ser perdonados. 2. Yo consuelo al que se arrepiente sinceramente, perdono sus faltas y le ayudo a restituir el mal causado. Sabed que el que no se arrepiente no llega a Mí, porque sólo del arrepentimiento puede surgir la regeneración, la enmienda y la purificación. Sabed también que sólo los espíritus purificados pueden llegar a mi presencia. ¿Más cómo podríais arrepentiros verdaderamente, si no conocíais la magnitud de vuestras faltas? He tenido que venir a los hombres, para hacerles comprender lo que significa ante la Divina Justicia, arrebatar la vida a sus semejantes, destruir la fe, engañar a un espíritu, traicionar su corazón, profanar la inocencia, causar una deshonra, despojar a un hermano de lo que es suyo, mentir, humillar y tantas imperfecciones que pasaban inadvertidas a vosotros, porque os habíais familiarizado con todo ello. Mas llegó mi palabra de amor y en su esencia encontrasteis la presencia de una justicia perfecta, que a través de vuestra conciencia os hacía reconocer cada una de vuestras malas obras, analizar vuestro pensamiento y os recordaba vuestro cumplimiento espiritual que ya habíais olvidado. 3. Fue entonces cuando comprendisteis la magnitud de vuestras faltas, la trascendencia de vuestros errores que antes os parecía que carecían de importancia, y fue cuando valorizasteis la intensidad de muchos sufrimientos y dolores que habíais causado. Entonces sentisteis vergüenza de vosotros mismos, os sentisteis mirados por Mí en toda vuestra desnudez y con todas vuestras manchas. Por eso fue que al escuchar mi palabra llena de ternura, de paz y de pureza, os sentisteis por unos momentos indignos de mi amor. Mas luego escuchasteis que precisamente fue a vosotros a quienes vine a buscar, y vuestro corazón, lavándose en su llanto como una demostración de que estabais arrepentidos, de que queríais purificaros y servirme, emprendió la jornada de su evolución espiritual. 4. Es imposible que uno de mis hijos me olvide llevando en su espíritu la conciencia que es la luz de mi Espíritu, por la cual tarde o temprano tiene que reconocerme. 5. Para unos es fácil penetrar al significado de mi palabra y encontrar ahí la luz, más para otros mi palabra es un enigma. 6. Yo os digo, que no todos podrán en este tiempo conocer la espiritualidad de mi mensaje, los que no lo logren tendrán que esperar nuevos tiempos para que su espíritu abra los ojos a la luz de mis revelaciones. 7. Jamás he venido envuelto en misterio ante los hombres. Si os he hablado en sentido figurado para revelaros lo divino o representar en alguna forma material lo eterno, ha sido para que me comprendáis, pero si los hombres se detienen a adorar formas, objetos o símbolos, en lugar de buscar el sentido de aquellas enseñanzas, es natural que se estacionen por siglos y en todo contemplen misterios. 8. Desde los tiempos de la estancia de Israel en Egipto, en que mi sangre fue representada por la de un cordero, ha habido hombres que sólo viven de tradiciones y de ritos, sin comprender que aquel sacrificio fue una imagen de la sangre que Cristo vendría a derramar para daros la vida espiritual. Otros creyendo alimentarse con mi cuerpo, comen panes materiales, sin querer comprender que cuando di a mis discípulos el pan en el Cenáculo, fue para darles a comprender que quien tomare la esencia de mi palabra como sustento, se habría alimentado de Mí. 9. Cuán pocos son los que en verdad saben entender mis divinas lecciones, y estos pocos son los que las analizan con el espíritu. Mas tened en cuenta, que la divina revelación no os la he traído en una sola vez, sino que os la he ido aclarando en cada una de mis lecciones. 10. Si en ocasiones os habéis confundido y sobre una errónea interpretación habéis acumulado otras, es natural que ahora no comprendáis con claridad ni deis el justo análisis a la enseñanza espiritual del Tercer Tiempo. 11. Es menester que comencéis a derribar vuestros ídolos, a destruir vuestras confusiones pasadas y a ordenar vuestros pensamientos, para que os deis cuenta de que el Padre, desde los primeros tiempos siempre ha venido a hablaros del espíritu, y aunque El haya tomado muchas veces imágenes materiales para doctrinaros, siempre se ha referido a la vida espiritual. 12. Despertad de vuestro sueño humanidad, dejad que vuestro espíritu escudriñe mi palabra, porque de cierto os digo, que si estudiáis bien una de mis lecciones y la comprendéis, habréis penetrado en la esencia de mis revelaciones. 13. Recordad la lección en la que os dije: “Pedid, pedid que se os dará”. Ahora vengo a deciros: “Aprended a pedir”. 14. Si os digo ahora que debéis aprender a pedir, es porque anteriormente vuestra petición era incompleta y egoísta, solo os acordabais de pedir para vosotros o para los vuestros. Mi lección de ahora viene a deciros que debéis aprender a sentir las penas de los demás; sabed vivir y sentir los dolores y sufrimientos de vuestros semejantes, las desgracias que afligen a vuestros hermanos y a sentir los sufrimientos de aquéllos que, por estar distantes, no podéis contemplar. Entre estos últimos debéis de considerar a los que habitan otros pueblos y naciones, a los que moran en otros mundos o en el más allá. No temáis si algún día os olvidáis de vosotros y sólo os acordáis de los demás, porque nada habréis perdido. Sabed que quien ora por los demás, lo está haciendo por sí mismo. 15. Cuánto gozo dais a mi Espíritu, cuando veo que eleváis vuestro pensamiento buscando a vuestro Padre, os hago sentir mi presencia y os inundo de paz. Buscadme, habladme, no os importe que vuestros pensamientos sean torpes para expresar vuestra petición, Yo sabré comprenderlos. Habladme con la confianza con que se habla a un Padre; confiadme vuestras quejas, como lo haríais con el último de vuestros amigos. Preguntadme lo que no sepáis, todo lo que ignoréis y Yo os hablaré con palabra de Maestro; pero orad, para que en aquel bendito instante en que vuestro espíritu se eleve hacia Mí, recibáis la luz, la fuerza, la bendición y la paz que os concede vuestro Padre. 16. Por medio de la oración tengo reservadas muchas revelaciones al espíritu para el futuro. Perfeccionaos en esta comunicación y lograréis alcanzar perfección en vuestras peticiones, es decir, aprenderéis a pedir. 17. Cuando vuestro espíritu se presente en el valle espiritual a rendir cuentas de su estancia y de sus obras en la Tierra, por lo que más os preguntaré será por todo aquello que halláis pedido y por lo que halláis hecho en favor de vuestros hermanos. Entonces os acordaréis de mis palabras de este día. 18. El fin de una era y el principio de otra, ha ocasionado esta crisis y este caos que padecéis; es lo mismo que acontece a un enfermo grave, cuando se acerca el alivio; más parece que es la muerte la que ha llegado. 19. Cuando mayor sea esta crisis entre la humanidad, mayor será después su salud; en verdad os digo que así será y que hace millares de años que os lo había anunciado. Ahora debéis preparaos, fortaleceos en la fe y disponeros a la batalla. 20. A vosotros que frecuentemente estáis escuchando esta palabra, os digo: Velad y orad, porque se acerca para todos un tiempo de gran tribulación, tiempo en el que no valdrá a los hombres todo su poder, su oro, ni su sabiduría para contener el peso de la divina justicia. En estos días seréis testigos de acontecimientos que a los orgullosos y engrandecidos les parecerán absurdos e ilógicos, porque se dará el caso de que los sabios recurran a los que han tenido por ignorantes, en que los ricos y poderosos busquen a los menesterosos, porque en ellos habrá más comprensión y serenidad ante las pruebas más caridad y riquezas espirituales. 21. Algunos me dicen en su corazón: “Maestro, yo no he tenido que esperar esos tiempos de dolor que anunciáis, porque toda mi vida ha sido de pruebas dolorosas”. A lo cual Yo os digo: Bienaventurados vosotros que os habéis templado en el sufrimiento, porque cuando esos días lleguen ya no lloraréis y si en cambio, sabréis dar valor y consuelo a los que no conocían esa tribulación. 22. De cierto os digo, que si la mayoría de los hombres beben hoy el cáliz de amargura, es porque el soldado solamente se forja en el combate, y os estoy diciendo que se aproxima la contienda final, la gran batalla. No vayáis a cerrar vuestros ojos ni vuestros oídos en aquellos instantes, al dolor de vuestros hermanos, ni intentéis esconderos de la muerte, porque en verdad os digo, que donde los hombres de poca o ninguna fe vean el final, ahí estará el principio, donde crean ver la muerte, estará la vida, porque Yo estaré presente para cubriros con mi amor y ayudaros a entrar en ese mundo que vais a restaurar. 23. De todo vengo a preveniros para que nada os sorprenda; vosotros buscad los medios de prevenir y exhortar a los demás a la preparación, a la oración, a la enmienda y a la vigilia. 24. Recordad que Yo soy el Verbo del Padre, que la esencia divina que en esta palabra recibís, es luz de ese Espíritu Creador, que en cada uno de vosotros he dejado una parte de mi Espíritu. Mas al contemplar la pobreza que envuelve al grupo que ahora me escucha y la humildad del aposento en el cual os reunís, en silencio me preguntáis: “Maestro, ¿Por qué no elegiste para tu manifestación en este tiempo a Alguno de esos grandes templos o iglesias, en donde podrían haberte ofrecido ricos altares y ceremonias solemnes dignas de Ti?” 25. Yo contesto a esos corazones que así piensan de su Maestro: No han sido los hombres, los que me han traído hasta esta pobreza, he sido Yo, quien ha elegido para mi manifestación la humilde estancia en el pobre suburbio de vuestra ciudad, para haceros comprender con ello, que no es el tributo material, ni la ofrenda exterior, la que Yo vengo a buscar entre vosotros, que por el contrario, si he vuelto, ha sido para predicar una vez más la humildad, para que encontréis en ella la espiritualidad. 26. Rehúyo de todo lo que sea vanidad y pompa humana, porque a mi Espíritu sólo llega lo que es espiritual, lo que es noble y elevado, lo limpio y eterno. Recordad que dije a la mujer de Samaria “Dios es Espíritu y es necesario que le adoren en espíritu y en verdad”. Buscadme en lo infinito, en lo puro y allí me encontraréis. 27. De las ofrendas materiales que la humanidad me ofrece, sólo recibo la buena intención, cuando ésta en verdad es buena, porque no siempre una ofrenda representa una intención elevada y noble. Cuántas veces los hombres me presentan su ofrenda para cubrir sus maldades o para exigirme algo a cambio. Por ello os digo que la paz del espíritu no se compra, que sus manchas no se lavan con la riqueza material, así pudieseis ofrecerme el mayor de los tesoros. 28. Arrepentimiento, pesar por haberme ofendido, regeneración, enmienda, reparación de las faltas cometidas, todo ello con la humildad que os he enseñado, y entonces sí estarán los hombres presentándome las verdaderas ofrendas del corazón, del espíritu y del pensamiento, que son infinitamente más agradables a vuestro Padre, que el incienso, las flores y las lámparas. 29. ¿Por qué ofrecerme lo que Yo he hecho para vosotros? ¿Por qué me dais flores, si vosotros no las hacéis? En cambio sí me presentáis obras de amor, de caridad, de perdón, de justicia, de ayuda hacia vuestros semejantes, ese tributo sí será espiritual y se elevará al Padre como una caricia, como un ósculo que desde la Tierra, los hijos enviarán a su Señor. 30. Mi manifestación a través del entendimiento humano es humilde y sencilla, así como la forma en que me expreso; sin embargo, os hace estremecer y comprendéis un pasado que vuestro espíritu ya conoce, y os hace mirar con claridad los acontecimientos que pertenecen al futuro. Es por eso que permanecéis embelesados escuchándome, porque nadie como este Maestro sabe leer en los corazones. 31. De distintas comarcas llegáis para acogeros a la sombra bienhechora del árbol corpulento que está invitando a todos los caminantes a refrescarse bajo su follaje; mas os digo, que ya está cercano el tiempo en el que lleguen a esta nación hombres de tierras lejanas. 32. La intuición y el presentimiento serán los que guiarán a aquellos hacia vosotros, vendrán en busca de vuestro testimonio y de vuestra paz, a muchos de ellos les bastará una palabra de las que Yo os enseñé, para levantarse al cumplimiento como verdaderos apóstoles del espiritualismo. 33. ¡Ay de este pueblo si no estuviese preparado para recibir al forastero con su corazón amoroso, porque de sus ciudades no quedará ni piedra sobre piedra, como aconteció con Jerusalén! 34. ¿No os habéis dado cuenta de que vuestra purificación es para haceros dignos de recibir mis lecciones las que debéis de participar a los que vengan a llamar a vuestra puerta? ¿No habéis grabado en vuestra mente que Yo quiero que en este tiempo de tempestades, de guerras, de pasiones, seáis vosotros la barquilla salvadora que cruce serenamente entre las olas de maldad, rescatando a vuestros hermanos? 35. Bienaventurado el que se prepara porque él me escuchará de espíritu a Espíritu. 36. Orad por vuestros hermanos de esta nación en que habitáis, para que sean pacientes con las pruebas y alcancen su purificación. Un gran destino espiritual ha traído este pueblo sobre la Tierra y para cumplirlo es indispensable que esté limpio, preparado y alerta. 37. Comprended que no debéis mezclar lo superfluo con las enseñanzas de mi doctrina, debéis darla a conocer con la misma pureza con qué la habéis recibido de Mí. Extended mi enseñanza por medio de ejemplos y testimonios, por comarcas, aldeas y provincias y haced que en ellas también se fortalezcan vuestros hermanos; este pueblo debe multiplicarse, prepararse y vivir con espiritualidad, porque con sus obras, llegará a ser el defensor de esta verdad. 38. Haced méritos, ¡Oh pueblo!, y lograd que por esos méritos alcancen esta gracia, aquellos que mañana os reciban en su hogar o aquéllos a quienes tengáis que recibir en el vuestro. 39. Enseñad a analizar y comprender que hoy he venido en espíritu a comunicarme por medio de materias torpes y pecadoras; nadie quiere ver a Dios en este cuerpo humano. Que escuchen la palabra, porque en ella está la esencia divina, aquella que procede de mi Espíritu. La palabra es el Verbo y el Verbo soy Yo, el que os habla desde el infinito. 40. El Verbo es amor y es sabiduría que se manifiesta en palabra. Oíd esta voz, multitudes, y no os aletarguéis, porque os encontráis en el santuario de mi Divinidad. Tendréis que regeneraros, si no limpiáis vuestro entendimiento, no podréis analizar mi enseñanza. 41. Bienaventurados los que van esforzándose por cumplir con mi Ley, porque en ellos pronto brillará la luz de la sabiduría. 42. Bendito el que lucha por el perfeccionamiento de su espíritu, porque él se ha inspirado en el más alto ideal que pueda alcanzar un hijo de Dios. 43. Estoy puliendo vuestros corazones, porque de ellos haré brotar agua de vida para los sedientos. 44. Llegada la hora de vuestro cumplimiento, no hagáis obras según vuestra voluntad, ni queráis añadir a mi palabra o a mi obra vuestras ideas imperfectas, porque caeríais en profanación y adulterio borrando vuestras buenas obras del “Libro de la Vida Verdadera”. 45. Os revestiréis de mi verdad y penetraréis en los hogares; haréis escuchar mi palabra y se hará la paz. 46. Unas veces seréis reconocidos cormo emisarios o labriegos de la doctrina Espiritualista Trinitaria Mariana; en cambio, habrá ocasiones en que seréis arrojados a la calle, calumniados o acusados de impostores; mas no temáis, que si a vosotros os juzgasen, también a ellos llegará el instante de su juicio, y si cuando les hablasteis, no lograron abrir los ojos a la verdad, cuando estén bajo mi juicio, recordarán vuestras palabras y contemplarán la luz. 47. Cuando el espíritu de algún gran pecador se desprende de este vida material para penetrar eh el valle espiritual, se sorprende al comprobar que el infierno, como él lo imaginaba, no existe, y que el fuego del cual se le habló en los tiempos pasados, no es sino la esencia de sus obras al encontrarse ante el juez inexorable que es su conciencia. 48. Ese juicio eterno, esa claridad que se hace en medio de las tinieblas que envuelven a aquel pecador, queman más que el fuego más ardiente que pudieseis concebir, mas no es una tortura preparada de antemano como un castigo para el que me ofendió, no, esa tortura proviene del conocimiento de las faltas cometidas, del pesar de haber ofendido a quien le dio la existencia, de haber hecho mal uso del tiempo y de cuantos bienes recibió de su Señor. 9. ¿Creéis que deba Yo castigar a quien con sus pecados me ofendió, cuando Yo sé que el pecado ofende más a quien lo comete? ¿No miráis que el pecador es a sí mismo a quien se hace mal y que no voy Yo a aumentar con su castigo la desgracia que se ha labrado? Solamente dejo que se mire a sí mismo, que oiga la voz inexorable de su conciencia, que se interrogue y se responda, que recobre la memoria espiritual que a través de la materia había perdido y recuerde su principio, su destino y sus promesas; y ahí en ese juicio, tiene que experimentar el efecto del fuego que extermine su mal, que le funda de nuevo como el oro en el crisol, para apartar de él lo nocivo, lo superfluo y todo lo que no es espiritual. 50. Cuando un espíritu se detiene a escuchar la voz y el juicio de su conciencia, de cierto os digo, que en esa hora se encuentra ante mi presencia. 51. Ese momento de quietud, de serenidad y claridad, no llega al mismo tiempo a todos los espíritus; unos penetran pronto en el examen de sí mismos, y con ello se evitan muchas amarguras, porque en cuanto despiertan a la realidad y reconocen sus errores, se preparan y disponen para reparar hasta la última de sus malas obras; otros ofuscados, ya sea por el vicio, por algún rencor o por haber llevado una existencia de pecados, tardan en salir de su ofuscación; otros más insatisfechos, creyendo haber sido arrebatados de la Tierra antes de tiempo, cuando todo les sonreía, imprecan y blasfeman, retardando así el poder librarse de su turbación, y como éstos, hay un gran número de casos que solamente mi sabiduría conoce. 52. Tampoco existen lugares creados por Mí expresamente para la expiación de las faltas cometidas por mis hijos. Yo os digo que no existe un mundo en donde no haya depositado mis maravillas y bendiciones. 53. ¿No decís que este mundo en que habitáis es un valle de lágrimas o sea un valle de expiación? ¿Y quién lo hizo valle de lágrimas, Dios, o los hombres? Yo lo formé a imagen del paraíso celestial, sembrándolo de maravillas y complacencias, pensando hasta en lo más pequeño e insignificante para haceros felices, y sin embargo, dentro de un mundo formado así, para el bienestar y el adelanto, para el deleite y la elevación espiritual de la humanidad, los hombres sufren, lloran, se desesperan y se pierden. 54. Mas vuelvo a deciros que Yo no hice este mundo para el dolor de los hombres; los mundos son lo que sus moradores quieren que sean. Ved cuánto ha deformado la verdad el hombre con sus malas interpretaciones, cuán distinto ha interpretado el sentido figurado con el que se le ha revelado la vida espiritual. Ved cómo el pecado, las imperfecciones o la perversidad de los hombres, no puedo tomarlos como una ofensa hecha al padre, sabiendo que el mal se lo hacen los hombres así mismo. 55. Ni oscuridad, ni fuego, ni cadenas existen en el inmenso valle espiritual. 56. Remordimientos y torturas que provienen de la falta de saber, sufrimiento por carecer de espiritualidad para disfrutar aquella Vida, esto y más existe en la expiación de los espíritus que llegan manchados o sin preparación a los umbrales de la vida espiritual. Ved cómo el pecado, las imperfecciones o la perversidad de los hombres, no puedo tomarlos como una ofensa hecha al Padre, sabiendo que el mal se lo hacen los hombres a sí mismos. 57. Tampoco la tierra se ha manchado; ella es tan buena y tan limpia como cuando brotó del Padre, por eso no os pediré que le devolváis su pureza, ya que ella no se ha apartado de su destinos de ser madre, albergue y hogar para los hombres; en cambio, a la humanidad sí le pediré que se arrepienta, que se regenere, que purifique su espíritu y su cuerpo, en una palabra, que retorne a su pureza original, ostentando además en su espíritu, la luz conquistada a través de la evolución, de la lucha y de la práctica de la virtud. 58. Deteneos en esta página, discípulos, no volváis la lección de este libro sin antes haberla grabado en vuestra mente y de haber meditado largamente en ella. En verdad os digo, que os servirá en esta vida y os facilitará el camino en aquella que os espera. 59. La lección os la he dado en partes, a través de tiempos y de eras. Hoy os parece que lo que os estoy enseñando será lo último, porque en vuestra mente no concebís mayor perfección en una doctrina espiritual, sin embargo, mi última palabra no es ésta, ni tampoco que esta manifestación dada a través del entendimiento humano, sea la última lección; y para que no penséis más en esto, ahora os digo que mi última palabra, mi última lección, nunca llegará a vosotros, siendo Yo el Verbo Eterno, es natural que Yo os hable y os ilumine eternamente porque no tengo principio ni fin. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 37 1. En todos los tiempos han existido entre la humanidad, hombres de gran luz espiritual, hombres que han venido a iluminar el camino de evolución de sus semejantes. 2. ¿De dónde han venido a la Tierra esos seres? ¿Acaso del mundo inmediato en el cual habitan los que han de volver a este planeta? No, pueblo, Yo os digo que por el saber y la bondad de los seres podréis deducir el mundo del cual han venido. 3. Los grados de elevación espiritual son una escala infinita en la eternidad, pero ese recorrido hacia la perfección está formado por siete etapas, de las cuales tenéis un reflejo en la vida humana, la que también está dividida en siete grados de evolución. 4. Todas las partes del hombre deberán desarrollarse y evolucionar para alcanzar la luz que deben tener y lograr la verdadera espiritualidad. 5. Su materia, su mente, su moral, su espíritu y todo su ser, deben pasar por esas siete grandes lecciones, por esas siete pruebas, de las cuales saldrá purificado, lleno de luz, de serenidad, de fortaleza, de conocimiento y de experiencia. Entonces estará en condiciones de comprender que en su espíritu existe el reino de Dios. 6. La obediencia a la voluntad divina, la sensibilidad para saber interpretar la inspiración espiritual, la comunicación con el Padre y con el mundo espiritual a través del pensamiento, son los adelantos en vuestra evolución que os tiene reservados el nuevo tiempo. 7. Ya tuvo la humanidad épocas en las cuales vivió para el placer material, otras en las que fue tras el poder, el dominio y las riquezas temporales; otras en que desarrolló algunos sentidos buscando la belleza de todo lo que le rodeaba; otras en que buscando la paz del espíritu, penetró por la senda de la religión, y otras en que ha querido hacer de esta Tierra su reinado, de esta vida su eternidad y de la materia su dios. 8. Este es un tiempo decisivo para la vida del hombre, y si observaseis con detenimiento, descubriríais en todos los órdenes, en todos los elementos y fuerzas, una lucha gigantesca, una gran batalla. 9. Es el fin de una etapa, humanidad; mas no sabéis en qué instante se inicie el nuevo tiempo; eso sólo yo os lo diré, Yo, el Cordero que desata los Sellos. Aún vivís el tiempo de la sexta revelación, en el que los acontecimientos se suceden en cumplimiento de las profecías. 10. Cuántas religiones, cuántas sectas y doctrinas van a caer bajo la espada de luz de mi verdad, y cuántas ciencias y teorías van a quedar sepultadas en el olvido, cuando el nuevo día asome y se haga el silencio y la paz en los corazones, y haya verdadera oración y espiritualidad en los hombres. 11. No serán las religiones las que se unan, porque sus diferencias no se lo permiten; serán los hombres los que se unan en la ley de amor, de justicia y de verdad que solamente procede de Dios. 12. Esta humanidad indiferente a toda inspiración divina, no se da cuenta de que está en los umbrales del tiempo más trascendental para su espíritu, mas ya despertará de su letargo cuando contemple los anuncios que aún faltan de mi presencia entre los hombres, porque todos tendréis que estar velando cuando el Séptimo Sello se abra para entregaros la luz. 13. Por ahora con mi palabra estoy preparando a este pueblo para que se levante inspirado en mi verdad, enseñando a sus hermanos las lecciones de amor de mi doctrina. 14. Alimentaos sólo de verdad y rechazad todo lo que no encierra pureza, y de vosotros brotarán los hijos de la luz. 15. Dejad que la niñez vea en vosotros elevación espiritual para que tenga en esta vida una senda segura que seguir. 16. Velad por todos los niños a quienes pueda vuestro corazón brindar un latido de amor, un pensamiento de ternura, y habréis hecho con ellos caridad, con vuestras obras enseñad el amor a toda la humanidad. 17. Yo velaré por todos aquellos por quienes no podáis velar, y no permitiré que la mala simiente que los hombres cultivan en este tiempo, contamine y confunda a aquellos espíritus. 18. Yo soy quien envía a los espíritus a encarnar de acuerdo con la ley de evolución, y en verdad os digo, que no serán las influencias de este mundo las que hagan variar mis planes divinos, porque por sobre todas las ambiciones de poder se hará mi voluntad. 19. Cada ser humano trae una misión a la Tierra, su destino está trazado por el Padre y su espíritu ungido por mi caridad. En vano los hombres hacen ceremonias y ungen a los pequeños; de cierto os digo, que en ninguna edad material, serán las aguas las que purifiquen al espíritu de sus faltas a mi ley. Y si Yo envío a un espíritu limpio de todo pecado, ¿De qué mancha le purifican los ministros de las religiones del bautizo? 20. Tiempo es de que comprendáis que el origen del hombre no es un pecado, sino que su nacimiento es el resultado del cumplimiento de una ley natural, ley que no sólo el hombre cumple, sino todas las criaturas que forman la naturaleza. Comprended que os he dicho que el hombre y no su espíritu; el hombre tiene mi potestad para crear seres semejantes a él, más los espíritus solo brotarán de Mí. 21. Crecer y multiplicarse es ley universal; lo mismo brotaron los astros de otros astros mayores, que la semilla se multiplicó y jamás he dicho que en ese hecho hayan pecado u ofendido al Creador. ¿Por qué vosotros al cumplir con ese divino mandato, habíais de ser después juzgados como pecadores? Comprended que el cumplimiento de la ley jamás podrá manchar al hombre. 22. Lo que mancha al hombre y aparta al espíritu del camino de evolución, son las bajas pasiones, el libertinaje, el vicio, la lujuria, porque todas ellas van en contra de la ley. 23. Estudiad y escudriñad hasta que encontréis la verdad, y así dejaréis de llamar pecado a los mandatos del Creador de la vida y podréis santificar la existencia de vuestros hijos con el ejemplo de vuestras buenas obras. 24. Cuando recordáis que os he dicho que Yo vengo de lo infinito, vuestro pecho suspira tristemente pensando en la distancia que os separa de vuestro Padre, entonces esforzáis vuestra mente para elevarla hacia Mí, y a través de ella, a vuestro espíritu, hasta donde imagináis que existe la morada divina. A veces quedáis satisfechos con vuestra oración, pero hay ocasiones en que no quedáis conformes porque os ha quedado la impresión de que no lograsteis llegar al sitio donde habita el Espíritu Divino. 25. Escuchad, discípulos: Ese infinito de que os hablo, nunca lo podréis medir con vuestra mente. Ese infinito os habla de ternura, de luz, de pureza, de sabiduría, de amor, de perfección, porque todo ello no tiene principio ni fin, ya que son atributos de Dios. 26. Dicho esto, comprended cuando en mi palabra os hablo de mi amor hecho hombre y de mi ternura hecha mujer. 27. Yo no tengo un sitio determinado o limitado para habitar en el infinito, porque mi presencia está en todo lo que existe, lo mismo en lo divino, que en lo espiritual o en lo material. De Mi no podréis decir en qué dirección está mi reino, y cuando elevéis vuestra mirada a las alturas, señalando hacia los cielos hacedlo sólo como algo simbólico, porque vuestro planeta gira sin cesar y en cada movimiento os presenta nuevos cielos y nuevas alturas. 28. Con todo esto quiero deciros que entre vosotros y Yo, no existe ninguna distancia y que lo único que os separa de Mi son vuestras obras ilícitas que ponéis entre mi Ley perfecta y vuestro espíritu. 29. Mientras mayor sea vuestra limpidez, más elevadas vuestras obras y más constante vuestra fe, me sentiréis más próximo, más íntimo, más accesible a vuestra oración. 30. Así como también cuando más os apartéis de lo bueno, de lo justo, de lo licito y os entreguéis al materialismo de una vida oscura y egoísta, tendréis que sentirme cada vez más distante de vosotros; conforme vuestro corazón se vaya apartando del cumplimiento de mi ley, más insensible será a Mi divina presencia. 31. Comprended por qué he venido en este tiempo a manifestar mi palabra en esta forma y a prepararos para la comunicación de espíritu a Espíritu. 32. Vosotros, creyéndome infinitamente distante, no supisteis venir a Mí, Yo os he buscado para haceros sentir mi divina presencia y demostraros que entre el Padre y sus hijos no hay espacios, ni distancias que les separen. 33. Comprended también que si me he comunicado a través de vuestro entendimiento, acortando aquella distancia espiritual que os separa de Mí, ha sido una gracia que os ha concedido vuestro Padre, una prueba más de su misericordia, en atención a vuestra pequeñez y a vuestra falta de espiritualidad. 34. Por esa razón, este tiempo de gracia de mi comunicación por el entendimiento de estos portavoces, será breve, porque no es un don que hayáis logrado por vuestra espiritualidad y méritos para que pueda formar parte de vuestras conquistas espirituales. Vuelvo a deciros que ha sido una gracia que os he concedido, y que una vez que haya finalizado 1950, haré cesar esta forma de comunicación, en espera de que con vuestros méritos volváis a sentirme más próximo a vosotros en la comunicación de espíritu a Espíritu. 35. Esta nueva comunicación será profundamente espiritual, sencilla, natural, pura y perfecta. Ella señalará el principio del fin de todo culto imperfecto, idólatra, fanático, oscuro y abrirá el santuario de vuestro ser, para que en él more mi Espíritu por la eternidad. 36. No habrá éxtasis exterior, ni misticismo, ni ostentación de ninguna especie, sólo habrá limpidez, respeto y verdad, en una palabra: Espiritualidad. 37. Pensad en todas las maravillas que puede encerrar para vosotros el cumplimiento de esta promesa y disponeos a empezar a hacer méritos para que con ellos lleguéis a conquistar esa gracia que os reservo y que vendrá a formar parte de vuestra vida misma, por lo que ya no habrá como ahora, una fecha señalada para su término, porque siendo algo esencialmente divino, tendrá que ser vuestro eternamente. Entonces comprenderéis cuál es la aproximación del reino de los cielos entre la humanidad. 38. Ahora os digo: Trabajad en la Tierra, pero hacedlo con fe, con verdadero amor hacia vuestros hermanos y no os faltará el sustento. 39. Si las aves que no hilan ni siembran, jamás carecen de abrigo ni de alimento, ¿Por qué vosotros vais a carecer de mi caridad siendo los bien amados? Sería necesario que vuestra maldad e ingratitud os llevara a rechazar mis beneficios para que perecieseis de hambre o de frio. 40. Yo soy la vida, el calor y la luz. Yo soy el pan y el agua cristalina y he venido de nuevo a resucitar muertos y a despertar a los que viven en tinieblas a una vida de luz. 41. Ha mucho tiempo que está profetizado que todo ojo me verá, y Yo estoy presente, dispuesto a dejar contemplar mi verdad por la humanidad. 42. ¿Qué les falta a los hombres para poder verme, sentirme y comprenderme? Espiritualidad. La espiritualidad sensibiliza al hombre, tanto en su espíritu, como en su materia. Cuando se haya purificado y de su corazón se eleve la verdadera oración hacia Mí, por vez primera me sentirá delante de él, percibirá mi ternura, se sentirá bañado en mi amor infinito y exclamará: “¡He visto al Señor, le he sentido dentro de mi corazón!” 43. Si encontrase en la Tierra un justo, le tomarla como instrumento para daros enseñanzas y ejemplos a través de él, pero de cierto os digo, que en toda la redondez de la Tierra no he encontrado un justo. 44. ¿En dónde están los justos del Primero y Segundo Tiempos, para que pudieseis analizar su virtud, su fidelidad y celo en el cumplimiento de mi Ley, su fe y su fortaleza? Ellos viven en el reino espiritual, y aunque trabajan para vosotros, no les veis ni les sentís, porque vuestra materialidad es todavía el espeso velo que no os deja contemplar lo espiritual. 45. Vais como náufragos azotados por las furiosas olas de las pasiones, envueltos en las sombras de una noche muy larga; en medio de esa tempestad me he presentado y mi caridad ha sido como un faro que ilumina la ruta que os conduce al puerto salvador. 46. Más ¿Acaso pensáis que vengo a dar a vuestro espíritu el don de poder mirar más allá de esta vida material? No, pueblo, no vengo a concederos un don nuevo, ni un nuevo atributo, todo lo traéis desde vuestro principio, mas debéis comprender que sólo ha brillado en vuestro ser aquello que habéis desarrollado y utilizado, en cambio lo que habéis olvidado, descuidado o ignorado, ha permanecido oculto, aunque latente, porque lo que doy nunca os lo quito. 47. Muchas potencias ocultas, han permanecido dormidas en vuestro ser, en espera de que mi voz venga a despertarlas. Mas ya llegó el tiempo de la resurrección, en el que escucharéis todos la misma voz que oyó Lázaro más allá de esta vida, cuando le dije: “Levántate y anda”. 48. Bienaventurado el que ha sabido esperar mi llegada, porque su despertar será completo y su espiritualidad le permitirá ver todo lo que contiene el nuevo mensaje. 49. Trabajad con amor, lo mismo en lo material que en lo espiritual y tendréis mi paz. Aprended a ser perseverantes hasta lograr recoger el fruto de vuestros sacrificios y de vuestras luchas. 50. Amad para que logréis alcanzar vuestra evolución espiritual, porque Yo os pregunto, humanidad: ¿Qué habéis hecho de vuestro espíritu? Espíritus: ¿Qué habéis hecho de la materia que os he confiado? Ni unos ni otros podréis responderme, porque estás muy lejos de daros cuenta de la gravedad de vuestras faltas y de vuestras flaquezas. Sólo yo puedo juzgar vuestras obras y por eso os envió este rayo de luz para que os miréis en el espejo de mu verdad, iluminados por vuestra conciencia. 51. ¿Habéis olvidado que vuestro espíritu está sujeto a la ley de evolución de la que no debéis de huir? ¿Qué fue de la esencia primera que deposité en vuestro corazón, que es la semilla de amor, de vida y elevación? Ya no entendéis estas palabras, tal parece que os hablo en un idioma desconocido para vosotros. 52. Amar fue el fin para que fuisteis creados. Amar a vuestro Padre y en El a todos vuestros hermanos; he ahí la ley, y eso es precisamente lo que habéis olvidado y borrado de vuestro espíritu. 53. A cada paso la vida os hace sentir y pagar con intenso dolor vuestros errores, pero en vez de deteneros a meditar y a reconquistar vuestros hechos, dejáis que vuestro corazón se endurezca y se envenene más. 54. No habéis querido escuchar a las voces que se han acercado a vosotros para deteneros en vuestra intensa carrera y habéis llegado a la orilla del abismo en donde estáis próximos a caer arrastrando con vosotros a vuestros hermanos. 55. ¿Quién de vosotros puede imaginar cómo es el fondo de ese abismo que con tanto odio y perversidad habéis abierto? Nadie, nadie puede imaginar las tinieblas ni el dolor acumulado durante siglos, milenios y eras en ese inmenso cáliz de amargura. 56. Yo pregunto a los hombres de este tiempo, que se consideran los más adelantados en toda la historia de este mundo. ¿No habéis encontrado con todo vuestro talento, una forma de hacer la paz, de alcanzar el poder y de lograr la riqueza, que no sea matando a vuestros semejantes, destruyendo o esclavizándolos? ¿Creéis que vuestro adelanto sea verdadero y real, cuando moralmente os arrastráis por el cieno y espiritualmente vagáis entre sombras? Yo no combato la ciencia, puesto que Yo mismo la he inspirado al hombre; lo que censuro es el fin para el que a veces la aplicáis. 57. Os quiero grandes de entendimiento, sabios en las enseñanzas de que os he rodeado; pero teniendo siempre por faro a vuestra conciencia en todos vuestros pasos en la vida. Entonces veréis no sólo desarrollarse las virtudes en vuestro espíritu, sino que también contemplaréis cómo llega la salud y la fortaleza a vuestra materia. 58. Recordad que os dije: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra de Dios”, queriendo enseñaros con ello que en vuestro ser existe una naturaleza a la cual no podréis conformar tan sólo con lo que en este mundo poseéis, sino que tendréis que buscar para satisfacerle, aquello que existe más allá de lo material, es decir, de lo que sólo se encuentra en la región perfecta de donde procede el espíritu: Dios. 59. Mi luz no os ha faltado un instante, pero sois como las frías losas que cubren los sepulcros, que por momentos se entibian para luego volver a enfriarse. 60. Mi poder y mi paciencia son inagotables y si queréis que al borde del abismo os de una prueba más de amor, os lo concederé, pero debo deciros que en ese infinito amor que voy a demostraros una vez más, estará mi justicia sabia e inexorable. 61. Para ayudaros debéis tener confianza en Mí, mas estad alerta y prevenidos para la lucha. Sed los guerreros, pero no de los que destruyen la vida de vuestros semejantes, sino de los que construyen con amor, con moral, con paz, con buenas obras. 62. No permitáis que las necesidades o la opresión os hagan retroceder hacia la materialidad; por el contrario, levantaos llenos de espiritualidad ante las acechanzas y las pruebas. De cierto os digo que si sabéis aprovechar esas pruebas y vicisitudes, por medio de ellas podréis elevaros a una vida superior, haciéndoos fuertes, nobles, fervientes discípulos del amor de vuestro Padre. 63. A los hombres y mujeres que como padres de familia se presentan delante de mi cátedra, les digo que se revistan de fortaleza, de luz y de paz, porque grandes acontecimientos se aproximan a la Tierra y deben permanecer serenos en su puesto. 64. Buscad siempre lo que dé honra y fortaleza a vuestros hijos y apartad de su camino los errores que pudieran construir para ellos un tropiezo. 65. No he olvidado las promesas que me hicisteis de apartaros de la materialidad para reintegraros al camino espiritual que es la ley del amor y de la caridad que siempre está iluminando por la luz de vuestra conciencia. 66. Es necesario que una vez que hayáis afirmado vuestros pasos en este sendero, os olvidéis de vosotros mismos, para fijar vuestra atención en las necesidades de vuestros hermanos. 67. Entonces veréis que en todos aquellos que dejasteis pasar con indiferencia, había un cáliz amargo, una herida o una pesada cruz. 68. ¡Cuántos corazones hay que calladamente van llorando sus penas sin que nadie lo note! ¡Cuántas amarguras se ocultan tras una sonrisa que vosotros no sabéis comprender! Pero Yo, que siento cada angustia y cada dolor, que leo los corazones, os digo: Preparaos para que desarrolléis la intuición y podáis leer en el interior de vuestros hermanos, porque no siempre los corazones se abrirán ante vosotros para mostraros su dolor. 69. Para esas quejas ocultas, para ese llanto interior, para esa tristeza que no se muestra en la faz de los que sufren, es necesario penetrar en los corazones, lo que sólo se logra con la espiritualidad que hace que florezca en vosotros la caridad. 70. ¡Ah, sí supieseis que es mucho lo que podéis dar y hacer en medio de vuestra pobreza! pero todavía estáis tan materializados, que muchos creéis que sólo con dinero podéis hacer buenas obras; por eso he tenido que venir a vosotros para deciros que no es justo que vayáis llorando de dolor, de hambre y de miseria, sin daros cuenta de que vais doblegados por el peso del tesoro que lleváis, sin percataros de ello. 71. No, no es sólo el fardo de vuestros pecados los que os agobia, humanidad; es que vuestra materia, debilitada cada vez más en las pasiones y luchas de esta vida, es incapaz de resistir la fuerza, la potencia de su propio espíritu, el cual pugna por liberar a su materia de sus flaquezas. 72. Recordad la noche en que nací en cuanto hombre; era fría y obscura, pero no tanto como es el corazón de la humanidad en este tiempo. Aquella noche, mientras mi Espíritu se llenaba de gozo por haber llegado a morar entre los hombres, éstos dormían con sueño profundo, insensibles a mi presencia, ignorando que había llegado el Prometido. Ahí empezó mi calvario. 73. Fue la paja la que sirvió de cuna al recién nacido y el calor de las humildes bestias, el único que aquella familia tuvo en el instante de mi advenimiento. 74. Vosotros creéis que la Naturaleza es insensible a las manifestaciones divinas, mas éste es un error humano, porque fuera de vosotros, todo lo creado, desde lo más grande hasta lo más pequeño, está sujeto a mi ley de la que no podrán apartarse. Sólo el hombre que ha sido formado distinto a todas las criaturas, porque tiene espíritu, conciencia y libre albedrío, es quien permanece insensible a mi Divinidad. 75. ¿Por qué vosotros habéis endurecido a tal grado vuestro corazón que no sentís la presencia, ni escucháis la voz de vuestro Padre? Por razón de vuestro libre albedrío. Ahora no vine en cuanto hombre y sin embargo, he sentido el frio del corazón falto de amor con que me ha recibido la humanidad. 76. No penséis que sólo en este punto de la Tierra, en donde se escucha esta palabra, sea el único lugar en donde me hago presente a mis hijos, porque en verdad os digo que mi manifestación es universal en diversas formas. 77. Elías, habiéndose manifestado entre vosotros como precursor de mi comunicación por el entendimiento humano, no sólo vino a este país donde habitáis; él pasó de un lugar a otro de la tierra anunciando el nuevo tiempo, anunciando la aproximación del Reino de los Cielos. 78. De todas partes surgieron voces que os anunciaban mi llegada: la naturaleza, estremecida conmovió la Tierra; la ciencia se abismó ante nuevas revelaciones; el valle espiritual se precipitó sobre los hombres; y a pesar de ello, la humanidad permaneció sorda ante aquellas voces, heraldos de una nueva era. 79. Un torrente de luz divina descendió para sacar de sus tinieblas a los hombres, pero éstos, egoístas y materializados, lejos de aspirar al perfeccionamiento del espíritu, al mejoramiento moral de su vida en la Tierra, tomaron aquella luz para labrarse tronos y glorias, comodidades y placeres de la materia y cuando lo creyeron necesario, armas para destruir la vida de sus semejantes. Sus ojos se cegaron bajo la intensidad de mi luz, y su vanidad les ha perdido, mas Yo os digo que por la misma luz, encontrarán la verdad, descubrirán el camino y se pondrán a salvo. 80. Los que han sabido recibir en su entendimiento la luz, y la han tomado como un divino mensaje, han hecho que su conciencia guie sus pasos y norme sus obras, porque han tenido el presentimiento de que “El Señor ha vuelto y de que está con los hombres”. 81. Los representantes de las diversas sectas y religiones no han querido recibirme, su corazón, su dignidad y su falsa grandeza les impide aceptarme en Espíritu; por eso, en este tiempo se han formado en toda la Tierra grupos, hermandades y congregaciones de aquellos que sienten la presencia del nuevo tiempo, de los que buscan la soledad para orar y recibir las inspiraciones del Señor. 82. Vosotros, hijos míos, sois de esas multitudes que se han ido formando bajo la luz de una inspiración divina, aunque debo deciros que por gracia, vosotros tenéis esa inspiración convertida en palabra humana; por ello debéis velar, orar y meditar mucho para que no caigáis en confusión o desviéis la finalidad de esta doctrina espiritual. 83. ¿Qué podría perderos en el camino? La vanidad, pueblo. 84. En verdad os digo, que esta inspiración triunfará entre los humildes, entre los caritativos y entre los que anhelan la verdad, la justicia y la paz. 85. La paz y la fortaleza que alcancéis en la oración os hará diligentes e infatigables sembrando el bien, levantando a los caídos, encendiendo la fe y siendo la bendición y el consuelo entre todos los pueblos de la Tierra. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 38 1. Recibo a los postreros y derramo en ellos la misma luz que entregué a los primeros para que se levanten y den a conocer mi doctrina. 2. Corto es el tiempo en que aún escucharéis mi palabra, pues os he anunciado que en 1950 os dejaré de hablar, y después de este tiempo no resonará mi voz a través del entendimiento humano. El que la oyó y creyó, se sentirá satisfecho y fuerte, más el que habiéndola escuchado la puso en duda, se confundirá. En cambio muchos que nunca me escucharon, buscarán a mis discípulos para preguntarles lo que aprendieron del Maestro. 3. Buscad la luz y quien la posea, ayude a encontrarla a todos los que en tinieblas caminan, porque quien lleva confusión durante esta vida, al penetrar en el valle espiritual, su turbación es mayor. Por eso en los tres tiempos he estado ayudando a todos mis hijos mostrándoles el sendero por donde deben elevarse por medio de la evolución de su espíritu. 4. De la vida del espíritu os he revelado todo lo que vais pudiendo comprender, hoy vengo a mostraros una página más profunda de ese conocimiento. 5. Este es el tiempo en que os profeticé que todo ojo me vería. Todo espíritu me escuchará y cuando esta doctrina haya sido comprendida por la humanidad, no volverán los hombres a caer en idolatría, ni en fanatismo, porque habrán aprendido a elevar su espíritu hacia Mí, con la sencillez y la pureza que da la espiritualidad. 6. Lentamente va despertando el espíritu de la humanidad al escuchar en la voz de su conciencia el eco de la campana celestial; es el espíritu de Elías, es la voz del que clama en el desierto, enviado invisible de este tiempo, quien como un pastor, llama con amor a sus ovejas para que con mansedumbre penetren en el redil de paz que les espera. 7. Quien juzgue extraño que Yo deje mi reino por venir en busca de pecadores, de cierto no me conocen. Dejo a los justos, porque ellos están a salvo y todo lo posee, vengo hacia los desheredados, los perdidos y los manchados porque también son mis hijos, a quienes amo como a los justos y porque quiero llevarles a mi morada para que gocen de su Padre. 8. Si sólo amase a los justos y a los pecadores los despreciara ¿Considerarla vuestra conciencia que el padre obrara con justicia? 9. Os estoy enseñando la forma en que debéis lavar vuestras manchas y justificaros ante Mí, haciendo el bien a vuestros hermanos y practicando la caridad en sus diversas formas. Hoy mismo podéis practicar de lo que habéis aprendido; también podéis visitar a los enfermos y ungirles con vuestro amor en mi nombre, que en vuestra fe hallaréis la potestad para curar y vuestra caridad será el mejor bálsamo. Nadie dude de si tendrá don para hacerlo o no. 10. No temáis hacer la caridad porque os consideréis pobres. En el Segundo Tiempo estando Jesús con sus discípulos, les mostré este ejemplo. “Un publicano penetro en el templo y dejó una moneda como limosna, después un fariseo bien ataviado, depositó siete monedas, dejándolas caer una por una para que fuese contemplada su obra y todos viesen que su dádiva era grande. Más tarde, una mujer enferma y pobre se postró a orar y luego depositó dos monedas de poco valor que eran todo lo que poseía. Jesús les dijo a sus discípulos: Mirad, quien creyó dar más dio menos y ésta que dio menos ha dado más, porque dio todo lo que tenía y con ello el pan que había de comer ese día”. 11. A vosotros que me escucháis, os haré comprender cuánto lleváis con vosotros, para que nunca os sintáis menesterosos ante los verdaderos necesitados. 12. Vosotros sois de los que en otros tiempos se dijo que viviríais en el tiempo del Espíritu Santo. Esta es la era de la luz, en que todo espíritu abrirá los ojos a la verdad. Ya mi hoz comenzó a cortar la cizaña de raíz. No os extrañéis de que Yo haya venido cuando el mundo está ocupado en guerras; así estaba predicho. 13. Tanta luz ha contemplado el hombre a través de la ciencia que se ha cegado, mas pasada esa confusión, con mi caridad distinguirán el verdadero camino y en él me encontraran rescatando y salvando a los perdidos como hace el pastor con las ovejas descarriadas. 14. No me he humanizado entre vosotros en este tiempo, sólo he venido como luz que desde mi reino envío a vuestro espíritu. Desde el infinito os estoy inspirando, para que en el mañana vuestro espíritu pueda elevarse hasta Mí en su oración. 15. Hoy debéis hacer que con vuestra preparación vuestro espíritu se purifique y sienta mi presencia entre vosotros. Espiritualmente para que sepáis recibir lo que pidáis, que nunca será demasiado para Mi. No olvidéis las necesidades de vuestro espíritu abrumado por las exigencias de vuestra materia. Ved que lo que más falta, os hace, es la enseñanza divina y ahora que ella se está desbordando en esta forma, buscadla, analizadla y ponedla en práctica con obras de amor hacia vuestros hermanos. 16. Quiero contemplar en vosotros comprensión para mi doctrina y enmienda en vuestra vida, que esta obra que he venido a revelaros la guardéis cual joya de infinito valor, que no os envanezcáis de poseer esta gracia, ni la neguéis a ningún necesitado y mucho menos que lucréis con ella. 17. En verdad os digo que el templo del Sexto Sello no será jamás mercado ni cueva de ladrones. Este santuario que está en lo espiritual, tiene abiertas sus puertas para que en él penetren todos mis hijos. Ahí, el pecador encontrara salvación, desaparecerán los odios, la sed de venganza y las malas inclinaciones. 18. Estáis siendo preparados para que prediquéis esta buena nueva con verdadera fe y valor. Quiero también que la interpretación que deis a mi palabra sea justa, para que vuestra práctica sea limpia. No quiero que entre mis discípulos haya fanáticos, puritanos ni místicos, sino que la elevación de vuestro espíritu sea interior y todos vuestros actos exteriores sean sencillos y naturales. Que cuando este pueblo se multiplique como las estrellas del cielo y como las arenas del mar, sea de verdaderos discípulos de mi enseñanza espiritual, para que con sus obras testifiquen la verdad de mi doctrina. 19. No temáis al tiempo en el que tendréis que hablar; no desconfiéis de Mí ni aun de vosotros, os he dicho: Que en la hora de la prueba no vais a pensar lo que vais a decir, que os bastará vuestra fe y elevación, para que mi luz divina hable por vuestros labios. Si los hombres os piden explicación o análisis de la inspiración que habéis tenido, también Yo os haré comprender la verdad de mis revelaciones, para que la podáis explicar a vuestros hermanos. Entre los emisarios irán mis profetas con la misión de despertar a los pueblos, mas no harán lo que el profeta Jonás, que habiendo ido a amonestar a un pueblo pagano y pecador, anunciándoles calamidades, sufrimientos, plagas y enfermedades si no se regeneraban. Cuando llegó el tiempo del cumplimiento del cumplimiento de su profecía, con gran sorpresa contempló que sus palabras no se habían realizarlo, porque en lugar de calamidades como él había anunciado, aquel pueblo gozaba de paz, de salud y bienandanza. Entonces el profeta avergonzado, retirase a la soledad y ahí, hablando a su Señor le dijo: ¿Por qué la palabra que en mi boca pusisteis no se ha cumplido? He aquí, que ante aquellos hombres en vez de pasar por vuestro profeta, pasó por un impostor. Mas entonces escuchó la voz del Padre que le respondía así: Yo os envié a que anunciarais las pruebas que habrían de acontecer si aquellas multitudes eran sordas a mi palabra, mas os escucharon y se arrepintieron; derrumbaron sus falsos dioses y se postraron para adorarme, lloraron reconociendo sus faltas y con temor esperaron mi justicia. 20. Yo les contemplé preparados y en vez de aflicciones les envié alegría y paz. ¿Creéis que Yo sólo por cumplir vuestra palabra, según vos la entendéis, había de herir a miles? Si vos no sentís a uno, Yo siento a todos. La palabra que disteis, fue para que se regeneraran y con ello evitaron vicisitudes, ellos se arrepintieron y por ello helos ahí llenos de júbilo y de fe en el Dios verdadero. 21. Tened presente estas lecciones, discípulos, que son ejemplos que os serán útiles en vuestro camino. En vosotros existen los dones de videncia, sueños proféticos e intuición para que miréis iluminado siempre vuestro sendero y pongáis alerta a vuestros hermanos. 22. Vuestra misión es prevenir, despertar, anunciar, mas tened en cuenta, que si vuestros hermanos oran, entonces podrán variar los acontecimientos, mas no por ello os vais a sentir defraudados, ni vais a perder la fe. Vuestro destino se reduce a evitar penas y a proporcionar paz, si con vuestros dones lográis ese resultado, debéis estar satisfechos. Velad por la paz de la humanidad, formad entre todos un santuario en cuyo interior puedan vuestros hermanos encontrar salvación paz e inspiración. 23. Venid y comed de este pan que es mi palabra, para que mientras alimentáis con mi gracia a vuestro espíritu, Yo calme mi sed de amor entre vosotros. Cuando habéis amado a vuestros hermanos, me habéis amado a Mí. Cuando habéis perdonado a vuestros enemigos, os habéis reconciliado conmigo y venís a depositar en el altar de vuestra fe, la ofrenda de vuestros méritos, ofrenda siempre grata a mi Divinidad. 24. Oíd: Yo soy quien os formó a mi imagen y semejanza. Yo soy el único Dios, nadie ha existido antes que Yo, mi Espíritu no fue creado, soy eterno, siempre he sido y siempre seré. 25. Os he revelado mi existencia y la Trinidad que existe en mí. Esa Trinidad que reconocéis en el Padre que es Jehová, quien os entregó la ley en el Primer Tiempo; es el Verbo que, a través de Jesús, os enseñó el amor en el Segundo Tiempo y en el Espíritu Santo que os llena de luz y sabiduría, y os explica todas las revelaciones en este Tercer Tiempo, en que vibra en todo espíritu y se comunica entre vosotros a través del entendimiento humano. 26. El Padre anunció por boca de sus profetas la llegada de Cristo, y de Jesús anunció la manifestación del Espíritu Santo, del Espíritu de Verdad. Son las tres fases con las cuales me he mostrado a la humanidad, la ley, el amor y la sabiduría. Tres potencias y un solo Dios, tres potencias y una sola voluntad, un solo amor. 27. Si el Padre es eterno, el Hijo lo es también, porque el Verbo Divino que habló en Jesús siempre ha sido el Padre, siempre ha estado en El. Pues bien, si al hombre lo formé a mi imagen y semejanza, quiere decir que en él existe la imagen de esa Trinidad, en él puse las tres potencias, o sea: carne, espíritu y conciencia. Un solo ser formado de tres naturalezas: la materia, el cuerpo; la espiritual, el espíritu y la divina, la conciencia. 28. En lo más elevado de vuestro espíritu brilla una chispa de mi inteligencia divina que es vuestra conciencia, por lo que sois, en verdad, hijos de mi Espíritu. 29. De la dicha de ser padre, quise participaros y os hice padres de los hombres para que forjaseis seres semejantes a vosotros en los que encarnarían los espíritus que Yo os enviara. Si en lo divino y eterno existe el amor maternal, quise que en la vida humana existiese un ser que lo representara y ese ser es la mujer. 30. En un principio el ser humano fue dividido en dos partes, creando así los dos sexos, el uno, el hombre, el otro, la mujer; en él fuerza, inteligencia, majestad; en la otra ternura, gracia, belleza. El uno, la simiente, la otra, la tierra fecunda. He ahí dos seres que solo unidos podrán sentirse completos, perfectos y felices, porque con su armonía formaran una sola carne, una sola voluntad y un solo ideal. 31. A esa unión, cuando es inspirada por la conciencia y por el amor, se le llama matrimonio. 32. La ley del matrimonio descendió como una luz que habló a través de la conciencia de los primeros, para que reconociesen que la unión del uno con la otra, significaba un pacto con el Creador. El fruto de esa unión fue el hijo, en el que se fundieron la sangre de sus padres como una prueba de lo que atareis ante Dios, en la Tierra no podrá ser desatado. 33. Esa dicha que el padre y la madre sienten cuando han dado un hijo al mundo, es semejante a la que el Creador experimentó cuando se hizo Padre dando vida a sus hijos muy amados. Si después, por conducto de Moisés os entregué leyes para que supieseis elegir la compañera y no codiciaseis la mujer de vuestro prójimo, fue porque la humanidad, en virtud de su libre albedrío, se había perdido en las veredas del adulterio y de las pasiones. 34. Pasados los tiempos, vine en Cristo al mundo y con mi dulce enseñanza que es siempre ley de amor, elevé al matrimonio y con ello la moral y la virtud humana. Hablé en parábolas para hacer inolvidable mi palabra, e hice del matrimonio una institución sagrada. 35. Ahora que me encuentro nuevamente entre vosotros, os pregunto, hombres y mujeres: ¿Qué habéis hecho del matrimonio? ¡Cuán pocos podrán contestar satisfactoriamente! Mi institución sagrada ha sido profanada, de aquella fuente de vida, brota muerte y dolor. Sobre la blancura de la hoja de esa ley, están las manchas y las huellas del hombre y la mujer. El fruto que debiera ser dulce, es amargo, y el cáliz que beben los hombres es de hiel. 36. Os apartáis de mis leyes y cuando tropezáis, os preguntáis angustiados. ¿Por qué será tanto dolor? Porque siempre los instintos de la carne han desoído la voz de la conciencia. Ahora Yo os pregunto: ¿Por qué no tenéis paz, si os he entregado todo lo necesario para que fueseis felices? 37. Yo he puesto en el firmamento un manto azul para que bajo él construyeseis vuestros nidos de amor, para que ahí, alejados de las tentaciones y complicaciones del mundo vivieseis con la sencillez de las aves, porque en la sencillez y en la limpia oración, pueden sentirse la paz de mi reino y la revelación de muchos misterios. 38. Varones, cuando la compañera que habéis elegido es como tierra estéril que no os ha dado frutos, habéis ido en busca de nueva tierra, olvidando que debéis ser conformes con vuestro destino y vuestra restitución. ¿Por qué culpáis al destino de vuestras pruebas y sufrimientos que encontráis en vuestro matrimonio, si vosotros mismos elegisteis ese camino? 39. Todo el que se une en matrimonio ante mi Divinidad, aun cuando su unión no esté sancionada por ningún ministro, hace un pacto conmigo, pacto que queda anotado en el libro de Dios, en donde están anotados todos los destinos. 40. ¿Quién podrá borrar de ahí esos dos nombres entrelazados? ¿Quién podrá en el mundo desatar lo que en mi ley ha sido unido? 41. Si Yo os desuniere, estaría destruyendo mi propia obra. Cuando me habéis pedido ser unidos en la Tierra y os lo he concedido, ¿Por qué faltáis después a vuestras promesas y desmentís vuestros juramentos? ¿Por ventura no es una burla a mi ley y a mi nombre? 42. A vosotras, mujeres estériles, el Maestro os dice: mucho habéis deseado y pedido que vuestro vientre se convierta en fuente de vida y habéis esperado que al anochecer o al amanecer, se escuchara en vuestras entrañas el latir de un tierno corazón; pero los días y las noches han pasado y sólo sollozos han brotado de vuestro pecho porque el hijo no ha llegado a llamar a vuestras puertas. 43. ¡Cuántas de vosotras que me estáis oyendo y que habéis sido desahuciadas por la ciencia, tendréis que dar fruto para que creáis en mi poder! Y por ese prodigio muchos me reconozcan; velad y aguardad. No olvidéis mis palabras. 44. Padres de familia, evitad errores y malos ejemplos; no os exijo perfección, solamente amor y caridad para con vuestros hijos. Preparaos de espíritu y materia, porque en el más allá, las grandes legiones de espíritus esperan el instante para encarnar entre vosotros. 45. Quiero una nueva humanidad que crezca y se multiplique no sólo en número sino en virtud, para que contemplen cercana la ciudad prometida y sus hijos alcancen a morar en la nueva Jerusalén. 46. Quiero que se llene la Tierra de hombres de buena voluntad, que sean frutos de amor. 47. Destruid la Sodoma y Gomorra de este tiempo, no dejéis que vuestro corazón se familiarice con sus pecados, ni imitéis a sus moradores. 48. De esta manera os estoy preparando en el Tercer Tiempo, porque las muchedumbres que os he anunciado llegarán. 49. Tomad cada quién la parte que os corresponda y oíd mi enseñanza en una parábola. 50. “Encontrase delante de Dios un espíritu lleno de luz, pureza e inocencia que dijo a su Señor: Padre, decidme cuál es mi misión, porque deseo serviros. Y el Señor con dulzura le respondió: Esperad, voy a unir en el mundo a un hombre y a una mujer y de su unión nacerá un hijo en el cual encarnaréis, para que siendo hijo del hombre recojáis experiencia en las pruebas del mundo y sintáis de cerca la ternura de una madre y la caricia de un padre. 51. Regocijose el espíritu y esperó. Entre tanto el Señor unió un varón a una mujer con lazos de amor y así les envió por el camino de la vida. 52. Un nuevo ser germinó en el seno de la mujer y entonces Dios envió a aquel espíritu a encarnar en aquel cuerpo y al noveno mes contempló la luz del mundo. La madre sonreía de felicidad y el padre le contemplaba con orgullo. Aquel hijo era la obra de ambos, era el fruto de su amor. La mujer se sintió fuerte y el hombre se sintió semejante en algo a su Creador. Los dos se dedicaron a cultivar a aquel tierno corazón. 53. El espíritu que animaba al hijo sonreía al contemplar la dulce mirada de su madre y la faz severa y a la vez cariñosa del padre. 54. Pasó el tiempo y el padre en su lucha alejase del nido de amor y tomando caminos torcidos se internó hasta perderse, dejando en los zarzales jirones de su vestidura, comiendo frutos venenosos y deshojando las flores que a su paso hallaba. Al sentirse enfermo y abatido recordó a los seres que había abandonado, intentó retornar en busca de ellos, más las fuerzas le faltaron. Entonces, sacando fuerzas de flaqueza, arrastrándose y tropezando por el largo camino, llegó a las puertas del hogar, la esposa le recibió en sus brazos con lágrimas en sus ojos, el hijo estaba enfermo y agonizaba. 55. Al contemplar el padre a su hijo agonizante imploró a la caridad divina su alivio, mesó desesperado sus cabellos y blasfemó. Mas aquel espíritu desprendiese de su cuerpo y se fue al más allá. Los padres quedaron desolados haciéndose mutuamente responsables de la desgracia que los afligía, él por haberse alejado, ella por no haberlo sabido retener. 56. Cuando aquel espíritu llegó a la presencia del Creador, le dijo: “Padre, ¿Por qué me habéis apartado de los brazos de aquella dulce madre a quien mi ausencia ha dejado sollozante y desesperada?” A lo que el Señor respondió: esperad, aguardad, que nuevamente volveréis al mismo seno cuando aquéllos hayan reconocido sus faltas y comprendido mi Ley. 57. El hombre y la mujer continuaban unidos, solitarios, interiormente arrepentidos de sus faltas, cuando nuevamente fueron sorprendidos por el anuncio de un nuevo hijo. Dios hizo retornar al espíritu nuevamente en aquel seno diciéndole: sed en aquel cuerpo que se prepara para la vida y recreaos de nuevo en aquel regazo. 58. Los padres que daban por perdido al primogénito, no sabían que había vuelto a su seno; más el vacío que el primero dejo, lo llenó el segundo, volvió la alegría y la paz al seno de aquel hogar, volvió a sonreír la madre y a recrearse el padre. 59. Ahora el varón temía apartarse de los suyos y procuraba rodearles de amor, permaneciendo cerca de ellos. Pero el tiempo le hizo olvidar su pasada experiencia e inducido por los malos amigos, cayó en el vicio y en la tentación. La mujer le reclamaba y comenzó a repudiarle; el hogar fue convertido en un campo de batalla. Pronto el varón cayó vencido, enfermo y debilitado, mientras la mujer dejando al hijo en la cuna, se levantaba en busca del pan para el inocente y del sustento para aquel compañero que no sabía amarla ni cuidarla. Ella sufría humillaciones y blasfemias, atravesaba por peligros y desafiaba los instintos de los hombres de mala fe. Y en esa forma llevaba el pan de cada día a los labios de los suyos. 60. Dios tuvo caridad del espíritu inocente y antes de que abriera sus ojos a la razón, volvió a llamarle. Y cuando el espíritu fue ante su Señor, le dijo lleno de dolor. Padre, nuevamente me habéis arrancado de los brazos de aquellos a quienes amo, mirad cuán duro es mi destino, hoy os pido me dejéis ya sea en el seno de ellos o en el vuestro por siempre, mas no me hagáis ya caminar, estoy cansado. 61. Cuando el varón volvió de su letargo, contempló un nuevo cuadro de dolor, la esposa lloraba sin consuelo a la cabecera del lecho donde yacía muerto el segundo hijo. Quiso el hombre arrancarse la existencia más la esposa le detuvo diciéndole: no atentéis contra vuestra vida, detened vuestra mano, mirad que nosotros mismos somos la causa de que Dios se lleve a nuestros hijos. El varón se serenó reconociendo que había luz en aquellas palabras. Un día y otro fueron trayendo la calma a aquellos corazones, que recordaban con dolor a los hijos que partieron, que habían sido la alegría de aquel hogar que después se hundió en la desolación. 62. El espíritu preguntó entonces a su Señor: “Padre, ¿Nuevamente vais a enviarme a la Tierra?” “nuevamente, le dijo el Señor, y cuantas veces sea necesario, hasta pulimentar aquellos corazones”. Cuando volvió a encarnar, su cuerpo estaba enfermo porque su madre se encontraba enferma y su padre también. Desde su lecho de dolor aquel espíritu se elevaba al Padre en demanda de alivio. Esta vez no había contemplado la luz del mundo, no había sonrisas en los labios de sus padres, solamente llanto. La madre lloraba desde el amanecer hasta el anochecer junto a la cuna del infante mientras el padre arrepentido, sentía que a su corazón lo taladraba el dolor al ver que el hijo había heredado sus propias lacras. 63. Breve fue la estancia del espíritu en aquella carne enferma, retornando nuevamente a la presencia del Señor. 64. Volvió la soledad entre los esposos, pero el dolor les había unido como nunca, sus corazones se amaban y se prometieron caminar unidos hasta el fin de la jornada. El varón cumplía con sus deberes, ella cuidaba a su esposo, y ambos se sanaban de sus males. 65. Creían difícil que Dios volviera a concederles un hijo más, y he ahí, que cuando el Señor contempló que la salud corporal y espiritual florecía en aquellos seres, les envió a aquel espíritu, como un premio a la abnegación de la una y a la enmienda del otro, y del seno de la mujer brotó un cuerpecito fragante como un capullo, que inundó de felicidad y de paz a aquel hogar. 66. El varón y la mujer postrados llorando de dicha, dieron gracias a su Señor, mientras aquel espíritu sufrido y obediente sonreía a través del hijo diciendo a Dios: “Señor, no me apartéis más de mis padres, hay paz en mi hogar, hay amor en sus corazones, hay calor en mi cuna, hay leche y miel en el seno de mi madre, hay pan en la mesa, y en mi padre hay caricias y en sus manos herramientas de trabajo. Bendícenos”. Y el Señor con regocijo en su Espíritu, les bendijo y los dejó unidos en un solo cuerpo, en un solo corazón y en una sola voluntad. 67. Hoy os digo: bebed de ese vino, de mi enseñanza y brindad, porque cuando os reunís con vuestro Padre hay fiesta en la casa del Señor. 68. Cuántos de vosotros resucitáis al escuchar mi palabra en este tiempo. Estabais muertos a la fe, pues mientras a unos les habían desahuciado los doctores del mundo, a otros les habían negado la comunión los sacerdotes. 69. Abristeis vuestro corazón al sentir que mi palabra sanaba al enfermo, perdonaba con dulzura al pecador, y el Maestro a todos ofrecía el pan de vida eterna. 70. Ríos de maldad habéis contemplado a vuestro paso; pantanos de fango y tierras estériles que nadie ha sabido fertilizar. 71. Habéis visto cómo los campos que ayer fueron fecundos y ofrecieron al mundo sus abundantes frutos de paz y felicidad, hoy están convertidos en campos de sangre, de destrucción y de muerte. 72. Es menester que el Padre se acerque a sus hijos, Yo soy el rocío que en el silencio de la noche desciende sobre los campos y cae en las corolas de las flores, más las flores que se han secado, los corazones que han muerto a la esperanza, no saben sentir mi amor. 73. Discípulos: Ved que con mi enseñanza he despertado en vuestro corazón el sentimiento de caridad para que hagáis vuestras las aflicciones de la humanidad y no seáis indiferentes a sus conflictos, a sus pruebas y tragedias. 74. Uníos en pensamiento y orad por vuestros hermanos, Yo entenderé vuestras súplicas y premiaré vuestros deseos. Aún sois débiles para olvidar vuestras penas o preocupaciones para pensar en los demás. Yo os digo: Aceptad esas pruebas con valor y confianza en vuestro Señor, ellas no se apartarán de vuestro paso ni se resolverán con vuestra rebeldía o inconformidad. En cambio, con elevación espiritual, con fe, con serenidad, venceréis las más terribles pruebas. Cada abrojo, cada abismo que salvéis, dejará en vuestro espíritu un destello de luz. Quien sabe recibir con preparación sus pruebas, siente que sus momentos de dolor, que para otros parecerían eternos, se acortan. 75. Esta vida es vuestra calle de amargura, donde a veces caéis y donde también sentís que no vais solos con vuestra cruz, porque un Cirineo invisible y dulce os va levantando cada vez que os doblegáis, vencidos por el peso de vuestro destino. Si el lobo se ha acercado a vosotros. Yo le he apartado. Si los gentiles y los escudriñadores han penetrado en el seno de vuestras reuniones para encontrar faltas y acusaros de ellas, Yo os he cubierto con mi manto de ternura y he cerrado los labios de aquellos. Cuando los hombres os han sometido a prueba con sus preguntas, he puesto prematuramente la voz del Espíritu Santo en vuestros labios, ya que aún no os habéis preparado para convencerles con palabras de luz. 76. No vengo a reprenderos, más buscad en la dulzura de mi palabra la esperanza, la corrección y aun el juicio. ¿Qué sería de vosotros si Yo viniese a adularos en vuestra imperfección y a ensalzaros en vuestros pecados? ¿No es por ventura lo que hacen con los príncipes del mundo? Siempre os he alentado cuando os veo buscar con ahínco vuestro adelanto espiritual, cuando vais en pos del enfermo, sin consultar la hora, ni fijaros si el tiempo es inclemente, y cuando delante de jueces os habéis encontrado, permanecéis serenos y dais testimonio de Mí con palabras de verdad. 77. Así habéis aprendido que los corazones son las tierras que tendréis que cultivar y que mientras más extensas sean las campiñas, mayores tendrán que ser vuestros cuidados; y que lo que habéis sembrado, no lo podréis ya abandonar. 78. Entre vosotros se encuentran los que iréis a otras naciones en busca de nuevas tierras donde sembrar. Yo os he dado el idioma universal con el cual os sabréis entender unos y otros, no el lenguaje florido que pronuncian los labios humanos, sino aquél que expresa el espíritu a través del amor. 79. Para otros no será necesario emprender estas largas jornadas, les bastará prepararse para entregar la caridad a los más próximos, así como hacer luz en los espíritus desencarnados que turbados se encuentran. ¡Ay del que cerrase sus puertas al llamado de esas legiones de menesterosos porque ellos en su turbación no sabrán perdonar! 80. El discípulo diligente me bendice a cada paso porque siente el peso de su cruz y se deleita sirviéndome, el perezoso se siente privado de su libertad y agobiado por un fardo muy pesado. A nadie vengo a encadenar ni a convertir en esclavo, por el contrario, he venido a daros la verdadera libertad para que ni el presidio ni la muerte puedan encadenaros, sino que ahí donde muchos se han considerado perdidos, levantéis vuestro espíritu en la escala infinita de su evolución. 81. Discípulos: ¿Estáis dispuestos a perdonar a aquellos que os ofenden? ¿Quiénes son vuestros enemigos? En verdad os digo, que a vuestros hermanos no debéis llamarles enemigos, Yo no os envío en contra de la humanidad, sino en contra de su pecado y de su ignorancia. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 39 1. Yo soy la paz que desciende a vosotros, porque en el mundo sólo contemplo caos. 2. Velad y orad, haced el bien y con la práctica de la caridad destruiréis la guerra. 3. El árbol de la ciencia, según le cultivaron los hombres, se encuentra dando un fruto amargo a la humanidad, mas Yo voy a daros el agua cristalina del amor, para que la reguéis y veáis cuán diferentes van a ser los frutos que ese mismo árbol va a producir. 4. Antes de que descubráis en mi enseñanza el secreto para cultivar el árbol de la ciencia, éste será azotado por fuertes huracanes que harán caer hasta el último de sus malos frutos y lo dejarán limpio. 5. Después de ese vendaval, comenzaréis a ver brillar en vuestro espíritu una nueva luz, la cual se reflejará en todas las sendas de vuestra vida. 6. Estáis viviendo el tiempo del juicio, recordad cuántas veces os he dicho que la hoz de mi justicia divina incansablemente corta la mala yerba. 7. Mi justicia toca lo mismo a la ciencia, que a las religiones o a los hombres del poder; nada quedará sin ser escudriñado por mi mirada o pesado en mi balanza. Desde el principio de la humanidad el pecado ha sido sentenciado a morir y mi palabra tendrá que cumplirse. 8. Vos pueblo, cuando miréis en la Tierra señales de estos acontecimientos, elevaos en oración a Mí, reuníos con vuestra familia formando un solo pensamiento y enviad vuestro espíritu como mensajero de mi amor hacia vuestros hermanos necesitados de paz. 9. No dudéis del poder de la oración, porque si practicando la caridad no tuvieseis fe, nada podréis dar a vuestros hermanos. 10. ¿No os he enseñado que hasta los elementos desatados pueden escuchar vuestra oración y apaciguarse? Si ellos obedecen a mi voz, ¿Por qué no han de obedecer la voz de los hijos del Señor cuando ellos se hayan preparado? 11. Desde el tiempo en que estuve con vosotros en el mundo, os enseñé a orar para que en los momentos de prueba, supieseis comunicaros con vuestro Padre, y tomando fuerza de Él, cumplieseis con vuestra misión de amor y caridad entre la humanidad. 12. La oración es una gracia que Dios ha entregado ¡al hombre para que le sirva de escala para elevarse, de arma para defenderse, de libro para instruirse y de bálsamo para ungirse y sanar de todo mal! 13. La verdadera oración ha desaparecido de la Tierra, los hombres ya no oran, y cuando intentan hacerlo, en vez de hablarme con el espíritu, lo hacen con los labios, empleando palabras vanas, ritos y artificios. ¿Cómo van a contemplar prodigios los hombres, empleando formas y haciendo prácticas que no enseñó Jesús? 14. Es menester que vuelva la verdadera oración entre los hombres, y soy Yo quien nuevamente vine a enseñárosla. 15. Bendito el que inspirado en su amor hacia los demás, les sirva de peldaño en su elevación hacia Mí, porque cuando él abra sus ojos para contemplarse a sí mismo, se verá cerca de su Padre. 16. No preguntéis qué es lo que debéis hacer para que sepáis que habéis cumplido con vuestra misión, porque mi ley se reduce a que os améis los unos a los otros. Comprended que cada día de vuestra vida os brinda una oportunidad para que practiquéis ese divino mandamiento. 17. Cada quien en su camino puede cumplir con la misión de amar; el que guía espíritus, el que instruye, el hombre de ciencia, el que gobierna, el padre de familia, todos podéis servir a vuestros semejantes inspiraos en mi máxima que os dice: “Amaos los unos a los otros”. 18. Todo será limpio, todo será renovado, para que las nuevas generaciones encuentren la Tierra preparada para el cumplimiento de su gran misión espiritual. 19. No escojáis a quiénes debéis amar, amad a todos sin distinción. El amor espiritual no puede tener preferencias. 20. El amor que os enseño, está más allá del amor por los vuestros, del amor a la patria y a vosotros mismos. 21. No temáis no poder ser útiles en esta obra de amor pensando en vuestra pobreza material. Espiritualizaos y no necesitaréis de los bienes de la Tierra para poder hacer el bien a vuestros semejantes. Ved cómo de entre este pueblo de menesterosos y humildes, he entresacado a mis labriegos, convirtiéndolos en consejeros, doctores y confidentes de los que sufren, y que a ellos se acercan en demanda de consuelo y de paz. 22. De su amor ha brotado inagotablemente el bálsamo de curación, de sus labios antes torpes, ha surgido la palabra de luz que orienta, que regenera, conmueve y convence. ¿Y qué es lo que creían llevar en su corazón estos labriegos antes de que Yo les descubriera su herencia? Nada, se sentían parias, incapaces de practicar la caridad y de conducirse por sí mismos. 23. Mirad cómo ante la humildad de los labriegos, se presentan los ricos a pedir caridad, los doctores a consultarles sus problemas sin solución y los que se han cultivado en el sendero del conocimiento teólogo o filosófico llegan para aprender la primera lección. ¿No os maravilla este prodigio realizado entre vosotros? Entonces ya lo sabéis pueblo y lo sabréis humanidad, el poder y los caudales de la Tierra no bastarán para labraros la paz, para haceros útiles los unos a los otros haciéndoos la caridad materialmente si no aprendéis a amar. 24. Cuando haya amor en vuestro espíritu y lo hagáis sentir a vuestros semejantes, entonces veréis realizarse los prodigios. Empezad a practicar la virtud los que hayáis permanecido insensibles o alejados de la caridad, del amor, del bien, que son la esencia de una vida espiritual, y cuando alguien llegue a vuestras puertas agobiado de sed, de fatiga y de hambre, sentadlo a vuestra mesa sin consultar si en la cesta hay pan suficiente; preguntad a vuestro corazón si al invitar al caminante a vuestra mesa, lo hacéis con amor Sincero, con verdadera caridad, si así es, veréis el pan multiplicado, todos quedaréis satisfechos y en el corazón del caminante se encenderá una llama de fe, para darme gracias y bendecirme. Ese, en su vida, tendrá que hacer lo mismo que con él hicisteis, porque le enseñasteis una lección de amor al alcance del más escaso de entendimiento. 25. Sed humildes, recordad que Yo vuestro Dios, nací en la humildad y más tarde cubrí mi cuerpo con humilde túnica. ¿Por qué vosotros soñáis siempre con buenos atavíos y hasta llegáis a desear las regias vestiduras? 26. Vuestro reino tampoco es de este mundo, esta vida es como un campo de batalla a donde venís a hacer méritos para penetrar después triunfantes en la tierra conquistada y recibir en ella vuestro galardón. 27. No dejéis jamás la cruz en mitad del camino, no abandonéis vuestra misión, porque sería tanto como si en una batalla arrojaseis Vuestras armas, huyendo cobardemente de la lucha y renunciaseis al triunfo que aguardaba a vuestro espíritu. 28. Soy el camino perfecto, en mi paso por la Tierra os legué con mi ejemplo el “Libro de la Vida Verdadera”, con cuyas enseñanzas aprenderéis a luchar para vencer en todas las batallas; mi espada de amor luchó sin tregua contra el mal y la ignorancia de la humanidad. Mis armas no fueron homicidas, Yo no os traje la muerte, sino la vida eterna. Mi mansedumbre exasperaba y confundía a los que me ofendían, mi amoroso perdón vencía la dureza de su corazón, mi muerte en cuanto hombre les resucitó a la vida de la gracia. ¿No recordáis que el Mesías prometido había sido anunciado como un guerrero invencible? 29. Es tiempo de que el amor, el perdón y la humildad, surjan del corazón de la humanidad como armas verdaderas, que se opongan al odio y al orgullo. Mientras el odio encuentre odio y el orgullo tropiece con el orgullo, los pueblos se extinguirán y en los corazones no habrá paz. 30. La humanidad no ha querido comprender que su felicidad y su progreso sólo puede encontrarlos en la paz, y va tras de sus ideales de poderío y de falsa grandeza derramando sangre hermana, arrancando vidas y destruyendo la fe de los hombres. 31. El hombre con su orgullosa ciencia está desafiando mi ley; y os digo que una vez más lucharé contra su pecado, más el hombre no encontrará en Mí a un Juez orgulloso y soberbio, porque ésos son defectos humanos, ni sentirá sobre sí el peso de una venganza, porque las bajas pasiones son propias de vuestra imperfección; encontrará a un Juez inexorable y a un Maestro enseñándole una gran lección de amor. 32. No todos queréis guerras ni alimentáis odio ni orgullo para los inocentes, para los de buena voluntad y fe. Yo daré señales cuando las guerras estén a punto de desatarse, para que velen y oren, porque con su oración y con su vigilia serán invulnerables a las armas homicidas. 33. Del oriente al occidente se levantarán las naciones desconociéndose y del norte hacia el sur también se levantarán para encontrarse todas en la encrucijada, con cuyo choque se producirá una inmensa hoguera en la que arderá el odio, se extinguirá el orgullo y se consumirá la mala yerba. 34. Es necesario que las nuevas generaciones encuentren una tierra limpia, para que florezca la paz y el amor; pero antes desaparecerá hasta la última huella del crimen de Caín, cuya herencia aún lleva consigo la humanidad. 35. Vosotros que estáis bajo el efluvio de mis lecciones, ¿Encontráis que en todo ese dolor que se avecina, haya castigo o venganza divina? No, me decís, es el fruto que hemos cultivado y que vamos a recoger. 36. Yo siempre tengo caridad de mis hijos, porque sois muy pequeños para comprender todo el mal que os hacéis; por eso me acerco a vosotros, y materializando mi palabra os envío mis mensajeros a amonestaros, a preveniros de vuestro mal camino, pero, ¿Cuándo habéis atendido a mis llamados? Nunca, de ahí el motivo por el que está sufriendo la humanidad. 37. Pueblo amado, no seáis un simple espectador ante el caos que contemplaréis, porque tendréis que responderme de la paz y de la fortaleza que habéis recibido. 38. Esa paz y esa fuerza son para que oréis, para que vuestro cerebro no se ofusque y os mostréis diligentes e infatigables haciendo el bien, encendiendo la fe y esparciendo consuelo entre la humanidad. 39. Discípulos amados: extended mi doctrina entre vuestros hermanos. Yo os encargo que habléis con claridad, tal como os he enseñado. Estudiad cuidadosamente todas las partes de esta Obra, porque de cierto os digo, que mañana seréis interrogados por vuestros hermanos. Yo sé que vendrán a preguntaros qué concepto tenéis de la Trinidad de Dios, de la Divinidad de Cristo y de la pureza de María, y es menester que os encontréis fuertes para que salgáis avante en esas pruebas. 40. Sobre la Trinidad diréis: que no son tres personas distintas las que existen en Dios, sino un solo Espíritu Divino, el cual se ha manifestado en tres fases distintas a la humanidad, y ésta en su pequeñez para penetrar en lo profundo, creyó mirar tres dioses donde sólo existe un solo Espíritu. Por lo tanto, cuando escuchéis el nombre de Jehová, pensad en Dios como Padre y como Juez. Cuando penséis en Cristo, mirad en El a Dios como Maestro, como Amor, y cuando tratéis de comprender de donde procede el Espíritu Santo, sabed que no es otro que Dios manifestando su sabiduría a los discípulos, que más han adelantado. 41. Si Yo hubiera encontrado a la humanidad de los primeros tiempos tan evolucionada espiritualmente como ésta de hoy, me habría manifestado delante de ella como Padre, como Maestro y como Espíritu Santo, y entonces los hombres no habrían visto tres dioses donde sólo existe uno. Pero no se encontraban capacitados para interpretar mis lecciones y se hubiesen confundido y apartado de mi senda, para seguir creando dioses accesibles y pequeños, según su imaginación. 42. Ya sabéis la causa por la que el Padre se ha manifestado por tres etapas, y también sabéis el error de los hombres sobre el concepto de la Trinidad. 43. En mi Espíritu divino existe un número infinito de fases y atributos. Mas por haberme mostrado en tres formas a través de tres eras, os he nombrado Trinitarios y ahora ya me reconocéis en esas tres revelaciones y las sabéis unir en una sola, mirando en ella a un solo Dios que lo mismo puede manifestarse como Juez, que mañana como Maestro y más tarde como Padre de infinita sabiduría y bondad. 44. Ya no tratéis de darme forma material en vuestra mente, porque no existe forma en mi Espíritu, como no tiene forma la inteligencia, el amor, ni la sabiduría. 45. Os digo esto, porque muchos me han representado en la forma de un anciano cuando piensan en el Padre, y Yo no soy un anciano porque estoy fuera del tiempo, mi Espíritu no tiene edad. 46. Cuando pensáis en Cristo, al instante formáis en vuestra mente la imagen corpórea de Jesús y Yo os digo, que Cristo, el Amor Divino encarnado, mi Verbo hecho hombre, en cuanto dejó la envoltura corpórea, se fundió en mi Espíritu, del cual había brotado. 47. Mas cuando habláis del Espíritu Santo; utilizáis el símbolo de la paloma para tratar de imaginarlo con alguna forma, y Yo os digo que el tiempo de los símbolos ha pasado, y que por esta razón cuando os sintáis bajo la influencia del Espíritu Santo, lo recibáis como inspiración, como luz en vuestro espíritu, como claridad que viene a disipar incertidumbres, misterios y tinieblas. 48. Si os digo que Cristo es el amor del Padre, comprended que Cristo es divino. ¿Qué de extraño hay en que Dios haya hecho encarnar su amor, para manifestarlo a un mundo carente de espiritualidad? ¿No es esto una prueba de caridad perfecta entregada a los que no pudiendo ir al Padre, son buscados por El? 49. Ahora bien, quiero enseñaros que Cristo no es menos que Yo ni que está después de Mí, porque si Él es Amor, ese amor ni está después ni está antes de ninguna otra potencia, está unido y fundido en todas, formando lo Absoluto, lo Divino, lo Perfecto. 50. ¿Y qué queréis que os diga de María que fue enviada por el Señor a la Tierra para servir de Madre a Jesús, en cuyo cuerpo se había de manifestar el Verbo? 51. En verdad os digo: que Ella fue la ternura divina encarnada, por ello cuando en su estancia escuchó las palabras del Mensajero del Señor, anunciándole que en su seno concebiría al Mesías, en su corazón no hubo duda ni rebeldía ante lo que Ella sabía que era voluntad divina. Su ejemplo fue de humildad y de fe, su obra fue callada y sublime, por eso fue la única capaz de cumplir aquel mensaje celestial y de aceptar aquel sublime destino sin vanidad. 52. Jesús vivió su niñez y juventud al lado de María, y en su regazo y a su lado gozó de su amor maternal. La ternura divina hecha mujer endulzó al Salvador los primeros años de su vida en el mundo, ya que llegada la hora, había de beber tanta amargura. 53. ¿Cómo es posible que haya quien pueda pensar que María, en cuyo seno se formó el cuerpo de Jesús y a cuyo lado vivió el Maestro, pudiese carecer de elevación espiritual, de pureza y santidad? 54. El que me ame, antes tendrá que amar todo lo mío, todo lo que amo Yo. 55. Estas enseñanzas de amor y caridad, las debéis dar a conocer a vuestros hermanos. Es necesario que sepáis que no es indispensable que toda la humanidad me escuche en la forma en que a vosotros me manifiesto. Me basta que este pueblo presencie y escuche estas enseñanzas para que sea después mi testigo y emisario ante sus hermanos. 56. Si esta forma de comunicación fuese la más elevada que los hombres pudiesen alcanzar, entonces la daría a conocer en toda la Tierra, y una vez establecida, no tendría fin; pero como esta comunicación a través del portavoz humano es solamente la preparación para la comunicación perfecta de Espíritu a espíritu, le he concedido un lapso de tiempo, marcándole el instante de su término que será 1950. 57. Estas multitudes que año por año han asistido a la Cátedra de su Maestro, son las destinadas a extender este mensaje entre la humanidad, después de que hayan dejado de escuchar mi palabra. 58. No deberán levantarse a doctrinar antes de mi partida porque es necesario que escuchen mis últimas enseñanzas, que serán las más profundas y por lo tanto las que los dejen fuertes y preparados para la lucha. 59. Todos, desde las congregaciones más antiguas, hasta los que comienzan a reunirse en los recintos más recientes, han escuchado de Mí, que esta comunicación cesará al finalizar el año de 1950, que es mi voluntad divina que así sea, y que el pueblo en ninguna forma deberá oponerse a lo dispuesto por el Padre. 60. Pretender hacerme esperar un tiempo más entre vosotros sería necio, sería negarle al Padre su perfección y su justicia y sería negar que he sido Yo, el inmutable, quien os ha hablado. 61. Os digo esto porque aunque en estos instantes ninguno se siente capaz de consumar esa profanación, Yo sé que en los momentos decisivos, en la hora amarga y triste de mi despedida, no faltará un traidor en mi mesa, un débil que arroje lejos de sí el pan que por mucho tiempo lo alimentó y con un falso beso de amor me entregue al escarnio y a la burla de la humanidad. 62. ¿Quién creéis que se comunique por estos entendimientos, cuando haya cesado el tiempo de mi comunicación? ¿Por ventura queréis hacerme partícipe de vuestra desobediencia? 63. Pensad que una desobediencia vuestra, originaría más tarde la confusión entre la humanidad; que una profanación de tal magnitud fomentaría el caos entre las multitudes, nadie creería en mi manifestación como Espíritu Santo, todos perderían la fe. 64. Desde ahora os digo: que los que quieran hacer creer que me sigo comunicando por su conducto, después del tiempo fijado por Mí, serán negados y llamados impostores y quien se comunique por sus entendimientos será llamado falso Cristo; más los videntes que hiciesen causa común con aquel engaño, serán llamados falsos profetas. 65. Pueblo: Fortaleceos en todo lo que hoy os digo, para que cuando llegue la hora de prueba, sepáis permanecer firmes, unidos a mi ley, respetando mi voluntad, porque con vuestra conducta daréis el mayor testimonio de que habéis creído que esta palabra es la suprema verdad. Quien hiciese lo contrario, me habrá negado. 66. Bienaventurados los que permanezcan fieles a mi palabra, porque a ellos llegado el tiempo les tomaré como emisarios y testigos de este mensaje divino, que a través de mi comunicación por el entendimiento humano deje a la humanidad, como una lección precursora para la verdadera comunicación de espíritu a Espíritu con vuestro Padre. 67. Hoy busco a vuestro espíritu porque la morada espiritual reclama su presencia. 68. No habéis podido elevaros porque cada imperfección vuestra es un eslabón de esa cadena que os ata a las posesiones terrenales, impidiéndoos vibrar en las regiones que le corresponden al espíritu. 69. ¿Qué os labraréis para después de esta vida? ¿Acaso pensáis que vuestro espíritu puede penetrar con planta firme en una morada donde sólo la espiritualidad es su luz y su sostén? 70. Escuchad esta palabra, analizadla y comprenderéis que ella viene a ayudaros a despojaros de todo lo superfluo, porque esas influencias no dejan en libertad a vuestro espíritu. 71. Aquí ante mi presencia, despojad a vuestro espíritu de todas las impurezas y dejadle libre. No temáis, porque no vais a descubrirme ningún secreto, Yo os conozco mejor que vosotros mismos. Confesaos íntimamente Conmigo, Yo sabré comprenderos mejor que nadie y podré absolveros de causas y deudas porque soy el único que puede juzgaros. Mas cuando os hayáis reconciliado con vuestro Padre y en vuestro ser escuchéis el himno de triunfo que entone vuestro espíritu, sentaos en paz a mi mesa, comed y bebed los manjares del Espíritu, que en la esencia de mi palabra se encuentra. 72. Cuando os levantéis de la mesa para volver a vuestras diarias faenas, no olvidéis que en cada uno de vuestros pasos está presente mi ley y que mi mirada os contempla. Con esto quiero deciros, que no sólo os preparéis de espíritu y entendimiento cuando penetréis a estos recintos a escuchar mi Palabra, sino que ese temor de ofenderme que mostráis en estos lugares, os acompañe a todas partes y en todo tiempo. 73. Tenéis mi palabra en vuestra conciencia, para que a ella le consultéis si vais caminando dentro del sendero del cumplimiento. 74. A todos los que me escuchan les doy la misma palabra, ni al pobre le doy más por ser menesteroso, ni al rico le doy menos; de cierto os digo que en espíritu todos estáis necesitados. 75. A todos os amo por igual, no contemplo diferencias de clases, de razas, de idiomas o de credos, ni siquiera diferencia de sexos, Yo hablo para el espíritu, a él es a quien busco y al que he venido a doctrinar para guiarlo con la luz de mi enseñanza a la “Tierra prometida”. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 40 1. Para que el Verbo de Dios habitara entre la humanidad, y le mostrara el camino de su restitución con los sublimes ejemplos de su amor, todo lo preparo el Padre. 2. Primero inspiró a los profetas que habían de anunciar la forma en que el Mesías vendría al mundo, cuál sería su obra, sus padecimientos y su muerte en cuanto hombre, a fin de que cuando Cristo apareciese en la Tierra, el que conociese las profecías, le reconociera al instante. 3. Siglos antes de mi presencia a través de Jesús, el profeta Isaías dijo: Por lo tanto el Señor os dará esta señal “he aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo que se llamará Emmanuel” (Que quiere decir “Dios con nosotros”). Con esta profecía entre otras anunció mi llegada. 4. David, muchos siglos antes de mi advenimiento, cantaba con salmos llenos de dolor y sentido profético, los sufrimientos del Mesías durante la crucifixión. En aquellos salmos habla de una de mis siete palabras en la cruz, anuncia el desprecio con que las multitudes me habían de conducir al sacrificio, las frases de burla de los hombres al oírme decir que en Mí estaba el Padre, la soledad que había de experimentar mi cuerpo ante la ingratitud humana, todos los tormentos a que habría de ser sujeto y hasta la forma en que echarían suertes sobre mi vestidura. 5. Cada uno de mis profetas vino a anunciar mi llegada, a preparar los caminos y a dar señales precisas para que llegado el día nadie se confundiese. 6. En Nazareth vivía una flor de pureza y de ternura, una virgen desposada, llamada María que era precisamente la anunciada por el profeta Isaías, para que de su seno surgiese el fruto de la Vida Verdadera. Hasta ella llegó el enviado espiritual del Señor para comunicarle la misión que traía a la Tierra, diciéndole: “Salve muy favorecida, el Señor es contigo, bendita Tú entre las mujeres”. 7. La hora de ser revelado el divino misterio, había llegado, y todo lo que sobre la presencia del Mesías, del Salvador, del Redentor, se había dicho, estaba próximo a cumplirse. Pero cuán pocos fueron los corazones sensibles a mi presencia. Cuán pocos los espíritus que estuvieron preparados, para reconocer en la luz de mi verdad, el reino de los cielos. 8. Los hombres en su mayoría materializados por sus ambiciones, sujetándolo todo a sus acontecimientos y experiencias humanas, tratando de comprobar lo espiritual por medio de su ciencia material, tuvieron que confundirse ante lo incomprensible y acabaron negándome. 9. Pocos fueron los que me amaron y siguieron y muchos los que me desconocieron. 10. Los que me amaron, fueron los que reconocieron mi presencia a través de la sensibilidad espiritual y de la fe. Dones superiores a la razón humana, a la ciencia y a la inteligencia. 11. A cada paso me escudriñaban. Todos mis actos y palabras fueron juzgadas con mala intención, las más de las veces se confundían ante mis obras o pruebas, porque sus entendimientos no eran capaces de comprender lo que sólo el espíritu puede concebir. 12. Si oraba, decían: ¿Para qué ora si dice estar lleno de poder y sabiduría? ¿Qué puede necesitar o pedir? Y si no oraba, decían que no cumplía con su culto. 13. Si veían que no llevaba a mis labios algún sustento, mientras mis discípulos comían, juzgaban que Yo estaba fuera de las leyes instituidas por Dios, y si me veían tomar alimento se preguntaba, ¿Qué necesidad tenía de comer para vivir, quien decía ser la vida? No comprendían que Yo había venido al mundo a revelarles a los hombres, cómo debería vivir la humanidad después de una prolongada purificación, para que brotara de ella una generación espiritualizada, que estuviera por sobre las miserias humanas, de las necesidades imperiosas de la carne y de las pasiones de los sentidos corporales. 14. Muchos siglos han pasado después de que con mi presencia iluminé a la humanidad y cuando tratan de comprender la verdad sobre la concepción de María, sobre mi naturaleza humana y mi esencia espiritual, su mente turbada no ha podido comprender, ni su corazón envenenado ha concedido aquella verdad. 15. Esa mente y ese corazón, liberados por un instante de sus tinieblas, dejarán escapar a su espíritu a las regiones de la luz, en donde se sentirá iluminado por una claridad superior, que no será la de su razón ni la de su ciencia. 16. Entonces sabrán por el espíritu ya evolucionado, la verdad que su pequeño y limitado entendimiento no pudo revelarles. 17. Porque si los hombres supiesen sentir y comprender todo el amor que mi Espíritu derrama sobre ellos a través de la naturaleza, todos serían buenos. Pero unos son ignorantes y otros son ingratos. 18. Sólo cuando los elementos manifiestan mi justicia es cuando se estremecen, más no porque comprendan que es la voz de mi justicia la que les habla, sino porque temen por su vida o por sus bienes terrenales. 19. Desde el principio de la humanidad hasta el presente, mi justicia se ha hecho sentir en los hombres por medio de los elementos, ya que en su rudeza de los primeros tiempos y en su materialismo del tiempo presente, sólo son sensibles a las pruebas materiales. 20. ¿Hasta cuándo va a evolucionar la humanidad, para que comprenda mi amor y sienta mi presencia por medio de la conciencia? Cuando la humanidad escuche mi voz que le aconseja y cumpla con mi ley, será indicio de que han pasado para ella las eras de materialismo. 21. Por ahora aún tendrán que ser tocados por los elementos en muchas formas, hasta ser convencidos de que existen fuerzas superiores ante las cuales el materialismo del hombre es muy pequeño. 22. La Tierra se estremecerá. El agua lavará y el fuego purificará a la humanidad. 23. Todos los elementos y fuerzas de la naturaleza se harán sentir sobre la Tierra, en donde los seres humanos no han sabido vivir en armonía con la vida que los rodea. 24. Con ello la naturaleza no busca la destrucción de quienes la profanan, sólo busca la armonía entre los hombres y todas las criaturas. 25. Si cada vez se manifiesta mayor su justicia, es porque las faltas de los hombres y su falta de armonía con las leyes es mayor también. 26. Yo os dije que la hoja del árbol no se movía sin mi voluntad, y ahora os digo que ningún elemento obedece a otra voluntad que no sea la mía. 27. También os digo que la naturaleza puede ser para los hombres lo que ellos quieran. Una madre pródiga en bendiciones, en caricias y sustento, o un desierto árido en donde reinen el hambre y la sed. Un maestro de sabias e infinitas revelaciones sobre la vida, el bien, el amor y la eternidad, o un juez inexorable ante las profanaciones, desobediencias y errores de los hombres. 28. Mi voz de Padre dijo a los primeros hombres, bendiciéndolos: “Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, sojuzgadla y señoread en los peces de la mar, en las aves del cielo y en todas las criaturas que se mueven en la tierra”. 29. Si, humanidad, Yo formé al hombre para que fuese señor y tuviese potestad en el espacio, en las aguas, en toda la tierra y en los elementos de la creación. Mas he dicho: “Señor”, porque los hombres creyendo señorear con su ciencia la Tierra, son esclavos; creyendo dominar las fuerzas de la naturaleza, se convierten en víctimas de su impreparación, de su temeridad e ignorancia. 30. El poder y la ciencia humana han invadido la Tierra, los mares y el espacio, pero su poder y su fuerza no armonizan con el poder y la fuerza de la naturaleza, la que como expresión del amor divino, es vida, es sabiduría, es armonía y es perfección. En las obras humanas, en su ciencia y en su poder se manifiestan solamente el orgullo, el egoísmo, la vanidad, la maldad. 31. Pronto la fuerza de los elementos despertará a la humanidad. Los hombres por medio del cáliz del dolor, saldrán del materialismo, para contemplar la luz de la verdad, que les mostrara el camino por donde debían haber alcanzado la sabiduría y el verdadero poder. 32. Nunca será tarde para el arrepentimiento, para la reparación de un error o la regeneración de un pecador. Las puertas de mi Reino estarán abiertas siempre, esperando al hijo que al fin, después de mucho caminar a su libre albedrío, abrirá sus ojos a la luz y comprenderá que no existe libertad más perfecta y maravillosa, que la del espíritu que sabe cumplir con la voluntad de su Padre. 33. Libertad infinita dentro del amor del bien, de la justicia y lo perfecto. 34. Para cumplir con mi ley, debéis orar, siempre elevando vuestro espíritu hacia vuestro Padre. 35. He visto que para orar buscáis de preferencia la soledad y el silencio, y hacéis bien en ello cuando tratéis de buscar la inspiración por medio de la oración, o cuando queráis darme gracias, mas también os digo que debéis practicar la oración en cualquiera que sea la condición en que os encontréis, con el fin de que sepáis invocar mi ayuda en los trances más difíciles de vuestra vida, sin perder la serenidad, el dominio sobre vosotros mismos, la fe en mi presencia y la confianza en vosotros. 36. La oración puede ser larga o breve, según sea necesario. Podréis, si así lo deseáis, pasar horas enteras dentro de aquel deleite espiritual, si vuestra materia no se fatiga o si algún otro deber no reclama vuestra atención. Y puede ser tan breve que se concrete a un segundo, si os encontráis sujetos a alguna prueba que de pronto os haya sorprendido. 37. No son las palabras con que vuestra mente trate de formar la oración lo que llega a Mí, sino el amor, la fe, o la necesidad con la que os presentáis ante Mí, por eso os digo que habrá casos en que vuestra oración sea de un segundo, porque no habrá tiempo a formular pensamientos, frases e ideas, como acostumbráis. 38. Doquiera podréis invocarme, porque para Mí, es indiferente el sitio, ya que lo que busco es a vuestro espíritu. 39. Si a vosotros os agrada orar en el campo, o sentís mayor recogimiento en estos recintos, o preferís vuestra alcoba, hacedlo donde os sintáis más cerca de vuestro Padre, pero no olvidéis que para Mí, que estoy en todas partes, el lugar para comunicarme con vuestro espíritu es indiferente. 40. No siempre oráis con la misma preparación, de ahí que tampoco experimentéis siempre la misma paz o la misma inspiración. 41. Hay ocasiones en que lográis inspiraros y elevar el pensamiento, y hay otras en que estáis completamente indiferentes. ¿Cómo queréis recibir siempre en la misma formabais mensajes? Debéis educar vuestra mente y aun a vuestro cuerpo a colaborar con el espíritu en los momentos de la oración. 42. El espíritu siempre está dispuesto a comunicarse conmigo, pero requiere de la buena disposición de la materia para poder elevarse y liberarse en aquellos instantes, de todo cuanto en su vida terrestre le rodea. 43. Esforzaos por lograr la verdadera oración, porque quien sabe orar, lleva en sí la llave de la paz, de la salud, de la esperanza, de la fuerza espiritual y de la vida eterna. 44. El escudo invisible de mi ley le protegerá, contra las acechanzas y peligros, llevará en sus labios una espada invisible para abatir a cuantos adversarios se opongan a su paso; un faro de luz alumbrará su ruta en medio de las tormentas; un prodigio constante estará a su alcance siempre que necesite de él, ya sea para sí mismo o para beneficio de sus hermanos. 45. Orad, practicad ese sublime don del espíritu, porque esa fuerza será la que mueva la vida de los hombres del futuro, aquellos que alcanzarán en materia la comunicación de espíritu a Espíritu. 46. Los padres de familia se inspirarán a través de la oración para conducir a sus hijos. 47. La salud la recibirán los enfermos por medio de la oración. Los gobernantes resolverán sus grandes problemas, buscando la luz con la oración, y el hombre de ciencia recibirá las revelaciones también por medio del don de la oración. 48. Buscad ese mundo de luz espiritual, ejercitaos en la oración del espíritu, perfeccionad esa forma hasta donde podáis y transmitid a vuestros hijos ese conocimiento, confiando en que ellos darán un paso más allá de donde hayáis llegado vosotros. Para ayudaros en vuestra oración, con sencillez vengo a explicaros mi doctrina, aclarando las revelaciones que os entregué en los tiempos pasados. ¿Sabéis por qué podéis comprender mejor mi palabra? Porque vuestro espíritu ha evolucionado. 49. Pronto hablaréis de mi doctrina a la humanidad, dando pruebas de que habéis comprendido la lección que predicáis, apoyando vuestras palabras con vuestras buenas obras. En verdad os digo, que ante vuestro ejemplo aún los más reacios se convencerán de la verdad de esta doctrina. 50. Uno solo de mis discípulos que haya desarrollado sus dones espirituales y que haya fortalecido su corazón en la práctica de la caridad, resistirá todas las pruebas a que la humanidad quisiera someterle, porque si ha logrado expresar con esencia y verdad mi palabra y ha convertido su corazón en venero inagotable de amor y caridad hacia sus hermanos, quiere decir que ha orado y por su virtud se encuentra en el sendero de la espiritualidad. Ese discípulo está preparado para dar testimonio de Mí. 51. Ahora que aún faltan algunos años para que termine mi manifestación bajo esta forma, guardad en vuestro corazón mi palabra y aprended de Mí. Si así lo hacéis en el camino de vuestra lucha, sabréis cuándo debéis hablar a vuestros hermanos y cuándo tendréis que doctrinar con vuestro silencio. 52. Llevaréis la confianza absoluta en mi ayuda divina y la fe inquebrantable en que lo que vais a hacer o a entregar; tendrá un buen resultado, porque estaréis cumpliendo con mi ley. 53. De esa confianza y de esa fe, dependerá la eficacia de vuestras palabras y obras. 54. No siempre podréis hablar, pero sí en todas las ocasiones pondréis a prueba el desarrollo de los dones de vuestro espíritu. 55. Preparaos y bastará vuestra presencia en un momento de prueba, para que la luz brille en los entendimientos, la tempestad se torne en paz y vuestra oración espiritual hará el prodigio de que un manto de caridad y de ternura se manifieste sobre aquéllos por quienes oréis. 56. Vuestra buena influencia será sobre lo espiritual y sobre lo material. No os concretéis a luchar solamente contra elementos visibles, sino también contra lo invisible. 57. Si la luz de mi Espíritu ha iluminado al hombre de ciencia para que descubra el origen de los males del cuerpo, a lo que llamáis enfermedades, también os ilumina a vosotros para que descubráis con vuestra sensibilidad espiritual el origen de todos los males que aquejan la vida humana, así sean los que turban al espíritu, como a los que ofuscan la mente o atormentan al corazón. 58. Hay fuerzas invisibles a la mirada humana e imperceptible a la ciencia del hombre, que influyen constantemente en vuestra vida. 59. Las hay buenas y las hay malas; las unas os dan la salud y las otras os provocan enfermedades; las hay luminosas y también obscuras. 60. ¿De dónde surgen esas fuerzas? Del espíritu, discípulos, de la mente y de los sentidos. 61. Todo espíritu encarnado o desencarnado, al pensar, emana vibraciones; todo sentimiento ejerce una influencia. Podéis estar seguros de que el mundo está poblado de esas vibraciones. 62. Ahora podréis comprender fácilmente que donde se piensa y se vive en el bien, tienen que existir fuerzas e influencias saludables y que donde se vive fuera de las leyes y normas que señala el bien, la justicia y el amor, tienen que existir fuerzas maléficas. 63. Unas y otras invaden el espacio y luchan entre sí, influyen en la sensibilidad de los hombres, y si éstos saben distinguir, toman las buenas inspiraciones y rechazan las malas influencias; pero si son débiles y no están preparados en la práctica del bien, no podrán hacer frente a esas vibraciones y estarán en peligro de convertirse en esclavos del mal y de sucumbir bajo su dominio. 64. Esas vibraciones lo mismo brotan de espíritus encarnados que de seres desencarnados, porque lo mismo en la Tierra que en el más allá existen espíritus buenos y espíritus turbados. 65. En este tiempo es mayor la influencia del mal que la del bien; por lo tanto, la fuerza que domina en la humanidad es la del mal, del que se derivan el egoísmo, la mentira, la lujuria, el orgullo, el placer de hacer daño, la destrucción y todas las bajas pasiones. De ese desequilibrio moral provienen las enfermedades que atormentan al hombre. 66. No tienen los hombres armas para combatir contra esas fuerzas. Han sido vencidos y llevados prisioneros al abismo de una vida sin luz espiritual, sin alegría sana, sin aspiraciones por el bien. 67. Ahora que el hombre cree encontrarse en la cumbre del saber, es cuando ignora que está en el abismo. 68. Yo que conozco vuestro principio y vuestro futuro en la eternidad, di a los hombres desde los primeros tiempos armas con las que pudieran luchar contra las fuerzas del mal; pero las despreciaron, prefirieron la lucha del mal contra el mal en la que nadie triunfa, porque todos resultarán vencidos. 69. Escrito está que el mal no prevalecerá, lo que quiere decir que al final de los tiempos será el bien el que triunfe. 70. Si me preguntáis cuáles fueron las armas con las que doté a la humanidad para luchar contra las fuerzas o influencias del mal, os diré que fueron la oración, la perseverancia en la ley, la fe en mi palabra, el amor de los unos para los otros. 71. Ahora he tenido que manifestarme a esta humanidad espiritualmente, para explicarle palabra por palabra el origen del bien y del mal y la forma de luchar para triunfar en la gran batalla del Tercer Tiempo. 72. Vengo a poneros alerta haciendo sensible a vuestro espíritu, para que aprendáis a recibir todo lo bueno que a vosotros llegue y a rechazar y combatir lo malo. 73. Nadie se mofe de cuanto digo, porque con su burla dará a conocer su enorme ignorancia. 74. Sabéis que fueron burlados todos los enviados que habéis tenido, precursores de una revelación espiritual o científica, y sin embargo, tiempo después, la humanidad tuvo que aceptar sus revelaciones, convencida de la verdad que predicaron. 75. ¿Sabía el hombre de la antigüedad en qué forma se verificaba el contagio de alguna enfermedad, o cuál era la causa de la propagación de una epidemia? No, lo ignoraban, de aquella ignorancia surgieron las supersticiones y los cultos misteriosos. Pero llegó un día en que la inteligencia del hombre iluminada por la luz del Creador, descubrió la causa de sus males físicos y comenzó a luchar por encontrar la forma de recuperar la salud. Entonces, lo que había sido oculto e invisible al hombre de ciencia, llegó a serle comprensible, con lo que la humanidad adquirió un conocimiento que los hombres de los tiempos pasados no tuvieron. 76. En la misma forma llegarán a conocer el origen y la influencia de las fuerzas del bien y del mal sobre la humanidad; y cuando ese conocimiento sea del dominio público, no habrá quien al escuchar esta enseñanza, dude de la verdad de mi doctrina. 77. Vengo a iluminaros con la luz de esta enseñanza, para que encontréis en vuestro espíritu los dones que la humanidad había despreciado desde los primeros tiempos, para que vuestro espíritu despertando de su letargo, iluminado por la luz de la conciencia, sepa rechazar las fuerzas del mal y alcance el pleno desarrollo de su evolución espiritual. Así como en el aire contaminado llega a vosotros el germen de una enfermedad, invisiblemente y en silencio llegan las malas influencias espirituales perturbando vuestra mente y haciendo flaquear a vuestro espíritu. 78. Sólo la oración podrá daros intuición y sensibilidad, fuerza e inspiración para sosteneros en la diaria y constante lucha contra el mal. 79. Os he hablado acerca de las fuerzas e influencias del mal ¿Y acaso os he hecho mención de algún espíritu? ¿Lo he nombrado por ventura? No, me decís. Más debo aclararos en este tiempo, que no existe ningún espíritu que represente o que sea el origen del mal. 80. Las antiguas creencias, figuras, formas y nombres simbólicos con que los hombres de los tiempos pasados representaron el mal, dándole forma humana y concediéndole existencia espiritual, creencias que han llegado hasta las presentes generaciones deben desaparecer, porque sin daros cuenta habéis creado con ellas mitos y cultos supersticiosos, indignos de la evolución espiritual que el hombre ha alcanzado en este tiempo. 81. Sabed que el mal surgió del hombre, de sus flaquezas, y que a medida que fue creciendo en número la humanidad, así como sus imperfecciones y pecados, la fuerza o influencia del mal fue aumentando. Esa fuerza, formada por pensamientos, ideas, sentimientos y pasiones, comenzó a hacer sentir su influencia en los hombres y éstos llegaron a creer que se trataba de un espíritu que seguramente era la representación del mal, sin darse cuenta de que esa fuerza está formada por sus imperfecciones. 82. Velad y orad para que no caigáis en tentación. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 41 1. En todos los tiempos os he hablado de la vida eterna que existe más allá de lo material. Os he prometido que todos gozaréis de ella, mas también os he revelado que debéis restituir los males que hayáis causado para que vuestro espíritu evolucione. 2. Para ayudaros os he dicho: Haced buenas obras en la Tierra, para que la simiente que sembréis, dé buenos frutos y la cosecha la reciba Yo que soy el Camino y la Vida. 3. He visto que la humanidad es reacia, que se ha materializado y he tenido que darle mi enseñanza para hacerle comprender cuál es el camino que debe seguir, para alcanzar la verdadera vida y encender en ella la esperanza de llegar a Mí. 4. El camino para alcanzar la perfección es largo y sin mi ayuda divina no podréis llegar. La vida espiritual en el más allá es un misterio para el hombre, mas estudiad mi enseñanza, practicad lo que su esencia os enseña y cuando traspaséis los umbrales de la vida verdadera, no os sorprenderéis ni os turbaréis. 5. En los primeros tiempos de la humanidad era tan escasa su evolución espiritual, que su intuición sobre la existencia del espíritu después de la muerte material y el conocimiento de su destino final, hacía que el espíritu al desencarnar penetrara en un letargo profundo del cual lentamente iba despertando, más cuando Cristo se hizo hombre en Jesús para darle su enseñanza a todos los espíritus, una vez que hubo consumado su misión entre la humanidad, envió su luz a multitudes de seres que desde el principio del mundo esperaban su advenimiento para ser libertados de su turbación y poder elevarse hacia el Creador. 6. Sólo Cristo podía iluminar aquellas tinieblas, sólo su voz podía resucitar a aquellos espíritus que dormían para su evolución. Cuando Cristo expiró en cuanto hombre, el Espíritu divino hizo luz en las moradas espirituales y en los mismos sepulcros, de donde salieron los espíritus que junto a sus cuerpos dormían el sueño de la muerte. Esos seres vagaron esa noche por el mundo haciéndose visibles a las miradas humanas como un testimonio de que el Redentor era vida para todos los seres y de que el espíritu es inmortal. 7. Sólo Jesús podía mostrarles el camino para llegar a la cumbre del monte de la vida verdadera; quien cree en El, dé fe de su obra y practique su doctrina, no permanecerá estacionado. 8. Discípulos: No porque escuchéis estas revelaciones, que vienen a iluminar vuestro sendero, queráis sentiros superiores a vuestros hermanos. Es tan extenso el camino que tenéis que recorrer, que debéis comprender que apenas estáis dando los primeros pasos en él. Si os revelo algunos misterios del más allá, es para que desde ahora conozcáis el camino y os preparéis para no perderos ni tropezar en él. Ved que así como en este mundo existen muchos caminos por donde el hombre puede extraviarse, también en el extenso valle espiritual, existen sendas que pueden llevar a la confusión al espíritu, si éste no ha velado y orado. 9. Dejad que la savia de mi amor os dé vida, recordad que os he dicho: Yo soy la vid y vosotros los sarmientos, vosotros debéis dar frutos que glorifiquen al árbol del cual procedéis. 10. Es menester que analicéis con paciencia mi palabra para que mañana sepáis explicarla a vuestros hermanos y para que podáis practicarla de acuerdo con la verdad que ella encierra. ¿Cuándo alcanzará el hombre la perfección que le enseña mi ley? Cuando haya cumplido con el primer mandamiento. Porque hasta ahora, la humanidad ha amado todos los bienes del mundo antes que a su Creador, sin embargo cuando los hombres elevan su oración hacia Mí, todos dicen amarme, y cuando por causa de su pecado encuentran el dolor me pregunta: “¿Señor, por qué me castigáis si os amo tanto?” Mas luego, cuando he quitado de su camino el abrojo que los hería, se olvidan de quien tanto los ama. 11. Escuchad: “Encontrábanse en una sinagoga dos hombres orando, uno de ellos vestía lujosas galas, el otro iba casi desnudo. El primero daba gracias al Creador, porque todo lo que poseía, creía tenerlo por sus propios méritos y juzgaba que aquél que a su lado se encontraba, pobre, desnudo y hambriento, era porque así recogía la cosecha de lo que con su pecado había sembrado. 12. El pobre se sentía indigno de estar ante la presencia de su Señor y pedía perdón y fuerzas para cumplir con su expiación. 13. El poderoso daba gracias, porque juzgaba que si su cuerpo estaba engalanado, más debería estarlo su espíritu. 14. Pasó el tiempo y la muerte sorprendió a ambos. El rico era llorado por los suyos, su entierro fue solemne y tuvo una rica sepultura; su espíritu se desprendió de la materia y al penetrar en el valle espiritual se turbó, porque su materialismo le impedía elevarse, doquiera que daba un paso tropezaba y todo le parecía estar en tinieblas a su derredor. Mientras el pobre, que era un caminante, sintiéndose cansado, se sentó bajo un árbol y dando un suspiro dejó esta vida. Nadie lo lloró, nadie lo acompañó en aquella hora, él no tuvo sepultura porque su cuerpo fue pasto de las aves de rapiña. Su espíritu fue también al más allá con la fe con que vivió en el mundo, fe puesta en el futuro. Penetró en el valle de los espíritus sin que nadie le impidiera la entrada. Caminó en pos de una luz y al llegar a ella, se sintió vestido y engalanado y aquellas vestiduras tenían reflejos luminosos. Quiso aquel espíritu descansar de su larga jornada, cuando contempló delante de él a su Padre, que con amor le entregaba el galardón que había conquistado con sus obras de fe y resignación. 15. El que había sido poderoso, se debatía aún en su confusión, por momentos olvidaba quién era, por instantes lloraba preguntando en dónde estaba, dónde se encontraba su cuerpo y dónde había dejado sus tesoros. Luego recordaba a su Señor para decirle: Yo soy aquél que me presentaba en el templo para mostrar mis galas y mi poder, y deciros que estaba conforme con que vos me hubieseis dado tanto. ¿Por qué ahora me desconocéis y no me llamáis? Entonces escuchó una voz que le dijo: En la Tierra solamente forjasteis una gloria para vuestras vanidades humanas, fuisteis altivo, humillasteis al pobre y tuvisteis horror del leproso; nada de lo que acumulasteis en el mundo podía serviros para ayudaros en esta vida, es por eso que ahora sois el más menesteroso entre los menesterosos. 16. Aquel espíritu, lejos de aceptar y reconocer la justicia divina iniciando con humildad su expiación, blasfemó en contra de su Señor, llamándolo injusto y alejándose de Él; cada vez más turbado por la ira, encontró a su paso una legión de seres que se dirigían a la Tierra a causar daños a la humanidad; se alió a ellos, sembrando a su paso vanidades, materialismo, egoísmo y soberbia; mas llegó a sentir hastío y cansancio de causar tanto mal, y por un instante se detuvo a meditar. Habían pasado siglos, había causado muchas víctimas, porque a todos los que inspiró, los condujo al abismo. Se sintió solo, más en su soledad escuchaba una voz que le hablaba desde el interior de su ser, era su conciencia, que al fin lograba ser escuchada, se juzgó a sí mismo y vio que era muy pequeño ante la creación, entonces con humildad, doblegado ya su orgullo, buscó a su Señor y en su oración le habló pidiéndole perdón para sus faltas, y la voz del Padre le dijo: Yo os perdono, mas id en busca de aquel hambriento a quien juzgasteis en la sinagoga. Cuando estaba dispuesto a cumplir con aquel mandato, elevó su mirada y vio que aquél a quien había contemplado miserable en el mundo, se encontraba cubierto de blanquísima vestidura, dedicado a servir a su Señor, haciendo luz en el sendero de los espíritus perdidos. Entonces él, que fue soberbio, pero que ya se había arrepentido, dijo a su hermano: “Ayudadme a cumplir mi restitución espiritual. El otro, lleno de compasión y amor, sin sentir repulsión por las impurezas que éste llevaba en su espíritu, le ayudó en su purificación”. 17. Por medio de esta parábola, simplifico lo que podréis encontrar en el más allá de vuestra vida humana, para que presintáis las pruebas que pueden presentarse, a todos los que no preparen con sus obras de amor su entrada en el valle espiritual. 18. Quiero haceros comprender que de todos los que sin fanatismo hacen una vida espiritual, sana y recta, de su espíritu brotarán los buenos ejemplos, como destellos de luz de que lo mismo iluminarán el camino de un espíritu encarnado, como del que habita en lo invisible. 19. Antes de Cristo no hubo nadie capaz de hacer la luz en los espíritus que vivían en las tinieblas del pecado. 20. Yo fui el primero en penetrar en los mundos de turbación para llevar ahí la luz y así enseñar a mis discípulos a hacer lo mismo con sus hermanos, porque el Cordero fue el único que desató los sellos que guardaban el “Gran Libro de la vida y de la sabiduría verdadera”. 21. La voz que escucháis, es la del Sexto Sello y si ella no fue oída en todas las naciones, fue porque los hombres no estaban preparados, porque fueron soberbios a la voz de mi llamado, dejando que solamente me escuchara el pobre, el hambriento y el desnudo. 22. Hoy os digo: sabed perdonar y sabed tender vuestra mano cuando seáis solicitados. 23. Seguid las huellas de humildad y paciencia de Elías, el posee el mandato de purificar a los espíritus y de presentarlos a Mí, ha trabajado incansablemente y me ofrece un pueblo limpio, sensible y preparado para oír mi palabra. Os ha traído al monte de la Nueva Sión, para que escuchéis mi voz, y al oírme os habéis estremecido. No dudéis porque ahora os esté entregando mi enseñanza por el conducto humano, siempre he venido a sorprenderos y a probar vuestra fe. Habéis pasado a una nueva etapa y debéis subir un escalón más en el camino de evolución del espíritu. 24. Benditos sean los que sacrifican su envoltura para perfeccionar su espíritu. Benditos los que llevan con humildad y paciencia su cruz. Cuando Yo os contemple preparados, os pondré delante de una multitud para que la guiéis, y si perseveráis en la virtud, no penetrará en vuestro corazón la soberbia, no os sentiréis señores sino siervos, y esas porciones se multiplicarán, más, ¡ay de los que equivoquen mis mandatos y lleven al abismo a sus hermanos en lugar de hacerlos escalar el monte de su evolución! ¡Cuánto tendrán que luchar para defenderse de sus enemigos y cuántas veces se quebrantará su corazón en esa lucha! Más vosotros en vuestra obediencia pensad que estáis conquistando la cima en donde todo sufrimiento es recompensado con mi bendición. 25. En corto tiempo vendrán a la Tierra las generaciones prometidas, las que alcanzarán grandes adelantos en el camino del progreso espiritual. Ellas interpretarán mi palabra mejor que vosotros y la esparcirán por todos los pueblos; esos nuevos seres que hoy preparo se comunicarán de espíritu a Espíritu conmigo y darán pruebas de su potestad entre sus semejantes. 26. Pueblo amado: si os preparáis, Yo os inspiraré leyes y obras que sorprenderán a la humanidad, vuestra mente iluminada descubrirá en la naturaleza y en vuestro espíritu, todo lo que hay de grande y de perfecto; entonces estaréis en pleno conocimiento de vuestros dones y vuestras obras serán grandes en amor y caridad hacia vuestros hermanos. 27. Sed buenos labriegos en el huerto de vuestro Señor, cortad la mala hierba, cuidad de las plantas y cuando las miréis florecer, gozad y ofrecedme vuestro trabajo. Pensad que si os doy la misión de dar la vida a las plantas, no debéis causar dolor ni herir a esas criaturas. Os hablo de vuestros hermanos, de su sensible corazón para que siempre veléis por ellos con amor como Yo os he enseñado. 28. Comprended que no es imposible cumplir con mis leyes, sólo debéis orar y llenaros de una firme voluntad, de amor a vuestro Padre, en la caridad y en el amor a vuestros hermanos, y Yo derramaré mi potestad en vosotros. No quiero que lleguéis al sacrificio; amad, sed virtuosos y tendréis en vosotros mis complacencias. 29. No me culpéis de vuestros desvíos; Yo os he dado la conciencia para que os guiéis con su luz, ella es juez inflexible que os ha mostrado siempre el camino del bien y os ha prevenido para que no caigáis en tentación. También os he rodeado de seres que os ayuden a comprender vuestra misión y a adquirir las virtudes de humildad y mansedumbre. 30. Los que con amor os preparáis para oír mi enseñanza, no quisierais dejar de escuchar una sola de mis lecciones y en vuestro corazón me pedís que os permita escuchar hasta la última de mis palabras en este tiempo. Vosotros quedaréis como herederos de esta gracia, mas debéis comprender que cuando os digo: pedid que se os dará, debéis elevaros en oración para que pidáis lo que convenga a vuestro espíritu, porque algunos tan sólo piden para su vida terrestre; pero Yo os concedo según mi voluntad y no la vuestra. ¿Qué sería de vosotros si siempre os concediera según vuestros deseos? ¡Cuántas veces habéis pedido con insistencia algo que creyéndolo para vuestro bien y habiéndolo esperado al anochecer y al amanecer, no lo habéis visto realizado! Mas cuando el tiempo ha pasado, os habéis dado cuenta de que estabais equivocados y de que el Padre tenía razón. Sin embargo, al necio, al inconforme, al exigente, se le ha entregado lo que reclama, para que las consecuencias dolorosas y adversas lo dobleguen ante la verdad, más a unos y a otros les he concedido pruebas para su propio bien, mientras unos aprenden por el amor, otros por el dolor. 31. Yo me recreo viéndoos llegar ante mi enseñanza y en vuestra elevación, siento la caricia del hijo en mi Espíritu. El Padre, anhelando ser amado por los que se encuentran lejos de su reino, se ha acercado a vosotros para recibir vuestro ósculo. Y mientras la humanidad no se salve, unos me verán esperándoles día tras día, y siglo tras siglo, y otros me presentirán pendiente de la cruz por su falta de amor. 32. De aquellos sois vosotros, más al escuchar mi palabra habéis visto que antes que condenaros os he perdonado. He contemplado vuestros labios amargos y los he endulzado con mi palabra; os he visto cansados por las pruebas de la vida y os he dado mi fortaleza. 33. El que siente minado su cuerpo por el dolor se pregunta si no habrá hecho mal uso de él, y contrito me interroga para saber cómo recuperar su vigor que le permita seguir luchando, entonces le digo: Penetrad en el fondo de mi palabra que es la ley, y en sus preceptos y máximas encontrará cada quien la enseñanza que necesita. 34. No os alejéis hasta no haber comido de todos los frutos de esta mesa y si después de ello no os sentís satisfechos, podéis marcharos en busca de otros manjares, pero si queréis comprender mi verdad, preparaos y no dudéis de mi presencia sólo porque no habéis recibido lo que de Mí habéis solicitado. En verdad os digo que en mi arcano están vuestros bienes, esperando el momento de vuestra preparación para ser en vuestro espíritu. 35. Algunos permanecen fuertes en este camino, otros flaquean a cada momento porque escuchan las palabras de sus hermanos que les tientan a abandonar esta enseñanza. 36. El Maestro os dice: Permaneced unas albas más recibiendo mi enseñanza y poned atención a lo que de Mí escuchéis para que al menos llevéis luz en vuestro espíritu porque aún estáis ciegos. Sé que tendréis que volver a Mí, y que seréis apóstoles de esta obra. 37. Quien me ha escuchado una vez, lleva una herida de amor en su corazón que nunca se cerrará. 38. ¡Cuántos de los que aquí encontraron la paz sin darse cuenta de ello, será menester que la pierdan para que retornen a Mí!, porque se convencerán de que la paz no se compra con bienes materiales, por ser un tesoro que desciende de Dios. 39. La paz ha huido de los hombres y éstos para encontrarla, tendrán que elevarse hacia Mí. Hoy los poderosos han perdido su fuerza; los reyes tiemblan ante sus vasallos sublevados, los señores se han tornado en esclavos, los que se creían libres están atados por mi justicia, y los hombres de ciencia se confunden. 40. Daos cuenta de que todos los tesoros y poderes de los hombres no podrán comprar un átomo de paz y que también el don de curación se ha apartado de los doctores, quienes no podrán comprar una sola gota de mi bálsamo con toda su ciencia, mientras su corazón no se despoje del egoísmo. 41. Discípulos amados, no dudéis de la gracia que os he confiado ni os atemoricéis por la pobreza de vuestro vestido o por el lugar humilde que ocupáis entre vuestros hermanos. No temáis porque veáis que sois de los últimos en vuestros trabajos, no os sintáis humillados, sed conformes y dignos, pensad que si materialmente estáis bajo el mandato de vuestros hermanos, vuestro espíritu está sobre ellos. Podríais llegar hasta ser esclavo del mundo, mas vuestro espíritu ha sido libertado con mi luz para que habite en lo infinito y en lo eterno. El espíritu que es en verdad mi siervo, conoce la paz y la verdadera libertad. 42. Tendréis que cumplir con vuestra misión entre la humanidad, Yo os guiaré para que llevéis la luz a vuestros hermanos, y no deberéis sentiros incapaces de cumplir con vuestro destino, porque a nadie le he asignado un cargo imposible de llevar a cabo. Me basta que oréis con limpidez y que estéis siempre preparados. 43. Con la oración se adquiere sabiduría, ella es la llave que abre el arcano divino y es el lenguaje con el cual el espíritu del hijo conversa con su Señor. 44. ¡Cuántos prodigios y cuánta caridad podréis sembrar en vuestro camino cuando os preparéis como Yo os he enseñado! No necesitaréis libros de ciencia o filosofías para saber ni para enseñar, os bastará estudiar y analizar las enseñanzas que os he dado en los tres tiempos. 45. Si sois pobres, nunca seréis parias. Luchad como todos por el pan de la tierra, pero no os afanéis más de lo debido, no sacrifiquéis vuestro cuerpo tratando de alcanzar y atesorar los bienes materiales. Distribuid vuestro tiempo para que podáis conceder unos instantes a la evolución de vuestro espíritu. 46. Si Yo repruebo la materialización absoluta en el hombre, no por eso os aconsejo que persigáis únicamente lo espiritual, mientras estéis en este mundo y tengáis materia, tendréis que armonizar hasta donde vuestra evolución os lo permita en vuestra vida, las necesidades del cuerpo con las del espíritu. Dad a Dios lo que es de Dios y al mundo lo que es del mundo. 47. Vestid a vuestro cuerpo y defendedlo de la intemperie, mas a vuestro espíritu revestidlo de luz. Buscad el pan para vuestra materia, y así como buscáis que sea de buen gusto y que contenga las substancias que os sustenten, procurad a vuestro espíritu un alimento de verdadera vida para él. 48. Si la carne se impone, sufre el espíritu, si el espíritu se impone sufre la materia y en verdad os digo, que se debe a que en ambos elementos no existe armonía. Esta existe cuando ambos forman un solo cuerpo y una sola voluntad. No os deis por satisfechos creyendo que con orar habéis cumplido vuestra misión; Yo solo os pido cinco minutos de oración, para que el resto del tiempo lo dediquéis a luchar por la vida material y a cumplir dentro de ella con los deberes de vuestro espíritu, sembrando entre vuestros hermanos la simiente de amor y caridad con vuestras buenas obras. Mi palabra os prepara; no podría Yo enviaros débiles a levantar a los caídos, ni os enviaría enfermos a consolar a los tristes. 49. Discípulos, ¿Qué me pedís por aquellos que ponen pedruscos en vuestro camino para haceros caer? El perdón pedís, que él sea con ellos. Yo bendigo a los mismos que os hacen sufrir por mi causa. 50. Vivid en paz en vuestros hogares, haced en ellos un santuario, para que cuando penetren los seres invisibles, que turbados vengan en el valle espiritual, que encuentren en vuestro ser la luz y la paz que buscan y que se eleven al Más Allá. 51. ¿Qué sería de esos seres si contemplasen tan sólo guerra dentro de vuestro hogar? ¿Qué sería de esos menesterosos? 52. Tomad una antorcha, encendedla y no dejéis que se extinga su luz, que es el amor a vuestros hermanos y la fe en la caridad de vuestro Padre. Entonces será en vuestros hogares mi paz. Para ello preparad vuestro corazón, limpiad vuestro espíritu con arrepentimiento y regeneración, para que toméis la esencia de mi palabra y con ella seáis confortados. Me aposento entre vosotros manifestando en mi palabra mi enseñanza, para que sintáis mi presencia y deis testimonio de Mí. Os estoy dando una oportunidad más de oír mi lección, porque quiero que cumpláis mis mandatos, que vayáis por el camino certero, hasta encontrar la tierra prometida, una tierra firme, en donde podáis descansar de vuestra peregrinación, conquistando el galardón ofrecido por vuestro Padre. 53. Es menester que comprendáis mi palabra, para que no la arrojéis como hace el niño soberbio cuando desprecia el pan que se le ofrece. Esta palabra viene a salvaros, a apartaros de vuestras erróneas costumbres, del fanatismo y la confusión en que os han hecho caer las religiones. Si no entendéis mi palabra, o no quisieseis escucharla y estudiarla, me estaréis rechazando y no llegaréis a conocer la finalidad de mi manifestación en el Tercer Tiempo; llegará la fecha señalada para que ésta termine y entonces sentiréis un vacío en vuestro corazón y reconociendo que hubo una gracia que no supisteis apreciar, me llamaréis y ya no se escuchará mi palabra por conducto del entendimiento humano. Entonces caerá sobre vosotros el peso de vuestra incomprensión y no tendréis paz. ¿Queréis apurar este cáliz tan amargo? Yo os contemplaré con dolor y esperaré el día de vuestro retorno. Dejad que vuestro espíritu se liberte y venga a Mí; espiritualizaos para que podáis penetrar en la senda de elevación y de progreso en la vida verdadera. 54. Sed justos en todos vuestros actos y cuando corrijáis a vuestros hermanos, no seáis jueces ni verdugos. No toméis el látigo para castigar a un semejante. 55. En el Segundo Tiempo, habiendo penetrado Jesús en Jerusalén, encontró que el templo, el lugar consagrado para la oración y el culto, había sido convertido en mercado, y el Maestro lleno de celo arrojó a los que así profanaban diciéndoles: “La casa de mi Padre no es lugar de comercio”. Estos eran menos culpables que los encargados de guiar al espíritu de los hombres en el cumplimiento de la ley de Dios. Los sacerdotes habían convertido el templo en un lugar donde reinaban las ambiciones y la grandeza, y ese reinado fue destruido. 56. Hoy no he tomado látigo para castigar a los que profanan mi ley, he dejado que las consecuencias de sus propias faltas se hagan sentir en la humanidad para que sepan interpretar su sentido y comprendan que mi ley es inflexible e inmutable. He señalado el camino al hombre, camino recto y si de él se aparta, se expone a los riesgos de una ley justa porque en ella se manifiesta mi amor. 57. Guiad con celo a vuestros hijos, enseñadles a cumplir con las leyes del espíritu y de la materia; y si ellos las infrinjan, corregidles, porque vosotros como padres me representáis en la Tierra. Recordad entonces a Jesús que lleno de santo enojo, dio una lección para todos los tiempos a los mercaderes de Jerusalén, defendiendo la causa divina, las leyes inmutables. 58. La humanidad me pide tranquilidad, teniendo en ella el don de la paz que se alcanza con el cumplimiento de sus deberes; mas Yo os pregunto: ¿Es preciso que para tener paz debáis pasar antes por la guerra? Mirad cómo la buena simiente ha sido arrasada por la maldad. Unas naciones destruyen a las otras, las que hoy son fuertes, mañana quedarán aniquiladas, y el pueblo de Israel intercede en estos momentos por la humanidad y me dice: Maestro, he orado y no me ha sido concedido lo que te pido. ¿Sabéis, pueblo, cuántas penas habéis aliviado y cuánta esperanza ha inspirado vuestra oración en aquellas criaturas? No soy Yo el que debe decir que la paz sea en el mundo, sino el hombre, cuando haya convertido su corazón al amor y a la humildad. 59. ¡Qué grande es la ignorancia que me presenta la humanidad! Ni el sabio, ni el ignorante, han cumplido con mis leyes, y teniéndome como Maestro, no han prestado oído a mis lecciones. Si vuestras faltas os hacen morir, tomad mi palabra como pan de vida eterna, vivid velando, trabajando en mi doctrina y amando a vuestros hermanos. 60. Esta enseñanza es como un nuevo día que ilumina el sendero de la humanidad. Habéis visto ocultarse en el ocaso una era y aparecer una nueva alborada, en que tendréis que mirar grandes luces que iluminan a los hombres ante un gran despertar. Habéis visto desatadas las pasiones, el pecado dando amargos y dolorosos frutos, el mal invadiendo hogares y naciones, la injusticia enseñoreándose en los hombres; mas Yo vengo a detener ese desbordamiento, no a juzgar sino a encauzar al mundo. Y ese dolor que me presentáis y que vosotros os habéis labrado, no lo atribuyáis a Mi; Yo os he creado para que viváis, experimentéis y os elevéis por vuestros méritos. Sin embargo, os amo y por ello vuestro dolor ha llegado a Mí y he venido como Consolador y Maestro a devolveros lo que habéis perdido y a anunciaros que el reino de paz se acerca a vosotros y que debéis preparaos para llegar a él. La humanidad se transformará y el bien será en el corazón de los hombres. 61. Desde el principio de los tiempos os he hablado en muchas formas para que me comprendáis y en particular a vosotros, que habéis sido mis confidentes, mis portavoces y heraldos que habéis llevado mis mensajes a los demás pueblos. Hoy os digo que continuéis vuestra misión pacientemente, que no os detengáis ante la incredulidad y la incomprensión de vuestros hermanos. Mientras vosotros habéis creído y comprobado mi manifestación en este tiempo como Espíritu divino, otros no están aún preparados para recibir esta nueva, mas no por esto los desconozcáis ni os desesperéis, lo que no podáis hacer vosotros lo haré Yo y presentaré al mundo mi obra y cumpliré mi promesa. 62. He escogido esta nación y me place que de ella salgan mis labriegos a esparcir la semilla. Os estoy preparando para que seáis maestros, más no jueces de vuestros hermanos. No olvidéis que os dejé entre vuestros hermanos como servidores y no como señores. Cuando esta palabra sea conocida y buscada por vuestros semejantes les diré: 63. Venid a Mí, caminantes, Yo tengo esa agua que calma la sed que abraza a vuestro espíritu. Os contemplo pobres de espíritu y materia, mas Yo vengo a daros más de lo que me pedís, Os ofrezco un reino de paz, el mismo que ofrecí a las primeras criaturas que envié a este mundo. No es el agua de los manantiales, ni la paz perecedera que dura un instante, sino la gracia y la paz eterna, la verdad y la luz. 64. Traigo para todos perdón y alivio, tanto para los que me aman, como para los indiferentes. No maldigo al que me ha injuriado, antes bien lo bendigo, porque sé que un día me amará. 65. No debéis ambicionar los placeres terrenales lo que hoy es, mañana no existe. Buscad y labrad la vida perdurable, esa vida de la que nadie retorna porque es la suprema verdad. Llegad a ella por el camino de mi enseñanza. Llegad, cumpliendo con mi mandato que en todos los tiempos os he dado: “Amaos los unos a los otros”. 66. ¡Cuánto goza vuestro Padre al comunicarse con sus hijos! Después de este tiempo en que os di mi palabra por conducto del hombre, aprenderéis a buscarme en el infinito y vuestra comunión será más pura y constante, será la comunicación de espíritu a Espíritu. 67. ¡Qué alegría contemplo en mis hijos por haber vuelto a escucharme! Y ¡Cómo me reconocen y me siguen! Os repito una vez más, hijos míos: “Amaos los unos a los otros”, como os he enseñado siempre. 68. Os he llamado para haceros grandes en espíritu, no señores del mundo. 69. Si sois humillados por mi causa, Yo os ensalzaré; si padecéis aflicciones, Yo os consolaré. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 42 1. Vengo a apartar de vuestro camino los obstáculos que puedan estorbar vuestro trabajo en mi campiña, porque sois los elegidos para cumplir esa misión; debéis dar a conocer a la humanidad la verdad de mi enseñanza. Sed fuertes, porque he mirado que os falta fe, que os dejáis vencer por el desaliento y no os levantáis con entereza de vuestras caídas. Volvéis a dudar como lo hicisteis en el Segundo Tiempo y para creer me pedís pruebas materiales que no he de concederos. No imitéis a los escribas y sacerdotes, que teniendo en sus manos las escrituras pensaron que mi llegada entre la humanidad de aquel tiempo se verificaría en determinada forma y al ver que el desarrollo de mi misión era bajo una forma de manifestación distinta a la que ellos esperaban, dudaron, porque los prodigios que pidieron no les fueron concedidos, porque el camino ya estaba trazado por Mí y todo fue consumado según estaba escrito desde la eternidad. 2. Dudáis porque vuestro corazón no está preparado, ignorabais mis profecías y muy pocos han analizado y comprendido mis revelaciones en toda su verdad, más si vuestro corazón ignoraba, el espíritu presentía que había de venir entre vosotros una vez más, y hoy mi palabra, como fino cincel, os está modelando y probando la verdad de mis manifestaciones. En verdad os digo que no debéis someter a prueba a vuestro Padre, orad y penetrad en profunda meditación, ya es tiempo de que tornéis a Mí y de que os acerquéis y os reunáis con vuestro Creador. 3. Pensad que si habéis llorado en la Tierra, no soy Yo quien os ha causado esa pena, no he gozado con vuestra expiación, ni he sido indiferente a vuestro dolor; sólo he querido modelar y elevar a vuestro espíritu. Os he amado y perdonado siempre. 4. Penetrad en el silencio de mi palabra y descubrid todo lo que quiero expresaros por los labios torpes del portavoz, mas no queráis oírme sólo por conducto de ellos, os he enseñado la oración perfecta, para que alcancéis la comunicación de espíritu a Espíritu con vuestro Padre, con la que podréis hablarme en el lenguaje que corresponde al espíritu y recibir mis sabias y amorosas respuestas. 5.- ¿Por qué pasáis inadvertida mi obra de espiritualidad y desoís la voz de la conciencia que os está hablando en vuestro interior? ¿Por qué dais crédito tan sólo a las palabras y juicios humanos y dejáis que el espíritu que vive en su tiempo se marchite como las flores bajo un sol ardiente cuando les falta el riego? 6. Los niños se comunicarán conmigo, recibirán mis mensajes y os sorprenderán con su adelanto. Os enseñarán mi doctrina de amor y sus convicciones serán firmes; mas no por ello os sintáis humillados. Si en el seno de vuestro hogar miráis que ellos dan muestra de espiritualidad, conducid sus pasos, dejad que gocen y se extasíen contemplando las elevadas regiones donde viven los justos, y ellos sentirán mientras están transportados, que están cerca de Mí y olvidarán sus dolores. 7. ¿No miráis la paciencia y también la angustia de vuestro Padre ante el lento despertar de sus hijos? Mi caridad os conduce a la paz, las pruebas están señalando a la humanidad el estrecho camino que conduce a Mí. Por ese sendero todos debéis llegar a reuniros con vuestro Creador. 8. Entre vosotros se encuentran los labriegos que aman a la humanidad y luchan por llevarle la luz. Hoy vienen llenos de fe a depositar en Mí el fruto de su trabajo. Ahí está el párvulo que ha escuchado mi cátedra, que ha tomado la parte de trabajo que le corresponde, y que hoy me presenta las primicias de su siembra espiritual. Su oración, es una invocación de paz para sus hermanos, no le basta para ser feliz, que su nación se encuentre en paz; llegan hasta él las quejas de la humanidad que no conoce, pero que sabe que está sufriendo. Con su espíritu conmovido intercede por sus hermanos y Yo le digo: Que esa paz vendrá cuando la prueba haya dejado su simiente en el corazón de aquellos que hoy sufren y el dolor haya purificado su espíritu. 9. Pensáis, mientras oís mi palabra, que en los momentos de gozo en que os transportáis para estar más cerca de Mí, muchos hermanos vuestros caen en los campos de guerra, que muchas madres han visto partir al hijo y su corazón se ha desgarrado de dolor, que muchos pequeños lloran el abandono de sus padres y todos se debaten en dolor. Os digo que no sabéis el tiempo en que habéis penetrado, porque éste es tiempo de expiación y duras pruebas. Vosotros como discípulos míos, sentís el deber de orar para hacer descender la paz y el consuelo sobre vuestros hermanos, y Yo os pregunto si habéis sabido aprovechar la paz que os he concedido. 10. ¿Por qué lloran los padres sintiendo que la familia es un pesado madero que llevan sobre su hombro, y otros por qué están enfermos del espíritu, teniéndome tan cerca? Es que les ha faltado la fe y la confianza en Mí, y no han podido regenerarse. 11. Vos, pueblo de Israel, no pequéis, antes bien rescatad a los pecadores, iluminad a los que se han confundido, y si queréis guardar vuestra paz, trabajad por ellos, honrad a vuestros padres, miraos todos como hermanos. Amaos los unos a los otros. 12. Siempre que os acercáis a Mí, sentís que mi amor fortalece a vuestro espíritu y materia, también sabéis que cuando os alejáis, huye de vosotros la paz y vuestro espíritu se aflige. Vuestra conciencia os dice siempre con toda verdad si estáis en el camino de la ley o si os habéis salido de él. Yo soy la ley y os inspiro siempre el cumplimiento de ella. 13. Cuando os obstináis en disfrutar de los placeres prohibidos, Yo permito que conozcáis y sepáis por propia experiencia, que ese cáliz os ofrece siempre el dolor. Después de una caída os desengañáis y volvéis a Mí, pidiendo que ese dolor sea para vuestra expiación. 14. Aprended, para que preparéis a los corazones ansiosos de conocer mi palabra y podáis hablar sin temor. Si en vuestro corazón se anida el egoísmo, nada podréis dar; tened presente el amor y la caridad con que Yo hablo a todos mis hijos, y con el mismo amor entregad a vuestros hermanos. 15. Ya se acerca el tiempo en que os enviaré por comarcas y naciones para que llevéis mi luz, pero vosotros debéis preparaos estudiando y analizando mi enseñanza dando con vuestras obras de amor y caridad hacia vuestros hermanos, testimonio de las verdades que ella encierra. No quiero que después lloréis el tiempo que perdisteis por no haber sabido aprovechar mi enseñanza, porque habrá grandes pruebas. Muchos lamentarán no haberme oído y creído y algunos para 1950 ya estarán en espíritu. 16. Algunos de mis hijos lloran al oír mi palabra, que esas lágrimas sirvan para lavar a los que se han manchado. 17. Vosotros que me escucháis haced mi voluntad como lo hicisteis en el Primero y Segundo Tiempo, porque sois los mismos espíritus que han venido evolucionando tiempo tras tiempo, y cuando hayáis alcanzado el final de vuestra restitución, vendréis a Mí, para no volver a encarnar en este mundo. Muchas veces os he dicho, que si en esta era hubiese encarnado para daros mi palabra como lo hice en el Segundo Tiempo, una vez más hubiera sido llevado al martirio; esta lección ya pasó y hoy vengo a daros la que corresponde a este tiempo. Comprended que la forma en que me manifiesto, es una prueba más de mi amor a vosotros al comunicarme a través del entendimiento del hombre; éstos que me sirven, llevan una pesada cruz y por esta causa, por seguirme, padecerán, serán desconocidos y burlados, mas Yo acogeré a su espíritu y después, cuando haya terminado su misión, les daré descanso y paz. 18. Hoy me pedís por vuestra envoltura y Yo os digo: Pedid más por vuestro espíritu que lo demás os lo doy por añadidura. 19. Considerad que sólo sois pasajeros en la Tierra, que en vuestra larga jornada habéis recogido dolor y habéis tropezado con el pecado, y que después de haber caído, sin encontrar una mano caritativa que os levantase, recordasteis que en el más allá hay un Padre bondadoso que está dispuesto a daros cuanto necesitáis, y que en El podíais encontrar alivio a vuestros males no sólo a los que enferman a vuestro cuerpo, sino a los que afectan a vuestro espíritu que son como un fardo doloroso que os agobia. 20. ¡Oh, hijos amados! que no habéis querido elevar vuestro espíritu, que no le habéis concedido el tiempo necesario para meditar y cumplir con sus deberes, considerad cuántos dones están en vosotros, nada os falta para que podáis alcanzar la cumbre del monte donde os espera vuestro Padre, para entregaros vuestro galardón. Todos estáis iluminados y preparados para conocer las revelaciones de este tiempo; si os espiritualizáis, podréis trabajar no sólo en este mundo, sino que Yo os permitiré transportaros a otras regiones donde viven vuestros hermanos, y ahí sembraréis también como buenos labriegos, la simiente de amor y caridad que vuestro Padre os ha confiado. 21. No os conforméis con la primera lección que habéis recibido, seguid adelante, buscad mí palabra, conoced su esencia para que podáis hablar con firmeza a vuestros hermanos; no temáis al juicio ni a la burla de la humanidad. ¿Qué falta podrán perseguir en vosotros, si lleváis limpieza en vuestro corazón y rectitud en todos vuestros actos? 22. Me complazco en recibir a los corazones inocentes y buenos que vienen a solicitar mi ayuda, a los que me buscan como doctor de los doctores, mas también contemplo con agrado que os olvidáis de vuestras penas para presentarme a vuestros hermanos menesterosos, a los que habéis convertido con mi enseñanza; bendigo a los que han aliviado penas y compartido dolores y les doy fortaleza, para que cumplan con mi precepto que os dice: Amaos los unos a los otros. 23. He contemplado cómo algunos de mis hijos desconfían de Mí, sin dejar a su espíritu desarrollar sus dones, y cuando ha sido preciso que hablen a la humanidad de mi doctrina, han callado sin recordar que Yo he dicho que hablaré por todos los que estén preparados y que si no los hay, hablaré por medio de los elementos de mi Creación. 24. A mis hijos, que van por la Tierra sin conocer su elevado destino, les digo: ¿Cuándo pensáis cumplir con vuestra misión? Si hoy dormís, despertaréis mañana en el más allá y lloraréis el tiempo perdido, me pediréis volver a la Tierra y entonces vuestra restitución será muy dolorosa. 25. Cuando oís que el Maestro os previene y juzgáis vuestras obras a la luz de vuestra conciencia, encontráis que la semilla que os he dado no se ha multiplicado, y Yo os pregunto: ¿Cómo vais a preparar a los nuevos discípulos que vendrán en busca de esta herencia, si no podéis testificar con vuestras obras la enseñanza que os he dado? 26. En el primer día del año de 1939, os anuncié la guerra que se aproximaba, palpasteis la destrucción y el caos en que se hundieron muchas naciones; habéis visto pasar guerra tras guerra y aún no os apercibís del tiempo en que estáis viviendo. En los años futuros veréis gran división entre las naciones. 27. Los fuertes estarán frente a los fuertes y en esa batalla perderán su poder y se doblegarán, entre tanto muchos espíritus perderán su cuerpo e irán al valle espiritual con la confusión y el dolor de no haber preparado su retorno a Mí, más en su camino encontrarán a Elías señalándoles el camino de su restitución. 28. Hoy os anuncio que se acerca el tiempo en que vendrán grandes espíritus a la Tierra a trabajar por la paz y por la elevación de la humanidad, preparad el camino a esas generaciones. 29. Bienaventurados los que al oír mi palabra han creído, mas también os digo: Benditos aquéllos que sin haberme escuchado creen y llevan en su corazón un templo, aman e interceden por sus hermanos y su fe es como una flama ardiente que ilumina el sendero de su restitución, porque ellos me estarán mirando con su fe. 30. Hoy acudís a la fuente de la gracia para calmar vuestra sed y recordáis mis palabras en que os dije: “El que de esta agua bebiere, sed no volverá a tener”. Vuestra sed en este tiempo es de luz, de verdad y de paz. Conocéis sólo el dolor y la falsedad y buscáis un bálsamo que cure vuestras heridas y haga renacer vuestra esperanza. Aquí me tenéis recibiendo vuestro corazón y confortándolo. Aguardáis impacientes los días en que os doy mi palabra y me decís: Padre, sólo en este instante encuentra descanso mí espíritu y elevado a Ti olvido lo que pertenece al mundo y siento que la paz de tu Espíritu inunda mi ser. 31. Bienaventurados vosotros que habéis reconocido que este es el tiempo de gracia en que mis enseñanzas os guían y os ayudan en vuestra restitución. Si sabéis oírme y conservaros dentro de mis leyes, no habrá poder humano que os hiera, y os sentiréis acariciados y guiados por el Padre. 32. Si antes no me habíais buscado, hoy sabéis que la hora de vuestro despertar ante mi verdad estaba marcada y que Yo os esperaba para haceros conocer vuestra heredad. Ahora que habéis recibido mis beneficios, llenos de gratitud me pedís que os conceda ser mis labriegos y Yo lo permito, porque a eso os he enviado a la Tierra, a conocer la buena nueva y extenderla entre la humanidad; mas para alcanzar el conocimiento y desarrollo de los dones que os agracian, antes tendréis que luchar contra vuestra materialidad, contra vuestro pecado y debilidad, y cuando sintáis que os habéis preparado y que os habéis purificado con vuestra restitución, llevad vuestro amor a vuestros hermanos como una joya de inapreciable valor. 33. No habéis venido a la Tierra para rendir tributo al mundo, vuestro cumplimiento es más elevado, la misión como discípulos de vuestro Padre os espera, y cuando hayáis luchado por el establecimiento de mi doctrina y tengáis vuestra planta herida por los cardos y vuestra vestidura desgarrada por el largo camino, venid a Mi; no temáis llegar desnudos, sin calza y sin alforja, porque si todo lo habéis derramado entre vuestros hermanos, Yo os devolveré lo que les hayáis dejado y os colmaré de gracia por el amor y caridad que les hayáis impartido. 34. Os espera una gran lucha, en que vuestro cumplimiento hará que vuestro espíritu no sienta cansancio; porque seréis ayudados por el buen Pastor y por el mundo espiritual. Si me amáis, si tenéis fe, el trabajo os será fácil; Yo venceré la incredulidad de los espíritus reacios y os oirán; otros no llegarán a conocer esta luz en la presente encarnación porque ya os he anunciado que no todos los que hoy están en materia conocerán la luz de esta enseñanza del Tercer Tiempo. Muchos tendrán que ir al valle espiritual y desde allí contemplarán esta obra de amor y creerán. Los que me oyeron y no comprendieron mi palabra, ni conocieron mi voluntad, trabajarán en espíritu y así cumplirán su misión. 35. Aun cuando mi lección es clara, no todos la habéis analizado ni comprendido. No os habéis alimentado con este fruto que en este tiempo os he ofrecido. Os he dicho que todo árbol por su fruto es reconocido, y el sabor de mi palabra es dulce, y su esencia vivifica al espíritu, mas no habéis querido conocer su verdad. 36. Habéis sido frágiles barquillas en medio de un mar embravecido y habéis dejado muchas veces apagar vuestra fe. No me sentís, sabiendo que estoy con vosotros, que muchas veces os he dicho que tenéis más lejos de vuestros ojos las pestañas, que mi Espíritu del vuestro. 37. Velad, porque el lobo con piel de oveja os asecha siempre para sorprenderos. Cuando ya os disponéis a compartir este amor y esta caridad divina con vuestros hermanos, la tentación se acerca y os hace variar vuestra intención. 38. Si encontráis que vuestros hermanos que pertenecen a otra doctrina, señalan vuestros errores y os enseñan, sed humildes, oíd sus palabras, porque mi inspiración desciende a todo el que se prepare, y no sabéis si es mi voluntad servirme de ellos para corregiros. De todas las clases he escogido a mis discípulos, hay quienes mendigaron para llevar el pan a sus labios, mas también hay otros que habiendo llevado una vida de holgura, les he llamado y sin comprender el tesoro que han recibido, se avergüenzan de formar parte de este pueblo. 39. Yo perdono vuestros pecados, aun cuando habéis faltado con el conocimiento de que cometíais un error y siempre os presento el camino por donde debéis de llegar a Mí. ¿Puede el hijo presentarse al Padre con su espíritu manchado y sin buenas obras? Su conciencia le dirá que sólo después del cumplimiento podrá llegar a Mí. 40. Comprended que cada instante que pasa acorta el tiempo en que os daré mi palabra. Aprovechadle para que mañana no lloréis por la enseñanza que habéis desperdiciado. 41. Meditad en que tendréis que cumplir la misión de dar la buena nueva a vuestros hermanos, así como hubo en vuestro camino uno que os llamara. ¿Quién podrá olvidar a aquél que os habló de mi palabra y os condujo a mi presencia? ¿No queréis que alguien os recuerde con cariño y gratitud? 42. Perseverad en el bien, dejad que vuestro corazón se acrisole en la virtud y veréis el desarrollo de vuestras facultades. No retrocedáis, porque sentiréis como si esos dones huyeran de vosotros. 43. Es tiempo de que no sólo pidáis, sino de que sepáis pedir, para que no digáis: Padre, he rogado mucho y nada he recibido. 44. No olvidéis que más tengo que daros que vosotros que pedirme, y que mientras vosotros estáis pidiendo al Padre que os dé, Yo os estoy pidiendo que sepáis recibir. 45. Sed de mis buenos discípulos, de aquellos que abracen su misión con verdadero amor y fe. Si ayer caminasteis por senderos inciertos y prohibidos, hoy debéis caminar por el sendero de mi ley. Si ayer en vuestra ofuscación levantasteis vuestra mano para herir a vuestro semejante, haced ahora que esa misma mano aprenda a acariciar con ternura. Si ayer sembrasteis a vuestro paso la semilla del odio o de la mala voluntad, convertíos ahora en sembradores de la semilla de la paz y de la fraternidad. 46. En verdad os digo, que quien recuerde vuestras obras de ayer, y os mire ahora transformados en mis discípulos, tendrá que reconocer que en el fondo de vuestra fe existe una verdad, y no tendréis que hablar mucho para convencer a quienes tratéis de doctrinar, porque vuestras obras serán el mejor testimonio que deis a vuestros hermanos. 47. A las madres les digo: Enseñad a los niños a dar sus primeros pasos tanto en lo material como en lo espiritual, facilitadles el camino para que ellos puedan encontrarme, amarme y elevarse. Tened en cuenta que en cada nueva generación que surja de entre vosotros, irá siendo mayor el adelanto espiritual que alcance. Haced uso de la intuición para guiarles y no les deis malos ejemplos ni frutos vanos a comer. 48. No quiero que esas nuevas generaciones tropiecen o se extravíen por causa vuestra, no quiero contemplarlas llorando por falta de amor entre los suyos. 49. Hoy que contemplo humilde a vuestro espíritu, vengo a darles mis nuevos mandatos; en los tiempos pasados, todos soñabais con el poder, la riqueza, la gloria del mundo y los placeres, entonces fue cuando gritasteis en contra de Jesús: ¡Crucificadle! porque Cristo venía a predicar la humildad y a enseñaros la renunciación a todo lo superfluo. Hoy os conformáis con un poco de paz, una torta de pan y un techo seguro. La vida con sus lecciones os ha tornado en humildes y con ello vuestro espíritu ha logrado liberarse. 50. Mientras que el hombre posee la aparente paz que le da el mundo y cree poseerlo todo, no se acercará a Mí. Mas cuando la humanidad llegue a la verdadera espiritualidad, todo lo poseerá y su recreo y deleite serán profundos y verdaderos, como el Padre se deleita y goza en todo lo que ha creado. 51. Mi caridad os contempla ¡Oh pueblo de Israel! y juzga vuestras obras. El juicio divino es ya con todos los seres y nadie escapa de él. 52. He querido para mis hijos tan solo la paz y el bienestar, y ellos han buscado el dolor, la purificación, y es que mi ley no admite imperfecciones y por tanto todo el que se haya manchado tendrá que lavarse, todo aquél que se haya salido del camino tendrá que volver a él. Vosotros miráis desde esta nación el torbellino que agota y destruye pueblos a su paso y no os conmovéis ni apreciáis la paz de que gozáis, ni reconocéis los privilegios que os he concedido. Y no conformes con mi voluntad consideráis injustas vuestras pruebas y os volvéis contra Mí. Yo espero a que hayáis pasado por este mundo, para que vosotros mismos juzguéis vuestra vida. Entonces seréis jueces implacables de vuestro espíritu y miraréis en Mí sólo al Padre que perdona, bendice y ama. 53. Os habéis cansado por vuestra constante desobediencia y el resultado de ello os hace llorar. Habéis dormido por mucho tiempo y vuestro despertar va a ser amargo. He prometido a la humanidad enviar a un ejército formado por 144,000 seres que serán diseminados por el orbe, y él está en espera, porque sabe que cada uno de esos soldados es un portavoz, un intérprete de mis mandatos. 54. Después de que la Tierra haya sido tocada de un polo a otro y de que toda nación, institución y hogar, hayan sido juzgados hasta su raíz, y que la humanidad haya lavado toda mancha, vosotros iréis preparados en mi nombre para llevar mi doctrina entre vuestros hermanos. 55. Yo, el Padre, he llorado sobre esta humanidad al verla escalar las más grandes alturas de la iniquidad, mis palabras desoídas, mis leyes mancilladas, más la hora de su reflexión ya se acerca y en ese día Yo derramaré en ella todo lo que le tengo reservado, porque es mi hija muy amada. 56. Los que crean en Mí, me verán más pronto que los que dudan. Cuántas veces he llamado a vuestro corazón y no habéis oído, ni habéis sentido mi presencia. Solo vengo a deciros que os reforméis y que penetréis limpios en este tiempo de luz y de gracia. Y cuando poseáis mi semilla, sembrad y convertid en fértiles las tierras áridas haciendo que vuestra oración sea el riego fecundo. 57. Amaos y vivid en paz en vuestro hogar, porque Yo he contemplado que de cinco que forman una familia, dos están contra tres y tres contra dos. 58. Cuando os veáis separados de los seres que fueron carne de vuestra carne y después se encuentran en espíritu, no les olvidéis, comunicaos con ellos por medio de vuestra oración y ayudadles a trabajar y a elevar su espíritu. Pensad cuán corta es vuestra vida en la Tierra, por lo tanto, aprovechad vuestras facultades y potencias haciendo grandes obras que os rediman y salven. 59. Yo os doy el pan del espíritu, vosotros buscad el pan material, mas así como buscáis afanosamente vuestra tranquilidad y bienestar corporal, buscad el progreso espiritual. Vuestra cruz no es pesada, si Yo os enseñé a subir la cuesta del Calvario llevando la cruz de trabajos, sufrimientos y pecados de toda la humanidad, ¿Por qué no podréis escalar vosotros, a quienes he encargado de una reducida porción? Más si flaqueareis bajo su peso me tenéis como Cirineo, y Yo no os dejaré caer. 60. Ese dolor del que tanto huís, es fuente inagotable de purificación y renovación para el espíritu; vosotros mismos habéis experimentado muchas veces, que después de una prueba os sentís aliviados, limpios y en paz con vuestra conciencia. 61. Esta palabra levantará al espíritu de los moradores de esas naciones que hoy se encuentran cansados de sufrir, mas os digo que pronto, muy pronto, me encontrarán con los brazos abiertos como estuve en la cruz, esperándolos para estrecharlos amorosamente y llevarlos a mi mansión de paz. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 43 1. ¿Por qué cuando me presento ante vosotros como Jehová sentís temor en vuestro corazón? Si Yo soy vuestro Padre, soy el amor, soy quien os da el pan de cada día, soy quien guía a vuestro espíritu y le ayuda a levantarse de sus caídas. 2. Vengo a daros fortaleza en estos momentos de prueba, en que los elementos de la Creación se estremecen con el estruendo de la guerra. No temáis, procurad que vuestra elevación y fervor se aviven y os acerquen más y más al dolor de vuestros hermanos, a los que agobian las guerras fraticidas para que compartáis su cáliz de amargura, que la oración que en silencio elevéis sea como un llamado a la paz, unión y buena voluntad de la humanidad. 3. Vuestros hijos serán llamados a tomar las armas, dejadles partir, ellos no perecerán; desde hoy les hago portadores de mi gracia y sembrarán la luz de mi doctrina entre sus hermanos. 4. Yo quiero que a pesar de todos los males que la guerra ha ocasionado, no veáis como enemigos a los habitantes de esos pueblos, para que mañana podáis verlos como hermanos. 5. Hoy la humanidad se ha unificado para desatar la guerra, se han lanzado pueblos contra pueblos borrando fronteras y mezclando idiomas. No ha sido el amor de los unos hacia los otros el que ha logrado la unificación, ha sido el odio que provoca la guerra fraticida. Mas Yo que soy poder os demostraré que sirviéndome de vuestros errores puedo uniros, porque al terminar esta contienda, los corazones se encontrarán limpios por el dolor; en las mentes se hará la luz y estarán los hombres a un paso de alcanzar la paz. 6. Benditos sean los que han luchado y trabajado por la paz. Benditos sean los que creyendo en mi voz se han levantado por los caminos sembrando mi luz y mi verdad. 7. Conmovido se encuentra mi Espíritu ante el dolor de la humanidad, su llanto se escucha en los cielos y en verdad os digo, Mi dolor de Padre conviértase en rocío de gracia y descienda sobre de mis hijos. 8. Apurad con paciencia y mansedumbre ese cáliz de amargura, porque vuestro llanto va a tornarse en regocijo. 9. Si en este instante el Padre os preguntase si habéis cumplido vuestra misión en la Tierra, si traéis en vuestra mano la espiga dorada de vuestro trabajo, si os habéis amado los unos a los otros y si os habéis sabido perdonar, tendréis que decirme que nada de eso habéis cumplido. ¿Creéis entonces que por méritos propios os habéis hecho dignos de escuchar mi palabra? No, me dice vuestro espíritu. 10. Pueblo, las eras han pasado y aún os encontráis aletargados; despertad y ved que no habéis aprovechado debidamente la vida de que habéis disfrutado en esta Tierra. 11. Mi voz ha venido a despertaros con amor, con dulzura, mas no toméis esta palabra como un arrullo para entregaros más al sueño, porque en el sentido de ella está presente el juez que juzga cada uno de vuestros actos. 12. No seáis vosotros de los que esperan que mi justicia les toque para creer y despertar. 13. No digáis todavía que en verdad me amáis; esperad, que cuando esto sea no serán vuestros labios los que lo prodiguen, serán vuestras obras. No hagáis alarde de limpidez y al mismo tiempo tratéis de ocultar vuestras manchas, porque con ello imitaréis a los hipócritas fariseos. 14. Ved que aún vengo como Maestro y como Padre, porque si sólo como Juez viniere, no habría lugar en donde pudieseis ocultaros porque doquiera que fueseis estará presente mi justicia. 15. Cuando lleguéis ante mi presencia, tendréis que responder de la palabra que escuchasteis, la cual veréis escrita en vuestra conciencia. 16. ¿No sentís cómo el espíritu incansable de Elías ilumina vuestro camino, apartando de él los tropiezos y os ayuda con el báculo de su caridad cuando os sentís cansados? Buscadle, llamadle en vuestra oración y sentiréis muy próxima su presencia, porque él es el pastor de los espíritus en este Tercer Tiempo, quien os guiará hasta las mismas puertas de la tierra prometida que es el aprisco celestial. 17. Que vuestro espíritu se llene de gozo sabiendo que en tres tiempos habéis escuchado la voz de mi Divinidad, porque una vez más seréis mis testigos. Por eso os preparo y bendigo vuestros labios, para que de ellos broten el mañana palabras de vida para las multitudes que están por llegar. 18. Vuestra fe ha sido encendida y alentada con los prodigios que os he concedido y que juzgabais como imposibles. Porque Yo soy el camino, el buen sendero que siempre he venido a señalaros. Al ir por él, se sufren peligros, tentaciones, acechanzas; para ayudaros os he dado la luz de la conciencia como un faro que os guie y os oriente, además de haberos concedido un ser espiritual como guardián y protector por toda vuestra vida. ¿Creéis que si aprovecháis debidamente esta gracia, podríais perderos en el camino? ¿Habrá alguno de mis hijos que al escuchar esta palabra no sienta gozo en su espíritu? De cierto os digo, que Yo sí me recreo cuando escucho vuestra voz espiritual, cuando os eleváis en oración. 19. Despertad vuestra sensibilidad espiritual, para que gocéis con el esplendor de mi manifestación, la cual pasa desapercibida a vuestro espíritu, por falta de elevación. Recreaos ante la visión del más allá, como a veces os maravilláis ante la contemplación de la Naturaleza, admirando su armonía, su belleza y perfección; descubriendo que un ser no podría vivir sin el otro, sino que todos viven porque les une la ley de armonía. Así es también el más allá. Os he dicho que mientras existan espíritus que estén fuera del camino de evolución, no habrá paz ni armonía perfecta, porque es como si en el cosmos se salieran de sus órbitas algunos astros. ¿Qué pasaría con los demás? ¿No perdería el conjunto su equilibrio? 20. Si la humanidad cumpliese con los preceptos de mi ley y armonizara su naturaleza material con la espiritual, su existencia sería más plácida, el camino sin tropiezos y el trabajo sería ligero. No la azotarían las enfermedades ni envejecería prematuramente. 21. Antes de la creación de la materia, ya eran los espíritus. Brotaron de Mí inocentes, más para que supieran de quién habían nacido, cuál era su destino y quiénes eran ellos mismos, les hice oír mi voz diciéndoles: he aquí a vuestro Dios; Yo soy vuestro Padre, soy el Espíritu de amor, más si vosotros habéis brotado de Mí, tendréis que desarrollar y comprender esta esencia. Vivid, caminad, conoced y perseverad en el bien, que esta voz que habéis oído sea eternamente luz sobre vuestro espíritu, ella es vuestra conciencia, la cual os hará retornar a Mí, ya no como niños recién nacidos, sino como seres desarrollados en la virtud, en la experiencia y en todas las potencias que os he dado. Entonces me amaréis, me conoceréis verdaderamente y estaréis en armonía con todo lo existente. 22. Hay seres que nunca han habitado en la Tierra, más si los que han errado y llevado mucho dolor en este mundo juzgan que es injusto que unos vengan a habitar el valle de lágrimas mientras otros, cerca del Padre nunca han conocido el dolor, Yo os digo, que aun cuando algunos no hayan venido a la Tierra, en el más allá han ayudado con su amor a la restitución de sus hermanos. 23. Hoy viven distanciados espiritualmente los seres que habitan los distintos valles, mas Yo no he puesto distancias entre el amor de los hermanos. ¡Si supieseis cuán cerca estáis unos de otros! Ha sido el hombre el que con su materialismo, rompió los lazos que les unía a todos sus hermanos y mientras más ha descendido la humanidad, mayor ha sido su división y falta de armonía. No solamente se ha distanciado de lo espiritual, aun en su propio mundo se ha dividido en reinos, en pueblos y naciones, encerrándose más y más en el egoísmo. 24. Así, la luz de vuestra fe se ha apagado y la intuición de la vida eterna se ha turbado. 25. Hoy, cuando un ser querido os da el adiós para marchar a lejana comarca, le despedís con lágrimas, porque sabéis que si se va niño, tal vez volverá adolescente, y si es joven, volverá anciano; pero siempre abrigáis la esperanza de verle retornar para estrecharlo nuevamente, porque sabéis que aunque distantes, se encuentran en el mundo. Mas cuando esos seres parten al más allá y veis que su cuerpo inerte y frío queda bajo la tierra, entonces vuestro corazón se siente desgarrado porque habéis perdido la esperanza de volverlo a ver, olvidando que el espíritu sobrevive a la materia y al cual volveréis a estrechar cuando ambos en su elevación vuelvan a encontrarse en el sendero de su evolución. 26. Fue necesario que Dios se humanizara en Jesús y habitara entre la humanidad, para que recordaseis enseñanzas olvidadas, os enseñó lecciones nuevas y os anunció que os haría nuevas revelaciones llegado el tiempo. 27. Fue menester que Cristo, el Divino Maestro, viniera a enseñaros la verdad, porque ya la humanidad, buscando en esta vida su gloria, su eternidad, su felicidad, olvidada de aquella existencia que inexorablemente la esperaba. 28. Los que no gozan en esta vida de satisfacciones y riquezas, los que sólo lágrimas iban derramando, la maldecían y la llamaban injusta; estos en sus confusas meditaciones han llamado ingrato y equivocado a su destino. Más Cristo vino de nuevo a traeros la luz. Al muerto le devolvió el espíritu, cuando éste habitaba ya en otro mundo; al poseído le libertó y con todas estas manifestaciones dio pruebas al mundo de que la vida espiritual existe y de que ella es la vida verdadera. Todavía el Señor, después de su crucifixión mostrase en Espíritu ante creyentes e increyentes como una prueba de la verdad que su palabra predicó. 29. ¿Por qué olvidáis y dais por muertos a aquellos que de vuestro mundo partieron, si ellos sienten, luchan y viven? He ahí por qué os digo que ellos son los vivos y vosotros sois los muertos. Pronto lloraréis vuestra falta de fe como en el Segundo Tiempo, cuando después de muerto Jesús decíais: fue Cristo a quien dimos muerte, fue el enviado de Jehová que vino a redimirnos de nuestros pecados, fue la vida verdadera que resucitaba a los muertos y que se elevó a los Cielos al tercer día. 30. Ahora que en Espíritu he vuelto a vosotros, me contempláis envuelto en misterio cuando vengo a mostrarme con toda sencillez, y para ser creído he tenido que materializar mi manifestación y concederos cuanto pedís; entonces el pueblo ha creído, porque me han contemplado, unos con la mirada espiritual, otros por medio de la fe, otros en la luz de su conciencia. 31. Mi luz os ilumina en este tiempo para que escuchéis la voz que os llama desde la eternidad. 32. Los lazos que os unen a vuestro Padre y al mundo espiritual y que habéis roto, los vengo a atar nuevamente para que sintáis que todos vivís en armonía, que las distancias no existen. ¿Más cuándo atarán los hombres su vida con lazos de amor? Cuando hayan retornado al camino de mi ley en donde existe la justicia. Cuando cumplan con mi precepto que os dice: “Amaos los unos a los otros”. 33. Ved, discípulos, cómo no son muertos los que han dejado este mundo. Bienaventurados los que dan el adiós al cuerpo que depositan en la tierra y no lo vuelven a visitar para contarle sus cuitas, porque ese ya dejó de ser y no escucha. 34. El cuerpo cuando muere es como la flor cuando se corta, que luego se marchita, mas su perfume es como el espíritu que se desprende e inunda de esencia el ambiente. 35. En aquel tiempo os dije: “Dejad que los muertos entierren a sus muertos”. Hoy os digo: resucitad a los unos y a los otros. 36. Decidles que mientras el cuerpo se pudre en la tierra, en el más allá se purifica el espíritu. La muerte es descanso para la carne y liberación para el espíritu; mas nadie intente librarse por su propia voluntad o sea fuera de la hora marcada por Mí. No porque en el último instante tengáis junto a vuestro lecho a un confesor que os auxilie espiritualmente, creáis que estáis a salvo, ni por vuestro arrepentimiento en esa hora creáis llegar a Mí, creyendo haber alcanzado el final de vuestra evolución. Aprended a amar, a perdonar y bendecir en vuestra vida y labrad con vuestras obras de amor y caridad hacia vuestros hermanos, la purificación de vuestro espíritu. 37. Cumplid sobre la Tierra con mi ley como hombres de buena voluntad y la paz llegará a vuestro corazón. Cuando vuestro espíritu se desprenda de este mundo y penetre al espiritual, abrirá sus ojos para extasiarse en la contemplación de aquella vida que espera el retorno de todos los espíritus para redimirlos y estrecharlos en su amor y en su luz. 38. Más para alcanzar la redención debéis levantaros con el propósito de cumplir vuestra misión. Os traigo riquezas espirituales de valor incalculable, porque sois los herederos de mi gracia. Si tomáis con amor vuestra cruz y camináis pacientemente, en el día final estaréis conmigo y penetraréis en la verdadera vida, en donde encontraréis el consuelo y la paz que tanto habéis buscado. 39. He tomado como siervos en este tiempo a los humildes, para daros prueba de que esta palabra que escucháis, no viene de un teósofo o de un científico, pues sois incrédulos por naturaleza; por eso ante vosotros he escogido a vuestros hermanos, padres o hijos, para hacer de ellos mis portavoces poseedores de mi inspiración; mas os digo, que es necesario que estudiéis mi palabra en su esencia, porque llegará el día en que se levantarán hombres y mujeres que tomando mi nombre os hablen palabras de aparente luz y entonces no debéis dejaros sorprender por ellos. 40. Velad y orad, Yo soy la mirada que escudriña y conoce los sufrimientos que hay en cada corazón. 41. Estáis oprimidos y temerosos, porque las religiones os señalan y censuran vuestros actos. No temáis, enjugad vuestro llanto, tomad el consuelo. 42. Bienaventurados los que afligidos buscan en silencio la comunicación conmigo, porque Yo les conforto. No están abandonados por Mí, antes bien, les he buscado, para darles una gracia divina. Elías os conduce en el Tercer Tiempo, y a medida que penetréis en el camino os sentiréis más cerca de Mí. 43. Escuchad mi parábola de este día. P A R Á B O L A 44. “Encontrábanse en un camino, un anciano de aspecto humilde y venerable, que no llevaba báculo ni alforja. A su paso encontró a tres caminantes jóvenes que llevaban en su corazón la alegría y sus gargantas entonaban dulces cantos. El anciano se acercó al primero de ellos y le dijo: Caminante, tengo hambre, tengo sed y estoy desnudo, bríndame de lo que llevas en tu alforja y dame un jirón de tus vestiduras. El mancebo buscó en su alforja y no encontró pan ni agua y de sus vestiduras no quiso despojarse. Ve a mi hermano le dijo, él podrá darte lo que necesitas yo no tengo nada que ofrecerte. 45. Se acercó el anciano al segundo y de igual manera le pide, éste busca en su alforja y en ella no hay alimento, ni agua que calme su sed. Ve al tercero le dice, él te dará lo que yo no he podido darte. El tercero ante la misma súplica, busca y su respuesta es la misma, no tengo nada que darte. Entonces el anciano se siente angustiado, la sed y el hambre le han agobiado más al ver que las alforjas de los jóvenes se encuentran vacías les dice: ¿Cómo vais a proseguir por ese camino que yo he pasado sin saber lo que os espera? El camino es largo y está sembrado de espinos y abrojos; las tierras son áridas, no hay árboles donde sombrearse, no hay frutos, el sol es ardiente y no hay ríos, ni manantiales que den frescura al peregrino. 46. Los caminantes escucharon al anciano y dijeron: No importa, seguiremos adelante, somos jóvenes y fuertes, nos sentimos llenos de energía y capacitados para recibir las vicisitudes de la vida. Con irónica sonrisa iban a abandonar al anciano, mas éste les dice: Esperad, os aconsejo que busquéis antes con qué alimentaros, reunid en vuestra alforja lo necesario para el viaje, para que podáis ir por ese camino sin perecer. Después de escuchar al anciano replicaron: Si tú te encuentras cansado, desnudo y hambriento es porque estás anciano, el trabajo te ha cansado, has visto aparecer muchas auroras y las nieves han blanqueado tu cabeza, por eso estás abatido. Nosotros somos jóvenes y no tememos a la vida. 47. Entonces el anciano les contestó: Yo también fui joven y fuerte, también canté en los caminos, tuve energías en mi cuerpo y el tiempo me enseñó y dio experiencia. Voy a mostraros lo que tenéis que recorrer; y llevándoles a la cumbre de un monte les enseñó el mundo. Desde allí vieron cómo se desataban vendavales a diestra y siniestra azotando a las naciones causando en ellas la destrucción, las aguas del mar invadían las tierras y los hombres perecían bajo las fuerzas de los elementos desencadenados. Los jóvenes dijeron al anciano: ¿Qué tenemos que ver nosotros con estos acontecimientos? Y el anciano les respondió: Esto que ahora veis y os sorprende, tendréis que vivirlo al cruzar por esos caminos, mas aquéllos dudaron. Una vez más les dijo: ¡Mirad! y les mostró hacia el oriente; ahi contemplaron a las naciones debatiéndose en medio de una guerra cruel. Vieron a las madres y a los hijos llorando, éstos dejando su vida en el campo de batalla, clamando a los suyos en la última hora. Vieron a las mujeres enlutadas, lamentando la pérdida del esposo o del hijo. Contemplaron a los niños hambrientos y desnudos; después ante sus ojos, un espíritu blanco extendió su manto como la nieve sobre la tierra devastada y de ella salía un lamento desgarrador y en donde ese espíritu aparecía, la vida de los hombres era segada como la hierba en los campos cuando es tiempo de recoger la cosecha. Y los jóvenes dijeron: ¿Qué significa todo esto? Os muestro los tiempos venideros, contestó el anciano, tiempos que vosotros viviréis. 48. Por último el anciano les detuvo para que mirasen, y vieron los elementos desatados, el fuego consumiendo bosques y ciudades, la peste como nube cubriendo a los hombres, los volcanes arrojando fuego y sepultando comarcas bajo sus cenizas. Les mostró el mar en el que se desarrollaban grandes catástrofes; mientras unos mares se secaban otros cambiaban de lugar. Por último vieron aparecer en el firmamento cuatro ángeles con trompetas, anunciando la consumación de los tiempos. 49. Los mancebos quedaron sobrecogidos de terror; entonces el anciano les dijo: He aquí que os he mostrado los acontecimientos que han de suceder y por los que tendréis que atravesar. 50. Aquellos jóvenes con el rostro demudado, clamaron a la naturaleza y ésta no les oyó, y en el instante en que su corazón lleno de angustia lloraba sin consuelo, la voz del anciano llena de paternal dulzura les dijo: No desesperéis, postrad vuestra rodilla y orad al Todopoderoso. En el silencio extendió su mano y todo fue silencio, calma y paz. La visión desapareció. Vieron la luz de un nuevo día y comprendiendo que el anciano había profetizado esos acontecimientos, cayeron postrados diciendo: Oremos, para que el Padre que es Todopoderoso, prepare nuestro camino y vayamos con su luz hasta el fin de nuestra vida”. 51. Pueblo, analizad y abrid vuestros ojos a la luz. Vosotros sois los tres caminantes que a través de los tiempos he llamado y doctrinado para que seáis llenos de mi sabiduría y encendáis vuestra fe, os preparéis para el camino de la vida y lleguéis al final, penetrando en la vida espiritual, en donde encontraréis mi paz. 52. En los tiempos pasados no os convencisteis con mi palabra y cuando el Maestro se ausento, vuestro espíritu no encontraba paz. Y os he dicho: Bienaventurados los que creen. Bienaventurados los hombres de fe, porque ellos tendrán vida eterna. 53. A vosotros los preparados de este tiempo, os digo: Tengo hambre y sed de vuestro amor. Hijos míos, no habéis alcanzado a comunicaros con vuestro Dios por falta de espiritualidad. Desechasteis las virtudes que he derramad o en vosotros y perdisteis vuestro tesoro. 54. Ahora os digo: Tomad la enseñanza que vengo a daros en la sexta etapa. No busquéis en los libros del mundo luz para vuestro espíritu, porque no la encontraréis. No busquéis en ellos respuesta a vuestras preguntas ni soluciones a vuestros problemas. Orad, comunicaos conmigo, que Yo atenderé vuestras peticiones. 55. Antes de que me presentéis vuestra tribulación, la Madre Divina intercede por vosotros y os bendice y a su vez os pide la intercesión y vuestra oración por los que sufren. Ella ruega a la humanidad que cese en su ambición y en sus guerras, que ya no derrame más sangre inocente. Su Espíritu amoroso os protege y espera humilde que se haga mi voluntad. 56. Vosotros también la bendecís y veneráis sabiendo que es inseparable compañera vuestra en los días de paz y en los de prueba. 57. Mi sangre fue derramada para que reinara la paz y la justicia entre los hombres, mas no he sido bien comprendido, si hubieseis aprovechado esa lección habríais alcanzado mayor grado de evolución y la luz que he derramado en el transcurso de los tiempos, iluminaria plenamente a vuestro espíritu. 58. No me habéis imitado, os he enseñado la humildad y sois soberbios. Os di el secreto de la paz y de la salud y vivís en guerra y enfermáis. Os enseñé a consolar a los que sufren y no sentís el dolor de vuestros hermanos, sois duros de corazón. 59. Humanidad, cuánto habéis negado mi existencia y vuestros dones. En verdad os digo que no pisáis sobre la roca firme sino sobre arena movediza, y ese camino no os llevará al fin para el que fuisteis creados. 60. Leed y aprended en el gran Libro de la Vida Verdadera que os he concedido y si cumplís con su enseñanza, contad con que llegaréis a Mí por ese camino, mas pensad que si no lo hacéis así, os alejaréis de Mí y vuestra restitución será muy grande. 61. Hombres y mujeres que vagáis sin consuelo, ¿Por qué no os fortalecéis en Mí? No me llaméis Padre injusto si lloráis y padecéis en vuestro destierro, Yo os he anunciado antes de venir a la Tierra, que esta morada es un valle de lágrimas, que no es un valle de paz y recompensa. La Tierra no es vuestra morada eterna. “Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados”. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 44 1. Con amor recibo al hijo pródigo que por mucho tiempo estuvo ausente y que hoy viene en busca de paz y de consuelo para su corazón. Algunos de mis hijos se acercan a Mí en busca de su heredad, otros están aún muy distantes, pero en todos, el espíritu se encuentra atento esperando que mi voz le diga: Heme aquí. 2. No se han olvidado de mis palabras del Segundo Tiempo y aunque su materia es frágil, el espíritu es fuerte, cree y confía en mi promesa de volver como Espíritu Consolador. 3. Vosotros que hoy me escucháis, recordáis las tinieblas que habéis atravesado, el camino de vicisitudes que habéis cruzado para llegar a Mí. Os encontráis en la ribera de un río, bajo la sombra de un árbol, oyendo esta voz que esperasteis por mucho tiempo, mas con toda la luz que poseéis, aún no habéis llegado a la cumbre del monte ni estáis en la cima de la perfección; habéis llegado solamente ante vuestro Maestro que viene en Espíritu y al escucharme os convertisteis en párvulos y después en discípulos de mi nueva enseñanza. Aprendiendo de Mí, os haréis fuertes y aunque seáis pobres en la Tierra, poseeréis las riquezas del espíritu. 4. La fama de mi palabra traspasará en poco tiempo las fronteras de vuestra nación, los hombres de ciencia y los que estudian las escrituras sagradas, se levantarán negando mi manifestación, mas Yo daré señales y haré prodigios por conducto de mis escogidos y con ello conmoveré a la humanidad. Se encuentran diseminados en todas las naciones hombres de espíritu elevado, profetas de mi doctrina Espiritualista Trinitaria Mariana, a quienes he dado una espada de luz para combatir toda falsa teoría y doctrina, para que sólo perduren aquellas que tengan por base el amor y la verdad. 5. En todos los tiempos he enviado a la Tierra espíritus virtuosos que os enseñen y con sus obras os dejen ejemplo de cómo debéis vivir para llegar a Mí: Consejeros, ministros de mi ley, legisladores, guías; ellos os han señalado vuestros deberes, os han dicho que vuestra misión no se reduce tan sólo al amor de vuestra familia, sino que más allá de esos límites debéis amar y ayudar a vuestros hermanos. También os han enseñado que después de estas pruebas en la vida, os espera la vida espiritual en donde recogeréis los frutos de vuestra siembra en la tierra. 6. He preparado espíritus y les he hecho encarnar habiéndolos dotado de sabiduría y potestad, y cuando su cuerpo se ha desarrollado y se han encontrado en completo uso de sus facultades, el espíritu se ha manifestado fuerte y grande; estos son los hombres de ciencia, los pastores, los gobernantes, mas son pocos los que han cumplido su misión, los que han desarrollado sus dones y han trabajado con fe firme. Los más se han envanecido o han hecho mal uso de sus dones, y no han alimentado al espíritu de los hombres, y no han sabido guiar, ni calmar el dolor de sus hermanos. 7. Por eso en este tiempo, al contemplar a mi rebaño perdido sin guía en la Tierra, he venido como el buen Pastor a entregaros mi doctrina limpia y pura, y os he dado los preceptos de mi enseñanza para que viváis en paz y cumpláis con mi ley, escalando por el camino de vuestra evolución espiritual siguiendo el ejemplo que os di con mis obras de amor. 8. ¿En dónde están los sucesores de mis apóstoles humildes sacrificados por la maldad de los hombres? ¿Cuáles son los beneficios que la ciencia ha hecho a la humanidad? Hay muchos que dicen ser sabios y no aman ni enseñan el amor. Sabiduría quiere decir luz, y luz es amor y comprensión de las leyes divinas y humanas. 9. En el Segundo Tiempo me hice hombre por amor a la humanidad, aquella carne fue obra de mi Espíritu, y cuánto han comentado los hombres de ciencia este misterio que pertenece a mis íntimos juicios. En verdad os digo, que las obras divinas no pueden ser juzgadas a través de la ciencia humana. 10. El Espíritu que animó a Jesús, fue el mío propio, vuestro Dios se hizo hombre para habitar entre vosotros y dejarse mirar, porque así era menester. Sentí en cuanto hombre, todos los sufrimientos humanos; hasta Mí llegaron los hombres de ciencia que habían estudiado la naturaleza y encontraron que de mi enseñanza, nada sabían. Grandes y pequeños, virtuosos y pecadores, inocentes y culpables, recibieron la esencia de mi palabra y a todos los hice dignos de mi presencia, y siendo muchos los llamados, pocos fueron los escogidos y menos los que estuvieron cerca de Mí. 11. Defendí a los pecadores. ¿No recordáis a la mujer adúltera? Cuando fue llevada hasta Mí, perseguida y condenada por las turbas, los fariseos llegaron y me preguntaron ¿Qué debemos hacer con ella? Los sacerdotes esperaban que Yo dijera: haced justicia. Para replicar después: ¿Cómo es que predicas el amor y permites que esta pecadora sea castigada? Y si Yo hubiese dicho: dejadla en libertad, ellos hubieran respondido: En las leyes de Moisés, que según dices vienes confirmando, hay un precepto que dice: Toda aquella mujer que fuese encontrada en adulterio, morirá apedreada Yo, contemplando la intención de aquéllos, no contesté a sus palabras e inclinándome, escribí en el polvo de la tierra los pecados de aquellos que juzgaban. Nuevamente me preguntaron qué debían hacer con aquella mujer y Yo les respondí: "El que se encuentre libre de pecado, que arroje la primera piedra”. Entonces ellos reconocieron sus errores, se alejaron cubriendo sus rostros. Ninguno estaba limpio, y sintiéndose mirados por Mí hasta el fondo de su corazón, no acusaron más a aquella mujer, porque todos habían pecado, más la mujer en compañía de otras que también habían adulterado, se arrepintieron y no volvieron a pecar. Os digo que es más fácil convertir a un pecador por el amor que por el rigor. 12. Mi enseñanza fue escrita en la conciencia y no podrá ser borrada, porque su esencia es inmortal como el espíritu que poseéis. 13. Vosotros que ahora me oís, aprended y enseñad a los que habitan en otras naciones; recordadles mis palabras del Segundo Tiempo, en tanto llega a ellas mi mensaje de este Tercer Tiempo. 14. Quiero que hagáis llegar mi palabra a otras tierras antes de que sus habitantes se levanten hablando de mi nueva manifestación y que cuando os encontréis no os desconozcáis, sino que vosotros deis testimonio y ellos confirmen mis palabras y obras cumpliendo con mi precepto que dice “Amaos los unos a los otros”. 15. Os he atraído ante mis lecciones, para enseñaros y libertaros del pecado. Si grandes son vuestras faltas, mayor es mi perdón. En este camino de pruebas y vicisitudes, vivid, experimentad, conoced mi ley, y cuando os dejéis guiar por la conciencia, no infringiréis mi ley ni las leyes del mundo, y cuando lleguéis al final de la jornada, no habrá dolor ni remordimiento, estaréis en paz. 16. En este Tercer Tiempo el libro del Maestro se abre nuevamente delante de los discípulos, para enseñarles las lecciones de la Vida Verdadera. Mientras vuestra materia se somete al silencio y al recogimiento, vuestro espíritu se eleva para deleitarse con mi palabra, llega hasta mi mesa a alimentarse con el único pan que le da vida. 17. Para todo el que sabe elevarse en estos instantes, desaparece la materia por la cual es transmitida mi palabra y la recibe directamente en su espíritu desde el manantial divino. Vosotros reconocéis que desde el instante en que por primera vez me escuchasteis, brilla una luz en vuestro entendimiento, es la luz de mi sabiduría que comienza a iluminar vuestro sendero, aunque os digo, que quienes me oyen y no analizan mi enseñanza, andan aún entre tinieblas, la luz de su espíritu está aún apagada. 18. Mi voluntad es marcar doce mil hijos de cada tribu, más en verdad os digo, que no sólo los marcados poseerán mi luz, cualquiera que siga mi enseñanza será llamado hijo de la luz. 19. No pregonéis que sois mis discípulos, demostradlo con obras de caridad. Hay quien pregona ser de mis elegidos y Yo le pruebo ocultándome en el corazón de su propio enemigo, a quien en vez de perdonar, le ha devuelto el golpe, golpe que más que a la mejilla de su hermano, ha alcanzado mi faz. En ese instante le he hablado a través de su conciencia y aquél que se envanecía de ser mi discípulo, con un débil arrepentimiento me ha dicho: perdóname, Maestro. Una vez creyéndose limpio y merecedor de mi perdón ha reanudado su camino. Entonces he visto venir hacia él a una doncella cuyo corazón y juventud son como rosa fragante. Ella le dice: vengo a vos llena de confianza en vuestra virtud, a pediros un consejo que sea en mi vida como un escudo contra las acechanzas; mas aquél olvidando su misión y mis enseñanzas, se deja dominar de los bajos instintos y con impura intención contempla a la doncella, en ese instante me presentó ante el mal discípulo diciéndole: ¿Por ventura es esto lo que os he enseñado? El, sorprendido, me ha contestado: Señor, nada hay oculto para vos. Avergonzado ha proseguido su jornada, mientras mi voz implacablemente le pregunta cada vez que hace alarde de seguir mi ejemplo: ¿Sois mi apóstol? Entonces he permitido que el hambre lo sorprenda y luego me he ocultado en el corazón de un rico enfermo, quien a pesar de tener sus arcas llenas de oro, no tiene salud para gozarlo. Este, al saber que en su comarca se encuentra un discípulo mío, va en su busca y le dice: “Sé que podéis devolverme la salud y por eso os he buscado. Soy rico, mas todo mi caudal no me ha servido para encontrar remedio a mi mal”. El corazón del apóstol se ofusca al escuchar aquella confesión y dice al enfermo: “Voy a posar mi mano en vuestra cabeza y pronunciando el nombre de mi Señor os devolveré la salud, mas esta gracia la tendréis que recompensar ampliamente”. El rico enfermo le responde: “Llevaos mis galas, mis arcas, mi casa, tomadlo todo, pero sanadme”, y el enfermo sanó, porque fue tanta su fe y su dolor que el Maestro tuvo piedad de él. Lleno de júbilo el enfermo, entregó en manos de aquél a quien creía que lo había sanado, todo cuanto poseía, mientras que el mal apóstol decía para sí: ahora he dejado de ser pobre, porque si he luchado y trabajado, justo es que reciba mi recompensa. Pero he ahí que en ese instante mi voz implacable, vibró en su conciencia diciéndole nuevamente: ¿Por ventura es ésta mi enseñanza? ¿Recordáis que Jesús cuando estuvo en el mundo recibiera pago a cambio de su amor, El, que pudo ceñirse coronas y poseer todos los tesoros, cuando con sólo tocar sanaba y con llamar resucitaba muertos? 20. Una lucha se entabló en el corazón de aquel discípulo, diciéndole a su Maestro: ¿Por qué sois tan inflexible con vuestros discípulos? ¿Por qué no nos dejáis poseer algo en este mundo? Y el Maestro con voz dulce le respondió: porque en el momento de escogeros prometisteis renunciar a las vanidades humanas a cambio de un tesoro verdadero. 21. Todavía el discípulo replica: duro es el camino, muy larga la jornada, trabajamos mucho y ninguna cosecha recogemos en la Tierra; ¿Queréis que amemos mucho a la humanidad, cuando ella no nos ama? Y el Maestro al escucharle blasfemar así, le dijo: está bien, pequeño, caminad bajo vuestra voluntad, lograd lo que ambicionáis. Y aquel hombre diciéndose ser mi siervo, pregonando ser mi apóstol y desoyendo la voz de la conciencia, se ha levantado por los caminos encontrando en ellos multitud de enfermos, a los que ha llamado para decirles que él es el poseedor del bálsamo que cura todos los males, mas también les dice: estoy necesitado, ¿Qué podrías brindarme a cambio de lo que yo os conceda? Aquellos que son pobres le dicen que nada tienen, pero que están dispuestos a trabajar venciendo sus dolencias, para conseguir lo necesario para pagarle. Este trato le parece bien a aquel hombre, quien empieza a ungir a los enfermos, a la vez que va recogiendo de sus manos el pago, cada vez en mayor cantidad. El ungía a los enfermos, pero ellos no sanaban, al contrario se agravaban, trataba de levantarles el ánimo, mas ellos decaían cada vez más. Entonces el apóstol, al contemplar que las multitudes le habían perdido la confianza, sigilosamente desapareció de entre ellas, llevándose un caudal en metales y dejándolos en agonía. 22. Lejos ya de aquellos, se dirigió a la mansión de un rico, al que le dijo: Señor, puedo serviros, sé trabajar, deseo que me ocupéis en vuestra regia mansión, yo puedo consolaros cuando estéis triste, puedo manejar vuestros intereses cuando os sintáis cansado. ¿Quién sois vos? Le preguntó el rico, a lo que el apóstol contestó: Soy el poseedor de una ley, de una doctrina, a tal grado poderosa y persuasiva, que si alguna vez vuestros súbditos llegaran a rebelarse delante de vos, bastará que yo les hable para reducirlos a la obediencia. 23. Aquel rico se impresionó con aquellas palabras, creyó en ese hombre y le dijo: vuestras palabras revelan grandeza y si las cumplís como decís, las tendré siempre como una verdad. Entonces el rico le dio un lugar a aquel hombre y las llaves de su palacio. Este con la adulación, conquistó el corazón de su amo, mas como de su corazón había rechazado a su Maestro y no escuchaba la voz de su conciencia, pronto hizo cambiar la vida de aquella mansión, humilló a los pequeños, enalteció a los que le adulaban, hizo que se alejaran los mejores siervos de la casa, a espaldas del dueño, derrochó en festines sus caudales, más llegó el día en que el Señor de aquella mansión abriera sus ojos a la realidad, y convencido de la falsedad de aquél en quien había depositado toda su confianza al escucharle pronunciar palabras de gran poder y sabiduría, le llamó para decirle indignado. ¿Esta es la enseñanza que sembráis? ¿Así demostráis esa potestad que decís tener? Y al instante lo hizo conducir a un calabozo para más tarde sentenciarle al patíbulo. Ahí, en la prisión, no concebía aquél, que un discípulo del Divino Maestro pudiera llegar al cautiverio y menos que se le sentenciara a morir; no podía creer que aquellas pruebas eran la voz de alerta que le llamaban al arrepentimiento para volver al camino, entonces elevó una súplica al amo rico a quien había traicionado prometiéndole no volver a hablar ni a sorprender a nadie, y el rico convencido le dejó partir. 24. Libre ya aquel hombre, sintió el deseo de conocer nuevos caminos y encontrándolos penetró en ellos, nuevamente desoyó el llamado de su conciencia, y como nunca, se entregó a los placeres en donde sus labios se envenenaron, su cuerpo enfermó y su corazón cayó en el más profundo hastío. De escalón en escalón había ido descendiendo hasta caer aletargado en el fondo de un abismo. No supo cuánto tiempo permaneció ahí, más cuando despertó preguntó: ¿En dónde estoy? ¿Dónde está mi heredad? Hablo a mi Padre y Él no me responde, estoy enfermo y abatido y El no acude a mí, le pido una palabra de consuelo, de aliento y El no viene a mi corazón. ¿Dónde estará aquella enseñanza y aquel bálsamo que El me dio y con el cual yo podría librarme de tanta amargura? Quiero cerrar mis llagas y sangran más. Quiero darle paz a mi corazón y él más se inquieta. ¿Quién soy yo? ¿Será mentira lo que el Padre me dio? y lloró desgarradoramente. 25. Pasaron a su lado hombres de todas las condiciones y le veían con indiferencia, nadie le escuchaba, nadie le contemplaba ni se detenía, nadie sentía su dolor. Entonces le pareció que profundas tinieblas lo envolvían, y cuando creyó no poder soportar tanto dolor y sintió que su espíritu estaba a punto de desprenderse de su inmundo cuerpo, escuchó una voz dulce, conocida por él que le decía: Aquí estoy, he descendido hasta donde habéis caído, para daros mi ayuda. Aquel hombre al escuchar la dulce voz de su Padre llena de perdón y de ternura, no pudo resistir el peso de sus remordimientos y dijo a su Señor: no os acerquéis a mí, no bajéis a este abismo, ni penetréis a este antro, porque aquí están las tinieblas y el fango; no dejéis en los cardos vuestras vestiduras, dejadme aquí, ya que yo mismo a esto me he condenado. 26. El hijo lloraba y a través de sus lágrimas contemplaba cuan justo era su Padre. El Padre no contemplaba las impurezas del hijo, ni las tinieblas que lo rodeaban o el fango en que se encontraba, solo veía que era su hijo muy amado al que preguntó: ¿Por qué habéis llegado hasta aquí? Y el hijo le contestó: Porque creía que no estaríais tan cerca de mí, ni quise creer que la voz de mi conciencia era la vuestra. No me sanéis, hoy comprendo que no merezco la salud. No me perdonéis, no merezco vuestro perdón. Dejadme sufrir en este abismo, dejadme lavar mis faltas. Contemplando el Padre que el hijo al fin había comprendido la magnitud de sus errores, no le dejó sufrir más y permitió que en aquel ser se hiciera la luz, que aquel llanto lavara las manchas y entonces, sobre aquella frente agobiada, posó el Padre un ósculo de paz, levantó aquel cuerpo débil y vencido y le estrechó con infinito amor. 27. Aquel corazón al sentir la ternura de su Padre, se dispuso a seguirle y amarle por siempre; entonces contempló que nuevamente brillaba la luz que en su frontal había puesto el Señor, porque los dones que Dios concede, nunca los quita a sus hijos, lo que si les retiene su gracia, son sus faltas a mi ley. Así se levantó aquel espíritu a empezar de nuevo el camino, pero llevando mayor luz, la de su dolorosa experiencia. La voz de la conciencia era escuchada con claridad por él. 28. ¿Quiénes de los que habiendo estado recibiendo día a día mis lecciones, desearán recorrer los caminos del sufrimiento? Reconoced que esos caminos ya los anduvisteis, vuestro espíritu ya pasó por grandes pruebas, gracias a las cuales hoy podéis seguirme con firmeza. 29. Os he enviado a multiplicar vuestra simiente y para ello os he señalado mi luz en vuestro frontal, para que cuando estéis preparados, os diseminéis por los caminos en donde las multitudes os esperan, las puertas de los hogares se abrirán para daros la bienvenida y los corazones os recibirán con júbilo. 30. Ahí estarán los enfermos esperando su salud. 31. Yo, el Divino Salvador, llegaré a todos a través de mis discípulos fieles, mas no como en el Segundo Tiempo, hoy llegaré entre la humanidad, oculto en el corazón de mis enviados, hablando por su boca y derramando mi inspiración en sus entendimientos. Así llegaré hasta los enfermos, hasta los menesterosos y sedientos de paz del espíritu y del cuerpo a través de las obras de amor y caridad de mis discípulos. 32. Bienaventuradas las naciones que no cierren sus caminos y abran sus puertas a mis enviados, porque de cierto os digo, que esa nación será salva. 33. Durante esta lucha, unos serán llamados y escogidos antes que otros, más a todos llegará esa hora y tendrán su cumplimiento entre la humanidad, unos empezarán y acabarán antes su tarea, otros tardarán más en llegar, pero al fin cuando toquéis los linderos de la perfección, no habrá grandes ni pequeños, todos seréis iguales en el amor del Padre y formaréis parte de su familia perfecta. 34. A todos les he dado en su principio los mismos dones, pero mientras algunos han sabido elevarse y ser grandes por medio del desarrollo de su virtud, otros se han estacionado y otros se han extraviado. 35. He repartido entre todos mis hijos, dones igualmente grandes, por lo que no debéis juzgar que a unos se les ha dado más que a otros, ni que un cargo es más grande que otro. En mi sabiduría y justicia perfecta, conociendo la deuda de cada uno de mis hijos, les he dado de acuerdo con sus necesidades. 36. Os doy estas explicaciones para que seáis conformes, porque de vuestro destino, de vuestro pasado y de vuestra restitución, nada sabéis. 37. Si consideráis muy agraciados a mis hijos por los cuales me estoy comunicando y hasta habéis llegado a desear su don, Yo os digo, que en verdad es una gracia muy grande, así como también lo es la deuda espiritual, que con el Padre tienen y su responsabilidad no tiene límites. 38. Cada quien tome con amor su cruz, mas no busquéis placeres, honores ni recompensas, porque sólo recogeréis dolor. 39. Recordad que os sané con mi amor, que limpié vuestras manchas y cerré vuestras heridas. Recordad que aparté la amargura de vuestros labios, os quité la vestidura sucia y rota que traíais, para cambiárosla por otra blanca como los copos de la nieve; erais el paria y habéis dejado de serlo; llegasteis sin heredad y hoy sabéis que poseéis un don. No provoquéis más el dolor, no volváis a ser parias, no volváis entre los pecadores ni os consideréis intocables por el hecho de ostentar mi marca divina, antes bien preparaos, para que cuando seáis tocados sepáis perdonar. 40. Cuántas veces me habéis prometido perdonar a vuestros hermanos, sea cual fuere la ofensa que os hiciesen, me habéis pedido fuerzas para poder cumplir y os las he dado; mas cuán pocas veces habéis cumplido con vuestras promesas. 41. A los que han tratado de practicar el perdón los divido en tres grupos: el primero está formado por aquéllos que habiendo recibido una ofensa no sabiéndose contener y olvidando mi enseñanza, se han ofuscado y se han vengado devolviendo golpe por golpe. Ese grupo es el vencido por la tentación, el esclavo de sus pasiones. 42. El segundo grupo, es el formado por los que una vez que ha sido ofendidos, recordando mi ejemplo, callan sus labios y contienen sus impulsos para luego decirme: Señor, me han ofendido, pero antes que vengarme he perdonado. Mas yo que penetro en los corazones he descubierto en aquél el deseo de que Yo le vengue descargando mi justicia sobre su hermano; este grupo está en plena lucha. 43. El tercer grupo, el más reducido, es el que imitando a Jesús cuando han sido ofendidos, se elevan hacia el Padre llenos de piedad por sus hermanos, para decirme: Señor, perdonadles, porque no saben lo que hacen: me han herido, mas, no es a mí, sino ellos a sí mismos se han herido, por eso os pido vuestra caridad y que me concedáis devolverles sólo el bien. Este es el que ha vencido. 44. Vuestra conciencia que pide y espera de vosotros obras perfectas, será la que no os deje tranquilos hasta que sepáis practicar con vuestros hermanos el verdadero perdón. 45. ¿Por qué habéis de odiar a los que os ofenden, si ellos tan sólo son peldaños para que lleguéis a Mí? Si perdonáis haréis méritos y cuando estéis en el reino de los cielos, veréis en la Tierra a los que os ayudaron en vuestra elevación; entonces pediréis al Padre que también ellos encuentren los medios para salvarse y llegar hasta su Señor, y vuestra intercesión les hará alcanzar esa gracia. 46. Tampoco intentéis descubrir los sentimientos ocultos de vuestros semejantes, porque en cada ser existe un arcano que sólo Yo debo conocer; más si descubristeis lo que por pertenecer sólo a vuestro hermano, debe ser sagrado para vosotros, no lo publiquéis, no rasguéis ese velo, antes hacedlo más denso. 47. Cuántas veces he contemplado a los hombres penetrar en el corazón de su hermano hasta descubrir su desnudez moral o espiritual, para recrearse con ello y luego publicarlo; ninguno de los que así hayan profanado la intimidad de un semejante se sorprenderá de que alguien en su camino le desnude y le burle; no diga entonces que es la vara de justicia la que le mide, porque será la vara de la injusticia con la que midió a sus hermanos. 48. Respetad a los demás, cubrid con vuestro manto de caridad a los desnudos y defended al débil de las murmuraciones de la humanidad. 49. Discípulos, no os prohíbo que estudiéis en los libros que os enseñan el bien, más si no los encontraseis, aquí tenéis mi enseñanza que en medio de su sencillez y humildad, encierra más sabiduría que todos los libros, por lo tanto, grabadla en lo más profundo de vuestro corazón, analizadla y que ella sea la que os guie en todas vuestras obras. 50. Los que han llegado bajo la sombra de este árbol llorando por las vicisitudes de la vida, han encontrado el consuelo y la fortaleza de mi amor. 51. Bienaventurado el que escuche con amor mi palabra en el Tercer Tiempo, porque no se confundirá, en el momento de su muerte su espíritu resucitará a la vida eterna y penetrará firmemente en el sendero que le espera en el más allá de esta vida. 52. Bienaventurado el que lleve con paciencia sus penas, porque en su misma mansedumbre hallará fuerza para continuar cargando su cruz en el camino de su evolución. 53. Bendito sea aquél que soporte con humildad la humillación y sepa perdonar a quienes lo hayan ofendido, porque Yo lo justificaré; más ¡Ay de los que juzgan los actos de sus hermanos, porque ellos a su vez serán juzgados! 54. Bendito sea el que cumpliendo el primer precepto de la ley, me ame sobre todo lo creado. 55. Bendito sea el que deje que Yo juzgue su causa justa o injusta. 56. Mi doctrina viene a regeneraros, a fortalecer a vuestro espíritu, para que una vez que vuestros labios se abran para repetir mis enseñanzas, se cierren a la blasfemia o a la maldición. 57. En esta Era he venido a regar nuevamente la semilla que en el Segundo Tiempo deposité en vuestro corazón. 58. Desde los primeros tiempos he buscado la forma de hacerme oír y entender por los hombres, por eso he enviado justos y profetas a este mundo para que con sus obras y palabras sean emisarios de mi voluntad y de mis mandatos. 59. En el Primer Tiempo, por la obediencia de Abraham a mi mandato, hice con él un pacto de amor, premiando su constancia, su celo y fidelidad, bendiciendo y multiplicando su descendencia. Para probar su obediencia y su fe, le pedí la vida de su hijo Isaac, a quien tanto amaba, y con la sumisión de los grandes espíritus, estuvo dispuesto a inmolarlo; mas Yo le detuve, porque ya en su corazón había demostrado su obediencia y ella me basta. 60. Isaac fue padre de Jacob, a quien le fue dado contemplar el camino de perfección del espíritu, simbolizado en una escala que se asentaba en la Tierra y se perdía en el infinito, por la que subían y bajaban espíritus en forma de ángeles. 61. Estos tres patriarcas forman el tronco del pueblo de Israel, del cual brotaron doce ramas y un número infinito de hojas, mas su fruto aún no ha madurado. 62. E1 pueblo de Israel recibió la ley cuando en su peregrinación se encontraba en la falda del monte Sinaí; su guía Moisés, recibió las tablas y la inspiración. La travesía del desierto fue para purificar los corazones, para espiritualizarlos y encender en ellos la fe hacia el Dios invisible. Cuando el pueblo llegó a la “tierra prometida” y tomó posesión de ella, llevaba la fe en su Señor, profundamente grabada en su espíritu y practicaba un culto sencillo, pero elevado, en el que se había fortalecido su corazón; mas he aquí que los hijos de sus hijos no supieron perseverar en la fe y en la espiritualidad, y cuando otros pueblos de gentiles introdujeron su idolatría y supersticiones en el seno del pueblo de Israel, lo dividieron espiritual y materialmente. Fue entonces cuando aparecieron los profetas amonestando a las multitudes anunciándoles mi justicia sobre ellos por su infidelidad y su pecado, más los profetas fueron burlados y algunos muertos. 63. Os digo esto, porque en verdad vosotros espiritualmente sois simiente de aquellos primeros patriarcas y sois ovejas de Moisés, mas también os digo que sois de los frutos que en este tiempo alcanzarán madurez y darán vida y buen sabor a la humanidad. 64. Cristo en aquel tiempo regó con su sangre el árbol de la vida y hoy viene a darle nuevo riego con su divina palabra, para que maduren los frutos de amor y caridad de todos sus hijos. 65. En este tiempo vengo a combatir todo fanatismo e idolatría de vuestros corazones, porque la espiritualidad no admite materialidad; quien practicase con fanatismo mi doctrina espiritual, no está haciendo mi voluntad ni ha interpretado debidamente mi enseñanza. 66. ¿Por qué aún en este tiempo los hombres materializan el culto a mi Divinidad, cuando Yo, desde el Primer Tiempo, en el primer mandamiento de mi ley, prohibí que se me adorase bajo formas e imágenes hechas por las manos de los hombres? 67. Mi palabra en este tiempo, como una espada de dos filos luchará por arrancar del corazón humano todos sus errores, para que libre de ignorancia se eleve a mi Divinidad y alcance la comunicación de espíritu a Espíritu. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 45 1. La luz de mi espíritu desciende entre vosotros. Vengo a daros el tesoro de la paz y a vestiros con las galas de la humildad. Si la humanidad quisiera desgarrar en jirones vuestra vestidura, dejadla, que esos jirones le sirvan para cubrir su desnudez. 2. Entre estas multitudes están los que sin haberme visto me creen, me aman y me siguen, bienaventurados sean, porque ellos serán en la Tierra Prometida. 3. En este día conmemoráis la resurrección de vuestro Maestro y en verdad os digo, que muchos de vosotros resucitaréis con la luz de mi palabra a la vida de la gracia. 4. Sólo en cuanto hombre nací y morí, porque en cuanto Dios no tuve principio ni tendré fin. Jesús nació de la pureza del amor del Padre hacia la humanidad, tomando forma humana en el seno de una casta doncella, previamente escogida por el Creador. 5. Las obras y palabras de Jesús, fueron el camino que vino a trazaros en el sendero que os llevará al reino de los cielos. Mas Cristo, a través del cuerpo de Jesús, sintió todos los dolores y angustias del mundo, supo de la agonía y quiso en Espíritu penetrar en los antros de tinieblas en donde los seres espirituales también le esperaban. Más os digo, que el dolor de Jesús en la hora suprema de su agonía en la cruz, no fue comprendido por nadie. Hubo un instante en que se sintió solo entre el cielo y la tierra, azotado por los elementos desencadenados y abandonado de sus discípulos, fue entonces cuando exclamó: ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me habéis abandonado? Los hombres lo arrojaban de su seno y su Espíritu lo abandonaba. 6. Por virtud de mi poder, Jesús podía haber sido insensible al dolor corporal, mas no vine en cuanto hombre a engañaros. Mi dolor fue único, mi muerte real y mi sangre de verdad. 7. Mientras el cuerpo del Maestro estuvo en el sepulcro, el Divino Espíritu iluminó las moradas en donde justos y pecadores le esperaban, para que su caridad les llevara a una nueva era; porque la sangre del Cordero no sólo trazó el camino de su evolución espiritual, a los seres de este mundo, sino también a los del valle espiritual. Cumplida en todos aquella misión de amor, el cuerpo de Jesús se fundió con el Espíritu Divino, de la misma manera que tomó forma humana. 8. Si el cuerpo de Jesús no brotó de la tierra, ¿Por qué había de rendirle tributo como todos los hombres? Él os había dicho: “Mi reino no es de este mundo”. 9. Al oír mi enseñanza resucita vuestro espíritu, porque ha comido el pan de la vida eterna que es mi palabra. Fortaleceos con mi doctrina, porque se acerca el instante en que los hombres, como lobos hambrientos se arrojen sobre vosotros para juzgaros; y no es mi voluntad que vuestra fe y vuestra paz las dejéis en manos de vuestros perseguidores. 10. Aprovechad el tiempo en que aún estará mi manifestación bajo esta forma con vosotros, porque si hoy no encendieseis vuestra lámpara, mañana suspiraréis por este tiempo de enseñanza y complacencias y lloraréis deseando volver a escuchar mi palabra. Muchos diréis: ¡Maestro! Que diera por volver a escuchar una de tus cátedras a través de aquellos a quienes tanto juzgué como imperfectos. 11. Aprovechad en verdad mi enseñanza, ahora que os la estoy entregando por conducto de estos mis hijos, a quienes he escogido y preparado. Por sus labios he hecho brotar palabras de sabiduría y amor. Con sumisión se han apartado del mundo y apuran por vosotros un cáliz de amargura, sabiendo que son el instrumento del Padre para su comunicación con vosotros. 12. Si para escuchar mi palabra en este tiempo acudís a estos humildes recintos, para elevar vuestra oración la podéis hacer desde el lugar en que os encontréis, ya sea en el rincón de vuestra alcoba, o en donde labréis el pan de cada día, lo mismo en el camino, que en el valle o en la ribera del río, doquiera me encuentro escuchando vuestros ruegos. 13. Aprended a limpiar vuestro corazón y a elevar vuestro espíritu hacia Mí, para que recibáis la comunión espiritual; no olvidéis que me lleváis en lo más íntimo de vuestro ser. Elevaos hacia Mí, para que cuando llegue el último instante de 1950, vuestro espíritu no se llene de pavor diciendo: Maestro, os habéis apartado de nosotros. De cierto os digo que quien se prepare, desde aquel instante se comunicará de espíritu a Espíritu con mi Divinidad. 14. Si de tantas enseñanzas que os he entregado, hubiereis aprovechado una sola, y su doctrina fuera la ley que guiara todos los actos de vuestra vida, en verdad os digo que ya no sería necesario que Yo estuviese entre vosotros, porque en lo que habéis oído hasta hoy está toda mi doctrina. 15. Os voy a dar una vez más mi palabra para que vuestro espíritu sienta que se encuentra en el banquete de la vida eterna. Recreaos como Juan mi apóstol, contemplando las revelaciones del más allá. 16. En este tiempo desaparecerá toda la incredulidad entre vosotros, porque os dejaré como una lámpara de fe encendida entre la humanidad. 17. Cada vez que me presento entre vosotros, mientras os doy mi palabra, vuestro dolor se aparta, es que vuestro espíritu siente mi presencia y se recrea con mi amor. 18. No sólo me escuchan los que concurren a estos recintos, también grandes legiones de seres espirituales presencian esta manifestación y reciben mi luz. Entre esas muchedumbres se encuentran los que en la Tierra fueron vuestros padres, vuestros compañeros, vuestros hijos. Todos van ascendiendo por la escala de evolución. 19. Vuestro corazón se llena de gozo al escucharme hablar así y sentís que es la misma gloria del Padre la que en estos instantes se abre para derramar su gracia en toda criatura del Señor. 20. La luz de mi amor que ha venido a iluminar el sendero de evolución de todos mis hijos ha provocado en algunos hombres de ciencia, la confusión de sus ideas, al encontrar que el principio de la creación no es como ellos se lo habían imaginado; mas Yo les hablaré desde lo alto de la montaña y la fuerza de mi voz a través de los elementos estremecerá la Tierra y les mostrará la verdad. 21. Pueblo, si queréis penetrar en comunión con mi Divinidad, no contempléis a estos portavoces, por los cuales me comunico, como a seres superiores. Estudiad y analizad mi palabra y os sentiréis en mi santuario deleitándoos con la esencia de mi doctrina. Así seréis fuertes para dar testimonio de que éste es el Tercer Tiempo, y de que en él me he manifestado a los hombres como ESPIRITU SANTO. 22. Entre la humanidad estoy eligiendo a mis nuevos discípulos, diciendo a los hombres: Regeneraos, y a las mujeres: No volváis a pecar. A todos os ha limpiado mi perdón para que iniciéis una nueva vida. 23. Vosotros, que mucho habéis bebido la amargura, ahora bebed leche y miel en este cáliz de amor que vengo a ofreceros. 24. Gozad poseyendo este bien espiritual. No os aflijáis demasiado por el sustento del cuerpo, recordad que os he dicho: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios”. 25. A todos os encontré perdidos y os mostré el sendero diciéndoos: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, seguidme hasta el fin. 26. A nadie he forzado para que me siga y a nadie amenazo por no hacerlo. Ciertamente existe la ley de la restitución que cada quien labra para sí, para que su espíritu evolucione y alcance su pureza y su luz, más el infierno del fuego eterno no existe, como no existe el castigo divino. No interpretéis erróneamente lo que en sentido figurado se os ha dicho en tiempos pasados. 27. Hoy estáis escuchándome, reconociendo cada quien su misión, mientras Elías como siervo incansable del Señor reúne a los 144,000 nuevos discípulos, 12,000 hijos de cada tribu de este pueblo, para que reciban en su frente la señal, que los marca como Espiritualistas Trinitarios Marianos. 28. Si en el camino de la vida os sentís cansados, venid a Mí y descansad escuchando esta palabra, porque aún estoy con vosotros. 29. Esta palabra es el pan que vengo a acercar a vuestros labios, su esencia es el agua cristalina que os ayuda a purificar vuestro espíritu de todas sus manchas. 30. Os encontráis temerosos de que los aires huracanados os arrebaten de este sendero y volváis a ser los débiles ante las pasiones de la materia. Teméis a las murmuraciones de las gentes, a sus juicios, teméis al mundo que con sus múltiples tentaciones os aleja de Mí. 31. Como no habéis comprendido mi palabra, creéis que os exijo que abandonéis y renunciéis a todo lo material, cuando os estoy enseñando que debéis dar al espíritu, lo que a él corresponde y a la materia lo que es de ella. Mientras estéis en el valle de lágrimas, no alcanzaréis la perfección, mas debéis prepararos en el amor y la caridad que derraméis entre vuestros hermanos, para llegar al valle espiritual a recoger el fruto de vuestra siembra. 32. El arcano que os estoy revelando es mi propio Espíritu el cual se encuentra más allá de la escala de Jacob; Yo no estoy en la escala, porque soy perfecto; en ella sólo están los seres que caminan en pos de la perfección. ¿Quién puede sentir que mi doctrina sea para su espíritu como un pesado fardo? Si comparáis su peso con el de una cruz, comprenderéis que ahora Yo soy vuestro Cirineo. 33. ¿Quién podrá alejarse de Mí, si doquiera me encuentro? Hay quienes intentan alejarse de mi presencia para sembrar a hurtadillas la simiente que les he confiado y recoger para ellos la cosecha; mas Yo os brindo las tierras fecundas; el que intente ausentarse, tendrá que penetrar en el desierto. ¿Cuándo se ha visto que en las candentes arenas germine alguna semilla? Ahí no asistirán al banquete que conmigo disfrutáis, ni escucharán en su soledad el trinar de las aves que con su canto os han deleitado. 34. El que ha sentido en su corazón el deseo de abandonar la cruz, es porque no ha presentido su misión ni su destino. 35. ¡Cuántos os confesáis culpables y pecadores delante de Mí y sois de los que me aman! ¡Cuántos pregonan que me aman y ni siquiera tienen fe en Mí, creen cuando reciben beneficios, más cuando les llega una prueba me niegan! 36. Este Tercer Tiempo ha sido una invitación para vuestro espíritu, un llamado para que tengáis la gracia de ser de los que toman el fruto divino de los tres tiempos. 37. Cuando la humanidad se ha encontrado en la mayor altura de perversidad, la luz de mi Espíritu ha descendido convertida en palabra comprensible al hombre para salvarle, mostrándoles el camino de su restitución, ayudándolos a cumplir con ella y haciéndoles comprender el galardón que les espera. 38. A vosotros que me oís os digo: no llevéis en vuestra sandalia polvo inmundo, buscadme, soy vuestra salvación. Soy la barquilla que os salve del naufragio, que os aleje del mar embravecido del pecado para conduciros a la tierra de Promisión. 39. ¿Por qué habéis encontrado dolor en vuestro camino? ¿Por qué vuestras plantas se han herido con los guijarros del sendero? ¿Por qué os agobia la sed como a los caminantes cansados? Es porque ayer pasasteis por ese mismo sendero y no limpiasteis el camino a los que tras de vosotros marchaban, sin saber que tendríais que volver a pasar por ahí; y si nunca calmasteis la sed de un sediento, ¿Cómo queréis que alguien os la calme a vosotros? 40. Sólo Yo vengo a mitigar la sed de amor y de paz de vuestro espíritu. Mi palabra es agua cristalina que se derrama entre vosotros. Gozad de ella al beberla, convidad a vuestros hermanos y en verdad os digo que llegaréis a ver la unión y la paz en los espíritus. 41. Si en el Segundo Tiempo me contemplaron vuestros ojos porque vine en cuanto hombre, hoy vengo en Espíritu. Si vuestros ojos corporales no me han contemplado, la sensibilidad de vuestro espíritu sí me ha palpado, porque os estoy manifestando mi presencia. ¿Quién de los que me escuchan, no me ha sentido en el latir apresurado de su corazón? ¿Quién de vosotros no se ha estremecido ante mi palabra que es como mirada penetrante que llega con su luz a vuestro espíritu? 42. Vengo a hablaros como Maestro, no como juez. Como juez no me busquéis, porque en lugar de juicios quiero derramar consuelo y enseñanzas entre vosotros. 43. He abierto vuestros ojos para que os deis cuenta de que mi ley está siendo mancillada en la Tierra, más no para que juzguéis a quien la viola. Conoced mi ley para que no os perdáis del camino cuando los hombres os la oculten y para que sepáis conducir a quien camina en tinieblas. 44. Vosotros no habéis venido para confundir a nadie; en verdad os digo que antes de que eso fuese, más os valdría no hablar de mi obra o que la muerte segara vuestra vida. 45. Pueblo, no sabéis lo que os tengo reservado. No penséis que lo que hasta hoy habéis oído es todo cuanto tengo que deciros; grandes lecciones voy a revelaros. Dones muy grandes se desarrollarán en vosotros. 46. Mi enseñanza viene a prestaros su ayuda para que logréis comunicaros de espíritu a Espíritu con vuestro Padre, porque en esa práctica está vuestra salvación. Abrid vuestro corazón, para que en él guardéis el tesoro de mi palabra, mientras llega el instante de que tengáis que revelarla a vuestros hermanos, porque ésta es la palabra que convierte al pecador y sana al enfermo. 47. La huella que en este tiempo os trazo, no es de sangre, es de luz. Venid a Mí, discípulos y descansad de vuestras penas, mitigad con mi palabra vuestra hambre y sed de amor y paz, para que cuando os deje colmados de bienes espirituales, quedéis como las vírgenes de mi parábola: velando en espera del casto esposo, con vuestras lámparas encendidas para que sepáis recibirle cuando llame a vuestra puerta. 48. El que guarde en su corazón mi palabra y tenga fe en ella, tendrá paz y ventura en los caminos del mundo y logrará su elevación en el sendero que conduce a mi reino. 49. Con amor os entrego mi palabra para daros la vida verdadera y enseñaros a hacer lo mismo entre la humanidad donde existen tantos muertos a la fe. Todo lo que hiciereis en mi nombre lo veréis realizado en vuestros hermanos; más si en vez de bendecir en vuestro camino, blasfemáis o juzgáis a vuestros semejantes, en verdad os digo que vosotros mismos os estaréis sentenciando, porque con la vara que midiereis seréis medidos. 50. Si me habéis ofendido, pedidme perdón, si vuestro hermano os ofendió, perdonadle, tal vez no sepa lo que ha hecho. En cambio, si vosotros llevando tanta luz por las enseñanzas que estáis recibiendo, aún ofendéis, no podréis decir que sois inocentes. Si vosotros ofendieseis, seríais más duros que la roca porque os estoy doctrinando para que seáis nobles con vuestros hermanos. 51. Estudiad mi palabra para que la muerte no os sorprenda impreparados, ni las tinieblas oculten a vuestro espíritu el sendero de su evolución. Mi enseñanza es el único libro que encierra la verdad desde su primera palabra hasta la última. Ese libro lo he abierto nuevamente ante vosotros en este tiempo, para resucitaros a la vida eterna y reuniros en mi aprisco de amor, porque os contemplo perdidos como ovejas sin pastor. 52. He aquí la voz del que llama a los espíritus para libraros de las fatigas del mundo. Algunos de mis hijos reconocieron la voz, otros no, porque no la recordaba su espíritu ofuscado por el materialismo de este tiempo. Mas Yo, el Pastor, teniendo en el aprisco de mi amor, que es mi Reino, a las noventa y nueve ovejas, descendí a la Tierra en busca de la extraviada. 53. Cuánto tiempo os alimentasteis de frutos amargos que os hicieron olvidar la dulzura del fruto de la vida verdadera, y sólo hasta que escuchasteis mi palabra, volvisteis a saber lo que es el verdadero sustento del espíritu. 54. Ayer os levantabais buscando en vano la senda de vuestra elevación espiritual, agobiados por el dolor de vuestros pecados. Hoy os he reunido, os he multiplicado y os he hecho conocer vuestros dones, más en verdad os digo: Antes de que caigáis en vanidad por esta gracia y queráis juzgar al pecador, o tratéis de humillar al que ha faltado, recordad y meditad sobre la enseñanza que en el Segundo Tiempo os di, cuando me fue presentada la mujer adúltera; recordad la parábola del publicano y el fariseo y la del buen samaritano. La esencia de aquellas enseñanzas es eterna. Hoy, mañana y siempre podréis aplicarlas en vuestra vida. Es la parábola que en el Segundo Tiempo os di, a veces en las márgenes del río, otras en el desierto o en la montaña, fue el mensaje divino que en Cristo os traje antes que los hombres me tomasen para sentenciarme y crucificarme en Jerusalén. 55. He querido que mi palabra viva en vuestro corazón para que de él brote la caridad y el amor y os levantéis por los caminos sanando a los enfermos sin esperar recompensa, haciendo el bien por amor a vuestros hermanos. 56. No os llaméis espiritualistas si en vuestro corazón sentís horror por los enfermos, o asco si su cuerpo va envuelto en. andrajos. No seréis mis discípulos mientras os apartéis de los pecadores, temerosos de que vuestro corazón se contamine. 57. He aquí mi nueva palabra la cual la uniréis a la que os entregué en tiempos pasados. Por diferentes entendimientos os la he venido a dar en este tiempo para que tengáis la confirmación de que lo que se ha dicho por una boca, se ha dicho por todas. 58. Preparaos, varones y mujeres, porque entre vosotros se encuentran aquellos por los que os daré mi palabra. 59. He aquí al esposo que llamó a las puertas de las vírgenes y como éstas se hallaban esperándolo, le abrieron, le hicieron pasar y en su casa hubo fiesta. 60. Algunos de vosotros os habéis sentado ante la mesa de amor para comer el pan de mi palabra y beber el vino que es su esencia divina. Cuántos de vosotros también estuvisteis conmigo en el Segundo Tiempo y me escuchasteis. Otros contemplasteis en las comarcas a mis apóstoles que iban sembrando en los corazones la semilla de la fe en Cristo, dando pruebas de verdad a los hombres, sanando enfermos, limpiando leprosos e impartiendo consuelo a los afligidos. Más los que no comieron en aquel tiempo, hoy comerán, y los que no estuvieron en el mundo, hoy estarán. 61. Voy a elegir nuevamente a mis discípulos, recordad que en el Segundo Tiempo lavé e imprimí un ósculo de amor en los pies de los doce apóstoles escogidos por mi caridad, para que comprendáis que si eso hizo el Señor, ¿Qué no deberéis hacer vosotros con vuestros hermanos? 62. Lleno de humildad vengo a consolaros y a salvaros, para que cuando os levantéis en pos de vuestro cumplimiento a señalar el camino a la humanidad, dejéis una huella de mansedumbre en el camino. Quien no haya lavado sus pies antes de emprender la jornada, ¿Qué huella de pureza podrá dejar? 63. He aquí al Cordero que voluntariamente se inmoló, para que su sangre cayera en todos sus hijos, trazando su huella el camino de la evolución espiritual de la humanidad. 64. Entre vosotros contemplo a los que me han de seguir, mas también a los que han de llorar y hacer grandes juramentos para después darme la espalda. Aún estoy entre vosotros; aprovechad los instantes, porque pronto os dejaré y desde el infinito contemplaré el cumplimiento de los que recibieron esta herencia. Todo el que limpiare su corazón para entregar mi palabra, será fuerte por su pureza, caridad, amor y humildad, mas aquél que se engrandeciere y vendiere mi obra, será débil ante las tentaciones. 65. Vuestra nación ha abierto sus puertas, por las que han llegado las grandes multitudes de distintas nacionalidades, porque os he dicho que no serán doce los escogidos en este tiempo, sino doce mil de cada una de las doce tribus; ciento cuarenta y cuatro mil señalados para llevar mi palabra a la humanidad. Unos se encuentran en espíritu, otros en materia, a los que habitan en el más allá, y que no conocieron esta enseñanza, los haré reencarnar para reunirlos en la Tierra; éstos serán los que cargarán la cruz del sacrificio y beberán el cáliz de amargura, por amor a sus hermanos. 66. Hoy coméis el pan y el vino de la gloria en la esencia de mi enseñanza, mientras la humanidad sigue representando esta lección con el pan y el vino de la tierra. 67. Estad cerca de Mí para que os protejáis los unos a los otros y os sintáis fuertes, porque los lobos os acechan y los fariseos que entre las turbas se esconden, son los mismos de ayer. Aún no pueden reconocerme, porque sus mentes se han turbado. Son los hipócritas que ocultan sus pecados detrás de una falsa pureza. 68. Velad y orad, porque ellos serán los primeros en venir a deciros que soy el falso Cristo; unos os mostrarán las profecías del Primer Tiempo y otros las del Segundo, para tratar de probaros que esto estaba anunciado como falso. Os dirán que no os dejéis sorprender por estas manifestaciones. En verdad os digo: cuidaos de ellos y de quienes sólo han tomado mi palabra y ninguna potestad tienen para hacer obras que convenzan por su verdad. 69. Vosotros examinaos ante vuestra conciencia y preguntaos: ¿Han sanado los enfermos? ¿Habéis sentido la paz escuchándome? ¿Os habéis sentido inspirados a hacer el bien y a amaros los unos a los otros? ¿Os habéis regenerado? Si, os ha contestado vuestra conciencia. 70. Recordad y vivid los tiempos pasados. He aquí la mesa donde se encuentran los manjares que dan la vida eterna. Nuevamente os digo que mi cuerpo y mi sangre hoy están representados por mi propia palabra. Una migaja de este pan basta para dar la vida eterna a un espíritu. Los enfermos, probando este pan alcanzarán la salud, y el que bebiere este vino con elevación de espíritu y respeto en mi doctrina, recibirá eternamente la paz. 71. Quien recordare mi palabra en el instante supremo de la muerte humana, los dones y gracias que en ella están, serán en aquel espíritu, para que en su viaje contemple la luz de mi Espíritu Santo. 72. El arcano del Padre se ha abierto para pobres y humildes. Quien de este vino bebiere, sentirá que su espíritu se fortalece, quien cerrare sus labios para no beberlo por temor a la muerte, la muerte en él será y sólo mi amor podrá resucitarle, y cuando sea mi voluntad vendré a él para decirle: ¿Por qué no bebisteis de mi vino? Levantaos, Soy Aquél que habló por boca de los hombres y el mismo que hoy os resucita a la vida de la gracia. ¿Quién más tiene potestad para resucitar a los muertos? 73. Mientras os entrego mi enseñanza, contemplo el corazón de cada uno de los presentes, unos me entregan su corazón, el cual se ha alimentado de mi palabra hasta saciar su hambre de amor y de consuelo; otros piensan la forma de destruir esta obra porque no creen en ella y les preocupan las grandes muchedumbres de corazones fervientes que se aglomeran en estos recintos para oír mi palabra. 74. Comed de este pan, en él está la vida eterna. Bebed el vino, su esencia es el sabor divino que existe en mi palabra. 75. No olvidéis las obras que he hecho con vosotros, para que también las hagáis con vuestros hermanos. Como os he amado, amad a vuestros semejantes. Sentad en vuestra mesa a los necesitados y en ella dadles el mejor lugar. 76. En cada una de mis palabras existe un libro de revelaciones para que en su estudio os profundicéis, porque se acerca el momento de mi partida en el que os sentiréis solitarios. Quedaréis como ovejas entre lobos, mas Yo os confortaré. Entonces comenzará vuestra misión y penetrarán los unos en los hogares, los otros en comarcas y algunos más en otras naciones. Seréis buenos labriegos en mis tierras, sembrando infatigablemente mi semilla de paz y amor. Más no será necesario que llevéis doble alforja para el viaje. Yo velaré por vosotros. No temeréis a la inclemencia del tiempo, ni de los elementos, mi presencia está en todo lo creado. 77. Os guiaré hacia las casas donde habitan aquellos que compartirán vuestra fe; ellos os recibirán con alegría y ahí haréis el llamado a otros más, para que os reunáis a orar y les entreguéis mi mensaje. Estos postreros serán convertidos en primeros, y como nuevos apóstoles se levantarán a sembrar como vosotros les enseñasteis. 78. Muy extensas son mis tierras y muy escasos aún los sembradores, mas es mi voluntad que en el tiempo en que aún os entregue mi enseñanza bajo esta forma, sean marcados los 144,000 porque serán aquellos por cuyo conducto me manifestaré a la humanidad en este tiempo y todo aquél que diera testimonio de Mí, Yo lo daré también de él, así como todo el que me entregare, tendrá que presentarse ante mi justicia. 79. He aquí que todos habéis comido del Cordero; sin embargo, entre vosotros contemplo al que me ha de entregar, no en este instante, ni en esta noche, sino cuando seducido por las tentaciones del mundo acepte las brillantes monedas a cambio de entregar a sus hermanos. Como nadie sabe quién podrá ser, os preguntáis en vuestro corazón: ¿Maestro, quién será? Yo sólo os digo, velad y orad para que no caigáis en tentación. 80. Habrá también quien me niegue en este tiempo y será pronto, esa misma noche habrá quien niegue en donde ha estado y a quién ha escuchado. Ninguno me niegue por temor al mundo, porque su dolor será muy grande. 81. En aquel tiempo, Jesús fue a orar al huerto de los olivos porque se aproximaba su sacrificio. Hoy vengo a deciros: Orad y recordad aquel ejemplo para que encontréis la fortaleza en el Señor; porque en verdad os digo, que el cáliz que bebí en aquella noche fue muy amargo, pero también el que hoy me ofrece nuevamente esta humanidad, ¡Cuán amargo es! En él están todas las lágrimas, la sangre y el dolor de los hombres. 82. Así os enseño, ¡Oh, amados discípulos! A orar para esperar las grandes pruebas, más nunca pesará el pecado de todos los hombres sobre uno solo. Solamente Cristo cargó sobre sus hombros el pecado de toda la humanidad, desde Adán hasta el último. 83. Los que se mofen interiormente de estas manifestaciones, son aquellos que escupieron mi rostro, y los que me están juzgando, son los que me azotaron en aquel Segundo Tiempo. El pecado y las tinieblas de esta humanidad son la cárcel donde recibo todas las torturas. 84. Preparaos, porque las turbas de increyentes y las legiones de espíritus turbados os perseguirán y entonces les diré; dejad a mis discípulos, ellos no son culpables. 85. Velad y orad, vivid en paz y tendréis mi fortaleza en vuestro espíritu, porque os alimentaréis con el pan de la vida eterna. 86. Ha llegado la hora en que recordéis a Cristo, el Divino Maestro, en sus últimos instantes en la cruz. Aquellas horas de tinieblas en el mundo, en que mi presencia iluminó a los espíritus que me esperaban. 87. Sobre un nuevo Calvario me ha levantado la humanidad en este Tercer Tiempo, y desde mi cruz os contemplo, oh multitudes. La luz de mi Espíritu desciende a los hombres como en aquel tiempo, mi sangre se derramó gota a gota sobre la humanidad. Mis sufrimientos divinos son como heridas que se abren ante la ingratitud y los pecados de los hombres, mas hoy de ellas manará agua de gracia, para que los ciegos vean y los malos se rediman. Si herís al árbol, él manará savia. Yo soy el Árbol de la Vida Verdadera el cual os da vida cuando intentáis destruidle. 88. ¿Quién me ayudará en este tiempo con mi cruz? Vosotros, discípulos. Y el que llore por sus pecados y de ellos se arrepienta y regenere, será recordado por la humanidad como aquella mujer pecadora que regó mis pies con sus lágrimas y los secó con su pelo. 89. Benditos los que sientan en su corazón el dolor de su Señor, su sed de amor, porque en el más allá, les haré que me contemplen en todo mi esplendor. 90. Si en la Tierra, la muerte que los hombres dieron a Jesús, le separó de los brazos de su dulce Madre, hoy en la eternidad se encuentran madre e hijo unidos por el amor divino. Porque debéis saber que si Cristo es el Verbo de Dios, María es la ternura maternal divina, y desde el infinito, junto a la cruz que nuevamente me habéis preparado, Ella extiende su manto amorosamente para cubriros y os dirige su mirada maternal llena de perdón. 91. No olvidéis estas manifestaciones, y cuando el año de 1950 haya pasado, reuníos para recordar estas enseñanzas, entonces vuestros ojos se inundarán de llanto, de tristeza y de gozo al mismo tiempo. De tristeza, porque recordaréis el tiempo en que escuchabais mi palabra, y de satisfacción, porque al fin habréis penetrado en el tiempo de la comunicación de espíritu a Espíritu. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 46 1. Bienaventurados seáis vosotros que acudisteis al escuchar el llamado de amor que os invitaba al banquete espiritual, para saborear los manjares de vida eterna que os he traído, en cumplimiento de la promesa que a través de Jesús le hice a vuestro espíritu. 2. Cuando veo que debilitáis en el camino de vuestra evolución, me acerco para llenaros de fortaleza diciéndoos: “Id paso a paso con la esperanza de alcanzar la Tierra Prometida, hasta la terminación de la jornada, ahí encontraréis el premio de vuestra fe y perseverancia, en aquella paz bendita y verdadera que tanto anhela vuestro espíritu”. 3. ¡Oh, pueblo! En quien he puesto mis complacencias llamándolo Israel, hijo de la luz y discípulo del Espíritu Santo. No miréis si vuestro cuerpo va cubierto de harapos o si vuestros pies están desnudos, vuestra dignidad espiritual no descansa en lo material. Analizad a la luz de vuestra conciencia las obras de vuestra vida, para que sepáis si vuestro espíritu está limpio de pecado. 4. Si sentís dolor ante la duda y la burla de vuestros hermanos aceptadlo, ¿Acaso sabéis si vosotros gritasteis en aquel tiempo pidiendo a Pilatos que me crucificara? ¿Por ventura sabéis si no fuisteis de los que persiguieron a mis apóstoles y les hicieron beber el cáliz de amargura? 5. Ante esta interrogación calláis y Yo os digo: perdonad cuando seáis ofendidos, no hagáis de mis palabras armas de dos filos para herir a vuestros hermanos. En este tiempo vuestro espíritu evolucionado debe alcanzar la serenidad, ella deberá guiar todas vuestras obras, palabras y pensamientos. Vuestra edad espiritual ya no es la del niño, y ante mi enseñanza habéis dejado de ser los párvulos para convertiros en los discípulos. Haced vuestras obras dentro de mi doctrina sin alterarla ni profanarla. No apartéis de vuestra compañía a nadie, aunque miréis en alguno de vuestros hermanos manchas o errores, no digáis que es mala hierba. Si alguno mezclase a mi doctrina ideas imperfectas o hiciere mal uso de sus dones, corregidlo con amor y conducidlo con caridad, sólo en el caso de que se obstinare en sus malas inclinaciones y os desconociere, dejadlo, orad por él y dejadme la causa a Mí. 6. Os estoy preparando para que con mi luz llevéis la resurrección a los que están muertos a la vida de la gracia, para que vuestra oración los salve y vuestras obras sean un ejemplo saludable para vuestros hermanos. Pensad, hijos míos, en lo que presentaréis a vuestro Padre cuando os encontréis ante su presencia. 7. Es el Espíritu de Verdad quien os habla, habéis reconocido al árbol por su fruto y a esta fuente por sus aguas límpidas. Por eso venís en pos de esta huella, pero es menester que ese amor tan grande que por Mí sentís, lo limpiéis de todo egoísmo, de toda cizaña hacia vuestros semejantes para que sea puro y digno del Padre. 8. Sed humildes aunque sintáis que el Creador ha puesto grandes dones en vuestro ser. Mirad que a nadie le he traído corona para hacerlo rey. 9. Multitudes que reunidas escucháis mi voz, ya se acerca el día en que quedaréis huérfanos de esta palabra, y que os sintáis solos, aunque mi presencia espiritual sea con vosotros. Entonces principiará una nueva etapa en la que os purificaré de materia y de espíritu, en la que depuraré el culto y las prácticas de este pueblo para que marche a otras comarcas y a otras naciones a llevar la buena nueva de mi palabra, testificando con sus obras, las lecciones de amor de mi doctrina. 10. He pronosticado que después del año de 1950, las multitudes que formen este pueblo ya estarán tratando de alcanzar la comunicación de espíritu a Espíritu, porque para entonces ya no os daré mi palabra a través del entendimiento humano. ¿Qué haréis entonces de mis preceptos y de mis máximas? ¿Cuál será el ejemplo de espiritualidad, de obediencia y de fe que ofreceréis a los que estén por penetrar a vuestro seno? ¿Cuál será el ejemplo y la simiente que dejéis a las generaciones venideras? 11. Ved que ese tiempo ya está próximo y que ese será el principio de la comunicación espiritual, el fin del reinado de la idolatría y del fanatismo religioso. 12. De lejanas tierras vendrán caravanas hacia esta nación en busca de este testimonio. Las recibiréis con todo el amor de vuestro corazón y les mostraréis el Libro de la Vida Verdadera que hayáis formado con las cátedras que os he entregado, sin olvidar que vuestras obras y sentimientos, deben formar parte del libro que presentéis. 13. Los años que os restan de doctrina y de deleite espiritual escuchando mi palabra, aprovechadlos, no hagáis que este tiempo sea de juicio y de reclamos. No queráis saldar con expiación y dolor desde la primera palabra que Elías el enviado, os diera en el principio de esta comunicación, hasta la última que Yo os entregue. 14. Para evitar toda profanación, voy a depurar esta campiña y a tocar a todos los que han recibido cargos. Esta purificación la extenderé a todos los órdenes de vuestra vida, no sólo en la espiritual. Los mismos que hayan profanado mi ley, se encargarán de lavar las manchas que en ella hayan impreso. 15. Pueblo, quiero que mi paz se manifieste a través de vuestro espíritu, de vuestra mirada y de vuestra sonrisa. No quiero que la amargura o la intranquilidad se reflejen a través de su rostro demacrado por el sufrimiento. Sois un pueblo nacido en el dolor, que tiene la misión de vencerlo, llevando su cruz con abnegación y amor, doblegando su cerviz y venciendo las flaquezas de la materia. Apurad con paciencia vuestro cáliz, ved que mi palabra divina os sana a cada instante de vuestras heridas. 16. ¿Cuándo llegará esta palabra a toda la humanidad? Los trinos de estos ruiseñores no han llegado a la lejanía; no han hecho llegar la dulzura de mis enseñanzas a las mansiones de los grandes o a las estancias de los potentados; no han llegado a los campos de batalla que se han empapado con la sangre de los hombres, ni a los espíritus ocupados en elevar la nueva torre de Babel o que habitan en la nueva Sodoma: más la palabra que de vuestros labios brote durante los últimos años de mi comunicación, será el mensaje que mañana llegue a todos vuestros hermanos, porque para ello os purifico y os preparo en estos instantes. 17. A vuestro oído sólo han llegado el lamento de las viudas y de los huérfanos junto con los rumores de guerra, las noticias de grandes calamidades y tragedias que aún no habéis visto ni sentido. 18. Habéis sabido por Mí que sois hijos del pueblo de Israel, y por la historia sabéis que ese pueblo en los tiempos pasados se llamó el pueblo de Dios, el escogido, aquél en el cual se derramaban todas las complacencias del Padre Celestial. Hoy quiero que sepáis que aquel pueblo, al que he enviado nuevamente en este tiempo a la Tierra, nunca ha sido más amado que el resto de los pueblos, y que si muchas complacencias recibió de Mí, fue con el fin de que supiera compartir de ellas a los demás, para que fuese luz, camino, libro abierto y redención para todos sus semejantes. 19. ¿Por ventura ese pueblo cumplió su misión en los tiempos pasados? ¿Acaso está cumpliendo esa ley de amor y de fraternidad en el tiempo presente? Si conocéis la historia antigua de este pueblo, no ignoraréis que también sobre él fueron las grandes pruebas, las calamidades, el cautiverio, el hambre, la peste y la humillación, a causa de sus infidelidades y desobediencias. No fue el amor ni la obediencia a mi ley, ni la espiritualidad de aquel pueblo, las que escribieran un libro para las futuras generaciones. El libro de aquel pueblo está escrito con sangre de hermanos, de profetas, de justos, está manchado con envidias, desobediencias, desuniones y está sellado con la sangre del Hijo de Dios. 20. Es menester que ese pueblo lave y purifique todas aquellas manchas, que borre del libro todas sus faltas y en su lugar escriba obras buenas, actos dignos de su Señor. 21. Vosotros, discípulos, no vayáis a escribir en este tiempo un nuevo libro de desobediencias y de profanaciones, porque más tarde no tendríais suficientes lágrimas para borrar de ese libro vuestras manchas. Escribid una nueva historia, pero que sea de regeneración, de reconciliación, de fraternidad, de obediencia y espiritualidad. Vuestro pacto en este tiempo está escrito por vuestra conciencia. 22. Los años en que os dejo que sigáis recibiendo mi enseñanza, que sirvan para que os preparéis para mi partida, en ellos debéis llegar al cumplimiento que os estoy pidiendo. Sabed que después de este tiempo no quiero que las multitudes conozcan la impostura, ni vuestras imperfecciones de ahora. Llegado ese tiempo los hombres conocerán mi palabra por los escritos que a mis plumas de oro les he confiado. A ese libro os asomaréis mañana cuando tengáis que estudiar mi obra, cuando os sintáis confundidos por las pruebas o cuando tengáis necesidad de consuelo de los hombres, ni a los espíritus ocupados en elevar la nueva torre de Babel o que habitan en la nueva Sodoma: más la palabra que de vuestros labios brote durante los últimos años de mi comunicación, será el mensaje que mañana llegue a todos vuestros hermanos, porque para ello os purifico y os preparo en estos instantes. 23. La luz de mi Espíritu se derrama en vuestro entendimiento para que sepáis conducir a quienes vienen siguiendo vuestros pasos. 24. Hoy vengo a daros mi enseñanza como en aquel tiempo en que viví cerca de vosotros y os mostré con mi ejemplo cómo redimir al género humano. 25. La humanidad, no conforme con aquella lección, aún pide en este tiempo que la sangre inocente se derrame una vez más, pero el Divino Maestro ha venido en Espíritu y esa prueba de amor no se repetirá en la misma forma. Hoy os estoy hablando a través del entendimiento del hombre, enviando infinidad de rayos de mi luz en los que os doy mi sabiduría para que seáis salvos, elevándose vuestro espíritu por el sendero del amor hacia vuestros hermanos. 26. He contemplado que de mi enseñanza de amor y humildad, nada queda en el corazón de muchos pueblos. Se han levantado unos contra otros, los fuertes humillan a los débiles, y mis enviados espirituales, a quienes he encomendado la misión de inspirar a los gobernantes la paz y la concordia, han vuelto a Mí con la angustia en su espíritu, por no haber sido oídos ni obedecidos; entonces Yo he permitido que la humanidad apure su cáliz y que este dolor la ilumine haciéndola retornar al camino de su evolución. 27. En esta hora de prueba tenéis a Elías inspirándoos la oración y las buenas prácticas, para que contrarrestéis el mal. Tenéis a vuestra Intercesora Celestial velando más cerca que nunca por esta humanidad que ha desoído sus consejos y advertencias y me tenéis a Mí, a vuestro Padre, inmutable en mi amor, dándoos una oportunidad más para que os regeneréis y elevéis vuestro espíritu, para que alcancéis el galardón que os tengo prometido. 28, Si más allá de vuestra nación vuestros hermanos se hieren y matan sin piedad, destruyen la paz, aniquilan a los pueblos débiles y siembran a su paso el terror, la miseria y el luto, vosotros, a quienes he preparado y anunciado ha mucho tiempo estos acontecimientos, velad y orad, enviad pensamientos de paz, que vuestro corazón derrame amor y la caridad entre vuestros hermanos, practicad mi enseñanza y de esta manera estaréis contrarrestando el mal. 29. Os he escogido de entre las grandes multitudes que forman la humanidad, para manifestaros mi doctrina, mi voluntad, y he invitado a todos los espíritus a perfeccionarse en el camino del cumplimiento, pero vosotros sois más responsables, porque habéis visto el cumplimiento de todas mis palabras. 30. Los elementos y fuerzas de la naturaleza serán desatados para purificar y restaurar todo lo que ha sido manchado y profanado por el hombre en la Tierra. 31. Los niños de este tiempo se conmueven ante el caos que están palpando, y su corazón inocente se eleva a Mí para pedirme la luz para los gobernantes y acierto a sus determinaciones; también me presentan a los pueblos que han padecido bajo el yugo de otros más fuertes y me piden que vuelvan a ser libres. Sus dones de amor y justicia palpitan en ellos y su clamor es de paz y buena voluntad entre los hombres. Yo recibo su oración y la hago llegar como bálsamo sobre las necesidades de esas naciones en guerra. 32. Espíritus de los niños, no os apartéis del camino de sumisión, obediencia y buenos sentimientos. No os dejéis contaminar, huid de la influencia del mal. Confiad en Mí y dejad que mi luz os guie, iluminando el sendero de vuestra evolución. 33. A vosotros que sois mayores, os contemplo también como niños y valorizo vuestras obras. Tomad la luz de mi enseñanza y confiadme vuestras cuitas, sed fuertes ante el dolor y resignaos con vuestro destino. En vuestra oración me presentáis a vuestros hermanos que sufren, Yo recibo vuestra intercesión. A vosotros como a todos mis hijos, les entrego por igual mi amor. Recibo vuestra oración y con vosotros bendigo a todos mis hijos, tanto a los que me aman y creen en esta palabra, como a los que dudan y aun me niegan. Vuestro corazón que ayer era insensible como una roca, lo he tocado y empieza a manar agua de amor y de perdón para la humanidad. Esto es lo que os he pedido siempre, es la ley eterna sin principio ni fin, ley de amor, de caridad, que hasta hoy no ha sido practicada por el género humano. 34. Hoy os acercáis a Mí, buscando la palabra que borra los sufrimientos, la que acaricia vuestro corazón, azotado por grandes torbellinos. Vengo a daros calor, como lo hace la amorosa alondra con sus polluelos, pues he contemplado que el invierno ha penetrado en muchos corazones, unos tiritan de frío, otros han muerto. Mi presencia os da fortaleza en las pruebas, no quiero que se apague vuestra fe. 35. Sólo la fe os sostendrá en este tiempo de dolor, si queréis ser ejemplo para vuestros hermanos y dar testimonio de mi palabra con vuestras obras, sed fuertes, preparaos, vivid velando y practicando lo que mi doctrina os enseña, para que seáis creídos. Quiero contemplaros fuertes e iluminados por mi enseñanza, recuperando los tiempos perdidos. 36. Si me amáis, se transformará vuestro corazón, os sentiréis llenos de vida, de ahínco para luchar por vuestra elevación seréis mis verdaderos discípulos, y cuando las vicisitudes de la vida lleguen a vosotros, no os alejéis de Mí, ni me reprocharéis las pruebas de vuestra restitución, seréis conformes en vuestro cumplimiento, sabiendo que el espíritu en esas pruebas se acrisola y se perfecciona. 37. Aprovechad el tiempo en que recibiréis mis lecciones, porque después de esta etapa, no volveréis a tener mi enseñanza bajo esta forma, mas también esperad a que Yo os diga: ésta es la porción de corazones que tomaréis a vuestro cuidado, éstos son los límites que os señalo, no límites para amar o perdonar, sino límites en vuestro trabajo, porque aun cuando me presentáis una cosecha escasa, si ha sido cultivada con amor, ello me bastará y Yo os recibiré, y bendeciré vuestro trabajo. Velaréis porque vuestros pasos no se aparten del sendero del bien, y porque la luz que os he entregado, sea como un faro que ilumine el camino de todo espíritu. Ella disipará todas las dudas y os hará sentir seguros de vuestros actos; más si os salisteis del camino, ella siempre os estará invitando a retornar al cumplimiento. 38. A otros de mis hijos les digo: no seáis impacientes, no me pidáis un cargo sin antes comprender su responsabilidad. No caminéis de prisa porque pronto os cansaréis y entonces el hastió os hará dormir, para despertar en otra era. La jornada es larga y el camino escabroso, debéis avanzar paso a paso sin deteneros. Si vencéis los impulsos de la materia y lográis elevar a vuestro espíritu, viviréis en planos superiores desde donde contemplaréis con mayor claridad la vida espiritual que os espera. 39. Comprended mi amor, mirad que no soy como el rico avaro, que todo lo quiere para sí, todo lo que es mío es vuestro también, porque sois mis hijos muy amados. 40. Sois las generaciones escogidas en este tiempo para recibir mis manifestaciones. En vosotros he derramado mis complacencias y bendiciones, porque no quiero que volváis a la Tierra a expiar faltas pasadas. Quiero llevaros a gozar de la paz de mi Reino, después del cumplimiento de vuestra misión. 41. Me decís que la Tierra es un lugar de sufrimientos y penalidades, y Yo os digo que vosotros sois los que habéis hecho de ella con vuestra falta de cumplimiento, un mundo de infelicidad y de tropiezos. Os he enseñado la sumisión y la obediencia y os he aconsejado siempre el bien. Os he dicho que sembréis paz para que recojáis paz. Que preparéis el camino a las nuevas generaciones, para que les deis de vuestra semilla y en ellas la veáis florecer y fructificar. 42. Os he concedido dones que os acercan a Mi. He permitido que miréis más allá de vuestro mundo y deis testimonio de mis enseñanzas en el Tercer Tiempo. Nadie podrá impedir la manifestación de esos dones, así como nadie puede usurpar mi caridad para vosotros. Sólo la conciencia os hará comprender cuán grandes son las gracias que os he concedido. Purificaos y trabajad para que pronto seáis conmigo y tengáis la satisfacción de haber comprendido y obedecido mis mandatos. 43. Hoy, en el tiempo de la restitución, devolved la paz a los que hayáis dado muerte en su fe, sanad a los que hayáis herido con vuestra palabra, pagad vuestras deudas, derramad en vuestros hermanos la caridad de vuestro amor y estaréis cumpliendo con mi ley. 44. El hombre al apartarse del cumplimiento de mi ley, ha creado ideas, teorías, religiones y doctrinas diversas que dividen y confunden a la humanidad, atando al espíritu al materialismo, impidiéndole elevarse libremente. Más la luz de mi Espíritu Santo ilumina a todos los hombres, indicándoles el sendero de la vida verdadera, donde sólo hay un guía que es la conciencia. 45. Cuando las grandes epidemias se desaten y los hombres de ciencia por su falta de amor y caridad no logren curar a los que sufren, surgirán los labriegos, los discípulos, llevando con amor su misión de curar y consolar a sus hermanos. Y el mundo espiritual uniéndose a ellos, impartirá sus beneficios entre la humanidad agobiada por el dolor. Velad y orada porque si ahora os doy mi enseñanza a través del entendimiento, mañana sólo los que se preparen recibirán mi inspiración y se comunicarán conmigo de espíritu a Espíritu. 46. Las plumas de oro escribirán mi enseñanza para las generaciones venideras, porque mi palabra no se perderá, será como un tesoro que conservaréis a través de los tiempos. Yo os digo, que el que encuentre la esencia divina en el fondo de esta palabra, será el que con más constancia y firmeza siga mi ejemplo. Quien tiene fe en esta palabra, es como si llevara una antorcha encendida para iluminar su camino, sin confundirse con falsas teorías ni con palabras floridas, porque habrá descubierto el secreto para encontrar la verdad, habrá comprendido el inmenso amor que os tengo y sentirá que estoy con todos mis hijos reanimándoles a seguir la jornada. 47. Habéis resistido torbellinos y tempestades que se han llevado vuestras vestiduras en jirones, pero os habéis elevado en oración pidiendo que mi caridad impida que vuestra lámpara se apague, y habéis encontrado al Maestro dispuesto a venir en vuestro auxilio. 48. Es penosa la senda y en este mundo no se recoje el fruto de la siembra; pero en verdad os digo, que en este tiempo de pruebas y de juicio, más vale un poco de paz en el espíritu y un mendrugo de pan en vuestra mesa, que las galas o los ricos manjares y aun los mismos tesoros de los señores de la Tierra. Yo que penetro en aquellos corazones, os digo que son como sepulcros y que sus labios llevan amargura. 49. En este camino de humildad existen placeres, satisfacciones y tesoros de gran valor para el espíritu, bienaventurado el que sepa estimarlos. 50. Entre vosotros se encuentran los que llegaron hastiados de los placeres del mundo, a los que ya no volverán, mas hay quienes aún se sientan atraídos por las falsas alegrías que proporcionan, y cuando el mal amigo les invita al mal camino, si en ese instante se les acerca el enfermo solicitando una gota de bálsamo, el espíritu y la materia luchan interiormente, triunfando los sentimientos de amor y caridad hacia sus hermanos, alejándose de quien les tentaba, para acercarse al lecho del que en su menesterosidad había sido la barquilla salvadora de aquel labriego. ¡Cuán grande ha sido el gozo y la paz que ese corazón ha experimentado, al ver sano al enfermo! Entonces elevándose en oración me ha dicho: Gracias Maestro, por haberme dado la fortaleza para vencer en la prueba. 51. Ved cómo os bendicen los que han sanado por vuestro conducto; ved cuánta alegría hay en el que con vuestra ayuda ha dejado el lecho. Oíd las frases de gratitud de aquellos perdidos a quienes volvisteis al camino del bien. ¡Cuánto se ha recreado vuestro corazón con el cumplimiento de vuestra misión! Más ¡Ay de aquellos que no comprenden estos placeres! 52. Esta palabra que os doy por conducto del hombre, no es teoría humana. En el fondo de esta manifestación existe una revelación divina. 53. Es menester que mi Espíritu traspase los umbrales de vuestra ignorancia, para descubriros la vida eterna, ya que vosotros mientras estáis encarnados no lográis con toda vuestra inspiración y elevación alcanzar aquello que os pertenece, pero que está esperándoos en mi arcano. 54. Esta es la tercera revelación, el Tercer Testamento, por ello sois Trinitarios. Todo el que ha recibido la señal espiritual en su frontal en este tiempo, antes ya fue conmigo en las dos eras anteriores. 55. Os he enviado a sostener una gran lucha entre la humanidad, por eso me presentáis con frecuencia vuestras vestiduras hechas jirones en los combates de la vida, mas, bien sabéis que vuestras penas u heridas os las sana vuestro amoroso Maestro, así como vosotros en mi nombre, vais sanando el dolor de vuestros hermanos enfermos. 56. Yo bendigo vuestros desvelos, el consuelo y la caricia que habéis dado al que sufre, las lágrimas que habéis derramado por el que llora en el mundo y todo cuanto habéis recogido, Yo lo recibo. No olvidéis que lo que hacéis con vuestros semejantes, lo hacéis con vuestro Padre y con vosotros mismos. En mi campiña no se pierde una sola simiente. 57. Si es perfecta la palabra que os hago oír y todo cuando os enseño, es porque vuestro espíritu es perfecto en cuanto a que de Mí brotó. Ved cómo él iluminado por la conciencia, aprueba los buenos actos y no acepta las imperfecciones. 58. ¿Quién de vosotros podría probar que no ha existido antes de esta vida? ¿Quiénes de los que tengan absoluta certeza de estar viviendo una nueva encarnación, podrían probar que su cuenta está saldada con el Padre y que aún tienen méritos en su haber? 59. Nadie conoce el grado de perfección en que se encuentra, por lo tanto luchad, amad y perseverad hasta el fin. 60. Para unos aún será larga la jornada en materia, para otros pronto tendrán que continuarla en espíritu. De cierto os digo: Es muy hermoso trabajar en espíritu, cuando se ha cumplido en la Tierra, mas no porque cumpláis vuestra misión en el mundo, creáis que habéis alcanzado la meta de perfección. La escala de perfeccionamiento espiritual es muy extensa y para llegar a la cúspide, tendréis que pasar por siete peldaños. 61. Orad para que seáis fuertes en las pruebas, en este año el dolor se hará sentir grandemente en el corazón de los hombres, porque una vez más el fruto amargo de la ciencia y de las ambiciones humanas envenenará y dará muerte a grandes pueblos. 62. Todo lo manchado será limpio y toda mala hierba será arrancada de raíz. De los mismos que hoy están extraviados sabré servirme para ejercer mi justicia divina y este valle que hasta ahora había sido de lágrimas, será de sangre, porque a raudales correrá ésta en la Tierra. 63. Yo di libre albedrío al hombre, más si éste en su ofuscación llegase a reclamarme por ello, le diré que también le di voluntad y entendimiento, a la vez que le revelé mi ley, que es el camino para no tropezar ni perderse y encendí en él la luz de la conciencia que es el faro interior que ilumina el camino del espíritu y lo conduce a la vida eterna. 64. ¿Por qué existe el pecado, predomina el mal y se desatan las guerras? Porque el hombre no escucha los dictados de la conciencia y hace mal uso de su libre albedrio. 65. Los hombres llegarán hasta el fin de su propio camino y retornarán por el mismo, recogiendo el fruto de cuanto sembraron, única forma de que el arrepentimiento brote de los corazones, porque quien no reconoce sus faltas, nada puede hacer por reparar sus yerros. 66. Un nuevo mundo está en preparación, las nuevas generaciones están por llegar; pero antes es necesario apartar a los lobos hambrientos para que no hagan presa de las ovejas. 67. Vosotros sois enviados como soldados de paz. No os atemoricéis ante la lucha, no os dejéis impresionar por los hombres de las sectas y religiones; con toda vuestra humildad no sois menos que ellos. 68. En el camino de perfeccionamiento, en esa escala infinita, siempre ha habido seres que van delante y otros que van detrás, mas todos llegarán a la misma morada, porque en torno a mi Divinidad no existen jerarquías sino hijos, todos muy amados de mi Espíritu. Yo soy en todos, lo mismo me oculto en el corazón del poderoso, que en el del pordiosero. Por eso os digo, que cuando veáis llegar a vuestras puertas al menesteroso, no le neguéis la caridad; porque vuestro Padre será el que esté llamando a vuestro corazón. 69. Sed tengo de vuestro amor, ¡Oh hijos muy amados! 70. Mi comunicación en este tiempo, es una prueba más de que he venido a daros mi amor. Más preparaos, porque esta comunicación pronto pasará, y una vez más os digo que el último día de 1950, os hablaré por última vez, porque después de ese día, me buscaréis espiritualmente en el infinito, y cuando estéis preparados, escucharéis en forma de inspiración mi voz, ya sin las imperfecciones del portavoz humano. 71. Orad pueblo, porque en los instantes de vuestra oración la guerra se apacigua, los corazones descansan, las madres encuentran consuelo y los niños refugio. 72. ¡Ay de los que no hayan sabido prepararse, porque se sentirán como huérfanos en la Tierra! 73. Grandes acontecimientos espirituales se verán en el mundo, surgirán profetas en las naciones, el contenido de los Siete Sellos será conocido por todos; la luz del Sexto Sello será reconocida como la que alumbra en este tiempo, porque en esta revelación se unirán todos los hombres, se fundirán todas las creencias y linajes de la Tierra. ¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS! ENSEÑANZA N° 47 1. Humanidad: os estoy preparando con mi palabra en este tiempo, para que comprendáis mi doctrina. Estoy haciendo el llamado a los espíritus, para darles a conocer sus dones, para que estudien mis manifestaciones y no se sorprendan, sino que con ellas confirmen lo que estaba profetizado para este tiempo. 2. Quiero que cada uno de vosotros ocupe el lugar de discípulo en que le he colocado. Todos habéis sido enviados a la Tierra a cumplir una misión, he esperado pacientemente vuestro cumplimiento, os he dado muchas oportunidades y aún no os habéis perfeccionado. ¿Queréis que esta nueva era pase sin que la aprovechéis porque la cruz de vuestro cumplimiento os parece pesada? El tiempo es vuestro más tiene un límite, y no quiero que el mañana cuando os dispongáis a trabajar estéis en los umbrales de la tumba próximos a partir al valle espiritual y hayáis perdido vuestras facultades corporales; trabajad desde el momento de vuestra iluminación, ya sea que estéis en la infancia, en plena madurez o en la ancianidad; sembrad para que cosechéis y guardad vuestra semilla en mi granero, ahí en donde el tiempo no la destruye ni el ladrón puede robarla. 3. Hoy se debate el hombre en grandes luchas, mientras unos están librando crueles guerras, otros lucháis para vencer las pasiones y liberar al espíritu; la humanidad se ha dividido y la vida es como una barca que zozobra en medio de la tempestad, vosotros, aun habitando esta nación que ha permanecido en paz, no saboreáis la tranquilidad, todos apuráis un cáliz de dolor. 4. ¿Por qué oyendo el sonido de la campana celestial algunos aún permanecen sordos a su llamado? Esa campana es mi voz que se deja oír en este tiempo en todas las moradas donde habitan mis hijos, al oír mi palabra sentís que no es el eco de la voz humana de la cual me sirvo para hablaros, sino que mi voz llega a vuestro corazón, os alienta y os da vida. 5. Sólo recibiré de vosotros un culto limpio, solamente vuestras obras de amor y caridad, os darán mi paz. 6. Oíd mis consejos de Padre, no huyáis de Mí, Yo os he dicho que por un justo se salvará una comarca, más si no llegáis a ser justos, al menos enmendaos, trabajad, que así recobraréis la gracia y seréis mis emisarios en todas las naciones. No seáis indiferentes al dolor, que vuestra oración llegue a Mí, y por ella se enjugarán muchas lágrimas y alcanzarán paz y bendición vuestros hermanos. Antes de que la humanidad desfallezca bajo el peso de su cruz, Yo seré su Cirineo y tomaré su pesado fardo para que siga adelante. 7. Bienaventurados los que saben limpiar su corazón para recibir mi palabra, porque ella les alimentará eternamente. Bienaventurados los que gimen y sufren al contemplar el desquiciamiento en que viven sus hermanos, porque su oración llegará a Mi; ellos verán el florecimiento y la restauración de la virtud en el corazón del hombre. 8. Pedid que se os dará; buscad y encontraréis os he mostrado mi Espíritu para que penetréis en él, y os recuerdo las palabras que os dije en el Segundo Tiempo: “Tomás, hunde tus dedos en mi costado y no seáis incrédulo”. Llegad a Mí por la fe, dejad vuestra incredulidad, mirad que os estoy enseñando en el infinito, la tierra prometida que con sus puertas abiertas espera la llegada de mis amados discípulos. 9. Os he dado en abundancia el pan para que seáis hartos y mañana no os sintáis hambrientos de esta palabra que hoy despreciáis. Elevaos para que alcancéis vuestra evolución, orad por todos y pensad que sois como un rayo de luz en el camino de vuestros hermanos; sed los buenos pastores de ese rebaño que es la humanidad; todos los que lleváis luz en el espíritu, juicio e inspiración podréis guiar y rescatar a los que se han perdido. 10. Profetizado está que el dolor será muy grande, vosotros permaneced tranquilos si sabéis orar y practicar mí doctrina, porque sentiréis mi fortaleza en todo momento, más ay de los que habiendo escuchado estas lecciones no hayan creído en mi manifestación, porque su duda los hará flaquear en la prueba. Vosotros que habéis recibido y guardado en vuestra memoria las palabras de los profetas, cuando llegue el tiempo en que el dolor agobie a la humanidad, no blasfeméis, no desesperéis, callad y preparaos, que Yo os protegeré con mi amor. 11. No me pidáis que retroceda en mis leyes y juicios, solicitad con humildad y os daré lo que en justicia os corresponda, para que encontréis la salvación. 12. Analizad y comprended las lecciones que incansablemente os he dado en el Tercer Tiempo. Mi palabra apareció ante vosotros como un faro luminoso que mostró la ruta a los náufragos extraviados. 13. Mi enseñanza os ha dado fuerza espiritual, no sólo para resistir las vicisitudes propias de este mundo, sino también para desempeñar la misión espiritual que habéis traído. No esperéis que todos os reciban con los brazos abiertos cuando vayáis a esparcir mi doctrina; habrá quienes os tiendan lazos para haceros caer. 14. Vengo a purificaros y a prepararos de espíritu y de materia para que comprendáis las inspiraciones del Padre y después las llevéis al corazón de vuestros hermanos con la misma pureza con que Yo os las envié, dando testimonio con vuestras obras de la verdad de mi enseñanza. 15. En los corazones agradecidos con mi caridad he escuchado esta oración: “Señor, sois incansable concediéndonos dones y beneficios”. Y Yo os digo: Soy vuestro Padre y conozco vuestras necesidades. ¿Cómo no ha de conmoverse mi Espíritu ante vuestra oración y petición? Os he consolado en la soledad de vuestra alcoba y os he iluminado para que vuestra meditación sea provechosa. Presurosos llegáis a escuchar mi palabra, mas antes preparáis vuestro corazón como un altar y en él me mostráis vuestras obras como una of renda. 16. Llegáis ante Mí, como el niño que ofrece su mano a su Padre, para que lo conduzca por el sendero. Y en verdad que sois niños delante de Mí. Más, mirad que Yo me asemejo al pastor que cuida sus ovejas y las llama con dulce voz desde el aprisco. Vosotros habéis escuchado mi voz por conducto del entendimiento humano en este Tercer Tiempo, más me buscasteis hasta que vuestros labios se encontraron secos por la sed, al atravesar el desierto de vuestras pasiones, fue entonces cuando oísteis el llamado de vuestro Padre Celestial. 17. Siempre que me llaméis en vuestra ayuda, sentiréis mi presencia dándoos consuelo y paz; mas llegó el instante en que sentisteis hambre de escucharme y os levantasteis buscando mi enseñanza. 18. Para cada uno el reloj de la eternidad marcó la hora y la campana llamó, indicando que había llegado el instante en que vuestro espíritu encontrase el agua que mitigaría su sed. 19. Algunos dudaron ante la forma inesperada en que me encontraron, más luego, penetrando en el sentido de la palabra que escuchaban, encontraron que su sabor y su esencia sólo de Dios podía proceder; entonces interiormente, llenos de júbilo, me dijeron: ¡Padre, Padre, creemos en tu nueva manifestación entre la humanidad! Os visteis engalanados de dones espirituales, experimentasteis en vuestro corazón la paz, y en vuestro hogar visteis brillar la luz de la concordia. Y mientras los hijos se recreaban ante la presencia y bajo la mirada del Padre, éste también sentía calmarse su sed de amor al contemplar la alegría de sus pequeños, al ver su regeneración y al recibir sus caricias a través de sus oraciones. 20. Entonces os dije: seguidme, ya os he dado pruebas de mi presencia, ya se ha encendido la luz de la fe en vuestro corazón. Por eso fue que desde ese instante, cuando las pruebas se han presentado a vuestro paso, no habéis flaqueado, ni os habéis rebelado ante mi ley. 21. Habéis visto partir al más allá a vuestros seres queridos, habéis visto cerrarse las puertas del trabajo y escasear el pan en la mesa, habéis perdido vuestro bienes terrenales, más la fe como un faro, os ha hecho llegar a puerto seguro. Ha habido también quienes en medio de la prueba han flaqueado y se han hecho preguntas sobre mi palabra y han sentido extinguirse la fe. 22. Mas mi palabra que por medio de la conciencia llegaba a su corazón, les hablaba así: ¿Por qué habéis debilitado? ¿Por qué habéis faltado a la fe y olvidado mis palabras? Recordad que os dije que los escogidos serán siempre probados, para que su fe, su firmeza y su amor se acrisolen. 23. Los que han sabido ser fuertes, han visto pasar las tempestades y hacer nuevamente la luz en su camino. Han visto retornar la paz, la salud y los bienes perdidos. 24. Así voy modelando el duro corazón de quienes he de servirme, para que mañana sean mis buenos testigos y siervos entre la humanidad, en la que deben sembrar la simiente de mi verdad. 25. El espíritu es noble ante el toque de mi palabra, la materia es frágil, entonces os digo, si Yo vengo a fortalecer y a levantar a vuestro espíritu, él debe encargarse de reanimar y sostener a su materia en el camino. 26. Muy probados habéis sido, discípulos muy amados, porque cada prueba encierra un misterio para vosotros, no sabéis si sea para fortaleceros en la lucha, para